Documento 34 - El Espíritu Madre del universo local

   
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El libro de Urantia

Documento 34

El Espíritu Madre del universo local

34:0.1 (374.1) CUANDO un Hijo Creador es personalizado por el Padre Universal y el Hijo Eterno, el Espíritu Infinito individualiza una representación nueva y única de sí mismo para que acompañe a este Hijo Creador a los mundos del espacio y sea allí su compañera, primero en la organización física y después en la creación y el ministerio a las criaturas del universo recién proyectado.

34:0.2 (374.2) Un Espíritu Creativo reacciona tanto a las realidades físicas como a las espirituales. Lo mismo hace un Hijo Creador, y de este modo se equiparan y asocian en la administración de un universo local del tiempo y el espacio.

34:0.3 (374.3) Estas Hijas Espíritu son de la esencia del Espíritu Infinito, pero no pueden trabajar simultáneamente en la creación física y en el ministerio espiritual. En la creación física el Hijo del Universo proporciona el patrón mientras el Espíritu del Universo inicia la materialización de las realidades físicas. El Hijo trabaja en los diseños del poder, pero el Espíritu transforma esas creaciones de energía en sustancias físicas. Es algo difícil describir a esta primera presencia del Espíritu Infinito en el universo como una persona, y sin embargo para el Hijo Creador el Espíritu compañero es personal y ha actuado siempre como un individuo bien diferenciado.

1. La personalización del Espíritu Creativo

34:1.1 (374.4) Una vez completada la organización física de un grupo estelar y planetario y establecidos los circuitos de energía por los centros del poder del superuniverso, tras este trabajo preliminar de creación realizado por los agentes del Espíritu Infinito que trabajan a través y bajo la dirección de su focalización creativa en el universo local, se emite la proclamación del Hijo Miguel de que la vida está a punto de proyectarse en el universo recién organizado. Tras el reconocimiento en el Paraíso de esta declaración de intenciones, se produce en la Trinidad del Paraíso una reacción de aprobación, y acto seguido, el Espíritu Maestro en cuyo superuniverso se está organizando esa nueva creación queda sumido en el resplandor espiritual de las Deidades. Mientras tanto los otros Espíritus Maestros se acercan al alojamiento central de las Deidades del Paraíso, y seguidamente, cuando emerge el Espíritu Maestro abrazado por la Deidad y puede ser reconocido por sus compañeros, ocurre lo que se conoce como una «erupción primaria». Este formidable destello espiritual es un fenómeno claramente perceptible incluso desde la lejana sede del superuniverso en cuestión. Simultáneamente a esta manifestación difícil de comprender de la Trinidad, se produce un cambio notable en la naturaleza de la presencia y el poder de espíritu creativo del Espíritu Infinito residente en el universo local en cuestión. En respuesta a estos fenómenos paradisiacos se personaliza inmediatamente ante la presencia misma del Hijo Creador una nueva representación personal del Espíritu Infinito. Es la Ministra Divina. El Espíritu Creativo individualizado ayudante del Hijo Creador se ha convertido en su colaboradora creativa personal, el Espíritu Madre del universo local.

34:1.2 (375.1) De esta nueva segregación personal del Creador Conjunto, y a través de ella, proceden las corrientes establecidas y los circuitos ordenados de poder de espíritu e influencia espiritual destinados a permear todos los mundos y a todos los seres de ese universo local. En realidad, esta presencia nueva y personal no es sino una transformación de la colaboradora preexistente y menos personal del Hijo en su trabajo previo de organización del universo físico.

34:1.3 (375.2) Esta es la relación en pocas palabras de un drama formidable, pero representa casi todo lo que se puede decir sobre estas importantísimas operaciones. Son instantáneas, inescrutables e incomprensibles; el secreto de su técnica y procedimiento reside en el seno de la Trinidad del Paraíso. De una sola cosa estamos seguros: la presencia del Espíritu en el universo local durante el tiempo de la creación u organización puramente físicas estaba diferenciada de forma incompleta del espíritu del Espíritu Infinito del Paraíso; en cambio, después de la reaparición del Espíritu Maestro supervisor tras el abrazo secreto de los Dioses y seguido del destello de energía espiritual, la manifestación del Espíritu Infinito en el universo local se transforma total y repentinamente en la apariencia personal del Espíritu Maestro que estuvo en enlace de transmutación con el Espíritu Infinito. El Espíritu Madre del universo local adquiere así una naturaleza personal teñida por la del Espíritu Maestro del superuniverso que ostenta la jurisdicción astronómica.

34:1.4 (375.3) Esta presencia personalizada del Espíritu Infinito, el Espíritu Madre Creativo del universo local, es conocida en Satania como la Ministra Divina. A todos los efectos prácticos y para todos los propósitos espirituales, esta manifestación de la Deidad es un individuo divino, una persona de espíritu. Y así la reconoce y considera el Hijo Creador. A través de esta localización y personalización de la Tercera Fuente y Centro en nuestro universo local el Espíritu pudo después someterse tan plenamente al Hijo Creador como para que de este Hijo se dijera con verdad que «se le ha confiado todo el poder del cielo y de la tierra».

2. La naturaleza de la Ministra Divina

34:2.1 (375.4) Tras haber experimentado una notable metamorfosis de su personalidad en el momento de la creación de vida, la Ministra Divina actúa a partir de entonces como una persona y coopera de una manera muy personal con el Hijo Creador en la planificación y gestión de los extensos asuntos de su creación local. Para muchos tipos de seres del universo, incluso esta representación del Espíritu Infinito podría no parecer enteramente personal durante las edades anteriores al otorgamiento final de Miguel. Pero tras la elevación del Hijo Creador a la autoridad soberana de Hijo Maestro, el Espíritu Madre Creativo aumenta tanto en cualidades personales que es reconocida personalmente por todos los individuos que entran en contacto con ella.

34:2.2 (375.5) Desde su relación más temprana con el Hijo Creador, el Espíritu del Universo posee todos los atributos de control físico del Espíritu Infinito, entre ellos la dotación plena de antigravedad. Al lograr el estatus personal, el Espíritu del Universo ejerce un control tan pleno y completo de la gravedad de mente en el universo local como el que ejercería el Espíritu Infinito si estuviera personalmente presente.

34:2.3 (375.6) En cada universo local la Ministra Divina actúa de acuerdo con la naturaleza y las características inherentes del Espíritu Infinito tal como están personificadas en uno de los siete Espíritus Maestros del Paraíso. Aunque hay una uniformidad básica de carácter en todos los Espíritus de los Universos, hay también una diversidad de funciones determinada por el hecho de haber sido originados a través de uno de los siete Espíritus Maestros. Esta diferenciación de origen explica los diversos modos de actuación de los Espíritus Madre de los universos locales en los distintos superuniversos. Pero en todos sus atributos espirituales esenciales estos Espíritus son idénticos, igualmente espirituales y totalmente divinos, sea cual fuere su diferenciación por superuniversos.

34:2.4 (376.1) El Espíritu Creativo comparte con el Hijo Creador la responsabilidad de originar las criaturas de los mundos, y nunca defrauda al Hijo en la labor de sostener y conservar estas creaciones. La vida es dada y mantenida por mediación del Espíritu Creativo. «Tú envías a tu Espíritu, y son creadas. Tú renuevas la faz de la tierra.»

34:2.5 (376.2) En la creación de un universo de criaturas inteligentes, el Espíritu Madre Creativo actúa primero en la esfera de perfección del universo cuando colabora con el Hijo para dar origen a la Radiante Estrella Matutina. Posteriormente la progenie del Espíritu se acerca cada vez más al orden de los seres creados en los planetas, igual que los Hijos forman una gradación descendente desde los Melquisedec hasta los Hijos Materiales, que se ponen efectivamente en contacto con los mortales de los mundos. En la evolución posterior de las criaturas mortales, los Hijos Portadores de Vida proporcionan el cuerpo físico formado a partir del material organizado existente del mundo, mientras que el Espíritu del Universo contribuye con «el aliento de vida».

34:2.6 (376.3) Puede que el séptimo segmento del gran universo tenga un desarrollo tardío en muchos aspectos, y sin embargo, quienes estudian con atención nuestros problemas anticipan la evolución de una creación extraordinariamente bien equilibrada en las edades por venir. Predecimos este alto grado de simetría en Orvonton porque el Espíritu que preside este superuniverso es el jefe de los Espíritus Maestros de lo alto, una inteligencia de espíritu que personifica la unión equilibrada y la coordinación perfecta de los rasgos y el carácter de las tres Deidades eternas. Somos tardíos y estamos atrasados en comparación con otros sectores, pero nos espera sin duda un desarrollo trascendente y un logro sin precedentes en algún momento de las edades eternas del futuro.

3. El Hijo y el Espíritu en el tiempo y el espacio

34:3.1 (376.4) Ni el Hijo Eterno ni el Espíritu Infinito están limitados ni condicionados por el tiempo o el espacio, pero la mayoría de su progenie sí lo está.

34:3.2 (376.5) El Espíritu Infinito permea todo el espacio y mora en el interior del círculo de la eternidad. Aun así, en su contacto personal con los hijos del tiempo, las personalidades del Espíritu Infinito deben contar a menudo con elementos temporales, aunque no tanto con el espacio. Muchos ministerios de la mente ignoran el espacio pero sufren un retraso en el tiempo al efectuar la coordinación de distintos niveles de la realidad del universo. Un Mensajero Solitario es prácticamente independiente del espacio, excepto por el hecho de necesitar tiempo para viajar de una ubicación a otra. Y existen otras entidades similares que os son desconocidas.

34:3.3 (376.6) En sus prerrogativas personales, un Espíritu Creativo es total y enteramente independiente del espacio, aunque no del tiempo. No hay una presencia personal especializada de ese Espíritu del Universo ni en las sedes de las constelaciones ni en las de los sistemas. Está presente de manera uniforme y difusa en todo su universo local y, por lo tanto, está tan literal y personalmente presente en un mundo como en cualquier otro.

34:3.4 (376.7) Solo en lo que respecta al elemento tiempo está limitado un Espíritu Creativo en sus ministerios universales. Un Hijo Creador actúa instantáneamente en todo su universo, pero el Espíritu Creativo debe tener en cuenta el tiempo en el ministerio de la mente universal, excepto cuando, consciente e intencionadamente, se vale de las prerrogativas personales del Hijo del Universo. En su función de espíritu puro, el Espíritu Creativo actúa también con independencia del tiempo, igual que cuando colabora con la función misteriosa de la reflectividad del universo.

34:3.5 (377.1) Aunque el circuito de gravedad de espíritu del Hijo Eterno opera con independencia tanto del tiempo como del espacio, no todas las funciones de los Hijos Creadores están exentas de limitaciones en el espacio. Si se exceptúan las operaciones de los mundos evolutivos, estos Hijos Miguel parecen ser capaces de actuar de modo relativamente independiente del tiempo. Un Hijo Creador no está obstaculizado por el tiempo, pero sí está condicionado por el espacio; no puede estar personalmente en dos lugares a la vez. Miguel de Nebadon actúa intemporalmente dentro de su propio universo y, por reflectividad, prácticamente igual en el superuniverso. Se comunica de un modo directo e intemporal con el Hijo Eterno.

34:3.6 (377.2) La Ministra Divina es la ayudante comprensiva del Hijo Creador y le permite superar y compensar sus limitaciones inherentes con respecto al espacio, pues cuando ambos administran unidos son prácticamente independientes del tiempo y el espacio dentro de los confines de su creación local. Por lo tanto, se observa en la práctica que el Hijo Creador y el Espíritu Creativo actúan habitualmente de manera independiente tanto del tiempo como del espacio en todo el universo local, puesto que cada uno de ellos puede siempre disponer de la liberación del tiempo o del espacio del otro.

34:3.7 (377.3) Solamente los seres absolutos son independientes del tiempo y el espacio en sentido absoluto. La mayoría de las personas de menor rango tanto del Hijo Eterno como del Espíritu Infinito están sujetas tanto al tiempo como al espacio.

34:3.8 (377.4) Cuando un Espíritu Creativo se vuelve «consciente del espacio» se está preparando para reconocer como suyo un «dominio de espacio» circunscrito, una zona donde ser libre del espacio en contraposición con todo el resto del espacio al que seguiría estando condicionado. Solo se es libre de elegir y actuar dentro del ámbito de la propia consciencia.

4. Los circuitos del universo local

34:4.1 (377.5) Hay tres circuitos de espíritu distintos en el universo local de Nebadon:

34:4.2 (377.6) 1. El espíritu de otorgamiento del Hijo Creador, el Confortador, el Espíritu de la Verdad.

34:4.3 (377.7) 2. El circuito de espíritu de la Ministra Divina, el Espíritu Santo.

34:4.4 (377.8) 3. El circuito de ministerio de inteligencia, que comprende las actividades más o menos unificadas, pero de funcionamiento diverso, de los siete espíritus-mente adjutores.

34:4.5 (377.9) Los Hijos Creadores están dotados de un espíritu con presencia en el universo que es análogo de muchas maneras al de los siete Espíritus Maestros del Paraíso. Es el Espíritu de la Verdad que un Hijo de otorgamiento vierte sobre un mundo después de recibir la titularidad espiritual de dicha esfera. Este Confortador otorgado es la fuerza espiritual que atrae siempre a todos los buscadores de la verdad hacia Aquel que es la personificación de la verdad en el universo local. Este espíritu es una dotación inherente del Hijo Creador que emerge de su naturaleza divina igual que los circuitos maestros del gran universo provienen de la presencia de la personalidad de las Deidades del Paraíso.

34:4.6 (377.10) El Hijo Creador puede ir y venir, su presencia personal puede estar en el universo local o en otra parte, sin perturbar por ello la actuación del Espíritu de la Verdad, pues esta presencia divina, aunque proviene de la personalidad del Hijo Creador, está centrada funcionalmente en la persona de la Ministra Divina.

34:4.7 (378.1) En cambio, el Espíritu Madre del Universo nunca sale del mundo sede del universo local. El espíritu del Hijo Creador puede actuar y actúa con independencia de la presencia personal del Hijo, pero al espíritu personal de ella no le ocurre lo mismo. El Espíritu Santo de la Ministra Divina dejaría de ser funcional si ella dejara de estar presente personalmente en Salvington. Su presencia de espíritu parece estar fijada en el mundo sede del universo, y es este mismo hecho lo que permite al espíritu del Hijo Creador actuar independientemente del paradero del Hijo. El Espíritu Madre del Universo actúa como centro y foco en el universo del Espíritu de la Verdad, así como de su propia influencia personal, el Espíritu Santo.

34:4.8 (378.2) Tanto el Padre-Hijo Creador como el Espíritu Madre Creativo contribuyen de diversas maneras a la dotación de mente de sus hijos del universo local. Pero el Espíritu Madre Creativo no otorga mente hasta no haber sido dotada ella misma de prerrogativas personales.

34:4.9 (378.3) Los órdenes superevolutivos de personalidad que hay en un universo local están dotados con el tipo de patrón de mente del superuniverso propio de ese universo local. Los órdenes humanos y subhumanos de vida evolutiva están dotados con los tipos de ministerio de mente de los espíritus adjutores.

34:4.10 (378.4) Los siete espíritus-mente adjutores son creación de la Ministra Divina de un universo local. Estos espíritus-mente son similares en carácter pero diversos en poder y todos comparten del mismo modo la naturaleza del Espíritu del Universo, aunque no pueden ser considerados personalidades por separado de su Madre Creadora. Los siete adjutores han recibido los nombres siguientes: espíritu de sabiduría, espíritu de adoración, espíritu de consejo, espíritu de conocimiento, espíritu de valentía, espíritu de entendimiento y espíritu de intuición, de percepción rápida.

34:4.11 (378.5) Estos son los «siete espíritus de Dios», «como lámparas encendidas delante del trono», que vio el profeta en los símbolos de su visión. Pero no vio los asientos de los veinticuatro centinelas alrededor de estos siete espíritus-mente adjutores. Este pasaje representa la confusión de dos presentaciones, una referente a la sede del universo y la otra a la capital del sistema. Los asientos de los veinticuatro ancianos están en Jerusem, la sede de vuestro sistema local de mundos habitados.

34:4.12 (378.6) En cambio, Juan hablaba de Salvington cuando escribió: «Y del trono salían relámpagos y truenos y voces» (las difusiones del universo hacia los sistemas locales). Visualizó también a las criaturas encargadas del control direccional del universo local, las brújulas vivas del mundo sede. Este control direccional de Nebadon lo mantienen las cuatro criaturas de control de Salvington, que actúan sobre las corrientes del universo y están eficazmente asistidas por el primer espíritu-mente operativo, el adjutor de la intuición, el espíritu del «entendimiento rápido». Pero la descripción de estas cuatro criaturas (llamadas bestias) ha sido lamentablemente afeada; poseen una forma exquisita y una belleza sin par.

34:4.13 (378.7) Los cuatro puntos cardinales son universales e inherentes a la vida de Nebadon. Todas las criaturas vivas poseen unidades corpóreas que perciben estas corrientes direccionales y responden a ellas. Estas creaciones criatura se reproducen por todo el universo hasta descender a los planetas individuales y, en conjunción con las fuerzas magnéticas de los mundos, activan de tal manera la multitud de cuerpos microscópicos del organismo animal que estas células de dirección apuntan siempre al norte y al sur. De esta forma se fija para siempre el sentido de la orientación en los seres vivos del universo. La humanidad no carece por completo de la posesión consciente de este sentido. Estos cuerpos se observaron por primera vez en Urantia en torno a la época de esta narración.

5. El ministerio del Espíritu

34:5.1 (379.1) La Ministra Divina coopera con el Hijo Creador en la formulación de la vida y la creación de nuevos órdenes de seres hasta el momento del séptimo otorgamiento, y posteriormente, tras la elevación del Hijo a la soberanía plena del universo, continúa colaborando con él y con el espíritu otorgado por él en el trabajo ulterior de ministerio a los mundos y de progresión planetaria.

34:5.2 (379.2) En los mundos habitados, el Espíritu comienza el trabajo de la progresión evolutiva a partir del material inanimado del mundo. Primero los dota de vida vegetal, después de organismos animales y finalmente de los primeros órdenes de existencia humana; y cada dotación sucesiva contribuye a aumentar el despliegue del potencial evolutivo de la vida planetaria, desde las etapas iniciales y primitivas hasta la aparición de las criaturas con voluntad. Esta labor del Espíritu se efectúa en gran parte a través de los siete adjutores, los espíritus de la promesa, la mente-espíritu unificadora y coordinadora de los planetas en evolución, que conducen siempre y en unión a las razas de los hombres hacia ideales espirituales e ideas más altas.

34:5.3 (379.3) El hombre mortal experimenta por primera vez el ministerio del Espíritu en conjunción con la mente cuando la mente puramente animal de las criaturas evolutivas desarrolla la capacidad de recibir a los adjutores de adoración y de sabiduría. Este ministerio del sexto y del séptimo adjutor indica que la evolución de la mente ha cruzado el umbral del ministerio espiritual. Acto seguido, estas mentes dotadas con funciones de adoración y sabiduría son incluidas en los circuitos espirituales de la Ministra Divina.

34:5.4 (379.4) La mente así dotada con el ministerio del Espíritu Santo posee la capacidad de elegir (consciente o inconscientemente) la presencia espiritual del Padre Universal, del Ajustador del Pensamiento. Pero hasta que un Hijo de otorgamiento no haya liberado al Espíritu de la Verdad para que dispense el ministerio planetario a todos los mortales, las mentes normales no estarán automáticamente preparadas para recibir a los Ajustadores del Pensamiento. El Espíritu de la Verdad actúa con la presencia del espíritu de la Ministra Divina como si fueran uno. Este enlace dual de espíritu planea sobre los mundos buscando enseñar la verdad e iluminar espiritualmente la mente de los hombres, inspirar el alma de las criaturas de las razas ascendentes y conducir siempre a los seres que habitan en los planetas evolutivos hacia la meta paradisiaca que es su destino divino.

34:5.5 (379.5) Aunque el Espíritu de la Verdad se derrama sobre toda carne, este espíritu del Hijo está casi enteramente limitado en función y en poder por la aceptación personal por parte del hombre de aquello que constituye la esencia de la misión del Hijo de otorgamiento. El Espíritu Santo es, en parte, independiente de la actitud humana y está condicionado en parte por las decisiones y la cooperación de la voluntad del hombre. En cualquier caso, el ministerio del Espíritu Santo se hace cada vez más efectivo en la santificación y espiritualización de la vida interior de aquellos mortales que obedecen más plenamente las directrices divinas.

34:5.6 (379.6) Como individuos no poseéis personalmente una porción o entidad segregada del espíritu del Padre-Hijo Creador ni del Espíritu Madre Creativo. Estos ministerios no se ponen en contacto con los centros de pensamiento de la mente de los individuos ni moran en su interior como lo hacen los Monitores de Misterio. Los Ajustadores del Pensamiento son individualizaciones bien diferenciadas de la realidad prepersonal del Padre Universal que moran efectivamente en el interior de la mente del mortal como parte integrante de esa mente y trabajan siempre en perfecta armonía con los espíritus combinados del Hijo Creador y el Espíritu Creativo.

34:5.7 (380.1) La presencia del Espíritu Santo de la Hija del Universo del Espíritu Infinito, la del Espíritu de la Verdad del Hijo del Universo del Hijo Eterno y la del espíritu-Ajustador del Padre del Paraíso dentro de o junto a un mortal evolutivo denota simetría en cuanto a dotación y ministerio espirituales, y faculta a dicho mortal para comprender conscientemente el hecho de fe de la filiación con Dios.

6. El espíritu en el hombre

34:6.1 (380.2) Con la evolución progresiva de un planeta habitado y la ulterior espiritualización de sus habitantes, esas personalidades maduras pueden recibir influencias espirituales adicionales. A medida que los mortales progresan en control de la mente y percepción del espíritu, estos múltiples ministerios del espíritu se equiparan cada vez más en su función, se combinan de manera creciente con el sobreministerio de la Trinidad del Paraíso.

34:6.2 (380.3) Aunque la Divinidad puede ser plural en su manifestación, en la experiencia humana la Deidad es singular, siempre una. Tampoco el ministerio espiritual es plural en la experiencia humana. Sea cual fuere la pluralidad de su origen, todas las influencias de espíritu son una en su función. En verdad son una sola, y son el ministerio de espíritu de Dios Séptuplo en y para las criaturas del gran universo. Y a medida que este ministerio unificador del espíritu es más apreciado y mejor recibido por las criaturas, se convierte, en la experiencia de esas criaturas, en el ministerio de Dios Supremo.

34:6.3 (380.4) Desde las alturas de la gloria eterna, el Espíritu divino desciende mediante una larga serie de pasos para encontrarse con vosotros tal como sois y allí donde estéis, para después, en el emparejamiento de la fe, abrazar amorosamente al alma de origen mortal y emprender el regreso cierto y seguro sobre sus pasos de condescendencia, sin detenerse nunca hasta que el alma evolutiva sea exaltada sana y salva a las alturas mismas de la dicha de las que el Espíritu divino salió originalmente en esta misión de ministerio y misericordia.

34:6.4 (380.5) Las fuerzas espirituales buscan y alcanzan infaliblemente sus propios niveles originales. Habiendo salido de lo Eterno tienen la certeza de regresar allí llevando consigo a todos aquellos hijos del tiempo y el espacio que han adoptado la guía y la enseñanza del Ajustador que mora en su interior, aquellos que verdaderamente han «nacido del Espíritu», los hijos de Dios por la fe.

34:6.5 (380.6) El Espíritu divino es la fuente permanente de ministerio y estímulo para los hijos de los hombres. Vuestro poder y vuestros logros son «conformes a su misericordia, a través de la renovación del Espíritu». La vida espiritual, al igual que la energía física, se consume. El esfuerzo espiritual conduce a un agotamiento espiritual relativo. Toda la experiencia ascendente es real así como espiritual, por eso se ha escrito con verdad: «Es el Espíritu quien estimula». «El Espíritu da vida.»

34:6.6 (380.7) La teoría muerta, incluso de las doctrinas religiosas más elevadas, no tiene poder para transformar el carácter humano ni controlar el comportamiento de los mortales. Lo que el mundo de hoy necesita es la verdad que vuestro maestro de antaño declaró «no solo en palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo». La semilla de la verdad teórica está muerta, los más altos conceptos morales no tienen efecto, a menos que y hasta que el Espíritu divino dé aliento a las formas de la verdad y vivifique las fórmulas de la rectitud.

34:6.7 (381.1) Los que han recibido y reconocido el morar de Dios en su interior han nacido del Espíritu. «Sois el templo de Dios y el espíritu de Dios mora en vosotros». No es suficiente que este espíritu se haya derramado sobre vosotros; el Espíritu divino debe dominar y controlar cada aspecto de la experiencia humana.

34:6.8 (381.2) Es la presencia del Espíritu divino, el agua de vida, lo que previene la sed devoradora del descontento del mortal y el hambre indescriptible de la mente humana no espiritualizada. Los seres motivados por el espíritu «nunca tienen sed, pues esta agua espiritual será en ellos un pozo de satisfacción que mana hasta la vida eterna». Esas almas divinamente regadas son casi independientes del entorno material en lo que se refiere a las alegrías del vivir y a las satisfacciones de la existencia terrenal. Están iluminadas y vigorizadas espiritualmente, fortalecidas y dotadas moralmente.

34:6.9 (381.3) En todo mortal existe una naturaleza dual: la herencia de las tendencias animales y el alto impulso de la dotación espiritual. Durante la corta vida que vivís en Urantia, estos dos impulsos distintos y opuestos rara vez se pueden conciliar del todo, difícilmente se pueden armonizar y unificar. Pero a lo largo de toda vuestra vida, el Espíritu combinado os asiste siempre para ayudaros a someter cada vez más la carne a la guía del Espíritu. Aun cuando debéis vivir vuestra vida material por completo, aun cuando no podéis escapar del cuerpo y sus necesidades, tenéis sin embargo, en propósito y en ideales, cada vez más poder para someter la naturaleza animal al dominio del Espíritu. Existe verdaderamente dentro de vosotros una conspiración de fuerzas espirituales, una coalición de poderes divinos, cuyo propósito exclusivo es liberaros finalmente de la esclavitud material y los impedimentos finitos.

34:6.10 (381.4) El propósito de toda esta ministración es «que podáis ser fortalecidos con poder a través de Su espíritu en el hombre interior». Y todo esto no representa más que los pasos preliminares para el logro final de la perfección de la fe y del servicio, esa experiencia en la que estaréis «llenos de toda la plenitud de Dios», «pues todos aquellos que son guiados por el espíritu de Dios, son hijos de Dios».

34:6.11 (381.5) El Espíritu nunca impele, solo guía. Si estás dispuesto a aprender, si quieres lograr niveles de espíritu y llegar a alturas divinas, si deseas sinceramente alcanzar la meta eterna, el Espíritu divino te guiará suave y amorosamente por el camino de la filiación y el progreso espiritual. Cada paso que des debe ser de buena voluntad, de cooperación inteligente y alegre. La dominación del Espíritu no está teñida nunca de coerción ni se acepta por coacción.

34:6.12 (381.6) Y cuando una vida guiada así por el espíritu se acepta libre e inteligentemente, se desarrolla gradualmente dentro de la mente humana una consciencia inequívoca de contacto divino y la seguridad de una comunión con el espíritu. Tarde o temprano «el Espíritu atestigua con tu espíritu (el Ajustador) que eres un hijo de Dios». Tu propio Ajustador del Pensamiento te habrá hablado ya de tu parentesco con Dios, por eso las escrituras dan fe de que el Espíritu atestigua «con tu espíritu», no a tu espíritu.

34:6.13 (381.7) La consciencia del dominio del espíritu en una vida humana se acompaña enseguida de una manifestación cada vez mayor de las características del Espíritu en el comportamiento del mortal guiado por el espíritu, «pues los frutos del espíritu son el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la dulzura, la bondad, la fe, la mansedumbre y la templanza». Esos mortales guiados por la iluminación divina del espíritu, aunque pisan aún los humildes senderos del trabajo arduo y desempeñan con lealtad humana las obligaciones de sus cometidos terrenales, han empezado ya a percibir las luces de la vida eterna que brillan tenuemente en las remotas orillas de otro mundo; han empezado ya a comprender la realidad de esta verdad inspiradora y reconfortante: «El reino de Dios no es comida ni bebida, sino rectitud, paz y alegría en el Espíritu Santo». A lo largo de cada prueba y ante cada dificultad, las almas nacidas del espíritu están sostenidas por esa esperanza que trasciende todo temor, porque el amor de Dios se derrama en todos los corazones mediante la presencia del Espíritu divino.

7. El espíritu y la carne

34:7.1 (382.1) La carne, la naturaleza inherente propia de las razas de origen animal, no produce los frutos del Espíritu divino de manera natural. Cuando la naturaleza del mortal se ha elevado mediante la adición de la naturaleza de los Hijos Materiales de Dios, como avanzaron en cierta medida las razas de Urantia por el otorgamiento de Adán, el camino está mejor preparado para que el Espíritu de la Verdad coopere con el Ajustador interior para producir en el carácter la hermosa cosecha de los frutos del espíritu. Si no rechazáis a este espíritu, y aunque se necesite la eternidad para cumplir el cometido, «él os guiará hacia toda verdad».

34:7.2 (382.2) Los mortales evolutivos que habitan en mundos normales de progreso espiritual no experimentan los agudos conflictos entre el espíritu y la carne que caracterizan a las razas de Urantia de hoy en día. Pero hasta en los planetas más ideales, el hombre preadánico debe realizar verdaderos esfuerzos para ascender desde el plano puramente animal de la existencia, y pasar por los sucesivos niveles de significados cada vez más intelectuales y valores espirituales cada vez más altos.

34:7.3 (382.3) Los mortales de un mundo normal no experimentan una lucha constante entre sus naturalezas física y espiritual. Afrontan la necesidad de escalar desde los niveles animales de existencia hasta planos más altos de vida espiritual, pero este ascenso se parece más a una formación educativa en comparación con los intensos conflictos de los mortales de Urantia en el campo de las divergencias entre la naturaleza material y la espiritual.

34:7.4 (382.4) Las gentes de Urantia están sufriendo las consecuencias de una doble privación de ayuda en esta tarea de logro espiritual planetario progresivo. El levantamiento de Caligastia provocó una confusión mundial y despojó a todas las generaciones posteriores de la asistencia moral que una sociedad bien ordenada habría provisto. Pero más desastrosa aún fue la falta adánica, ya que privó a las razas de una naturaleza física de tipo superior que hubiera estado más en consonancia con las aspiraciones espirituales.

34:7.5 (382.5) Los mortales de Urantia están obligados a sobrellevar esta marcada lucha entre el espíritu y la carne porque sus ancestros lejanos no fueron adanizados más plenamente por el otorgamiento edénico. Según el plan divino, las razas mortales de Urantia hubieran tenido naturalezas físicas más naturalmente receptivas al espíritu.

34:7.6 (382.6) A pesar de este doble desastre para la naturaleza del hombre y su entorno, los mortales de hoy se verían menos afectados por esta guerra aparente entre la carne y el espíritu si entrasen en el reino del espíritu, donde los hijos de Dios por la fe disfrutan de una liberación relativa de la atadura esclavizante de la carne en el servicio iluminado y liberador de su entrega de todo corazón a hacer la voluntad del Padre del cielo. Jesús mostró a la humanidad el nuevo camino del vivir mortal por el que los seres humanos pueden escapar en gran medida de las funestas consecuencias de la rebelión de Caligastia y compensar muy eficazmente las privaciones resultantes de la falta adánica. «El espíritu de la vida de Cristo Jesús nos ha liberado de la ley del vivir animal y de las tentaciones del mal y del pecado.» «Esta es la victoria que vence a la carne: vuestra fe.»

34:7.7 (383.1) Los hombres y mujeres que conocen a Dios y han nacido del Espíritu no experimentan más conflictos con sus naturalezas mortales que los habitantes de los mundos más normales, planetas que no han sido manchados nunca por el pecado ni tocados por la rebelión. Los hijos por la fe trabajan en niveles intelectuales y viven en planos espirituales que están muy por encima de los conflictos producidos por deseos físicos desenfrenados o antinaturales. Los anhelos normales de los seres animales y los apetitos e impulsos naturales de la naturaleza física no están en conflicto ni siquiera con los más altos logros espirituales excepto en la mente de personas ignorantes, mal instruidas o lamentablemente escrupulosas.

34:7.8 (383.2) Habiendo emprendido el camino de la vida sempiterna, habiendo aceptado vuestra misión y recibido vuestras órdenes de avanzar, no temáis los peligros del olvido humano y la inconstancia del mortal, no os dejéis perturbar por el miedo al fracaso ni el desconcierto de la confusión, no titubeéis ni pongáis en duda vuestro estatus ni vuestra posición, pues en todas las horas oscuras, en todas las encrucijadas de la lucha hacia adelante, el Espíritu de la Verdad hablará siempre y os dirá: «Este es el camino».

34:7.9 (383.3) [Presentado por un Mensajero Poderoso destinado temporalmente a servir en Urantia.]

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