De Share Beasley, una buena amiga (Florida, Estados Unidos)
Nota de la redacción: Sue Tennant se unió a la junta ampliada de los fideicomisarios en enero de 2006, donde sirvió durante dos años, y estamos todos agradecidos por su servicio y sus aportaciones. Sue apareció también en el Informe Anual 2012 de la Fundación. Hagan clic aquí [2] para leer su historia.
El domingo por la mañana, 4 de marzo de 2018, mientras estaba en Panamá, Sue Tennant, una heroína mortal, acudió a su cita del destino con el dulce Padre que está en el cielo. Mientras dormía, el ataque al corazón no dio ninguna pista sobre el arrebato memorable que ella seguramente sintió.
¡Qué glorioso fue este diluvio de amor incondicional y las expresiones de complacida aprobación ante el trabajo de su vida, cuando entregó su alma adoradora al abrazo de su Ajustador del Pensamiento!
Sue, que no era ajena a las penas ni las decepciones, vivió con coraje una vida entregada. Su asombrosa versatilidad la llevó a escalar el monte Aconcagua, a organizar numerosos retiros Urantia, a volcarse en la fundación de FreeSchools World Literacy (que comenzó con una escuela y se amplió hasta tener cuarenta y seis en bolsas de pobreza de varios países) y en muchas otras tareas demasiado numerosas para enumerarlas aquí. Sue sirvió sin descanso de todas las maneras a las que la llevaron sus oraciones, siempre sin considerar su propio bien. Creía firmemente en que, para leer la quinta revelación de época, El libro de Urantia, lo primero era saber leer. Sue predijo que FreeSchools formaría parte de la Cruz Roja a un siglo vista.
En la Fundación Urantia, Sue Tennant ofreció sus talentos como fideicomisaria asociada de la junta ampliada, un enfoque de éxito para ganar en sabiduría e inclusión. No dejó jamás de ser fiel a la Fundación y El libro de Urantia fue siempre la brújula que le mostraba la verdad y la espiritualidad.
Sue amaba sin duda a su marido Derek, consciente y respetuoso a su manera de su dedicación al planeta. Amaba a su querida familia y era firme en su amor y entrega. Ella aumentó la inspiración de sus queridos amigos y tuvo una profunda empatía hacia ellos y les dio amorosa seguridad. «Querida santa Sue» era mi saludo para ella cuando le escribía un correo, y sus protestas no servían de nada. Sue es una amante eterna de todos sus hermanos, hijos del Supremo.
Sue Tennant dejó su huella en Urantia para las próximas generaciones, una ministra interreligiosa ordenada en hechos y en obras.
Nota de la redacción: la oración que viene a continuación fue escrita por Share durante el primer retiro Urantia que Sue organizó en las instalaciones del Silver Springs Retreat de Ontario (Canadá) en 2000. Share la leyó al grupo en este encuentro, «Aventuras del vivir espiritual». Al pasar esta oración para ser publicada, Share añade: «El trabajo inspirado de los retiros espirituales sigue hasta hoy. ¿Cuántos de nosotros hemos sido transformados o nos transformaremos a través de este trabajo desinteresado?»
Acción de gracias
Gracias, Padre, por la belleza y la simetría del universo que has creado,
Donde la inmortalidad espera a toda alma atesorada.
Aquí las almas solitarias están saciadas con porciones generosas de tu amor, bañadas e inmersas a placer.
Luego abrazadas con remolinos de ángeles, dichosas de tocar y contemplar al que ha sobrevivido y superado los obstáculos de la rebelión.
El cumplimiento de nuestros más profundos anhelos es nuestro placer.
Nuestra experiencia es tu experiencia. Somos interdependientes.
La perfección en todos los detalles de esta maravillosa vida todavía ha de desplegarse en nuestro corazón agradecido.
Nuestra fe nos da poder para reunir la amplitud del valor y la profundidad de perspectiva para guiar sabiamente nuestra intención de hacer Tu Voluntad.
Nos unimos activamente en Tu Voluntad para obtener verdad, belleza y bondad, la única sustancia verdadera de la eternidad.
Este viaje, el Plan Maestro de aventura y alegría, en ti y contigo, es exquisito.
Tu magnífica abundancia de amor, contagiosa en su perfección, ES… como debe ser.
¡La alegría eterna de cumplir tus más mínimos deseos será nuestra algún día!
Gracias, Padre, por tu belleza y simetría.