La Traducción Japonesa Sigue Avanzando
La Traducción Japonesa Sigue Avanzando
De Jeffrey Wattles (Ohio, EEUU)
Una traducción del Libro de Urantia es producto del trabajo en equipo, ¿se lo pueden creer? La traductora en jefe, Hagiko Wattles, es una prosista excelente en japonés cuyo trabajo paciente ha completado el primer borrador de cerca de 165 documentos. Su marido, Jeffrey Wattles, ejerce de consultor de inglés mientras trabajan juntos las tardes de los fines de semana, en sesiones que van desde el aporreamiento de cerebros hasta la risa y la satisfacción. Robert Reno ha contribuido con asistencia técnica y un ordenador enormemente mejorado. Su mujer, Mezuru Kawahara, es la responsable de Microsoft encargada de desarrollar software para usuarios que escriben en japonés. Los dos contribuyeron recientemente a la última versión del software. Rob es un exporto mundial en budismo Shin, con muchos contactos que serán particularmente valiosos en los próximos años. Estas palabras resuenan en nuestros oídos a medida que buscamos un renacimiento de esa tradición.
La mayor fuerza del budismo es que sus adeptos son libres para elegir la verdad entre todas las religiones; esta libertad de elección es muy rara en nuestro mundo. A este respecto la secta Shin de Japón se ha convertido en uno de los grupos religiosos más progresivos del mundo. Ha revivido el espíritu misionero antiguo de los seguidores de Gautama y ha comenzado a enviar instructores a otros pueblos. Esta disposición a apropiarse de la verdad de cualquier fuente es en efecto una tendencia encomiable que aparece entre los creyentes de la primera mitad del siglo veinte después de Cristo (1041)
Edward Southwick es otro miembro del equipo. A caballo entre Estados Unidos y Japón, su esposa japonesa ha comenzado a estudiar seriamente los documentos. Hagiko y Jeff también señalan el liderazgo amistoso de Richard Keeler y las palabras de ánimo de Seppo Kanerva, cuya mano digna de confianza nos da seguridad en que este proyecto está bien dirigido por una organización madura y bien llevada. También es digna de mención la lista de discusión de los traductores, que nos permite compartir cuestiones con otros traductores y experimentar la camaradería con personas que han tenido la experiencia de realizar un proyecto como este.
Hagiko da las gracias por el apoyo que permite que la ayuda espiritual esté disponible en su amado país. En general, los inmigrantes japoneses en Norteamérica y en cualquier parte no leen en inglés lo bastante bien para las exigencias de la edición inglesa del Libro de Urantia. Hay cierto interés en el libro en círculos New Age. Y también entre cristianos, una minoría cuya influencia en la sociedad japonesa se extiende más allá de su número. Es un privilegio participar mientras podamos.