Documento 98 - Las enseñanzas de Melquisedec en Occidente

   
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El libro de Urantia

Documento 98

Las enseñanzas de Melquisedec en Occidente

98:0.1 (1077.1) LAS enseñanzas de Melquisedec entraron en Europa por muchas rutas, la principal de ellas Egipto, y fueron incorporadas a la filosofía occidental después de haber sido totalmente helenizadas y más tarde, cristianizadas. Los ideales del mundo occidental eran básicamente socráticos, y su filosofía religiosa posterior llegó a ser la de Jesús con las modificaciones y concesiones resultantes del contacto con la filosofía y la religión occidental tal como evolucionaban entonces. Todo este proceso culminó en la Iglesia cristiana.

98:0.2 (1077.2) Los misioneros de Salem prosiguieron con su labor durante mucho tiempo en Europa y fueron absorbidos gradualmente por muchos de los cultos y grupos rituales que surgían periódicamente. Entre los que mantuvieron las enseñanzas de Salem en su forma más pura cabe destacar a los cínicos. Estos predicadores de la fe y la confianza en Dios seguían activos en la Europa romana durante el siglo primero después de Cristo, y se incorporaron posteriormente a la religión cristiana que empezaba a formarse.

98:0.3 (1077.3) Gran parte de la doctrina de Salem fue difundida en Europa por los soldados mercenarios judíos que combatieron en muchas de las guerras occidentales. Los judíos de la antigüedad eran tan famosos por su valor militar como por sus peculiaridades teológicas.

98:0.4 (1077.4) Las doctrinas fundamentales de la filosofía griega, de la teología judía y de la ética cristiana fueron esencialmente repercusiones de las antiguas enseñanzas de Melquisedec.

1. La religión de Salem entre los griegos

98:1.1 (1077.5) Los misioneros de Salem podrían haber edificado una gran estructura religiosa entre los griegos si no hubieran interpretado estrictamente su juramento de ordenación, una garantía impuesta por Maquiventa que prohibía organizar congregaciones exclusivas para el culto y exigía a cada maestro la promesa de no ejercer nunca como sacerdote, de no cobrar nunca honorarios por sus servicios religiosos y aceptar solo comida, ropa y cobijo. Cuando los maestros de Melquisedec penetraron en la Grecia prehelénica encontraron un pueblo que seguía conservando las tradiciones de Adamson y de los tiempos anditas, aunque muy adulteradas por las ideas y creencias de la horda creciente de esclavos inferiores importados a las costas griegas. Esta adulteración trajo consigo la reversión a un burdo animismo de ritos sangrientos, hasta el punto de que las clases más bajas habían convertido la ejecución de criminales condenados en un ceremonial.

98:1.2 (1077.6) La influencia inicial de los maestros de Salem fue casi enteramente destruida por la llamada invasión aria procedente de Oriente y el sur de Europa. Estos invasores helénicos trajeron conceptos antropomórficos de Dios similares a los que otras ramas arias habían llevado a la India. Esta importación inauguró la evolución de la familia griega de dioses y diosas. La nueva religión se basaba parcialmente en los cultos de los invasores bárbaros helénicos, pero adoptó también mitos de los antiguos habitantes de Grecia.

98:1.3 (1078.1) Los griegos helénicos encontraron el mundo mediterráneo dominado en buena parte por el culto a la madre e impusieron a esos pueblos su dios masculino, Dyaus-Zeus, que al igual que Yahvé entre los semitas henoteístas, encabezaba ya todo el panteón griego de dioses de rango menor. Los griegos habrían terminado por llegar a una concepción verdaderamente monoteísta de Zeus si no se hubieran aferrado a la idea del sobrecontrol del Hado. Un dios de valor final tiene que ser de por sí el árbitro del hado y el creador del destino.

98:1.4 (1078.2) A partir de estos factores de la evolución religiosa se desarrolló enseguida la creencia popular en los despreocupados dioses del monte Olimpo, unos dioses más humanos que divinos que nunca fueron tomados muy en serio por los griegos inteligentes. Ni amaron mucho ni temieron mucho a esas divinidades creadas por ellos mismos. Albergaban sentimientos patrióticos y raciales hacia Zeus y su familia de medio hombres y medio dioses, pero apenas los adoraban o veneraban.

98:1.5 (1078.3) Los helenos se impregnaron tanto de las doctrinas de los primeros maestros de Salem contrarias al sacerdocio que el clero nunca llegó a ejercer protagonismo en Grecia. Incluso la fabricación de imágenes de los dioses tenía mucho más de trabajo artístico que de expresión de culto.

98:1.6 (1078.4) Los dioses olímpicos ilustran el antropomorfismo típico del hombre, pero la mitología griega era más estética que ética. La religión griega fue útil en la medida en que presentaba un universo gobernado por un grupo de deidades. Por otra parte, la moralidad, la ética y la filosofía griegas pronto avanzaron mucho más allá del concepto de dios, y este desequilibrio entre crecimiento intelectual y espiritual fue tan peligroso para Grecia como lo había sido para la India.

2. El pensamiento filosófico griego

98:2.1 (1078.5) Una religión superficial y tomada a la ligera no puede perdurar, y menos aun cuando no tiene un clero para fomentar sus formas y sobrecoger y atemorizar a sus adeptos. La religión olímpica estaba condenada a perecer porque ni prometía la salvación ni saciaba la sed espiritual de sus creyentes. En menos de mil años casi había desaparecido, y cuando los dioses del Olimpo perdieron su autoridad sobre las mejores mentes, los griegos se quedaron sin religión nacional.

98:2.2 (1078.6) Esta era la situación cuando en el siglo sexto antes de Cristo se produjo en Oriente y el Levante una reactivación de la consciencia espiritual y un nuevo despertar al reconocimiento del monoteísmo. En cambio Occidente no se incorporó a este nuevo desarrollo; ni Europa ni el norte de África tomaron mucha parte en este renacimiento religioso. Los griegos, por su lado, habían emprendido un magnífico viaje intelectual. Estaban empezando a dominar el miedo y ya no buscaban su antídoto en la religión, pero tampoco percibían que la religión verdadera cura el hambre del alma, el desasosiego espiritual y la desesperanza moral. Buscaban el solaz del alma en el pensamiento profundo: la filosofía y la metafísica. Se apartaron de la búsqueda de la propia preservación —la salvación— y se volvieron hacia la comprensión y realización de sí mismos.

98:2.3 (1078.7) Mediante una rigurosa reflexión, los griegos intentaron alcanzar la consciencia de una seguridad que pudiera sustituir a la creencia en la supervivencia, pero fracasaron rotundamente. Solo pudieron captar las nuevas enseñanzas los miembros más inteligentes de la población helénica de clase alta; la gran masa de los descendientes de los esclavos de generaciones anteriores no tenía capacidad para asimilar este nuevo sustituto de la religión.

98:2.4 (1079.1) Los filósofos desdeñaban todas las formas de culto, a pesar de que prácticamente todos se adherían vagamente a una creencia subyacente en la doctrina de Salem sobre la «Inteligencia del universo», «la idea de Dios» y «la Gran Fuente». En la medida en que los filósofos reconocían lo divino y suprafinito eran claramente monoteístas, en cambio prestaban escaso reconocimiento a la pléyade de dioses y diosas del Olimpo.

98:2.5 (1079.2) Los poetas griegos de los siglos quinto y sexto, sobre todo Píndaro, intentaron reformar la religión griega y elevar sus ideales. Pero eran artistas más que personas religiosas, y aunque elevaron los ideales, no lograron desarrollar un procedimiento para fomentar y conservar los valores supremos.

98:2.6 (1079.3) Jenófanes enseñó que había un solo Dios, pero su concepto de la deidad era tan panteísta que no podía ser un Padre personal para el hombre mortal. Anaxágoras era un mecanicista, aunque reconocía la existencia de una Causa Primera, una Mente Inicial. Sócrates y sus sucesores, Platón y Aristóteles, enseñaron que la virtud es conocimiento y la bondad, salud del alma; que es mejor sufrir la injusticia que cometerla, que es un error devolver mal por mal y que los dioses son sabios y buenos. Sus virtudes cardinales eran: sabiduría, valor, templanza y justicia.

98:2.7 (1079.4) La evolución de la filosofía religiosa entre los helenos y los hebreos ilustra por contraste la función de la Iglesia como institución modeladora del progreso cultural. En Palestina el pensamiento humano estaba tan controlado por los sacerdotes y tan dirigido por las escrituras que la filosofía y la estética quedaron enteramente sumergidas en la religión y la moralidad. En Grecia la ausencia casi completa de sacerdotes y «escrituras sagradas» dejó a la mente humana libre de trabas y permitió el desarrollo de una notable profundidad de pensamiento. Pero la religión como experiencia personal no pudo seguir el ritmo de la investigación intelectual sobre la naturaleza y realidad del cosmos.

98:2.8 (1079.5) En Grecia la creencia estaba subordinada al pensamiento; en Palestina, el pensamiento estaba sometido a la creencia. La fuerza del cristianismo se debe en gran medida a que tomó prestadas muchas cosas tanto de la moralidad hebrea como del pensamiento griego.

98:2.9 (1079.6) En Palestina el dogma religioso cristalizó tanto que puso en peligro el crecimiento posterior; en Grecia el pensamiento humano se hizo tan abstracto que el concepto de Dios se disipó en una neblina de especulaciones panteístas bastante parecida a la Infinitud impersonal de los filósofos brahmanes.

98:2.10 (1079.7) Pero los hombres corrientes de aquellos tiempos no podían captar, ni tampoco les interesaba mucho, la filosofía griega de la autorrealización ni el concepto de una Deidad abstracta; anhelaban más bien promesas de salvación unidas a un Dios personal que pudiera escuchar sus oraciones. Exiliaron a los filósofos, persiguieron a los últimos seguidores del culto de Salem (ambas doctrinas se habían mezclado mucho) y se prepararon para una lamentable inmersión orgiástica en los disparates de los cultos de misterio que proliferaban entonces por las tierras mediterráneas. Dentro del panteón olímpico se desarrollaron los misterios eleusinos, una versión griega del culto a la fertilidad; floreció el culto dionisíaco a la naturaleza; el mejor de todos los cultos era la hermandad órfica, cuyas predicaciones morales y promesas de salvación ejercían un gran atractivo sobre muchos.

98:2.11 (1080.1) Toda Grecia se volvió hacia estos nuevos métodos de alcanzar la salvación, hacia estos ceremoniales intensos y emotivos. Ninguna nación ha logrado jamás llegar a tales alturas de filosofía artística en tan poco tiempo; ninguna ha creado un sistema tan avanzado de ética, prácticamente sin Deidad y sin ninguna promesa de salvación humana; ninguna nación se precipitó jamás tan rápida, profunda y violentamente en un abismo de estancamiento intelectual, depravación moral y pobreza espiritual como estos mismos pueblos griegos cuando se lanzaron al torbellino insensato de los cultos de misterio.

98:2.12 (1080.2) Las religiones se han perpetuado durante mucho tiempo sin un apoyo filosófico, en cambio pocas filosofías han durado mucho como tales sin identificarse de alguna manera con una religión. La filosofía es a la religión lo que el concepto a la acción. Pero el estado humano ideal es aquél en el que la filosofía, la religión y la ciencia se han soldado en una unidad significativa por la acción conjunta de la sabiduría, la fe y la experiencia.

3. Las enseñanzas de Melquisedec en Roma

98:3.1 (1080.3) La religión de los latinos, nacida de las primeras formas religiosas de culto a los dioses familiares, se convirtió luego en veneración tribal a Marte, el dios de la guerra. Eso explica que acabara teniendo mucho más carácter de observancia política que los sistemas intelectuales de los griegos y los brahmanes o las religiones más espirituales de algunos otros pueblos.

98:3.2 (1080.4) En el siglo sexto antes de Cristo hubo un gran renacimiento monoteísta del evangelio de Melquisedec, pero muy pocos misioneros de Salem penetraron en Italia, y los que lo hicieron no pudieron competir con la influencia del proliferante clero etrusco y su nueva pléyade de dioses y templos, que quedaron todos integrados en la religión estatal romana. Esta religión de las tribus latinas no era trivial y venal como la de los griegos ni tampoco austera y tiránica como la de los hebreos. Consistía básicamente en una mera observancia de formas, votos y tabúes.

98:3.3 (1080.5) Influyeron profundamente en la religión romana numerosas importaciones culturales procedentes de Grecia. La mayoría de los dioses olímpicos acabaron trasplantados e incorporados al panteón latino. Los griegos adoraron durante mucho tiempo el fuego del hogar familiar —Hestia era la diosa virgen del hogar— y Vesta fue la diosa romana de la casa. Zeus se convirtió en Júpiter, Afrodita en Venus, y así se fueron adaptando casi todas las deidades olímpicas.

98:3.4 (1080.6) Con ocasión de su iniciación religiosa, los jóvenes romanos se consagraban solemnemente al servicio del Estado. Los otorgamientos de ciudadanía y los juramentos correspondientes eran en realidad ceremonias religiosas. Los pueblos latinos mantenían templos, altares y santuarios, y en caso de crisis consultaban a los oráculos. Conservaban los huesos de los héroes como más tarde conservarían los de los santos cristianos.

98:3.5 (1080.7) Esta forma fría y formal de patriotismo pseudorreligioso estaba condenada a derrumbarse, igual que la elevada adoración intelectual y artística de los griegos había caído ante la adoración férvida y profundamente emocional de los cultos de misterio. El principal de estos cultos devastadores fue la religión de misterio de la secta de la Madre de Dios, que tenía su sede en el emplazamiento exacto de la presente iglesia de San Pedro de Roma.

98:3.6 (1080.8) El Estado romano emergente conquistó políticamente, pero fue conquistado a su vez por los cultos, ritos, misterios y conceptos de dios existentes en Egipto, Grecia y el Levante. Estos cultos importados siguieron floreciendo en todo el Estado romano hasta los tiempos de Augusto. Por razones puramente políticas y cívicas, este emperador se esforzó denodadamente y con cierto éxito por destruir los misterios y reavivar la vieja religión política.

98:3.7 (1081.1) Uno de los sacerdotes de la religión estatal habló a Augusto de los maestros de Salem que habían intentado difundir la doctrina de un solo Dios, una Deidad final que presidía sobre todos los seres sobrenaturales. Esta idea arraigó tanto en el emperador que se dedicó a construir templos bien surtidos de bellas imágenes, reorganizó el clero estatal, volvió a establecer la religión estatal, se nombró a sí mismo sumo sacerdote universal en funciones y no dudó en proclamarse dios supremo en su calidad de emperador.

98:3.8 (1081.2) La nueva religión del culto a Augusto floreció y se practicó durante su vida en todo el Imperio salvo en Palestina, la tierra de los judíos. Este periodo de dioses humanos se prolongó hasta que figuraron en el culto oficial romano más de cuarenta deidades humanas autodivinizadas, con sus correspondientes nacimientos milagrosos y otros atributos sobrehumanos.

98:3.9 (1081.3) Un ferviente grupo de predicadores, los cínicos, opuso la última resistencia del colectivo cada vez menor de creyentes salemitas. Exhortaron a los romanos a abandonar sus desenfrenados ritos religiosos carentes de sentido y volver a la forma de adoración presentada en el evangelio de Melquisedec ya modificado por contagio con la filosofía de los griegos. Pero la mayoría de la población rechazó a los cínicos y prefirió entregarse a los ritos de los misterios, que además de ofrecer esperanzas de salvación personal, satisfacían los deseos de diversión, entretenimiento y emociones fuertes.

4. Los cultos de misterio

98:4.1 (1081.4) La mayoría de los habitantes del mundo grecorromano, al haber perdido sus primitivas religiones familiares y estatales y al no poder o no querer captar el significado de la filosofía griega, se volvieron hacia las emociones fuertes que les ofrecían los espectaculares cultos de misterio provenientes de Egipto y del Levante. La gente común ansiaba promesas de salvación: consuelo religioso para hoy y una esperanza de inmortalidad después de la muerte.

98:4.2 (1081.5) Los tres cultos de misterio más populares fueron:

98:4.3 (1081.6) 1. El culto frigio de Cibeles y su hijo Atis.

98:4.4 (1081.7) 2. El culto egipcio de Osiris y su madre Isis.

98:4.5 (1081.8) 3. El culto iraní de adoración a Mitra como salvador y redentor de la humanidad pecadora.

98:4.6 (1081.9) Los misterios frigio y egipcio enseñaban que el hijo divino (Atis y Osiris respectivamente) había experimentado la muerte y había sido resucitado por el poder divino. Enseñaban además que todos los que fueran correctamente iniciados en el misterio y celebraran reverentemente el aniversario de la muerte y resurrección del dios se harían participes con ello de su naturaleza divina y su inmortalidad.

98:4.7 (1081.10) Las ceremonias frigias eran imponentes pero degradantes. Sus festividades sangrientas muestran hasta qué punto habían caído esos misterios levantinos en el primitivismo y la degradación. El día más sagrado era el viernes negro, el «día de la sangre», que conmemoraba la muerte autoinfligida de Atis. Después de tres días de celebrar el sacrificio y la muerte de Atis, la festividad se tornaba en regocijo en honor a su resurrección.

98:4.8 (1082.1) Los ritos del culto de Isis y Osiris eran más refinados e impresionantes que los del culto frigio. Este ritual egipcio se elaboró en torno a la leyenda del antiguo dios Nilo, un dios que moría y era resucitado. Este concepto que provenía de observar la interrupción anual recurrente del crecimiento vegetal seguida por el despertar de todas las plantas vivas en primavera. El frenesí provocado por la celebración de estos cultos de misterio y las orgías de sus ceremoniales, supuestamente conducentes al «entusiasmo» de la comprensión de la divinidad, eran a veces totalmente repugnantes.

5. El culto de Mitra

98:5.1 (1082.2) Los misterios frigio y egipcio terminaron cediendo ante el mayor de todos los cultos de misterio: la adoración a Mitra. El culto mitraico resultaba atractivo para una amplia variedad de tipos humanos y fue suplantando gradualmente a sus dos predecesores. El mitraísmo se difundió por el Imperio romano gracias a la propaganda de las legiones romanas reclutadas en el Levante; allí estaba de moda esta religión, y los soldados la llevaban con ellos a todos sus destinos. Este nuevo rito religioso fue una gran mejora sobre los cultos de misterio anteriores.

98:5.2 (1082.3) El culto de Mitra surgió en Irán y perduró mucho tiempo en su tierra natal a pesar de la oposición militante de los seguidores de Zoroastro. Pero cuando el mitraísmo llegó a Roma ya estaba muy mejorado por la absorción de muchas de las enseñanzas de Zoroastro. Estas enseñanzas influirían más tarde en el cristianismo principalmente a través del culto mitraico.

98:5.3 (1082.4) El culto mitraico presentaba a un dios militante originado en una gran roca que acometía valientes hazañas y había hecho brotar agua de una roca perforándola con sus flechas. Hubo un diluvio del que se salvó un hombre en una embarcación construida al efecto y una última cena que Mitra celebró con el dios solar antes de ascender a los cielos. Este dios solar, o Sol Invictus, era una degeneración de Ahura-Mazda, el concepto de la deidad del zoroastrismo. Mitra era concebido como el campeón superviviente del dios solar en su lucha contra el dios de las tinieblas. En reconocimiento por haber dado muerte al mítico toro sagrado, Mitra fue hecho inmortal y exaltado a la categoría de intercesor de la raza humana ante los dioses de lo alto.

98:5.4 (1082.5) Los seguidores de este culto lo practicaban en cuevas y otros lugares secretos, cantaban himnos, musitaban palabras mágicas, comían la carne de los animales sacrificiales y bebían su sangre. Adoraban tres veces al día y tenían ceremonias semanales especiales el día del dios solar, pero la celebración más elaborada de todas era la festividad anual de Mitra el veinticinco de diciembre. Se creía que compartir el sacramento aseguraba la vida eterna, el paso inmediato tras la muerte al seno de Mitra, donde se permanecía en la dicha hasta el día del Juicio. El día del Juicio las llaves mitraicas del cielo abrirían las puertas del Paraíso para recibir a los fieles, tras lo cual Mitra regresaría a la tierra y todos los no bautizados de entre los vivos y los muertos serían aniquilados. Se enseñaba que cuando un hombre moría se presentaba ante Mitra para ser juzgado y que en el fin del mundo Mitra convocaría a todos los muertos de sus tumbas para el Juicio final. Los malvados serían destruidos por el fuego y los justos reinarían con Mitra para siempre.

98:5.5 (1082.6) Al principio fue una religión solo para hombres, con siete órdenes distintos en los que los creyentes podían ser iniciados sucesivamente. Más adelante las esposas e hijas de los creyentes fueron admitidas en los templos de la Gran Madre, situados junto a los templos mitraicos. El culto femenino era una mezcla del rito mitraico y las ceremonias del culto frigio de Cibeles, la madre de Atis.

6. El mitraísmo y el cristianismo

98:6.1 (1083.1) Antes de la aparición de los cultos de misterio y del cristianismo, la religión personal apenas se había desarrollado como institución independiente en las tierras civilizadas del norte de África y de Europa; era más bien un asunto de familia, de ciudad-Estado, de política y de imperio. Los griegos helénicos no desarrollaron nunca un sistema centralizado de culto; el rito era local; no tenían ni clero ni «libro sagrado». Sus instituciones religiosas, casi como las romanas, carecían de un poderoso agente motor que preservara los valores morales y espirituales superiores. Si bien es cierto que institucionalizar la religión tiende a restar valor a su calidad espiritual, también lo es que ninguna religión ha conseguido hasta ahora sobrevivir sin ayuda de una organización más o menos institucional.

98:6.2 (1083.2) La religión occidental languideció así hasta los tiempos de los escépticos, los cínicos, los epicúreos y los estoicos, pero sobre todo hasta el momento de la gran contienda entre el mitraísmo y la nueva religión de Pablo, el cristianismo.

98:6.3 (1083.3) Durante el siglo tercero después de Cristo las iglesias mitraica y cristiana eran muy similares en cuanto a la apariencia y el carácter de sus ritos. La mayoría de sus lugares de culto eran subterráneos, y en ambos casos sus altares tenían como fondo diversas representaciones de los sufrimientos del salvador que había traído la salvación a una raza humana maldita por el pecado.

98:6.4 (1083.4) Los fieles mitraicos tuvieron siempre la costumbre de mojar los dedos en agua bendita al entrar en el templo, y como en algunas zonas había fieles que practicaron en algún momento las dos religiones, introdujeron esta costumbre en la mayoría de las iglesias cristianas de las inmediaciones de Roma. Ambas religiones empleaban el bautismo y compartían el sacramento del pan y el vino. La única gran diferencia entre el mitraísmo y el cristianismo, aparte de las personas de Mitra y de Jesús, era que uno alentaba el militarismo y el otro era ultrapacífico. La tolerancia del mitraísmo hacia otras religiones (excepto hacia el cristianismo posterior) acarreó su descomposición final. Pero el factor determinante en la lucha entre ambos fue la admisión plena de las mujeres en la comunión de la fe cristiana.

98:6.5 (1083.5) Al final la fe cristiana nominal terminó por imponerse en Occidente. La filosofía griega aportó los conceptos de valor ético, el mitraísmo los ritos de culto y el cristianismo como tal el procedimiento para conservar los valores morales y sociales.

7. La religión cristiana

98:7.1 (1083.6) Un Hijo Creador no se encarnó a semejanza de carne mortal ni se otorgó a la humanidad de Urantia para reconciliar a un Dios enojado sino para conseguir que toda la humanidad reconociera el amor del Padre y tomara consciencia de su filiación con Dios. Incluso el gran defensor de la doctrina de la expiación reconoció parcialmente esta verdad cuando declaró que «Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo».

98:7.2 (1084.1) No corresponde a este documento tratar sobre el origen y la propagación de la religión cristiana. Baste con decir que está construida en torno a la persona de Jesús de Nazaret, el Hijo Miguel de Nebadon encarnado en humanidad, conocido en Urantia como el Cristo, el ungido. El cristianismo fue difundido por todo el Levante y Occidente por los seguidores de este galileo, y su celo misionero igualó al de sus ilustres predecesores setitas y salemitas así como al de sus fervientes contemporáneos asiáticos, los maestros budistas.

98:7.3 (1084.2) Como sistema de creencias urantiano, la religión cristiana nació de una combinación de enseñanzas, influencias, creencias, cultos y actitudes personales individuales. Fueron los siguientes:

98:7.4 (1084.3) 1. Las enseñanzas de Melquisedec, que han sido un factor básico en todas las religiones surgidas en Oriente y Occidente durante los últimos cuatro mil años.

98:7.5 (1084.4) 2. El sistema hebreo de moralidad, ética, teología y creencia tanto en la Providencia como en el Yahvé supremo.

98:7.6 (1084.5) 3. La concepción zoroástrica de la lucha entre el bien cósmico y el mal cósmico que ya había dejado su huella tanto en el judaísmo como en el mitraísmo. A raíz de la rivalidad entre el mitraísmo y el cristianismo hubo un contacto permanente entre ambas religiones, y por esta vía las doctrinas del profeta iraní influyeron poderosamente en la apariencia y la estructura teológica y filosófica de los dogmas, los principios y la cosmología de las enseñanzas de Jesús en sus versiones helenizada y latinizada.

98:7.7 (1084.6) 4. Los cultos de misterio, especialmente el mitraísmo, pero también la adoración a la Gran Madre del culto frigio. Incluso las leyendas del nacimiento de Jesús en Urantia se vieron contaminadas por la versión romana del nacimiento milagroso de Mitra, el héroe salvador iraní cuyo advenimiento a la tierra solo habría sido presenciado por un puñado de pastores que acudieron con sus regalos tras haber sido avisado por ángeles del inminente acontecimiento.

98:7.8 (1084.7) 5. El hecho histórico de la vida humana de Josué ben José, la realidad de Jesús de Nazaret como Cristo glorificado, el Hijo de Dios.

98:7.9 (1084.8) 6. El punto de vista personal de Pablo de Tarso. Cabe señalar que el mitraísmo era la religión dominante en Tarso durante su adolescencia. Poco podía imaginar Pablo que las cartas que con tan buena intención escribía a sus conversos serían consideradas algún día por los cristianos posteriores como «palabra de Dios». Los maestros bienintencionados como él no pueden ser responsabilizados del uso dado a sus escritos por sus sucesores.

98:7.10 (1084.9) 7. El pensamiento filosófico de los pueblos helénicos, desde Alejandría y Antioquía hasta Siracusa y Roma pasando por Grecia. La filosofía de los griegos estaba más en armonía con la versión paulina del cristianismo que ningún otro sistema religioso vigente y se convirtió en un factor importante del éxito del cristianismo en Occidente. La filosofía griega, unida a la teología de Pablo, sigue constituyendo la base de la ética europea.

98:7.11 (1084.10) Las enseñanzas originales de Jesús se fueron occidentalizando al penetrar en Occidente, y a medida que se occidentalizaban empezaron a perder su atractivo potencialmente universal para todas las razas y tipos de hombres. El cristianismo de hoy se ha convertido en una religión bien adaptada a los usos y costumbres sociales, económicos y políticos de las razas blancas. Hace mucho que dejó ser la religión de Jesús, aunque sigue presentando valientemente una hermosa religión sobre Jesús a quienes buscan con sinceridad seguir el camino de sus enseñanzas. Ha glorificado a Jesús como el Cristo, el ungido mesiánico de Dios, pero ha olvidado en gran medida el evangelio personal del Maestro: la Paternidad de Dios y la hermandad universal de todos los hombres.

98:7.12 (1085.1) Esta es la larga historia de las enseñanzas de Maquiventa Melquisedec en Urantia. Han pasado cerca de cuatro mil años desde que este Hijo de emergencia de Nebadon se otorgara en Urantia, y en ese tiempo las enseñanzas del «sacerdote de El Elyón, el Dios Altísimo» han penetrado en todas las razas y pueblos. Maquiventa consiguió el objetivo de su extraordinario otorgamiento: cuando Miguel preparaba su aparición en Urantia, el concepto de Dios ya estaba presente en el corazón de los hombres y las mujeres, el mismo concepto de Dios que sigue iluminando cada nueva experiencia espiritual viva de los múltiples hijos del Padre Universal durante sus intrincadas vidas temporales en los planetas que giran en el espacio.

98:7.13 (1085.2) [Presentado por un Melquisedec de Nebadon.]

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