Prólogo

   
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El libro de Urantia

Prólogo

0:0.1 (1.1) EN LA MENTE de los mortales de Urantia —pues ese es el nombre de vuestro mundo— existe una gran confusión respecto al significado de términos como Dios, divinidad y deidad. Para los seres humanos son aún más inciertas y confusas las relaciones entre las personalidades divinas designadas con esas numerosas denominaciones. Ante esta pobreza conceptual asociada a tanta confusión ideacional, se me ha encomendado formular esta exposición preliminar para explicar los significados que deben asignarse a ciertos símbolos verbales que se van a utilizar de aquí en adelante en estos documentos que el cuerpo de reveladores de la verdad de Orvonton ha sido autorizado a traducir al idioma inglés de Urantia.

0:0.2 (1.2) En nuestro esfuerzo por expandir la consciencia cósmica y elevar la percepción espiritual, es extremadamente difícil presentar conceptos ampliados y una verdad avanzada cuando estamos restringidos al uso de un lenguaje circunscrito del mundo. Sin embargo, tenemos el mandato de hacer todos los esfuerzos posibles para transmitir nuestros significados utilizando los símbolos verbales de la lengua inglesa. Solo estamos autorizados a introducir términos nuevos cuando la terminología inglesa no sea capaz de transmitir el nuevo concepto que queremos representar, ni siquiera parcialmente o incluso con cierta distorsión de su significado.

0:0.3 (1.3) Con la esperanza de facilitar la comprensión y evitar confusiones a todo mortal que lea detenidamente estos documentos, hemos considerado conveniente presentar en esta exposición inicial un esbozo de los significados que se han de asignar a las numerosas palabras inglesas que se utilizarán para designar a la Deidad y expresar ciertos conceptos asociados de las cosas, los significados y los valores de la realidad universal.

0:0.4 (1.4) Pero para poder formular este prólogo de definiciones y limitaciones de la terminología, es necesario anticiparse al uso de estos términos en los escritos posteriores. Este prólogo no es, por lo tanto, una exposición acabada en sí misma; solo es una guía definitoria destinada a asistir a aquellos que lean los documentos adjuntos que tratan de la Deidad y del universo de universos, y que han sido formulados por una comisión de Orvonton enviada a Urantia con este propósito.

0:0.5 (1.5) Vuestro mundo, Urantia, es uno de los muchos planetas similares habitados que componen el universo local de Nebadon. Este universo, junto con creaciones similares, forman el superuniverso de Orvonton de cuya capital, Uversa, procede nuestra comisión. Orvonton es uno de los siete superuniversos evolutivos del tiempo y el espacio que rodean la creación sin principio ni fin y de perfección divina: el universo central de Havona. En el corazón de este universo eterno y central está la Isla estacionaria del Paraíso, centro geográfico de la infinitud y lugar de residencia del Dios eterno.

0:0.6 (1.6) Solemos llamar gran universo a la asociación de los siete superuniversos en evolución con el universo central y divino; estas son las creaciones organizadas y habitadas ahora. Todas ellas forman parte del universo maestro, que abarca también los universos del espacio exterior deshabitados pero en movilización.

I. Deidad y divinidad

0:1.1 (2.1) El universo de universos presenta fenómenos de actividades de deidad en niveles diversos de las realidades cósmicas, de los significados de la mente y de los valores del espíritu, pero todas estas ministraciones —personales u otras— están coordinadas de manera divina.

0:1.2 (2.2) LA DEIDAD es personalizable como Dios y es prepersonal y superpersonal de maneras no del todo comprensibles para el hombre. La Deidad se caracteriza por la cualidad de la unidad —actual o potencial— en todos los niveles supramateriales de la realidad; y esta cualidad unificadora la comprenden mejor las criaturas como divinidad.

0:1.3 (2.3) La Deidad actúa en los niveles personales, prepersonales y superpersonales. La Deidad total es funcional en los siete niveles siguientes:

0:1.4 (2.4) 1. Estático: Deidad autocontenida y autoexistente.

0:1.5 (2.5) 2. Potencial: Deidad con voluntad y propósito propios.

0:1.6 (2.6) 3. Asociativo: Deidad autopersonalizada y divinamente fraternal.

0:1.7 (2.7) 4. Creativo: Deidad autodistributiva y divinamente revelada.

0:1.8 (2.8) 5. Evolutivo: Deidad autoexpansiva e identificada con la criatura.

0:1.9 (2.9) 6. Supremo: Deidad autoexperiencial y unificadora de Creador y criatura. Deidad que actúa en el primer nivel de identificación con las criaturas bajo la forma de los sobrecontroladores del espacio-tiempo del gran universo. Es designada a veces como Supremacía de la Deidad.

0:1.10 (2.10) 7. Último: Deidad autoproyectada y trascendedora del espacio-tiempo. Deidad omnipotente, omnisciente y omnipresente. Deidad que actúa en el segundo nivel de expresión unificadora de la divinidad en forma de eficaces sobrecontroladores y sostenedores absonitos del universo maestro. Comparada con el ministerio de las Deidades para el gran universo, esta función absonita que tiene lugar en el universo maestro equivale al sobrecontrol y al supersostén universales, y es llamada a veces Ultimidad de la Deidad.

0:1.11 (2.11) El nivel finito de la realidad se caracteriza por la vida de las criaturas y las limitaciones del espacio-tiempo. Las realidades finitas pueden no tener final, pero tienen siempre principio: son creadas. El nivel de Deidad de la Supremacía se puede concebir como una función que está en relación con las existencias finitas.

0:1.12 (2.12) El nivel absonito de la realidad se caracteriza por cosas y seres sin principio ni final y por el hecho de trascender el tiempo y el espacio. Los absonitos no son creados; devienen: simplemente son. El nivel de Deidad de la Ultimidad connota una función que está en relación con las realidades absonitas. El fenómeno absonito, que se produce siempre que se trasciende el tiempo y el espacio en cualquier parte del universo maestro, es un acto de la Ultimidad de la Deidad.

0:1.13 (2.13) El nivel absoluto no tiene ni principio, ni fin, ni tiempo, ni espacio. Por ejemplo, en el Paraíso no existe el tiempo ni el espacio: el estatus de espacio-tiempo del Paraíso es absoluto. Las Deidades del Paraíso alcanzan existencialmente este nivel mediante la Trinidad, pero este tercer nivel de expresión unificadora de la Deidad no está plenamente unificado experiencialmente. Donde, cuando y comoquiera que actúe el nivel absoluto de la Deidad, se manifiestan los valores y significados absolutos del Paraíso.

0:1.14 (3.1) La Deidad puede ser existencial como en el Hijo Eterno, experiencial como en el Ser Supremo, asociativa como en el Dios Séptuplo, indivisa como en la Trinidad del Paraíso.

0:1.15 (3.2) La Deidad es la fuente de todo lo que es divino. La Deidad es característica e invariablemente divina, pero todo lo que es divino no es necesariamente Deidad, aunque estará coordinado con la Deidad y tenderá hacia alguna fase de unidad —espiritual, mental o personal— con la Deidad.

0:1.16 (3.3) La DIVINIDAD es la cualidad característica, unificadora y coordinadora de la Deidad.

0:1.17 (3.4) La divinidad es comprensible para las criaturas como verdad, belleza y bondad; está correlacionada en la personalidad como amor, misericordia y ministerio; se desvela en los niveles impersonales como justicia, poder y soberanía.

0:1.18 (3.5) La Divinidad puede ser perfecta —completa— como en los niveles existenciales y creadores de perfección paradisiaca; puede ser imperfecta, como en los niveles de evolución del espacio-tiempo experienciales y propios de las criaturas; o puede ser relativa, ni perfecta ni imperfecta, como en ciertos niveles de relaciones existencial-experienciales de Havona.

0:1.19 (3.6) Cuando intentamos concebir la perfección en todas sus fases y formas de relatividad, nos encontramos con siete tipos concebibles:

0:1.20 (3.7) 1. Perfección absoluta en todos los aspectos.

0:1.21 (3.8) 2. Perfección absoluta en algunas fases y perfección relativa en todos los demás aspectos.

0:1.22 (3.9) 3. Aspectos absolutos, relativos e imperfectos en asociaciones diversas.

0:1.23 (3.10) 4. Perfección absoluta en algún sentido, imperfección en todos los demás.

0:1.24 (3.11) 5. Perfección absoluta en ninguna dirección, perfección relativa en todas las manifestaciones.

0:1.25 (3.12) 6. Perfección absoluta en ninguna fase, relativa en algunas, imperfecta en otras.

0:1.26 (3.13) 7. Perfección absoluta en ningún atributo, imperfección en todos.

II. Dios

0:2.1 (3.14) Las criaturas mortales en evolución experimentan un ansia irresistible por simbolizar sus conceptos finitos de Dios. La consciencia del hombre del deber moral y su idealismo espiritual representan un nivel de valores —una realidad experiencial— que es difícil de simbolizar.

0:2.2 (3.15) La consciencia cósmica implica el reconocimiento de una Causa Primera, la sola y única realidad no causada. Dios, el Padre Universal, actúa en tres niveles de Deidad y personalidad de valor subinfinito y expresión relativa de divinidad:

0:2.3 (3.16) 1. Prepersonal como en el ministerio de los fragmentos del Padre, tales como los Ajustadores del Pensamiento.

0:2.4 (3.17) 2. Personal como en la experiencia evolutiva de los seres creados y procreados.

0:2.5 (3.18) 3. Superpersonal como en las existencias de ciertos seres absonitos y afines que devienen.

0:2.6 (3.19) DIOS es un símbolo verbal que designa a todas las personalizaciones de la Deidad. El término requiere una definición diferente en cada nivel personal de función de la Deidad y debe ser redefinido nuevamente dentro de cada uno de estos niveles, dado que este término se puede utilizar para designar las diversas personalizaciones de igual y de menor rango de la Deidad, como por ejemplo, los Hijos Creadores del Paraíso, los padres de los universos locales.

0:2.7 (4.1) El término Dios, tal como lo utilizamos, puede entenderse:

0:2.8 (4.2) Por designación: como Dios Padre.

0:2.9 (4.3) Por contexto: como cuando se utiliza al hablar acerca de algún nivel o asociación de deidad. Cuando se tengan dudas sobre la interpretación exacta de la palabra Dios, sería aconsejable referirla a la persona del Padre Universal.

0:2.10 (4.4) El término Dios denota siempre personalidad. Deidad puede referirse o no a personalidades de la divinidad.

0:2.11 (4.5) En estos documentos la palabra DIOS se usa con los significados siguientes:

0:2.12 (4.6) 1. Dios Padre: Creador, Controlador y Sostenedor. El Padre Universal, la Primera Persona de la Deidad.

0:2.13 (4.7) 2. Dios Hijo: Creador de igual rango, Controlador del Espíritu y Administrador Espiritual. El Hijo Eterno, la Segunda Persona de la Deidad.

0:2.14 (4.8) 3. Dios Espíritu: Actor Conjunto, Integrador Universal y Otorgador de Mente. El Espíritu Infinito, la Tercera Persona de la Deidad.

0:2.15 (4.9) 4. Dios Supremo: el Dios del tiempo y el espacio en actualización o evolución. La Deidad personal que está haciendo realidad asociativamente la consecución experiencial de la identidad de Creadores y criaturas en el espacio-tiempo. El Ser Supremo está experimentando personalmente la consecución de la unidad de Deidad como Dios en evolución y experiencial de las criaturas evolutivas del tiempo y el espacio.

0:2.16 (4.10) 5. Dios Séptuplo: personalidad de la Deidad que actúa de hecho en cualquier parte del tiempo y el espacio. Las Deidades personales del Paraíso y sus asociados creativos que actúan dentro y fuera de las fronteras del universo central y que se están personalizando mediante el poder como el Ser Supremo en el primer nivel, el de las criaturas, en el que la Deidad unificadora se revela en el tiempo y el espacio. Este nivel, el gran universo, es la esfera de descensión al espacio-tiempo de las personalidades del Paraíso en asociación recíproca con la ascensión en el espacio-tiempo de las criaturas evolutivas.

0:2.17 (4.11) 6. Dios Último: el Dios, en vías de devenir, del supratiempo y del espacio trascendido. El segundo nivel experiencial de manifestación de la Deidad unificadora. El Dios Último implica que se ha logrado hacer realidad la síntesis de los valores superpersonales absonitos, de los valores del espacio-tiempo trascendido y de los valores devenido-experienciales, coordinados en los niveles creativos finales de la realidad de la Deidad.

0:2.18 (4.12) 7. Dios Absoluto: el Dios, en experiencialización, de los valores superpersonales trascendidos y de los significados de la divinidad, que ahora es existencial como Absoluto de Deidad. Este es el tercer nivel de expresión y expansión de la Deidad unificadora. En este nivel supercreativo la Deidad experimenta el agotamiento del potencial personalizable, encuentra la compleción de la divinidad y sufre la extenuación de su capacidad de autorrevelarse a los niveles sucesivos y progresivos de otras personalizaciones. Entonces la Deidad encuentra al Absoluto No Cualificado, incide en él y experimenta con él la identidad.

III. La Primera Fuente y Centro

0:3.1 (4.13) La realidad total e infinita es existencial en siete fases y como siete Absolutos de igual rango:

0:3.2 (5.1) 1. La Primera Fuente y Centro.

0:3.3 (5.2) 2. La Segunda Fuente y Centro.

0:3.4 (5.3) 3. La Tercera Fuente y Centro.

0:3.5 (5.4) 4. La Isla del Paraíso.

0:3.6 (5.5) 5. El Absoluto de Deidad.

0:3.7 (5.6) 6. El Absoluto Universal.

0:3.8 (5.7) 7. El Absoluto No Cualificado.

0:3.9 (5.8) Dios como Primera Fuente y Centro es primordial —sin restricciones— con relación al total de la realidad. La Primera Fuente y Centro es infinita así como eterna y, por lo tanto, solo está limitada o condicionada por volición.

0:3.10 (5.9) Dios —el Padre Universal— es la personalidad de la Primera Fuente y Centro y como tal mantiene relaciones personales de control infinito sobre todas las fuentes y centros de igual y menor rango. Este control es personal e infinito en potencial, aunque puede que de hecho no actúe nunca debido a la perfección de la función de dichas fuentes y centros y dichas personalidades de igual y menor rango.

0:3.11 (5.10) La Primera Fuente y Centro es, por lo tanto, primordial en todos los dominios: deificados o no deificados, personales o impersonales, actuales o potenciales, finitos o infinitos. Ninguna cosa o ser, nada con carácter relativo o final existe salvo en relación directa o indirecta con la primacía de la Primera Fuente y Centro y bajo su dependencia.

0:3.12 (5.11) La Primera Fuente y Centro está relacionada con el universo de manera que:

0:3.13 (5.12) 1. Las fuerzas de gravedad de los universos materiales convergen en el centro de gravedad del Paraíso bajo. Precisamente por ello, la ubicación geográfica de su persona está fijada eternamente con relación absoluta al centro de energía-fuerza del plano bajo o material del Paraíso. Pero la personalidad absoluta de la Deidad existe en el plano alto o espiritual del Paraíso.

0:3.14 (5.13) 2. Las fuerzas de la mente convergen en el Espíritu Infinito; la mente cósmica diferencial y divergente en los siete Espíritus Maestros; la mente del Supremo que se factualiza en Majeston como experiencia en el espacio-tiempo.

0:3.15 (5.14) 3. Las fuerzas de espíritu del universo convergen en el Hijo Eterno.

0:3.16 (5.15) 4. La capacidad ilimitada de acción de deidad reside en el Absoluto de Deidad.

0:3.17 (5.16) 5. La capacidad ilimitada de respuesta de la infinitud existe en el Absoluto No Cualificado.

0:3.18 (5.17) 6. Los dos Absolutos—Cualificado y No Cualificado—están coordinados y unificados en y por el Absoluto Universal.

0:3.19 (5.18) 7. La personalidad potencial de un ser moral evolutivo o de cualquier otro ser moral está centrada en la personalidad del Padre Universal.

0:3.20 (5.19) La REALIDAD tal como la comprenden los seres finitos es parcial, relativa e imprecisa. La máxima realidad de Deidad plenamente comprensible por las criaturas finitas evolutivas está abarcada en el Ser Supremo. Sin embargo, hay realidades antecedentes y eternas, realidades suprafinitas, que son ancestrales respecto a esta Deidad Suprema de las criaturas evolutivas del espacio-tiempo. Al intentar representar el origen y la naturaleza de la realidad universal, nos vemos obligados a emplear el razonamiento en el espacio-tiempo para llegar al nivel de la mente finita. Por consiguiente, muchos de los acontecimientos simultáneos de la eternidad deben presentarse como episodios secuenciales.

0:3.21 (6.1) Tal como vería el origen y la diferenciación de la Realidad una criatura del espacio-tiempo, el eterno e infinito YO SOY consiguió liberar a la Deidad de las cadenas de la infinitud no cualificada mediante el ejercicio de su libre albedrío inherente y eterno, y este divorcio de la infinitud no cualificada produjo la primera tensión absoluta de la divinidad. Esta tensión de la diferenciación de infinitud la resuelve el Absoluto Universal, que unifica y coordina la infinitud dinámica de la Deidad Total con la infinitud estática del Absoluto No Cualificado.

0:3.22 (6.2) Con esta actuación original el YO SOY teórico consiguió hacer realidad la personalidad al convertirse en el Padre Eterno del Hijo Original y simultáneamente en la Fuente Eterna de la Isla del Paraíso. Coexistentes con la diferenciación entre el Hijo y el Padre, y en presencia del Paraíso, aparecieron la persona del Espíritu Infinito y el universo central de Havona. Con la aparición de la Deidad personal coexistente, el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito, el Padre se libró como personalidad de difundirse por todo el potencial de la Deidad Total, cosa que de otro modo hubiera sido inevitable. A partir de entonces el Padre llena todo el potencial de Deidad solo en asociación de Trinidad con sus dos iguales en Deidad, mientras que la Deidad experiencial está siendo cada vez más actualizada en los niveles de divinidad de la Supremacía, la Ultimidad y la Absolutidad.

0:3.23 (6.3) El concepto del YO SOY es una concesión filosófica que hacemos a la mente finita del hombre ligada al tiempo y encadenada al espacio, a la incapacidad de las criaturas de comprender las existencias de la eternidad que son realidades y relaciones sin principio ni fin. Para la criatura del espacio-tiempo todas las cosas deben tener un principio, con la única excepción del ÚNICO NO CAUSADO, la causa de causas primigenia. Por lo tanto, conceptualizamos este nivel filosófico de valor como el YO SOY al tiempo que enseñamos a todas las criaturas que el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito son coeternos con el YO SOY. En otras palabras, que no ha habido nunca un tiempo en el que el YO SOY no fuera el Padre del Hijo, y con él, del Espíritu.

0:3.24 (6.4) Se emplea el Infinito para denotar la plenitud —la condición de ser final— implícita en la primacía de la Primera Fuente y Centro. El YO SOY teórico es una extensión filosófica para la criatura de la «infinitud de voluntad», pero el Infinito es un nivel actual de valor que representa la intensión de eternidad de la verdadera infinitud del libre albedrío absoluto y sin trabas del Padre Universal. Este concepto se designa a veces como el Infinito Padre.

0:3.25 (6.5) Gran parte de la confusión de todos los órdenes de seres, altos y bajos, en sus esfuerzos por descubrir al Infinito-Padre es inherente a sus limitaciones de comprensión. La primacía absoluta del Padre Universal no es evidente en los niveles subinfinitos, y por ello es probable que solo el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito conozcan verdaderamente al Padre como infinitud. Para todas las demás personalidades dicho concepto supone un acto de fe.

IV. La realidad del universo

0:4.1 (6.6) La realidad se actualiza diferencialmente en diversos niveles del universo; la realidad se origina en y por la volición infinita del Padre Universal y es realizable en tres fases primarias en muchos niveles diferentes de actualización del universo:

0:4.2 (6.7) 1. La realidad no deificada se extiende desde los dominios de energía de lo no personal hasta los ámbitos de realidad de los valores no personalizables de existencia universal, incluso hasta la presencia del Absoluto No Cualificado.

0:4.3 (7.1) 2. La realidad deificada abarca todos los potenciales infinitos de Deidad que se extienden desde el finito más bajo hasta el infinito más alto a través de todos los ámbitos de la personalidad. Engloba así el dominio de todo lo que es personalizable y más, incluso hasta la presencia del Absoluto de Deidad.

0:4.4 (7.2) 3. La realidad interasociada. Se supone que la realidad del universo es deificada o no deificada, pero para los seres subdeificados existe un vasto dominio de realidad interasociada, potencial y en actualización, que es difícil de identificar. Gran parte de esta realidad de igual rango está englobada dentro de los ámbitos del Absoluto Universal.

0:4.5 (7.3) Este es el concepto primordial de la realidad original: el Padre inicia y mantiene la Realidad. Las diferenciaciones primordiales de la realidad son lo deificado y lo no deificado: el Absoluto de Deidad y el Absoluto No Cualificado. La relación primordial es la tensión entre ellos. Esta tensión de divinidad iniciada por el Padre está perfectamente resuelta por el Absoluto Universal y se eterniza como Absoluto Universal.

0:4.6 (7.4) Desde el punto de vista del tiempo y el espacio la realidad es divisible además como:

0:4.7 (7.5) 1. Actual y Potencial. Realidades que existen en su plenitud de expresión en contraste con aquellas que llevan en sí una capacidad no desvelada de crecimiento. El Hijo Eterno es una actualidad espiritual absoluta; el hombre mortal es en gran medida una potencialidad espiritual no realizada.

0:4.8 (7.6) 2. Absoluta y Subabsoluta. Las realidades absolutas son existencias de eternidad. Las realidades subabsolutas se proyectan en dos niveles. Absonitas: realidades que son relativas tanto respecto al tiempo como a la eternidad. Finitas: realidades que se proyectan en el espacio y se actualizan en el tiempo.

0:4.9 (7.7) 3. Existencial y Experiencial. La Deidad del Paraíso es existencial, pero el Supremo y el Último en emergencia son experienciales.

0:4.10 (7.8) 4. Personal e Impersonal. La expansión de la Deidad, la expresión de la personalidad y la evolución del universo están condicionadas para siempre por el acto de libre albedrío del Padre que separó para siempre los significados y valores espíritu-mente personales de actualidad y potencialidad centrados en el Hijo Eterno, de aquellas cosas que están centradas en la Isla eterna del Paraíso y son inherentes a ella.

0:4.11 (7.9) El PARAÍSO es un término inclusivo de los Absolutos focales personales y no personales de todas las fases de la realidad del universo. El Paraíso, apropiadamente cualificado, puede connotar todas y cada una de las formas de realidad, Deidad, divinidad, personalidad y energía, ya sea espiritual, mental o material. Todas comparten el Paraíso como lugar de origen, función y destino en cuanto a valores, significados y existencia factual.

0:4.12 (7.10) La Isla del Paraíso —el Paraíso sin más cualificación— es el Absoluto del control de la gravedad material de la Primera Fuente y Centro. El Paraíso es inmóvil, y es la única cosa estacionaria en el universo de universos. La Isla del Paraíso tiene ubicación en el universo pero no posición en el espacio. Esta Isla eterna es la fuente propiamente dicha de los universos físicos pasados, presentes y futuros. La Isla nuclear de Luz es un derivado de la Deidad pero no es exactamente Deidad. Tampoco las creaciones materiales son parte de la Deidad, son una consecuencia.

0:4.13 (7.11) El Paraíso no es creador. Es un controlador único de muchas actividades del universo mucho más caracterizado por controlar que por reaccionar. En todos los universos materiales el Paraíso influye en las reacciones y en la conducta de todos los seres que tienen que ver con la fuerza, la energía y el poder, pero el Paraíso en sí mismo es único, exclusivo y está aislado en los universos. El Paraíso no representa a nada y nada representa al Paraíso. No es ni una fuerza ni una presencia; es simplemente el Paraíso.

V. Realidades de personalidad

0:5.1 (8.1) La personalidad es un nivel de realidad deificada. Se extiende a partir del nivel de activación más alta de la mente para la adoración y la sabiduría del mortal y del ser intermedio. Sigue hacia arriba por los niveles morontial y espiritual hasta alcanzar el carácter final del estatus de la personalidad. Este es el ascenso evolutivo de la personalidad de las criaturas mortales y similares, pero hay otros numerosos órdenes de personalidades en el universo.

0:5.2 (8.2) La realidad está sujeta a la expansión universal, la personalidad a una diversificación infinita, y ambas son susceptibles de coordinación casi ilimitada con la Deidad y de estabilización eterna. Si bien la gama metamórfica de la realidad no personal está claramente limitada, no conocemos limitaciones a la evolución progresiva de las realidades de personalidad.

0:5.3 (8.3) En los niveles experienciales alcanzados, todos los órdenes o valores de la personalidad son asociables e incluso cocreativos. Incluso Dios y el hombre pueden coexistir en una personalidad unificada, como queda excelsamente demostrado en el estatus presente de Cristo Miguel: Hijo del Hombre e Hijo de Dios.

0:5.4 (8.4) Todos los órdenes y fases subinfinitos de la personalidad son susceptibles de asociación y potencialmente cocreativos. Todo lo prepersonal, lo personal y lo superpersonal está vinculado conjuntamente por un potencial mutuo de logro de naturaleza semejante, de consecución progresiva y de capacidad cocreativa. Pero lo impersonal no se transmuta nunca directamente en personal. La personalidad no es nunca espontánea, es el don del Padre del Paraíso. La personalidad se superpone a la energía y se asocia solo con sistemas vivos de energía; la identidad puede asociarse con patrones no vivos de energía.

0:5.5 (8.5) El Padre Universal es el secreto de la realidad de la personalidad, del otorgamiento de la personalidad y del destino de la personalidad. El Hijo Eterno es la personalidad absoluta, el secreto de la energía espiritual, de los espíritus de la morontia y de los espíritus perfeccionados. El Actor Conjunto es la personalidad mente-espíritu, la fuente de la inteligencia, de la razón y de la mente universal. Pero la Isla del Paraíso es no personal y extraespiritual, y es la esencia del cuerpo universal, la fuente y el centro de la materia física y el patrón maestro absoluto de la realidad material universal.

0:5.6 (8.6) Estas cualidades de la realidad universal se manifiestan en la experiencia humana de los urantianos en los niveles siguientes:

0:5.7 (8.7) 1. Cuerpo. El organismo físico o material del hombre. El mecanismo electroquímico vivo de naturaleza y origen animal.

0:5.8 (8.8) 2. Mente. El mecanismo del organismo humano que piensa, percibe y siente. La experiencia total consciente e inconsciente. La inteligencia asociada a la vida emocional que se eleva hasta el nivel del espíritu a través de la adoración y de la sabiduría.

0:5.9 (8.9) 3. Espíritu. El espíritu divino que mora en el interior de la mente del hombre: el Ajustador del Pensamiento. Este espíritu inmortal es prepersonal —no es una personalidad—, aunque está destinado a convertirse en una parte de la personalidad de la criatura mortal superviviente.

0:5.10 (8.10) 4. Alma. El alma del hombre es una adquisición experiencial. A medida que una criatura mortal elige «hacer la voluntad del Padre del cielo», el espíritu que mora en su interior se convierte en el padre de una nueva realidad de la experiencia humana. La mente mortal y material es la madre de esta misma realidad emergente. La sustancia de esta nueva realidad no es ni material ni espiritual, es morontial. Es el alma emergente e inmortal que está destinada a sobrevivir al fallecimiento del mortal y a empezar la ascensión al Paraíso.

0:5.11 (9.1) Personalidad. La personalidad del hombre mortal no es ni cuerpo, ni mente ni espíritu; tampoco es el alma. La personalidad es la única realidad que no cambia en la experiencia por lo demás siempre cambiante de la criatura, y unifica el resto de los factores asociados de la individualidad. La personalidad es el otorgamiento único que el Padre Universal hace a las energías vivas y asociadas de materia, mente y espíritu, y que sobrevive con la supervivencia del alma morontial.

0:5.12 (9.2) Morontia es un término que designa un vasto nivel intermedio entre lo material y lo espiritual. Puede designar realidades personales o impersonales, energías vivas o no vivas. La urdimbre de la morontia es espiritual, su trama es física.

VI. Energía y patrón

0:6.1 (9.3) Llamamos personal a todo lo que responde al circuito de personalidad del Padre. Llamamos espíritu a todo lo que responde al circuito de espíritu del Hijo. Llamamos mente, mente como atributo del Espíritu Infinito, (mente en todas sus fases) a todo lo que responde al circuito de mente del Actor Conjunto. Llamamos materia (materia-energía en todos sus estados metamórficos) a todo lo que responde al circuito de gravedad material centrado en el Paraíso bajo.

0:6.2 (9.4) Utilizamos ENERGÍA como un término que lo incluye todo, aplicado a los ámbitos espiritual, mental y material. Fuerza se usa igual de extensamente. Poder se suele limitar a designar el nivel electrónico de la materia del gran universo, que es material o sensible a la gravedad lineal. Poder se emplea también para designar la soberanía. No podemos seguir vuestras definiciones generalmente aceptadas de fuerza, energía y poder. Es tal la pobreza del lenguaje que debemos asignar múltiples significados a estos términos.

0:6.3 (9.5) Energía física es un término que denota todas las fases y formas del movimiento, la acción y el potencial de los fenómenos.

0:6.4 (9.6) Al tratar sobre las manifestaciones de la energía física, empleamos generalmente los términos fuerza cósmica, energía emergente y poder del universo. A menudo se utilizan como sigue:

0:6.5 (9.7) 1. Fuerza cósmica abarca todas las energías derivadas del Absoluto No Cualificado pero que aún no responden a la gravedad del Paraíso.

0:6.6 (9.8) 2. Energía emergente abarca las energías que responden a la gravedad del Paraíso pero que aún no responden a la gravedad local o lineal. Es el nivel preelectrónico de la materia-energía.

0:6.7 (9.9) 3. Poder del universo incluye todas las formas de energía que, si bien siguen respondiendo a la gravedad del Paraíso, responden directamente a la gravedad lineal. Es el nivel electrónico de la materia-energía y de todas sus evoluciones posteriores.

0:6.8 (9.10) Mente es un fenómeno que connota la presencia y actividad de un ministerio vivo añadido a diversos sistemas de energía, y esto es verdad en todos los niveles de inteligencia. En la personalidad, la mente media siempre entre el espíritu y la materia. Por consiguiente, el universo está iluminado por tres tipos de luz: luz material, comprensión intelectual y luminosidad de espíritu.

0:6.9 (10.1) Luz —la luminosidad de espíritu— es un símbolo verbal, una figura retórica, que connota la manifestación de la personalidad característica de los seres de espíritu de los diversos órdenes. Esta emanación luminosa no está relacionada en ningún sentido ni con la comprensión intelectual ni con las manifestaciones de la luz física.

0:6.10 (10.2) Un PATRÓN puede proyectarse como material, espiritual o mental, o como cualquier combinación de estas energías. Puede permear personalidades, identidades, entidades o materia no viva. Pero un patrón es un patrón y sigue siendo patrón. Solo las copias se multiplican.

0:6.11 (10.3) El patrón puede configurar la energía pero no la controla. La gravedad es el único control de la materia-energía. Ni el espacio ni el patrón responden a la gravedad, pero no hay ninguna relación entre el espacio y el patrón; el espacio no es ni patrón ni patrón potencial. El patrón es una configuración de la realidad que ya ha pagado toda su deuda de gravedad. La realidad de cualquier patrón se compone de sus energías, de sus componentes de mente, de espíritu o materiales.

0:6.12 (10.4) En contraposición con el aspecto de lo total, el patrón desvela el aspecto individual de la energía y de la personalidad. Las formas de la personalidad o de la identidad son patrones que resultan de la energía (física, espiritual o mental), pero no son inherentes a ella. La cualidad de la energía o de la personalidad que ocasiona la aparición del patrón puede atribuirse a Dios —a la Deidad— a la dotación de fuerza del Paraíso, a la coexistencia de la personalidad y el poder.

0:6.13 (10.5) El patrón es un diseño maestro a partir del cual se hacen copias. El Paraíso Eterno es el absoluto de los patrones; el Hijo Eterno es la personalidad patrón; el Padre Universal es la fuente-ancestro directa de ambos. Pero el Paraíso no otorga el patrón, y el Hijo no puede otorgar la personalidad.

VII. El Ser Supremo

0:7.1 (10.6) El mecanismo de Deidad del universo maestro es doble en lo que concierne a las relaciones de la eternidad. Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu son eternos —son seres existenciales— mientras que Dios Supremo, Dios Último y Dios Absoluto son personalidades de la Deidad que están en actualización y que pertenecen a las épocas posteriores a Havona de las esferas del espacio-tiempo y del espacio-tiempo trascendido, esferas de expansión evolutiva del universo maestro. Estas personalidades de la Deidad que están en actualización son eternos futuros desde el momento y en la medida en que se personalizan mediante el poder en los universos en crecimiento por la técnica de la actualización experiencial de los potenciales creativo-asociativos de las Deidades eternas del Paraíso.

0:7.2 (10.7) La Deidad es, por consiguiente, dual en su presencia:

0:7.3 (10.8) 1. Existencial: seres de existencia eterna, pasada, presente y futura.

0:7.4 (10.9) 2. Experiencial: seres que se están actualizando en el presente posterior a Havona, pero de existencia sin fin en toda la eternidad futura.

0:7.5 (10.10) El Padre, el Hijo y el Espíritu son existenciales, existenciales en actualidad (aunque todos los potenciales son supuestamente experienciales). El Supremo y el Último son enteramente experienciales. El Absoluto de Deidad es experiencial en actualización pero existencial en potencialidad. La esencia de la Deidad es eterna, pero solo las tres personas originales de la Deidad son incondicionalmente eternas. Todas las demás personalidades de la Deidad tienen un origen, pero son eternas en su destino.

0:7.6 (10.11) Habiendo conseguido expresar la Deidad existencial de sí mismo en el Hijo y en el Espíritu, el Padre está consiguiendo ahora expresarse experiencialmente como Dios Supremo, Dios Último y Dios Absoluto en unos niveles de deidad hasta ahora impersonales y no revelados. Pero estas Deidades experienciales no existen ahora plenamente, están en proceso de actualización.

0:7.7 (11.1) Dios Supremo, que está en Havona, es el reflejo personal de espíritu de la Deidad trina del Paraíso. Esta relación asociativa de la Deidad se está expandiendo ahora creativamente hacia fuera en Dios Séptuplo y se está sintetizando en el poder experiencial del Supremo Todopoderoso en el gran universo. La Deidad del Paraíso, existencial como tres personas, está así evolucionando experiencialmente en dos fases de la Supremacía, mientras que estas fases duales se están unificando en poder-personalidad como un solo Señor, el Ser Supremo.

0:7.8 (11.2) El Padre Universal consigue liberarse voluntariamente de las ataduras de la infinitud y de las cadenas de la eternidad mediante la técnica de la trinización, la personalización triple de la Deidad. El Ser Supremo está, incluso ahora mismo, evolucionando como unificación de personalidad subeterna de la manifestación séptupla de la Deidad en los segmentos del espacio-tiempo del gran universo.

0:7.9 (11.3) El Ser Supremo no es un creador directo, aparte de ser el padre de Majeston, pero es un coordinador sintético de todas las actividades de los Creadores y criaturas del universo. El Ser Supremo, ahora en actualización en los universos evolutivos, es la Deidad correlacionadora y sintetizadora de la divinidad del espacio-tiempo, de la Deidad trina del Paraíso en asociación experiencial con los Creadores Supremos del tiempo y el espacio. Cuando finalmente se haya actualizado, esta Deidad evolutiva constituirá la fusión eterna de lo finito y lo infinito, la unión sempiterna e indisoluble del poder experiencial con la personalidad de espíritu.

0:7.10 (11.4) Bajo el impulso directivo del Ser Supremo en evolución, toda la realidad finita del espacio-tiempo está dedicada a una movilización siempre en ascenso y a una unificación en perfeccionamiento (la síntesis de poder-personalidad) de todas las fases y valores de la realidad finita, en asociación con diversas fases de la realidad paradisiaca, con el propósito y el fin de embarcarse posteriormente en el intento de alcanzar los niveles absonitos de logro como supercriatura.

VIII. Dios Séptuplo

0:8.1 (11.5) Para enmendar su estatus de finitud y para compensar las limitaciones de concepto de las criaturas, el Padre Universal ha establecido el acercamiento séptuplo a la Deidad de las criaturas evolutivas:

0:8.2 (11.6) 1. Los Hijos Creadores del Paraíso.

0:8.3 (11.7) 2. Los Ancianos de los Días.

0:8.4 (11.8) 3. Los siete Espíritus Maestros.

0:8.5 (11.9) 4. El Ser Supremo.

0:8.6 (11.10) 5. Dios Espíritu.

0:8.7 (11.11) 6. Dios Hijo.

0:8.8 (11.12) 7. Dios Padre.

0:8.9 (11.13) Esta personalización séptupla de la Deidad en el tiempo y el espacio y para los siete superuniversos permite al hombre mortal alcanzar la presencia de Dios, que es espíritu. Esta Deidad séptupla, que para las criaturas finitas del espacio-tiempo algún día se personalizará mediante el poder en el Ser Supremo, es la Deidad funcional de las criaturas mortales evolutivas que hacen la carrera de ascensión al Paraíso. Dicha carrera experiencial de descubrimiento para comprender a Dios empieza con el reconocimiento de la divinidad del Hijo Creador del universo local, asciende por los Ancianos de los Días del superuniverso y continúa a través de la persona de uno de los siete Espíritus Maestros hasta que se logra descubrir y reconocer la personalidad divina del Padre Universal del Paraíso.

0:8.10 (12.1) El gran universo es el dominio triple de Deidad de la Trinidad de la Supremacía, de Dios Séptuplo y del Ser Supremo. Dios Supremo está en potencia en la Trinidad del Paraíso de la que provienen su personalidad y sus atributos de espíritu, pero ahora se está actualizando en los Hijos Creadores, los Ancianos de los Días y los Espíritus Maestros, de quienes proviene su poder como Todopoderoso sobre los superuniversos del tiempo y el espacio. Esta manifestación de poder del Dios inmediato de las criaturas evolutivas evoluciona de hecho en el espacio-tiempo concomitantemente con ellas. El Supremo Todopoderoso que evoluciona en el nivel de valor de las actividades no personales y la persona de espíritu de Dios Supremo son una única realidad: el Ser Supremo.

0:8.11 (12.2) En la asociación de Deidad del Dios Séptuplo, los Hijos Creadores proporcionan el mecanismo por el cual lo mortal se convierte en inmortal y lo finito logra el abrazo de lo infinito. El Ser Supremo proporciona la técnica para la movilización de poder-personalidad, la síntesis divina, de todas estas múltiples operaciones, permitiendo así que lo finito alcance lo absonito y, a través de otras posibles actualizaciones futuras, intente el logro del Último. Los Hijos Creadores y sus compañeras, las Ministras Divinas, participan en esta movilización suprema, pero es probable que los Ancianos de los Días y los siete Espíritus Maestros estén asignados eternamente como administradores permanentes del gran universo.

0:8.12 (12.3) La función de Dios Séptuplo data de la organización de los siete superuniversos, y se expandirá probablemente en conexión con la evolución futura de las creaciones del espacio exterior. La organización de estos futuros universos en los niveles de espacio primario, secundario, terciario y cuartano de evolución progresiva presenciará indudablemente la inauguración del acercamiento trascendente y absonito a la Deidad.

IX. Dios Último

0:9.1 (12.4) Así como el Ser Supremo evoluciona progresivamente a partir de la dotación antecedente de divinidad del potencial de energía y personalidad abarcado del gran universo, Dios Último deviene a partir de los potenciales de divinidad que residen en los dominios del espacio-tiempo trascendido del universo maestro. La actualización de la Deidad Última señala la unificación absonita de la primera Trinidad experiencial y significa la expansión de la Deidad unificadora en el segundo nivel de autorrealización creativa. Esto constituye el equivalente en personalidad-poder a la actualización de la Deidad experiencial en el universo respecto a las realidades absonitas del Paraíso en los niveles, en vías de devenir, de los valores del espacio-tiempo trascendido. La compleción de tal despliegue experiencial está diseñada para proporcionar un destino último de servicio a todas las criaturas del espacio-tiempo que hayan alcanzado los niveles absonitos a través de la realización completa del Ser Supremo y mediante el ministerio de Dios Séptuplo.

0:9.2 (12.5) Dios Último designa a la Deidad personal que actúa en los niveles de divinidad de lo absonito y en las esferas del supratiempo y del espacio trascendido del universo. El Último es un devenir supersupremo de la Deidad. El Supremo es la unificación de Trinidad que comprenden los seres finitos. El Último es la unificación de la Trinidad del Paraíso que comprenden los seres absonitos.

0:9.3 (13.1) A través del mecanismo de la Deidad evolutiva, el Padre Universal está ocupado de hecho en el acto formidable y asombroso de focalizar la personalidad y movilizar el poder de los valores de la realidad divina de lo finito, lo absonito e incluso lo absoluto, en sus respectivos niveles de significado del universo.

0:9.4 (13.2) Las tres primeras Deidades del Paraíso eternas en el pasado —el Padre Universal, el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito— van a ser, en el futuro eterno, complementadas en su personalidad mediante la actualización experiencial de las Deidades evolutivas asociadas: Dios Supremo, Dios Último y posiblemente Dios Absoluto.

0:9.5 (13.3) Dios Supremo y Dios Último, ahora en evolución en los universos experienciales, no son existenciales —no son eternos pasados, solo eternos futuros—, son eternos condicionados por el espacio-tiempo y por lo trascendental. Son Deidades con dotaciones suprema, última y posiblemente supremo-última, pero que han experimentado orígenes históricos en el universo. No tendrán nunca fin, pero sus personalidades sí han tenido principio. Son realmente actualizaciones de los potenciales eternos e infinitos de la Deidad, pero por sí mismos no son ni incondicionalmente eternos ni infinitos.

X. Dios Absoluto

0:10.1 (13.4) Hay muchos rasgos de la realidad eterna del Absoluto de Deidad que no se pueden explicar plenamente a la mente finita del espacio-tiempo, pero la actualización de Dios Absoluto sería la consecuencia de la unificación de la segunda Trinidad experiencial, la Trinidad Absoluta. Esto constituiría la realización experiencial de la divinidad absoluta, la unificación de los significados absolutos en los niveles absolutos. Pero no estamos seguros de que estén abarcados todos los valores absolutos, puesto que en ningún momento se nos ha informado de que el Absoluto Cualificado sea el equivalente del Infinito. Los destinos superúltimos están involucrados en los significados absolutos y en la espiritualidad infinita, y sin estas dos realidades no logradas, no podemos establecer valores absolutos.

0:10.2 (13.5) Dios Absoluto es la meta de logro y realización de todos los seres superabsonitos, pero el potencial de poder y de personalidad del Absoluto de Deidad trasciende nuestro concepto y nos sentimos inseguros al tratar sobre esas realidades tan alejadas de la actualización experiencial.

XI. Los tres Absolutos

0:11.1 (13.6) Cuando el pensamiento combinado del Padre Universal y del Hijo Eterno, actuando en el Dios de Acción, constituyó la creación del universo central y divino, el Padre siguió la expresión de su pensamiento en el verbo de su Hijo y en el acto del Ejecutivo Conjunto de ambos, al diferenciar su presencia en Havona de los potenciales de la infinitud. Y estos potenciales infinitos no desvelados permanecen ocultos al espacio en el Absoluto No Cualificado y cubiertos divinamente en el Absoluto de Deidad, mientras que estos dos últimos se convierten en uno en la actuación del Absoluto Universal, la unidad y la infinitud no reveladas del Padre del Paraíso.

0:11.2 (13.7) Tanto la potencia de la fuerza cósmica como la potencia de la fuerza de espíritu están en proceso de realización progresiva por revelación a medida que se lleva a cabo el enriquecimiento de toda la realidad por el crecimiento experiencial y mediante la correlación de lo experiencial con lo existencial por parte del Absoluto Universal. En virtud de la presencia equilibrante del Absoluto Universal, la Primera Fuente y Centro hace realidad la extensión del poder experiencial, disfruta de la identificación con sus criaturas evolutivas y consigue expandir la Deidad experiencial en los niveles de la Supremacía, la Ultimidad y la Absolutidad.

0:11.3 (14.1) Cuando no es posible distinguir plenamente el Absoluto de Deidad del Absoluto No Cualificado, su supuesta función combinada o presencia coordinada se denomina acción del Absoluto Universal.

0:11.4 (14.2) 1. El Absoluto de Deidad parece ser el activador omnipotente, mientras que el Absoluto No Cualificado aparece como el mecanizador omnieficiente del universo de universos supremamente unificado y coordinado de manera última, e incluso de universos y universos, hechos, haciéndose o aún por hacer.

0:11.5 (14.3) El Absoluto de Deidad no puede reaccionar de manera subabsoluta a ninguna situación del universo, o al menos no lo hace. Todas las respuestas de este Absoluto a cualquier situación dada parecen dirigidas al bienestar de toda la creación de cosas y seres, no solo en su presente estado de existencia, sino teniendo también en consideración las posibilidades infinitas de toda la eternidad futura.

0:11.6 (14.4) El Absoluto de Deidad es ese potencial que fue segregado de la realidad total, infinita, por la elección del libre albedrío del Padre Universal, y dentro del cual tienen lugar todas las actividades —existenciales y experienciales— de la divinidad. Es el Absoluto Cualificado en contraposición al Absoluto No Cualificado. Pero el Absoluto Universal se sobreañade a ambos en el abarcamiento de todo el potencial absoluto.

0:11.7 (14.5) 2. El Absoluto No Cualificado es no personal, extradivino y no deificado. El Absoluto No Cualificado está por lo tanto desprovisto de personalidad, de divinidad y de todas las prerrogativas de creador. Ningún hecho o verdad, experiencia o revelación, filosofía o absonidad, es capaz de penetrar en la naturaleza y el carácter de este Absoluto sin cualificación en el universo.

0:11.8 (14.6) Queremos dejar claro que el Absoluto No Cualificado es una realidad auténtica que permea el gran universo y que parece seguir extendiéndose hacia fuera, con igual presencia en el espacio, hasta las actividades de fuerza y las evoluciones premateriales de las pasmosas extensiones de las regiones del espacio situadas más allá de los siete superuniversos. El Absoluto No Cualificado no es el mero negativismo de un concepto filosófico basado en las suposiciones de sofisterías metafísicas concernientes a la universalidad, a la dominación y a la primacía de lo no condicionado y lo no cualificado. El Absoluto No Cualificado es un auténtico sobrecontrol del universo en la infinitud. Este sobrecontrol es ilimitado en fuerza-espacio, pero está claramente condicionado por la presencia de la vida, la mente, el espíritu y la personalidad. Está condicionado además por las reacciones de la voluntad de la Trinidad del Paraíso y por sus mandatos intencionados.

0:11.9 (14.7) Estamos convencidos de que el Absoluto No Cualificado no es una influencia indiferenciada que lo permea todo comparable a los conceptos panteístas de la metafísica o a la antigua hipótesis científica del éter. El Absoluto No Cualificado es ilimitado en fuerza y está condicionado por la Deidad, pero no percibimos plenamente la relación de este Absoluto con las realidades de espíritu de los universos.

0:11.10 (14.8) 3. El Absoluto Universal, deducimos lógicamente, era inevitable en el acto de libre albedrío absoluto del Padre Universal al diferenciar las realidades del universo en valores deificados y no deificados —personalizables y no personalizables—. El Absoluto Universal es el fenómeno de la Deidad indicativo de la resolución de la tensión creada por el acto de libre albedrío de diferenciar de ese modo la realidad del universo, y actúa como coordinador asociativo de estas sumas totales de las potencialidades existenciales.

0:11.11 (15.1) La presencia-tensión del Absoluto Universal significa ajustar la diferenciación entre la realidad de deidad y la realidad no deificada. Esta diferenciación es inherente a la separación entre la dinámica de la divinidad con libre albedrío y la estática de la infinitud no cualificada.

0:11.12 (15.2) Recordad siempre que la infinitud potencial es absoluta e inseparable de la eternidad. La infinitud actual en el tiempo nunca puede ser más que parcial y debe ser, por lo tanto, no absoluta. Tampoco la infinitud de la personalidad actual puede ser absoluta, excepto en la Deidad no cualificada. Y es la diferenciación del potencial de infinitud entre el Absoluto No Cualificado y el Absoluto de Deidad lo que eterniza al Absoluto Universal, haciendo así cósmicamente posible tener universos materiales en el espacio y espiritualmente posible tener personalidades finitas en el tiempo.

0:11.13 (15.3) En el cosmos lo finito solo puede coexistir con lo Infinito por la presencia asociativa del Absoluto Universal que iguala tan perfectamente las tensiones entre el tiempo y la eternidad, la finitud y la infinitud, el potencial de realidad y la actualidad de realidad, el Paraíso y el espacio, el hombre y Dios. Asociativamente, el Absoluto Universal constituye la identificación de la zona de realidad evolutiva en progreso existente tanto en los universos del espacio-tiempo como en los universos del espacio-tiempo trascendido, que son los universos de manifestación subinfinita de la Deidad.

0:11.14 (15.4) El Absoluto Universal es el potencial de la Deidad dinámico-estática realizable funcionalmente en los niveles del tiempo y la eternidad como valores finitos y absolutos, y susceptibles de acercamiento experiencial y existencial. Este aspecto incomprensible de la Deidad puede ser estático, potencial y asociativo, pero no es experiencialmente creativo ni evolutivo en lo que concierne a las personalidades inteligentes que actúan ahora en el universo maestro.

0:11.15 (15.5) El Absoluto. Los dos Absolutos —el cualificado y el no cualificado—, tan aparentemente divergentes en función a los ojos de las criaturas con mente, están perfecta y divinamente unificados en y por el Absoluto Universal. En último término y en su comprensión final, los tres son un único Absoluto. En los niveles subinfinitos se diferencian funcionalmente, pero son UNO en la infinitud.

0:11.16 (15.6) No utilizamos nunca el término «Absoluto» como negación de algo ni como rechazo de nada. Tampoco consideramos que el Absoluto Universal sea autodeterminativo, una especie de Deidad panteísta e impersonal. En todo lo que concierne a la personalidad en el universo, el Absoluto está estrictamente limitado por la Trinidad y dominado por la Deidad.

XII. Las Trinidades

0:12.1 (15.7) La Trinidad del Paraíso original y eterna es existencial y fue inevitable. Esta Trinidad sin principio era inherente al hecho de la diferenciación de lo personal y lo no personal por la voluntad sin trabas del Padre, y se factualizó cuando su voluntad personal coordinó estas realidades duales mediante la mente. Las Trinidades posteriores a Havona son experienciales: son inherentes a la creación de los dos niveles subabsolutos y evolutivos de manifestación de poder-personalidad en el universo maestro.

0:12.2 (15.8) La Trinidad del Paraíso —la unión eterna de Deidad del Padre Universal, del Hijo Eterno y del Espíritu Infinito— es existencial en actualidad, pero todos los potenciales son experienciales. Por lo tanto, esta Trinidad constituye la única realidad de Deidad que abarca la infinitud y, por lo tanto, ocurren en ella los fenómenos del universo de actualización de Dios Supremo, Dios Último y Dios Absoluto.

0:12.3 (15.9) La primera y la segunda Trinidad experiencial, las Trinidades posteriores a Havona, no pueden ser infinitas porque abarcan Deidades derivadas, Deidades evolucionadas mediante actualización experiencial de realidades creadas por la Trinidad existencial del Paraíso o devenidas de ella. La infinitud de la divinidad se está enriqueciendo constantemente, si no ampliando, mediante la finitud y la absonidad de la experiencia de criatura y Creador.

0:12.4 (16.1) Las Trinidades son verdades de la relación y hechos de la manifestación de la Deidad de igual rango. Las funciones de la Trinidad abarcan las realidades de Deidad, y las realidades de Deidad buscan siempre realizarse y manifestarse en la personalización. Dios Supremo, Dios Último e incluso Dios Absoluto son por lo tanto inevitabilidades divinas. Estas tres Deidades experienciales eran potenciales en la Trinidad existencial, la Trinidad del Paraíso. Pero su emergencia en el universo como personalidades de poder depende en parte de su propia actuación experiencial en los universos de poder y personalidad y en parte de las consecuciones experienciales de los Creadores y de las Trinidades posteriores a Havona.

0:12.5 (16.2) Las dos Trinidades posteriores a Havona, las Trinidades experienciales Última y Absoluta, no son ahora plenamente manifiestas; están en proceso de realización en el universo. Estas asociaciones de Deidad se pueden describir como sigue:

0:12.6 (16.3) 1. La Trinidad Última, ahora en evolución, constará finalmente del Ser Supremo, las Personalidades Creadoras Supremas y los Arquitectos absonitos del Universo Maestro, esos planificadores únicos de universos que no son ni creadores ni criaturas. Dios Último adquirirá final e inevitablemente poder y personalidad como consecuencia en la Deidad de la unificación de esta Trinidad Última experiencial en la arena en expansión del casi ilimitado universo maestro.

0:12.7 (16.4) 2. La Trinidad Absoluta —la segunda Trinidad experiencial— ahora en proceso de actualización, constará de Dios Supremo, Dios Último y del no revelado Consumador del Destino del Universo. Esta Trinidad actúa tanto en los niveles personales como en los superpersonales, incluso hasta las fronteras de lo no personal, y su unificación en la universalidad experiencializaría la Deidad Absoluta.

0:12.8 (16.5) La Trinidad Última se está unificando experiencialmente en compleción, pero tenemos dudas reales sobre la posibilidad de tal unificación plena de la Trinidad Absoluta. Sin embargo, nuestro concepto de la Trinidad eterna del Paraíso es un recordatorio permanente de que la trinización de la Deidad puede llevar a cabo lo que no es alcanzable de otra manera. De ahí que postulemos la aparición en algún momento del Supremo-Último y la posible trinización-factualización de Dios Absoluto.

0:12.9 (16.6) Los filósofos del universo postulan una Trinidad de Trinidades, una Trinidad Infinita existencial y experiencial, aunque no son capaces de imaginar su personalización. Equivaldría posiblemente a la persona del Padre Universal en el nivel conceptual del YO SOY. Pero independientemente de todo esto, la Trinidad original del Paraíso es potencialmente infinita puesto que el Padre Universal es de hecho infinito.

Reconocimiento

0:12.11 (16.8) Al formular las exposiciones que siguen, referentes a la descripción del carácter del Padre Universal y de la naturaleza de sus asociados paradisiacos, junto con un intento de describir el perfecto universo central y los siete superuniversos que lo rodean, hemos de guiarnos por el mandato de los regidores del superuniverso. Dicho mandato nos dicta que, en todos nuestros esfuerzos por revelar la verdad y coordinar el conocimiento esencial, demos preferencia a los conceptos humanos más altos existentes relacionados con las materias que vamos a exponer. Solo podemos recurrir a la revelación pura cuando el concepto que queremos presentar no haya tenido expresión previa adecuada por parte de la mente humana.

0:12.12 (17.1) Las sucesivas revelaciones planetarias de la verdad divina abarcan invariablemente los conceptos más altos existentes de los valores espirituales como parte de la coordinación nueva y mejorada del conocimiento planetario. En consecuencia, al hacer estas exposiciones sobre Dios y sus asociados del universo, hemos seleccionado como base para estos documentos más de mil conceptos humanos que representan el conocimiento planetario más alto y más avanzado sobre valores espirituales y significados del universo. Cuando estos conceptos humanos, recopilados de mortales conocedores de Dios del pasado y del presente, sean inadecuados para describir la verdad tal como se nos ha indicado que la revelemos, los completaremos sin vacilar. Haremos uso para ello de nuestro propio conocimiento superior sobre la realidad y la divinidad de las Deidades del Paraíso y su universo residencial trascendente.

0:12.13 (17.2) Somos perfectamente conscientes de las dificultades de nuestra misión. Reconocemos la imposibilidad de traducir plenamente el lenguaje de los conceptos de la divinidad y de la eternidad a los símbolos del lenguaje de conceptos finitos de la mente del mortal. Pero sabemos que un fragmento de Dios mora dentro de la mente humana y que el Espíritu de la Verdad está con el alma humana, y sabemos además que estas fuerzas espirituales conspiran para permitir que el hombre material capte la realidad de los valores espirituales y comprenda la filosofía de los significados del universo. Pero sabemos incluso con mayor certeza que estos espíritus de la Presencia Divina son capaces de ayudar al hombre a apropiarse espiritualmente de toda verdad que contribuya a realzar la realidad en permanente progreso de la experiencia religiosa personal: la consciencia de Dios.

0:12.14 (17.3) [Redactado por un Consejero Divino de Orvonton, jefe del Cuerpo de Personalidades del Superuniverso designadas para describir en Urantia la verdad sobre las Deidades del Paraíso y el universo de universos.]

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