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Retiro espiritual virtual de la Fundación Urantia: el poder de las historias

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Alice Wood
Alice Wood
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Retiro espiritual virtual de la Fundación Urantia: el poder de las historias

De Alice Wood, Wisconsin (Estados Unidos)

Nota de la redacción: el retiro virtual The Loving Service (El servicio amoroso) fue patrocinado por el comité de Educación de la Fundación Urantia, copresidido por Gard Jameson y Guy Perron.

Jesús enseñaba mediante historias. La gente siempre recuerda una buena historia. Si doy un discurso en una conferencia, la gente solo recordará una pequeña parte cuando regrese a casa, y lo más probable es que esa parte sea una historia. También son un cambio refrescante con respecto a las conferencias, que requieren tablas y gráficos para ser atractivas. Las historias, en cambio, son bastante agradables cuando se cuentan mientras se toma un café y entre amigos. Los organizadores del Retiro de Servicio Amoroso que tuvo lugar el 14 de febrero, día de san Valentín de 2021, contaron con el poder de las historias para transmitir su mensaje.

Muchas personas de la comunidad Urantia se han beneficiado del aumento de las videoconferencias como método para reunirnos. Las conferencias y los grupos de estudio virtuales han proporcionado una salida social al tiempo que han abierto los ojos de muchos a la creciente representación internacional de los estudiantes de El libro de Urantia. Pero aunque hemos ganado la fantástica capacidad de interactuar frecuentemente entre nosotros, hemos perdido la capacidad de tener charlas informales. La cancelación de las conferencias en persona significó que no hubo charlas durante el desayuno en la cafetería, y nadie llegó tarde a una sesión plenaria por entablar una gran conversación en el pasillo. No se contaron historias en los «intermedios».

El Retiro de Servicio Amoroso seguía siendo un debate estructurado (todos hemos aprendido que un grupo grande en Zoom necesita una estructura), pero se acercaba a satisfacer la sensación de «tomar un café con los amigos». Al pedir a los ponentes que compartieran sus ideas contando historias, los organizadores del retiro reconocieron el papel que desempeñan las historias en nuestra vida, lo que es en sí mismo un servicio de amor. Me sentí muy feliz de formar parte de un público cautivado.

Las historias se centraron en el servicio, y cada presentador se ocupó de un ámbito diferente de servicio: servicio a uno mismo, a la familia, a la comunidad, al mundo y al universo. En cada ronda, el presentador contaba su historia, tras lo cual se invitaba a toda la comunidad a intervenir con su propia contribución, magníficamente orquestada por el entregado equipo anfitrión de Guy Perron y Agnès Lazar.

Mi marido, Chris, y yo compartimos un espacio de tiempo. Entre nuestras bromas, conseguimos contar dos historias. Chris habló del nacimiento de nuestro primer hijo. La experiencia hizo que comprendiera mejor a Melquisedec y Abraham, y la promesa de que la gente solo necesita tener fe; Dios hará el resto. En aquellos momentos de la primera infancia, nuestro hijo solo tenía que aceptar lo que Chris le ofrecía; Chris haría el resto. El hecho de que compartiera esa experiencia fue un momento muy dulce y conmovedor.

Por otro lado, saqué a relucir una historia sobre Chris, que una vez chocó con la parte trasera de un coche aparcado mientras iba en bicicleta. Se han burlado de él en repetidas ocasiones por ese incidente. Pero mientras se recuperaba, su impotencia nos recordó el hecho de que dependemos unos de otros. Cuando somos niños, nuestro modelo humano de Dios son nuestros padres. Cuando somos adultos, Dios ya no es solo una figura paterna sino también un compañero. Una de las formas en que los cónyuges progresan en su relación con Dios es a través de la interacción entre ellos. Practicamos la asociación con el otro, nos sentimos cómodos con nuestra dependencia conjunta y, con suerte, la trasladamos a nuestra relación con Dios.

Todos nos enriquecimos escuchando las historias de los demás y aportando las nuestras; el retiro fue una liberación de un año de historias no contadas. Este evento fue un hermoso regalo para todos los que asistieron.