Hipótesis del universo maestro

   
   Números de párrafo: Activar | Desactivar
Versión para imprimirVersión para imprimir

Comenzamos con tres prólogos de la eternidad. Cada uno de estos prólogos se relaciona con los tres niveles procreativos de la función de la Deidad total, tal como se describe en la página 2 de los Documentos de Urantia. Prólogo A: la palabra clave es "estático". Aquí tenemos una Deidad autocontenida y autoexistente. Este nivel estático de la Deidad existió en los albores de la eternidad. Existe hoy. Existe siempre. Es eterno. Dios es eterno. El YO SOY es eterno. El Absoluto ES eterno. Dios no hace nada. La Deidad no hace nada. El Absoluto no hace nada. El mero hecho de existir es la realidad predominante que domina completamente este nivel de la función de la Deidad total. En alguna parte de los documentos se refieren a esto como el "momento hipotético de la eternidad."(13)

Como dicen los documentos, los actuales están todavía contenidos dentro de sus potenciales, y los potenciales todavía tienen que diferenciarse de la infinidad incalificada de la realidad. Prólogo B: es el segundo nivel de la función de la Deidad total. Aquí tenemos potenciales que se separan. En otras palabras: en el segundo nivel de la función total de la Deidad, algo podría pasar. Algo está considerado. En el nivel estático, nada se ha considerado. Todo lo que tenemos es algo que es. En el segundo nivel, tenemos el concepto de futuro, en contraste con el continuo sempiterno del eterno presente. En el segundo nivel, se presagia el tiempo. El tiempo no existe, solo se sugiere. Como una criatura del tiempo percibe un nivel en relación al primer nivel. Porque, cuando hablamos de potenciales, estamos hablando de "lo que podría llegar a ser," y esto implica un tiempo futuro en relación con un tiempo presente.

En el nivel estático, solo tenemos un tiempo incalificadamente presente. En el nivel potencial, tenemos la implicación de un tiempo futuro. En términos de evolución de la Deidad, el nivel potencial es enormemente diferente al nivel estático. En el nivel estático, tenemos un absoluto, que contiene dentro de sí mismo la posibilidad del libre albedrío. En el nivel potencial, tenemos una separación de absolutos. Tenemos lo que es volitivo de Deidad y tiene un propósito, y por tanto calificado – que sale de lo que se queda atrás como no Deidad – reactivo, incalificado. Es la diferenciación del Absoluto Calificado del Absoluto Incalificado. En el tercero, llamémosle Prólogo C - y todos estos prólogos están en la eternidad – tenemos el término "asociativo."

En primer lugar, esto implica la función asociativa del Absoluto Universal. Es importante señalarlo. Cuando el Absoluto Calificado se separó del Absoluto Incalificado, los dos se unificaron perfectamente mediante la presencia y la función y la acción compensatoria del Absoluto Universal. Así que esto implica que no hay des-unión en la infinidad. Los tres absolutos están perfectamente unificados. Sigamos con esto un poco más. En este mismo nivel de asociatividad, el Padre se separó de esa personalidad absoluta, que se convirtió de ese modo en el Hijo Eterno.

Al separarse así, Dios no se convirtió en la personalidad absoluta – pues esa es su Hijo – sino que se convirtió en el Padre de la persona absoluta y por tanto en el Padre Universal de todas las personas. Al mismo tiempo, Dios se expresó en un sentido de no Deidad. Si el Hijo podría considerarse como la primera tesis de la Deidad, entonces el Paraíso podría considerarse como la primera antítesis de no Deidad. El Paraíso es el opuesto absoluto al Hijo Eterno. Pues bien, si este fuera un universo mecánico, si Dios fuera una máquina y no una persona, podríamos predecir con toda confianza que Dios duplicaría la unión de la realidad actual como ha unificado previamente la realidad potencial, los tres absolutos. Si Dios hubiera unificado la realidad actual, habría significado la aparición de algún ser que unificaría perfectamente la Isla del Paraíso y el Hijo Eterno. Es interesante señalar que esto no sucedió.

La realidad actual no se unificó. La unificación tuvo lugar en los niveles de la Deidad, no en los niveles de la actualidad. La unificación tuvo lugar en la aparición del Actor Conjunto y en la formación de la Trinidad del Paraíso - que es una unión de la Deidad, no una unión de actualidades. El Paraíso se quedó huérfano como un elemento actual en el cosmos. Por supuesto, y al mismo tiempo, el universo central de Havona surgió a la existencia en un sentido precreativo, de modo que, al final del último prólogo de la eternidad, tenemos un desequilibrio. Tenemos una situación asimétrica, no una situación matemáticamente simétrica. Tenemos una asimetría estética y artística, que pone el futuro de la creación no en equilibrio sino en desequilibrio, porque el Paraíso no está asociado con nada en términos de síntesis total. Hagamos un inventario de la situación. Al final de la eternidad, justo antes del comienzo del tiempo, tenemos tres potencialidades absolutas perfectamente unificadas.

Tenemos tres personalizaciones infinitas de la Deidad, perfectamente unificadas en la Trinidad paradisíaca. Tenemos el Paraíso, no unificado por la Trinidad o dominado por la Trinidad, y aún así no relacionado directamente con los Absolutos, aunque asociado estrechamente con el Absoluto Incalificado. Tenemos el universo central en la eternidad, un universo que nunca fue creado. Es una expresión precreativa de la divinidad. Ahora podemos embarcarnos en nuestra primera historia. Este es el comienzo de la expresión de la Deidad en el tiempo y el espacio y en el tiempo y el espacio trascendidos. Hasta ahora, todo lo que hemos considerado es la expresión existencial, eterna y precreativa de la Deidad. De ahora en adelante, vamos a considerar la expresión de la Deidad del espacio-tiempo experiencial y del espacio-tiempo trascendido, en primer lugar en el gran universo, y en segundo lugar en el universo maestro. En los albores de la segunda edad del universo – que es la edad presente del universo – tenemos a la Deidad moviéndose hacia el cuarto nivel de expresión, de creatividad. Los Dioses crean. El primer acto creativo real de las Deidades fue la personalización de los 21 Ancianos de los Días.

Estos seres fueron creados. Tienen un origen histórico. Sus superiores directos, los Eternos de los Días, nunca fueron creados. Son expresiones precreativas de la Trinidad en la precreativa Havona. Cuando examinamos el cuarto y quinto nivel de expresión de la Deidad, el creativo y el evolutivo, estamos contemplando las transacciones de la segunda edad del universo. La segunda edad del universo presenta una situación hegeliana. Tenemos Havona como tesis creativa de la Deidad. Hemos intercambiado nuestros términos en este punto, y es una distinción sutil. En la primera edad del universo, que no tuvo comienzo pero sí tuvo final, Havona es una existencia precreativa. En la segunda edad del universo, en la que vivimos ahora, prácticamente consideramos Havona como creación. Gran parte de Havona está verdaderamente creada. Todos los supernafines secundarios, muchos de los supernafines terciarios, los Espíritus de los Circuitos quizá sean precreativos, pero su función ni siquiera se descubrió hasta que se proyectaron los siete superuniversos. Consideremos Havona como el primer universo nuclear, y los siete superuniversos como un universo citoplasmático que está en relación con el nuclear Havona. Digámoslo de otra manera.

Digamos que Havona es la tesis creativa de la perfección, y los siete superuniversos son la antítesis de respuesta de la imperfección. El desafío es crear una síntesis de lo perfecto y lo imperfecto. Sabemos cómo se hace. Al final, los siete superuniversos lograrán una perfección que los cualificará para marchar paso a paso con el universo central de perfección. Se puede dar un ejemplo de esto, pues cuando un finalizario trinitiza con un nativo de Havona para producir un Hijo Trinitizado criatura, aquí tenemos una síntesis literal de perfección de nacimiento evolutivo asociada con perfección creada. En el concepto de Hegel, la tesis-antítesis-síntesis se describe en la evolución del universo maestro mediante la aparición del Ser Supremo. Dios Supremo evolucionará finalmente, sintetizará de hecho la perfección de Havona más los logros evolutivos perfeccionados de las siete supercreaciones. La síntesis real de la primera historia es la emergencia del Ser Supremo. ¿Cómo está relacionado el gran universo con los cuatro niveles del espacio exterior? Bien, diría que el gran universo es la segunda creación nuclear.

La aparición de un universo nuclear atestigua la aparición de una nueva Deidad. Havona vio el nacimiento del Espíritu Infinito. La compleción del gran universo atestiguó la aparición del Ser Supremo. En segundo lugar, la aparición de un universo nuclear atestigua la aparición de una nueva Trinidad. Probémoslo. La aparición de Havona es concomitante al nacimiento del Espíritu Infinito, y la aparición del Espíritu completa la Trinidad paradisíaca. De manera similar, la perfección del gran universo – los siete superuniversos en tanto que dependientes de Havona – atestigua la aparición del Ser Supremo, y su aparición hace posible la primera función de la primera Trinidad experiencial, compuesta por el Ser Supremo, los Arquitectos del Universo Maestro y los Creadores Supremos – los Creadores Supremos son los Espíritus Maestros, los Ancianos de los Días y las uniones de Hijos Creadores y Espíritus Creativos.

Si el concepto es válido, vamos a embarcarnos en una expansión posterior de la creatividad y la evolución de la Deidad, en esta ocasión en los cuatro niveles del espacio exterior del universo maestro. Y sabemos que estos cuatro niveles del espacio exterior son muchísimo más grandes que todo el gran universo. En este punto, podríamos considerar un nuevo principio básico: hemos visto que la tesis de Havona existió en relación con la antítesis del superuniverso, y que el establecimiento de los siete superuniversos en luz y vida hizo posible la primera síntesis experiencial.

Pues bien, diría que, en este punto, vamos a descubrir un principio nuevo: la vieja síntesis se transforma en una nueva tesis. La primera síntesis experiencial es el Ser Supremo. La nueva tesis es la primera Trinidad experiencial. El nuevo universo nuclear es el gran universo. Existe en relación con los universos citoplasmáticos de los cuatro niveles del espacio exterior. De qué manera estas creaciones del espacio exterior serán antitéticas al gran universo es algo que no sé. No podemos predecir el tipo de criaturas que podrán existir ahí fuera. Podemos estar seguros de que no serán nada como lo que ha vivido en el universo central de eternidad o en las supercreaciones evolutivas. La expansión continua de las fuerzas de la divinidad que emanan del Paraíso presagia la marcha continua de los Creadores paradisíacos que llenan el espacio exterior, de los finalitarios y de seres de los que probablemente no sabemos nada. Esta es la expansión creativa y evolutiva de la Deidad, no en el tiempo y el espacio, sino en el tiempo trascendido y en el espacio trascendido.

Esto no implica un enfoque finito del Padre Universal; implica un enfoque absonito, trascendental, al Padre Universal. En estas regiones del espacio exterior, los finalitarios comenzarán a saborear el logro del destino a medida que funcionen con responsabilidades cada vez mayores como administradores de los dominios siempre en expansión, y comiencen a darse cuenta del destino que está disponible para ellos cuando realmente entran en asociación con un Dios infinito de fuera y con un fragmento de ese Dios infinito de dentro. Algún día habrá una segunda síntesis experiencial, que puede suceder porque el universo maestro no es infinito. Dios Último no es infinito. Algún día - es simplemente cuestión de que pasen muchos, muchos diminutos acontecimientos-años (llámelo como quieran, mientras sean finitos) – llegarán a un final. Algún día, el universo maestro estará completo e incluirá el cuarto nivel del espacio exterior. Entonces, por primera vez, la Deidad puede comenzar a funcionar, no potencial sino actualmente en el séptimo nivel de la función de la Deidad total, como se describe en la página 2.

Esto significa la emergencia de Dios Último. Significa la compleción de todo el universo maestro: los niveles primero, segundo, tercero y cuarto del espacio exterior. A veces hemos calculado que, si el gran universo – los siete superuniversos y Havona - estuvieran representados por una pelota de tenis, todo el universo maestro sería considerablemente más grande que la luna que gira alrededor de nuestra Tierra. Es la diferencia cualitativa de magnitud entre lo que se requiere para que el Supremo evolucione y lo que se requerirá para la emergencia final de Dios Último. A pesar de todo, Dios Último es menos que infinito, así que algún día emergerá.

Esto sucederá. No estamos hablando de conjeturas hipotéticas. Algún día, Dios Último personificará la segunda síntesis experiencial, la síntesis llamada los niveles del espacio exterior, el gran universo. ¿Es este el final de las cosas? Bien, en la página 2 lo es; y aún así, si leen el último párrafo de la página 2, hace referencia a un nivel absoluto. Dice que este nivel absoluto no se logra experiencialmente, sino que se logra existencialmente en la Trinidad paradisíaca. Si vamos a la página 4, leemos acerca del Absoluto de la Deidad. Descubrimos que hacen referencia a cosas supercreativas. Así que comencemos una tercera historia. Nuestra primera historia era la historia finita. Aquí encontramos Havona, la primera tesis; los superuniversos, la primera antítesis; el Ser Supremo, la primera síntesis; y luego vimos que la vieja síntesis se convertía en la nueva tesis. Vimos el gran universo no como la compleción de la expresión creativa y evolutiva de la Deidad; vimos el gran universo como algo que se convierte en la segunda gran tesis creativa de la Deidad, y la primera Trinidad experiencial como la segunda tesis creativa de la Deidad en el nivel de la Trinidad. Ahora, extendamos esta misma línea de razonamiento a la compleción del universo maestro.

Vemos una segunda tesis. Tenemos ahora a Dios Último como actualidad. Si Dios Último existe, existe también la segunda Trinidad experiencial. Debemos tener el universo maestro, no como una meta final y completada, sino meramente como un enorme núcleo existencial y experiencial, que debe existir en relación con alguna creación citoplasmática fuera del universo maestro - a la que los documentos se refieren en varios lugares como el cosmos-infinito. Podemos comenzar la tercera historia, pero no podemos terminarla. Quizá en este punto deberíamos dejar de contar la historia. Comenzamos esta charla con los "Prólogos de la eternidad." Supongamos que terminamos la historia con los "Epílogos de la eternidad." Comenzamos con el Prólogo A, B y C. Quizá deberíamos terminar con el Prólogo X, Y y Z. Si hacemos esto con el alfabeto griego, habremos empezado por alfa y habremos terminado con omega.

Consideren el Prólogo/Epílogo X. Tenemos un universo maestro terminado. Tenemos la aparición de la segunda Trinidad experiencial, compuesta por Dios Supremo, Dios Último y el Consumador no revelado del Destino del Universo. En muchos aspectos, estamos atravesando una etapa de crecimiento que es análogo al tercer nivel de la función de la Deidad, el nivel asociativo. Volvamos a este nivel. ¿Qué encontramos, de vuelta a los albores de la eternidad, antes de Havona, antes del Espíritu Infinito? Encontramos tres actualidades.

Encontramos a Dios Padre y a Dios Hijo, dos Deidades existenciales. Los encontramos situados en la Isla del Paraíso, que es un núcleo de poder existencial para la expansión hacia fuera. ¿Qué hicieron el Padre y el Hijo? Trinizaron a su igual en Deidad, el Espíritu Infinito, y consumaron de ese modo la Trinidad paradisíaca y, simultáneamente, dieron expresión al universo central perfecto de la eternidad.

Subamos al tercer nivel de la función de la Deidad hasta el Epílogo X, hasta un conjeturado octavo nivel de la función de la Deidad total. Veamos si podemos encontrar algún paralelismo entre el nivel tres y el nivel ocho. En el nivel 8, que es posúltimo, tenemos un universo maestro completado, un núcleo de poder experiencial y dos Deidades experienciales. Suena familiar, ¿verdad? Dos Deidades y un núcleo de poder que pueden movilizar. El Supremo y el Último no son infinitos ninguno de los dos, como lo son el Padre y el Hijo. Tampoco su núcleo de poder es infinito, como lo es el Paraíso. Aún así, qué seres tan poderosos son el Supremo y el Último, que han crecido experiencialmente con el crecimiento del universo maestro total y pueden movilizar este núcleo de poder de experiencia.

Yo diría lo siguiente: que el Epílogo X será análogo al Prólogo C. Creo que estas dos Deidades experienciales trinitizarán a Dios Absoluto a partir de los potenciales del Absoluto de la Deidad. En el mismo Prólogo hay garantías para esta especulación. Cerca del último párrafo de la sección que trata sobre las Trinidades (14), los documentos dicen, en esencia, que no dicen que el Absoluto de la Deidad no se personalice nunca, y aún así, la Trinidad paradisíaca es un recordatorio siempre presente de que la trinitización puede lograr lo que de otro modo sería inalcanzable. Si el Supremo y el Último deben trinitizar a Dios Absoluto, entonces se unificarían como el Supremo-Último (escrito con guión) que conecta a los dos.

Encontramos esta expresión en los documentos. Dios Absoluto, así trinitizado, no sería una Deidad infinita. Ni el Supremo ni el Último son infinitos, pero pueden indudablemente dar una expresión de trinitización a Dios Absoluto como un absoluto auténtico de existencia subinfinita. Me inclino a ponerle al Prólogo X el subtítulo de "reasociativo." Así se establece un paralelismo con la terminología usada en el Prólogo que describe el tercer nivel de la función de la Deidad como asociativo. Aquí, en un conjeturado octavo nivel, tenemos la Deidad reasociativa.

¿Qué implica esto? Francamente, creo que se usa para la aparición de la Trinidad de Trinidades, la Trinidad compuesta por la Trinidad paradisíaca – Padre, Hijo, Espíritu –; en segundo lugar, por la primera Trinidad experiencial – el Ser Supremo, los Arquitectos del Universo Maestro y los Creadores Supremos – y la segunda Trinidad experiencial – el Ser Supremo, Dios Último y el Consumador del Destino del Universo. El segundo nivel de esta Trinidad de Trinidades estaría compuesto por las tres Deidades experienciales – Dios Supremo, Dios Último y la expresión trinitizada de Dios Absoluto. En cuanto al tercer nivel, dejémoslo. Ahora estamos con el Prólogo Y. Aquí, podríamos considerar un noveno nivel de la función de la Deidad total. No vamos a salir de esta como si nada.

De vuelta al tercer nivel, Dios decidió establecer una relación asimétrica entre los absolutos. No unificó al Hijo Eterno con la Isla del Paraíso. Sí que unificó su relación con el Hijo mediante el Espíritu y en la Trinidad paradisíaca. Consideren el problema del Epílogo Y, nuestro segundo epílogo de la eternidad. En todo lo creativo, lo evolutivo, toda la expansión de la Deidad, en toda la consolidación de esta expansión en el nivel de lo finito, en el Supremo y en los niveles de lo absonito, en el Último, hemos presenciado una expresión cada vez mayor de unificación del poder y la personalidad. En este punto, quizá podamos recordarnos a nosotros mismos que, en la edad presente del universo, Dios Séptuplo implica no solo a los Creadores séptuplos, sino a los controladores séptuplos – no solo al Padre, al Hijo, al Supremo, a los Espíritus Maestros, a los Ancianos de los Días y a los Hijos Creadores y sus compañeras, sino también a Dios como Controlador Universal, al Paraíso como centro físico de todas las cosas, a la Tercera Fuente y Centro como el manipulador infinito, a los Directores Supremos del Poder, al Todopoderoso Supremo - fuera de lugar, un nivel – a los Controladores Físicos Maestros y a los espíritus Supremos del poder. Implica la unificación de lo físico y lo espiritual por medio de la mente.

En el Paraíso, las tres energías son idénticas; en Havona, armoniosas y coordinadas; pero en las supercreaciones – los universos evolutivos del tiempo y el espacio – la energía-materia domina salvo en la personalidad, en la que el espíritu se esfuerza por dominar a través de la mente. De vuelta al Epílogo Y, ¿cómo llamamos a este nivel de la función de la Deidad? Bueno, el segundo nivel es potencial. Puede pensarse en ello como en potencial actualizado. Si este nivel pudiera consumarse alguna vez experiencialmente, implicaría la unificación experiencial del Absoluto de la Deidad o más bien de Dios Absoluto con el Absoluto Incalificado. Creo que es axiomático que esto no puede suceder nunca, pues implicaría el agotamiento de la infinidad, la compleción de la eternidad, el fin de todo crecimiento. Sea como sea, yo afirmaría que el progreso eterno se hará en esta dirección, aunque tal progreso se hace en la búsqueda de una meta que quizá se aleje más rápido de nuestros progresos en esa dirección. Me gusta esta idea.

Cuando atacamos de hecho la meta final, descubrimos que nos estamos aproximando a una meta que se aleja, lo que significa que el crecimiento oculto, el crecimiento finalitario, el crecimiento de la relación del hombre con Dios, es eterno. No puede terminar nunca. No podrá consumarse nunca. Tampoco podrá frustrarse. Mientras estamos haciendo progresos, no experimentamos frustración. Pero si alguna vez alcanzáramos de hecho esta meta, ¡qué grande sería nuestra frustración! El Epílogo Z, al que podríamos llamar Epílogo Omega, plantea la cuestión de si tenemos tres Trinidades en el primer nivel de la Trinidad de Trinidades y una de estas Trinidades es infinita, es la Trinidad paradisíaca. Si tenemos tres Deidades experienciales (Dios Supremo, Dios Último y Dios Absoluto) en el segundo nivel, el Epílogo Omega plantea la pregunta "¿Qué hay en el tercer nivel?"

Creo que estamos afectando al Absoluto Universal en este momento. Consideren que el primer nivel de la función de la Deidad total es estático. Para el décimo nivel, me gustaría usar el término "estático-dinámico." Este décimo nivel sería un nivel experiencial-existencial. Sería un nivel finito-absoluto. Sería un nivel del tiempo-eternidad. Cerca del final del Prólogo, al tratar sobre el Absoluto Universal, se usa cada uno de estos términos en un párrafo. (15) Llamaría a este décimo nivel el nivel estático-dinámico de la función de la Deidad total. No creo que vayamos a penetrar en este nivel. En el noveno nivel, sí. Pero no en el décimo. Estoy inclinado a suscribir la opinión expresada por el Censor Universal que escribe el documento 10 y que dice, en esencia, que los Melquisedek enseñan que los finalitarios van a ser algún día los hijos del Absoluto de la Deidad. Puede que sí, puede que no. Es posible que pueda suceder. Pero incluso si sucediera, aún así, en las lejanas extensiones de la eternidad de eternidades, el problema del Absoluto Universal seguirá desconcertando y desorientando a los finalitarios porque, tal como lo percibimos, las complejidades del Absoluto Universal crecen más rápido de lo que crecen los finalitarios.

Para mí, esta historia significa que, algún día, iremos al Paraíso, tal como nos dicen los documentos. Encontraremos a Dios. Como criaturas finitas, encontraremos a Dios. Encontraremos a Dios como realidad finita, esos son los límites de nuestra capacidad de comprensión. Algún día, cuando la historia se escriba en los niveles del espacio exterior, llegaremos a conocer a Dios, al Padre, como experiencia absonita, trascendental. Y al final del crecimiento del universo maestro, conoceremos a Dios como Último, igual que una vez le conocimos como Supremo y finito. Y después, en lo que venga después de la época del universo maestro, comenzaremos a acercarnos al Padre Universal como Absoluto. Comenzaremos, pero nunca completaremos este acercamiento a Dios. Conoceremos a Dios como Absoluto. Esta es una apreciación cualitativa de la naturaleza de Dios, pero no le conoceremos nunca como infinito, porque eso implica que hemos agotado nuestra capacidad y la capacidad del universo de crecer en el futuro. Así es.

Público: Es genial. Es su universo maestro, Bill.

INFORMACIÓN SOBRE LA FUNDACIÓN

Versión para imprimirVersión para imprimir

Urantia Foundation, 533 W. Diversey Parkway, Chicago, IL 60614, USA
Teléfono: (fuera de EUA y Canada) +1-773-525-3319
© Urantia Foundation. Reservados todos los derechos