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Beca Semilla de Mostaza: sanar el dolor del duelo en los desplazados internos

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Lilian Muthui
Lilian Muthui
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Beca Semilla de Mostaza: sanar el dolor del duelo en los desplazados internos

De Lilian Muthui (Kenia)

Nota de la redacción: Lilian Muthui, de Kenia, fue una de las beneficiarias de la segunda ronda de subvenciones Semilla de Mostaza en 2023. A continuación comparte su proyecto finalizado.

Además de los más de 623.500 refugiados y solicitantes de asilo registrados, Kenia tiene una población de desplazados internos de unas 380.000 personas, lo que la sitúa en el séptimo lugar de África por número de desplazados internos. Los desplazamientos en Kenia pueden deberse a diversos factores, como conflictos, catástrofes naturales o provocadas por el hombre y violaciones de los derechos humanos.

Mi marido, James, y yo concebimos un proyecto para aumentar y mejorar la comodidad, la felicidad y el bienestar de los desplazados internos en Kenia, como individuos y como miembros de la sociedad. Nuestro enfoque ha consistido en predicar el mensaje alentador de la paternidad de Dios y la hermandad de los hombres y difundir la buena nueva de la esperanza y la curación interior mediante la predicación del amor de Dios tal como se describe en El libro de Urantia. Nuestro objetivo era establecer cohesión y equidad entre los miembros de los diferentes grupos de desplazados internos, organizar grupos de estudio de El libro de Urantia y distribuir Libros de Urantia a los miembros de estos grupos.

Tras las reuniones iniciales de movilización y concienciación celebradas en diciembre de 2023, 46 participantes mostraron interés en conocer más sobre cómo el amor de Dios descrito en El libro de Urantia puede aportar sanación interior a sus almas traumatizadas, y asistieron a nuestras sesiones de formación en enero y febrero de 2024.

Durante nuestra última reunión, el 1 de marzo de 2024, un total de 40 participantes declararon sentir paz interior y un cambio de actitud hacia Dios y sus compañeros de grupo; 30 participantes declararon dormir bien tras leer sobre el amor de Dios antes de acostarse; y 20 participantes declararon que el ritual de oración de llamar a Dios su padre era una forma de aliviar el estrés y sentir protección.

En general, hubo una gran cohesión entre los miembros de nuestro grupo, y la mayoría experimentó un sentimiento de pertenencia como nunca antes. Fuimos testigos de una mejor capacidad de escucha cuando los participantes compartían, y observamos que necesitaban más tiempo para permanecer en la presencia de Dios durante las reuniones.

Este programa nos cambió la vida al ver cómo Dios podía usarnos para curar a sus hijos compartiendo la revelación. Estamos agradecidos a la Fundación Urantia por la subvención Semilla de Mostaza y esperamos tener más oportunidades de formación.