Segundo epílogo - Las profundidades de la era final

   
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LAS PROFUNDIDADES DE LA ERA FINAL

La tercera Trinidad experiencial

El crecimiento experiencial de Dios Absoluto

Las asociaciones finales de la Deidad dual

Los niveles finales de la función de la Deidad Total

Las imágenes especulares de los primeros niveles y de los finales

La trinitización de Dios Absoluto y la firme irrupción en el cosmos infinito abren perspectivas inacabables de crecimiento y progreso más allá de los confines del universo maestro hacia fuera, en la expansión final del universo sin límites. La ruptura de la Barrera de la Infinidad abre toda la eternidad futura a especulaciones sin fin; tanto, que se hace necesario construir algunos diques conceptuales para no vernos arrastrados por un verdadero océano de posibilidades especulativas y subjuntivas (“si…”) que podría seguir continuamente hacia la absurdidad final. En un esfuerzo para hacer que la Era Final y el cosmos absoluto sean inteligibles, proponemos establecer tres límites conceptuales a nuestro pensamiento:

Primera etapa. Identificamos la primera etapa del cosmos infinito con su zona más interna, esa parte del universo sin fin que se vuelve real (se actualiza) como repercusión de la aparición trinitizada de Dios Absoluto. También asociamos esta fase de desarrollo con la asociación de la Deidad dual del Supremo-Último.

Segunda etapa. Visualizamos la segunda etapa del cosmos infinito como una etapa intermedia de desarrollo, una etapa que sigue a la aparición de la zona más interna. Esta fase de desarrollo intermedio puede tener (o no) un fin, una conclusión. Asociamos la “segunda etapa” con la asociación de la Deidad dual del Último-Absoluto.

Tercera etapa. Esta etapa final de crecimiento expansivo del cosmos interminable puede ser una consideración puramente teórica. Sin embargo, que nunca se convierta en una realidad objetiva no impide que pueda ser un concepto válido. Asociamos esta etapa final con la asociación final de la Deidad dual, la asociación del Absoluto y el Padre-Infinito, la “terminación” del ciclo de la realidad.

Lo que estamos intentando hacer, al establecer estas clasificaciones de tres etapas de progreso, es crear un marco de pensamiento sobre el universo eterno. Que haya tres divisiones, siete o un millón no es algo conceptualmente importante. Elegimos tres clasificaciones porque es el número mínimo que se adapta a la presentación de los conceptos de comienzo, etapa intermedia y destino (de principio, realización y consumación)

Para propósitos conceptuales, creemos que son necesarias tres categorías de pensamiento. Puede haber, y probablemente haya, un número de categorías adicionales que caracterizará y marcará el progreso de los eventos de la Era Final y del desarrollo en despliegue del universo final.

1. LA TERCERA TRINIDAD EXPERIENCIAL

Volvamos a nuestro estudio de la formación de la Trinidad de Trinidades y consideremos una vez más el segundo nivel de esta Trinidad múltiple. En el primer nivel hay tres Trinidades: existencial, primera-experiencial y segunda-experiencial. En el segundo nivel tenemos al Supremo, al Último y a la expresión trinitizada de Dios Absoluto. Avanzamos la proposición de que este segundo nivel de la Trinidad de Trinidades es también una trinidad (que es la tercera Trinidad experiencial)

Si consideramos de nuevo el origen de la Trinidad del Paraíso, encontraremos que tiene un parecido asombroso con el origen de la tercera Trinidad experiencial:

En el comienzo, Dios Padre y Dios Hijo se unieron como Padre-Hijo en la trinitización de Dios Espíritu, la Tercera Persona de la Deidad existencial. Las tres personas de la Deidad existencial se unieron entonces como la Trinidad existencial (la Trinidad del Paraíso)

Al final, Dios Supremo y Dios Último se unieron como Supremo-Último en la trinitización de Dios Absoluto, la Tercera Persona de la Deidad experiencial. Las tres personas de la Deidad experiencial se unieron entonces en la Trinidad experiencial final (la tercera Trinidad experiencial)

¡Esta comparación es demasiado asombrosa como para poder ignorarla! En verdad parece que Dios Absoluto sostiene una relación con el Supremo-Último que es análoga (pero no homóloga) a la relación del Espíritu Infinito con el Padre-Hijo. Del mismo modo que Dios Espíritu termina la actualización existencial final de la Deidad, Dios Absoluto comienza la actualización experiencial final de la Deidad.

Aquí hay una diferencia fundamental: el Espíritu termina la actualización existencial de la Deidad; la expresión trinitizada del Absoluto comienza la actualización experiencial final de la Deidad.

¿Qué es lo significativo de esta diferencia? Justamente esto: la trinitización de deidad original (por el Padre-Hijo) es una acción infinita; es una acción que no tiene límites ni fronteras. La trinitización de deidad final (por el Supremo-Último) es una acción cualitativamente absoluta, pero no cuantitativamente infinita. La expresión trinitizada de Dios Espíritu es realmente infinita; la expresión trinitizada de Dios Absoluto puede ser potencialmente infinita, pero en realidad es menos que infinita debido a que ni el Supremo ni el Último (ni siquiera el Supremo-Último) son objetivamente infinitos.

¿Cuál es la diferencia entre ser potencialmente infinito y ser realmente infinito? Es la diferencia entre el crecimiento y el no-crecimiento. El Espíritu Infinito está eternizado como un “ser terminado”. Dios Absoluto está trinitizado como una actualización de una parte de la infinidad de la Deidad Absoluta, el Absoluto Calificado, que estudiamos en el segundo prólogo. El Espíritu Infinito apenas podría crecer; Dios Absoluto, en tanto que trinitizado, permanece en el umbral del crecimiento sin límites, el crecimiento eterno en la infinidad.

La aparición trinitizada de Dios Absoluto comienza la unificación de la tercera Trinidad experiencial, justamente como la aparición análoga de Dios Espíritu completa la unificación de la Trinidad existencial, la Trinidad del Paraíso. Creemos que la tercera Trinidad experiencial representa la última asistencia experiencial (como trinidad) hacia la infinidad y lo Infinito. Esta Trinidad, como cada una de las Trinidades, es única (diferente) Es la única que está compuesta de deidad experiencial y nada más. Es como la Trinidad del Paraíso en que su tercer miembro está trinizado; es diferente a la Trinidad del Paraíso en que es una Trinidad en crecimiento, expansión y unificación. Es experiencial como la Trinidad Última, pero no está unificada como la Trinidad Última. Esta tercera Trinidad experiencial debe ser absoluta, como la segunda Trinidad experiencial, pero sostiene una relación única con la segunda Trinidad debido a que esta es aquella cuya unificación se supone que trae a la existencia a Dios Absoluto. Al haber sido trinitizado, Dios Absoluto está en posición de colaborar con esta segunda Trinidad experiencial no unificada, cuya unificación es un requisito experiencial para su origen. Finalmente, la tercera Trinidad experiencial es la única que es interna a otra, al ser el segundo nivel de la Trinidad de Trinidades.

2. EL CRECIMIENTO EXPERIENCIAL DE DIOS ABSOLUTO.

La aparición trinitizada de la tercera Deidad experiencial nos da una base adicional para hacer conjeturas, pues implica un crecimiento posterior de naturaleza experiencial. Proyectamos tres relaciones de crecimiento:

(a) La Trinidad Absoluta. La relación entre la expresión trinitizada de Dios Absoluto y la segunda Trinidad experiencial es única. Aquí tenemos la personalización objetiva de Dios Absoluto. Obviamente, esta Deidad no debería existir antes de la unificación de la Trinidad Absoluta; sin embargo, mediante la técnica de trinitización, Dios Absoluto es creado y colabora con la Trinidad ancestral no unificada (la segunda Trinidad experiencial)

(b) El Supremo-Último. Del mismo modo que el Espíritu expresa intensivamente la asociación Padre-Hijo, creemos que la expresión trinitizada del Absoluto expresará extensivamente la asociación Supremo-Último. Dios Absoluto responderá cuando el Supremo-Último funcione y crezca en relación colaborativa con esta asociación de Deidad dual.

(c) La Deidad Absoluta. La relación de crecimiento más única de todas es la que podría sostener Dios Absoluto y la Deidad Absoluta. Deberíamos recordar que los potenciales de los Absolutos son infinitos. También deberíamos recordar que la expresión trinitizada de Dios Absoluto es subinfinita. Esto significa que Dios absoluto ha sido actualizado a partir de una parte del potencial infinito del Absoluto de la Deidad, no de todo. ¿Cuál es entonces la relación de Dios Absoluto con esa porción (infinita) del Absoluto de la Deidad que no tocó la asistencia trinitizadora del Supremo-Último?

Visualizamos esta relación peculiar como sigue:

Dios Absoluto es real, objetivo y actual. Existe en relación con mucha realidad externa a él mismo, pero que todavía no es real ni objetiva ni actual. Esta realidad externa (como realidad de deidad) es el potencial del Absoluto de la Deidad y (como realidad no deificada) el potencial del Absoluto Incalificado. Dios Absoluto se expandirá hacia este potencial. Esta expansión es el equivalente al crecimiento. Puesto que el potencial externo (el espacio para crecer) es infinito, ese crecimiento es interminable (eterno) Puesto que este crecimiento es interminable, no puede terminarse nunca; esto significa que el crecimiento experiencial no puede terminarse nunca.

Deducimos que Dios Absoluto crecerá; que sus esfuerzos para crecer experiencialmente aumentarán los esfuerzos experienciales del Supremo-Último y contribuirán a la unificación de la Trinidad Absoluta. Puesto que Dios Absoluto es, en esencia, una Deidad existencial-experiencial, sus esfuerzos para crecer también aumentarán los esfuerzos para unirse por parte de la Trinidad existencial-experiencial (la Trinidad de Trinidades)

3. LAS ASOCIACIONES FINALES DE LA DEIDAD DUAL

A lo largo de este estudio hemos observado el trabajo de un principio básico que podría expresarse como sigue:

La Deidad dual es pionera, y la Trinidad consolida.

Ahora que hemos ido más allá de los confines del universo maestro, ¿sigue vigente este principio? ¿Se aplicará todavía cuando entremos en los dominios de la infinidad, cuando entremos en el universo sin fin? Al intentar responder a esta pregunta, volvamos y recapitulemos lo que sabemos (lo que se nos ha dicho) sobre las asociaciones de la Deidad dual. Se nos ha informado de que hay (o habrá) seis de estas interesantes asociaciones duales:

(1) La asociación Padre-Hijo

(2) La asociación Hijo-Espíritu

(3) La asociación Espíritu-Supremo

(4) La asociación Supremo-Último

(5) La asociación Último-Absoluto

(6) La asociación del Absoluto y el Padre-Infinito.

Estas seis asociaciones de la Deidad dual pueden clasificarse en cuatro categorías posibles: eterna, del universo maestro, pos-universo maestro y futuro-eterna. Estas asociaciones comienzan como existenciales, se vuelven cada vez más experienciales, y luego se dirigen hacia lo experiencial-existencial. Clasificaríamos la primera asociación, Padre-Hijo, como eterna. Las siguientes dos asociaciones, Hijo-Espíritu y Espíritu-Supremo, están relacionadas con las creaciones pos-Havona del universo maestro. Las dos siguientes, Supremo-Último y Último-Absoluto, parecen ser pos-universo maestro. Y la asociación final, del Absoluto y el Padre-Infinito, parece ser una asociación futuro-eterna.

En este punto de nuestro estudio nos gustaría acuñar un término, un término que expresa estas series de asociaciones de la Deidad dual. Creemos que esta serie expresa algo que podría llamarse “la procesión de la iniciativa”. El pensamiento que intentamos transmitir es este: Dios parece estar interesado en compartir con sus coordinados la iniciativa de la autoexpresión creativa, hasta la plenitud de su capacidad de funcionamiento.

Dios inicia la Realidad al convertirse en Padre del Hijo Original; después se une con su Hijo Original en la creación de los Hijos Creadores. Estos Creadores, como Hijos, disfrutan de la experiencia completa de la filiación en relación con las Deidades Paradisíacas, pero también están destinados a experimentar la relación de la paternidad; se convierten en Padres experienciales en sus universos evolutivos.

En la relación original (de Padre-Hijo), el Espíritu se personaliza como la agencia creativa cooperativa para la expresión Havona de la unión Padre-Hijo. En la siguiente relación (de Hijo-Espíritu) el Espíritu, a través de sus Espíritus Creativos, se convierte en el “creador de refuerzo” en relación con los universos locales evolutivos. De este modo los Hijos Creadores de Dios experimentan la relación del Padre en y hacia sus universos locales; mientras los Espíritus del Espíritu representan el papel de creadores concurrentes, cooperativos y coordinados de estos mismos reinos; de ese modo experimentan en el espacio y el tiempo lo que el Hijo Eterno “experimentó” en la eternidad y en el Paraíso.

La tercera fase de la “procesión de la iniciativa” en la asociación de la Deidad dual parece estar relacionada con las eras pos-Supremo de los niveles del espacio exterior del universo maestro. Puesto que esta relación está cubierta con el velo del futuro desconocido del tiempo, no podemos estar seguros respecto a los resultados últimos de esta asociación (la asociación del Espíritu-Supremo) Sin embargo, parece que el Espíritu estará en los niveles del espacio exterior para asumir una iniciativa nueva y primaria; y este Espíritu iniciador estará allí para que el Supremo le secunde en todos los esfuerzos creativos (En ese momento, el Ser Supremo habrá terminado su crecimiento evolutivo y estará totalmente activo como Deidad experiencial actualizada) No hemos especulado respecto a los resultados finales de esta asociación de la Deidad dual, porque los Documentos no nos dan garantías para esta especulación. Pero no dudamos de que los frutos no revelados de esta asociación serán significativos para el crecimiento posterior de los universos, y para las consecuencias de los múltiples planes de Dios.

Fuimos incapaces de seguir el rastro de las asociaciones de la Deidad dual más allá de la asociación del Espíritu-Supremo dentro de los confines del universo maestro. La  conclusión de este mismo estudio reconoció esta limitación. Sin embargo, en este epílogo estamos suponiendo que miramos más allá de la creación maestra; y con ese horizonte conceptual ampliado podemos intentar ir más allá en el examen de estas fascinantes asociaciones duales.

Consideremos, pues, las asociaciones finales de la Deidad dual. Estas últimas tres asociaciones son pos-universo maestro porque la primera implica al Último, y el Último no hace su aparición objetiva en el escenario espacial de la acción hasta después de la terminación de toda la creación maestra. Parece que estas tres asociaciones serán las primeras en llegar a la frontera creativa en expansión a medida que continúa empujando hacia fuera, en las profundidades del espacio inexplorado.

(a) El Supremo-Último. Consideramos esta asociación de la Deidad dual como análoga (pero no homóloga) a la asociación del Padre-Hijo. El Supremo-Último es como el Padre-Hijo de la siguiente manera:

(1) Esta asociación de la Deidad dual trinitiza la Tercera Persona de la Deidad experiencial; la asociación Padre-Hijo trinitiza la Tercera Persona de la Deidad existencial.

(2) La acción trinitizadora del Supremo-Último inicia (probablemente) el comienzo del universo de la infinidad; la asociación Padre-Hijo actualiza el universo de la eternidad.

(3) El Supremo-Último se une a Dios Absoluto para formar la Trinidad experiencial final; el Padre-Hijo se une con Dios Espíritu para formar la Trinidad existencial (la Trinidad del Paraíso)

La asociación del Supremo y el Último es diferente a la asociación del Padre y el Hijo en una particularidad muy importante: la asociación Padre-Hijo inicia la personalización de la Deidad existencial, hace real la facticidad del universo existencial y consuma la unificación de la Trinidad existencial; la asociación del Supremo-Último inicia cosas análogas (en sentido experiencial), pero no las hace realidad totalmente, y de ningún modo las consuma. El Padre-Hijo comienza, hace realidad y consuma; el Supremo-Último comienza, puede hacer real parcialmente, pero no consuma.

Asociamos al Supremo-Último con la primera etapa del desarrollo del cosmos infinito, e ilustramos esta etapa como aquella en la que hará su aparición el inmenso núcleo del universo sin fin. Visualizamos este dominio recién aparecido como que surge a la existencia junto con la trinitización de Dios Absoluto, y creemos que este reino gigantesco empequeñecerá completamente al universo maestro en cuanto a tamaño. Opinamos que esta zona más interior del cosmos infinito estará relacionada (en tamaño) con el universo maestro, así como el maestro universo se relaciona con su núcleo (el gran universo)

Sostenemos la idea de que la aparición de Dios Absoluto y la materialización de la zona más interna del cosmos infinito constituirán la primera etapa de la Era Final del Universo. Sugerimos además que la duración de la primera etapa de la Era Final podría ser muy larga, incluso en términos de las eras universales que hemos calculado. En otras palabras: cuando dejemos el universo maestro y nos embarquemos en la aventura final (la Aventura Absoluta), es probable que nos encontremos magnitudes sin precedentes. Es improbable que podamos hacer mucho para intentar visualizar estas magnitudes. Sería muy parecido a un operario que trabaja con una precisión de una diezmilésima de centímetro, al que se le pide de repente que considere las dimensiones relativas de las galaxias exteriores, que pueden estar a millones de años luz de aquí. Una diezmilésima de centímetro es una escala de magnitud; un millón de años luz es algo muy diferente.

(b) El Último-Absoluto. Nos hemos alejado tanto del aquí y ahora de la realidad que se hace muy difícil incluso hacer conjeturas sobre la asociación del Último y el Absoluto (presumiblemente la asociación de Dios Último y Dios Absoluto) No obstante, todavía podemos razonar (o conjeturar) usando la analogía. Hemos asemejado la asociación del Supremo-Último con la del Padre-Hijo. ¿Podemos asemejar la proyección extensiva de Dios Absoluto con la personalización intensiva del Espíritu Infinito? ¿Mantendrá el Absoluto (trinitizado) la misma relación con el Último (en la segunda etapa de la Era Final) que el Último mantiene con el Supremo (en la primera etapa)? ¿Es este el significado posible de la asociación del Último-Absoluto? (Aquí estamos haciendo un paralelismo entre el Último-Absoluto y el Hijo-Espíritu, donde cada asociación puede desarrollarse a partir de la asociación precedente: Supremo-Último en la primera instancia, Padre-Hijo en la segunda)

Si el Supremo-Último es el iniciador del cosmos infinito, entonces deducimos que el Último-Absoluto podría funcionar bien en las fases intermedias de este dominio como una asociación relacionada con la “realización” más completa del universo interminable. No tenemos ninguna manera de sugerir ningún límite posible a esta asociación; un asociado es inseparable de los Absolutos de potencialidad, y esos Absolutos son, a su vez, inseparables de la infinidad.

Podemos ver un comienzo, realización y consumación (cualitativa) de la asociación Supremo-Último. Está unida, encuentra la realización limitada en la facticidad de la zona más interna del cosmos infinito, y está consumada (cualitativamente) en la aparición trinitizada de Dios Absoluto. Pero la asociación del Último y el Absoluto apenas puede alcanzar siquiera un destino cualitativo, mucho menos un destino cuantitativo. La asociación de la Deidad dual del Último y el Absoluto puede iniciarse, puede comenzar, pero solo puede alcanzar una realización parcial. No creemos que pueda consumarse.

Asociamos esta asociación dual con el desarrollo del cosmos infinito que podría tener lugar tras la facticidad de la zona más interna. Creemos que esa zona interna podría ser análoga a Havona en algunos aspectos en la manera en que aparece, en que se hace real. Podría hacer su aparición como una repercusión de la trinitización de Deidad (podría aparecer de repente) Si continuamos razonando por analogía, el crecimiento del cosmos infinito podría ser secuencial; y si es secuencial, entonces es eterno. Por lo tanto, no sabemos cómo situar un límite conceptual en la fase de “realización” de la asociación del Último-Absoluto, mucho menos cómo sugerir una “consumación” de esta asociación.

(Debería apuntarse la realidad de esta asociación como un nivel-valor en el gran universo actual. El Último-Absoluto representa un nivel-valor presente que constituye el límite conocido del alcance de las actividades de los Ajustadores Personalizados. Estos seres son las personalizaciones de los mismos fragmentos de Dios con los que nos fusionamos. Y si los Ajustadores Personalizados pueden funcionar en el nivel del Último-Absoluto, entonces creemos que los finalitarios también pueden trabajar allí ¡Y, con tiempo y crecimiento suficiente, lo harán!)

(c) La primera y última asociación. La asociación original de la Deidad dual está cubierta por el velo de los misterios de la eternidad pasada. La asociación dual del Padre-Hijo es una realidad sin comienzo ni fin que existe siempre. Se nos informa de que la asociación final de la Deidad dual, la asociación del Absoluto y el Padre Infinito, es la “terminación” del ciclo de la realidad. Esto nos debería dar una pausa para pensar. Cuando alcanzamos el nivel del Absoluto, al menos del Absoluto de la Deidad, sabemos que hemos entrado en el dominio de lo existencial y lo experiencial. El Absoluto de la Deidad es uno de los Siete Absolutos de la Infinidad; Dios Absoluto es experiencial (y existencial) y tiene un origen en el tiempo (al menos como veríamos un acontecimiento así)

¿Cuál es entonces la relación final entre el Absoluto y el Padre-Infinito? Sostenemos que es una asociación existencial-experiencial. Como realidad existencial, existe siempre; como realidad experiencial, es siempre remota; como realidad existencial-experiencial, puede ser una “realidad en transformación”, una realidad que se caracteriza por una actualización en aumento, que de ningún modo disminuye el potencial no actualizado que quedará sin expresión para siempre.

Si esta asociación dual es la “terminación” del ciclo de la realidad, entonces podría ser una relación de eternidad pura y, como tal, quedarse sin significado (en términos de crecimiento) cuando se evalúa en relación con el pasado o el futuro del tiempo (o incluso el pasado o el futuro de la eternidad) Esta relación podría no estar más allá de todo concepto, pero ciertamente está más allá de todo concepto comprensible.

4. LOS NIVELES FINALES DE LA FUNCIÓN DE LA DEIDAD TOTAL

Lo que llevamos observando, a medida que intentamos seguir los propósitos de Dios hasta el fin del espacio y el tiempo, podría ser la apertura de los niveles finales de la función de la Deidad Total. Hemos considerado estos niveles desde el comienzo de nuestro estudio. De vuelta al segundo prólogo, consideramos los niveles estático, potencial y asociativo. En el estudio mismo consideramos dos niveles salientes, creativo y evolutivo; después estudiamos dos niveles entrantes, el Supremo y el Último. Esto completa el inventario de los siete niveles de la función de la Deidad Total.

Pero ¿son estos todos los niveles? El nivel del Último es el nivel creativo final, pero Dios Absoluto es supercreativo. Ninguno de estos niveles se menciona como absoluto, y se alude al nivel absoluto como que es alcanzado existencialmente por la Trinidad del Paraíso. Creemos que solo hay estos siete niveles, en espera de la facticidad de las Deidades experienciales. Creemos además que la facticidad de las tres Deidades experienciales revelará tres niveles adicionales de la función de la Deidad Total.

Antes de examinar estos niveles conjeturados, consideremos lo que podría suceder cuando la Deidad existencial vuelva al nivel creativo (de vuelta a los tres primeros niveles) A medida que la Deidad existencial se mueve hacia el infinito, creemos que pasa desde el nivel asociativo de vuelta hacia los potenciales, y finalmente alcanza el nivel estático. Creemos que esta es la progresión de la Deidad existencial hacia el infinito. Sin embargo, no creemos que este sea el enfoque que dirige la Deidad experiencial hacia el infinito.

La Deidad existencial se origina en la infinidad y busca emerger; la Deidad experiencial se origina fuera de la infinidad (en los niveles subinfinitos) y busca penetrar. Una vez la Deidad experiencial se ha hecho real y es capaz de trabajar en el nivel absoluto de la realidad (al menos cualitativamente), creemos que revelará un acercamiento nuevo y diferente hacia la infinidad. Tenemos la creencia de que, a medida que la Deidad experiencial intente acercarse a la infinidad, abrirá tres nuevos niveles de acción de la Deidad Total: reasociativo, potencial-actualizador y estático-dinámico.

Examinemos el concepto de cada uno de estos tres niveles. Podría ser útil para nuestros esfuerzos comprender la eternidad futura, los límites finales y la meta final que Dios ha establecido.

5. LAS IMÁGENES ESPECULARES DE LOS PRIMEROS NIVELES Y DE LOS FINALES.

Antes de estudiar cada uno de estos tres nuevos niveles en particular, será informativo considerarlos conjuntamente. Comparemos los tres últimos niveles con los tres primeros. Los tres últimos parecen ser imágenes especulares de los tres primeros.

(8) El nivel reasociativo  (3) El nivel asociativo
(9) El nivel potencial-actualizador  (2) El nivel potencial
(10) El nivel estático-dinámico  (1) El nivel estático

Creemos que el Destino podría concebirse como una imagen especular de la Fuente, excepto en que hay un cambio en significados, aunque no en valores absolutos. El valor del Infinito apenas podría cambiar, pero el significado del Infinito (las relaciones del Infinito) es susceptible de cambios casi infinitos. Esto es así porque pensamos que los tres últimos niveles son como imágenes especulares de los tres primeros.

(a) El nivel reasociativo. Establecemos una conexión (en concepto) entre el nivel asociativo y el reasociativo de la función de la Deidad Total. El mejor ejemplo del nivel asociativo parece ser la Trinidad del Paraíso, la asociación existencial que unifica completamente la Deidad existencial. La Trinidad de Trinidades parece ser el mejor ejemplo del nivel reasociativo. En esta Trinidad triple tiene lugar una reasociación de toda la actualización múltiple de toda la Deidad (existencial y experiencial) En la Trinidad triple toda la Deidad actual (y actualizadora) está (o estará) unificada.

Desde el punto de vista experiencial, la Trinidad de Trinidades parece quedar eternamente inacabada; aún así, no deberíamos olvidar que la Trinidad del Paraíso es uno de sus miembros constituyentes y es existencialmente infinita. La Trinidad original podría compensar en cualquier “momento” la no finalización de la Trinidad de Trinidades. Por lo tanto, podemos visualizar la Trinidad de Trinidades existencial-experiencial como totalmente funcional, salvo que debe depender de la Trinidad existencial (la Trinidad del Paraíso) para compensar sus deficiencias experienciales. En la eternidad futura, el factor existencial puede disminuir, pero la compensación existencial de las limitaciones experienciales difícilmente puede eliminarse.

El nivel reasociativo parece activarse primero con la asociación del Supremo-Último. Cuando esta asociación se forma y trinitiza a Dios Absoluto, esto hace real el segundo nivel de la Trinidad de Trinidades. Todo esto constituye una invasión del nivel absoluto de la realidad por parte de la Deidad experiencial.

(b) El nivel potencial-actualizador. Hay más de un nombre que darle a este nivel. Podemos llamarle el nivel “potencial-actualizado”, pero esto implicaría el “agotamiento” de todos los potenciales, y estos potenciales no pueden “agotarse” porque no tienen fin. El nombre “potencial-actualizador” parece mejor porque no implica una terminación del proceso, sino solo una continuación de la actualización de lo que no tiene fin.

Cuando pensamos en este nivel, probablemente pensemos en la función de la segunda etapa de la Deidad pos-Último. La primera etapa parece ser el Supremo-Último, la segunda parece ser el Último-Absoluto. Este nivel parece alcanzarse experiencialmente en calidad, pero no en sentido universal o en cantidad de infinito. Para alcanzar este nivel en sentido cuantitativo sería necesario que ocurrieran tres cosas:

(1) La capacidad del Absoluto Incalificado tendría que estar agotada. En otras palabras: el cosmos infinito tendría que hacerse real como una realidad actual (como un universo actual sin exterior y sin fin)

(2) La capacidad del Absoluto de la Deidad tendría que estar agotada. En otras palabras: Dios Absoluto tendría que estar terminado como la Persona experiencial-absoluta de la Deidad. Esto significa que se convertiría en el coordinado del Hijo Eterno, que es la Personalidad Absoluta (la Persona existencial-absoluta de la Deidad)

(3) La expresión de no deidad de la infinidad (el cosmos infinito) y la expresión de deidad experiencial de la infinidad (Dios Absoluto) tendrían que unificarse completamente (síntesis del poder y la personalidad) Esto sería, en efecto, la unificación experiencial de los Absolutos, el equivalente experiencial de lo que el Absoluto Universal hace en realidad, existencialmente.

No deberíamos sentirnos frustrados porque no se alcance cuantitativamente este nivel. ¿Qué pasaría si todos los potenciales se actualizaran? Esto significaría el fin absoluto de todo crecimiento, cambio y aventura. Añadiría a una condición experiencial estática una condición de ausencia de cambio. Significaría un hoy interminable, sin mañana ni horizontes más amplios ni nuevos mundos que conquistar.

Dios, en su sabiduría, ha evitado todo esto. Si esto es inherente a la infinidad o es parte de los planes del Infinito, es otra cuestión. Lo que cuenta es que los planes de Dios parecen proporcionar un universo siempre joven y en crecimiento, una creación que siempre se sostiene al filo de una nueva aventura, un cosmos que vive eternamente en los frescos albores de una primavera interminable.

(c) El nivel estático-dinámico. Este podría muy bien ser el nivel final de la función de la Deidad Total (Este es el nivel final que presentamos, en concepto, para su consideración en este estudio) ¿Cuál es la importancia de este nivel? Creemos que representa la asistencia final de la Deidad experiencial (y, quizá, de las criaturas experienciales) hacia el Padre como Infinito. Este es el concepto del Padre Universal en el principio de todas las cosas, incluso en el principio del principio. El concepto de Dios como Infinito es el que se concibe como el corazón de la Era Cero, en ese punto del pasado teórico que los Documentos describen como “el hipotético momento estático de la eternidad”.

Presentamos aquí un concepto análogo. Estamos intentando concebir un momento-destino que existe teóricamente en la eternidad futura. Este sería el “hipotético momento estático-dinámico de la eternidad”. Creemos que es un concepto válido aunque nunca se pueda alcanzar como realidad objetiva. Si pudiéramos alcanzar ese momento, podríamos conocer al Padre como Infinito. Puesto que parece ser que nunca podremos llegar a ese momento, nunca conoceremos al Padre como Infinito. Le encontraremos como absoluto; le buscaremos como infinito.

Puesto que nunca encontraremos a Dios como infinito, parece probable que sigamos “persiguiendo” la sombra de la infinidad que se proyecta a través de la realidad potencial sin límites. Sostenemos la creencia de que esta sombra se concibe mejor como la presencia del Absoluto Universal. Sin duda seguiremos estando intrigados, perplejos y estimulados por la presencia y la actuación del Absoluto Universal, cuyo misterio eterno seguirá creciendo con los universos en crecimiento, y cuya complejidad eterna podría crecer más rápido que los finalitarios.

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