Documento 55 - Las esferas de luz y vida

   
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El libro de Urantia

Documento 55

Las esferas de luz y vida

55:0.1 (621.1) LA edad de luz y vida es el logro evolutivo final de un mundo del tiempo y el espacio. Desde los primeros tiempos del hombre primitivo ese mundo habitado ha pasado por sucesivas edades planetarias: las edades anteriores y posteriores al Príncipe Planetario, la edad posadánica, la edad posterior al Hijo Magistrado y la edad posterior al Hijo de otorgamiento. A partir de ahí ese mundo es preparado para el logro evolutivo culminante, el estatus asentado de luz y vida, mediante el ministerio de las sucesivas misiones planetarias de los Maestros Hijos de la Trinidad, con sus revelaciones cada vez más avanzadas de verdad divina y sabiduría cósmica. En sus empeños por establecer la edad planetaria final, los Maestros Hijos cuentan siempre con la asistencia de las Brillantes Estrellas Vespertinas y algunas veces de los Melquisedec.

55:0.2 (621.2) Esta era de luz y vida, inaugurada por los Maestros Hijos al terminar su misión planetaria final, continúa indefinidamente en los mundos habitados. Cada etapa progresiva de estatus asentado puede quedar diferenciada por las acciones judiciales de los Hijos Magistrados y dar lugar así una sucesión de dispensaciones, pero todas estas acciones judiciales son puramente técnicas y no modifican en modo alguno el curso de los acontecimientos planetarios.

55:0.3 (621.3) Solo aquellos planetas que alcanzan la existencia en los circuitos principales del superuniverso tienen asegurada su supervivencia continua, pero por lo que sabemos, estos mundos asentados en luz y vida están destinados a seguir existiendo durante las edades eternas de todo el tiempo futuro.

55:0.4 (621.4) El despliegue de la era de luz y vida en un mundo evolutivo comprende siete etapas, y cabe señalar a este respecto que los mundos de los mortales fusionados con el Espíritu evolucionan de forma idéntica a los de las series que se fusionan con el Ajustador. Estas siete etapas de luz y vida son las siguientes:

55:0.5 (621.5) 1. La etapa primera o planetaria.

55:0.6 (621.6) 2. La etapa segunda o del sistema.

55:0.7 (621.7) 3. La etapa tercera o de la constelación.

55:0.8 (621.8) 4. La etapa cuarta o del universo local.

55:0.9 (621.9) 5. La etapa quinta o del sector menor.

55:0.10 (621.10) 6. La etapa sexta o del sector mayor.

55:0.11 (621.11) 7. La etapa séptima o del superuniverso.

55:0.12 (621.12) Al final de esta narración se describen estas etapas de desarrollo progresivo en su relación con la organización del universo, pero cualquier mundo puede alcanzar los valores planetarios de cualquier etapa con total independencia del desarrollo de otros mundos o de los niveles supraplanetarios de administración del universo.

1. El templo de morontia

55:1.1 (622.1) La presencia de un templo de morontia en la capital de un mundo habitado es el certificado de admisión de esa esfera en las edades asentadas de luz y vida. Antes de que los Maestros Hijos dejen un mundo al concluir su misión terminal, inauguran esta época final del logro evolutivo. Presiden el día en que «el templo sagrado baja a la tierra». Este acontecimiento marca los albores de la era de luz y vida y se ve siempre honrado por la presencia personal del Hijo de otorgamiento del Paraíso de ese planeta, que viene a ser testigo de este gran día. En ese templo de belleza incomparable, este Hijo de otorgamiento del Paraíso proclama como nuevo Soberano Planetario al que fuera durante tanto tiempo Príncipe Planetario y confiere a este fiel Hijo Lanonandek nuevos poderes y una autoridad más amplia sobre los asuntos planetarios. El Soberano del Sistema está también presente y toma la palabra para confirmar estas declaraciones.

55:1.2 (622.2) Un templo de morontia tiene tres partes. En el centro está el santuario del Hijo de otorgamiento del Paraíso. A la derecha está el lugar del antiguo Príncipe Planetario, ahora Soberano Planetario, y cuando este Hijo Lanonandek está presente en el templo es visible para los individuos más espirituales de ese mundo. A la izquierda está el lugar del jefe interino de los finalitarios vinculados al planeta.

55:1.3 (622.3) Aunque se ha dicho de los templos planetarios que «bajan del cielo», en realidad no se transporta ningún material desde la sede del sistema. La arquitectura de cada uno se elabora en miniatura en la capital del sistema. Los Supervisores del Poder de la Morontia llevan luego estos proyectos aprobados al planeta y ahí, en colaboración con los Controladores Físicos Maestros, proceden a construir el templo de morontia según las especificaciones.

55:1.4 (622.4) Un templo de morontia de tipo medio tiene capacidad para unos trescientos mil espectadores. Estos edificios no se utilizan para la adoración o la diversión ni para recibir difusiones. Están dedicados a ceremonias especiales del planeta, como las comunicaciones con el Soberano del Sistema o con los Altísimos, las ceremonias especiales de visualización, destinadas a revelar la presencia de la personalidad de seres de espíritu, y la contemplación cósmica silenciosa. Las escuelas de filosofía cósmica celebran en ellos sus ceremonias de graduación, y los mortales del mundo reciben el reconocimiento planetario por sus prestaciones de alto servicio social y otros logros destacados.

55:1.5 (622.5) Esos templos de morontia sirven también como lugar de reunión para presenciar el traslado de mortales vivos a la existencia en la morontia. El templo de traslado, al estar compuesto de materiales de morontia, no se destruye con la gloria abrasadora del fuego devorador que deshace por completo los cuerpos físicos de los mortales que experimentan en él la fusión final con su Ajustador divino. En un mundo grande las llamaradas de partida son casi continuas, y a medida que aumenta el número de traslados, se habilitan santuarios subsidiarios de vida en la morontia en diferentes zonas del planeta. No hace mucho, pasé una temporada en un mundo situado muy al norte que tenía veinticinco santuarios de morontia en funcionamiento.

55:1.6 (622.6) En los mundos aún no asentados, planetas sin templos de morontia, estos destellos de fusión se producen muchas veces en la atmósfera planetaria, donde el cuerpo material de un candidato al traslado es elevado por las criaturas intermedias y los controladores físicos.

2. La muerte y el traslado

55:2.1 (623.1) La muerte física natural no es inevitable para los mortales. La mayoría de los seres evolutivos avanzados, los ciudadanos de mundos que existen en la era final de luz y vida, no mueren. Son trasladados directamente de la vida en la carne a la existencia en la morontia.

55:2.2 (623.2) La frecuencia de estas experiencias de traslado desde la vida material al estado de morontia —la fusión del alma inmortal con su Ajustador interior— es proporcional al progreso evolutivo del planeta. Al principio solo unos pocos mortales de cada edad alcanzan los niveles de progreso espiritual necesarios para el traslado, pero durante las edades sucesivas de los Maestros Hijos, se producen cada vez más fusiones con el Ajustador antes del final de la vida cada vez más larga de esos mortales en progreso. Para cuando llega la época de la misión final de los Maestros Hijos, alrededor de la cuarta parte de esos magníficos mortales está exenta de la muerte natural.

55:2.3 (623.3) En una etapa más avanzada de la era de luz y vida, las criaturas intermedias o sus colaboradores perciben cuándo un alma se acerca al estado de una probable unión con su Ajustador y se lo comunican a las guardianas del destino, quienes a su vez transmiten la información al grupo finalitario a cuya jurisdicción está adscrito el mortal. Entonces el Soberano Planetario cita a dicho mortal para que renuncie a todos sus deberes planetarios, se despida de su mundo de origen y se retire al templo interior del Soberano Planetario para esperar ahí el tránsito de la morontia, el destello del traslado, desde el ámbito material de la evolución hasta el nivel de la morontia de la progresión como preespíritu.

55:2.4 (623.4) Cuando la familia, los amigos y el grupo de trabajo del candidato a la fusión se han congregado en el templo de morontia, son instalados alrededor del escenario central donde los candidatos a la fusión están descansando mientras conversan libremente con sus amigos reunidos. Se forma un círculo de personalidades celestiales interpuestas para proteger a los mortales materiales de la acción de las energías que se manifiestan en el instante del «destello de vida» que libera al candidato a la ascensión de las cadenas de la carne material y hace con ese mortal evolutivo todo lo que hace la muerte natural con aquellos a quienes libera de la carne.

55:2.5 (623.5) Muchos candidatos a la fusión se pueden congregar al mismo tiempo en el espacioso templo. ¡Qué hermoso momento cuando se reúnen así los mortales para presenciar la ascensión de sus seres queridos en llamas espirituales, y qué contraste con las edades anteriores en las que los mortales tienen que entregar a sus muertos al abrazo de los elementos terrestres! Las escenas de llantos y lamentos que caracterizan las primeras épocas de la evolución humana se ven sustituidas ahora por una alegría extática y por el entusiasmo más sublime cuando esos mortales conocedores de Dios se despiden temporalmente de sus seres queridos mientras son apartados de sus vínculos materiales por fuegos espirituales de grandiosidad arrolladora y gloria ascendente. En los mundos asentados en luz y vida los «funerales» son ocasiones de felicidad suprema, satisfacción profunda y esperanza inefable.

55:2.6 (623.6) Las almas de estos mortales en progreso están cada vez más llenas de fe, esperanza y seguridad. El ambiente que se respira entre los congregados alrededor del santuario de traslado se parece al de los alegres amigos y parientes que podrían juntarse para la ceremonia de graduación de uno de su grupo, o reunirse para presenciar la concesión de un gran honor a uno de los suyos. Y sería sin duda positivo que los mortales menos avanzados pudieran aprender a ver la muerte natural con algo de esta misma ligereza y alegría.

55:2.7 (624.1) Tras el destello de fusión, los observadores mortales no pueden ver nada más de sus compañeros trasladados. Estas almas trasladadas se dirigen por tránsito directo de Ajustador a la sala de resurrección del mundo de formación en la morontia que les corresponde. Estas operaciones relacionadas con el traslado de seres humanos vivos al mundo de la morontia están supervisadas por un arcángel que fue destinado a ese mundo el día de su asentamiento en luz y vida.

55:2.8 (624.2) Cuando un mundo ha alcanzado la cuarta etapa de luz y vida, más de la mitad de los mortales dejan el planeta por traslado de entre los vivos. El número de muertes sigue disminuyendo sin cesar, pero no conozco ningún sistema cuyos mundos habitados, aunque lleven mucho tiempo asentados en vida, estén enteramente libres de la muerte natural como técnica de escape de las cadenas de la carne. Y hasta que se alcance de manera uniforme ese estado superior de evolución planetaria, los mundos de formación en la morontia del universo local deben continuar sirviendo como esferas educativas y culturales para los progresores de la morontia en su evolución. La eliminación de la muerte es teóricamente posible, pero según mis observaciones, no se ha producido aún. Quizás en el futuro lejano se pueda alcanzar ese estatus durante las épocas sucesivas de la séptima etapa de vida planetaria asentada.

55:2.9 (624.3) Las almas trasladadas durante las edades de florecimiento de las esferas asentadas no pasan por los mundos mansión. Tampoco residen como estudiantes en los mundos de la morontia del sistema o de la constelación. No pasan por ninguna de las primeras etapas de la vida en la morontia. Son los únicos mortales ascendentes que casi se libran de pasar por la transición en la morontia entre la existencia material y el estatus de semiespíritus. Estos mortales asidos por el Hijo adquieren la experiencia inicial de su carrera de ascensión sirviendo en los mundos de progresión de la sede del universo. Desde esos mundos de estudio de Salvington vuelven como maestros a los mismos mundos que pasaron de largo y se dirigen después hacia dentro en dirección al Paraíso por la ruta establecida de ascensión de los mortales.

55:2.10 (624.4) Si pudierais visitar un planeta en estado de desarrollo avanzado, captaríais enseguida las razones por las que se recibe de forma diferenciada a los mortales ascendentes en los mundos mansión y en los mundos más altos de la morontia. Comprenderíais inmediatamente que unos seres que proceden de esferas tan altamente evolucionadas están preparados para reanudar su ascensión al Paraíso muy por delante del mortal de tipo medio que llega de un mundo atrasado y desordenado como Urantia.

55:2.11 (624.5) Cualquiera que sea el nivel de logro planetario desde el que los seres humanos puedan ascender a los mundos de la morontia, las siete esferas mansión les proporcionan abundantes oportunidades de adquirir por experiencia como estudiantes-maestros todo aquello por lo que no pasaron debido al estatus avanzado de sus planetas nativos.

55:2.12 (624.6) El universo es indefectible en la aplicación de estas técnicas equiparadoras diseñadas para asegurar que ningún ascendente sea privado de nada que sea esencial para su experiencia de ascensión.

3. Las edades de oro

55:3.1 (624.7) Durante esta edad de luz y vida el mundo prospera cada vez más bajo el gobierno paternal del Soberano Planetario. Llegada esta época, los mundos progresan bajo el impulso de un solo idioma, una sola religión y, en las esferas normales, una sola raza. Pero esta edad no es perfecta. Estos mundos siguen teniendo hospitales bien equipados, instituciones para el cuidado de los enfermos. Siguen existiendo los problemas de cuidar las lesiones accidentales y las ineludibles enfermedades que acompañan a la decrepitud de la vejez y a las afecciones de la senilidad. La enfermedad no ha sido erradicada por completo ni tampoco han sido perfectamente sometidos los animales de la tierra, pero estos mundos son como el Paraíso en comparación con los primeros tiempos del hombre primitivo durante la edad anterior al Príncipe Planetario. Si pudierais ser transportados de pronto a un planeta en esta etapa de desarrollo, lo describiríais instintivamente como el cielo en la tierra.

55:3.2 (625.1) Durante toda esta edad de progreso y perfección relativos, un gobierno humano sigue gestionando los asuntos materiales. Hace poco visité un mundo que estaba en la primera etapa de luz y vida donde las actividades públicas se financiaban por el procedimiento del diezmo. Todo trabajador adulto —y todos los ciudadanos físicamente aptos trabajaban en algo— pagaba el diez por ciento de sus ingresos o incrementos al tesoro público que lo distribuía como sigue:

55:3.3 (625.2) 1. El tres por ciento se empleaba en la promoción de la verdad: la ciencia, la educación y la filosofía.

55:3.4 (625.3) 2. El tres por ciento se consagraba a la belleza: el juego, el ocio social y el arte.

55:3.5 (625.4) 3. El tres por ciento se dedicaba a la bondad: el servicio social, el altruismo y la religión.

55:3.6 (625.5) 4. El uno por ciento se asignaba a las reservas del seguro contra el riesgo de incapacidad laboral por accidente, enfermedad, vejez o desastres inevitables.

55:3.7 (625.6) Los recursos naturales de este planeta se administraban como posesiones sociales propiedad de la comunidad.

55:3.8 (625.7) El honor más alto que podía recibir un ciudadano de este mundo era la orden del «servicio supremo», el único título de reconocimiento que se concedía en el templo de morontia. Este reconocimiento se otorgaba a aquellos que se habían distinguido durante mucho tiempo en algún aspecto de los descubrimientos supramateriales o del servicio social planetario.

55:3.9 (625.8) La mayoría de los cargos sociales y administrativos estaban ocupados conjuntamente por hombres y mujeres. La mayor parte de la enseñanza se impartía también conjuntamente. Asimismo, todas las responsabilidades judiciales eran asignadas a parejas asociadas similares.

55:3.10 (625.9) En estos magníficos mundos, el periodo de maternidad no se prolonga mucho. Es preferible que no haya demasiada diferencia de edad entre los hijos de una familia. Cuando sus edades son cercanas, los niños pueden contribuir mucho más a su educación mutua. Y en estos mundos son magníficamente educados mediante sistemas competitivos de intensos esfuerzos en los campos y sectores avanzados donde persiguen logros diversos en el dominio de la verdad, la belleza y la bondad. Con todo, incluso esferas tan glorificadas como estas presentan una buena dosis de mal, tanto real como potencial, que sirve de estímulo para elegir entre la verdad y el error, el bien y el mal, el pecado y la rectitud.

55:3.11 (625.10) La existencia del mortal en estos planetas evolutivos avanzados conlleva, sin embargo, cierta penalización inevitable. Cuando un mundo asentado progresa más allá de la tercera etapa de luz y vida, todos los ascendentes están destinados a cumplir, antes de alcanzar el sector menor, algún tipo de misión temporal en un planeta que pasa por sus primeras etapas de evolución.

55:3.12 (626.1) Cada una de estas edades sucesivas representa consecuciones cada vez más avanzadas en todos los aspectos del logro planetario. En la edad inicial de luz, la revelación de la verdad fue ampliada hasta abarcar el funcionamiento del universo de universos. En la segunda edad, el estudio de la Deidad es un intento por dominar el concepto proteico de la naturaleza, la misión, el ministerio, las asociaciones, el origen y el destino de los Hijos Creadores, el primer nivel de Dios Séptuplo.

55:3.13 (626.2) Un planeta del tamaño de Urantia, cuando estuviera bastante bien asentado, tendría unos cien centros subadministrativos. Estos centros subordinados estarían presididos por uno de los siguientes grupos de administradores cualificados:

55:3.14 (626.3) 1. Hijos e Hijas Materiales jóvenes traídos desde la sede del sistema para actuar como asistentes del Adán y la Eva gobernantes.

55:3.15 (626.4) 2. La progenie del equipo de semimortales del Príncipe Planetario, que fue procreada en ciertos mundos para estas responsabilidades y otras similares.

55:3.16 (626.5) 3. La progenie planetaria directa de Adán y Eva.

55:3.17 (626.6) 4. Criaturas intermedias materializadas y humanizadas.

55:3.18 (626.7) 5. Mortales con estatus de fusión con su Ajustador que, a petición propia y por orden del Ajustador Personalizado que tiene la jefatura de ese universo, están exentos temporalmente de traslado para que puedan seguir ocupando ciertos puestos administrativos importantes en el planeta.

55:3.19 (626.8) 6. Mortales especialmente formados en las escuelas planetarias de administración que han obtenido además la orden del servicio supremo en el templo de morontia.

55:3.20 (626.9) 7. Ciertas comisiones electivas de tres ciudadanos debidamente cualificados elegidos a veces por la ciudadanía bajo supervisión del Soberano Planetario por su aptitud especial para llevar a cabo tareas puntuales necesarias en ese sector planetario concreto.

55:3.21 (626.10) La gran desventaja de Urantia en el proceso de alcanzar el alto destino planetario de luz y vida radica en los problemas derivados de la enfermedad, la degradación, la guerra, las razas multicolores y el multilingüismo.

55:3.22 (626.11) Ningún mundo evolutivo puede esperar progresar más allá de la primera etapa del asentamiento en luz hasta que haya conseguido tener un solo idioma, una sola religión y una sola filosofía. Ser de una sola raza facilita enormemente este objetivo, pero la existencia de muchos pueblos en Urantia no es impedimento para el logro de etapas más altas.

4. Los reajustes administrativos

55:4.1 (626.12) En las sucesivas etapas de existencia asentada los mundos habitados hacen progresos maravillosos bajo la administración sabia y comprensiva de los voluntarios del Cuerpo de la Finalización, los ascendentes que han alcanzado el Paraíso y han vuelto para aportar su ministerio a sus hermanos en la carne. Estos finalitarios actúan en cooperación con los Maestros Hijos de la Trinidad, pero no empiezan a participar realmente en los asuntos del mundo hasta que aparece en la tierra el templo de morontia.

55:4.2 (626.13) Al inaugurarse formalmente el ministerio planetario del Cuerpo de la Finalización, la mayoría de las huestes celestiales se retira. Sin embargo, las guardianas seráficas del destino continúan su ministerio personal a los mortales que progresan en luz. De hecho, son cada vez más numerosas las ángeles de este orden que van llegando durante las edades asentadas ya que cada vez son mayores los grupos de seres humanos que alcanzan el tercer círculo cósmico de logro igualitario del mortal durante el periodo de vida planetaria.

55:4.3 (627.1) Este no es más que el primero de los sucesivos ajustes administrativos vinculados al despliegue de las edades sucesivas de logros cada vez más brillantes en los mundos habitados a medida que van pasando de la primera a la séptima etapa de existencia asentada.

55:4.4 (627.2) 1. La primera etapa de luz y vida. En esta etapa inicial de asentamiento un mundo está administrado por tres regidores:

55:4.5 (627.3) a. El Soberano Planetario, que pronto tendrá como consejero a un Maestro Hijo de la Trinidad, muy probablemente el jefe del último cuerpo de estos Hijos que actuó en el planeta.

55:4.6 (627.4) b. El jefe del cuerpo planetario de los finalitarios.

55:4.7 (627.5) c. Adán y Eva, que actúan conjuntamente como unificadores de la doble dirección del Príncipe-Soberano y el jefe de los finalitarios.

55:4.8 (627.6) Las criaturas intermedias ensalzadas y liberadas actúan como intérpretes para las guardianas seráficas y los finalitarios. Uno de los últimos actos de los Maestros Hijos de la Trinidad en su misión final es liberar a los intermedios del mundo y promoverlos (o restablecerlos) a un estatus planetario avanzado en puestos de responsabilidad de la nueva administración de la esfera asentada. En el campo de la visión humana ya se han efectuado los cambios necesarios para permitir a los mortales reconocer a estos primos suyos del primer régimen adánico invisibles hasta entonces. Esto se hace posible gracias a los descubrimientos finales de la ciencia física coordinados con las funciones planetarias ampliadas de los Controladores Físicos Maestros.

55:4.9 (627.7) A partir de la primera etapa asentada, el Soberano del Sistema tiene autoridad para liberar en cualquier momento a las criaturas intermedias para que puedan humanizarse en la morontia con la ayuda de los Portadores de Vida y los controladores físicos y, después de haber recibido Ajustadores del Pensamiento, empezar su ascensión al Paraíso.

55:4.10 (627.8) En la tercera etapa y en las siguientes, algunos intermedios siguen ejerciendo su actividad principalmente como personalidades de contacto para los finalitarios, pero a medida que se entra en cada etapa de luz y vida, nuevos órdenes de ministros de enlace sustituyen a casi todos los intermedios, y ya son muy pocos los que quedan más allá de la cuarta etapa de luz. La séptima etapa presenciará la llegada de los primeros ministradores absonitos procedentes del Paraíso para ocupar los puestos de ciertas criaturas del universo.

55:4.11 (627.9) 2. La segunda etapa de luz y vida. Esta época está señalada por la llegada a los mundos de un Portador de Vida que se convierte en asesor voluntario de los regidores planetarios sobre el modo de seguir depurando y estabilizando la raza mortal. Los Portadores de Vida participan así activamente en la evolución ulterior —física, social y económica— de la raza humana. Y luego amplían su supervisión a una depuración adicional de la estirpe mortal mediante una rigurosa exclusión de los restos retrasados que persistan con un potencial inferior de naturaleza intelectual, filosófica, cósmica y espiritual. Aquellos que diseñan y plantan la vida en un mundo habitado son plenamente competentes para asesorar a los Hijos e Hijas Materiales, que tienen autoridad plena e incuestionable para depurar la raza en evolución de todas las influencias perjudiciales.

55:4.12 (627.10) A partir de la segunda etapa y a lo largo de toda la carrera de un planeta asentado, los Maestros Hijos sirven como consejeros de los finalitarios. En esas misiones sirven como voluntarios, no por asignación, y prestan su servicio exclusivamente al cuerpo de finalitarios, a menos que, con el consentimiento del Soberano del Sistema, el Adán y la Eva Planetarios puedan tenerlos como asesores.

55:4.13 (628.1) 3. La tercera etapa de luz y vida. Durante esta época los mundos habitados llegan a una nueva apreciación de los Ancianos de los Días, la segunda fase de Dios Séptuplo, y los representantes de estos regidores de los superuniversos entablan nuevas relaciones con la administración planetaria.

55:4.14 (628.2) En cada edad subsiguiente de existencia asentada los finalitarios ejercen sus funciones con incumbencias cada vez mayores. Existe una estrecha conexión de trabajo entre los finalitarios, las Estrellas Vespertinas (los superángeles) y los Maestros Hijos de la Trinidad.

55:4.15 (628.3) Durante esta edad o la siguiente, un Maestro Hijo asistido por el cuarteto de espíritus ministrantes es adscrito al jefe ejecutivo mortal electivo, que se convierte entonces en asociado del Soberano Planetario como coadministrador de los asuntos del mundo. Estos jefes ejecutivos mortales sirven durante veinticinco años del tiempo planetario. Esta nueva situación es la que facilita que el Adán y la Eva Planetarios consigan liberarse durante las edades siguientes del mundo donde han estado destinados tanto tiempo.

55:4.16 (628.4) Los cuartetos de espíritus ministrantes están compuestos por la jefa seráfica de la esfera, la consejera secoráfica del superuniverso, el arcángel de los traslados y la omniafín que actúa como representante personal del Centinela Asignado emplazado en la sede del sistema. Pero estos asesores nunca dan consejo a menos que se lo pidan.

55:4.17 (628.5) 4. La cuarta etapa de luz y vida. Los Maestros Hijos de la Trinidad aparecen en los mundos con nuevas funciones. Asistidos por los hijos trinizados por criaturas vinculados desde hace tanto tiempo con su orden, llegan ahora a los mundos como consejeros y asesores voluntarios del Soberano Planetario y sus asociados. Estas parejas —hijos trinizados por seres del Paraíso-Havona e hijos trinizados por ascendentes— representan puntos de vista diferentes del universo y experiencias personales diversas que son sumamente útiles para los regidores planetarios.

55:4.18 (628.6) En cualquier momento después de esta edad, el Adán y la Eva Planetarios pueden solicitar al Hijo Creador Soberano ser liberados de sus deberes planetarios para poder empezar su ascenso al Paraíso. También pueden quedarse en el planeta como directores del nuevo orden de sociedad recién aparecido y cada vez más espiritual, compuesto de mortales avanzados que se esfuerzan por comprender las enseñanzas filosóficas de los finalitarios descritas por las Brillantes Estrellas Vespertinas, que ahora trabajan en estos mundos colaborando en pares con las seconafines procedentes de la sede del superuniverso.

55:4.19 (628.7) Los finalitarios se dedican principalmente a iniciar las nuevas actividades supramateriales de la sociedad: sociales, culturales, filosóficas, cósmicas y espirituales. Por lo que sabemos, seguirán ejerciendo este ministerio hasta bien entrada la séptima época de estabilidad evolutiva. Entonces es posible que se marchen a ejercerlo al espacio exterior, en cuyo caso conjeturamos que sus lugares podrían ser ocupados por seres absonitos procedentes del Paraíso.

55:4.20 (628.8) 5. La quinta etapa de luz y vida. Los reajustes de esta etapa de la existencia asentada pertenecen casi enteramente a los dominios físicos y atañen principalmente a los Controladores Físicos Maestros.

55:4.21 (628.9) 6. La sexta etapa de luz y vida presencia el desarrollo de nuevas funciones de los circuitos de mente del planeta. La sabiduría cósmica parece convertirse en parte constitutiva del ministerio de la mente en el universo.

55:4.22 (628.10) 7. La séptima etapa de luz y vida. Al principio de la séptima época un asesor voluntario enviado por los Ancianos de los Días se une al Maestro de la Trinidad consejero del Soberano Planetario, y más tarde se les sumará un tercer consejero proveniente del Ejecutivo Supremo del superuniverso.

55:4.23 (629.1) Durante esta época, si no antes, Adán y Eva son siempre relevados de sus deberes planetarios. Si hay un Hijo Material en el cuerpo de los finalitarios, puede asociarse con el jefe ejecutivo mortal, y a veces es un Melquisedec quien se ofrece como voluntario para esta función. Si hay un intermedio entre los finalitarios, todos los de ese orden que quedan en el planeta son inmediatamente liberados.

55:4.24 (629.2) Una vez liberados de su destino multisecular, el Adán y la Eva Planetarios pueden elegir las siguientes carreras:

55:4.25 (629.3) 1. Pueden obtener su liberación planetaria y, desde la sede del universo, empezar inmediatamente su carrera al Paraíso. Recibirán Ajustadores del Pensamiento al terminar su experiencia en la morontia.

55:4.26 (629.4) 2. Es muy frecuente que el Adán y la Eva Planetarios reciban Ajustadores mientras están aún sirviendo en un mundo asentado en luz, y esto sucede en el momento de recibir sus Ajustadores algunos de sus hijos de línea pura importados como voluntarios para un periodo de servicio planetario. Todos ellos podrán ir posteriormente a la sede del universo y empezar allí la carrera al Paraíso.

55:4.27 (629.5) 3. Un Adán y una Eva Planetarios pueden elegir —como lo hacen los Hijos e Hijas Materiales de la capital del sistema— ir directamente al mundo midsonita durante una breve temporada para recibir allí a sus Ajustadores.

55:4.28 (629.6) 4. Pueden decidir regresar a la sede del sistema, y ocupar allí durante un tiempo asientos en la corte suprema. Después de este servicio recibirán Ajustadores y empezarán su ascensión al Paraíso.

55:4.29 (629.7) 5. Al dejar sus funciones administrativas pueden elegir volver a su mundo nativo para servir como maestros durante una temporada y ser habitados por un Ajustador en el momento de su traslado a la sede del universo.

55:4.30 (629.8) A lo largo de todas estas épocas los Hijos e Hijas Materiales importados como asistentes ejercen una enorme influencia sobre los órdenes social y económico en progreso. Son potencialmente inmortales, al menos hasta el momento en que eligen humanizarse, recibir Ajustadores y emprender el camino hacia el Paraíso.

55:4.31 (629.9) En los mundos evolutivos un ser debe humanizarse para recibir un Ajustador del Pensamiento. Todos los miembros ascendentes del Cuerpo de Finalitarios Mortales han estado habitados por Ajustadores y se han fusionado con ellos excepto las serafines, en cuyo interior mora el Padre mediante otro tipo de espíritu en el momento de ser incorporadas a este cuerpo.

5. La cima del desarrollo material

55:5.1 (629.10) Las criaturas mortales que viven en un mundo aislado golpeado por el pecado, dominado por el mal y egoísta como Urantia no pueden concebir la perfección física, el logro intelectual y el desarrollo espiritual que caracterizan a estas épocas avanzadas de la evolución en una esfera libre de pecado.

55:5.2 (629.11) Las etapas avanzadas de un mundo asentado en luz y vida representan la cima del desarrollo material evolutivo. En estos mundos cultos no queda nada de la ociosidad y las fricciones de las primeras edades primitivas. La pobreza y la desigualdad social casi se han desvanecido, la degradación ha desaparecido y rara vez se observa delincuencia. La locura ha dejado prácticamente de existir y la debilidad mental es una rareza.

55:5.3 (629.12) Estos mundos tienen un estatus económico, social y administrativo alto y perfeccionado. La ciencia, el arte y la industria florecen, y la sociedad es un mecanismo de elevados logros materiales, intelectuales y culturales que funciona sin problemas. La industria se ha orientado en gran medida hacia el servicio de los objetivos más altos de esa magnífica civilización. La vida económica de un mundo así se ha vuelto ética.

55:5.4 (630.1) La guerra es historia pasada y ya no hay ejércitos ni fuerzas policiales. El gobierno está desapareciendo gradualmente. El autocontrol va dejando obsoletas poco a poco las leyes promulgadas por humanos. En un estado intermedio de la civilización progresiva la dimensión del gobierno civil y la reglamentación legal es inversamente proporcional a la moralidad y la espiritualidad de la ciudadanía.

55:5.5 (630.2) Las escuelas han mejorado de manera considerable y están dedicadas a la formación de la mente y la expansión del alma. Los centros de arte son exquisitos y las organizaciones musicales magníficas. Los templos de adoración, con sus escuelas asociadas de filosofía y religión experiencial, son creaciones de gran belleza y grandiosidad. Los espacios al aire libre destinados a las reuniones de adoración son igualmente sublimes en la simplicidad de su ornamentación artística.

55:5.6 (630.3) Las instalaciones para los juegos competitivos, el humor y otras manifestaciones de consecución personal y colectiva son amplias y funcionales. Entre las actividades competitivas de un mundo tan sumamente culto destacan de forma especial los esfuerzos de los individuos y los grupos por sobresalir en las ciencias y las filosofías de la cosmología. La literatura y la oratoria florecen, y el idioma está tan mejorado que es a la vez simbólico en sus conceptos y expresivo en sus ideas. La vida es estimulantemente sencilla. El hombre ha conseguido por fin coordinar un avanzado desarrollo mecánico con una altura intelectual inspiradora, y los ha eclipsado con un logro espiritual excelente. La búsqueda de la felicidad es una experiencia de satisfacción y alegría.

6. El mortal individual

55:6.1 (630.4) A medida que los mundos avanzan en el estatus asentado de luz y vida, la sociedad se hace cada vez más pacífica. El individuo, aunque no menos independiente y dedicado a su familia, se ha vuelto más altruista y fraternal.

55:6.2 (630.5) Tal como sois en Urantia poco podéis apreciar el estatus avanzado y la naturaleza progresiva de las razas esclarecidas de esos mundos perfeccionados. Esos pueblos son el florecer de las razas evolutivas, pero siguen siendo mortales; siguen respirando, comiendo, durmiendo y bebiendo. Esta gran evolución no es el cielo, pero es una prefiguración sublime de los mundos divinos del ascenso al Paraíso.

55:6.3 (630.6) En los mundos normales hace mucho que la aptitud biológica de la raza mortal fue elevada a un nivel superior durante las épocas posadánicas; y ahora prosigue la evolución física del hombre de edad en edad a lo largo de todas las eras asentadas. Tanto la vista como el oído se amplían. Para este momento, la cifra de población se ha vuelto estacionaria. La reproducción está regulada según las necesidades planetarias y las dotes hereditarias innatas. Los mortales que viven en el planeta durante esta edad se dividen en grupos —entre cinco y diez— y a los grupos más bajos solo se les permite tener la mitad de hijos que a los más altos. La mejora continua de una raza tan magnífica durante toda la era de luz y vida se debe en gran medida a la reproducción selectiva de las cepas raciales que muestran cualidades superiores de naturaleza social, filosófica, cósmica y espiritual.

55:6.4 (630.7) Los Ajustadores siguen llegando como en las eras evolutivas anteriores, y con el paso de las épocas, estos mortales son cada vez más capaces de estar en comunión con el fragmento del Padre que mora en su interior. Durante las etapas de desarrollo embrionario y preespiritual, los espíritus-mente adjutores siguen actuando. El Espíritu Santo y el ministerio de las ángeles son incluso más efectivos a medida que se desarrollan las épocas sucesivas de vida asentada. En la cuarta etapa de luz y vida, los mortales avanzados parecen experimentar un contacto consciente muy notable con la presencia en espíritu del Espíritu Maestro que tiene jurisdicción en el superuniverso, mientras que la filosofía de ese mundo se centra en el intento de comprender las nuevas revelaciones de Dios Supremo. Más de la mitad de los habitantes humanos de los planetas que tienen este estatus avanzado son trasladados al estado de la morontia de entre los vivos. Y así, «las cosas antiguas están desapareciendo; ved cómo todas las cosas se están volviendo nuevas».

55:6.5 (631.1) Consideramos que la evolución física habrá logrado su desarrollo pleno para el final de la quinta época de la era de luz y vida. Observamos que los límites superiores del desarrollo espiritual asociado a la mente humana en evolución están determinados por el nivel de fusión con el Ajustador en cuanto a valores de la morontia y significados cósmicos conjuntos. Pero en lo que concierne a la sabiduría, aunque no lo sabemos realmente, conjeturamos que no puede haber nunca un límite a la evolución intelectual y al logro de la sabiduría. En un mundo en la séptima etapa, la sabiduría puede agotar los potenciales materiales, entrar en la visión interior mota e incluso saborear finalmente la grandiosidad absonita.

55:6.6 (631.2) Observamos que en estos mundos muy desarrollados que llevan mucho tiempo en la séptima etapa, los seres humanos aprenden perfectamente el idioma del universo local antes de ser trasladados; incluso he visitado algunos planetas muy antiguos donde los abandonters enseñaban a los mortales más ancianos la lengua del superuniverso. Y he observado en esos mundos la técnica por la cual las personalidades absonitas revelan la presencia de los finalitarios en el templo de morontia.

55:6.7 (631.3) Este es el relato del magnífico objetivo de la lucha de los mortales en los mundos evolutivos, y todo ello ocurre incluso antes de que los seres humanos emprendan su carrera en la morontia. Todo este espléndido desarrollo es alcanzable por los mortales materiales de los mundos habitados, la primerísima etapa de la incomprensible carrera sin fin de ascensión al Paraíso y logro de la divinidad.

55:6.8 (631.4) Pero ¿os es posible imaginar qué tipo de mortales evolutivos están subiendo ahora desde los mundos que llevan mucho tiempo asentados en la séptima época de luz y vida? Son sus semejantes los que van a los mundos de la morontia de la capital del universo local para empezar su carrera de ascensión.

55:6.9 (631.5) Si los mortales de un mundo trastornado como Urantia pudieran ver uno solo de esos mundos más avanzados asentados desde hace mucho en luz y vida, no volverían a cuestionar nunca más la sabiduría del programa evolutivo de la creación. Aunque no existiera un futuro de progresión eterna para las criaturas, los magníficos logros evolutivos de las razas mortales en esos mundos asentados de logro perfeccionado justificarían ampliamente por sí solos la creación del hombre en los mundos del tiempo y el espacio.

55:6.10 (631.6) A menudo nos preguntamos: si el gran universo estuviera asentado en luz y vida, ¿seguirían estando destinados al Cuerpo de la Finalización los magníficos mortales ascendentes? No lo sabemos.

7. La etapa primera o planetaria

55:7.1 (631.7) Esta época se extiende desde la aparición del templo de morontia en la nueva sede planetaria hasta el momento del asentamiento de todo el sistema en luz y vida. Los Maestros Hijos de la Trinidad inauguran esta edad al término de sus misiones mundiales sucesivas cuando el Príncipe Planetario es elevado al estatus de Soberano Planetario por mandato y en presencia personal del Hijo de otorgamiento del Paraíso de esa esfera. Simultáneamente, los finalitarios inauguran su participación activa en los asuntos planetarios.

55:7.2 (632.1) Según las apariencias exteriores y visibles, los directores o regidores efectivos de un mundo asentado así en luz y vida son el Hijo y la Hija Materiales, el Adán y la Eva Planetarios. Los finalitarios son invisibles, como también lo es el Príncipe-Soberano excepto cuando está en el templo de morontia. Los dirigentes efectivos y literales del régimen planetario son por lo tanto el Hijo y la Hija Materiales. El conocimiento de esta disposición es lo que ha dado prestigio a la idea de los reyes y las reinas en todos los planetas del universo. Los reyes y las reinas son una excelente solución en esas circunstancias ideales, cuando un mundo puede disponer de estas altas personalidades para que actúen en nombre de regidores aún más altos pero invisibles.

55:7.3 (632.2) Cuando vuestro mundo llegue a alcanzar esta era no hay duda de que Maquiventa Melquisedec, ahora lugarteniente del Príncipe Planetario de Urantia, ocupará el asiento del Soberano Planetario. Y se conjetura en Jerusem desde hace mucho tiempo que estará acompañado por un hijo y una hija del Adán y la Eva de Urantia que están ahora en Edentia como pupilos de los Altísimos de Norlatiadek. Estos hijos de Adán podrían servir así en Urantia en colaboración con el Soberano Melquisedec, pues fueron privados de sus poderes procreadores hace casi 37 000 años cuando entregaron sus cuerpos materiales en Urantia como preparación para su tránsito a Edentia.

55:7.4 (632.3) Esta edad asentada se prolonga hasta que todos los planetas habitados del sistema alcanzan la era de estabilización. Entonces, cuando el mundo más joven —el último en conseguir luz y vida— ha estado asentado durante un milenio de tiempo del sistema, todo el sistema adquiere el estatus estabilizado y los mundos individuales son incorporados a la época de la era de luz y vida del sistema.

8. La etapa segunda o del sistema

55:8.1 (632.4) Cuando todo un sistema se asienta en vida se inaugura un nuevo orden de gobierno. Los Soberanos Planetarios se convierten en miembros del cónclave del sistema, y este nuevo cuerpo administrativo, sujeto al veto de los Padres de la Constelación, tiene autoridad suprema. Un sistema así de mundos habitados pasa prácticamente a un régimen de autogobierno. Se constituye la asamblea legislativa del sistema en el mundo sede, y cada planeta envía a sus diez representantes a esa asamblea. Los tribunales quedan establecidos en las capitales de sistema, y solo se llevan las apelaciones a la sede del universo.

55:8.2 (632.5) Con el asentamiento del sistema, el Centinela Asignado que representa al Ejecutivo Supremo del superuniverso se convierte en asesor voluntario de la corte suprema del sistema y presidente efectivo de la nueva asamblea legislativa.

55:8.3 (632.6) Tras el asentamiento de todo un sistema en luz y vida, los Soberanos de los Sistemas dejan de sucederse. El soberano que esté se queda perpetuamente al frente de su sistema. Los soberanos asistentes siguen cambiando como en las edades anteriores.

55:8.4 (632.7) Durante esta época de estabilización llegan por primera vez los midsonitarios desde los mundos sede del universo donde residen para actuar como consejeros de las asambleas legislativas y asesores de los tribunales judiciales. Estos midsonitarios se esfuerzan también por inculcar nuevos significados mota de valor supremo a las empresas de enseñanza que patrocinan conjuntamente con los finalitarios. Lo que los Hijos Materiales hicieron biológicamente por las razas mortales, lo hacen ahora las criaturas midsonitas por estos humanos unificados y glorificados en los campos cada vez más avanzados de la filosofía y el pensamiento espiritualizado.

55:8.5 (633.1) Los Maestros Hijos se convierten en colaboradores voluntarios de los finalitarios en los mundos habitados, y estos mismos Maestros Hijos acompañan también a los finalitarios a los mundos mansión cuando esas esferas dejan de utilizarse como mundos de recepción diferenciada tras el asentamiento de todo un sistema en luz y vida. Esto al menos es lo que ocurre cuando toda la constelación ha evolucionado así, pero no hay grupos tan avanzados en Nebadon.

55:8.6 (633.2) No estamos autorizados a revelar la naturaleza del trabajo de los finalitarios que supervisarán la nueva dedicación de los mundos mansión. Sin embargo habéis sido informados de que en todos los universos hay varios tipos de criaturas inteligentes que no se han descrito en estas narraciones.

55:8.7 (633.3) A medida que los sistemas se van asentando en luz uno a uno en virtud del progreso de los mundos que los componen, llega el momento en que el último sistema de una constelación dada logra la estabilización. Entonces los administradores del universo —el Hijo Maestro, el Unión de los Días y la Radiante Estrella Matutina— llegan a la capital de la constelación para proclamar a los Altísimos como regidores incondicionales de la familia recién perfeccionada de cien sistemas asentados de mundos habitados.

9. La etapa tercera o de la constelación

55:9.1 (633.4) La unificación de una constelación completa de sistemas asentados lleva consigo nuevas distribuciones de la autoridad ejecutiva y reajustes adicionales en la administración del universo. Esta época presencia logros avanzados en todos los mundos habitados, pero se caracteriza particularmente por reajustes en la sede de la constelación con un cambio notable de las relaciones tanto con la supervisión de los sistemas como con el gobierno del universo local. Durante esta edad muchas actividades de la constelación y del universo son transferidas a las capitales de los sistemas, y los representantes del superuniverso establecen nuevas relaciones más estrechas con los regidores de los planetas, de los sistemas y del universo. Al tiempo que se establecen estas nuevas vinculaciones, algunos administradores del superuniverso se instalan en las capitales de las constelaciones como asesores voluntarios de los Padres Altísimos.

55:9.2 (633.5) Cuando una constelación se asienta así en luz, cesa la función legislativa y funciona en su lugar la cámara de los Soberanos de los Sistemas presidida por los Altísimos. Entonces y por primera vez, estos grupos administrativos tratan directamente con el gobierno del superuniverso en lo que concierne a las relaciones con Havona y el Paraíso. Por lo demás, la constelación sigue relacionada como antes con el universo local. Los univitatia siguen administrando los mundos de morontia de la constelación a lo largo de las sucesivas etapas de vida asentada.

55:9.3 (633.6) Con el paso de las edades los Padres de la Constelación asumen cada vez más aspectos detallados de las funciones administrativas o de supervisión antes centralizados en la sede del universo. Para cuando se alcance la sexta etapa de estabilización estas constelaciones unificadas estarán en situación de autonomía casi completa. Al comienzo de la séptima etapa de asentamiento estos regidores se verán sin duda exaltados a la verdadera dignidad expresada por sus nombres: los Altísimos. Entonces las constelaciones tratarán directamente a todos los efectos con los regidores del superuniverso, mientras que el gobierno del universo local se ampliará hasta asumir las responsabilidades de las nuevas obligaciones del gran universo.

10. La etapa cuarta o del universo local

55:10.1 (634.1) Cuando un universo se asienta en luz y vida no tarda en incorporarse a los circuitos establecidos del superuniverso, y los Ancianos de los Días proclaman el establecimiento del consejo supremo con autoridad ilimitada. Este nuevo órgano de gobierno está compuesto por los cien Fieles de los Días presididos por el Unión de los Días. El primer acto de este consejo supremo es reconocer la continuidad de la soberanía del Hijo Creador Maestro.

55:10.2 (634.2) En lo que concierne a Gabriel y al Padre Melquisedec, la administración del universo permanece sin cambios. Este consejo con autoridad ilimitada se ocupa principalmente de los nuevos problemas y las nuevas condiciones resultantes del estatus avanzado de luz y vida.

55:10.3 (634.3) El Inspector Asociado moviliza a todos los Centinelas Asignados para constituir el cuerpo de estabilización del universo local y pide al Padre Melquisedec que comparta con él su supervisión. Entonces se asigna por primera vez un cuerpo de Espíritus Inspirados de la Trinidad al servicio del Unión de los Días.

55:10.4 (634.4) El asentamiento de todo un universo local en luz y vida inaugura profundos reajustes en todo el plan de administración, desde los mundos habitados individuales hasta la sede del universo. Se desarrollan nuevas relaciones con las constelaciones y los sistemas. Se crean nuevos enlaces entre el Espíritu Madre del universo local y el Espíritu Maestro del superuniverso, y Gabriel establece un contacto directo con los Ancianos de los Días que se hará efectivo cuando el Hijo Maestro se ausente del mundo sede.

55:10.5 (634.5) Durante esta edad y las posteriores los Hijos Magistrados siguen actuando como jueces dispensacionales, mientras que cien de estos Hijos Avonales del Paraíso constituyen el nuevo consejo superior de la Radiante Estrella Matutina en la capital del universo. Más adelante y a petición de los Soberanos de los Sistemas, uno de estos Hijos Magistrados se convertirá en el consejero supremo emplazado en el mundo sede de cada sistema local hasta que se alcance la séptima etapa de unidad.

55:10.6 (634.6) Durante esta época los Maestros Hijos de la Trinidad no solo actúan como asesores voluntarios de los Soberanos Planetarios sino que, en grupos de tres, sirven de modo análogo a los Padres de las Constelaciones. Estos Hijos encuentran por fin su sitio en el universo local, pues son retirados en ese momento de la jurisdicción de la creación local y asignados al servicio del consejo supremo con autoridad ilimitada.

55:10.7 (634.7) El cuerpo finalitario reconoce por primera vez la jurisdicción de una autoridad extraparadisiaca: el consejo supremo. Hasta entonces los finalitarios no habían admitido ninguna supervisión procedente de este lado del Paraíso.

55:10.8 (634.8) Los Hijos Creadores de estos universos asentados pasan gran parte de su tiempo en el Paraíso y en sus mundos asociados. También se dedican a aconsejar a los numerosos grupos de finalitarios que sirven en toda la creación local. En este aspecto, Miguel como hombre podrá establecer una relación más plenamente fraternal con los mortales finalitarios glorificados.

55:10.9 (634.9) Es completamente inútil especular sobre la función de estos Hijos Creadores en relación con los universos exteriores que están ahora en proceso de ensamblaje preliminar, aunque todos lo hacemos de vez en cuando. En esta cuarta etapa de desarrollo el Hijo Creador se libera administrativamente; la Ministra Divina va armonizando progresivamente su ministerio con el del Espíritu Maestro del superuniverso y el del Espíritu Infinito. Parece que se está desarrollando una relación nueva y sublime entre el Hijo Creador, el Espíritu Creativo, las Estrellas Vespertinas, los Maestros Hijos y el cuerpo finalitario que aumenta sin cesar.

55:10.10 (635.1) Si Miguel tuviera que irse alguna vez de Nebadon, Gabriel se convertiría sin duda en el administrador jefe con el Padre Melquisedec como adjunto. Al mismo tiempo se impartiría un nuevo estatus a todos los órdenes de ciudadanos permanentes, como los Hijos Materiales, los univitatia, los midsonitarios, los susatia y los mortales fusionados con el Espíritu. Pero mientras la evolución continúe, las serafines y los arcángeles serán necesarios en la administración del universo.

55:10.11 (635.2) Sin embargo, hay dos cosas que nos parecen incuestionables dentro de nuestras especulaciones. Si los Hijos Creadores son destinados a los universos exteriores estamos convencidos de que las Ministras Divinas los acompañarán. También estamos seguros de que los Melquisedec permanecerán en sus universos de origen. Consideramos que los Melquisedec están destinados a desempeñar papeles de responsabilidad creciente en el gobierno y la administración de los universos locales.

11. Las etapas del sector menor y del sector mayor

55:11.1 (635.3) Los sectores menores y mayores del superuniverso no figuran directamente en el plan de asentamiento en luz y vida. Esa progresión evolutiva corresponde principalmente al universo local como unidad y solo concierne a los componentes de un universo local. Un superuniverso se asienta en luz y vida cuando todos los universos locales que lo componen se han perfeccionado de esa manera. Pero ninguno de los siete superuniversos ha alcanzado un nivel de progreso que se acerque a ese estado ni de lejos.

55:11.2 (635.4) La edad del sector menor. Hasta donde alcanzan nuestras observaciones, la etapa de estabilización quinta o del sector menor está relacionada exclusivamente con el estatus físico y el asentamiento equiparable de los cien universos locales asociados en los circuitos establecidos del superuniverso. En estas realineaciones de la creación material parece que solo están involucrados los centros del poder y sus asociados.

55:11.3 (635.5) La edad del sector mayor. En cuanto a la sexta etapa, la de estabilización del sector mayor, solo podemos hacer conjeturas puesto que ninguno de nosotros ha presenciado un acontecimiento así. Sin embargo, podemos presuponer muchas cosas sobre los reajustes administrativos y de otro tipo que implicaría probablemente un estatus tan avanzado de los mundos habitados y de sus agrupaciones en el universo.

55:11.4 (635.6) Puesto que el estatus del sector menor está relacionado con la equiparación del equilibrio físico, inferimos que la unificación del sector mayor supondrá nuevos niveles intelectuales de logro, posiblemente algunas consecuciones avanzadas en la realización suprema de la sabiduría cósmica.

55:11.5 (635.7) Para llegar a ciertas conclusiones sobre los reajustes que acompañarán probablemente a la realización de niveles de progreso evolutivo no alcanzados hasta ahora, observamos los resultados de esos logros en los mundos individuales y en las experiencias de los mortales individuales que viven en las esferas más antiguas y desarrolladas.

55:11.6 (635.8) Que quede claro que los mecanismos administrativos y procedimientos de gobierno de un universo o de un superuniverso no pueden limitar ni retrasar en modo alguno el desarrollo evolutivo o el progreso espiritual de un planeta individual habitado o de un mortal individual de esa esfera.

55:11.7 (635.9) En alguno de los universos más antiguos encontramos mundos asentados en la quinta y la sexta etapa de luz y vida —incluso muy adentrados en la séptima época— cuyos sistemas locales aún no están asentados en luz. Los planetas más jóvenes pueden retrasar la unificación del sistema, pero eso no entorpece en lo más mínimo el progreso de un mundo más antiguo y avanzado. Tampoco las limitaciones del entorno, ni siquiera en un mundo aislado, pueden frustrar el logro personal de un mortal individual. Jesús de Nazaret alcanzó personalmente como hombre entre los hombres el estatus de luz y vida hace más de mil novecientos años en Urantia.

55:11.8 (636.1) A base de observar lo que sucede desde hace mucho tiempo en mundos asentados podemos llegar a conclusiones bastante fiables sobre lo que sucederá cuando un superuniverso completo se asiente en luz, aunque no podamos aseverar con certeza el hecho mismo de la estabilización de los siete superuniversos.

12. La etapa séptima o del superuniverso

55:12.1 (636.2) No podemos prever de forma fehaciente qué ocurrirá cuando un superuniverso se asiente en luz puesto que nunca se ha producido un acontecimiento así. De las enseñanzas de los Melquisedec, que nadie ha discutido nunca, inferimos que habrá cambios radicales en toda la organización y administración de cada una de las unidades de las creaciones del tiempo y el espacio, desde los mundos habitados hasta la sede del superuniverso.

55:12.2 (636.3) Existe la creencia generalizada de que un gran número de hijos trinizados por criaturas sin asignación especial serán reunidos en las sedes y capitales divisionales de los superuniversos asentados. Esto podría hacerse en previsión de una eventual llegada de seres del espacio exterior de camino hacia Havona y el Paraíso, aunque no lo sabemos realmente.

55:12.3 (636.4) Si un superuniverso se asentara alguna vez en luz y vida, creemos que los Supervisores No Cualificados del Supremo que hoy son sus asesores se convertirían en el cuerpo administrativo superior del mundo sede del superuniverso. Ellos son las personalidades capaces de ponerse en contacto directo con los administradores absonitos que empezarán a ejercer inmediatamente su actividad en el superuniverso asentado. Aunque estos Supervisores No Cualificados llevan hace mucho tiempo actuando como asesores y consejeros en unidades evolutivas avanzadas de la creación, no asumen responsabilidades administrativas hasta que la autoridad del Ser Supremo se hace soberana.

55:12.4 (636.5) Los Supervisores No Cualificados del Supremo, cuyas funciones se amplían durante esta época, no son ni finitos, ni absonitos, ni últimos ni infinitos. Son la supremacía y representan solo a Dios Supremo. Son la personalización de la supremacía del espacio-tiempo y por lo tanto no actúan en Havona. Actúan solo como unificadores supremos. Puede que estén implicados en la técnica de reflectividad del universo, pero no estamos seguros.

55:12.5 (636.6) Ninguno de nosotros tiene un concepto satisfactorio sobre lo que sucederá cuando el gran universo (los siete superuniversos que dependen de Havona) se asiente enteramente en luz y vida. Ese suceso será sin lugar a dudas el acontecimiento más profundamente significativo de los anales de la eternidad desde la aparición del universo central. Hay quienes sostienen que el propio Ser Supremo emergerá del misterio de Havona que envuelve a su persona de espíritu y pasará a residir en la sede del séptimo superuniverso como soberano todopoderoso y experiencial de las creaciones perfeccionadas del tiempo y el espacio. Pero realmente no lo sabemos.

55:12.6 (636.7) [Presentado por un Mensajero Poderoso asignado temporalmente al Consejo de Arcángeles de Urantia.]

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