Documento 119 - Los otorgamientos de Cristo Miguel

   
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El libro de Urantia

Documento 119

Los otorgamientos de Cristo Miguel

119:0.1 (1308.1) YO, EL JEFE de las Estrellas Vespertinas de Nebadon, he sido destinado a Urantia por Gabriel con la misión de revelar la historia de los siete otorgamientos del Soberano del Universo, Miguel de Nebadon. Me llamo Gavalia, y en esta exposición observaré estrictamente las limitaciones que impone mi mandato.

119:0.2 (1308.2) El atributo de otorgamiento es inherente a los Hijos paradisiacos del Padre Universal. En su deseo de acercarse a las experiencias de la vida de sus criaturas de menor rango, los diversos órdenes de Hijos del Paraíso reflejan la naturaleza divina de sus padres paradisiacos. El Hijo Eterno de la Trinidad del Paraíso mostró el camino de esta práctica con sus siete otorgamientos en los siete circuitos de Havona en tiempos de la ascensión de Grandfanda y de los primeros peregrinos del tiempo y el espacio. Y el Hijo Eterno sigue otorgándose en los universos locales del espacio en las personas de sus representantes, los Hijos Migueles y los hijos Avonales.

119:0.3 (1308.3) Cuando el Hijo Eterno otorga un Hijo Creador a un universo local proyectado, ese Hijo Creador asume la plena responsabilidad de completar, controlar y componer ese nuevo universo. Esto lleva consigo el juramento solemne a la Trinidad eterna de no asumir la plena soberanía de la nueva creación hasta haber consumado con éxito sus siete otorgamientos como criatura, que deberán ser certificados por los Ancianos de los Días con jurisdicción en ese superuniverso. Todos los Hijos Migueles que se ofrecen como voluntarios para salir del Paraíso y dedicarse a la organización y creación de un universo contraen esta obligación.

119:0.4 (1308.4) El propósito de estas encarnaciones como criaturas es capacitar a estos Creadores para convertirse en soberanos sabios, compasivos, justos y comprensivos. Estos Hijos divinos son justos por naturaleza, pero adquieren una comprensión misericordiosa como resultado de estas experiencias sucesivas de otorgamiento. Son misericordiosos por naturaleza, pero gracias a estas experiencias adquieren nuevas formas de misericordia. Estos otorgamientos son los últimos pasos de su formación y educación para la tarea sublime de regir los universos locales con divina rectitud y justo juicio.

119:0.5 (1308.5) Aunque estos otorgamientos aportan muchos beneficios secundarios a los correspondientes mundos, sistemas y constelaciones, así como a los distintos órdenes de inteligencias del universo afectadas y beneficiadas por ellas, su principal objetivo es completar la formación personal y la educación universal del propio Hijo Creador. Estos otorgamientos no son esenciales para la gestión sabia, justa y eficiente de un universo local, pero son indispensables para dirigir de forma equitativa, comprensiva y misericordiosa esas creaciones rebosantes de diversas formas de vida y de innumerables criaturas inteligentes pero imperfectas.

119:0.6 (1308.6) Cuando los Hijos Migueles empiezan su trabajo de organización del universo, sienten una justa y profunda simpatía por los distintos órdenes de seres creados por ellos. Poseen abundantes reservas de misericordia hacia todas esas diversas criaturas, incluso piedad para los que yerran y luchan por mantenerse a flote en el fango egoísta que ellos mismos producen. Pero esas dotes de justicia y rectitud no son suficientes para los Ancianos de los Días. Los regidores trinos de los superuniversos no certificarán nunca a un Hijo Creador como Soberano de un Universo hasta que haya adquirido realmente el punto de vista de sus criaturas por su propia experiencia del entorno donde viven y bajo la forma de esas mismas criaturas. Solo así se convierten estos Hijos en regidores inteligentes y comprensivos. Llegan a conocer a los diversos colectivos sobre los que rigen y ejercen la autoridad del universo. Adquieren por experiencia directa una misericordia práctica, un criterio equitativo y una paciencia que nacen de su existencia experiencial como criaturas.

119:0.7 (1309.1) El universo local de Nebadon está regido ahora por un Hijo Creador que ha consumado su servicio de otorgamiento. Reina con justa y misericordiosa supremacía sobre todos los vastos dominios de su universo en vías de evolución y perfeccionamiento. Miguel de Nebadon es el otorgamiento número 611 121 del Hijo Eterno a los universos del tiempo y el espacio, y empezó la organización de vuestro universo local hace unos cuatrocientos mil millones de años. Miguel se preparó para su primera aventura de otorgamiento hacia la época en que Urantia estaba adquiriendo su forma presente hace mil millones de años. Sus otorgamientos han ocurrido aproximadamente cada ciento cincuenta millones de años, y el último tuvo lugar en Urantia hace mil novecientos años. Procederé ahora a exponer la naturaleza y el carácter de estos otorgamientos dentro de los límites que establece mi mandato.

1. El primer otorgamiento

119:1.1 (1309.2) Hace casi mil millones de años se produjo un solemne acontecimiento en Salvington cuando Miguel anunció en la asamblea de directores y jefes del universo de Nebadon que su hermano mayor Emmanuel asumiría en ese momento la autoridad en Nebadon mientras él (Miguel) se ausentaba en una misión no explicada. No se volvió a anunciar nada sobre esta operación hasta la difusión de despedida a los Padres de las Constelaciones, que decía entre otras disposiciones: «Y durante este periodo os dejo bajo el cuidado y la dirección de Emmanuel mientras yo voy a hacer lo que me pide mi Padre del Paraíso».

119:1.2 (1309.3) Tras esta difusión de despedida, Miguel apareció en el área de salida de Salvington igual que en otras muchas ocasiones anteriores en las que se preparaba para marchar hacia Uversa o el Paraíso, pero esta vez iba solo. Concluyó su alocución con estas palabras: «Os dejo, pero por poco tiempo. Muchos de vosotros, lo sé, querríais venir conmigo, pero allá adonde voy no podéis venir. Lo que estoy a punto de hacer no podéis hacerlo vosotros. Voy a hacer la voluntad de las Deidades del Paraíso, y cuando haya terminado mi misión y adquirido esa experiencia volveré a ocupar mi lugar entre vosotros». Dicho esto, Miguel de Nebadon desapareció de la vista de todos los reunidos y no volvió a aparecer durante veinte años de tiempo estándar. En todo Salvington solo la Ministra Divina y Emmanuel sabían lo que estaba ocurriendo, y el Unión de los Días solo compartió su secreto con Gabriel, el jefe ejecutivo del universo, la Radiante Estrella Matutina.

119:1.3 (1309.4) Todos los habitantes de Salvington y de los mundos sede de las constelaciones y de los sistemas se reunieron en torno a sus respectivas estaciones receptoras de información del universo a la espera de noticias sobre la misión y el paradero del Hijo Creador. No recibieron ningún mensaje de interés hasta el tercer día de la marcha de Miguel. Ese día llegó a Salvington una comunicación procedente de la esfera Melquisedec, la sede de ese orden en Nebadon, que reseñaba simplemente un suceso extraordinario e inaudito: «Hoy al mediodía ha aparecido en el área de llegada de este mundo un extraño Hijo Melquisedec que no pertenece a nuestro orden pero es enteramente semejante. Venía acompañado por una sola omniafín que traía credenciales de Uversa y ha presentado órdenes de los Ancianos de los Días refrendadas por Emmanuel de Salvington. Estas órdenes, dirigidas a nuestro jefe, dictaban que este nuevo Hijo Melquisedec fuera recibido en nuestro orden y asignado al servicio de emergencia de los Melquisedec de Nebadon. Así lo hemos ordenado y así se ha hecho».

119:1.4 (1310.1) Y esto es poco más o menos lo que figura en los archivos de Salvington sobre el primer otorgamiento de Miguel. No aparece nada más hasta después de cien años del tiempo de Urantia, cuando se hace constar el regreso de Miguel para retomar sin previo anuncio la dirección de los asuntos del universo. Pero en el mundo Melquisedec existe un extraño registro, una relación de los servicios de este singular Hijo Melquisedec del cuerpo de emergencia de entonces. Este informe se conserva en un sencillo templo situado hoy frente a la morada del Padre Melquisedec y relata la labor realizada por este Hijo Melquisedec transitorio en sus veinticuatro misiones de emergencia en el universo. Hace poco volví a ver esta relación que termina así:

119:1.5 (1310.2) «Hoy al mediodía, sin previo anuncio y ante la única presencia de tres miembros de nuestra hermandad, este Hijo visitante de nuestro orden ha desaparecido de nuestro mundo tal como llegó, acompañado por una sola omniafín. Concluye este informe con la certificación de que este visitante vivió como un Melquisedec, a imagen y semejanza de un Melquisedec, trabajó como un Melquisedec y ejecutó fielmente todas sus misiones como Hijo de emergencia de nuestro orden. Por consenso universal se ha convertido en jefe de los Melquisedec, pues se ha ganado nuestro amor y nuestra adoración por su sabiduría sin par, su amor supremo y su espléndida entrega al deber. Nos ha amado, nos ha comprendido y ha servido con nosotros, y seremos para siempre sus fieles y leales compañeros Melquisedec. Este extraño en nuestro mundo se ha convertido ahora eternamente en un ministro del universo de naturaleza Melquisedec.»

119:1.6 (1310.3) Y esto es todo lo que estoy autorizado a contaros sobre el primer otorgamiento de Miguel. Nosotros, por supuesto, entendemos perfectamente que aquel extraño Melquisedec que tan misteriosamente sirviera con los Melquisedec hace mil millones de años no era otro que Miguel encarnado en la misión de su primer otorgamiento. Los archivos no especifican que ese excepcional y eficiente Melquisedec fuera Miguel, aunque es creencia universal que era él. Es probable que la afirmación concreta de este hecho solo esté recogida en los registros de Sonarington, pero nosotros no tenemos acceso a los archivos de ese mundo secreto. Los misterios de la encarnación y el otorgamiento solo se conocen plenamente en ese mundo sagrado de los Hijos divinos. Todos conocemos los hechos de los otorgamientos de Miguel pero no comprendemos cómo se llevan a cabo. No sabemos cómo puede el regidor de un universo, el creador de los Melquisedec, convertirse en uno de los suyos de forma tan misteriosa y repentina para vivir y trabajar durante cien años como uno más entre ellos. Pero así ocurrió.

2. El segundo otorgamiento

119:2.1 (1310.4) Después del otorgamiento de Miguel como Melquisedec todo fue bien durante casi ciento cincuenta millones de años en el universo de Nebadon, hasta que empezaron a gestarse problemas en el sistema 11 de la constelación 37 en torno a un malentendido por parte de un Hijo Lanonandek Soberano de Sistema. El asunto había sido arbitrado por los Padres de la Constelación con la aprobación del Fiel de los Días, el consejero paradisiaco de esa constelación, pero el Soberano de Sistema no quedó plenamente conforme con el veredicto. Después de más de cien años de descontento, este Hijo Lanonandek indujo a sus compañeros a la rebelión contra la soberanía del Hijo Creador. Esta rebelión, una de las más desastrosas y generalizadas que se hayan instigado nunca en el universo de Nebadon, fue sofocada y enjuiciada hace mucho por los Ancianos de los Días de Uversa.

119:2.2 (1311.1) Lutentia, el Soberano de Sistema rebelde, reinó con total supremacía en su planeta sede durante más de veinte años de tiempo estándar de Nebadon, hasta que los Altísimos, con el beneplácito de Uversa, ordenaron su segregación y requirieron a los regidores de Salvington que pusieran a un nuevo Soberano de Sistema al frente de ese confuso sistema de mundos habitados desgarrado por los conflictos.

119:2.3 (1311.2) Al tiempo que llegaba a Salvington esta solicitud, Miguel emitió la segunda de sus extraordinarias proclamaciones de intención de ausentarse de la sede del universo con el propósito de «hacer lo que me pide mi Padre del Paraíso». Prometió «regresar a su debido tiempo» y delegó toda su autoridad en manos de su hermano paradisiaco Emmanuel, el Unión de los Días.

119:2.4 (1311.3) Y entonces, por el mismo procedimiento empleado cuando emprendió su otorgamiento como Melquisedec, Miguel se volvió a despedir de su esfera sede. Tres días después de esta despedida inexplicada, un nuevo miembro desconocido apareció en el cuerpo de reserva de los Hijos Lanonandek primarios de Nebadon. Este nuevo Hijo llegó al mediodía sin anunciarse, acompañado por una sola terciafín con credenciales de los Ancianos de los Días de Uversa certificadas por Emmanuel de Salvington. En ellas se ordenaba que este nuevo Hijo fuera asignado al sistema 11 de la constelación 37 como sucesor del depuesto Lutentia, con plenos poderes como Soberano de Sistema interino mientras se nombraba a un nuevo soberano.

119:2.5 (1311.4) Durante más de diecisiete años de tiempo del universo este extraño y desconocido regidor temporal administró los asuntos y enjuició sabiamente las dificultades de este confuso y desmoralizado sistema local. Ningún Soberano de Sistema ha sido nunca más amado ni más honrado y respetado por todos. Con justicia y misericordia puso en orden el turbulento sistema mientras ministraba diligentemente a todos sus súbditos. Ofreció incluso a su predecesor rebelde el privilegio de compartir el trono de autoridad del sistema solo con que se disculpara ante Emmanuel por sus imprudencias, pero Lutentia desdeñó estas propuestas de misericordia sabiendo muy bien que este nuevo y extraño Soberano de Sistema no era otro que Miguel, el propio regidor del universo a quien acababa de desafiar. En cambio millones de sus seguidores engañados y descaminados aceptaron el perdón del nuevo regidor, conocido en aquella época como el Soberano Salvador del sistema de Palonia.

119:2.6 (1311.5) Un día memorable llegó por fin el Soberano de Sistema recién nombrado por las autoridades del universo como sucesor permanente del depuesto Lutentia, y todo Palonia lamentó la marcha del regidor de sistema más noble y benigno jamás conocido en Nebadon. Era querido por todo el sistema y adorado por sus compañeros de todos los colectivos de Hijos Lanonandek. No faltaron las ceremonias con ocasión de su partida y se organizó una gran celebración cuando dejó la sede del sistema. Incluso su errado predecesor envió este mensaje: «Eres justo y recto en todos los sentidos y, aunque sigo rechazando el mando del Paraíso, me veo obligado a confesar que eres un administrador justo y misericordioso».

119:2.7 (1312.1) Entonces este regidor transitorio de un sistema rebelde se despidió del planeta de su breve estancia administrativa, y tres días después Miguel volvía a aparecer en Salvington para ponerse al frente del universo de Nebadon. No tardó en emitirse la tercera proclamación de Uversa que anunciaba la ampliación jurisdiccional de la autoridad y la soberanía de Miguel. La primera proclamación se hizo en el momento de su llegada a Nebadon, la segunda, poco después de haber consumado su otorgamiento como Melquisedec y esta tercera, al término de su segunda misión como Lanonandek, su segundo otorgamiento.

3. El tercer otorgamiento

119:3.1 (1312.2) El consejo supremo de Salvington acababa de estudiar una petición de los Portadores de Vida del planeta 217 del sistema 87 de la constelación 61 solicitando que se enviara en su ayuda a un Hijo Material. Este planeta pertenecía a un sistema de mundos habitados donde otro Soberano de Sistema se había descarriado, la segunda rebelión de este tipo ocurrida en Nebadon hasta ese momento.

119:3.2 (1312.3) Miguel propuso que la petición de los Portadores de Vida de este planeta quedara en suspenso a la espera de que Emmanuel la considerara e informara al respecto. Ante lo irregular de este procedimiento, recuerdo claramente que todos sospechamos que se preparaba algo fuera de lo común y no tardamos en comprobarlo. Miguel puso la dirección del universo en manos de Emmanuel al tiempo que encomendaba a Gabriel el mando de las fuerzas celestiales, y una vez descargado de sus responsabilidades administrativas, se despidió del Espíritu Madre del Universo para luego desaparecer del área de salida de Salvington exactamente igual que en las dos ocasiones anteriores.

119:3.3 (1312.4) Y como era de esperar, tres días después apareció sin previo aviso en el mundo sede del sistema 87 de la constelación 61 un extraño Hijo Material acompañado por una seconafín solitaria, acreditado por los Ancianos de los Días de Uversa y certificado por Emmanuel de Salvington. El Soberano de Sistema en funciones nombró inmediatamente a este nuevo y misterioso Hijo Material Príncipe Planetario en funciones del mundo 217, y esta designación fue confirmada en el acto por los Altísimos de la constelación 61.

119:3.4 (1312.5) Así empezó este Hijo Material único su difícil carrera en un mundo puesto en cuarentena por secesión y rebelión. Durante una generación entera del tiempo planetario estuvo trabajando él solo en un sistema asediado por los problemas y sin ninguna comunicación directa con el universo exterior. Este Hijo Material de emergencia consiguió el arrepentimiento y la rehabilitación del Príncipe Planetario rebelde con todo su equipo y fue testigo del restablecimiento del planeta al servicio leal del mando del Paraíso tal como este está establecido en los universos locales. Un Hijo y una Hija Materiales llegaron a su debido tiempo a este mundo rejuvenecido y redimido, y una vez instalados como regidores planetarios visibles, el Príncipe Planetario transitorio o de emergencia se despidió formalmente y desapareció un día al mediodía. Tres días después, Miguel ocupaba su puesto habitual de Salvington, y las difusiones del superuniverso no tardaron en transmitir la cuarta proclamación de los Ancianos de los Días con el anuncio del nuevo avance de la soberanía de Miguel en Nebadon.

119:3.5 (1312.6) Lamento no estar autorizado a describir la paciencia, la fortaleza y la habilidad de este Hijo Material a la hora de enfrentarse a las duras situaciones de ese confuso planeta. La rehabilitación de ese mundo aislado es uno de los capítulos más bellos y conmovedores que recogen los anales de salvación de Nebadon. Al final de esta misión todo Nebadon tenía claro por qué su querido regidor decidía otorgarse repetidamente a imagen y semejanza de algún orden de seres inteligentes de menor rango.

119:3.6 (1313.1) Los otorgamientos de Miguel como Hijo Melquisedec, luego como Hijo Lanonandek y más tarde como Hijo Material son todos igual de misteriosos y están más allá de toda explicación. En los tres casos apareció repentinamente como individuo plenamente desarrollado del colectivo al que se otorgaba. El misterio de estas encarnaciones no será conocido nunca salvo por aquellos que tienen acceso al círculo interno de los archivos de la esfera sagrada de Sonarington.

119:3.7 (1313.2) Desde este maravilloso otorgamiento como Príncipe Planetario de un mundo aislado por una rebelión, ningún Hijo o Hija Material de Nebadon ha tenido nunca tentaciones de quejarse de su destino o protestar por las dificultades de su misión planetaria. Los Hijos Materiales saben para siempre que en el Hijo Creador del universo tienen un soberano comprensivo y un amigo compasivo, alguien que «ha sido probado y comprobado en todos los aspectos» igual que ellos deben ser también probados y comprobados.

119:3.8 (1313.3) Cada una de estas misiones fue seguida por una edad de creciente servicio y lealtad entre todas las inteligencias celestiales originarias del universo, y a su vez cada una de las sucesivas edades de otorgamiento se caracterizó por avances y mejoras en todos los métodos de administración del universo y todas las técnicas de gobierno. A partir de este otorgamiento ningún Hijo o Hija Material se ha unido nunca a sabiendas a una rebelión contra Miguel; lo aman y respetan con demasiada devoción como para rechazarlo jamás de forma consciente. Si se ha descarriado algún Adán en tiempos recientes, ha sido siempre engañado por las sofisterías de personalidades rebeldes de orden superior.

4. El cuarto otorgamiento

119:4.1 (1313.4) Al final de uno de los llamamientos nominales milenarios periódicos de Uversa, Miguel procedió a poner el gobierno de Nebadon en manos de Emmanuel y de Gabriel. Recordando lo sucedido en ocasiones anteriores, todos nos preparamos para presenciar su desaparición hacia su cuarta misión de otorgamiento y no tuvimos que esperar mucho; poco después se dirigía al área de salida de Salvington y lo perdíamos de vista.

119:4.2 (1313.5) A los tres días de desaparecer así en misión de otorgamiento, las difusiones del universo dirigidas a Uversa emitían esta noticia desde la sede central seráfica de Nebadon: «Informamos de la llegada no anunciada de una serafín desconocida acompañada por una sola supernafín y por Gabriel de Salvington. Esta serafín no registrada tiene las características propias del orden de Nebadon y porta credenciales de los Ancianos de los Días de Uversa certificadas por Emmanuel de Salvington. Se ha comprobado que esta serafín pertenece al orden supremo de ángeles de un universo local y ha sido destinada ya al cuerpo de las consejeras de enseñanza».

119:4.3 (1313.6) En este otorgamiento seráfico Miguel estuvo ausente de Salvington más de cuarenta años estándar del universo. Durante ese tiempo estuvo adscrito como consejera seráfica de enseñanza (lo que vosotros llamaríais secretaria particular) a veintiséis maestros superiores en veintidós mundos diferentes. Su misión última o terminal fue como consejera y ayudante adscrita a la misión de otorgamiento de un Maestro Hijo de la Trinidad en el mundo 462 del sistema 84 de la constelación 3 del universo de Nebadon.

119:4.4 (1314.1) Este Maestro Hijo de la Trinidad nunca estuvo totalmente convencido de la identidad de su adjunta seráfica en los siete años que duró esta misión. Es verdad que durante aquel periodo se escudriñaba a todas las serafines con especial interés porque todos sabíamos muy bien que nuestro querido Soberano estaba en el universo bajo forma de serafín, aunque nunca pudimos estar seguros de su identidad. No fue identificado nunca de forma fehaciente hasta que estuvo adscrito a la misión de otorgamiento de este Maestro Hijo de la Trinidad. Durante toda esa era las serafines supremas fueron consideradas siempre con especial solicitud, no fuera a ser que cualquiera de nosotros descubriera que había sido, sin saberlo, anfitrión del Soberano del universo en misión de otorgamiento como criatura. Y así se ha convertido en verdad para siempre con respecto a las ángeles que su Creador y Regidor ha sido «probado y comprobado en todos los aspectos a imagen y semejanza de la personalidad seráfica».

119:4.5 (1314.2) A medida que estos otorgamientos sucesivos participaban cada vez más de la naturaleza de las formas inferiores de la vida del universo, Gabriel iba estando cada vez más presente en estas empresas de encarnación como compañero y como enlace en el universo entre el Miguel otorgado y Emmanuel, el regidor del universo en funciones.

119:4.6 (1314.3) Después de pasar por la experiencia de otorgamiento de tres órdenes de Hijos del universo creados por él —los Melquisedec, los Lanonandek y los Hijos Materiales— Miguel se ha dignado personalizarse a imagen y semejanza de la vida angélica como una serafín suprema. Hecho esto, centrará su atención en las diversas fases de la carrera ascendente de sus criaturas con voluntad más inferiores: los mortales evolutivos del tiempo y el espacio.

5. El quinto otorgamiento

119:5.1 (1314.4) Hace poco más de trescientos millones de años según se mide el tiempo en Urantia, la autoridad del universo volvió a ser delegada en Emmanuel y pudimos comprobar que Miguel se disponía a marcharse. Esta vez, a diferencia de las anteriores, anunció que su destino era Uversa, la sede del superuniverso de Orvonton. Nuestro Soberano partió a su debido tiempo, pero las difusiones del superuniverso no mencionaron nunca la llegada de Miguel a las cortes de los Ancianos de los Días. Poco después de su marcha las difusiones de Uversa emitían esta declaración: «Hoy ha llegado sin anunciarse y sin número un peregrino ascendente de origen mortal procedente del universo de Nebadon, certificado por Emmanuel de Salvington y acompañado por Gabriel de Nebadon. Este ser no identificado presenta el estatus de un verdadero espíritu y ha sido recibido en nuestra fraternidad».

119:5.2 (1314.5) Si fuerais hoy a Uversa oiríais la historia de los tiempos en que estuvo allí Eventod, pues este extraño peregrino del tiempo y el espacio era conocido en Uversa por ese nombre. Este mortal ascendente, o por lo menos una personalidad espléndida bajo la forma exacta de un mortal ascendente en la etapa de espíritu, vivió y actuó en Uversa durante once años del tiempo estándar de Orvonton. Este ser llevó a cabo las misiones y cumplió los deberes propios de un mortal de espíritu, exactamente igual que sus semejantes provenientes de los diversos universos locales de Orvonton. «Fue probado y comprobado en todos los aspectos al igual que sus compañeros» y se mostró siempre digno de la fe y la confianza de sus superiores, al tiempo que inspiraba indefectiblemente el respeto y la admiración leal de los demás espíritus semejantes a él.

119:5.3 (1315.1) En Salvington seguimos la peregrinación de este espíritu con sumo interés, sabiendo muy bien por la presencia de Gabriel que este espíritu peregrino sin pretensiones y sin número no era otro que el regidor de nuestro universo local en misión de otorgamiento. Esta primera aparición de Miguel encarnado en el papel de una de las etapas de la evolución de los mortales fue un acontecimiento que emocionó y cautivó a todo Nebadon. Habíamos oído hablar de estas cosas, pero ahora podíamos contemplarlas. Apareció en Uversa como un mortal de espíritu plenamente desarrollado y perfectamente capacitado, y como tal continuó su carrera hasta el momento en que un grupo de mortales ascendentes progresó hasta Havona. Entonces tuvo una conversación con los Ancianos de los Días y acto seguido se despidió repentinamente y sin ceremonias de Uversa acompañado por Gabriel. Poco después volvía a ocupar su lugar acostumbrado en Salvington.

119:5.4 (1315.2) Hasta que se consumó este otorgamiento no caímos por fin en la cuenta de que Miguel se encarnaría probablemente a imagen y semejanza de sus diversos órdenes de personalidades del universo, desde los más altos Melquisedec hasta los propios mortales de carne y hueso de los mundos evolutivos del tiempo y el espacio. Hacia esta época se empezó a enseñar en las universidades Melquisedec la probabilidad de que Miguel se encarnara en algún momento como mortal de carne y hueso, y hubo muchas especulaciones sobre las posibles técnicas de un otorgamiento tan inexplicable. El hecho de que Miguel hubiera desempeñado en persona el papel de mortal ascendente renovó y estimuló el interés por todo el programa de progresión de la criatura en su camino de subida tanto por el universo local como por el superuniverso.

119:5.5 (1315.3) En cualquier caso, la técnica de estos otorgamientos sucesivos seguía siendo un misterio. Incluso Gabriel confiesa que no comprende el método por el cual este Hijo del Paraíso y Creador de un universo podía, a voluntad, asumir la personalidad y vivir la vida de una de sus propias criaturas de menor rango.

6. El sexto otorgamiento

119:6.1 (1315.4) Cuando todo Salvington estaba ya habituado a los preliminares de un otorgamiento inminente, Miguel convocó a los residentes del planeta sede y desveló por primera vez el resto de su plan de encarnaciones. Anunció que pronto saldría de Salvington para asumir la carrera de un mortal de morontia en las cortes de los Padres Altísimos del planeta sede de la quinta constelación, y entonces oímos por primera vez que su otorgamiento séptimo y final se haría en algún mundo evolutivo a imagen y semejanza de carne mortal.

119:6.2 (1315.5) Antes de salir de Salvington hacia su sexto otorgamiento, Miguel se dirigió a los habitantes de la esfera allí reunidos y luego se marchó a la vista de todos acompañado por una sola serafín y por la Radiante Estrella Matutina de Nebadon. La dirección del universo volvió a quedar en manos de Emmanuel, pero esta vez hubo una distribución más amplia de las responsabilidades administrativas.

119:6.3 (1315.6) Miguel apareció en la sede de la constelación cinco como un mortal de morontia con estatus ascendente plenamente desarrollado. Lamento no estar autorizado a revelar los detalles de la carrera de este mortal de morontia sin número, pues fue una de las épocas más extraordinarias y asombrosas en la experiencia de otorgamiento de Miguel, sin exceptuar siquiera su dramática y trágica estancia en Urantia. Pero una de las muchas restricciones de mi presente encargo me prohíbe dar a conocer los detalles de la maravillosa carrera de Miguel como mortal de morontia en Endantum.

119:6.4 (1316.1) Cuando Miguel volvió de su otorgamiento en la morontia, todos pudimos comprobar que nuestro Creador se había convertido en una criatura como nosotros, que el Soberano del Universo era también un amigo y ayudante compasivo incluso para las formas más humildes de inteligencia creada de sus dominios. Ya nos habíamos dado cuenta de que estaba adquiriendo progresivamente el punto de vista de las criaturas en la administración del universo pues lo iba demostrando de forma gradual, pero esto se hizo más evidente después de consumar su otorgamiento como mortal de morontia, y mucho más al volver de su carrera como hijo de un carpintero de Urantia.

119:6.5 (1316.2) Gabriel nos había informado de antemano del momento en que Miguel se liberaría de su otorgamiento en la morontia, de modo que pudimos organizarlo todo para recibirlo adecuadamente en Salvington. Millones y millones de seres procedentes de los mundos sede de las constelaciones de Nebadon y la mayoría de los residentes temporales en los mundos adyacentes a Salvington se congregaron para darle la bienvenida a la hora de retomar el gobierno de su universo. En respuesta a nuestros numerosos discursos de bienvenida y a nuestras muestras de aprecio hacia un Soberano tan profundamente interesado por sus criaturas, se limitó a contestar: «No he hecho más que ocuparme de los asuntos de mi Padre. Solo estoy haciendo lo que complace a los Hijos del Paraíso, que aman a sus criaturas y ansían comprenderlas».

119:6.6 (1316.3) Desde ese día hasta el momento en que Miguel emprendiera su aventura urantiana como Hijo del Hombre, todo Nebadon siguió comentando las muchas proezas de su Regidor Soberano cuando se otorgó en Endantum encarnado bajo la forma de un mortal de morontia en proceso de ascensión evolutiva y fue puesto a prueba en todos los sentidos exactamente igual que sus semejantes reunidos desde los mundos materiales de toda esa constelación.

7. El otorgamiento séptimo y final

119:7.1 (1316.4) Durante decenas de miles de años todos estuvimos a la espera del otorgamiento séptimo y final de Miguel. Gabriel nos había adelantado que este otorgamiento terminal se haría a imagen y semejanza de carne mortal, pero desconocíamos por completo cómo, dónde y cuándo tendría lugar esa aventura culminante.

119:7.2 (1316.5) El anuncio público de que Miguel había elegido Urantia como teatro de su otorgamiento final se hizo poco después de que llegara la noticia de la falta de Adán y Eva. Y así, durante más de treinta y cinco mil años, vuestro mundo ocupó un lugar muy destacado en los consejos de todo el universo. Aparte del misterio de la encarnación, no hubo secretos en ninguna fase del otorgamiento en Urantia. Todo lo que ocurrió en vuestro pequeño mundo tan altamente honrado, incluyendo el regreso triunfante y definitivo de Miguel a Salvington como Soberano supremo del Universo, tuvo plena publicidad en el universo desde el principio hasta el fin.

119:7.3 (1316.6) Hasta el momento en que ocurrió, nunca supimos que Miguel aparecería en la tierra como un niño indefenso del mundo, aunque suponíamos que lo haría así. Hasta ese momento había aparecido siempre como un individuo plenamente desarrollado del colectivo elegido para el otorgamiento, y todos nos emocionamos cuando se difundió desde Salvington la noticia de que el bebé de Belén había nacido en Urantia.

119:7.4 (1316.7) Entonces caímos en la cuenta de que nuestro Creador y amigo estaba dando el paso más precario de toda su carrera y arriesgando aparentemente su posición y su autoridad en este otorgamiento como niño indefenso. Comprendimos también que su experiencia en este otorgamiento final como mortal lo entronizaría eternamente como soberano indiscutido y supremo del universo de Nebadon. Durante un tercio de siglo del tiempo de vuestro planeta, todas las miradas convergieron en Urantia desde todos los puntos de este universo local. Todas las inteligencias se dieron cuenta de que estaba en curso el último otorgamiento y, como conocíamos de tiempo atrás la rebelión de Lucifer en Satania y la desafección de Caligastia en Urantia, comprendimos perfectamente la intensidad de la lucha que se desencadenaría cuando nuestro regidor se dignara encarnarse en Urantia bajo la humilde forma y semejanza de la carne mortal.

119:7.5 (1317.1) Josué ben José, el bebé judío, fue concebido y traído al mundo exactamente igual que todos los demás bebés anteriores y posteriores a él, salvo en una cosa: este bebé concreto era la encarnación de Miguel de Nebadon, un Hijo divino del Paraíso y el creador de todo este universo local de cosas y seres. Este misterio de la encarnación de la Deidad dentro de la forma humana de Jesús, que en todo lo demás tenía origen natural en el mundo, permanecerá para siempre sin resolver. Ni siquiera en la eternidad conoceréis la técnica y el método de la encarnación del Creador bajo la forma y a semejanza de sus criaturas. Es un secreto de Sonarington, y tales misterios son posesión exclusiva de los Hijos divinos que han pasado por la experiencia del otorgamiento.

119:7.6 (1317.2) Algunos sabios de vuestro planeta sabían que Miguel estaba a punto de llegar. Por los contactos de un mundo con otro, estos sabios dotados de visión interior espiritual se enteraron del próximo otorgamiento de Miguel en Urantia, y las serafines lo anunciaron a través de las criaturas intermedias a un grupo de sacerdotes caldeos encabezados por Ardnon. Estos hombres de Dios visitaron al niño del pesebre recién nacido. El único acontecimiento sobrenatural asociado al nacimiento de Jesús fue este anuncio que hicieron a Ardnon y a sus compañeros las serafines adscritas anteriormente a Adán y Eva en el primer jardín.

119:7.7 (1317.3) Los padres humanos de Jesús eran gente corriente de su tiempo y generación. Este Hijo encarnado de Dios nació así de mujer y fue criado a la manera común de los niños de aquella raza y aquel tiempo.

119:7.8 (1317.4) La historia de la estancia de Miguel en Urantia, la narración del otorgamiento del Hijo Creador como mortal en vuestro mundo, está más allá del alcance y el propósito de la presente exposición.

8. El estatus de Miguel posterior a los otorgamientos

119:8.1 (1317.5) Tras el éxito de su otorgamiento final en Urantia, Miguel no solo fue aceptado por los Ancianos de los Días como regidor soberano de Nebadon sino que fue reconocido también por el Padre Universal como director establecido del universo local creado por él mismo. A su regreso a Salvington, este Miguel, Hijo del Hombre e Hijo de Dios, fue proclamado regidor definitivo de Nebadon. Desde Uversa se emitió la octava proclamación de la soberanía de Miguel, y desde el Paraíso llegó el pronunciamiento conjunto del Padre Universal y el Hijo Eterno que constituía a esta unión de Dios y hombre en el regidor único del universo y ordenaba al Unión de los Días emplazado en Salvington que declarara su intención de retirarse al Paraíso. Los Fieles de los Días de las sedes de las constelaciones recibieron también instrucciones de retirarse de los consejos de los Altísimos, pero Miguel no consintió que estos Hijos Trinitarios consejeros y cooperadores se retiraran. Los reunió en Salvington y les pidió personalmente que se quedaran para siempre en sus puestos de Nebadon. Ellos comunicaron a sus directores del Paraíso su deseo de acceder a esta petición, y poco después se emitieron los mandatos de separación del Paraíso que adscribían para siempre a estos Hijos del universo central a la corte de Miguel de Nebadon.

119:8.2 (1318.1) Se necesitaron casi mil millones de años del tiempo de Urantia para completar la carrera de otorgamientos de Miguel y efectuar el establecimiento final de su autoridad suprema en el universo creado por él mismo. Miguel nació creador, fue educado como administrador y formado como ejecutivo, pero tuvo que ganarse la soberanía por experiencia. Y así, vuestro pequeño mundo ha llegado a ser conocido en todo Nebadon como el escenario donde Miguel consumó la experiencia que se exige a todo Hijo Creador del Paraíso antes de obtener el control y la dirección sin limitaciones del universo hecho por él. A medida que vayáis ascendiendo en el universo local aprenderéis más sobre los ideales de las personalidades implicadas en los otorgamientos anteriores de Miguel.

119:8.3 (1318.2) Al consumar sus otorgamientos como criatura, Miguel no solo establecía su propia soberanía sino que aumentaba además la soberanía evolutiva de Dios Supremo. En el transcurso de estos otorgamientos, el Hijo Creador no solo se dedicó a la exploración descendente de las diversas naturalezas de la personalidad de las criaturas, sino que logró revelar también las voluntades diversificadas de las Deidades del Paraíso, cuya unidad sintética, tal como la revelan los Creadores Supremos, pone de manifiesto la voluntad del Ser Supremo.

119:8.4 (1318.3) Estos diversos aspectos volitivos de las Deidades están eternamente personalizados en las naturalezas diferenciadas de los siete Espíritus Maestros, y cada uno de los otorgamientos de Miguel reveló de forma peculiar una de estas manifestaciones de la divinidad. En su otorgamiento como Melquisedec manifestó la voluntad unida del Padre, el Hijo y el Espíritu. En su otorgamiento como Lanonandek manifestó la voluntad del Padre y el Hijo. En el otorgamiento adánico reveló la voluntad del Padre y el Espíritu, y en el otorgamiento seráfico, la voluntad del Hijo y el Espíritu. En el otorgamiento como mortal de Uversa describió la voluntad del Actor Conjunto, y en el otorgamiento como mortal de morontia, la voluntad del Hijo Eterno. Y finalmente, en el otorgamiento material en Urantia vivió la voluntad del Padre Universal como un mortal de carne y hueso.

119:8.5 (1318.4) Con la consumación de estos siete otorgamientos quedó liberada la soberanía suprema de Miguel y además se hizo posible la soberanía del Supremo en Nebadon. En ninguno de sus otorgamientos reveló Miguel a Dios Supremo, pero la suma total de los siete otorgamientos es una nueva revelación del Ser Supremo en Nebadon.

119:8.6 (1318.5) En la experiencia de descender desde Dios hasta el hombre, Miguel experimentaba al mismo tiempo el ascenso desde la posibilidad de manifestarse parcialmente hasta la supremacía de la acción finita y la liberación definitiva de su potencial para la función absonita. Miguel, un Hijo Creador, es un creador en el espacio-tiempo, pero Miguel, un Hijo Maestro séptuplo, es miembro de uno de los cuerpos divinos que constituyen la Trinidad Última.

119:8.7 (1318.6) Al pasar por la experiencia de revelar las voluntades de los siete Espíritus Maestros de la Trinidad, el Hijo Creador ha pasado por la experiencia de revelar la voluntad del Supremo. Al actuar como revelador de la voluntad de la Supremacía, Miguel, junto con todos los demás Hijos Maestros, se ha identificado eternamente con el Supremo. En esta edad del universo revela al Supremo y participa en la actualización de la soberanía de la Supremacía, pero creemos que en la próxima edad del universo colaborará con el Ser Supremo en la primera Trinidad experiencial en los universos del espacio exterior y para ellos.

119:8.8 (1319.1) Urantia es el santuario sentimental de todo Nebadon, el principal entre diez millones de mundos habitados. Es la morada humana de Cristo Miguel, el soberano de todo Nebadon, ministro Melquisedec para los planetas, salvador de sistemas, redentor adánico, camarada seráfico, compañero de los espíritus ascendentes, progresor de la morontia, Hijo del Hombre a imagen y semejanza de carne mortal y Príncipe Planetario de Urantia. Y vuestras escrituras dicen la verdad cuando afirman que este mismo Jesús ha prometido volver un día al mundo de su otorgamiento terminal, al Mundo de la Cruz.

119:8.9 (1319.2) [Este documento que describe los siete otorgamientos de Cristo Miguel es el sexagésimo tercero de una serie de exposiciones, patrocinadas por numerosas personalidades, que narran la historia de Urantia hasta el momento de la aparición de Miguel en la tierra a imagen y semejanza de carne mortal. Estos documentos fueron autorizados por una comisión de doce seres de Nebadon dirigidos por Mantutia Melquisedec. Redactamos estos relatos y los pusimos en el idioma inglés, mediante una técnica autorizada por nuestros superiores, en el año 1935 d. C. del tiempo de Urantia.]

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