De Joel Wood, Lawrence (Kansas, EEUU)
“A medida que viajáis hacia vuestra meta en el Paraíso, adquiriendo constantemente conocimientos adicionales y una habilidad creciente, se os concede continuamente la oportunidad de transmitir a otros seres la sabiduría y la experiencia que ya habéis acumulado; durante todo vuestro trayecto hacia Havona representáis el papel de un alumno-maestro. Os abriréis paso a través de los niveles ascendentes de esta inmensa universidad experiencial transmitiendo a aquellos que están justo por debajo de vosotros el conocimiento recién descubierto en vuestra carrera progresiva. En el régimen universal no se considera que habéis adquirido un conocimiento y una verdad hasta que no habéis demostrado vuestra capacidad y vuestra buena voluntad para transmitir a otras personas ese conocimiento y esa verdad” (2179.13) 25:4.12
El libro de Urantia es algo muy valioso para mí. Disfruto leyéndolo y releyéndolo, pero en especial disfruto estudiándolo con los demás.
Mis partes favoritas del libro son las respuestas sabias y amorosas de Jesús, incluso a las preguntas tontas. Jesús fue un maestro en saber qué decir y cómo decirlo con la comunicación no verbal apropiada.
Respecto a la comunicación no verbal, ¿recuerdan lo que dice el libro después de que Jesús hablara en privado con el hombre que maltrataba a su mujer en el embarcadero de Tarento? Dice: “El corazón de este hombre se sintió conmovido, no tanto por las palabras de Jesús como por la mirada bondadosa y la simpática sonrisa que éste le ofreció al concluir sus observaciones” (1470.2) 133:2.1. “Jesús nunca dijo: «Cualquiera que me ha escuchado, ha escuchado a Dios.» Pero sí dijo: «Aquel que me ha visto, ha visto al Padre.»” (1857.3) 169:4.12.
El libro de Urantia es un texto increíble (espiritualmente iluminador e intelectualmente desafiante); por esa razón me encantan los grupos de estudio. Las preguntas se plantean y se responden. Los grupos de estudio nos dan la oportunidad de ser tanto profesores como alumnos. Los nuevos lectores ganan comprensión y perspicacia de los lectores experimentados, que obtienen perspectivas nuevas de los lectores noveles.
No tendríamos grupos de estudio si pudiéramos tener la misma experiencia leyendo el libro a solas. El hecho es que nos necesitamos los unos a los otros. Nuestras mentes necesitan ser aguijoneadas y sacudidas para aprender. “No puede existir ningún crecimiento sin conflicto psíquico y sin agitación espiritual” (1097.6) 100:4.2. Necesitamos escuchar las opiniones de los demás. Necesitamos esforzarnos y captar las palabras que expresen conceptos y sentimientos. Nos necesitamos mutuamente. Necesitamos grupos de estudio.
Considere su grupo de estudio como algo valioso, si tiene uno. Si no lo tiene, plantéese formar parte de uno o crearlo. No lo lamentará.
“Un grupo social de seres humanos que trabaja en armonía coordinada representa una fuerza mucho más grande que la simple suma de sus componentes” (1477.1) 133:5.7