En recuerdo de Tonia Baney, exdirectora ejecutiva de la Fundación Urantia

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De Sheila Schneider, exmiembro del equipo de la Fundación, Illinois (Estados Unidos)

Nota de la redacción: Tonia Baney fue directora ejecutiva de la Fundación Urantia de 1996 a 2003. Durante su mandato, dirigió la Fundación hacia un marco multinacional, que ayudó a aumentar la distribución de libros en todo el mundo. Sus habilidades y conocimientos empresariales guiaron a la Fundación en tiempos difíciles, y su calidez creó una atmósfera amistosa y familiar en el 533. Todos estamos agradecidos por sus servicios y le deseamos buena suerte en esta nueva fase de su carrera en el universo.

Conocí a Tonia Baney cuando llegó a la Fundación Urantia para la primera reunión del Comité Consultivo de los Fideicomisarios (ACT por sus siglas en inglés) en 1991. Era amable, simpática, dedicada y todo lo que se puede esperar de alguien que asesora a los fideicomisarios y les ayuda a crear una nueva organización para miembros que leen El libro de Urantia.

Tonia y su marido Steve vivían en la isla de Maui, en Hawai. Tonia había creado una agencia de publicidad y era directora ejecutiva del Maui Arts & Cultural Center. También era una retratista de talento. Durante años viajó de Hawái a Chicago, o donde fuera necesario, para facilitar el trabajo del ACT.

Como estudiante de El libro de Urantia durante más de 20 años, Tonia era entusiasta y estaba dedicada a difundir las enseñanzas de cualquier forma que pudiera. En 1996 se convirtió en directora ejecutiva de la Fundación Urantia.

Era una época de expansión y la oficina de la Fundación adquirió un nuevo «aire», por así decirlo. Yo era su asistente ejecutiva y había trabajado como tal con los dos directores ejecutivos anteriores. Tonia consiguió mucho durante este tiempo, y fue un privilegio trabajar con ella. Se rediseñó la portada de El libro de Urantia. Comenzaron los trabajos de traducción al ruso, coreano, farsi, portugués, chino, hindi, alemán e italiano. El programa de libros para bibliotecas se amplió para incluir a un voluntario, Mark Bloomfield, que viajó por todo el mundo proporcionando libros a bibliotecas de todo el mundo. También abrimos sucursales en Australia, Canadá, Francia y Finlandia para agilizar la distribución mundial de libros.

Tonia comenzó la tradición anual de la fiesta navideña celebrada en la sede de la Fundación Urantia. La fiesta dio a muchos lectores la oportunidad de visitar Chicago y la Fundación mientras disfrutaban de las festividades y conocían al personal y a otros lectores de El libro de Urantia.

Tonia viajó a muchas ferias del libro, reuniones de lectores y otros encuentros relacionados con Urantia a lo largo de su mandato como directora ejecutiva. Cuando empecé a leer El libro de Urantia, me animó a asistir a las reuniones regulares de los grupos de estudio de la Fundación, y tuvimos muchas discusiones sobre cómo promover sus enseñanzas.

Tonia dejó la Fundación Urantia en octubre de 2003, regresó a Hawái y se dedicó a otros proyectos, incluido su trabajo como retratista. También siguió siendo una gran defensora y promotora de El libro de Urantia. Cuando dejé la Fundación en abril de 2004, Tonia apoyó mi decisión de volver a estudiar y me animó mientras obtenía mi licenciatura en escultura.

En 2011, Tonia y Steve regresaron a Wisconsin, donde nació Tonia y vive la mayor parte de su familia. Cuando recibí mi título de posgrado en 2014, vinieron a celebrarlo conmigo. No podría haberme hecho más ilusión que estuvieran conmigo en ese momento tan especial.

Seguí hablando con Tonia y Steve por teléfono y me di cuenta de que Tonia empezaba a perder parte de su capacidad lingüística. Tras su diagnóstico de Alzheimer hablé frecuentemente con Steve, dándole ánimos cuando los necesitaba. Cuando me enteré de la muerte de Tonia el 13 de febrero de 2023, mi primer pensamiento fue: «¡Hasta luego, amiga mía!».

Aunque se trata de un acontecimiento triste, mis recuerdos de Tonia (su buen corazón, su belleza interior y exterior, sus sonrisas, su generosidad de espíritu, su actitud tranquila y el brillo de sus ojos) permanecerán conmigo el resto de mi vida terrenal.

Tonia Baney pintando

Steve Baney y Tonia Baney

Sheila Schneider y Tonia Baney

Richard Keeler, Tonia Baney y Bob Solone

Chris Wood y Tonia Baney