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El Consejo Asesor Cultural da la bienvenida a Etiopía

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Samrawit Mulune
Samrawit Muluneh
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El Consejo Asesor Cultural da la bienvenida a Etiopía

De Samrawit Muluneh, Addis Abeba (Etiopía)

Nota de la redacción: El Consejo Asesor Cultural se estableció para mejorar la sabiduría cultural y la conciencia de los esfuerzos de difusión de la Fundación, a la vez que se familiariza a los miembros del consejo con el trabajo de la Fundación Urantia, de modo que todos puedan servir mejor a los lectores dentro de sus culturas.

Samrawit vive en Etiopía y es profesora de matemáticas. Descubrió El libro de Urantia en 2020 y desde entonces ha tratado de conectar con otros lectores de Etiopía y África. Ha trabajado estrechamente con varias personas, como Pato Banton, para garantizar un acceso más amplio al libro, distribuyendo muchos ejemplares a personas de toda Etiopía. Además de su pasión por la revelación, Samrawit es una dedicada practicante y formadora de meditación de atención plena, y dirigió una sesión de meditación en la Conferencia Urantia de África celebrada en Ghana.

Samrawit acompaña a Khatukhira Bernard (Uganda), Jisoo Han (Corea del Sur) y Felipe Arrigorriaga (Chile) en el Consejo Asesor Cultural.

Etiopía suele evocar imágenes del emperador Haile Selassie, la música reggae, el café arábica, el esqueleto de Australopithecus afarensis llamado Lucy y En busca del arca perdida.

Los cristianos etíopes afirman desde hace tiempo que el Arca de la Alianza descansa en una capilla de la pequeña ciudad de Axum, en las tierras altas del norte del país. Según la tradición, la reina de Saba fue a Israel a visitar al rey Salomón y regresó embarazada. Dio a luz al rey Menelik I, que visitó a su padre y trajo el arca a Etiopía. Puede que ustedes nos conozcan como la tierra de Cus, que se menciona en la Biblia 38 veces.

Etiopía tiene una rica e interesante historia que se remonta a miles de años. También posee un rico paisaje religioso. La Iglesia ortodoxa etíope desempeña un papel importante en la cultura y la identidad de muchos etíopes. Es conocida por sus tradiciones únicas, sus coloridos festivales y la práctica del ayuno.

El cristianismo entró en Etiopía en el siglo IV d.C., cuando, según Hechos 8, un ángel le dijo a Felipe que viajara al sur de Jerusalén hasta Gaza. Allí se encontró con un eunuco, funcionario de la corte de la reina de Etiopía, que estaba sentado en su carro leyendo el libro de Isaías. Felipe le dijo que las escrituras hablaban de Jesús, el eunuco pidió ser bautizado, y el resto es historia.

El islam también tiene una larga historia en Etiopía. Cuando el profeta Mahoma envió a los primeros musulmanes, incluida su propia hija, el rey Ella Tsaham los recibió calurosamente y les permitió ejercer libremente su religión. Hay muchos grupos étnicos tradicionales que mantienen creencias y prácticas autóctonas que coexisten pacíficamente con el cristianismo y el islam.

Situada en el Cuerno de África, Etiopía es un país sin salida al mar que limita con Eritrea, Yibuti, Somalia, Sudán y Kenia. Presenta paisajes diversos, como las tierras altas, a menudo llamadas el «Techo de África» por sus escarpadas montañas y mesetas. También tenemos tierras bajas, como Dallol, el lugar más bajo de Etiopía. El valle del Rift atraviesa el país y crea ecosistemas únicos y ricas tierras agrícolas. Y luego está el lago Tana, el mayor del país, y el Nilo Azul, que es un importante afluente del río Nilo.

Etiopía tiene la segunda mayor población de África después de Nigeria. Con más de 80 etnias distintas, es uno de los países africanos con mayor diversidad étnica. Posee un calendario único, así como alfabetos y números propios. Las iglesias rupestres de Lalibela, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, están consideradas uno de los mayores logros arquitectónicos de Etiopía.

Etiopía es el único país de África que nunca fue colonizado. Nuestro idioma nacional es el amárico, pero se hablan muchas otras lenguas, como el oromo, el tigriña y el somalí.

El inglés se enseña en las escuelas, pero solo el 10% de la población sabe leerlo y entenderlo. Por regla general, los etíopes no son grandes lectores. No obstante, llevo El libro de Urantia conmigo siempre que viajo y sigo compartiéndolo con los demás.

Me complace formar parte del Consejo Asesor Cultural de la Fundación. El rico tapiz de historia, cultura y belleza natural de Etiopía lo convierten en un país fascinante con una identidad única en África y en el mundo. Aunque yo misma no estaría cualificada para hacer este trabajo, espero que algún día El libro de Urantia se traduzca al amárico.