Documento 14 - El universo central y divino

   
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El libro de Urantia

Documento 14

El universo central y divino

14:0.1 (152.1) EL universo perfecto y divino ocupa el centro de toda la creación. Es el núcleo eterno alrededor del cual giran las vastas creaciones del tiempo y el espacio. El Paraíso es la gigantesca Isla nuclear de estabilidad absoluta que descansa inmóvil en el corazón mismo del magnífico universo eterno. Esta familia planetaria central se llama Havona y está muy lejos del universo local de Nebadon. Sus dimensiones son enormes y su masa casi increíble. Consta de mil millones de esferas de belleza inimaginable y espléndida grandiosidad, pero la verdadera magnitud de esta vasta creación está realmente fuera del alcance de la mente humana.

14:0.2 (152.2) Esta es la única agrupación de mundos asentada, perfecta y establecida. Es un universo enteramente creado y perfecto, no un desarrollo evolutivo. Es el núcleo eterno de perfección alrededor del cual se arremolina esa procesión sin fin de universos que constituyen el formidable experimento evolutivo, la audaz aventura de los Hijos Creadores de Dios, que aspiran a duplicar en el tiempo y reproducir en el espacio el universo patrón, el ideal de compleción divina, finalización suprema, realidad última y perfección eterna.

1. El sistema Paraíso-Havona

14:1.1 (152.3) Desde la periferia del Paraíso hasta las fronteras interiores de los siete superuniversos existen las siete condiciones y movimientos del espacio siguientes:

14:1.2 (152.4) 1. Las zonas quiescentes de espacio intermedio que inciden en el Paraíso.

14:1.3 (152.5) 2. La procesión en el sentido de las agujas del reloj de los tres circuitos del Paraíso y los siete de Havona.

14:1.4 (152.6) 3. La zona semiquieta de espacio que separa los circuitos de Havona de los cuerpos oscuros de gravedad del universo central.

14:1.5 (152.7) 4. El cinturón interior de cuerpos oscuros de gravedad que se mueve en sentido contrario a las agujas del reloj.

14:1.6 (152.8) 5. La segunda zona única de espacio que divide las dos trayectorias de los cuerpos oscuros de gravedad en el espacio.

14:1.7 (152.9) 6. El cinturón exterior de cuerpos oscuros de gravedad que gira alrededor del Paraíso en el sentido de las agujas del reloj.

14:1.8 (152.10) 7. Una tercera zona de espacio —una zona semiquieta— que separa el cinturón exterior de cuerpos oscuros de gravedad de los circuitos más interiores de los siete superuniversos.

14:1.9 (152.11) Los mil millones de mundos de Havona están dispuestos en siete circuitos concéntricos que rodean inmediatamente los tres circuitos de satélites del Paraíso. Hay más de treinta y cinco millones de mundos en el circuito más interior de Havona y por encima de doscientos cuarenta y cinco millones en el más exterior, con cantidades proporcionales en los intermedios. Cada circuito es diferente, pero todos están perfectamente equilibrados y exquisitamente organizados, y cada uno de ellos está impregnado por una representación especializada del Espíritu Infinito, uno de los siete Espíritus de los Circuitos. Entre otras funciones, este Espíritu impersonal coordina la conducción de los asuntos celestiales dentro de cada circuito.

14:1.10 (153.1) Los circuitos planetarios de Havona no están superpuestos; sus mundos se suceden unos a otros en procesión lineal ordenada. El universo central gira alrededor de la Isla estacionaria del Paraíso en un gran plano que consta de diez unidades concéntricas estabilizadas: los tres circuitos de las esferas paradisiacas y los siete circuitos de los mundos de Havona. Considerados físicamente, todos los circuitos de Havona y del Paraíso son un solo sistema. Solo los separamos en reconocimiento de su segregación funcional y administrativa.

14:1.11 (153.2) El tiempo no se cuenta en el Paraíso; la secuencia de acontecimientos sucesivos es inherente al concepto de los que son autóctonos de la Isla central. Pero el tiempo está ligado a los circuitos de Havona y a los numerosos seres tanto de origen celestial como terrestre que residen en ellos. Cada mundo de Havona tiene su propio tiempo local determinado por su circuito. Todos los mundos de un circuito dado tienen años de la misma duración puesto que giran uniformemente alrededor del Paraíso, y la duración de estos años planetarios decrece del circuito más exterior al más interior.

14:1.12 (153.3) Además del tiempo de los circuitos de Havona está el día estándar del Paraíso-Havona y otras denominaciones de tiempo que se establecen en los siete satélites paradisiacos del Espíritu Infinito y se envían desde ellos. El día estándar del Paraíso-Havona se basa en la cantidad de tiempo que tardan las moradas planetarias del circuito primero o más interior de Havona en completar una revolución alrededor de la Isla del Paraíso. Por su ubicación entre los cuerpos oscuros de gravedad y el gigantesco Paraíso, estas esferas tardan casi mil años en completar su circuito a pesar de su enorme velocidad. Leísteis la verdad sin saberlo cuando vuestros ojos se posaron en la afirmación «un día es como mil años para Dios, solo como una vigilia en la noche». Un día del Paraíso-Havona equivale exactamente a mil años menos siete minutos, tres segundos y un octavo de segundo del presente calendario de años bisiestos de Urantia.

14:1.13 (153.4) Ese día del Paraíso-Havona es la medida estándar de tiempo para los siete superuniversos, aunque cada uno mantiene sus propias medidas internas de tiempo.

14:1.14 (153.5) En las afueras de este vasto universo central, mucho más allá del séptimo cinturón de mundos de Havona, se arremolina un número increíble de enormes cuerpos oscuros de gravedad. Estas numerosísimas masas oscuras son totalmente distintas de otros cuerpos del espacio en muchos detalles, incluso en la forma son muy diferentes. Estos cuerpos oscuros de gravedad ni reflejan ni absorben la luz. No reaccionan a la luz de energía física, y rodean y envuelven Havona de forma tan completa que lo ocultan a la vista de los universos habitados del tiempo y el espacio, incluso los más cercanos.

14:1.15 (153.6) El gran cinturón de cuerpos oscuros está dividido por una única intrusión de espacio en dos circuitos elípticos iguales. El cinturón interior gira en sentido contrario a las agujas del reloj, el exterior en el sentido de las agujas del reloj. Estas direcciones alternas de movimiento junto con la extraordinaria masa de los cuerpos oscuros equilibran tan eficazmente las líneas de gravedad de Havona que hacen del universo central una creación físicamente equilibrada y perfectamente estabilizada.

14:1.16 (153.7) La procesión interior de cuerpos oscuros de gravedad tiene una disposición tubular y consta de tres agrupamientos circulares. Un corte transversal de este circuito mostraría tres círculos concéntricos de aproximadamente la misma densidad. El circuito exterior de cuerpos oscuros de gravedad está dispuesto perpendicularmente y es diez mil veces más alto que el circuito interior. El diámetro de arriba abajo del circuito exterior es cincuenta mil veces mayor que el diámetro transversal.

14:1.17 (154.1) El espacio intermedio que existe entre estos dos circuitos de cuerpos de gravedad es único, puesto que no se puede encontrar nada igual en ninguna otra parte del amplio universo. Esta zona se caracteriza por enormes movimientos ondulatorios ascendentes y descendentes, y está penetrada por formidables actividades de energía de orden desconocido.

14:1.18 (154.2) En nuestra opinión, nada semejante a los cuerpos oscuros de gravedad del universo central caracterizará nunca la evolución futura de los niveles del espacio exterior. Consideramos que estas procesiones alternas de formidables cuerpos equilibradores de la gravedad son únicas en el universo maestro.

2. La constitución de Havona

14:2.1 (154.3) Los seres de espíritu no moran en un espacio nebuloso ni habitan en mundos etéreos. Se domicilian en esferas propiamente dichas de naturaleza material, mundos tan reales como aquellos en los que viven los mortales. Los mundos de Havona son reales y literales, si bien es cierto que su sustancia literal difiere de la organización material de los planetas de los siete superuniversos.

14:2.2 (154.4) Las realidades físicas de Havona representan un orden de organización de la energía radicalmente diferente a todos los que prevalecen en los universos evolutivos del espacio. Las energías de Havona son triples mientras que las unidades de materia-energía de los superuniversos contienen una carga doble de energía, aunque una de las formas de energía existe en sus fases negativa y positiva. La creación del universo central es triple (de la Trinidad). La creación de un universo local es (directamente) doble, hecha por un Hijo Creador y un Espíritu Creativo.

14:2.3 (154.5) El material de Havona está compuesto por la organización de exactamente mil elementos químicos básicos y el funcionamiento equilibrado de las siete formas de la energía de Havona. Cada una de estas energías básicas manifiesta siete fases de estimulación, de manera que los nativos de Havona responden a cuarenta y nueve estímulos de sensación diferentes. En otras palabras y desde un punto de vista puramente físico, los nativos del universo central poseen cuarenta y nueve formas especializadas de sensaciones. Los sentidos de la morontia son setenta, y los órdenes espirituales más altos de respuesta de reacción oscilan entre setenta y doscientos diez según los diferentes tipos de seres.

14:2.4 (154.6) Ninguno de los seres físicos del universo central sería visible para los urantianos. Tampoco ninguno de los estímulos físicos de esos mundos remotos provocaría una reacción en vuestros burdos órganos sensoriales. Si un mortal de Urantia pudiera ser transportado a Havona, estaría allí sordo, ciego y totalmente desprovisto de las demás reacciones de los sentidos. Solo podría comportarse como un ser autoconsciente limitado y privado de todo estímulo ambiental y de sus correspondientes reacciones.

14:2.5 (154.7) En la creación central ocurren numerosos fenómenos físicos y reacciones espirituales que son desconocidos en mundos como Urantia. La organización básica de una creación triple no se parece nada a la constitución doble de los universos creados del tiempo y el espacio.

14:2.6 (154.8) Toda la ley natural está coordinada sobre una base enteramente diferente a la de los sistemas de energía dual de las creaciones en vías de evolución. El universo central está organizado en su totalidad según el triple sistema de control perfecto y simétrico. En todo el sistema Paraíso-Havona se mantiene un equilibrio perfecto entre todas las realidades cósmicas y todas las fuerzas espirituales. El Paraíso, con un control absoluto de la creación material, regula y mantiene perfectamente las energías físicas de este universo central. El Hijo Eterno, como parte de su control de espíritu que todo lo abarca, sostiene de la manera más perfecta el estatus espiritual de todos los que moran en Havona. En el Paraíso nada es experimental, y el sistema Paraíso-Havona es una unidad de perfección creativa.

14:2.7 (155.1) La gravedad espiritual universal del Hijo Eterno está asombrosamente activa en todo el universo central. Todos los valores de espíritu y todas las personalidades espirituales son atraídos incesantemente hacia dentro, hacia la morada de los Dioses. Este empuje hacia Dios es intenso e ineludible. La ambición de llegar a Dios es más fuerte en el universo central, no porque la gravedad de espíritu sea más fuerte que en los universos de la periferia, sino porque los seres que han alcanzado Havona están más plenamente espiritualizados y por lo tanto responden más a la acción siempre presente de la atracción universal de la gravedad de espíritu del Hijo Eterno.

14:2.8 (155.2) El Espíritu Infinito atrae igualmente todos los valores intelectuales hacia el Paraíso. En todo el universo central la gravedad de mente del Espíritu Infinito funciona en coordinación con la gravedad de espíritu del Hijo Eterno, y ambas unidas constituyen el impulso conjunto de las almas ascendentes de encontrar a Dios, llegar a la Deidad, conseguir el Paraíso y conocer al Padre.

14:2.9 (155.3) Havona es un universo espiritualmente perfecto y físicamente estable. El control y la estabilidad equilibrada del universo central parecen ser perfectos. Todo lo físico o lo espiritual es perfectamente predecible, pero no lo son ni los fenómenos de la mente ni la volición de la personalidad. Inferimos que se puede considerar imposible que allí se dé el pecado, pero lo hacemos sobre la base de que las criaturas de libre albedrío nativas de Havona no han sido culpables nunca de transgredir la voluntad de la Deidad. Estos seres elevados han sido constantemente leales a los Eternos de los Días durante toda la eternidad. Tampoco ha aparecido el pecado en ninguna criatura que haya entrado en Havona como peregrino. No ha habido nunca ni un solo caso de conducta indebida por parte de ninguna criatura de ningún grupo de personalidades, bien creadas en el universo central de Havona o bien admitidas en él. Los métodos y medios de selección de los universos del tiempo son tan perfectos y divinos que no consta en los archivos de Havona que haya ocurrido nunca ningún error. Nunca se han cometido equivocaciones, ningún alma ascendente ha sido admitida nunca prematuramente en el universo central.

3. Los mundos de Havona

14:3.1 (155.4) En cuanto al gobierno del universo central, no lo hay. La perfección de Havona es tan exquisita que no se necesita ningún sistema intelectual de gobierno. No hay cortes constituidas regularmente ni tampoco asambleas legislativas; Havona solo requiere una dirección administrativa. Ahí se puede observar la cima de los ideales del verdadero autogobierno.

14:3.2 (155.5) No hay necesidad de gobierno para esas inteligencias perfectas y casi perfectas. No tienen ninguna necesidad de regulaciones, pues son seres de perfección innata entre los cuales hay también criaturas evolutivas que pasaron hace mucho el escrutinio de los tribunales supremos de los superuniversos.

14:3.3 (155.6) La administración de Havona no es automática, pero es de una perfección maravillosa y una eficacia divina. Es principalmente planetaria y está conferida al Eterno de los Días residente, puesto que cada esfera de Havona está dirigida por una de estas personalidades con origen en la Trinidad. Los Eternos de los Días no son creadores pero son administradores perfectos. Enseñan con suprema competencia y dirigen a sus hijos planetarios con una perfección de sabiduría que raya en la absolutidad.

14:3.4 (156.1) Los mil millones de esferas del universo central constituyen los mundos de formación de las altas personalidades nativas del Paraíso y de Havona, y sirven además como terreno final de prueba para las criaturas ascendentes de los mundos evolutivos del tiempo. En la ejecución del gran plan del Padre Universal para la ascensión de las criaturas, los peregrinos del tiempo son desembarcados en los mundos receptores del circuito exterior o séptimo y, tras progresar en formación y ampliar su experiencia, avanzan progresivamente hacia dentro de planeta en planeta y de círculo en círculo hasta que logran finalmente llegar a las Deidades y consiguen la residencia en el Paraíso.

14:3.5 (156.2) En el presente, aunque las esferas de los siete circuitos se mantienen en toda su gloria celestial, solo se utiliza en torno al uno por ciento de toda la capacidad planetaria para promover el plan universal del Padre de ascensión de los mortales. Cerca de la décima parte del uno por ciento del área de esos enormes mundos está dedicada a la vida y actividades del Cuerpo de la Finalización, seres asentados eternamente en luz y vida que a menudo pasan temporadas y ministran en los mundos de Havona. Estos seres eminentes tienen sus residencias personales en el Paraíso.

14:3.6 (156.3) La construcción planetaria de las esferas de Havona es totalmente distinta de la de los mundos y sistemas evolutivos del espacio. En ningún otro lugar del gran universo conviene utilizar esferas tan enormes como mundos habitados. Su constitución física triata, unida al efecto equilibrador de los inmensos cuerpos oscuros de gravedad, es lo que hace posible igualar tan perfectamente las fuerzas físicas y equilibrar tan exquisitamente las diversas atracciones de esta prodigiosa creación. Se emplea también la antigravedad en la organización de las funciones materiales y las actividades espirituales en estos enormes mundos.

14:3.7 (156.4) La arquitectura, la iluminación y la calefacción, así como el embellecimiento biológico y artístico de las esferas de Havona sobrepasan por mucho el mayor alcance posible de la imaginación humana. No se os puede decir mucho sobre Havona, solo al verlo podréis captar su belleza y grandiosidad. Pero hay ríos y lagos reales en esos mundos perfectos.

14:3.8 (156.5) El equipamiento espiritual de estos mundos es ideal, y están perfectamente adecuados a su propósito de albergar a los numerosos órdenes de seres diferentes que actúan en el universo central. En estos hermosos mundos se desarrollan múltiples actividades que sobrepasan por mucho la comprensión humana.

4. Las criaturas del universo central

14:4.1 (156.6) Hay siete formas básicas de cosas y seres vivos en los mundos de Havona, y cada una de estas formas básicas existe en tres fases distintas. Cada una de estas tres fases se divide en setenta divisiones principales, y cada división principal se compone de mil divisiones menores con otras subdivisiones a su vez, y así sucesivamente. Estos grupos básicos de vida podrían clasificarse como:

14:4.2 (156.7) 1. Materiales.

14:4.3 (156.8) 2. Morontiales.

14:4.4 (156.9) 3. Espirituales.

14:4.5 (156.10) 4. Absonitos.

14:4.6 (156.11) 5. Últimos.

14:4.7 (156.12) 6. Coabsolutos.

14:4.8 (156.13) 7. Absolutos.

14:4.9 (157.1) El deterioro y la muerte no forman parte del ciclo de vida de los mundos de Havona. En el universo central las cosas vivas más bajas sufren la transmutación de su materialización. Cambian de forma y de manifestación, pero no se descomponen mediante el proceso de deterioro y muerte celular.

14:4.10 (157.2) Los nativos de Havona son todos progenie de la Trinidad del Paraíso. No tienen padres criatura y son seres que no se reproducen. No podemos describir la creación de estos ciudadanos del universo central, seres que nunca fueron creados. Toda la historia de la creación de Havona es un intento de poner en el espacio-tiempo un hecho de la eternidad que no tiene ninguna relación con el tiempo ni el espacio tal como los comprende el hombre mortal. Pero debemos conceder a la filosofía humana un punto de origen. Incluso personalidades que están muy por encima del nivel humano requieren un concepto de «los comienzos». Sin embargo, el sistema Paraíso-Havona es eterno.

14:4.11 (157.3) Los nativos de Havona viven en los mil millones de esferas del universo central en el mismo sentido en que otros órdenes de ciudadanía permanente moran en sus respectivas esferas de natividad. Del mismo modo que el orden material de filiación mantiene la economía material, intelectual y espiritual de los mil millones de sistemas locales de un superuniverso, los nativos de Havona, en un sentido más amplio, viven y desempeñan sus funciones en los mil millones de mundos del universo central. Podríais considerar a estos havonitas como criaturas materiales en el sentido en que se pudiera ampliar la palabra «material» para describir las realidades físicas del universo divino.

14:4.12 (157.4) Hay una vida nativa de Havona que es significativa en y por sí misma. Los havonitas aportan de muchas maneras su ministerio a los descendentes del Paraíso y a los ascendentes de los superuniversos, pero viven también vidas que son únicas en el universo central y que tienen un significado relativo totalmente aparte del Paraíso o de los superuniversos.

14:4.13 (157.5) Así como la adoración de los hijos por la fe de los mundos evolutivos atiende a satisfacer el amor del Padre Universal, la adoración ensalzada de las criaturas de Havona sacia los ideales perfectos de belleza y verdad divina. Así como el hombre mortal lucha por hacer la voluntad de Dios, estos seres del universo central viven para complacer los ideales de la Trinidad del Paraíso. En su naturaleza misma son la voluntad de Dios. El hombre se regocija con la bondad de Dios, los havonitas exultan con la belleza divina, y ambos disfrutáis del ministerio de la libertad de la verdad viva.

14:4.14 (157.6) Los havonitas tienen destinos optativos no revelados tanto presentes como futuros. Y hay una progresión de las criaturas nativas propia del universo central, una progresión que no supone ni el ascenso al Paraíso ni la penetración en los superuniversos. Esta progresión a un estatus más alto en Havona puede sugerirse como sigue:

14:4.15 (157.7) 1. Progreso experiencial hacia fuera, desde el primer hasta el séptimo circuito.

14:4.16 (157.8) 2. Progreso hacia dentro, desde el séptimo hasta el primer circuito.

14:4.17 (157.9) 3. Progreso intracircuito: progresión dentro de los mundos de un circuito dado.

14:4.18 (157.10) Además de los nativos de Havona, se incluyen entre los habitantes del universo central numerosas clases de seres patrón para diversos grupos de los universos: consejeros, directores y maestros de su tipo y para su tipo en toda la creación. Todos los seres de todos los universos son formados según el modelo de algún orden de criatura patrón que vive en alguno de los mil millones de mundos de Havona. Incluso los mortales del tiempo tienen sus metas y sus ideales de existencia de criatura en los circuitos exteriores de esas esferas patrón de lo alto.

14:4.19 (157.11) Luego están los seres que han alcanzado al Padre Universal, que tienen derecho a ir y venir y que están asignados aquí y allá a misiones de servicio especial en los universos. Y además en todos los mundos de Havona hay candidatos al logro, que son los que han conseguido llegar físicamente al universo central pero no han logrado aún el desarrollo espiritual necesario para obtener la residencia en el Paraíso.

14:4.20 (158.1) El Espíritu Infinito está representado en los mundos de Havona por una multitud de personalidades, seres de gracia y gloria, que administran los detalles de los intrincados asuntos intelectuales y espirituales del universo central. En estos mundos de perfección divina realizan el trabajo propio de la dirección normal de esta vasta creación y además llevan a cabo las múltiples tareas de enseñanza, formación y ministerio para la enorme cantidad de criaturas ascendentes que han escalado a la gloria desde los mundos oscuros del espacio.

14:4.21 (158.2) Hay muchos grupos de seres nativos del sistema Paraíso-Havona que no están directamente relacionados en modo alguno con el plan de ascensión para el logro de la perfección de las criaturas y por eso no figuran en las clasificaciones de personalidades presentadas a las razas mortales. Solo se presentan aquí los grupos principales de seres sobrehumanos y los órdenes vinculados directamente con vuestra experiencia de supervivencia.

14:4.22 (158.3) Havona está rebosante de vida de seres inteligentes de todas las fases, que buscan allí avanzar desde los circuitos más bajos hasta los más altos en su esfuerzo por alcanzar niveles más altos de comprensión de la divinidad y una apreciación más amplia de los significados supremos, los valores últimos y la realidad absoluta.

5. La vida en Havona

14:5.1 (158.4) En Urantia pasáis por una prueba corta e intensa durante vuestra vida inicial de existencia material. En los mundos mansión y subiendo por vuestro sistema, constelación y universo local, atravesáis las fases de ascensión en la morontia. En los mundos de formación del superuniverso pasáis por las etapas de progresión de espíritu verdadero y se os prepara para el tránsito final a Havona. En los siete circuitos de Havona vuestro logro es intelectual, espiritual y experiencial. Y en cada uno de los mundos de cada uno de estos circuitos hay una tarea concreta que cumplir.

14:5.2 (158.5) La vida en los mundos divinos del universo central es tan rica y plena, tan completa y repleta, que trasciende totalmente cualquier concepto humano de lo que a un ser creado le sería posible experimentar. Las actividades sociales y económicas de esta creación eterna no se parecen en nada a las ocupaciones de las criaturas materiales que viven en mundos evolutivos como Urantia. Incluso la técnica de pensamiento de Havona es distinta al proceso de pensar de Urantia.

14:5.3 (158.6) Las regulaciones del universo central son apropiada e inherentemente naturales. Las reglas de conducta no son arbitrarias. En todos los requisitos de Havona se desvela la razón de la rectitud y el imperio de la justicia. Y estos dos factores combinados constituyen lo que en Urantia se denominaría equidad. Cuando lleguéis a Havona disfrutaréis de manera natural haciendo las cosas como se deben hacer.

14:5.4 (158.7) Cuando los seres inteligentes consiguen llegar por primera vez al universo central, son recibidos y domiciliados en el mundo piloto del séptimo circuito de Havona. A medida que los recién llegados progresan espiritualmente y logran comprender la identidad del Espíritu Maestro de su superuniverso, son transferidos al sexto círculo. (De estas disposiciones del universo central se ha tomado la designación de los círculos de progreso de la mente humana.) Una vez que los seres ascendentes han logrado comprender la Supremacía y están por lo tanto preparados para la aventura de la Deidad, son llevados al quinto circuito. Después de llegar al Espíritu Infinito son transferidos al cuarto. Tras el logro del Hijo Eterno son trasladados al tercero, y cuando han reconocido al Padre Universal van a residir al segundo circuito de mundos donde se familiarizan más con las huestes paradisiacas. La llegada al primer circuito de Havona significa la aceptación de los candidatos del tiempo al servicio del Paraíso. Dependiendo de la naturaleza y duración de la ascensión de la criatura, se quedarán por un tiempo indefinido en el circuito interior de logro espiritual progresivo. Desde este circuito interior los peregrinos ascendentes pasan hacia dentro a residir en el Paraíso y a ser admitidos en el Cuerpo de la Finalización.

14:5.5 (159.1) Durante vuestra estancia en Havona como peregrinos en ascenso se os dejará visitar libremente los mundos del circuito al que estéis asignados. Se os permitirá también regresar a los planetas de los circuitos que hayáis atravesado antes. Y todo esto es posible para los que residen en los círculos de Havona sin necesidad de ser ensupernafinados. Los peregrinos del tiempo son capaces de equiparse a sí mismos para atravesar el espacio «conseguido», pero deben depender de las técnicas establecidas para salvar el espacio «no conseguido». Un peregrino no puede salir de Havona ni avanzar más allá de su circuito asignado sin la ayuda de una supernafín de transporte.

14:5.6 (159.2) Hay una originalidad estimulante en esta vasta creación central. Aparte de la organización física de la materia y de la constitución fundamental de los órdenes básicos de seres inteligentes y de otras cosas vivas, no hay nada en común entre los mundos de Havona. Cada uno de estos planetas es una creación original, única y exclusiva; cada planeta es una producción incomparable, espléndida y perfecta. Y esta diversidad de individualidades se extiende a todos los rasgos de los aspectos físicos, intelectuales y espirituales de la existencia planetaria. Cada uno de estos mil millones de esferas de perfección se ha desarrollado y embellecido según los planes del Eterno de los Días residente. Precisamente por eso no hay dos iguales.

14:5.7 (159.3) Hasta que atraveséis el último de los circuitos de Havona y visitéis el último de los mundos de Havona no desaparecerán de vuestra carrera ni el tónico de la aventura ni el estímulo de la curiosidad. Y entonces el empuje, el impulso hacia adelante de la eternidad sustituirá a su precursor, el aliciente de la aventura del tiempo.

14:5.8 (159.4) La monotonía es síntoma de inmadurez de la imaginación creativa y de falta de coordinación intelectual con la dotación espiritual. Para cuando un mortal ascendente empieza la exploración de esos mundos celestiales ya ha alcanzado una madurez emocional, intelectual y social, si no espiritual.

14:5.9 (159.5) A medida que avancéis de circuito en circuito en Havona no solo afrontaréis cambios nunca soñados, sino que vuestro asombro será indescriptible al ir progresando de planeta en planeta dentro de cada circuito. Cada uno de esos mil millones de mundos de estudio es una verdadera universidad de sorpresas. El asombro continuo y la maravilla sin fin es la experiencia de los que atraviesan esos circuitos y recorren esas gigantescas esferas. La monotonía no forma parte de la carrera en Havona.

14:5.10 (159.6) El amor a la aventura, la curiosidad y el horror a la monotonía, que son rasgos inherentes a la naturaleza humana en evolución, no se pusieron ahí solo para exasperaros e irritaros durante vuestra corta estancia en la tierra, sino más bien para sugeriros que la muerte no es más que el principio de una carrera sin fin de aventuras, de una vida sempiterna de expectativas, de un viaje eterno de descubrimiento.

14:5.11 (160.1) La curiosidad —el espíritu de investigación, el deseo de descubrimientos, el empuje hacia la exploración— es parte de la dote innata y divina de las criaturas evolutivas del espacio. Estos impulsos naturales no se os dieron simplemente para ser frustrados y reprimidos. Es cierto que muchas veces estos ambiciosos deseos deben ser refrenados durante vuestra corta vida en la tierra, que hay que experimentar numerosas decepciones, pero serán plenamente realizados y gloriosamente satisfechos durante las largas edades por venir.

6. El propósito del universo central

14:6.1 (160.2) El alcance de las actividades propias del Havona de los siete circuitos es inmenso. En líneas generales se pueden describir como:

14:6.2 (160.3) 1. Havonales.

14:6.3 (160.4) 2. Paradisiacas.

14:6.4 (160.5) 3. Finito-ascendentes: evolutivas Supremo-Últimas.

14:6.5 (160.6) En el Havona de la presente edad del universo se desarrollan muchas actividades suprafinitas que implican una diversidad incalculable de aspectos absonitos y de otro tipo de funciones de la mente y el espíritu. Es posible que el universo central sirva para muchos propósitos que no me han sido revelados, puesto que funciona de muchas maneras que escapan a la comprensión de la mente creada. No obstante, intentaré describir de qué manera esta creación perfecta atiende a las necesidades y contribuye a la satisfacción de siete órdenes de inteligencias del universo.

14:6.6 (160.7) 1. El Padre Universal: la Primera Fuente y Centro. La perfección de la creación central proporciona a Dios Padre una satisfacción parental suprema. Disfruta de la experiencia de saciar su amor en niveles de casi igualdad. El Creador perfecto se complace divinamente con la adoración de la criatura perfecta.

14:6.7 (160.8) Havona proporciona al Padre la satisfacción de la consecución suprema. La realización de la perfección en Havona compensa el retraso en el espacio-tiempo del impulso eterno de expansión infinita.

14:6.8 (160.9) El Padre disfruta de la reciprocidad de Havona en belleza divina. Satisface a la mente divina proporcionar un modelo perfecto de armonía exquisita a todos los universos en vías de evolución.

14:6.9 (160.10) Nuestro Padre contempla el universo central con un placer perfecto porque es una digna revelación de la realidad de espíritu a todas las personalidades del universo de universos.

14:6.10 (160.11) El Dios de los universos tiene una consideración favorable hacia Havona y el Paraíso como núcleo eterno de poder para toda la expansión posterior del universo en el tiempo y el espacio.

14:6.11 (160.12) El Padre eterno ve con satisfacción sin fin la creación de Havona como meta digna y atrayente para los candidatos ascendentes del tiempo, sus nietos mortales del espacio que consiguen llegar al hogar eterno de su Padre-Creador. Y Dios disfruta con el universo Paraíso-Havona como hogar eterno de la Deidad y de la familia divina.

14:6.12 (160.13) 2. El Hijo Eterno: la Segunda Fuente y Centro. Al Hijo Eterno la magnífica creación central le proporciona la prueba eterna de la efectividad de la asociación de la familia divina —el Padre, el Hijo y el Espíritu—. Es la base espiritual y material de la confianza absoluta en el Padre Universal.

14:6.13 (160.14) Havona proporciona al Hijo Eterno una base casi ilimitada para realizar la constante expansión del poder de espíritu. El universo central proporcionó al Hijo Eterno la arena en la que pudo demostrar de forma segura y cierta el espíritu y la técnica de los otorgamientos para instruir a los Hijos del Paraíso que colaboran con él.

14:6.14 (161.1) Havona es el fundamento de la realidad del control de la gravedad de espíritu del Hijo Eterno en el universo de universos. Este universo proporciona al Hijo la satisfacción del anhelo parental, la reproducción espiritual.

14:6.15 (161.2) Los mundos de Havona y sus habitantes perfectos son la demostración primera y eternamente final de que el Hijo es el Verbo del Padre. De este modo se satisface perfectamente la consciencia del Hijo como complemento infinito del Padre.

14:6.16 (161.3) Este universo proporciona la oportunidad de realizar la reciprocidad de la fraternidad de igualdad entre el Padre Universal y el Hijo Eterno, y esto constituye la prueba sempiterna de la personalidad infinita de cada uno de ellos.

14:6.17 (161.4) 3. El Espíritu Infinito: la Tercera Fuente y Centro. El universo de Havona proporciona al Espíritu Infinito la prueba de ser el Actor Conjunto, el representante infinito de la unificación Padre-Hijo. En Havona el Espíritu Infinito obtiene la satisfacción combinada de funcionar como actividad creativa mientras disfruta de la satisfacción de coexistir de forma absoluta con este logro divino.

14:6.18 (161.5) En Havona el Espíritu Infinito encontró una arena en la que pudo demostrar su aptitud y buena disposición para servir como ministro potencial de la misericordia. En esa creación perfecta el Espíritu ensayó la aventura de ministrar en los universos evolutivos.

14:6.19 (161.6) Esa creación perfecta proporcionó al Espíritu Infinito la oportunidad de participar en la administración del universo con sus dos padres divinos —de administrar un universo como vástago Creador asociado— y de prepararse así para la administración conjunta de los universos locales en los Espíritus Creativos compañeros de los Hijos Creadores.

14:6.20 (161.7) Los mundos de Havona son el laboratorio dedicado a la mente para los creadores de la mente cósmica y los ministros de todas las mentes de criatura que existen. La mente es distinta en cada mundo de Havona y sirve como patrón de todos los intelectos de criatura espirituales y materiales.

14:6.21 (161.8) Esos mundos perfectos son las escuelas superiores de formación de la mente para todos los seres destinados a la sociedad paradisiaca. Proporcionaron al Espíritu abundantes oportunidades de probar la técnica del ministerio de mente en personalidades seguras y asesoras.

14:6.22 (161.9) Havona es para el Espíritu Infinito una compensación por su trabajo extenso y desinteresado en los universos del espacio. Havona es el hogar y el retiro perfecto para el infatigable Ministro de la Mente del tiempo y el espacio.

14:6.23 (161.10) 4. El Ser Supremo: la unificación evolutiva de la Deidad experiencial. La creación de Havona es la prueba eterna y perfecta de la realidad espiritual del Ser Supremo. Esta creación perfecta es una revelación de la naturaleza de espíritu perfecta y simétrica de Dios Supremo antes de los comienzos de la síntesis de poder-personalidad de los reflejos finitos de las Deidades del Paraíso en los universos experienciales del tiempo y el espacio.

14:6.24 (161.11) En Havona los potenciales de poder del Todopoderoso se unifican con la naturaleza espiritual del Supremo. Esta creación central es una ejemplificación de la unidad futuro-eterna del Supremo.

14:6.25 (161.12) Havona es un patrón perfecto del potencial de universalidad del Supremo. Este universo es una representación acabada de la perfección futura del Supremo y parece sugerir el potencial del Último.

14:6.26 (162.1) Havona pone de manifiesto el carácter final de los valores de espíritu que existen como criaturas vivas con voluntad provistas de autocontrol perfecto y supremo; de la mente que existe como equivalente en última instancia al espíritu; de la realidad y la unidad de inteligencia con potencial ilimitado.

14:6.27 (162.2) 5. Los Hijos Creadores de igual rango. Havona es el terreno de formación educativa donde los Migueles del Paraíso son preparados para sus aventuras posteriores de creación de universos. Esta creación divina y perfecta es un patrón para cada Hijo Creador, que se esfuerza para que su propio universo alcance a la larga los niveles de perfección del Paraíso-Havona.

14:6.28 (162.3) Los Hijos Creadores utilizan a las criaturas de Havona como posibles modelos del patrón de personalidad para sus propios hijos mortales y seres de espíritu. Los Migueles y otros Hijos del Paraíso ven el Paraíso y Havona como el destino divino de los hijos del tiempo.

14:6.29 (162.4) Los Hijos Creadores saben que la creación central es la fuente real de ese sobrecontrol indispensable del universo que estabiliza y unifica sus universos locales. Saben que la presencia personal de la influencia siempre presente del Supremo y del Último está en Havona.

14:6.30 (162.5) Havona y el Paraíso son la fuente del poder creativo de un Hijo Miguel. Ahí moran los seres que cooperan con él en la creación de un universo. Del Paraíso vienen los Espíritus Madre de los Universos, las cocreadoras de los universos locales.

14:6.31 (162.6) Los Hijos del Paraíso consideran la creación central como el hogar de sus padres divinos, como su hogar. Es el lugar al que les gusta volver de vez en cuando.

14:6.32 (162.7) 6. Las Hijas Ministrantes de igual rango. Los Espíritus Madre de los Universos, las cocreadoras de los universos locales, obtienen su formación prepersonal en los mundos de Havona en estrecha vinculación con los Espíritus de los Circuitos. En el universo central las Hijas Espíritu de los universos locales fueron debidamente formadas en los métodos de cooperación con los Hijos del Paraíso, siempre sujetas a la voluntad del Padre.

14:6.33 (162.8) En los mundos de Havona el Espíritu y las Hijas del Espíritu encuentran los patrones de mente para todos sus grupos de inteligencias espirituales y materiales. Ese universo central será algún día el destino de las criaturas que el Espíritu Madre de un Universo patrocina conjuntamente con un Hijo Creador asociado.

14:6.34 (162.9) La Creadora Madre de un Universo recuerda el Paraíso y Havona como su lugar de origen y el hogar del Espíritu Madre Infinito, la morada de la presencia de personalidad de la Mente Infinita.

14:6.35 (162.10) De ese universo central vino también el otorgamiento de las prerrogativas personales de creadora que la Ministra Divina de un Universo emplea como complemento de un Hijo Creador en el trabajo de crear criaturas vivas con voluntad.

14:6.36 (162.11) Y finalmente, puesto que probablemente estas Hijas Espíritu del Espíritu Madre Infinito no vuelvan nunca a su hogar paradisiaco, obtienen una gran satisfacción del fenómeno de la reflectividad universal asociado al Ser Supremo en Havona y personalizado en Majeston en el Paraíso.

14:6.37 (162.12) 7. Los mortales evolutivos de la carrera ascendente. Havona es el hogar de la personalidad patrón de todos los tipos de mortales y el hogar de todas las personalidades sobrehumanas asociadas a los mortales que no son nativas de las creaciones del tiempo.

14:6.38 (162.13) Esos mundos estimulan todos los impulsos humanos hacia el logro de los verdaderos valores de espíritu en los niveles más altos de realidad que se pueden concebir. Havona es la meta preparadisiaca de formación de todos los mortales ascendentes. Ahí llegan los mortales hasta la Deidad preparadisiaca, el Ser Supremo. Havona aparece ante todas las criaturas con voluntad como el portal al Paraíso y al logro de Dios.

14:6.39 (163.1) El Paraíso es el hogar y Havona el taller y el terreno de juego de los finalitarios. Y todo mortal conocedor de Dios ansía ser finalitario.

14:6.40 (163.2) El universo central no es solo el destino establecido del hombre, sino que es también el punto de partida de la carrera eterna de los finalitarios cuando en su día sean lanzados a la aventura no desvelada y universal de explorar por experiencia la infinitud del Padre Universal.

14:6.41 (163.3) Havona seguirá funcionando incuestionablemente con relevancia absonita incluso en las futuras edades del universo que podrían presenciar a los peregrinos del espacio intentando encontrar a Dios en niveles suprafinitos. Havona tiene capacidad para servir como universo de formación para seres absonitos. Será probablemente la escuela de perfeccionamiento cuando los siete superuniversos estén funcionando como escuela intermedia para los graduados de las escuelas primarias del espacio exterior. Y nos inclinamos a opinar que los potenciales del eterno Havona son realmente ilimitados, que el universo central tiene capacidad eterna de servir como universo de formación experiencial para todo tipo de seres creados pasados, presentes y futuros.

14:6.42 (163.4) [Presentado por un Perfeccionador de la Sabiduría comisionado para esta función por los Ancianos de los Días de Uversa.]

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