Documento 47 - Los siete mundos mansión

   
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El libro de Urantia

Documento 47

Los siete mundos mansión

47:0.1 (530.1) CUANDO el Hijo Creador estuvo en Urantia habló de las «muchas mansiones que hay en el universo del Padre». En cierto sentido, los cincuenta y seis mundos que rodean Jerusem están dedicados a la cultura de transición de los mortales ascendentes, pero los siete satélites del mundo número uno se conocen más específicamente como los mundos mansión.

47:0.2 (530.2) El propio mundo de transición número uno está dedicado exclusivamente a las actividades de los ascendentes y es la sede del cuerpo de finalitarios asignado a Satania. Este mundo sirve ahora como sede de más de cien mil compañías de finalitarios, y en cada uno de estos grupos hay mil seres glorificados.

47:0.3 (530.3) Cuando un sistema se asienta en luz y vida, y a medida que los mundos mansión van dejando uno tras otro de servir como centros de formación para mortales, estos son sustituidos por la población creciente de finalitarios que se acumula en estos sistemas más antiguos y mucho más perfeccionados.

47:0.4 (530.4) Los siete mundos mansión están a cargo de los supervisores de la morontia y de los Melquisedec. En cada mundo hay un gobernador interino que es directamente responsable ante los regidores de Jerusem. Los conciliadores de Uversa mantienen una sede en cada uno de los mundos mansión, y junto a ella se encuentra el lugar de encuentro local de los Asesores Técnicos. Los directores de la reversión y los artesanos celestiales mantienen una sede de grupo en cada uno de estos mundos. Los spironga ejercen su función a partir del mundo mansión número dos, mientras que los spornagia de tipo normal abundan en los siete mundos mansión, así como en los demás planetas de cultura de transición y en el mundo sede central.

1. El mundo de los finalitarios

47:1.1 (530.5) Aunque en el mundo de transición número uno solo residen finalitarios y ciertos grupos de niños salvados con sus cuidadores, está previsto albergar en él a todas las clases de seres de espíritu, mortales de transición y visitantes estudiantes. Los spornagia que ejercen su función en todos estos mundos son los anfitriones hospitalarios de todos los seres que son capaces de reconocer. En cuanto a los finalitarios, tienen una vaga impresión de ellos pero no pueden verlos. Esta noción debe ser muy parecida a la que tenéis vosotros de las ángeles en vuestro estado físico presente.

47:1.2 (530.6) Aunque el mundo finalitario es una esfera de exquisita belleza física y extraordinario embellecimiiento morontial, la gran morada de espíritu situada en el centro de actividades, el templo de los finalitarios, no es visible sin ayuda para la visión material ni para la visión de las primeras etapas de la morontia. Sin embargo, los transformadores de energía son capaces de hacer visibles muchas de estas realidades a los mortales ascendentes y a veces lo hacen, como ocurre en las reuniones de promoción de los estudiantes de los mundos mansión en esta esfera cultural.

47:1.3 (531.1) Durante toda vuestra experiencia en los mundos mansión tendréis cierta consciencia espiritual de la presencia de vuestros hermanos glorificados que han logrado llegar al Paraíso, pero es muy alentador poder ver de vez en cuando cómo llevan a cabo sus actividades en las moradas de su sede. No veréis espontáneamente a los finalitarios hasta que hayáis adquirido la verdadera visión de espíritu.

47:1.4 (531.2) En el primer mundo mansión todos los supervivientes deben cumplir los requisitos de la comisión parental de su planeta nativo. La presente comisión de Urantia está compuesta por doce parejas parentales llegadas recientemente, que tuvieron como mortales la experiencia de criar a tres o más hijos hasta la pubertad. El servicio en esta comisión es rotatorio y normalmente solo por diez años. Todos aquellos que no consigan satisfacer a estos comisionados en cuanto a su experiencia parental deberán ampliar su formación sirviendo en los hogares de los Hijos Materiales de Jerusem o, parcialmente, en la guardería probatoria del mundo de los finalitarios.

47:1.5 (531.3) Pero independientemente de su experiencia parental, los padres de los mundos mansión que tienen hijos creciendo en la guardería probatoria reciben todo tipo de oportunidades de colaborar en su instrucción y formación con los custodios de dichos niños en la morontia. A esos padres se les permite viajar allí para visitarlos hasta cuatro veces al año. Y una de las escenas más hermosas y conmovedoras de toda la carrera ascendente es observar a los padres de los mundos mansión abrazar a sus vástagos materiales en sus peregrinajes periódicos al mundo finalitario. Aunque uno de los padres, o los dos, pueden marcharse de un mundo mansión antes que su hijo, muchas veces coinciden en él durante una temporada.

47:1.6 (531.4) Ningún mortal ascendente puede librarse de la experiencia de criar niños —los suyos o los de otros— ya sea en los mundos materiales o bien posteriormente en el mundo finalitario o en Jerusem. Los padres deben pasar por esta experiencia esencial tan ciertamente como las madres. En los pueblos modernos de Urantia existe la idea errónea y desafortunada de que el cuidado de los hijos es principalmente tarea de las madres. Los niños necesitan a sus padres tanto como a sus madres y los padres necesitan esta experiencia parental tanto como las madres.

2. La guardería probatoria

47:2.1 (531.5) Las escuelas de Satania que acogen a los bebés están situadas en el mundo finalitario, la primera de las esferas de cultura de transición de Jerusem. Estas escuelas de acogida de bebés son iniciativas dedicadas a la crianza y formación de los niños del tiempo, entre ellos los que han muerto en los mundos evolutivos del espacio antes de adquirir un estatus individual en los registros del universo. En el caso de que uno o los dos padres del niño sobrevivan, la guardiana del destino nombra depositaria de la identidad potencial del niño a su querubín adjunta y le encarga la responsabilidad de poner esta alma sin desarrollar en manos de las Maestras de los Mundos Mansión de las guarderías probatorias de los mundos de la morontia.

47:2.2 (531.6) Son estas mismas querubines abandonadas quienes, como Maestras de los Mundos Mansión y bajo la supervisión de los Melquisedec, mantienen esas amplias instalaciones educativas para la formación de los pupilos en prueba de los finalitarios. Estos pupilos de los finalitarios, estos niños de los mortales ascendentes, se personalizan siempre en el estatus físico exacto que tenían en el momento de morir salvo en potencial de reproducción. Este despertar ocurre en el momento exacto de la llegada de uno de sus padres al primer mundo mansión. Y entonces se da a esos niños, tal como son, todas las oportunidades de elegir el camino celestial exactamente igual que podrían haber elegido en los mundos donde la muerte puso fin tan prematuramente a su carrera.

47:2.3 (532.1) En el mundo guardería las criaturas en prueba están agrupadas según tengan o no Ajustador, pues los Ajustadores vienen a morar en el interior de estos niños materiales exactamente igual que en los mundos del tiempo. Los niños demasiado pequeños para tener Ajustador son atendidos en familias de cinco, y tienen edades comprendidas entre menos de un año y aproximadamente cinco años, o cuando llegue el Ajustador.

47:2.4 (532.2) Todos los niños de los mundos en evolución que tienen Ajustador del Pensamiento, pero que no habían hecho su elección sobre la carrera paradisiaca antes de morir, también son repersonalizados en el mundo finalitario del sistema. Allí crecen en las familias de los Hijos Materiales y sus asociados, igual que los pequeños que llegaron sin Ajustador pero que recibirán posteriormente a los Monitores de Misterio cuando alcancen la edad establecida para la elección moral.

47:2.5 (532.3) Los niños y los jóvenes habitados por Ajustadores que están en el mundo finalitario también son criados en familias de cinco y tienen edades comprendidas entre seis y catorce años. Estas familias están formadas por niños de aproximadamente seis, ocho, diez, doce y catorce años. En cualquier momento después de los dieciséis años, si han hecho su elección final, son trasladados al primer mundo mansión y empiezan su ascensión al Paraíso. Algunos hacen su elección antes de esa edad y pasan a las esferas de ascensión, pero en los mundos mansión se ven muy pocos niños menores de dieciséis años calculados según los criterios de edad de Urantia.

47:2.6 (532.4) Las serafines guardianas atienden a estos jóvenes de la guardería probatoria del mundo finalitario exactamente igual que aportan su ministerio espiritual a los mortales de los planetas evolutivos, mientras que los fieles spornagia cuidan de sus necesidades físicas. Y así crecen estos niños en el mundo de transición hasta el momento de hacer su elección final.

47:2.7 (532.5) Cuando la vida material ha recorrido su curso, si no se ha hecho una elección sobre la vida ascendente, o si estos hijos del tiempo se deciden definitivamente en contra de la aventura de Havona, la muerte pone fin automáticamente a su carrera de prueba. Para estos casos no hay ningún juicio; no hay resurrección de esta segunda muerte. Se vuelven simplemente como si no hubieran sido.

47:2.8 (532.6) Pero si eligen el camino paradisiaco de la perfección, son preparados inmediatamente para su traslado al primer mundo mansión donde muchos llegan a tiempo para reunirse con sus padres en el ascenso a Havona. Después de pasar por Havona y de lograr llegar a las Deidades, esas almas salvadas de origen mortal constituyen la ciudadanía ascendente permanente del Paraíso. Los niños que se vieron privados de la valiosa y esencial experiencia evolutiva en los mundos nativos de los mortales no se incorporan al Cuerpo de la Finalización.

3. El primer mundo mansión

47:3.1 (532.7) En los mundos mansión los supervivientes mortales resucitados reanudan su vida justo donde la dejaron cuando les sorprendió la muerte. Cuando vayáis desde Urantia al primer mundo mansión notaréis un cambio considerable, pero si hubierais llegado desde una esfera del tiempo más normal y progresiva, apenas notaríais la diferencia de no ser por el hecho de poseer un cuerpo distinto. El tabernáculo de carne y hueso se ha quedado atrás en el mundo nativo.

47:3.2 (532.8) El centro de todas las actividades del primer mundo mansión es la sala de resurrección, el enorme templo de ensamblaje de la personalidad. Esta gigantesca estructura es el punto central de reunión de las guardianas seráficas del destino, los Ajustadores del Pensamiento y los arcángeles de la resurrección. Los Portadores de Vida participan también con estos seres celestiales en la resurrección de los muertos.

47:3.3 (533.1) Las transcripciones de la mente del mortal y los patrones activos de la memoria de la criatura, transformados de los niveles materiales a los espirituales, son posesión individual del Ajustador del Pensamiento que se ha desligado. Esos factores espiritualizados de la mente, la memoria y la personalidad de la criatura forman parte para siempre de dicho Ajustador. La matriz-mente de la criatura y sus potenciales pasivos de identidad están presentes en el alma de morontia confiada al cuidado de las guardianas seráficas del destino. Y es la reunión del alma-morontia confiada a las serafines y la mente-espíritu confiada al Ajustador lo que reensambla la personalidad de la criatura y supone la resurrección de un superviviente durmiente.

47:3.4 (533.2) Si una personalidad transitoria de origen mortal no fuera reensamblada de esta manera, los elementos de espíritu de la criatura mortal no superviviente perdurarían para siempre como parte integrante de la dotación experiencial individual del Ajustador que moró en su interior.

47:3.5 (533.3) Desde el templo de la Vida Nueva se extienden siete alas radiales, las salas de resurrección de las razas de mortales. Cada una de estas estructuras está dedicada al ensamblaje de una de las siete razas del tiempo. Cada una de las siete alas contiene cien mil cámaras personales de resurrección y termina en las salas circulares de ensamblaje por promociones que sirven como cámaras para despertar hasta a un millón de individuos. Estas salas están rodeadas de cámaras donde se ensambla la personalidad de las razas mezcladas de los mundos posadánicos normales. Con independencia del método que se pueda emplear en cada uno de los mundos del tiempo para resurrecciones especiales o dispensacionales, el reensamblaje real y consciente de la personalidad completa propiamente dicha tiene lugar en las salas de resurrección de mansonia número uno. Recordaréis durante toda la eternidad la profunda impresión que sentisteis al presenciar por primera vez esas mañanas de resurrección.

47:3.6 (533.4) Desde las salas de resurrección os dirigís al sector Melquisedec donde se os asigna una residencia permanente. Entonces empieza para vosotros un periodo de diez días de libertad personal. Sois libres de explorar las inmediaciones de vuestro nuevo hogar y de familiarizaros con vuestro próximo programa. También tenéis tiempo de satisfacer vuestro deseo de consultar el registro y visitar a vuestros seres queridos y otros amigos de la tierra que os hayan precedido en esos mundos. Al final de estos diez días de asueto empezaréis la segunda etapa de vuestro viaje al Paraíso, pues los mundos mansión no son simples planetas de parada en el camino sino verdaderas esferas de formación.

47:3.7 (533.5) En el mundo mansión número uno (o en otro si vuestro estatus es más avanzado) reanudaréis vuestra formación intelectual y vuestro desarrollo espiritual en el nivel exacto en que fueron interrumpidos por la muerte. Entre el momento de la muerte planetaria o traslado y la resurrección en el mundo mansión, el hombre mortal no adquiere absolutamente nada aparte de experimentar el hecho de la supervivencia. Empezaréis allí exactamente donde lo dejasteis aquí.

47:3.8 (533.6) Casi toda la experiencia del mundo mansión número uno está centrada en remediar la deficiencia. Los supervivientes que llegan a esta primera esfera de detención presentan tantos defectos y tan variados en su carácter de criaturas, tantas deficiencias y tan variadas en su experiencia como mortales, que la principal actividad de este mundo consiste en corregir y curar esas múltiples secuelas de la vida en la carne propia de los mundos evolutivos materiales del tiempo y el espacio.

47:3.9 (534.1) La estancia en el mundo mansión número uno tiene como objetivo elevar el desarrollo de los supervivientes mortales al menos hasta el estatus de la dispensación posadánica de los mundos evolutivos normales. Espiritualmente, por supuesto, los estudiantes de los mundos mansión han sobrepasado por mucho ese estado de mero desarrollo humano.

47:3.10 (534.2) Si no tenéis que deteneros en el mundo mansión número uno, al cabo de los diez días entraréis en el sueño del traslado para dirigiros al mundo número dos, y seguiréis avanzando así cada diez días hasta que lleguéis al mundo que tengáis asignado.

47:3.11 (534.3) En el centro de los siete círculos principales de la administración del primer mundo mansión se encuentra el templo de las Acompañantes de la Morontia, las guías personales asignadas a los mortales ascendentes. Estas acompañantes son progenie del Espíritu Madre del universo local y hay varios millones de ellas en los mundos de la morontia de Satania. Además de tratar con las asignadas como acompañantes de grupo, tendréis mucha relación con las intérpretes y traductoras, las que custodian edificios y las supervisoras de excursiones. Todas estas compañeras cooperan activamente con los encargados de desarrollar los factores de mente y espíritu de vuestra personalidad dentro del cuerpo de morontia.

47:3.12 (534.4) Cuando empezáis en el primer mundo mansión, se asigna una Acompañante de la Morontia a cada compañía de mil mortales ascendentes, pero os encontraréis con más a medida que progreséis por las siete esferas mansión. Estos seres hermosos y polifacéticos son colaboradoras muy sociables y guías encantadoras. Tienen libertad para acompañar a individuos o a grupos seleccionados a cualquiera de las esferas de cultura de transición y sus mundos satélites. Son las guías de excursiones y compañeras de asueto de todos los mortales ascendentes. Acompañan con frecuencia a grupos de supervivientes en visitas periódicas a Jerusem, donde podréis en cualquier momento ir al sector de registros de la capital del sistema a encontraros con mortales ascendentes de los siete mundos mansión, ya que estos viajan libremente entre sus moradas residenciales y la sede del sistema.

4. El segundo mundo mansión

47:4.1 (534.5) En esta esfera es donde sois iniciados más plenamente a la vida en mansonia. Las agrupaciones de la vida en la morontia empiezan a tomar forma. Los grupos de trabajo y las organizaciones sociales empiezan a funcionar, las comunidades adquieren sus proporciones constitutivas y los mortales en avance dan origen a nuevos órdenes sociales y nuevas disposiciones de gobierno.

47:4.2 (534.6) Los supervivientes fusionados con el Espíritu ocupan los mundos mansión igual que los mortales ascendentes fusionados con el Ajustador. Aunque los diversos órdenes de vida celestial son diferentes, todos son amistosos y fraternales. En ninguno de los mundos de ascensión encontraréis nada comparable a la intolerancia humana ni a las discriminaciones de los denigrantes sistemas de castas.

47:4.3 (534.7) A medida que vayáis ascendiendo por los mundos mansión uno tras otro, los encontraréis cada vez más animados por las actividades en la morontia de los supervivientes en avance. A medida que avancéis, iréis reconociendo cada vez más características de Jerusem en los mundos mansión. El mar de vidrio hace su aparición en la segunda mansonia.

47:4.4 (534.8) Cada vez que avanzáis de un mundo mansión a otro, adquirís un cuerpo de morontia recién desarrollado y bien adaptado. Os dormís con el transporte seráfico y os despertáis en las salas de resurrección con un cuerpo nuevo pero sin desarrollar, de forma muy parecida a cuando llegasteis por primera vez al mundo mansión número uno, salvo por el hecho de que el Ajustador del Pensamiento no se separa de vosotros durante esos sueños de tránsito entre mundos mansión. Una vez que habéis pasado de los mundos evolutivos al mundo mansión inicial, vuestra personalidad permanece intacta.

47:4.5 (535.1) En vuestro ascenso por la vida de la morontia, vuestros recuerdos se mantienen completos e intactos en el Ajustador. Las asociaciones mentales que eran puramente animales y enteramente materiales perecieron de forma natural con el cerebro físico, pero todo lo que había de valioso en vuestra vida mental y tenía valor de supervivencia fue duplicado por el Ajustador y se conserva como parte de vuestros recuerdos personales durante todo el camino de la carrera ascendente. Seréis conscientes de todas vuestras experiencias valiosas al avanzar de un mundo mansión a otro y de una sección del universo a otra, incluso hasta el Paraíso.

47:4.6 (535.2) Aunque tenéis cuerpos de morontia, seguís comiendo, bebiendo y descansando en vuestro paso por esos siete mundos. Ingerís los alimentos del orden de la morontia, un ámbito de energía viva desconocido en los mundos materiales. El cuerpo de morontia utiliza plenamente tanto la comida como el agua, pero no hay desechos residuales. No olvidéis que mansonia número uno es una esfera muy material que aloja los primeros comienzos del régimen de la morontia. Seguís siendo casi humanos y no estáis muy alejados de los puntos de vista limitados de la vida mortal, pero cada mundo aporta un progreso muy claro. De esfera en esfera os vais haciendo menos materiales, más intelectuales y un poco más espirituales. El progreso espiritual es mayor en los tres últimos de estos siete mundos progresivos.

47:4.7 (535.3) Las deficiencias biológicas fueron compensadas en su mayor parte en el primer mundo mansión. Allí, los defectos de la experiencia planetaria relacionados con la vida sexual, la vinculación familiar y la función parental fueron corregidos o incluidos en proyectos de rectificación futura dentro de las familias de los Hijos Materiales de Jerusem.

47:4.8 (535.4) En mansonia número dos se produce concretamente la eliminación de todos los aspectos de conflicto intelectual y la curación de todas las variedades de falta de armonía mental. El esfuerzo por comprender el sentido de la mota de la morontia, que empezó en el primer mundo mansión, se hace más intenso en el segundo. El desarrollo que se alcanza en mansonia número dos es comparable al nivel intelectual de la cultura posterior al Hijo Magistrado en los mundos evolutivos ideales.

5. El tercer mundo mansión

47:5.1 (535.5) Mansonia tercera es la sede de las Maestras de los Mundos Mansión. Aunque actúan en las siete esferas mansión, mantienen su sede de grupo en el centro de los círculos escuela del mundo número tres. Hay millones de estas instructoras en los mundos mansión y en los mundos más altos de la morontia. Estas querubines avanzadas y glorificadas sirven como maestras de la morontia en todo el camino de subida desde los mundos mansión hasta la última esfera de formación ascendente del universo local. Ellas estarán entre los últimos seres que os despidan con cariño cuando se acerque la hora de marcharos, el momento en que digáis adiós —al menos durante algunas edades— a vuestro universo de origen y os enserafinéis para el tránsito a los mundos de recepción del sector menor del superuniverso.

47:5.2 (535.6) Mientras residáis en el primer mundo mansión, tendréis permiso para visitar el primero de los mundos de transición, la sede de los finalitarios y la guardería probatoria del sistema donde se crían los niños evolutivos no desarrollados. Cuando lleguéis a mansonia número dos, recibiréis permiso para visitar periódicamente el mundo de transición número dos, donde se encuentran la sede de los supervisores de la morontia de toda Satania y las escuelas de formación de los diversos órdenes de la morontia. Cuando lleguéis al mundo mansión número tres, se os concederá inmediatamente un permiso para visitar la tercera esfera de transición, sede de los órdenes angélicos y centro de las diversas escuelas de formación del sistema. Las visitas a Jerusem desde este mundo son cada vez más provechosas e interesantes para los mortales en avance.

47:5.3 (536.1) Mansonia tercera es un mundo de grandes logros personales y sociales para todos los que no han alcanzado el equivalente a estos círculos de cultura antes de liberarse de la carne en los mundos donde nacieron como mortales. En esta esfera empieza un trabajo educativo más positivo. En los dos primeros mundos mansión casi toda la formación es de naturaleza negativa —centrada en las deficiencias— en el sentido de complementar la experiencia de la vida en la carne. En este tercer mundo mansión los supervivientes comienzan realmente su cultura progresiva en la morontia. El propósito principal de esta formación es mejorar el entendimiento de la correlación entre la mota morontial y la lógica mortal, la coordinación de la mota de la morontia con la filosofía humana. Con ello los mortales supervivientes adquieren una visión interior práctica de la verdadera metafísica. Es la auténtica introducción a una comprensión inteligente de los significados cósmicos y las interrelaciones del universo. La cultura del tercer mundo mansión es de la misma naturaleza que la edad posterior al otorgamiento de un Hijo en un planeta habitado normal.

6. El cuarto mundo mansión

47:6.1 (536.2) Cuando llegáis al cuarto mundo mansión estáis ya bien entrados en la carrera de la morontia; habéis recorrido un largo camino de progreso desde la existencia material inicial. Entonces se os da permiso para hacer visitas al mundo de transición número cuatro, donde conoceréis la sede y las escuelas de formación de los superángeles, entre ellos las Brillantes Estrellas Vespertinas. Gracias a los buenos oficios de estos superángeles del cuarto mundo de transición, los visitantes de la morontia tienen la posibilidad de acercarse mucho a los diversos órdenes de Hijos de Dios durante sus visitas periódicas a Jerusem, pues a medida que los mortales que avanzan repiten sus visitas al mundo sede, se les van abriendo gradualmente nuevos sectores de la capital del sistema y se van desplegando nuevas grandiosidades ante la mente en expansión de estos ascendentes.

47:6.2 (536.3) En la cuarta mansonia, el ascendente individual encuentra el lugar que mejor le corresponde en el trabajo del grupo y en las funciones de la promoción de la vida en la morontia. Los ascendentes aprenden ahí a apreciar mejor las difusiones y otros aspectos de la cultura y el progreso del universo local.

47:6.3 (536.4) Durante el periodo de formación en el mundo mansión número cuatro, los mortales ascendentes son iniciados realmente por primera vez en las exigencias y los encantos de la verdadera vida social de las criaturas de la morontia. Y es en verdad una experiencia nueva para las criaturas evolutivas participar en actividades sociales que no están basadas ni en el engrandecimiento personal ni en la conquista egoísta. Se presenta ante vosotros un nuevo orden social, un orden basado en la afinidad comprensiva del aprecio mutuo, en el amor desinteresado del servicio mutuo y en la motivación dominante de hacer realidad un destino común y supremo: la meta paradisiaca de la perfección adoradora y divina. Todos los ascendentes se están haciendo conscientes de conocer a Dios, revelar a Dios, buscar a Dios y encontrar a Dios.

47:6.4 (536.5) La cultura intelectual y social de este cuarto mundo mansión es comparable a la vida mental y social de la edad posterior a los Maestros Hijos en los planetas que tienen una evolución normal. Su estatus espiritual es mucho más avanzado que el de esa dispensación a los mortales.

7. El quinto mundo mansión

47:7.1 (537.1) El transporte al quinto mundo mansión representa un enorme paso adelante en la vida de un progresor de la morontia. La experiencia en este mundo es un anticipo real de la vida en Jerusem. Ahí empezáis a daros cuenta del alto destino de los mundos evolutivos leales, puesto que pueden progresar normalmente hasta esta etapa durante su desarrollo planetario natural. La cultura de este mundo mansión corresponde en general a la de la era temprana de luz y vida en los planetas de desarrollo evolutivo normal. A partir de esto, podréis comprender por qué se ha dispuesto que los tipos de seres sumamente cultos y progresivos que habitan a veces esos mundos evolutivos avanzados estén exentos de pasar por una o varias de las esferas mansión, o incluso por todas.

47:7.2 (537.2) Antes de dejar el cuarto mundo mansión conseguisteis dominar el idioma del universo local y ahora dedicáis más tiempo a perfeccionar la lengua de Uversa, para poder dominar así ambos idiomas antes de llegar a Jerusem con estatus residencial. Todos los mortales ascendentes son bilingües desde la sede del sistema hasta Havona. A partir de ahí solo es necesario ampliar el vocabulario del superuniverso, y aún os hará falta otra ampliación para poder residir en el Paraíso.

47:7.3 (537.3) A su llegada al mundo mansión número cinco, se concede al peregrino permiso para visitar el mundo de transición correspondiente, la sede de los Hijos. Ahí el mortal ascendente se familiariza personalmente con los diversos grupos de filiación divina. Ha oído hablar de estos magníficos seres y ya se ha encontrado con ellos en Jerusem, pero ahora llega realmente a conocerlos.

47:7.4 (537.4) En la quinta mansonia empieza vuestro aprendizaje sobre los mundos de estudio de la constelación. Ahí conocéis al primero de los instructores que os prepararán para vuestra estancia posterior en la constelación. Esta preparación prosigue en los mundos seis y siete, aunque los toques finales se imparten en el sector de los mortales ascendentes de Jerusem.

47:7.5 (537.5) En mansonia número cinco se produce un nacimiento real de la consciencia cósmica. Vuestra mentalidad se va orientando al universo. Es en verdad un tiempo de expansión de horizontes. En este proceso de ampliación, las mentes de los mortales ascendentes empiezan a darse cuenta de que un destino prodigioso y magnífico, superno y divino, espera a todos los que terminan la ascensión progresiva al Paraíso que tan laboriosa, pero tan alegre y auspiciosamente, han empezado. Hacia este momento, la media de los mortales ascendentes empieza a manifestar un auténtico entusiasmo experiencial por el ascenso a Havona. El estudio se vuelve voluntario, el servicio desinteresado se hace natural y la adoración, espontánea. Está brotando un verdadero carácter de la morontia, está evolucionando una verdadera criatura de morontia.

8. El sexto mundo mansión

47:8.1 (537.6) Los residentes en esta esfera están autorizados a visitar el mundo de transición número seis donde aprenden más acerca de los altos espíritus del superuniverso, aunque no son capaces de ver a muchos de esos seres celestiales. Reciben también ahí sus primeras lecciones sobre la futura carrera de espíritu que empieza inmediatamente después de graduarse en la formación en la morontia del universo local.

47:8.2 (537.7) El asistente del Soberano del Sistema visita este mundo con frecuencia y ahí empieza la instrucción inicial en la técnica de administración del universo. Se imparten las primeras lecciones que abarcan los asuntos de un universo completo.

47:8.3 (538.1) Es una edad brillante para los mortales ascendentes y suele producirse en ella la fusión perfecta de la mente humana con el Ajustador divino. Esta fusión puede haber ocurrido antes en potencia, pero muchas veces la verdadera identidad operativa no se consigue hasta el periodo de la estancia en el quinto mundo mansión o incluso en el sexto.

47:8.4 (538.2) La unión del alma inmortal en evolución con el Ajustador eterno y divino queda confirmada por la convocatoria seráfica al superángel supervisor de los supervivientes resucitados y al arcángel asignado a los que van a juicio al tercer día. Entonces, en presencia de los compañeros de morontia del superviviente, estos mensajeros de confirmación dicen: «Este es un hijo amado en quien me complazco». Esta sencilla ceremonia marca la entrada de un mortal ascendente en la carrera eterna de servicio paradisiaco.

47:8.5 (538.3) En cuanto se confirma la fusión con el Ajustador, el nuevo ser de morontia es presentado por primera vez a sus semejantes con su nuevo nombre. Luego se le conceden cuarenta días de retiro espiritual de todas las actividades de rutina para que esté en íntima comunicación consigo mismo y elija una de las rutas optativas a Havona, y para que escoja entre los métodos diferenciales de logro del Paraíso.

47:8.6 (538.4) Pero estos seres brillantes siguen siendo más o menos materiales, están lejos de ser verdaderos espíritus. Espiritualmente hablando son más bien unos supramortales todavía un poco inferiores a las ángeles, pero se están convirtiendo verdaderamente en criaturas maravillosas.

47:8.7 (538.5) Durante su estancia en el mundo número seis, los estudiantes del mundo mansión alcanzan un estatus comparable al elevado desarrollo que caracteriza a los mundos evolutivos que han progresado normalmente más allá de la etapa inicial de luz y vida. La organización de la sociedad en esta mansonia es de un orden superior. La sombra de la naturaleza mortal se va empequeñeciendo a medida que se asciende por estos mundos uno tras otro. Os vais volviendo cada vez más amables a medida que dejáis atrás los toscos vestigios de vuestro origen animal planetario. «Ascender a través de grandes tribulaciones» hace a los mortales glorificados muy bondadosos y comprensivos, muy compasivos y tolerantes.

9. El séptimo mundo mansión

47:9.1 (538.6) La experiencia en esta esfera es el logro que corona la carrera que sigue inmediatamente a la muerte. Durante vuestra estancia recibiréis la enseñanza de muchos maestros que cooperarán todos en la tarea de prepararos para residir en Jerusem. Cualquier diferencia perceptible entre los mortales procedentes de los mundos aislados y retrasados, y los supervivientes que vienen de esferas más avanzadas y esclarecidas queda prácticamente borrada durante la estancia en el séptimo mundo mansión. Ahí sois purgados de todos los restos de herencias desafortunadas, entornos perniciosos y tendencias planetarias no espirituales. Los últimos restos de la «marca de la bestia» quedan erradicados.

47:9.2 (538.7) Los residentes en la mansonia número siete reciben permiso para visitar el mundo de transición número siete, el mundo del Padre Universal. Iniciáis ahí una adoración nueva y más espiritual del Padre invisible, y ese hábito seguirá creciendo en vosotros durante toda vuestra larga carrera ascendente. En este mundo de cultura transicional encontráis el templo del Padre, pero no veis al Padre.

47:9.3 (538.8) Ahí empiezan a formarse las promociones que se graduarán para residir en Jerusem. Habéis pasado de mundo en mundo como individuos, pero ahora os preparáis para salir en grupos hacia Jerusem. Sin embargo, y dentro de ciertos límites, un ascendente puede elegir quedarse en el séptimo mundo mansión para esperar a un miembro rezagado de su grupo de trabajo en la tierra o en mansonia.

47:9.4 (539.1) El personal de la séptima mansonia se congrega en el mar de vidrio para presenciar vuestra salida hacia Jerusem con estatus residencial. Puede que hayáis visitado Jerusem cientos o miles de veces, pero siempre como invitados. Nunca hasta este momento os habíais dirigido hacia la capital del sistema junto con un grupo de compañeros que se despiden para siempre de toda su carrera en mansonia como mortales ascendentes. Pronto seréis bienvenidos en el campo de recepción del mundo sede como ciudadanos de Jerusem.

47:9.5 (539.2) Disfrutaréis mucho al progresar a través de los siete mundos desmaterializadores, que son realmente esferas desmortalizadoras. En el primer mundo mansión sois principalmente humanos, un ser mortal sin su cuerpo material, una mente humana alojada en una forma de morontia, es decir, en un cuerpo material del mundo de la morontia, no en una casa mortal de carne y hueso. En el momento de la fusión con el Ajustador pasáis realmente del estado mortal al estatus inmortal, y cuando hayáis terminado vuestra carrera en Jerusem, seréis morontianos plenamente desarrollados.

10. La ciudadanía de Jerusem

47:10.1 (539.3) La recepción de una nueva promoción de graduados de los mundos mansión es la señal que congrega a todo Jerusem en comité de bienvenida. Incluso los spornagia disfrutan con la llegada de estos ascendentes triunfantes de origen evolutivo que han corrido la carrera planetaria y terminado su progresión en los mundos mansión. Solo los controladores físicos y los Supervisores del Poder de la Morontia están ausentes en estas ocasiones de regocijo.

47:10.2 (539.4) Juan el Revelador tuvo una visión de la llegada de una promoción de mortales que avanzaban desde el séptimo mundo mansión hasta su primer cielo, hasta las glorias de Jerusem. Dejó escrito: «Y vi como un mar de vidrio mezclado con fuego; y aquellos que habían conseguido la victoria sobre la bestia que estaba originalmente en ellos y sobre la imagen que persistía a través de los mundos mansión y finalmente sobre la última marca y rastro, estaban de pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios, y cantaban la canción de la liberación del temor y de la muerte». (La comunicación perfeccionada del espacio llega a todos esos mundos, y podéis recibir esas comunicaciones en cualquier parte si lleváis el «arpa de Dios», un dispositivo de morontia que compensa la incapacidad de ajustar directamente el mecanismo sensorial inmaduro de la morontia a la recepción de las comunicaciones del espacio.)

47:10.3 (539.5) Pablo tuvo también una visión del cuerpo de ciudadanos mortales ascendentes en vías de perfeccionamiento en Jerusem, pues escribió: «Pero habéis llegado hasta el monte Sión y hasta la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, y hasta una innumerable compañía de ángeles, hasta la gran asamblea de Miguel y hasta los espíritus de los hombres justos que se han hecho perfectos».

47:10.4 (539.6) Una vez que los mortales han logrado la residencia en la sede del sistema, ya no experimentan más resurrecciones propiamente dichas. La forma de morontia que recibís al terminar la carrera de los mundos mansión es la que os acompañará hasta el final de vuestra experiencia en el universo local. Sufrirá algunos cambios, pero conservaréis esa misma forma hasta que os despidáis de ella cuando emerjáis como espíritus de primera etapa, antes del tránsito a los mundos del superuniverso de cultura ascendente y formación del espíritu.

47:10.5 (540.1) Los mortales que pasan por la carrera completa de mansonia experimentan siete veces el sueño de ajuste y el despertar de resurrección. Pero la última sala de resurrección, la cámara del despertar final, quedó atrás en el séptimo mundo mansión. En adelante, ningún cambio de forma exigirá perder la consciencia ni interrumpir la continuidad del recuerdo personal.

47:10.6 (540.2) Una personalidad mortal iniciada en los mundos evolutivos y encerrada en el tabernáculo de la carne —habitada por los Monitores de Misterio e investida del Espíritu de la Verdad— no está plenamente movilizada, realizada y unificada hasta el día en que ese ciudadano de Jerusem es autorizado a ir a Edentia y proclamado miembro verdadero del cuerpo de la morontia de Nebadon: un superviviente inmortal vinculado a su Ajustador, un ascendente al Paraíso, una personalidad con estatus de morontia y un verdadero hijo de los Altísimos.

47:10.7 (540.3) La muerte del mortal es una técnica de escape de la vida material en la carne. La experiencia de vida progresiva en mansonia a través de los siete mundos de formación correctiva y educación cultural representa la iniciación de los supervivientes mortales en la carrera en la morontia, la vida de transición que media entre la existencia material evolutiva y el logro de espíritu más alto de los ascendentes del tiempo que están destinados a alcanzar los portales de la eternidad.

47:10.8 (540.4) [Patrocinado por una Brillante Estrella Vespertina.]

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