Libros de Urantia de camino a Filipinas
De Mike Wood, Fundación Urantia, Chicago (Illinois, Estados Unidos)
La misión de la Fundación Urantia es sembrar El libro de Urantia y sus enseñanzas por todo el mundo.
Hace varios meses, Jay Peregrine entró en mi oficina a última hora de la tarde y me preguntó si podía decir cuál era el país cristiano más grande con una mayor religiosidad y que no tuviera una traducción de El libro de Urantia. No fui capaz. Su respuesta: Filipinas, un país que habla tagalo, un idioma austronesio hablado como primer idioma por una cuarta parte de la población de Filipinas y como segundo idioma por la mayoría. Su forma estandarizada, llamada oficialmente filipino, es el idioma nacional y uno de los dos idiomas oficiales de Filipinas (el otro es el inglés).
Unas semanas después, Eugene Asidao y Nestor Nano, dos señores de Filipinas que ahora viven en el norte de Chicago, vinieron a la Fundación Urantia para hacer una visita y hablar sobre grupos de estudio. Eugene me informó de que él y Nestor eran anfitriones de un grupo de estudio la tarde de los sábados justo a unos kilómetros al norte del 533 W. Diversey Parkway, al que invitaban a todos los lectores que estuvieran interesados.
Asistí a su grupo el sábado siguiente y lo pasé maravillosamente bien. Les invité también a nuestro grupo de estudio de los martes por la noche, y varios de ellos han asistido con frecuencia. Durante una de mis conversaciones con Eugene y Nestor, hablamos sobre que ellos llevaran libros a Filipinas.
Luego, a comienzos de noviembre, Eugene me dijo que él y Nestor iban a viajar a Filipinas a mediados de enero y que planeaban pasar seis semanas colocando El libro de Urantia en bibliotecas, universidades e iglesias, y en cualquier grupo de estudio que pudieran encontrar o crear mientras estuvieran allí.
Inmediatamente me dirigí a la Fundación Urantia y a la Asociación Urantia Internacional en nombre de Eugene y Nestor, con la esperanza de que la una o la otra estuviera rápidamente de acuerdo en suministrar los fondos necesarios para los libros. En cuestión de días, ambas organizaciones estuvieron de acuerdo en dar apoyo al proyecto de manera conjunta, y el martes 21 de noviembre cuatro grandes cajas, con 40 ejemplares nuevos de El libro de Urantia cada una, y con un peso de 61 Kg., se cargaron en una furgoneta en el primer paso de un viaje de seis a ocho semanas a Filipinas.
A partir de mediados de enero, Eugene y Nestor pasarán seis semanas colocando 160 ejemplares de El libro de Urantia en el área metropolitana de Manila, de doce millones de habitantes, y a lo largo de una parte del área circundante, pues Filipinas es un país insular que se extiende por más de 7000 islas y muchas partes del país no son accesibles fácilmente. Pero incluso si se cubre el área metropolitana de Manila y alrededores (que abarca entre 12 y 14 millones más de habitantes) será una tarea de enormes proporciones.
Espero con ilusión el intercambio de correos con Eugene y Nestor durante su viaje, así como recibir un informe más detallado de sus aventuras tras su regreso.
Fue emocionante e inspirador empaquetar esos libros y prepararlos para el envío. ¡Buena suerte, Eugene y Nestor!
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