El Tubo De Luz



Paula Thompson

Tamara Strumfeld

Agustin Arellano
De Michelle Klimesh, California (EEUU)
Nota de la dirección: el Tubo de Luz comenzó a enviar libros a Latinoamérica en verano de 2002. El proyecto ha crecido a lo largo de los años para enviar 2.000 ejemplares del libro a 66 países. Si quiere saber más sobre este proyecto o darle su apoyo, vaya a Pipeline of Light
Tras regresar de un viaje por Sudamérica en 2002, el presidente del Comité Internacional de la Urantia Book Fellowship informó que había visitado un grupo de estudio donde setenta lectores compartían once ejemplares de El libro de Urantia. En algunos países no hay libros disponibles, y en otros un solo ejemplar puede costar el 5 % del salario anual medio de una persona.
En un año se hizo evidente que la necesidad de libros asequibles no se limitaba a Latinoamérica. Desde esos primeros días, el Tubo de Luz ha enviado 2.415 ejemplares de El libro de Urantia en ocho idiomas a lectores de sesenta y seis países. Aun cuando el proyecto se ha extendido, la traducción española de la Fundación Urantia sigue suponiendo el 78 % de los libros enviados.
El Tubo de Luz comenzó como un proyecto conjunto de la Jesusonian Foundation y la Urantia Book Fellowship. Actualmente tiene éxito gracias al trabajo de mucha gente, incluyendo a Paula Thompson en la oficina de la Fellowship, y a Tamara Strumfeld en la oficina de la Fundación. Estas mujeres dedicadas han aprendido el duro camino de los sistemas mundiales de correo postal y de los oficiales difíciles de aduanas.
¡Hay muchas historias dignas de compartir con ustedes acerca de los destinatarios de los libros proporcionados por el Tubo de Luz! Está el hombre francés que había buscado Le Livre d’Urantia durante meses hasta que se sentó junto a Agustín Arellano en una estación del metro de París. Agustín resultó tener dos ejemplares en francés en su mochila. Está el hombre de Nigeria que dirigía un grupo de estudio bajo un gran árbol en un campo de refugiados nigeriano. Y nunca olvidaremos el entusiasmo de “Arno el pagano”, que sorprendió a su familia y amigos cuando abrazó la religión mientras leía un ejemplar prestado de El libro de Urantia.
Tras los primeros años, comenzamos a ver fertilización cruzada. El Tubo envió un ejemplar de la traducción alemana a una mujer en Costa Rica. El dueño de una tienda de bicicletas en Denver llevó en mano libros a Croacia. Había conocido la Revelación Urantia a través de un hombre que visitaba los Estados Unidos desde Lituania. El año pasado recibimos una solicitud desde las Islas Maldivas. ¿Cómo puede ser que alguien de un país tan pequeño conociera el Tubo de Luz?
Ha sido una alegría y un gran aprendizaje trabajar junto a los voluntarios del Tubo de Luz durante estos años. Me siento profundamente agradecida hacia los donantes generosos que han hecho posible este ministerio.
Citas
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Inspirador
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