De Devon
Pennsylvania (Estados Unidos)
En mis momentos de mayor aprecio de las cosas celestiales, El libro de Urantia es literalmente la palabra escrita de un Consejero Divino, un Arcángel o una Brillante Estrella Vespertina de Nebadon. En otros momentos, mi Libro de Urantia se usa como improvisada almohada mientras estoy de viaje.
Para mí, las palabras escritas son como un canal seco cavado en la tierra. Cuando tomo un libro, cualquier libro, y comienzo a leer, mi mente se vuelve agua que llena el canal y fluye a través de él – en cascada, formando un estanque, cambiando de dirección, conteniéndose, estrechándose o ensanchándose en una corriente de conceptos que fluye sin cesar.
Los libros son también como el marco de una ventana, permiten al lector asomarse a un paisaje nuevo y diferente. Un conocido me dijo recientemente que “los libros son libertad”.
El libro de Urantia es mi libro favorito. Comienza así:
“En la mente de los mortales de Urantia—éste es el nombre de vuestro mundo—existe una gran confusión en cuanto al significado de palabras tales como Dios, divinidad y deidad. Los seres humanos se sienten aún más confundidos e inseguros con respecto a las relaciones entre las personalidades divinas designadas con estos numerosos apelativos.” (1.1) 0:0.1
El Consejero Divino sigue diciendo:
“Debido a esta pobreza conceptual acompañada de tanta confusión de ideas, se me ha encargado formular esta exposición preliminar para explicar los significados que deberán atribuirse a ciertos símbolos verbales que se van a utilizar más adelante en estos documentos, que el cuerpo de reveladores de la verdad, de Orvonton, ha sido autorizado a traducir al idioma inglés de Urantia.” (1.1) 0:0.1
Estos autores orvontonianos, los Consejeros Divinos, intentan transportar la mente humana por eones de tiempo y a través de inconmensurables tramos de espacio directamente al Paraíso, la morada de Dios. De allí, fluye de vuelta a las orillas del lugar de la persona física, del humilde mundo hogar que llamamos “Urantia”, el lugar donde ponemos en práctica hacer la voluntad de Dios.
He leído El libro de Urantia una vez de principio a fin, y estoy seguro de que algunos de mis pensamientos atravesaron esa inmensa brecha espaciotemporal entre el Paraíso y yo, y que soy enormemente mejor debido a ello.
Ahora mismo, mi empresa literaria está centrada en leer la Biblia católica de principio a fin (actualmente estoy en el Libro de los Reyes). También estoy activo en varios grupos de Facebook, que incluyen el Urantia Book Science, Urantia Book Philosophy y Urantia Book and History. Algún día, leeré El libro de Urantia de principio a fin y ahondaré en el canal intelectual y espiritual que hay entre Dios y el hombre.