El libro de Urantia
Parte I
Patrocinado por un cuerpo de personalidades superuniversales de Uversa que actúa por autorización de los Ancianos de los Días de Orvonton.
El libro de Urantia
Documento 1
1:0.1 (21.1) EL Padre Universal es el Dios de toda la creación, la Primera Fuente y Centro de todas las cosas y de todos los seres. Pensad primero en Dios como creador, luego como controlador y finalmente como sostenedor infinito. La verdad sobre el Padre Universal había comenzado a alborear sobre la humanidad cuando el profeta dijo: «Tú, Dios, estás solo; no hay nadie junto a ti. Has creado el cielo y el cielo de los cielos con todas sus huestes. Tú los preservas y controlas. Por los Hijos de Dios fueron hechos los universos. El Creador se cubre de luz como vestidura y extiende los cielos como una cortina». Solo el concepto del Padre Universal —un solo Dios en lugar de muchos dioses— permitió al hombre mortal comprender al Padre como creador divino y controlador infinito.
1:0.2 (21.2) Todas las miríadas de sistemas planetarios se hicieron para que las habitaran con el tiempo muchos tipos diferentes de criaturas inteligentes, seres que pudieran conocer a Dios, recibir el afecto divino y amarlo a cambio. El universo de universos es obra de Dios y lugar de residencia de sus diversas criaturas. «Dios creó los cielos y formó la tierra; estableció el universo y no creó este mundo en vano; lo formó para que fuera habitado».
1:0.3 (21.3) Todos los mundos ilustrados reconocen y adoran al Padre Universal, el hacedor eterno y sostenedor infinito de toda la creación. Las criaturas con voluntad de universos y universos se han embarcado en el larguísimo viaje al Paraíso, la lucha fascinante de la aventura eterna de alcanzar a Dios Padre. La meta trascendente de los hijos del tiempo es encontrar al Dios eterno, comprender la naturaleza divina, reconocer al Padre Universal. Las criaturas conocedoras de Dios tienen una única aspiración suprema, un solo deseo incontenible, que es llegar a ser mientras están en sus esferas como es él en su perfección paradisiaca de la personalidad y en su esfera universal de recta supremacía. Del Padre Universal que habita en la eternidad procede el mandato supremo: «Sed perfectos como yo soy perfecto». Con amor y misericordia los mensajeros del Paraíso han llevado esta exhortación divina a través de las edades y de los universos, incluso hasta las humildes criaturas de origen animal como las razas humanas de Urantia.
1:0.4 (22.1) Este magnífico mandato universal de esforzarse por alcanzar la perfección de la divinidad es el primer deber, y debería ser la más alta aspiración, de toda la creación de criaturas luchadoras del Dios de perfección. Esta posibilidad de lograr la perfección divina es el destino final y cierto de todo progreso espiritual eterno del hombre.
1:0.5 (22.2) Los mortales de Urantia no pueden esperar ser perfectos en el sentido infinito, pero es enteramente posible que los seres humanos, empezando como lo hacen en este planeta, alcancen la meta celestial y divina que el Dios infinito ha puesto al hombre mortal. Y cuando consigan este destino serán tan plenos en todo lo que concierne a la autorrealización y el logro de la mente dentro de su esfera de perfección divina como lo es Dios mismo en su esfera de infinitud y eternidad. Puede que tal perfección no sea universal en el sentido material ni ilimitada en captación intelectual ni final en experiencia espiritual, pero es final y completa en todos los aspectos finitos de divinidad de voluntad, perfección de motivación de la personalidad y consciencia de Dios.
1:0.6 (22.3) Este es el verdadero significado del mandato divino: «Sed perfectos como yo soy perfecto» que impulsa constantemente hacia adelante al hombre mortal y le invita a profundizar hacia el interior en esa lucha larga y fascinante por alcanzar niveles cada vez más altos de valores espirituales y significados verdaderos del universo. Esta búsqueda sublime del Dios de los universos es la aventura suprema de los habitantes de todos los mundos del tiempo y el espacio.
1:1.1 (22.4) De todos los nombres por los que se conoce a Dios Padre en todos los universos, los que lo designan como la Primera Fuente y el Centro del Universo son los más frecuentes. Al Primer Padre se le conoce por varios nombres en diferentes universos y en diferentes sectores del mismo universo. Los nombres que la criatura asigna al Creador dependen mucho del concepto de la criatura sobre el Creador. La Primera Fuente y Centro del Universo no se ha revelado nunca por su nombre, solo por su naturaleza. Si creemos que somos hijos de este Creador, es más que natural que acabemos llamándolo Padre. Pero es un nombre que nosotros hemos elegido y que surge del reconocimiento de nuestra relación personal con la Primera Fuente y Centro.
1:1.2 (22.5) El Padre Universal no impone nunca ninguna forma de reconocimiento arbitrario, de adoración formal o de servicio servil a las criaturas inteligentes con voluntad de los universos. Los habitantes evolutivos de los mundos del tiempo y el espacio deben reconocerlo, amarlo y adorarlo voluntariamente, por sí mismos y en su propio corazón. El Creador se niega a coaccionar o imponer el sometimiento del libre albedrío espiritual de sus criaturas materiales. La afectuosa dedicación de la voluntad humana a hacer la voluntad del Padre es el regalo más selecto que el hombre puede hacer a Dios. De hecho, tal consagración de la voluntad de la criatura constituye el único regalo posible de verdadero valor que puede hacer el hombre al Padre del Paraíso. En Dios el hombre vive, se mueve y tiene su ser. No hay nada que el hombre pueda dar a Dios excepto esta elección de atenerse a la voluntad del Padre. Al tomar estas decisiones, las criaturas inteligentes con voluntad de los universos constituyen la realidad de esa adoración verdadera que tanto satisface a la naturaleza dominada por el amor del Padre Creador.
1:1.3 (22.6) Una vez que os hayáis hecho verdaderamente conscientes de Dios, después de que hayáis descubierto realmente al Creador majestuoso y empezado a experimentar la comprensión de la presencia del controlador divino que mora en vuestro interior, entonces, según vuestra iluminación y según la manera y el método por los que los Hijos Divinos revelan a Dios, encontraréis un nombre para el Padre Universal que expresará adecuadamente vuestro concepto de la Primera Gran Fuente y Centro. Y así, en los diferentes mundos y en los varios universos, el Creador llega a ser conocido por numerosas denominaciones que en el espíritu de la relación significan todas lo mismo, aunque en palabras y símbolos cada nombre responda al grado, a la profundidad, de su entronización en el corazón de sus criaturas de cada mundo concreto.
1:1.4 (23.1) Cerca del centro del universo de universos, al Padre Universal se le conoce generalmente por nombres cuyo significado transmite el sentido de Primera Fuente. Más hacia fuera en los universos del espacio, los términos empleados para designar al Padre Universal suelen tener el significado de Centro Universal. Aún más hacia fuera de la creación estelar, como es el caso del mundo sede de vuestro universo local, es conocido como Primera Fuente Creativa y Centro Divino. En una constelación cercana Dios es llamado Padre de los Universos. En otra, Sostenedor Infinito y hacia el este, Controlador Divino. También ha sido designado como Padre de las Luces, Regalo de la Vida y Único Todopoderoso.
1:1.5 (23.2) En los mundos donde un Hijo del Paraíso ha vivido una vida de otorgamiento, se conoce generalmente a Dios por algún nombre que indique relación personal, afecto tierno y devoción paternal. En la sede de vuestra constelación se refieren a Dios como Padre Universal, y en diferentes planetas de vuestro sistema local de mundos habitados se le conoce de diversas maneras como Padre de Padres, Padre del Paraíso, Padre de Havona y Padre Espíritu. Los que conocen a Dios a través de las revelaciones de los otorgamientos de los Hijos del Paraíso terminan rindiéndose al atractivo sentimental de la conmovedora relación Creador-criatura y se refieren a Dios como «nuestro Padre».
1:1.6 (23.3) En un planeta de criaturas sexuadas, en un mundo donde los impulsos de emoción parental son inherentes al corazón de sus seres inteligentes, el término Padre se convierte en un nombre muy expresivo y apropiado para el Dios eterno. En Urantia, vuestro planeta, es más conocido, más universalmente reconocido, por el nombre de Dios. El nombre que se le dé tiene poca importancia; lo significativo es que debéis conocerlo y aspirar a ser como él. Vuestros profetas de la antigüedad le llamaron con verdad «el Dios sempiterno» y se refirieron a él como el que «habita en la eternidad».
1:2.1 (23.4) Dios es realidad primaria en el mundo del espíritu. Dios es la fuente de la verdad en las esferas de la mente. Dios cubre con su sombra todo lo que hay en los dominios materiales. Para todas las inteligencias creadas Dios es una personalidad y para el universo de universos es la Primera Fuente y Centro de la realidad eterna. Dios no es semejante ni al hombre ni a la máquina. El Primer Padre es espíritu universal, verdad eterna, realidad infinita y personalidad de padre.
1:2.2 (23.5) El Dios eterno es infinitamente más que la realidad idealizada o el universo personalizado. Dios no es simplemente el deseo supremo del hombre, la objetivación de la búsqueda del mortal. Dios tampoco es un mero concepto, el potencial en poder de la rectitud. El Padre Universal no es sinónimo de naturaleza ni tampoco es ley natural personificada. Dios es una realidad trascendente, no es solo el concepto tradicional que tiene el hombre de los valores supremos. Dios no es una focalización psicológica de significados espirituales ni tampoco es «la obra más noble del hombre». Dios puede ser cualquiera de estos conceptos o todos ellos en la mente de los hombres, pero es más. Es una persona salvadora y un Padre amoroso para todos los que disfrutan de paz espiritual en la tierra y anhelan experimentar la supervivencia de la personalidad en la muerte.
1:2.3 (24.1) La actualidad de la existencia de Dios se demuestra en la experiencia humana mediante el morar interior de la presencia divina, el Monitor espíritu enviado desde el Paraíso para vivir en la mente mortal del hombre y ayudar ahí a hacer evolucionar el alma inmortal con capacidad de supervivencia eterna. Tres fenómenos experienciales desvelan la presencia de este Ajustador divino en la mente humana:
1:2.4 (24.2) 1. La capacidad intelectual de conocer a Dios: la consciencia de Dios.
1:2.5 (24.3) 2. El ansia espiritual de descubrir a Dios: la búsqueda de Dios.
1:2.6 (24.4) 3. El anhelo de la personalidad de ser como Dios: el deseo de todo corazón de hacer la voluntad del Padre.
1:2.7 (24.5) La existencia de Dios no podrá probarse nunca mediante experimentos científicos ni mediante la razón pura de la deducción lógica. Dios solo se puede comprender en el ámbito de la experiencia humana. Sin embargo, el verdadero concepto de la realidad de Dios es razonable para la lógica, plausible para la filosofía, esencial para la religión e indispensable para cualquier esperanza de supervivencia de la personalidad.
1:2.8 (24.6) Los que conocen a Dios han experimentado el hecho de su presencia. Esos mortales conocedores de Dios guardan en su experiencia personal la única prueba fehaciente de la existencia del Dios vivo que un ser humano puede ofrecer a otro. La existencia de Dios está más allá de toda posibilidad de demostración, excepto por el contacto entre la consciencia de Dios de la mente humana y la presencia de Dios del Ajustador del Pensamiento que mora en el interior del intelecto mortal y es otorgado al hombre como don gratuito del Padre Universal.
1:2.9 (24.7) En teoría podéis pensar en Dios como el Creador, y es el creador personal del Paraíso y del universo central de perfección, pero los universos del tiempo y el espacio son todos creados y organizados por el cuerpo de los Hijos Creadores del Paraíso. El Padre Universal no es el creador personal del universo local de Nebadon. El universo en el que vivís es creación de su Hijo Miguel. Aunque el Padre no crea personalmente los universos evolutivos, sí los controla en muchas de sus relaciones universales y en algunas de sus manifestaciones de energía física, mental y espiritual. Dios Padre es el creador personal del universo paradisiaco y, en asociación con el Hijo Eterno, el creador de todos los demás Creadores personales de universos.
1:2.10 (24.8) Como controlador físico situado en el universo material de universos, la Primera Fuente y Centro actúa en los patrones de la Isla eterna del Paraíso, y a través de este centro absoluto de gravedad, el Dios eterno ejerce su sobrecontrol cósmico del nivel físico tanto en el universo central como en todo el universo de universos. Como mente, Dios actúa en la Deidad del Espíritu Infinito. Como espíritu, Dios se manifiesta en la persona del Hijo Eterno y en las personas de los hijos divinos del Hijo Eterno. Esta interrelación de la Primera Fuente y Centro con las Personas y los Absolutos de su mismo rango del Paraíso no impide en lo más mínimo la acción personal directa del Padre Universal en toda la creación y en todos los niveles de dicha creación. A través de la presencia de su espíritu fragmentado, el Padre Creador mantiene contacto directo con sus hijos criaturas y con sus universos creados.
1:3.1 (25.1) «Dios es espíritu.» Es una presencia espiritual universal. El Padre Universal es una realidad espiritual infinita. Es «el Dios soberano, eterno, inmortal, invisible y único verdadero». Aun cuando seáis «la prole de Dios», no debéis pensar que el Padre es semejante a vosotros en forma y físico porque se os haya dicho que habéis sido creados «a su imagen», habitados por los Monitores de Misterio enviados desde la residencia central de su presencia eterna. Los seres de espíritu son reales a pesar de ser invisibles al ojo humano y aunque no sean de carne y hueso.
1:3.2 (25.2) Dijo el vidente de la antigüedad: «He aquí que va a mi lado, y no lo veo; pasa también, pero no lo percibo». Podemos observar constantemente las obras de Dios, podemos ser muy conscientes de las pruebas materiales de su conducta majestuosa, pero rara vez podemos mirar la manifestación visible de su divinidad, ni tan siquiera contemplar la presencia de ese espíritu delegado suyo que mora en el interior de los hombres.
1:3.3 (25.3) El Padre Universal no es invisible porque se esconda de las criaturas humildes que tienen impedimentos de orden material y dotes espirituales limitadas. La situación es más bien esta: «No podéis ver mi rostro, pues ningún mortal puede verme y vivir». Ningún hombre material podría contemplar al Dios espíritu y conservar su existencia mortal. El acercamiento a la gloria y la brillantez espiritual de la presencia de la personalidad divina es imposible para los grupos más bajos de seres de espíritu o para cualquier orden de personalidad material. La luminosidad espiritual de la presencia personal del Padre es una «luz a la que ningún hombre mortal puede acercarse; que ninguna criatura material ha visto ni puede ver». Pero no es necesario ver a Dios con los ojos de la carne para poder percibirlo con los ojos de la fe de la mente espiritualizada.
1:3.4 (25.4) El Padre Universal comparte plenamente su naturaleza de espíritu con su yo coexistente, el Hijo Eterno del Paraíso. Tanto el Padre como el Hijo comparten de igual manera el espíritu universal y eterno, plenamente y sin reservas, con su igual de personalidad conjunto, el Espíritu Infinito. El espíritu de Dios es, en sí mismo y por sí mismo, absoluto; en el Hijo es no cualificado; en el Espíritu, universal; y en todos y por todos ellos, infinito.
1:3.5 (25.5) Dios es un espíritu universal. Dios es la persona universal. La realidad personal suprema de la creación finita es espíritu. La realidad última del cosmos personal es espíritu absonito. Solo los niveles de la infinitud son absolutos y solo en tales niveles la unicidad entre la materia, la mente y el espíritu tiene carácter final.
1:3.6 (25.6) En los universos Dios Padre es, en potencia, el sobrecontrolador de la materia, la mente y el espíritu. Dios trata directamente con las personalidades de su vasta creación de criaturas con voluntad solo por medio de su extenso circuito de personalidad, pero solo es posible contactar con él (fuera del Paraíso) en la presencia de sus entidades fragmentadas, la voluntad de Dios fuera en los universos. Este espíritu del Paraíso que mora en el interior de la mente de los mortales del tiempo y fomenta en ella el desarrollo del alma inmortal de la criatura superviviente es de la misma naturaleza y divinidad del Padre Universal. Pero la mente de esas criaturas evolutivas se origina en los universos locales y debe obtener la perfección divina a través de las transformaciones experienciales de logro espiritual que son el resultado inevitable de la elección de la criatura de hacer la voluntad del Padre del cielo.
1:3.7 (26.1) En la experiencia interior del hombre la mente está unida a la materia. Esas mentes vinculadas a lo material no pueden sobrevivir al fallecimiento del mortal. La técnica de la supervivencia forma parte de esos ajustes de la voluntad humana y esas transformaciones de la mente del mortal por los que ese intelecto consciente de Dios va siendo enseñado gradualmente y guiado finalmente por el espíritu. Esta evolución de la mente humana desde la asociación con la materia hasta la unión con el espíritu da como resultado la transmutación de los aspectos potencialmente de espíritu de la mente del mortal en las realidades de morontia del alma inmortal. Una mente de mortal supeditada a la materia está destinada a hacerse cada vez más material y, por consiguiente, a acabar sufriendo la extinción de la personalidad. Una mente entregada al espíritu está destinada a hacerse cada vez más espiritual y a conseguir en último término la unicidad con el espíritu divino, superviviente y guía, y lograr de esta forma la supervivencia y la eternidad de existencia de la personalidad.
1:3.8 (26.2) Yo procedo del Eterno y he regresado repetidas veces a la presencia del Padre Universal. Sé de la actualidad y la personalidad de la Primera Fuente y Centro, el Padre Eterno y Universal. Sé que, si bien el gran Dios es absoluto, eterno e infinito, es también bueno, divino y misericordioso. Conozco la verdad de las grandes declaraciones: «Dios es espíritu» y «Dios es amor», y estos dos atributos se revelan al universo de la manera más completa en el Hijo Eterno.
1:4.1 (26.3) La infinitud de la perfección de Dios es tal que hace de él un misterio eterno. Y el más grande de todos los misterios insondables de Dios es el fenómeno del morar divino en el interior de la mente de los mortales. La manera en que el Padre Universal reside en las criaturas del tiempo es el más profundo de todos los misterios del universo. La presencia divina en la mente del hombre es el misterio de los misterios.
1:4.2 (26.4) El cuerpo físico de los mortales es «templo de Dios». A pesar de que los Hijos Creadores Soberanos se acercan a las criaturas de sus mundos habitados y «atraen a todos los hombres hacia ellos»; aunque «se ponen a la puerta» de la consciencia «y llaman» y se llenan de alegría al entrar en todos los que «abren la puerta de su corazón»; aunque sí existe esta íntima comunión personal entre los Hijos Creadores y sus criaturas mortales, sin embargo, los hombres mortales tienen algo del mismo Dios que mora de hecho dentro de ellos. Su cuerpo es templo de ese algo.
1:4.3 (26.5) Cuando hayas terminado aquí abajo, cuando hayas recorrido tu camino en la forma temporal en la tierra, cuando se acabe tu viaje de prueba en la carne, cuando el polvo que compone el tabernáculo mortal «regrese a la tierra de donde vino», se ha revelado que el «espíritu» que mora en vuestro interior «regresará al Dios que lo dio». Dentro de cada ser mortal de este planeta reside un fragmento de Dios, una parte integrante de la divinidad. Aún no es tuyo por derecho de posesión, pero está planeado ex profeso para ser uno contigo si sobrevives a la existencia mortal.
1:4.4 (26.6) Nos enfrentamos constantemente con este misterio de Dios. Nos desconcierta el despliegue creciente del panorama sin fin de la verdad de su bondad infinita, su misericordia sin fin, su sabiduría incomparable y su carácter magnífico.
1:4.5 (26.7) El misterio divino consiste en la diferencia inherente que existe entre lo finito y lo infinito, lo temporal y lo eterno, la criatura del espacio-tiempo y el Creador Universal, lo material y lo espiritual, la imperfección del hombre y la perfección de la Deidad del Paraíso. El Dios del amor universal se manifiesta infaliblemente a cada una de sus criaturas hasta la plenitud de la capacidad de esa criatura para captar espiritualmente las cualidades de la verdad, la belleza y la bondad divina.
1:4.6 (27.1) A todos los seres de espíritu y a todas las criaturas mortales de todas las esferas y de todos los mundos del universo de universos, el Padre Universal les revela todo aquello de su yo misericordioso y divino que dichos seres de espíritu y dichas criaturas mortales puedan percibir o comprender. Dios no hace acepción de personas ni espirituales ni materiales. La presencia divina que cualquier hijo del universo disfruta en un momento dado está limitada solo por la capacidad de esa criatura para recibir y percibir las actualidades de espíritu del mundo supramaterial.
1:4.7 (27.2) En la experiencia espiritual humana Dios no es un misterio sino una realidad. Pero cuando se intentan dejar claras las realidades del mundo del espíritu a las mentes físicas del orden material, aparece el misterio. Aparecen misterios tan sutiles y tan profundos que solo su captación mediante la fe del mortal conocedor de Dios puede conseguir el milagro filosófico del reconocimiento de lo Infinito por lo finito, la percepción del Dios eterno por los mortales en evolución de los mundos materiales del tiempo y el espacio.
1:5.1 (27.3) No permitáis que la magnitud de Dios, su infinitud, oscurezca ni eclipse su personalidad. «Aquél que planeó el oído ¿acaso no oirá? Aquél que formó el ojo ¿acaso no verá?» El Padre Universal es la cumbre de la personalidad divina, es el origen y el destino de la personalidad en toda la creación. Dios es a la vez infinito y personal, es una personalidad infinita. El Padre es verdaderamente una personalidad, a pesar de que la infinitud de su persona le coloca para siempre más allá de la comprensión plena de los seres materiales finitos.
1:5.2 (27.4) Dios es mucho más que una personalidad tal como la mente humana entiende la personalidad. Es incluso mucho más que cualquier concepto posible de superpersonalidad. Pero es totalmente inútil tratar tales conceptos incomprensibles de la personalidad divina con la mente de las criaturas materiales, cuyo máximo concepto de la realidad del ser consiste en la idea y el ideal de la personalidad. El concepto más alto posible del Creador Universal para la criatura material está contenido en los ideales espirituales de la idea excelsa de la personalidad divina. Por lo tanto, aunque podáis saber que Dios tiene que ser mucho más que la concepción humana de la personalidad, sabéis igual de bien que el Padre Universal no puede ser nada menos que una personalidad eterna, infinita, verdadera, buena y bella.
1:5.3 (27.5) Dios no se esconde de ninguna de sus criaturas. Es inaccesible para tantos órdenes de seres solo porque «mora en una luz a la que ninguna criatura material puede acercarse». La inmensidad y la grandiosidad de la personalidad divina están más allá del alcance de la mente no perfeccionada de los mortales evolutivos. Él «mide las aguas en el hueco de su mano, mide un universo con el palmo de su mano. Es él quien se sienta sobre el círculo de la tierra, quien extiende los cielos como una cortina y los despliega como un universo donde morar». «Levantad vuestros ojos a lo alto y contemplad a quien ha creado todas estas cosas, a quien hace surgir sus mundos en orden y los llama a todos ellos por su nombre». Y así, es verdad que «las cosas invisibles de Dios se entienden en parte por las cosas que han sido hechas». Hoy, tal como sois, debéis percibir al Hacedor invisible a través de su múltiple y diversa creación, así como a través de la revelación y el ministerio de sus Hijos y los numerosos subordinados de estos.
1:5.4 (28.1) Aun cuando los mortales materiales no pueden ver la persona de Dios, deberían regocijarse en la seguridad de que es una persona. Deberían aceptar por la fe la verdad que describe que el Padre Universal amó tanto al mundo que dispuso la posibilidad de la progresión espiritual eterna para sus humildes habitantes; que él «se deleita en sus hijos». Dios no carece de ninguno de los atributos sobrehumanos y divinos que constituyen una personalidad de Creador perfecta, eterna, amorosa e infinita.
1:5.5 (28.2) En las creaciones locales (exceptuando los encargados de los superuniversos), Dios no tiene ninguna manifestación personal ni residencial salvo la de los Hijos Creadores del Paraíso, que son los padres de los mundos habitados y los soberanos de los universos locales. Si la fe de la criatura fuera perfecta, sabría sin ninguna duda que cuando ha visto a un Hijo Creador ha visto al Padre Universal. En su búsqueda del Padre no pediría ni esperaría ver sino al Hijo. El hombre mortal simplemente no puede ver a Dios hasta que consiga una transformación espiritual completa y alcance de hecho el Paraíso.
1:5.6 (28.3) La naturaleza de los Hijos Creadores del Paraíso no abarca todos los potenciales no cualificados de la absolutidad universal de la naturaleza infinita de la Primera Gran Fuente y Centro, pero el Padre Universal está presente en todos los aspectos de manera divina en los Hijos Creadores. El Padre y sus Hijos son uno. Estos Hijos del Paraíso del orden de Miguel son personalidades perfectas, son incluso el patrón para todas las personalidades del universo local, desde la Radiante Estrella Matutina hasta las más bajas criaturas humanas de evolución animal progresiva.
1:5.7 (28.4) Sin Dios, y de no ser por su persona excelsa y central, no habría personalidad alguna en todo el vasto universo de universos. Dios es personalidad.
1:5.8 (28.5) A pesar de ser Dios poder eterno, presencia majestuosa, ideal trascendente y espíritu glorioso, aunque es todo esto e infinitamente más, es sin embargo, verdadera y sempiternamente una personalidad perfecta de Creador, una persona que puede «conocer y ser conocida», que puede «amar y ser amada». Y es alguien que puede hacerse amigo nuestro, en tanto que tú puedes ser conocido, igual que han sido conocidos otros humanos, como amigo de Dios. Él es un espíritu real y una realidad espiritual.
1:5.9 (28.6) Al ver al Padre Universal revelado en todo su universo, al percibirlo morando en el interior de sus miríadas de criaturas, al contemplarlo en las personas de sus Hijos Soberanos, al sentir continuamente su divina presencia aquí y allá, cerca y lejos, no dudemos ni cuestionemos la primacía de su personalidad. A pesar de distribuirse tan extensamente, sigue siendo una persona verdadera y mantiene sempiternamente una conexión personal con las huestes incontables de sus criaturas dispersas por todo el universo de universos.
1:5.10 (28.7) La idea de la personalidad del Padre Universal es un concepto más grande y verdadero de Dios que ha llegado a la humanidad principalmente a través de la revelación. La razón, la sabiduría y la experiencia religiosa infieren e insinúan todas ellas la personalidad de Dios, pero no la validan totalmente. Incluso el Ajustador del Pensamiento que mora en el interior es prepersonal. La verdad y la madurez de cualquier religión son directamente proporcionales a su concepto de la personalidad infinita de Dios y a su grado de comprensión de la unidad absoluta de la Deidad. La idea de una Deidad personal se convierte, pues, en la medida de la madurez religiosa una vez que la religión ha formulado el concepto de la unidad de Dios.
1:5.11 (29.1) La religión primitiva tenía muchos dioses personales que estaban moldeados a imagen del hombre. La revelación afirma la validez del concepto de la personalidad de Dios, que en el postulado científico de una Causa Primera es una mera posibilidad y en la idea filosófica de la Unidad Universal solo se sugiere provisionalmente. Solo considerándolo como una personalidad se puede empezar a comprender la unidad de Dios. Negar la personalidad de la Primera Fuente y Centro solo nos deja dos dilemas filosóficos como alternativa: materialismo o panteísmo.
1:5.12 (29.2) En la contemplación de la Deidad el concepto de personalidad debe despojarse de la idea de corporeidad. No es indispensable un cuerpo material para la personalidad ni en el hombre ni en Dios. El error de la corporeidad se muestra en ambos extremos de la filosofía humana. En el materialismo: puesto que el hombre pierde su cuerpo al morir, deja de existir como personalidad. En el panteísmo: puesto que Dios no tiene cuerpo, no es una persona. El tipo sobrehumano de personalidad progresiva funciona en una unión de mente y espíritu.
1:5.13 (29.3) La personalidad no es simplemente un atributo de Dios. Representa más bien la totalidad de la naturaleza infinita coordinada y la voluntad divina unificada que se pone de manifiesto en la eternidad y la universalidad de su expresión perfecta. La personalidad, en el sentido supremo, es la revelación de Dios al universo de universos.
1:5.14 (29.4) Al ser eterno, universal, absoluto e infinito, Dios no crece en conocimiento ni aumenta en sabiduría. Dios no adquiere experiencia en la forma en que el hombre finito podría conjeturar o entender, pero sí disfruta, dentro de los dominios de su propia personalidad eterna, de una autorrealización en expansión continua comparable y análoga en cierto modo a la adquisición de nueva experiencia por parte de las criaturas finitas de los mundos evolutivos.
1:5.15 (29.5) La perfección absoluta del Dios infinito le haría sufrir las terribles limitaciones de la perfección irrevocable y sin restricciones, si no fuera por el hecho de que el Padre Universal participa directamente en la lucha de la personalidad de toda alma imperfecta del amplio universo que busque, con la ayuda divina, ascender a los mundos espiritualmente perfectos de lo alto. Esta experiencia progresiva de todo ser de espíritu y de toda criatura mortal de todo el universo de universos es parte de la consciencia de Deidad en permanente expansión que tiene el Padre respecto al divino círculo sin fin de autorrealización incesante.
1:5.16 (29.6) Es literalmente cierto que «en todas vuestras aflicciones él se aflige». «En todos vuestros triunfos él triunfa en y con vosotros.» Su espíritu divino prepersonal es una parte real de vosotros. La Isla del Paraíso responde a todas las metamorfosis físicas del universo de universos. El Hijo Eterno contiene en sí todos los impulsos de espíritu de toda la creación. El Actor Conjunto abarca toda expresión de mente del cosmos en expansión. En la plenitud de su consciencia divina, el Padre Universal percibe claramente todas las experiencias individuales de lucha progresiva de las mentes en expansión y de los espíritus en ascensión de toda entidad, ser y personalidad en toda la creación evolutiva del tiempo y el espacio. Y todo esto es literalmente cierto, pues «en Él todos vivimos y nos movemos y tenemos nuestro ser».
1:6.1 (29.7) La personalidad humana es la sombra-imagen en el espacio-tiempo proyectada por la personalidad divina del Creador. Y ninguna actualidad puede nunca comprenderse adecuadamente examinando su sombra. Las sombras deben interpretarse en términos de la verdadera sustancia.
1:6.2 (30.1) Dios es para la ciencia una causa, para la filosofía una idea, para la religión una persona, precisamente el amoroso Padre celestial. Dios es para el científico una fuerza primaria, para el filósofo una hipótesis de unidad, para la persona religiosa una experiencia espiritual viva. El concepto inadecuado que tiene el hombre de la personalidad del Padre Universal solo se puede mejorar mediante el progreso espiritual del hombre en el universo y solo llegará a ser realmente adecuado cuando los peregrinos del tiempo y el espacio alcancen finalmente el abrazo divino del Dios vivo en el Paraíso.
1:6.3 (30.2) No perdáis nunca de vista las perspectivas diametralmente opuestas de la personalidad tal como es concebida por Dios y por el hombre. El hombre ve y comprende la personalidad mirando desde lo finito hacia lo infinito, Dios mira desde lo infinito hacia lo finito. El hombre posee el tipo más bajo de personalidad, Dios el más alto, el supremo, el último y el absoluto. Por eso los mejores conceptos sobre la personalidad divina tuvieron que esperar pacientemente hasta la aparición de ideas mejoradas sobre la personalidad humana y en especial hasta la revelación aumentada de la personalidad tanto divina como humana en la vida de otorgamiento de Miguel, el Hijo Creador, en Urantia.
1:6.4 (30.3) El espíritu divino prepersonal que mora en el interior de la mente del mortal lleva en su misma presencia la prueba válida de su existencia actual, pero el concepto de la personalidad divina solo se puede captar mediante la visión interior espiritual de una auténtica experiencia religiosa. Cualquier persona, humana o divina, puede ser conocida y comprendida con total independencia de las reacciones externas o de la presencia material de esa persona.
1:6.5 (30.4) Cierto grado de afinidad moral y de armonía espiritual es esencial para la amistad entre dos personas. Una personalidad amorosa difícilmente se puede revelar a una persona carente de amor. Incluso para acercarse al conocimiento de una personalidad divina, deben consagrarse por completo a ese esfuerzo todas las dotes de la personalidad del hombre. Una dedicación parcial y poco entusiasta será infructuosa.
1:6.6 (30.5) Cuanto más completamente se entienda el hombre a sí mismo y más aprecie los valores de la personalidad de sus semejantes, tanto más anhelará conocer la Personalidad Original y tanto más seriamente luchará ese humano conocedor de Dios por llegar a ser como la Personalidad Original. Podéis discutir sobre opiniones acerca de Dios, pero la experiencia con él y en él existe por encima y más allá de toda controversia humana y de la mera lógica intelectual. El hombre conocedor de Dios describe sus experiencias espirituales no para convencer a los no creyentes, sino para la edificación y la satisfacción mutua de los creyentes.
1:6.7 (30.6) Suponer que el universo puede ser conocido, que es inteligible, es suponer que el universo está hecho por la mente y gestionado por la personalidad. La mente del hombre solo puede percibir los fenómenos de mente de otras mentes, sean estas humanas o sobrehumanas. Si la personalidad del hombre puede experimentar el universo, es que hay una mente divina y una personalidad actual oculta en alguna parte de ese universo.
1:6.8 (30.7) Dios es espíritu, una personalidad de espíritu. El hombre es también un espíritu, una personalidad potencial de espíritu. Jesús de Nazaret logró la realización plena de este potencial de personalidad de espíritu en la experiencia humana. Por ello, su vida de cumplir la voluntad del Padre se convierte en la revelación más real e ideal que tiene el hombre de la personalidad de Dios. Aun cuando la personalidad del Padre Universal solo se pueda captar en la experiencia religiosa propiamente dicha, con la vida de Jesús en la tierra nos sentimos inspirados por esa demostración perfecta de realización y revelación de la personalidad de Dios en una experiencia verdaderamente humana.
1:7.1 (31.1) Cuando Jesús hablaba del «Dios vivo» se refería a una Deidad personal, el Padre del cielo. El concepto de la personalidad de la Deidad facilita la camaradería, favorece la adoración inteligente, promueve una confianza reconfortante. Puede haber interacciones entre cosas no personales, pero no camaradería. La relación de camaradería entre padre e hijo, como entre Dios y el hombre, no se puede disfrutar a menos que ambos sean personas. Solo las personalidades pueden estar en íntima comunión entre sí, aunque la presencia de una entidad tan impersonal como el Ajustador del Pensamiento puede facilitar mucho esta comunión personal.
1:7.2 (31.2) El hombre no consigue la unión con Dios como una gota de agua podría encontrar su unidad con el océano. El hombre logra la unión divina mediante una comunión espiritual recíproca y progresiva, mediante una relación íntima de personalidad con el Dios personal, mediante el logro creciente de la naturaleza divina a través de una conformidad entusiasta e inteligente con la voluntad divina. Una relación tan sublime solo puede existir entre personalidades.
1:7.3 (31.3) El concepto de verdad podría quizás contemplarse separado de la personalidad, el concepto de belleza puede que exista sin la personalidad, pero el concepto de bondad divina solo es comprensible en relación con la personalidad. Solo una persona puede amar y ser amada. Incluso la belleza y la verdad estarían excluidas de la esperanza de supervivencia si no fueran atributos de un Dios personal, de un Padre amoroso.
1:7.4 (31.4) No podemos comprender plenamente cómo Dios puede ser primordial, inmutable, todopoderoso y perfecto, y estar rodeado al mismo tiempo de un universo en cambio constante y aparentemente limitado por leyes, un universo en evolución de imperfecciones relativas. Pero podemos conocer esa verdad en nuestra propia experiencia personal, puesto que todos mantenemos la identidad de nuestra personalidad y la unidad de nuestra voluntad a pesar del cambio constante tanto de nosotros mismos como de nuestro entorno.
1:7.5 (31.5) La realidad última del universo no se puede captar mediante las matemáticas, la lógica o la filosofía, sino solo mediante la experiencia personal de una conformidad progresiva con la voluntad divina de un Dios personal. Ni la ciencia, ni la filosofía ni la teología pueden validar la personalidad de Dios. Solo la experiencia personal de los hijos por la fe del Padre celestial puede llevar a efecto la comprensión espiritual propiamente dicha de la personalidad de Dios.
1:7.6 (31.6) Los conceptos de personalidad más altos del universo implican identidad, autoconsciencia, voluntad propia y la posibilidad de revelarse a sí mismo. Y estas características implican además la comunión con otras personalidades iguales, como la que existe en las asociaciones de personalidad de las Deidades del Paraíso. Y la unidad absoluta de estas asociaciones es tan perfecta que la divinidad se da a conocer por su indivisibilidad, por su unicidad. «El Señor Dios es uno». La indivisibilidad de la personalidad no choca con que Dios otorgue su espíritu para vivir en el corazón de los hombres mortales. La indivisibilidad de la personalidad de un padre humano no le impide reproducir hijos e hijas mortales.
1:7.7 (31.7) Este concepto de indivisibilidad en asociación con el concepto de unidad implica la trascendencia, tanto del tiempo como del espacio, por parte de la Ultimidad de la Deidad. Por lo tanto, ni el espacio ni el tiempo pueden ser absolutos o infinitos. La Primera Fuente y Centro es esa infinitud que trasciende incondicionalmente toda mente, toda materia y todo espíritu.
1:7.8 (31.8) El hecho de la Trinidad del Paraíso no vulnera en modo alguno la verdad de la unidad divina. Las tres personalidades de la Deidad del Paraíso son, en todas las reacciones de la realidad del universo y en todas las relaciones con las criaturas, como una. Tampoco la existencia de estas tres personas eternas vulnera la verdad de la indivisibilidad de la Deidad. Soy plenamente consciente de que no tengo a mi disposición un lenguaje adecuado para explicar claramente a la mente del mortal cómo aparecen ante nosotros estos problemas del universo. Pero no debéis desanimaros, todas estas cosas no están del todo claras ni siquiera para las altas personalidades de mi grupo de seres del Paraíso. Tened siempre presente que estas profundas verdades sobre la Deidad se irán aclarando a medida que vuestras mentes se vayan espiritualizando progresivamente durante las épocas sucesivas del largo ascenso del mortal al Paraíso.
1:7.9 (32.1) [Presentado por un Consejero Divino, miembro de un grupo de personalidades celestiales asignadas por los Ancianos de los Días de Uversa, sede del gobierno del séptimo superuniverso, para supervisar las partes de esta revelación que vienen a continuación y tratan sobre cuestiones que están más allá de las fronteras del universo local de Nebadon. Se me ha encomendado patrocinar los documentos que describen la naturaleza y los atributos de Dios porque represento la fuente de información más alta disponible para dicho propósito en cualquier mundo habitado. He servido como Consejero Divino en los siete superuniversos y he residido durante mucho tiempo en el centro paradisiaco de todas las cosas. He disfrutado muchas veces del supremo placer de estar durante un tiempo en la presencia personal directa del Padre Universal. Describo la realidad y la verdad de la naturaleza y de los atributos del Padre con indiscutible autoridad. Sé de lo que hablo.]
El libro de Urantia
Documento 2
2:0.1 (33.1) DADO QUE el concepto más alto posible de Dios que tiene el hombre está comprendido dentro de la idea y el ideal humano de una personalidad primaria e infinita, es permisible y puede resultar útil estudiar ciertas características de la naturaleza divina que constituyen el carácter de la Deidad. La naturaleza de Dios se puede entender mejor mediante la revelación del Padre que Miguel de Nebadon expuso en sus múltiples enseñanzas y en su magnífica vida mortal en la carne. El hombre también puede comprender mejor la naturaleza divina si se considera a sí mismo como un hijo de Dios y contempla al Creador paradisiaco como su verdadero Padre espiritual.
2:0.2 (33.2) La naturaleza de Dios se puede estudiar en una revelación de ideas supremas, el carácter divino se puede concebir como una representación de ideales supernos, pero donde se puede encontrar la más esclarecedora y espiritualmente edificante de todas las revelaciones de la naturaleza divina es en la comprensión de la vida religiosa de Jesús de Nazaret, tanto antes como después de que lograra la plena consciencia de su divinidad. Si se toma la vida encarnada de Miguel como telón de fondo de la revelación de Dios al hombre, podemos intentar poner en símbolos verbales humanos ciertas ideas y ciertos ideales relativos a la naturaleza divina que podrían contribuir a esclarecer y unificar más el concepto humano de la naturaleza y el carácter de la personalidad del Padre Universal.
2:0.3 (33.3) En todos nuestros esfuerzos por ampliar y espiritualizar el concepto humano de Dios, nos vemos enormemente obstaculizados por la capacidad limitada de la mente del mortal. También obstaculizan seriamente nuestra tarea tanto las limitaciones del lenguaje como la pobreza del material que se puede utilizar como ejemplo o comparación en nuestros esfuerzos por describir los valores divinos y presentar los significados espirituales a la mente finita y mortal del hombre. Todos nuestros esfuerzos por ampliar el concepto humano de Dios serían casi inútiles de no ser por el hecho de que la mente del mortal está habitada por el Ajustador otorgado del Padre Universal y permeada por el Espíritu de la Verdad del Hijo Creador. Contando así con la presencia de estos espíritus divinos en el corazón del hombre para que me asistan en la ampliación del concepto de Dios, procedo con alegría a cumplir mi mandato de intentar describir más a fondo la naturaleza de Dios a la mente del hombre.
2:1.1 (33.4) «En lo tocante al Infinito, no podemos descubrirlo. Los pasos divinos no se conocen.» «Su entendimiento es infinito y su grandeza es inescrutable.» La luz cegadora de la presencia del Padre es tal que para sus criaturas humildes parece que «habita en densas tinieblas». No solo sus pensamientos y sus planes son inescrutables, sino que «hace cosas grandes y maravillosas sin cuento». «Dios es grande; no lo comprendemos, ni se puede averiguar el número de sus años.» «¿Morará verdaderamente Dios en la tierra? Contemplad, ni el cielo (el universo) ni el cielo de los cielos (el universo de universos) pueden contenerlo.» «¡Cuán inescrutables son sus juicios e indescifrables sus caminos!»
2:1.2 (34.1) «No hay más que un Dios, el Padre infinito, que es también un Creador fiel.» «El Creador divino es también el Disponedor Universal, la fuente y el destino de las almas. Él es el Alma Suprema, la Mente Primaria y el Espíritu Ilimitado de toda la creación.» «El Gran Controlador no comete errores. Resplandece en majestad y gloria.» «El Dios Creador está totalmente desprovisto de miedo y de enemistad. Es inmortal, eterno, autoexistente, divino y munificente.» «¡Cuán puro y bello, cuán profundo e insondable es el Ancestro superno de todas las cosas!» «El Infinito es excelentísimo porque se imparte a los hombres. Él es el principio y el fin, el Padre de todo propósito bueno y perfecto.» «Con Dios todas las cosas son posibles; el Creador eterno es la causa de las causas.»
2:1.3 (34.2) A pesar de la infinitud de las formidables manifestaciones de la personalidad eterna y universal del Padre, él es incondicionalmente autoconsciente de su infinitud y de su eternidad. Asimismo, conoce plenamente su perfección y su poder. Es el único ser del universo, aparte de sus seres divinos de igual rango, que experimenta una evaluación perfecta, adecuada y completa de sí mismo.
2:1.4 (34.3) El Padre satisface constante e indefectiblemente las diferencias de la demanda por él, según va cambiando esta demanda cada cierto tiempo en distintas secciones de su universo maestro. El gran Dios se conoce y se comprende a sí mismo, es infinitamente consciente de todos sus atributos primarios de perfección. Dios no es un accidente cósmico ni un experimentador de universos. Los Soberanos de los Universos pueden emprender aventuras, los Padres de las Constelaciones pueden experimentar, los cabezas de los sistemas pueden practicar, pero el Padre Universal ve el final desde el principio. Su plan divino y su propósito eterno abarcan y comprenden de hecho todos los experimentos y todas las aventuras de todos sus subordinados en todos los mundos, sistemas y constelaciones de todos los universos de sus vastos dominios.
2:1.5 (34.4) Nada es nuevo para Dios y ningún acontecimiento cósmico se produce nunca por sorpresa; él habita el círculo de la eternidad. Sus días no tienen principio ni fin. Para Dios no hay pasado, presente ni futuro; todo el tiempo es presente en cualquier momento dado. Él es el gran y único YO SOY.
2:1.6 (34.5) El Padre Universal es, absolutamente y sin restricciones, infinito en todos sus atributos, y este hecho, en y por sí mismo, lo aísla automáticamente de toda comunicación personal directa con los seres materiales finitos y con otras inteligencias humildes creadas.
2:1.7 (34.6) Todo esto hace necesaria la siguiente ordenación de disposiciones para establecer contacto y comunicación con sus múltiples criaturas. Primero, en las personalidades de los Hijos de Dios del Paraíso quienes, aunque perfectos en divinidad, comparten también con frecuencia la naturaleza de la misma carne y hueso de las razas planetarias haciéndose uno de vosotros y uno con vosotros. De este modo Dios se hace hombre, por así decirlo, como ocurrió en el otorgamiento de Miguel que fue llamado indistintamente Hijo de Dios e Hijo del Hombre. En segundo lugar están las personalidades del Espíritu Infinito, los diversos órdenes de huestes seráficas y otras inteligencias celestiales que se acercan a los seres materiales de origen humilde y de tantos modos los asisten y sirven. Y en tercer lugar están los Monitores de Misterio impersonales, los Ajustadores del Pensamiento, el don real del mismo gran Dios, que son enviados para morar en el interior de seres humanos como los de Urantia, enviados sin anunciarse y sin explicación. Descienden desde las alturas de la gloria en una profusión sin fin para agraciar y habitar las mentes humildes de aquellos mortales que poseen la capacidad de tener consciencia de Dios o el potencial para ello.
2:1.8 (35.1) De estas y muchas otras maneras, de maneras desconocidas para vosotros que escapan por completo a la comprensión finita, el Padre del Paraíso desciende amorosa y voluntariamente, y además modifica, diluye y atenúa su infinitud para poder acercarse a la mente finita de sus hijos criaturas. Así, a través de una serie de distribuciones de personalidad cada vez menos absolutas, al Padre infinito le es posible disfrutar de un contacto estrecho con las diversas inteligencias de los muchos dominios de su extenso universo.
2:1.9 (35.2) Todo esto lo ha hecho, lo hace ahora y lo seguirá haciendo por siempre jamás sin desmerecer en lo más mínimo el hecho y la realidad de su infinitud, su eternidad y su primacía. Y estas cosas son absolutamente ciertas a pesar de la dificultad de entenderlas, del misterio que las envuelve o de la imposibilidad de que sean plenamente comprendidas por criaturas como las que moran en Urantia.
2:1.10 (35.3) Puesto que el Primer Padre es infinito en sus planes y eterno en sus propósitos, es inherentemente imposible para cualquier ser finito llegar a captar o comprender jamás en su plenitud estos planes y propósitos divinos. El hombre mortal puede vislumbrar los propósitos del Padre solo de vez en cuando, aquí y allá, cuando se revelan en relación con el desarrollo del plan de ascensión de la criatura en sus niveles sucesivos de progresión en el universo. Aunque el hombre no puede abarcar el significado de la infinitud, es totalmente seguro que el Padre infinito comprende plenamente y acepta amorosamente toda la finitud de todos sus hijos en todos los universos.
2:1.11 (35.4) El Padre comparte la divinidad y la eternidad con un gran número de los más altos seres del Paraíso, pero nos preguntamos si la infinitud y la consiguiente primacía universal las comparte plenamente con otros que no sean sus asociados de igual rango de la Trinidad del Paraíso. La infinitud de la personalidad debe abarcar necesariamente toda finitud de la personalidad. De ahí la verdad —la verdad literal— de la enseñanza que declara que «en Él vivimos y nos movemos y tenemos nuestro ser». Ese fragmento de la Deidad pura del Padre Universal que mora en el interior del hombre mortal es una parte de la infinitud de la Primera Gran Fuente y Centro, el Padre de Padres.
2:2.1 (35.5) Incluso vuestros antiguos profetas entendieron la eterna naturaleza circular, sin principio ni fin, del Padre Universal. Dios está literal y eternamente presente en su universo de universos. Habita el momento presente con toda su majestad absoluta y toda su grandeza eterna. «El Padre tiene vida en sí mismo, y esta vida es vida eterna.» A lo largo de todas las edades eternas ha sido el Padre quien «da a todos vida». Hay una perfección infinita en la integridad divina. «Yo soy el Señor; yo no cambio.» Nuestro conocimiento del universo de universos desvela no solo que él es el Padre de las luces, sino también que en su conducción de los asuntos interplanetarios «no hay variabilidad ni sombra de cambio». Él «declara el fin desde el principio». Dice: «Mi intención perdurará; haré todo lo que me complazca» «de acuerdo con el propósito eterno que me propuse en mi Hijo». Así, los planes y los propósitos de la Primera Fuente y Centro son como él mismo: eternos, perfectos e inalterables para siempre.
2:2.2 (35.6) En los mandatos del Padre hay compleción irrevocable y repleción perfecta. «Todo lo que Dios haga será para siempre; nada se le puede añadir ni nada quitar.» El Padre Universal no se arrepiente de sus propósitos originales de sabiduría y perfección. Sus planes son firmes, su intención inmutable y sus actos son divinos e infalibles. «Mil años a sus ojos son como el ayer cuando ha pasado y como una vigilia en la noche.» La perfección de la divinidad y la magnitud de la eternidad están para siempre más allá de la captación plena de la mente circunscrita del hombre mortal.
2:2.3 (36.1) En la ejecución de su propósito eterno puede parecer que las reacciones de un Dios inalterable varían a tenor de la actitud cambiante y las mentes volubles de sus inteligencias creadas, es decir, pueden variar de forma aparente y superficial. Pero debajo de la superficie y bajo todas las manifestaciones externas sigue estando presente el propósito inalterable, el plan perpetuo, del Dios eterno.
2:2.4 (36.2) Fuera, en los universos, la perfección tiene que ser necesariamente un término relativo, pero en el universo central y especialmente en el Paraíso, la perfección no está diluida. En ciertas fases es incluso absoluta. Las manifestaciones de la Trinidad varían la exteriorización de la perfección divina pero no la atenúan.
2:2.5 (36.3) La perfección primaria de Dios no consiste en una supuesta rectitud sino en la perfección inherente de la bondad de su naturaleza divina. Él es final, completo y perfecto. No hay nada que falte en la belleza y perfección de su carácter recto. Y todo el plan de existencias vivas de los mundos del espacio se centra en el propósito divino de elevar a todas las criaturas con voluntad al alto destino de la experiencia de compartir la perfección paradisiaca del Padre. Dios no es ni egocéntrico ni autosuficiente; no cesa nunca de otorgarse a todas las criaturas autoconscientes del vasto universo de universos.
2:2.6 (36.4) Dios es eterna e infinitamente perfecto, no puede conocer personalmente la imperfección en su propia experiencia, pero sí comparte la consciencia de toda la experiencia de imperfección de todas las criaturas luchadoras de los universos evolutivos de todos los Hijos Creadores del Paraíso. El toque personal y liberador del Dios de perfección cubre con su sombra el corazón y encircuita la naturaleza de todas las criaturas mortales que han ascendido al nivel de discernimiento moral del universo. De esta manera, así como a través de los contactos de la presencia divina, el Padre Universal participa de hecho en la experiencia con la inmadurez y la imperfección de la trayectoria evolutiva de todos los seres mortales de todo el universo.
2:2.7 (36.5) Las limitaciones humanas, el mal potencial, no son parte de la naturaleza divina. Pero la experiencia mortal con el mal y todas las relaciones del hombre con el mal son, con toda certeza, una parte de la autorrealización en constante expansión de Dios en los hijos del tiempo, esas criaturas de responsabilidad moral creadas o hechas evolucionar por cada Hijo Creador que sale del Paraíso.
2:3.1 (36.6) Dios es recto y por lo tanto es justo. «El Señor es recto en todos sus caminos.» «‘No sin causa he hecho todo lo que he hecho’, dice el Señor.» «Los juicios del Señor son totalmente verdaderos y rectos.» La justicia del Padre Universal no puede estar influida por las acciones y las actuaciones de sus criaturas, «pues no hay iniquidad en el Señor nuestro Dios, ni acepción de personas, ni aceptación de ofrendas».
2:3.2 (36.7) ¡Cuán vano es hacer apelaciones pueriles a un Dios semejante para que modifique sus inalterables decretos, de forma que podamos evitar las justas consecuencias del funcionamiento de sus sabias leyes naturales y de sus rectos mandatos espirituales! «No os engañéis: no es posible mofarse de Dios, pues fuere lo que fuere lo que un hombre siembre, eso recogerá.» Pero es verdad que, incluso en la justa recolección de una cosecha de maldades, la justicia divina está siempre atemperada por la misericordia. La sabiduría infinita es el árbitro eterno que determina las proporciones de justicia y de misericordia que se impondrán en cualquier circunstancia dada. El mayor castigo (en realidad una consecuencia inevitable) de la maldad y de la rebelión deliberada contra el gobierno de Dios es la pérdida de la existencia como súbdito individual de ese gobierno. El resultado final del pecado incondicional es la aniquilación. A fin de cuentas, esos individuos identificados con el pecado se han destruido a sí mismos al volverse totalmente irreales por abrazar la iniquidad. Sin embargo, la desaparición factual de tales criaturas se retrasa siempre hasta que el orden establecido de justicia vigente en ese universo haya sido plenamente acatado.
2:3.3 (37.1) El cese de la existencia se decreta habitualmente en el fallo de dispensación o de época emitido para el mundo o los mundos. En un mundo como Urantia se produce al final de una dispensación planetaria. El cese de la existencia se puede decretar en tales momentos por la acción paritaria de todos los tribunales con jurisdicción que van desde el consejo planetario, pasando por las cortes del Hijo Creador, hasta los tribunales de enjuiciamiento de los Ancianos de los Días. El mandato de disolución se origina en las cortes más altas del superuniverso a raíz de una confirmación ininterrumpida de los cargos procedente de la esfera de residencia del malhechor. Y entonces, cuando la sentencia de extinción se ha confirmado en lo alto, la ejecución se lleva a cabo mediante la acción directa de los jueces que residen en la sede del superuniverso y actúan desde allí.
2:3.4 (37.2) Cuando esta sentencia se confirma finalmente, el ser identificado con el pecado pasa a ser instantáneamente como si no hubiera sido. No hay resurrección de dicha suerte, es perpetua y eterna. Los factores de energía viva de la identidad se resuelven, mediante las transformaciones del tiempo y las metamorfosis del espacio, en los potenciales cósmicos de donde emergieron en su momento. En cuanto a la personalidad del inicuo, queda privada de un vehículo en el que continuar la vida por el fracaso de la criatura en hacer las elecciones y tomar las decisiones finales que le habrían asegurado la vida eterna. Cuando el abrazo continuo al pecado de la mente asociada culmina en su identificación completa con la iniquidad, ocurre que con el cese de la vida, con la disolución cósmica, dicha personalidad aislada es absorbida en la sobrealma de la creación y pasa a convertirse en parte de la experiencia en evolución del Ser Supremo. No vuelve a aparecer nunca más como una personalidad. Su identidad pasa a ser como si nunca hubiera sido. En el caso de una personalidad habitada por un Ajustador, los valores experienciales de espíritu sobreviven en la realidad del Ajustador que sigue existiendo.
2:3.5 (37.3) En toda contienda que se produzca en el universo entre niveles actuales de realidad, la personalidad de nivel más alto triunfará a la larga sobre la personalidad de nivel más bajo. Este resultado inevitable de las controversias del universo es inherente al hecho de que la divinidad de la cualidad es igual al grado de realidad o actualidad de cualquier criatura con voluntad. El mal puro, el error completo, el pecado intencionado y la iniquidad sin atenuantes son inherente y automáticamente suicidas. Tales actitudes de irrealidad cósmica pueden sobrevivir en el universo debido solo a una misericordiosa tolerancia transitoria, a la espera de la acción de los mecanismos que determinan la justicia y establecen la equidad de los tribunales de recto juicio del universo.
2:3.6 (37.4) El mandato de los Hijos Creadores en los universos locales es de creación y de espiritualización. Estos Hijos se dedican a ejecutar eficazmente el plan paradisiaco de ascensión progresiva de los mortales, a rehabilitar a los rebeldes y a los pensadores equivocados. Pero cuando todos sus esfuerzos amorosos son rechazados definitivamente y para siempre, el decreto final de disolución es ejecutado por fuerzas que actúan bajo la jurisdicción de los Ancianos de los Días.
2:4.1 (38.1) La misericordia es simplemente justicia atemperada por esa sabiduría que surge de la perfección del conocimiento y del reconocimiento pleno de la debilidad natural y de los obstáculos ambientales de las criaturas finitas. «Nuestro Dios está lleno de compasión, es clemente, paciente y rico en misericordia.» Por eso, «quienquiera que invoque al Señor será salvado», «pues él perdonará abundantemente». «La misericordia del Señor es desde la eternidad hasta la eternidad». Sí, «su misericordia perdura para siempre». «Yo soy el Señor que ejerce la amorosa benevolencia, el juicio y la rectitud en la tierra, pues en estas cosas me complazco.» «Ni aflijo voluntariamente ni apeno a los hijos de los hombres», pues soy «el Padre de las misericordias y el Dios de todo consuelo».
2:4.2 (38.2) Dios es inherentemente amable, naturalmente compasivo y sempiternamente misericordioso. Y no es necesario ejercer influencia alguna sobre el Padre para suscitar su amorosa benevolencia. La necesidad de la criatura es totalmente suficiente para asegurar el flujo pleno de las tiernas misericordias del Padre y de su gracia salvadora. Puesto que Dios lo conoce todo acerca de sus hijos, es fácil para él perdonar. Cuanto mejor entienda el hombre a su prójimo, tanto más fácil le será perdonarlo e incluso amarlo.
2:4.3 (38.3) Solo el discernimiento de la sabiduría infinita permite a un Dios recto ministrar al mismo tiempo justicia y misericordia en cualquier situación dada del universo. El Padre celestial no se debate nunca entre actitudes contradictorias hacia sus hijos del universo. Dios nunca es víctima de conflictos de actitud. Su conocimiento de todas las cosas dirige infaliblemente su libre albedrío a elegir un comportamiento en el universo que satisface perfecta, igual y simultáneamente las exigencias de todos sus atributos divinos y las cualidades infinitas de su naturaleza eterna.
2:4.4 (38.4) La misericordia es el fruto natural e inevitable de la bondad y el amor. La naturaleza bondadosa de un Padre amoroso no podría negar en modo alguno el sabio ministerio de misericordia a todos y cada uno de los miembros de todos los grupos de sus hijos del universo. La unión de la justicia eterna y la misericordia divina constituye lo que en la experiencia humana se llamaría equidad.
2:4.5 (38.5) La misericordia divina representa una técnica equitativa de ajuste entre los niveles de perfección y de imperfección del universo. La misericordia es la justicia de la Supremacía adaptada a las situaciones de lo finito en evolución. Es la rectitud de la eternidad modificada para satisfacer los más altos intereses y el bienestar de los hijos del tiempo en el universo. La misericordia no es una contravención de la justicia, sino más bien una interpretación comprensiva de las demandas de la justicia suprema tal como se aplica equitativamente a los seres espirituales de menor rango y a las criaturas materiales de los universos en evolución. La misericordia es la justicia de la Trinidad del Paraíso sabia y amorosamente enviada a las múltiples inteligencias de las creaciones del tiempo y el espacio tal como es formulada por la sabiduría divina y determinada por la mente que todo lo sabe y el libre albedrío soberano del Padre Universal y de todos sus Creadores asociados.
2:5.1 (38.6) «Dios es amor». Por lo tanto, su única actitud personal hacia los asuntos del universo es siempre una reacción de afecto divino. El Padre nos ama lo suficiente como para otorgarnos su vida. «Hace que su sol salga sobre malos y buenos, y envía la lluvia a justos e injustos.»
2:5.2 (39.1) Se equivoca quien piense que son los sacrificios de sus Hijos o la intercesión de sus criaturas subordinadas lo que incita a Dios a amar a sus niños, «pues el Padre mismo os ama». Es precisamente por este afecto paternal por lo que Dios envía a los maravillosos Ajustadores para que moren en el interior de la mente de los hombres. El amor de Dios es universal. «Todo aquel que quiera puede venir». Él quisiera «que todos los hombres se salvaran mediante el conocimiento de la verdad». Él «no desea que ninguno perezca».
2:5.3 (39.2) Los Creadores son los primeros que intentan salvar al hombre de los desastrosos resultados de su necia transgresión de las leyes divinas. El amor de Dios es, por naturaleza, un afecto de padre. Por consiguiente a veces «nos disciplina en nuestro propio provecho, para que podamos ser partícipes de su santidad». Incluso en vuestras pruebas más duras recordad que «en todas nuestras aflicciones, él se aflige con nosotros».
2:5.4 (39.3) Dios es divinamente bondadoso con los pecadores. Cuando los rebeldes regresan a la rectitud son recibidos misericordiosamente, «pues nuestro Dios perdonará abundantemente». «Yo soy el que borra vuestras transgresiones por mi propio bien, y no recordaré vuestros pecados.» «Mirad qué tipo de amor nos ha otorgado el Padre para que seamos llamados hijos de Dios.»
2:5.5 (39.4) En definitiva, la mayor prueba de la bondad de Dios, y la razón suprema para amarlo es el don del Padre que mora en tu interior: el Ajustador que tan pacientemente aguarda la hora en que ambos os hagáis eternamente uno. Aunque buscando no puedes encontrar a Dios, si te sometes a la dirección del espíritu que mora en tu interior serás guiado infaliblemente, paso a paso, vida a vida, de universo en universo y de edad en edad, hasta que te encuentres finalmente en presencia de la personalidad paradisiaca del Padre Universal.
2:5.6 (39.5) ¡Qué gran sinrazón es no adorar a Dios porque las limitaciones de la naturaleza humana y los impedimentos de haber sido creados materiales os impiden verlo! Entre vosotros y Dios hay una enorme distancia (espacio físico) que atravesar. Existe igualmente un gran abismo de diferenciación espiritual que es necesario salvar. Pero a pesar de todo lo que os separa física y espiritualmente de la presencia personal y paradisiaca de Dios, deteneos a ponderar el hecho solemne de que Dios vive dentro de vosotros. Él, a su propia manera, ya ha salvado el abismo. Ha enviado algo de sí mismo, su espíritu, para que viva en vosotros y comparta vuestros esfuerzos en vuestra carrera eterna en el universo.
2:5.7 (39.6) Se me hace fácil y agradable adorar a alguien que es tan grande y al mismo tiempo está dedicado con tanto afecto al ministerio de elevar a sus criaturas humildes. Amo naturalmente a alguien que es tan poderoso como creador y controlador de lo creado y sin embargo tan perfecto en bondad y tan fiel en la amorosa benevolencia que nos cubre constantemente con su sombra. Creo que amaría a Dios exactamente igual si no fuera tan grande y poderoso mientras fuera tan bueno y misericordioso. Todos nosotros amamos al Padre más por su naturaleza que en reconocimiento de sus asombrosos atributos.
2:5.8 (39.7) Cuando observo a los Hijos Creadores y a sus administradores subordinados luchar tan valientemente contra las múltiples dificultades del tiempo inherentes a la evolución de los universos del espacio, descubro que siento un afecto grande y profundo por esos gobernantes menores de los universos. En definitiva, creo que todos nosotros, incluyendo los mortales de los mundos, amamos al Padre Universal y a todos los demás seres, divinos o humanos, porque percibimos que estas personalidades nos aman de verdad. La experiencia de amar es, en buena parte, respuesta directa a la experiencia de ser amado. Al saber que Dios me ama, debería seguir amándolo supremamente aun cuando estuviera despojado de todos sus atributos de supremacía, ultimidad y absolutidad.
2:5.9 (40.1) El amor del Padre nos sigue ahora y por todo el círculo sin fin de las edades eternas. Al ponderar la naturaleza amorosa de Dios, solo hay una reacción razonable y natural de la personalidad: amaréis cada vez más a vuestro Hacedor, brindaréis a Dios un afecto análogo al de un niño por su padre terrenal. Pues igual que un padre, un padre real, un padre verdadero ama a sus hijos, así ama el Padre Universal a sus hijos e hijas creados y busca por siempre su bienestar.
2:5.10 (40.2) Pero el amor de Dios es un afecto parental inteligente y con visión de futuro. El amor divino actúa en asociación unificada con la sabiduría divina y con todas las demás características infinitas de la naturaleza perfecta del Padre Universal. Dios es amor, pero el amor no es Dios. La mayor manifestación del amor divino hacia los seres mortales se observa en el otorgamiento de los Ajustadores del Pensamiento, pero donde podéis ver la mayor revelación del amor del Padre es en la vida de otorgamiento de su Hijo Miguel, que vivió en la tierra la vida espiritual ideal. El Ajustador que mora en el interior es quien individualiza el amor de Dios para cada alma humana.
2:5.11 (40.3) Casi me duele a veces verme obligado a retratar el afecto divino del Padre celestial por sus hijos del universo mediante el símbolo verbal humano amor. ¡Este término, aun cuando connota efectivamente el concepto más elevado que tiene el hombre de las relaciones mortales de respeto y de entrega, designa con demasiada frecuencia relaciones humanas totalmente innobles e indignas de ser conocidas por ninguna palabra que se utilice también para indicar el afecto incomparable del Dios vivo por sus criaturas del universo! Lamento profundamente no poder emplear algún término superno y exclusivo que transmita a la mente del hombre la verdadera naturaleza y la belleza exquisita del significado del afecto divino del Padre del Paraíso.
2:5.12 (40.4) Cuando el hombre pierde de vista el amor de un Dios personal, el reino de Dios se convierte simplemente en el reino del bien. A pesar de la unidad infinita de la naturaleza divina, el amor es la característica dominante de todos los tratos personales de Dios con sus criaturas.
2:6.1 (40.5) En el universo físico podemos ver la belleza divina, en el mundo intelectual podemos percibir la verdad eterna, pero la bondad de Dios se encuentra solo en el mundo espiritual de la experiencia religiosa personal. En su verdadera esencia la religión es una fe confiada en la bondad de Dios. En filosofía Dios puede ser grande y absoluto, incluso de algún modo inteligente y personal, pero en religión Dios debe ser también moral, debe ser bueno. El hombre podría temer a un Dios grande, pero solo puede amar a un Dios bueno y confiar en él. Esta bondad de Dios es parte de la personalidad de Dios y su plena revelación aparece solo en la experiencia religiosa personal de los hijos creyentes de Dios.
2:6.2 (40.6) La religión implica que el supramundo que tiene naturaleza de espíritu es consciente de las necesidades fundamentales del mundo humano y responde a ellas. La religión evolutiva puede llegar a ser ética, pero solo la religión revelada llega a ser verdadera y espiritualmente moral. El antiguo concepto de Dios como Deidad dominada por una moralidad regia fue elevado por Jesús al nivel afectuosamente conmovedor de la íntima moralidad familiar de la relación padre-hijo. No hay ninguna más tierna ni más bella en la experiencia de los mortales.
2:6.3 (41.1) La «riqueza de la bondad de Dios lleva al hombre errado al arrepentimiento». «Todo don bueno y todo don perfecto vienen del Padre de las luces.» «Dios es bueno; es el refugio eterno del alma de los hombres.» «El Señor Dios es misericordioso y clemente. Es paciente y rico en bondad y verdad.» «¡Probad y ved que el Señor es bueno! Bendito el hombre que confía en él.» «El Señor es clemente y lleno de compasión. Él es el Dios de salvación.» «Sana al desconsolado y venda las heridas del alma. Es el benefactor todopoderoso del hombre.»
2:6.4 (41.2) El concepto de Dios como juez-rey, aunque fomentó un alto canon moral y creó un pueblo respetuoso de la ley como colectivo, dejó al creyente individual en una triste posición de inseguridad respecto a su estatus en el tiempo y en la eternidad. Los profetas hebreos posteriores proclamaron que Dios era un Padre para Israel. Jesús reveló a Dios como el Padre de cada ser humano. Todo el concepto que tiene el mortal de Dios está iluminado trascendentalmente por la vida de Jesús. La generosidad es inherente al amor parental. Dios ama no a la manera de un padre, sino como padre. Él es el Padre del Paraíso de todas las personalidades del universo.
2:6.5 (41.3) La rectitud implica que Dios es la fuente de la ley moral del universo. La verdad pone de manifiesto a Dios como revelador, como maestro. Pero el amor da y ansía afecto, busca una camaradería comprensiva como la que existe entre padre e hijo. El pensamiento divino puede ser rectitud, pero la actitud de un padre es amor. La suposición errónea de que la rectitud de Dios era irreconciliable con el amor desinteresado del Padre celestial presuponía ausencia de unidad en la naturaleza de la Deidad y condujo directamente a la elaboración de la doctrina de la expiación, que es una afrenta filosófica tanto a la unidad de Dios como a su libre albedrío.
2:6.6 (41.4) El afectuoso Padre celestial, cuyo espíritu mora en el interior de sus hijos de la tierra, no es una personalidad dividida —una de justicia y otra de misericordia— ni se requiere un mediador para conseguir el favor o el perdón del Padre. La rectitud divina no está dominada por una estricta justicia punitiva. Dios como padre trasciende a Dios como juez.
2:6.7 (41.5) Dios no es nunca iracundo o vengativo, ni está enojado. Es verdad que la sabiduría refrena a menudo su amor y que la justicia condiciona su misericordia rechazada. Su amor por la rectitud no puede evitar mostrarse como un odio igual por el pecado. El Padre no es una personalidad inconsecuente; la unidad divina es perfecta. En la Trinidad del Paraíso hay unidad absoluta a pesar de las identidades eternas de los iguales en rango a Dios.
2:6.8 (41.6) Dios ama al pecador y odia el pecado: tal afirmación es cierta filosóficamente, pero Dios es una personalidad trascendente y las personas solo pueden amar y odiar a otras personas. El pecado no es una persona. Dios ama al pecador porque el pecador es una realidad de personalidad (potencialmente eterna). En cambio Dios no adopta ninguna actitud personal hacia el pecado porque el pecado no es una realidad espiritual, no es personal y por lo tanto, solo la justicia de Dios tiene conocimiento de su existencia. El amor de Dios salva al pecador, la ley de Dios destruye el pecado. Esta actitud de la naturaleza divina podría cambiar si al final el pecador se identificara completamente con el pecado, al igual que la misma mente del mortal puede también identificarse plenamente con el Ajustador espíritu que mora en su interior. Dicho mortal identificado con el pecado se volvería entonces totalmente no espiritual en su naturaleza (y por lo tanto personalmente irreal) y experimentaría la extinción final del ser. La irrealidad, incluso la incompleción de la naturaleza de las criaturas, no puede existir para siempre en un universo progresivamente real y crecientemente espiritual.
2:6.9 (42.1) Frente al mundo de la personalidad se descubre que Dios es una persona amorosa; frente al mundo espiritual es un amor personal; en la experiencia religiosa es ambas cosas. El amor identifica la disposición volitiva de Dios. La bondad de Dios descansa en el fondo del libre albedrío divino: la tendencia universal a amar, mostrar misericordia, manifestar paciencia y ministrar perdón.
2:7.1 (42.2) Todo conocimiento finito y toda comprensión por parte de las criaturas son relativos. La información y los datos, incluso los procedentes de fuentes elevadas, solo son relativamente completos, localmente exactos y personalmente verdaderos.
2:7.2 (42.3) Los hechos físicos son bastante uniformes, pero la verdad es un factor vivo y flexible en la filosofía del universo. Las comunicaciones de las personalidades en evolución solo son parcialmente sabias y relativamente verídicas, ya que su certeza solo puede llegar hasta los límites de la experiencia personal de dichas personalidades. Lo que puede parecer totalmente cierto en un lugar puede ser solo relativamente cierto en otro segmento de la creación.
2:7.3 (42.4) La verdad divina, la verdad final, es uniforme y universal, pero el relato de las cosas espirituales tal como lo cuentan los numerosos individuos procedentes de distintas esferas puede variar a veces en sus detalles. Esto se debe a la relatividad ya mencionada, tanto de la compleción del conocimiento y de la repleción de la experiencia personal, como de la duración y extensión de esa experiencia. Es cierto que las leyes y decretos, los pensamientos y actitudes de la Primera Gran Fuente y Centro son eterna, infinita y universalmente ciertos, pero al mismo tiempo su aplicación y ajuste a cada universo, sistema, mundo e inteligencia creada está en consonancia con los planes y las técnicas de los Hijos Creadores cuando actúan en sus respectivos universos, y además en armonía con los planes y los procedimientos locales del Espíritu Infinito y de todas las demás personalidades celestiales asociadas.
2:7.4 (42.5) La falsa ciencia del materialismo sentenciaría al hombre mortal a convertirse en un marginado del universo. Ese conocimiento parcial es potencialmente malo, es conocimiento compuesto a la vez de bien y de mal. La verdad es bella porque es a la vez repleta y simétrica. Cuando el hombre busca la verdad persigue lo divinamente real.
2:7.5 (42.6) Los filósofos cometen su error más grave cuando son inducidos a la falacia de la abstracción, a la práctica de centrar la atención sobre un aspecto de la realidad y dictaminar luego que dicho aspecto aislado es toda la verdad. El filósofo sabio buscará siempre el diseño creativo preexistente que está detrás de todos los fenómenos universales. El pensamiento creador precede invariablemente a la acción creativa.
2:7.6 (42.7) La autoconsciencia intelectual puede descubrir la belleza de la verdad, su cualidad espiritual, no solo por la coherencia filosófica de sus conceptos, sino más certera y seguramente por la respuesta infalible del Espíritu de la Verdad omnipresente. La felicidad sigue al reconocimiento de la verdad porque esta puede ser representada, puede ser vivida. La desilusión y la pena acompañan al error porque al no ser una realidad, no se puede realizar en la experiencia. La verdad divina se conoce mejor por su sabor espiritual.
2:7.7 (42.8) La búsqueda eterna es hacia la unificación, hacia la coherencia divina. El extenso universo físico es coherente en la Isla del Paraíso. El universo intelectual es coherente en el Dios de la mente, el Actor Conjunto. El universo espiritual es coherente en la personalidad del Hijo Eterno. Pero el mortal aislado del tiempo y el espacio es coherente en Dios Padre a través de la relación directa entre el Ajustador del Pensamiento que mora en su interior y el Padre Universal. El Ajustador del hombre es un fragmento de Dios y busca sempiternamente la unificación divina. Es coherente con y en la Deidad del Paraíso de la Primera Fuente y Centro.
2:7.8 (43.1) Percibir la belleza suprema es descubrir e integrar la realidad: percibir la bondad divina en la verdad eterna que es la belleza última. Incluso el encanto del arte humano consiste en la armonía de su unidad.
2:7.9 (43.2) El gran error de la religión hebrea fue que no supo asociar la bondad de Dios con las verdades factuales de la ciencia y la belleza atractiva del arte. Según progresaba la civilización y la religión seguía por el mismo desacertado camino de poner demasiado énfasis en la bondad de Dios excluyendo relativamente la verdad y descuidando la belleza, se fue desarrollando en ciertos tipos de hombres una tendencia creciente a apartarse del concepto abstracto y disociado de bondad aislada. La moralidad exagerada y aislada de la religión moderna, que no consigue retener la devoción y la lealtad de muchos hombres del siglo veinte, se rehabilitaría si además de sus mandatos morales, diera la misma consideración a las verdades de la ciencia, de la filosofía y de la experiencia espiritual así como a las bellezas de la creación física, al atractivo del arte intelectual y a la grandeza de lograr un carácter auténtico.
2:7.10 (43.3) El desafío religioso de esta edad va dirigido a aquellos hombres y mujeres con visión interior espiritual y capacidad de mirar al futuro que se atrevan a construir una filosofía del vivir nueva y atractiva a partir de los conceptos modernos de verdad cósmica, belleza universal y bondad divina ampliados y perfectamente integrados. Tal visión nueva y recta de la moralidad atraerá todo lo que es bueno en la mente del hombre y desafiará a lo que hay de mejor en el alma humana. La verdad, la belleza y la bondad son realidades divinas, y a medida que el hombre asciende la escala del vivir espiritual, estas cualidades supremas del Eterno se coordinan y unifican cada vez más en Dios, que es amor.
2:7.11 (43.4) Toda verdad —material, filosófica o espiritual— es a la vez bella y buena. Toda belleza real —arte material o simetría espiritual— es a la vez verdadera y buena. Toda bondad auténtica —ya sea moralidad personal, equidad social o ministerio divino— es igualmente verdadera y bella. La salud, la cordura y la felicidad son integraciones de la verdad, la belleza y la bondad tal como se combinan en la experiencia humana. Esos niveles del vivir eficiente se alcanzan mediante la unificación de los sistemas de energía, los sistemas de ideas y los sistemas de espíritu.
2:7.12 (43.5) La verdad es coherente, la belleza atractiva, la bondad estabilizadora. Y cuando estos valores de lo que es real se coordinan en la experiencia de la personalidad, el resultado es un alto tipo de amor condicionado por la sabiduría y caracterizado por la lealtad. El propósito real de toda educación en el universo es coordinar de la mejor manera a los hijos aislados de los mundos con las realidades más amplias de su experiencia en expansión. La realidad es finita en el nivel humano, infinita y eterna en los niveles más altos y divinos.
2:7.13 (43.6) [Presentado por un Consejero Divino que actúa por la autoridad de los Ancianos de los Días de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 3
3:0.1 (44.1) DIOS está presente en todas partes. El Padre Universal rige el círculo de la eternidad, pero en los universos locales rige en las personas de sus Hijos Creadores del Paraíso del mismo modo que otorga la vida a través de estos Hijos. «Dios nos ha dado la vida eterna, y esta vida está en sus Hijos.» Estos Hijos Creadores de Dios son la expresión personal de sí mismo en los sectores del tiempo y para los hijos de los planetas que giran en los universos en evolución del espacio.
3:0.2 (44.2) Los órdenes inferiores de inteligencias creadas pueden percibir claramente a los Hijos de Dios altamente personalizados. Compensan de esa manera la invisibilidad del Padre infinito y por lo tanto menos perceptible. Los Hijos Creadores del Paraíso del Padre Universal son la revelación de un ser que sería invisible de otro modo, invisible por la absolutidad y la infinitud inherentes al círculo de la eternidad y a las personalidades de las Deidades del Paraíso.
3:0.3 (44.3) La condición de creador no es precisamente un atributo de Dios, es más bien el agregado de su naturaleza actuante. Y esta función universal de creador se manifiesta eternamente tal como es condicionada y controlada por todos los atributos coordinados de la realidad infinita y divina de la Primera Fuente y Centro. Dudamos sinceramente de que se pueda considerar que una característica cualquiera de la naturaleza divina antecede a las demás, pero si este fuera el caso, la naturaleza creadora de la Deidad tendría precedencia sobre todas las demás naturalezas, actividades y atributos. Y la condición de creador de la Deidad culmina en la verdad universal de la Paternidad de Dios.
3:1.1 (44.4) La capacidad del Padre Universal de estar presente en todas partes y al mismo tiempo constituye su omnipresencia. Solo Dios puede estar al mismo tiempo en dos lugares o en innumerables lugares. Dios está simultáneamente presente «arriba en el cielo y abajo en la tierra». Como exclamó el salmista: «¿Adónde iré para escapar de tu espíritu o adónde huiré de tu presencia?».
3:1.2 (44.5) «‘Soy un Dios al alcance de la mano y también muy lejano’, dice el Señor. ‘¿Acaso no lleno el cielo y la tierra?’» El Padre Universal está presente en todo momento, en todas partes y en todos los corazones de su extensa creación. Él es «la plenitud de aquel que lo llena todo y en su totalidad» y «quien lo obra todo en su totalidad». Y aún más, el concepto de su personalidad es tal que «el cielo (el universo) y el cielo de los cielos (el universo de universos) no pueden contenerlo». Es literalmente cierto que Dios lo es todo y está en todo, pero ni siquiera eso es la totalidad de Dios. El Infinito solo puede revelarse finalmente en la infinitud. La causa nunca se puede comprender plenamente mediante el análisis de los efectos. El Dios vivo es inconmensurablemente más grande que la suma total de la creación cuya existencia es el resultado de los actos creativos de su libre albedrío sin trabas. Dios se revela en todo el cosmos, pero el cosmos no podrá contener ni abarcar nunca la totalidad de la infinitud de Dios.
3:1.3 (45.1) La presencia del Padre patrulla incesantemente el universo maestro. «Parte desde el confín del cielo y sigue su circuito hasta los confines del cielo, y no hay nada oculto a su luz.»
3:1.4 (45.2) No solo la criatura existe en Dios, sino que Dios vive también en la criatura. «Sabemos que moramos en él porque él vive en nosotros; él nos ha dado su espíritu. Este don del Padre del Paraíso es el compañero inseparable del hombre.» «Él es el Dios siempre presente y que todo lo permea.» «El espíritu del Padre sempiterno está oculto en la mente de cada hijo mortal.» «El hombre sale a buscar a un amigo cuando ese mismo amigo vive dentro de su propio corazón.» «El Dios verdadero no está lejos, es una parte de nosotros, su espíritu habla desde dentro de nosotros.» «El Padre vive en el hijo. Dios está siempre con nosotros. Él es el espíritu guía del destino eterno.»
3:1.5 (45.3) Se ha dicho con verdad de la raza humana: «Sois de Dios» porque «quien mora en el amor mora en Dios y Dios en él». Cuando hacéis el mal atormentáis al don de Dios que mora en vuestro interior, pues el Ajustador del Pensamiento tiene que soportar necesariamante las consecuencias de los malos pensamientos junto con la mente humana en la que está encarcelado.
3:1.6 (45.4) La omnipresencia de Dios es en realidad una parte de su naturaleza infinita; el espacio no constituye una barrera para la Deidad. La presencia de Dios, en perfección y sin limitaciones, solo es perceptible en el Paraíso y en el universo central. No está presente de esta manera observable en las creaciones que circundan Havona, donde Dios ha limitado su presencia directa y actual en reconocimiento a la soberanía y las prerrogativas divinas de los creadores y gobernantes de su mismo rango de los universos del tiempo y el espacio. De ahí que el concepto de la presencia divina tenga que dar cabida a una amplia gama tanto de modos como de canales de manifestación que abarcan los circuitos de presencia del Hijo Eterno, del Espíritu Infinito y de la Isla del Paraíso. Tampoco es siempre posible distinguir entre la presencia del Padre Universal y las acciones de los seres eternos de su mismo rango y sus agentes, dada la perfección con la que estos cumplen todas las infinitas exigencias de su propósito inalterable. Esto no ocurre con el circuito de la personalidad y los Ajustadores, pues Dios actúa en él de manera única, directa y exclusiva.
3:1.7 (45.5) El Controlador Universal está presente potencialmente en los circuitos de gravedad de la Isla del Paraíso en todas las partes del universo, en todo momento y con el mismo grado, a tenor de la masa, en respuesta a las demandas físicas por esta presencia y debido a la naturaleza inherente a toda la creación que hace que todas las cosas se adhieran a él y consistan en él. Asimismo, la Primera Fuente y Centro está presente potencialmente en el Absoluto No Cualificado, el repositorio de los universos no creados del futuro eterno. Dios permea así potencialmente los universos físicos del pasado, del presente y del futuro. Él es el fundamento primario de la coherencia de la llamada creación material. Este potencial no espiritual de la Deidad se hace actual aquí y allá por todo el nivel de las existencias físicas mediante la intrusión inexplicable de alguno de sus agentes exclusivos en el escenario de acción del universo.
3:1.8 (45.6) La presencia de mente de Dios está correlacionada con la mente absoluta del Actor Conjunto, el Espíritu Infinito. Pero en las creaciones finitas se percibe mejor esta presencia en el actuación ubicua de la mente cósmica de los Espíritus Maestros del Paraíso. Al igual que la Primera Fuente y Centro está presente potencialmente en los circuitos de mente del Actor Conjunto, está también presente potencialmente en las tensiones del Absoluto Universal. Pero la mente del orden humano es un otorgamiento de las Hijas del Actor Conjunto, las Ministras Divinas de los universos en evolución.
3:1.9 (46.1) El espíritu omnipresente del Padre Universal está coordinado con la función de la presencia universal de espíritu del Hijo Eterno y con el potencial divino sempiterno del Absoluto de Deidad. Pero ni la actividad espiritual del Hijo Eterno y de sus Hijos del Paraíso ni los otorgamientos de mente del Espíritu Infinito parecen excluir la acción directa en el corazón de sus hijos criaturas de los Ajustadores del Pensamiento, los fragmentos de Dios que moran en el interior.
3:1.10 (46.2) Respecto a la presencia de Dios en un planeta, un sistema, una constelación o un universo, el grado de dicha presencia en cualquier unidad creacional es la medida del grado de la presencia en evolución del Ser Supremo. Este grado viene determinado por el reconocimiento en masa de Dios y la lealtad hacia él en esa parte de la vasta organización del universo, que llega hasta los mismos sistemas y planetas. Por eso algunas veces, cuando algunos planetas (o incluso sistemas) se han hundido profundamente en las tinieblas espirituales, se ponen en cierto sentido en cuarentena o se aíslan parcialmente de la relación con las unidades más grandes de la creación, con la esperanza de conservar y salvaguardar estos aspectos de la preciosa presencia de Dios. Y todo esto, como en el caso de Urantia, es una reacción espiritualmente defensiva de la mayoría de los mundos para salvarse en la medida de lo posible de sufrir el aislamiento que se produce como consecuencia de los actos alienantes de una minoría testaruda, perversa y rebelde.
3:1.11 (46.3) Si bien el Padre encircuita parentalmente a todos sus hijos —a todas las personalidades— su influencia sobre ellos está limitada por la lejanía de su origen respecto a la Segunda y Tercera Personas de la Deidad, y aumenta a medida que el logro de su destino les acerca a tales niveles. El hecho de la presencia de Dios en la mente de las criaturas está determinado por si moran o no en su interior fragmentos del Padre, como los Monitores de Misterio. Pero su presencia efectiva está determinada por el grado de cooperación de las mentes con estos Ajustadores que moran en su interior.
3:1.12 (46.4) Las fluctuaciones de la presencia del Padre no se deben a la mutabilidad de Dios. El Padre no se aparta ni se recluye por haber sido desairado; su afecto no se enajena por la mala conducta de las criaturas. Son más bien sus hijos dotados de capacidad de elección en lo que a Él mismo respecta los que, en el ejercicio de dicha elección, determinan directamente el grado y las limitaciones de la influencia divina del Padre en su propios corazones y en sus propias almas. El Padre se ha otorgado profusamente a nosotros sin límites ni favoritismos. Él no hace acepción de personas, planetas, sistemas o universos. En los sectores del tiempo solo confiere honor diferenciado a las personalidades paradisiacas de Dios Séptuplo, los creadores de igual rango de los universos finitos.
3:2.1 (46.5) Todos los universos saben que «el Señor Dios omnipotente reina». Los asuntos de este mundo y de los demás mundos están supervisados de manera divina. «Él hace conforme a su voluntad en el ejército del cielo y entre los habitantes de la tierra.» Es eternamente cierto que «no hay más poder que el de Dios».
3:2.2 (46.6) Dentro de los límites de lo que es consecuente con la naturaleza divina, es literalmente cierto que «con Dios todas las cosas son posibles». Los larguísimos procesos evolutivos de los pueblos, los planetas y los universos están bajo el control perfecto de los creadores y administradores del universo. Se despliegan de acuerdo con el propósito eterno del Padre Universal, avanzan en orden y armonía, y cumplen el plan infinitamente sabio de Dios. Solo hay un legislador. Él sostiene los mundos en el espacio y hace girar los universos alrededor del círculo sin fin del circuito eterno.
3:2.3 (47.1) De todos los atributos divinos, el mejor comprendido, especialmente tal como prevalece en el universo material, es su omnipotencia. Visto como un fenómeno no espiritual, Dios es energía. Esta declaración de un hecho físico está basada en la incomprensible verdad de que la Primera Fuente y Centro es la causa primaria de los fenómenos físicos universales de todo el espacio. Toda la energía física y todas las demás manifestaciones materiales se derivan de esta actividad divina. La luz, es decir, la luz sin calor, es otra de las manifestaciones no espirituales de las Deidades. Y aún existe otra forma de energía no espiritual que es prácticamente desconocida en Urantia, donde no ha sido aún reconocida.
3:2.4 (47.2) Dios controla todo el poder. Ha trazado «un camino para el relámpago», ha ordenado los circuitos de todas las energías. Ha decretado el momento y el modo de manifestarse de todas las formas de materia-energía. Y todas estas cosas se mantienen para siempre bajo su control sempiterno: bajo el control gravitatorio centrado en el Paraíso bajo. La luz y la energía del Dios eterno giran así por siempre en torno a su circuito majestuoso, la procesión sin fin pero ordenada de las multitudes de estrellas que componen el universo de universos. Toda la creación gira eternamente alrededor del centro paradisiaco de la Personalidad de todas las cosas y todos los seres.
3:2.5 (47.3) La omnipotencia del Padre concierne a la dominación del nivel absoluto en todas partes, nivel en el que las tres energías, la material, la mental y la espiritual, son indistinguibles en estrecha proximidad con él, que es la Fuente de todas las cosas. La mente de la criatura, al no ser ni monota del Paraíso ni espíritu del Paraíso, no responde directamente al Padre Universal. Dios se ajusta a la mente de la imperfección, a los mortales de Urantia, mediante los Ajustadores del Pensamiento.
3:2.6 (47.4) El Padre Universal no es una fuerza transitoria, un poder cambiante ni una energía fluctuante. El poder y la sabiduría del Padre son plenamente adecuados para hacer frente a todas y cada una de las exigencias del universo. Todas las contingencias que puedan surgir en la experiencia humana él ya las ha previsto y por lo tanto, no reacciona con desapego ante los asuntos del universo, sino más bien según los dictados de la sabiduría eterna y en consonancia con los mandatos del juicio infinito. A pesar de las apariencias, el poder de Dios no funciona como una fuerza ciega en el universo.
3:2.7 (47.5) Es cierto que hay situaciones en las que parece que se han tomado resoluciones de emergencia, que se han suspendido las leyes naturales, que se han reconocido inadaptaciones y que se está haciendo un esfuerzo por rectificar la situación, pero ese no es el caso. Tales conceptos de Dios provienen del alcance limitado de vuestro punto de vista, de la finitud de vuestro entendimiento y del ámbito circunscrito de vuestro análisis. Esa comprensión deficiente de Dios se debe a vuestra profunda ignorancia sobre la existencia de las leyes superiores del mundo y sobre la magnitud del carácter del Padre, la infinitud de sus atributos y la realidad de su libre albedrío.
3:2.8 (47.6) Las criaturas planetarias en cuyo interior mora un espíritu de Dios, dispersas aquí y allá por los universos del espacio, están tan cerca de ser infinitas en número y orden, sus intelectos son tan diversos, sus mentes tan limitadas y a veces tan toscas, su visión tan reducida y localizada, que es casi imposible formular generalizaciones de la ley que expresen adecuadamente los atributos infinitos del Padre y que sean al mismo tiempo comprensibles en algún grado para estas inteligencias creadas. Por eso para vosotros las criaturas, muchos de los actos del Creador todopoderoso parecen arbitrarios, distantes y no pocas veces insensibles y crueles. Pero os vuelvo a asegurar que eso no es verdad. Todas las acciones de Dios tienen un propósito, son inteligentes, sabias, benévolas y toman eternamente en consideración el bien mayor, no siempre de un ser, de una raza o de un planeta concretos, ni siquiera de un universo concreto, sino que están dirigidas al bienestar y al bien mayor de todos los concernidos, desde los más bajos hasta los más altos. En las épocas del tiempo puede parecer a veces que el bienestar de la parte difiere del bienestar del todo, pero esas aparentes diferencias no existen en el círculo de la eternidad.
3:2.9 (48.1) Todos somos parte de la familia de Dios y por lo tanto tenemos que compartir a veces la disciplina de la familia. Muchos de los actos de Dios que tanto nos perturban y confunden son el resultado de las decisiones y resoluciones finales de la sabiduría total que facultan al Actor Conjunto para ejecutar las elecciones de la voluntad infalible de la mente infinita, para hacer cumplir las decisiones de la personalidad de perfección, cuyo escrutinio, visión y solicitud abarcan el bienestar más alto y eterno de toda su inmensa creación.
3:2.10 (48.2) Resulta así que vuestro punto de vista aislado, parcial, finito, tosco y sumamente materialista, unido a las limitaciones inherentes a la naturaleza de vuestro ser, constituye tal obstáculo que os impide ver, comprender o conocer la sabiduría y la benevolencia de muchos de los actos divinos que os parecen cargados de aplastante crueldad y caracterizados por una total indiferencia hacia el consuelo y el bienestar, hacia la felicidad planetaria y la prosperidad personal de vuestros semejantes. Son las limitaciones de la visión humana, es vuestro entendimiento circunscrito y vuestra comprensión finita lo que os hace malinterpretar los motivos de Dios y tergiversar sus propósitos. Pero ocurren muchas cosas en los mundos evolutivos que no son acciones personales del Padre Universal.
3:2.11 (48.3) La omnipotencia divina está perfectamente coordinada con los demás atributos de la personalidad de Dios. En general, el poder de Dios suele estar limitado en su manifestación espiritual en el universo solo por tres condiciones o situaciones:
3:2.12 (48.4) 1. Por la naturaleza de Dios, especialmente por su amor infinito, por la verdad, la belleza y la bondad.
3:2.13 (48.5) 2. Por la voluntad de Dios, por su ministerio de misericordia y su relación paternal con las personalidades del universo.
3:2.14 (48.6) 3. Por la ley de Dios, por la rectitud y la justicia de la Trinidad eterna del Paraíso.
3:2.15 (48.7) Dios es ilimitado en poder, divino en naturaleza, final en voluntad, infinito en atributos, eterno en sabiduría y absoluto en su realidad. Pero todas estas características del Padre Universal están unificadas en la Deidad y expresadas universalmente en la Trinidad del Paraíso y en los Hijos divinos de la Trinidad. Por lo demás, fuera del Paraíso y del universo central de Havona, todo lo concerniente a Dios está limitado por la presencia evolutiva del Supremo, condicionado por la presencia en vías de devenir del Último y coordinado por los tres Absolutos existenciales: el de Deidad, el Universal y el No Cualificado. Y la presencia de Dios se limita así porque tal es la voluntad de Dios.
3:3.1 (48.8) «Dios conoce todas las cosas.» La mente divina es consciente y conocedora del pensamiento de toda la creación. Su conocimiento de los acontecimientos es universal y perfecto. Las entidades divinas que salen de él son una parte de él; aquel que «equilibra las nubes» es también «perfecto en conocimiento». «Los ojos del Señor están en todas partes.» Vuestro gran maestro dijo de los insignificantes gorriones: «ni uno solo caerá al suelo sin que lo sepa mi Padre» y también: «hasta los mismos cabellos de vuestras cabezas están contados». «Él sabe el número de las estrellas, las llama a todas ellas por su nombre.»
3:3.2 (49.1) El Padre Universal es la única personalidad de todo el universo que conoce de hecho el número de las estrellas y planetas del espacio. Todos los mundos de todos los universos están en la consciencia de Dios de forma permanente. Él dice también: «He visto ciertamente la aflicción de mi pueblo, he oído su llanto y conozco sus pesares». Pues «el Señor mira desde los cielos; contempla a todos los hijos de los hombres; desde el lugar donde habita observa a todos los habitantes de la tierra». Todo hijo criatura puede decir verdaderamente: «Él conoce el camino que tomo, y cuando me haya puesto a prueba, saldré como el oro». «Dios conoce nuestra manera de sentarnos y de levantarnos; entiende nuestros pensamientos desde la distancia y todos nuestros modos le son familiares.» «Todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel con quien estamos relacionados.» Y debería ser un consuelo real para todo ser humano entender que «él sabe de qué estáis hechos, él recuerda que sois polvo». Hablando del Dios vivo, Jesús dijo: «Vuestro Padre sabe lo que necesitáis incluso antes de que se lo pidáis».
3:3.3 (49.2) Dios posee el poder ilimitado de conocer todas las cosas: su consciencia es universal. Su circuito personal abarca a todas las personalidades, y su conocimiento de las criaturas, incluso las más humildes, se complementa indirectamente por medio de la serie descendente de los Hijos divinos y directamente mediante los Ajustadores del Pensamiento que moran en vuestro interior. Además, el Espíritu Infinito está en todo momento presente en todas partes.
3:3.4 (49.3) No sabemos con total seguridad si Dios elige o no conocer de antemano los casos de pecado. Pero aunque Dios conociera de antemano los actos de libre albedrío de sus hijos, dicho conocimiento previo no abrogaría en lo más mínimo la libertad de estos. Una cosa es segura: nada sorprende nunca a Dios.
3:3.5 (49.4) La omnipotencia no implica el poder de hacer lo no factible, un acto impropio de Dios. Tampoco la omnisciencia implica el conocimiento de lo incognoscible. Pero es muy difícil hacer comprensibles estas afirmaciones a la mente finita. Es muy difícil que la criatura llegue a entender el alcance y las limitaciones de la voluntad del Creador.
3:4.1 (49.5) El hecho de que se otorgue a sí misma sucesivamente a los universos a medida que estos reciben su existencia, no merma en modo alguno el potencial de poder ni la reserva de sabiduría que continúan residiendo y reposando en la personalidad central de la Deidad. El Padre no ha disminuido nunca en nada su potencial de fuerza, sabiduría y amor ni se ha despojado de ningún atributo de su gloriosa personalidad como resultado del otorgamiento sin límites de sí mismo a los Hijos del Paraíso, a sus creaciones subordinadas y a las múltiples criaturas de estas.
3:4.2 (49.6) La creación de cada nuevo universo exige un nuevo ajuste de la gravedad. Sin embargo, aunque la creación continuara creciendo indefinidamente, eternamente, incluso hasta la infinitud, de modo que al final la creación material llegara a existir sin limitaciones, aun así el poder de control y coordinación que reposa en la Isla del Paraíso resultaría ser suficiente y adecuado para dominar, controlar y coordinar semejante universo infinito. Y tras este otorgamiento de fuerza y poder ilimitados a un universo sin fronteras, el Infinito seguiría estando sobrecargado con el mismo grado de fuerza y energía; el Absoluto No Cualificado seguiría sin merma; Dios seguiría poseyendo exactamente el mismo potencial infinito como si nunca hubieran manado fuerza, energía y poder para dotar a universos y universos.
3:4.3 (50.1) Y lo mismo ocurre con la sabiduría: el hecho de que la mente se distribuya tan profusamente para el pensamiento de los mundos no empobrece en modo alguno la fuente central de la sabiduría divina. A medida que los universos se multiplican y que los seres de los mundos aumentan en número hasta los límites de la comprensión, aunque la mente siga otorgándose sin fin a esos seres de alta y baja condición, aun así, la personalidad central de Dios continuará abarcando la misma mente eterna, infinita y totalmente sabia.
3:4.4 (50.2) El hecho de que envíe mensajeros de espíritu procedentes de sí mismo para morar en el interior de los hombres y mujeres de vuestro mundo y de otros mundos no disminuye en modo alguno su capacidad para actuar como una personalidad de espíritu divina y todopoderosa; y no hay absolutamente ningún límite al alcance ni al número de esos Monitores de espíritu que puede y podría enviar. Esta entrega de sí mismo a sus criaturas crea una posibilidad futura ilimitada y casi inconcebible de sucesivas existencias progresivas para estos mortales dotados de manera divina. Y esta pródiga distribución de sí mismo bajo la forma de esas entidades ministrantes de espíritu no disminuye de ninguna manera la sabiduría y la perfección de verdad y de conocimiento que reposan en la persona de ese Padre infinitamente sabio, omnisciente y todopoderoso.
3:4.5 (50.3) Para los mortales del tiempo hay un futuro, pero Dios habita en la eternidad. Aunque procedo de cerca del lugar mismo de residencia de la Deidad, no puedo pretender hablar con perfecta comprensión sobre la infinitud de muchos de los atributos divinos. Solo la infinitud de mente puede comprender plenamente la infinitud de existencia y la eternidad de acción.
3:4.6 (50.4) El hombre mortal no tiene ninguna posibilidad de conocer la infinitud del Padre celestial. La mente finita no puede considerar a fondo una verdad o un hecho tan absoluto. Pero ese mismo ser humano finito puede de hecho sentir —experimentar literalmente — el impacto pleno y sin mengua de ese AMOR infinito del Padre. Dicho amor se puede experimentar verdaderamente, si bien es cierto que, mientras que la calidad de la experiencia es ilimitada, la cantidad de tal experiencia está estrictamente limitada por la capacidad humana de receptividad espiritual y por su capacidad asociada de amar al Padre a cambio.
3:4.7 (50.5) La apreciación finita de las cualidades infinitas trasciende en mucho las capacidades lógicamente limitadas de la criatura por el hecho de que el hombre mortal está hecho a imagen de Dios: un fragmento de la infinitud vive dentro de él. Por lo tanto, el acercamiento más estrecho y afectuoso del hombre a Dios es por y mediante el amor, pues Dios es amor. Y toda esta relación única es una auténtica experiencia de sociología cósmica: la relación Creador-criatura, el afecto Padre-hijo.
3:5.1 (50.6) En su contacto con las creaciones posteriores a Havona, el Padre Universal no ejerce su poder infinito ni su autoridad final por transmisión directa, sino más bien a través de sus Hijos y de las personalidades subordinadas a ellos. Y Dios hace todo esto por su propio libre albedrío. Todos y cada uno de los poderes delegados, si surgiera la ocasión y si esa resultara ser la elección de la mente divina, podrían ejercerse directamente, pero por regla general tal acción solo tiene lugar como consecuencia del fracaso de la personalidad delegada en cumplir el encargo divino. En momentos así, frente a tal incumplimiento y dentro de los límites de la reserva de poder y potencial divino, el Padre actúa independientemente y de acuerdo con los mandatos que él mismo elige. Y esa elección es siempre de una perfección infalible y de una sabiduría infinita.
3:5.2 (51.1) El Padre rige a través de sus Hijos. Por toda la organización del universo desciende una cadena ininterrumpida de regidores terminada en los Príncipes Planetarios, que dirigen los destinos de las esferas evolutivas de los vastos dominios del Padre. No es una mera expresión poética la que exclama: «Del Señor es la tierra y la plenitud de esta». «Él quita reyes y pone reyes.» «Los Altísimos rigen en los reinos de los hombres.»
3:5.3 (51.2) En los asuntos del corazón de los hombres puede que el Padre Universal no siempre consiga lo que quiere, pero en la conducción y el destino de un planeta el plan divino prevalece, triunfa el propósito eterno de sabiduría y amor.
3:5.4 (51.3) Dijo Jesús: «Mi Padre, que me los dio, es más grande que todos; y nadie es capaz de arrancarlos de la mano de mi Padre». Cuando vislumbréis las múltiples obras de Dios y veáis la asombrosa inmensidad de su creación casi ilimitada puede que titubeéis en vuestro concepto de su primacía, pero no deberíais dejar de aceptarlo como alguien que está entronizado de forma firme y sempiterna en el centro paradisiaco de todas las cosas y como Padre benefactor de todos los seres inteligentes. No hay más que «un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos y en todos», «y él es antes que todas las cosas, y en él consisten todas las cosas».
3:5.5 (51.4) Las incertidumbres de la vida y las vicisitudes de la existencia no contradicen en modo alguno el concepto de la soberanía universal de Dios. La vida de toda criatura evolutiva se ve acosada por ciertas inevitabilidades. Considerad las siguientes:
3:5.6 (51.5) 1. ¿Es el valor —la fuerza de carácter— deseable? Entonces el hombre debe criarse en un ambiente en el que sea necesario bregar con las dificultades y reaccionar ante las desilusiones.
3:5.7 (51.6) 2. ¿Es el altruismo —el servicio a los semejantes— deseable? Entonces la experiencia de la vida debe asegurar que se encuentren situaciones de desigualdad social.
3:5.8 (51.7) 3. ¿Es la esperanza —la grandeza de la confianza— deseable? Entonces la existencia humana debe afrontar constantemente inseguridades e incertidumbres recurrentes.
3:5.9 (51.8) 4. ¿Es la fe —la afirmación suprema del pensamiento humano— deseable? Entonces la mente del hombre debe encontrarse en ese problemático aprieto de saber siempre menos de lo que puede creer.
3:5.10 (51.9) 5. ¿Es el amor a la verdad y la disposición a ir allá donde conduzca, deseable? Entonces el hombre debe crecer en un mundo en el que esté presente el error y sea siempre posible la falsedad.
3:5.11 (51.10) 6. ¿Es el idealismo —el concepto de lo divino que se aproxima— deseable? Entonces el hombre debe luchar en un ambiente de bondad y belleza relativa, en entornos que estimulen la tendencia irreprimible hacia cosas mejores.
3:5.12 (51.11) 7. ¿Es la lealtad —la entrega al deber más alto— deseable? Entonces el hombre debe avanzar entre posibilidades de traición y de abandono. El valor de la entrega al deber consiste en el peligro implícito de su incumplimiento.
3:5.13 (51.12) 8. ¿Es la falta de egoísmo —el olvido de uno mismo— deseable? Entonces el hombre mortal debe vivir cara a cara con el clamar incesante de un ego ineludible que busca reconocimiento y honor. El hombre no podría elegir activamente la vida divina si no hubiera una vida propia a la que renunciar. El hombre no podría depositar nunca su confianza de salvación en la rectitud si no hubiera un mal potencial que exaltar y un bien que diferenciar por contraste.
3:5.14 (51.13) 9. ¿Es el placer —la satisfacción de la felicidad— deseable? Entonces el hombre debe vivir en un mundo en el que la alternativa del dolor y la probabilidad de sufrir sean posibilidades experienciales siempre presentes.
3:5.15 (52.1) En todo el universo cada unidad se considera una parte del todo. La supervivencia de la parte depende de su cooperación con el plan y el propósito del todo, de su deseo incondicional y su disposición perfecta a hacer la divina voluntad del Padre. El único mundo evolutivo sin errores (sin la posibilidad de juicios desacertados) sería un mundo sin inteligencia libre. En el universo de Havona hay mil millones de mundos perfectos con sus habitantes perfectos, pero el hombre en vías de evolución tiene que ser falible si ha de ser libre. Es imposible que una inteligencia libre y sin experiencia sea uniformemente sabia desde el principio. La posibilidad de juicio erróneo (el mal) solo se convierte en pecado cuando la voluntad humana refrenda conscientemente y abraza a sabiendas un juicio inmoral deliberado.
3:5.16 (52.2) La apreciación plena de la verdad, la belleza y la bondad es inherente a la perfección del universo divino. Los habitantes de los mundos de Havona no necesitan el potencial de los niveles de valor relativos como estímulo de sus elecciones. Tales seres perfectos son capaces de identificar y elegir el bien en ausencia de toda situación moral que sirva de contraste y obligue a pensar. Pero todos esos seres perfectos son lo que son, en naturaleza moral y en estatus espiritual, en virtud del hecho de su existencia. Solo han ganado avances experiencialmente dentro de su propio estatus inherente. El hombre mortal gana incluso su estatus de candidato a la ascensión mediante su propia fe y su propia esperanza. Todo lo divino que la mente humana capta y que el alma humana adquiere es un logro experiencial, una realidad de la experiencia personal, y es por lo tanto una posesión única en contraste con la bondad y la rectitud inherentes a las personalidades sin error de Havona.
3:5.17 (52.3) Las criaturas de Havona son naturalmente valientes, pero no son valerosas en el sentido humano. Son innatamente amables y consideradas, pero no precisamente altruistas a la manera humana. Tienen la expectativa de un futuro agradable, pero no sienten la esperanza exquisita de los confiados mortales de las inciertas esferas evolutivas. Tienen fe en la estabilidad del universo, pero son totalmente ajenas a esa fe salvadora mediante la cual el hombre mortal escala desde el estatus de animal hasta los portales del Paraíso. Aman la verdad, pero no saben nada de sus cualidades salvadoras del alma. Son idealistas, pero nacieron así; ignoran por completo el éxtasis de llegar a serlo mediante elecciones estimulantes. Son leales, pero no han experimentado nunca el estremecimiento de la entrega incondicional e inteligente al deber frente a la tentación de no cumplirlo. No son egoístas, pero no ganaron nunca esos niveles de experiencia mediante la superación magnífica de un yo beligerante. Disfrutan del placer, pero no comprenden la dulzura del placer de escapar del dolor potencial.
3:6.1 (52.4) Con desinterés divino, con generosidad consumada, el Padre Universal cede autoridad y delega poder, pero sigue siendo primario. Su mano está sobre la poderosa palanca de las circunstancias de los dominios universales. Se ha reservado todas las decisiones finales y maneja sin error el todopoderoso cetro de veto de su propósito eterno con autoridad incuestionable sobre el bienestar y el destino de la extensa creación que gira y gira en círculos perpetuos.
3:6.2 (52.5) La soberanía de Dios es ilimitada, es el hecho fundamental de toda la creación. El universo no era inevitable. El universo no es un accidente ni existe por sí mismo. El universo es un trabajo de creación y está por lo tanto enteramente sujeto a la voluntad del Creador. La voluntad de Dios es verdad divina, es amor vivo. Por eso las creaciones en perfeccionamiento de los universos evolutivos se caracterizan por la bondad: la cercanía a la divinidad y por el mal potencial: la lejanía de la divinidad.
3:6.3 (53.1) Todas las filosofías religiosas llegan tarde o temprano al concepto de un gobierno unificado del universo, de un solo Dios. Las causas del universo no pueden ser inferiores a los efectos del universo. La fuente de las corrientes de vida universal y de la mente cósmica tiene que estar por encima de los niveles de su manifestación. La mente humana no se puede explicar de forma coherente en términos de los órdenes inferiores de existencia. La mente del hombre solo se puede comprender verdaderamente mediante el reconocimiento de la realidad de órdenes más altos de pensamiento y de voluntad con propósito. El hombre como ser moral es inexplicable a menos que se reconozca la realidad del Padre Universal.
3:6.4 (53.2) El filósofo mecanicista se precia de rechazar la idea de una voluntad universal y soberana, la misma voluntad soberana cuya actividad en la elaboración de las leyes del universo venera tan profundamente. ¡Qué homenaje involuntario rinde el mecanicista al Creador de las leyes cuando concibe que tales leyes actúan y se explican por sí mismas!
3:6.5 (53.3) Es un gran desatino humanizar a Dios excepto en el concepto del Ajustador del Pensamiento que mora en vuestro interior, pero incluso eso no es tan estúpido como mecanizar completamente la idea de la Primera Gran Fuente y Centro.
3:6.6 (53.4) ¿Sufre el Padre del Paraíso? No lo sé. Es indudable que los Hijos Creadores pueden sufrir y a veces sufren como les sucede a los mortales. El Hijo Eterno y el Espíritu Infinito sufren en un sentido modificado. Yo pienso que el Padre Universal sufre, aunque no puedo entender cómo. Quizás a través del circuito de la personalidad o a través de la individualidad de los Ajustadores del Pensamiento y de otros otorgamientos de su naturaleza eterna. Él ha dicho de las razas mortales: «En todas vuestras aflicciones yo me aflijo». Experimenta incuestionablemente una comprensión paternal y compasiva; puede que sufra verdaderamente, pero yo no comprendo la naturaleza de ese sufrimiento.
3:6.7 (53.5) El Regidor eterno e infinito del universo de universos es poder, forma, energía, proceso, patrón, principio, presencia y realidad idealizada. Pero es más, es personal, ejerce una voluntad soberana, experimenta la autoconsciencia de su divinidad, ejecuta los mandatos de una mente creativa, persigue la satisfacción de realizar un propósito eterno y manifiesta amor y afecto de Padre por sus hijos del universo. Y todos estos rasgos más personales del Padre se pueden entender mejor observándolos tal como fueron revelados en la vida de otorgamiento de Miguel, vuestro Hijo Creador, mientras estuvo encarnado en Urantia.
3:6.8 (53.6) Dios Padre ama a los hombres. Dios Hijo sirve a los hombres. Dios Espíritu inspira a los hijos del universo a la aventura siempre ascendente de encontrar a Dios Padre por los caminos que ordenan los Dios Hijos y mediante el ministerio de la gracia de Dios Espíritu.
3:6.9 (53.7) [En mi calidad de Consejero Divino encargado de presentar la revelación del Padre Universal, he seguido con esta exposición de los atributos de la Deidad.]
El libro de Urantia
Documento 4
4:0.1 (54.1) EL Padre Universal tiene un propósito eterno que concierne a los fenómenos materiales, intelectuales y espirituales del universo de universos, y que está llevando a cabo a lo largo del tiempo. Dios creó los universos por su propia voluntad libre y soberana, y los creó de acuerdo con su propósito omnisciente y eterno. Es dudoso que nadie, excepto las Deidades del Paraíso y sus colaboradores más altos, sepa de verdad gran cosa sobre el propósito eterno de Dios. Incluso los excelsos ciudadanos del Paraíso sostienen opiniones muy diversas sobre la naturaleza del propósito eterno de las Deidades.
4:0.2 (54.2) Es fácil deducir que el propósito de la creación del perfecto universo central de Havona fue la pura satisfacción de la naturaleza divina. Havona puede servir como creación patrón para todos los demás universos y como escuela final para los peregrinos del tiempo en su camino hacia el Paraíso. Sin embargo, una creación tan celestial tiene que existir fundamentalmente para placer y satisfacción de los Creadores perfectos e infinitos.
4:0.3 (54.3) El asombroso plan de perfeccionar a los mortales evolutivos y, una vez hayan alcanzado el Paraíso y el Cuerpo de la Finalización, proporcionarles más formación para algún trabajo futuro no revelado, parece ser uno de los intereses principales de los siete superuniversos y sus muchas subdivisiones en el presente. Pero este programa de ascensión para espiritualizar y formar a los mortales del tiempo y el espacio no es en absoluto la ocupación exclusiva de las inteligencias del universo. Existen de hecho muchas otras actividades fascinantes que ocupan el tiempo y movilizan las energías de las huestes celestiales.
4:1.1 (54.4) Los habitantes de Urantia han malinterpretado durante mucho tiempo la providencia de Dios. Hay una providencia establecida por la divinidad en vuestro mundo, pero no es el ministerio infantil, arbitrario y material concebido por muchos mortales. La providencia de Dios consiste en las actividades entrelazadas de los seres celestiales y los espíritus divinos que, de conformidad con la ley cósmica, trabajan incesantemente por el honor de Dios y por el avance espiritual de sus hijos del universo.
4:1.2 (54.5) ¿Acaso no podéis avanzar en vuestro concepto sobre el trato de Dios con el hombre hasta el nivel en el que reconozcáis que la consigna del universo es el progreso? La raza humana ha luchado durante muchísimo tiempo por alcanzar su posición presente. A lo largo de todos esos milenios, la Providencia ha estado poniendo en obra el plan de evolución progresiva. Ambos pensamientos no son opuestos en la práctica, solo en los conceptos erróneos del hombre. La providencia divina no se coloca nunca en oposición al verdadero progreso humano, ya sea temporal o espiritual. La providencia concuerda siempre con la naturaleza inmutable y perfecta del Legislador supremo.
4:1.3 (55.1) «Dios es fiel» y «todos sus mandamientos son justos». «Su fidelidad se establece en los mismos cielos.» «Tu palabra, oh Señor, se ha asentado para siempre en el cielo. Tu fidelidad es para todas las generaciones; tú has establecido la tierra, y la tierra permanece.» «Él es un Creador fiel.»
4:1.4 (55.2) No hay limitación en cuanto a las fuerzas y las personalidades que el Padre puede utilizar para mantener su propósito y sostener a sus criaturas. «El Dios eterno es nuestro refugio, y debajo están sus brazos sempiternos.» «El que mora en el lugar secreto del Altísimo permanecerá bajo la sombra del Todopoderoso.» «Mirad, el que nos guarda no se adormecerá ni se dormirá.» «Sabemos que todas las cosas trabajan unidas para el bien de los que aman a Dios», «pues los ojos del Señor están sobre los justos y sus oídos están abiertos a sus oraciones».
4:1.5 (55.3) Dios mantiene «todas las cosas por la palabra de su poder». Y cuando nacen nuevos mundos, «envía a sus Hijos y son creados». Dios no solo crea, sino que «los preserva a todos». Dios mantiene constantemente todas las cosas materiales y a todos los seres espirituales. Los universos son eternamente estables. Hay estabilidad en medio de una aparente inestabilidad. Hay un orden y una seguridad subyacentes en medio de las convulsiones de energía y de los cataclismos físicos de los dominios estelares.
4:1.6 (55.4) El Padre Universal no se ha retirado de la dirección de los universos, no es una Deidad inactiva. Si Dios dejara de ser el mantenedor de toda la creación, se produciría inmediatamente un colapso universal. Si no fuera por Dios no habría eso que se llama realidad. En este mismo momento, así como durante las remotas edades del pasado y en el futuro eterno, Dios sigue manteniendo. El alcance divino se extiende en torno al círculo de la eternidad. Al universo no se le da cuerda como a un reloj para que ande durante un tiempo y luego deje de funcionar; todas las cosas se renuevan constantemente. El Padre derrama incesantemente energía, luz y vida. La obra de Dios es literal así como espiritual. «Él extiende el norte sobre el espacio vacío y cuelga la tierra de la nada.»
4:1.7 (55.5) Un ser de mi orden puede descubrir una armonía fundamental y detectar una coordinación profunda y de gran alcance en los asuntos de rutina de la administración del universo. Mucho de lo que parece inconexo y fortuito para la mente mortal se muestra ordenado y positivo a mi entendimiento, aunque ocurren muchas cosas en el universo que no alcanzo a comprender plenamente. Desde hace mucho tiempo soy un estudioso más o menos versado de las fuerzas, las energías, las mentes, las morontias, los espíritus y las personalidades reconocidos en los universos locales y en los superuniversos. Tengo una comprensión general de cómo operan esos agentes y personalidades, y estoy íntimamente familiarizado con la actuación de las inteligencias de espíritu acreditadas del gran universo. Aun así, a pesar de mi conocimiento de los fenómenos de los universos, me enfrento constantemente a reacciones cósmicas que no puedo desentrañar del todo. Me encuentro sin cesar ante confabulaciones aparentemente fortuitas de la interasociación de fuerzas, energías, intelectos y espíritus que no logro explicar de manera satisfactoria.
4:1.8 (55.6) Soy plenamente competente para identificar y analizar la actividad de todos los fenómenos que resultan directamente de la actuación del Padre Universal, del Hijo Eterno, del Espíritu Infinito y, en gran medida, de la Isla del Paraíso. Mi perplejidad empieza cuando me encuentro con lo que parece ser la actuación de los misteriosos entes de su mismo rango, los tres Absolutos de potencialidad. Estos Absolutos parecen reemplazar la materia, trascender la mente y sobrevenir al espíritu. Me siento siempre confundido y muchas veces perplejo por mi incapacidad para comprender estas complejas operaciones que atribuyo a la presencia y la actuación del Absoluto No Cualificado, del Absoluto de Deidad y del Absoluto Universal.
4:1.9 (56.1) Estos Absolutos deben ser las presencias no plenamente reveladas que, allá fuera en el universo, en los fenómenos de la potencia del espacio y en la actuación de otros superúltimos, hacen imposible que los físicos, los filósofos o incluso las personas religiosas predigan con certeza cómo responderán exactamente los primordiales de fuerza, concepto o espíritu a las demandas hechas en una situación compleja de la realidad que suponga ajustes supremos y valores últimos.
4:1.10 (56.2) Hay también una unidad orgánica en los universos del tiempo y el espacio que parece subyacer a todo el tejido de los acontecimientos cósmicos. Esta presencia viva del Ser Supremo en evolución, esta Inmanencia del Incompleto Proyectado, se manifiesta inexplicablemente de cuando en cuando en lo que parece ser una coordinación asombrosamente fortuita de sucesos del universo que parecen no estar relacionados entre sí. Esta debe ser la función de la Providencia, el ámbito del Ser Supremo y el Actor Conjunto.
4:1.11 (56.3) Me inclino a creer que este extenso control, generalmente irreconocible, de la coordinación y la interasociación de todas las fases y formas de actividad del universo es lo que causa que una maraña tan abigarrada, tan irremediablemente confusa en apariencia, de fenómenos físicos, mentales, morales y espirituales se resuelva de modo tan infalible para la gloria de Dios y para el bien de hombres y ángeles.
4:1.12 (56.4) Pero en un sentido más amplio, los «accidentes» aparentes del cosmos son indudablemente parte del drama finito de la aventura en el espacio-tiempo del Infinito en su manipulación eterna de los Absolutos.
4:2.1 (56.5) La naturaleza es, en un sentido limitado, el hábito físico de Dios. La conducta, o acción, de Dios se ve restringida y provisionalmente modificada por los planes experimentales y los patrones evolutivos de un universo local, una constelación, un sistema o un planeta. Dios actúa conforme a una ley bien definida, invariable e inmutable en toda la inmensa extensión del universo maestro. Sin embargo, modifica sus patrones de acción para contribuir a la conducción paritaria y equilibrada de cada universo, constelación, sistema, planeta y personalidad conforme a los objetivos, propósitos y planes locales de los proyectos finitos del despliegue evolutivo.
4:2.2 (56.6) Por consiguiente, la naturaleza, tal como la entiende el hombre mortal, presenta el fundamento subyacente y el telón de fondo fundamental de una Deidad inalterable con sus leyes inmutables. Dichas leyes sufren modificaciones, fluctuaciones y trastornos como consecuencia de los planes, propósitos, patrones y condiciones locales instaurados y ejecutados por las fuerzas y personalidades del universo local, la constelación o el sistema, y por las fuerzas y personalidades planetarias. Por ejemplo: las leyes de Dios decretadas en Nebadon son modificadas según los planes establecidos por el Hijo Creador y el Espíritu Creativo de este universo local. A esto se añade que el funcionamiento de estas leyes ha estado influido además por los errores, las faltas y las insurrecciones de ciertos seres residentes en vuestro planeta y pertenecientes a vuestro sistema planetario inmediato de Satania.
4:2.3 (56.7) La naturaleza es la resultante en el espacio-tiempo de dos factores cósmicos: primero, la inmutabilidad, perfección y rectitud de la Deidad del Paraíso, y segundo, los planes experimentales, los fallos de ejecución, los errores insurreccionales, el desarrollo incompleto y la sabiduría imperfecta de las criaturas extraparadisiacas, de la más alta a la más baja. La naturaleza, por lo tanto, lleva en sí un hilo de perfección uniforme, invariable, majestuoso y maravilloso procedente del círculo de la eternidad. Pero en cada universo, en cada planeta y en cada vida individual, esta naturaleza se ve modificada, restringida y tal vez deteriorada por los actos, equivocaciones y deslealtades de las criaturas de los sistemas y universos evolutivos. Esto hace que la naturaleza, aunque estable en el fondo, tenga siempre un humor cambiante además de caprichoso y varíe según los procedimientos operativos de un universo local.
4:2.4 (57.1) La naturaleza es la perfección del Paraíso dividida por la incompleción, el mal y el pecado de los universos inacabados. Este cociente expresa, pues, tanto lo perfecto como lo parcial, lo eterno como lo temporal. La evolución continua modifica la naturaleza aumentando el contenido de perfección paradisiaca y disminuyendo el contenido de mal, error y desarmonía de la realidad relativa.
4:2.5 (57.2) Dios no está personalmente presente ni en la naturaleza ni en ninguna de las fuerzas de la naturaleza, puesto que en el fenómeno de la naturaleza se superponen las imperfecciones de la evolución progresiva, y a veces las consecuencias de las rebeliones insurreccionales, a los fundamentos paradisiacos de la ley universal de Dios. Tal como aparece en un mundo como Urantia, la naturaleza no puede ser nunca la expresión adecuada, la representación verdadera, el retrato fiel, de un Dios omnisciente e infinito.
4:2.6 (57.3) En vuestro mundo la naturaleza es el resultado de una restricción de las leyes de la perfección por los planes evolutivos del universo local. ¡Qué parodia es adorar la naturaleza porque está permeada por Dios en un sentido limitado, restringido, porque es un aspecto del poder universal y por lo tanto, divino! La naturaleza es también una manifestación de las actividades inacabadas, incompletas e imperfectas de desarrollo, crecimiento y progreso de un experimento de evolución cósmica realizado en el universo.
4:2.7 (57.4) Los defectos aparentes del mundo natural no son indicativos de ningún defecto correspondiente en el carácter de Dios. Las imperfecciones observadas no son más que los inevitables momentos de parada en la exhibición de la película en continuo movimiento de la infinitud en imágenes. Son precisamente estas interrupciones de la continuidad de la perfección provocadas por defectos las que hacen posible que la mente finita del hombre material capte una fugaz visión de la realidad divina en el tiempo y el espacio. Las manifestaciones materiales de la divinidad parecen defectuosas a la mente evolutiva del hombre solo porque el hombre mortal persiste en ver los fenómenos de la naturaleza a través de los ojos naturales, de la visión humana sin la ayuda de la mota de la morontia o de la revelación, su sustituto compensatorio en los mundos del tiempo.
4:2.8 (57.5) Y la naturaleza está deteriorada. Su bello rostro está cubierto de cicatrices, sus rasgos están marcados por la rebelión, la mala conducta y los pensamientos equivocados de miríadas de criaturas que son parte de la naturaleza pero que han contribuido a desfigurarla en el tiempo. No, la naturaleza no es Dios. La naturaleza no es objeto de adoración.
4:3.1 (57.6) El hombre ha pensado durante demasiado tiempo que Dios es alguien como él. Dios no está, nunca ha estado y nunca estará, celoso del hombre ni de ningún otro ser del universo de universos. Sabiendo que la intención del Hijo Creador era hacer del hombre la obra maestra de la creación planetaria, el regidor de toda la tierra, verlo dominado por sus mas bajas pasiones, contemplarlo doblegado ante ídolos de madera, piedra y oro, y percibir su ambición egoísta, mueven a Dios y a sus Hijos a estar celosos por el hombre, pero nunca del hombre.
4:3.2 (57.7) El Dios eterno es incapaz de albergar cólera e ira en el sentido de estas emociones humanas y tal como el hombre entiende este tipo de reacciones. Estos sentimientos son mezquinos y despreciables, apenas dignos de ser llamados humanos y mucho menos divinos. Tales actitudes son totalmente ajenas a la naturaleza perfecta y al carácter misericordioso del Padre Universal.
4:3.3 (58.1) Una parte importantísima de la dificultad que tienen los mortales de Urantia para entender a Dios se debe a las consecuencias de gran alcance de la rebelión de Lucifer y de la traición de Caligastia. En los mundos no segregados por el pecado, las razas evolutivas son capaces de formular ideas mucho mejores sobre el Padre Universal; sufren menos confusión, tergiversación y perversión de los conceptos.
4:3.4 (58.2) Dios no se arrepiente de nada de lo que ha hecho, ni de lo que hace ni de lo que hará. Él es omnisciente así como omnipotente. La sabiduría del hombre surge de las pruebas y errores de la experiencia humana; la sabiduría de Dios consiste en la perfección sin restricciones de su infinita visión del universo, y este preconocimiento divino dirige efectivamente el libre albedrío creativo.
4:3.5 (58.3) El Padre Universal no hace nunca nada que cause posteriormente pesar o arrepentimiento, pero las criaturas con voluntad formadas según los planes de sus personalidades creadoras en los universos de la periferia suscitan a veces, por sus elecciones desafortunadas, emociones de pesar divino en las personalidades de sus padres creadores. Y aunque el Padre no comete errores, ni abriga arrepentimientos ni experimenta pesares, es un ser con afecto de padre y su corazón sufre indudablemente cuando sus hijos no llegan a los niveles espirituales que son capaces de alcanzar con la asistencia que tan abundantemente se les ha proporcionado mediante los planes de logro espiritual y las políticas para la ascensión de los mortales de los universos.
4:3.6 (58.4) La bondad infinita del Padre sobrepasa la comprensión de la mente finita del tiempo. Por eso es necesario establecer siempre un contraste comparativo con el mal (no con el pecado) para poner de manifiesto de modo efectivo todos los aspectos de la bondad relativa. La visión interior imperfecta del mortal solo puede percibir la perfección de la bondad divina cuando se pone en asociación de contraste con la imperfección relativa de las relaciones del tiempo y la materia en los movimientos del espacio.
4:3.7 (58.5) El carácter de Dios es infinitamente sobrehumano. Por consiguiente, una naturaleza tal de divinidad tiene que estar personalizada, como lo está en los Hijos divinos, antes de que pueda ser captada, incluso mediante la fe, por la mente finita del hombre.
4:4.1 (58.6) Dios es el único ser estacionario, autocontenido e inmutable de todo el universo de universos, sin exterior, ni más allá, ni pasado ni futuro. Dios es energía con propósito (espíritu creativo) y voluntad absoluta, y estas son autoexistentes y universales.
4:4.2 (58.7) Puesto que Dios existe por sí mismo, es absolutamente independiente. La identidad misma de Dios es adversa al cambio. «Yo, el Señor, no cambio». Dios es inmutable, pero hasta que consigáis el estatus paradisiaco no podréis ni siquiera empezar a entender cómo puede pasar Dios de la simplicidad a la complejidad, de la identidad a la variación, de la quiescencia al movimiento, de la infinitud a la finitud, de lo divino a lo humano y de la unidad a la dualidad y a la triunidad. Y Dios puede modificar de esta forma las manifestaciones de su absolutidad porque la inmutabilidad divina no implica inmovilidad. Dios tiene voluntad, él es la voluntad.
4:4.3 (58.8) Dios es el ser que posee la autodeterminación absoluta. No hay más límites a sus reacciones en el universo que los que se impone a sí mismo, y los actos de su libre albedrío están condicionados solo por las cualidades divinas y los atributos perfectos que caracterizan inherentemente a su naturaleza eterna. Por lo tanto, Dios se relaciona con el universo como el ser que posee la bondad final sumada a un libre albedrío de infinitud creativa.
4:4.4 (58.9) El Absoluto-Padre es el creador del universo central y perfecto y el Padre de todos los demás Creadores. Dios comparte con el hombre y con otros seres la personalidad, la bondad y otras numerosas características, pero la infinitud de voluntad es solo suya. Dios está limitado en sus actos creativos solo por los sentimientos de su naturaleza eterna y por los dictados de su sabiduría infinita. Dios elige personalmente solo lo que es infinitamente perfecto, de ahí la perfección celestial del universo central. Y si bien los Hijos Creadores comparten plenamente su divinidad e incluso aspectos de su absolutidad, no están limitados del todo por ese carácter final de sabiduría que dirige la voluntad infinita del Padre. Por consiguiente, en el orden de filiación de los Migueles, el libre albedrío creativo se hace aún más activo, enteramente divino y casi último, si no absoluto. El Padre es infinito y eterno, pero negar la posibilidad de su autolimitación volitiva equivale a la negación del concepto mismo de su absolutidad volitiva.
4:4.5 (59.1) La absolutidad de Dios permea los siete niveles de realidad del universo, y la totalidad de esta naturaleza absoluta está sujeta a la relación del Creador con su familia de criaturas del universo. Puede que en el universo de universos la justicia trinitaria se caracterice por su precisión, pero en todas sus vastas relaciones de familia con las criaturas del tiempo, el Dios de los universos está gobernado por el sentimiento divino. En primer y último término —eternamente— el Dios infinito es un Padre. Entre todos los títulos posibles y adecuados por los que podría ser conocido, tengo instrucciones de describir al Dios de toda la creación como el Padre Universal.
4:4.6 (59.2) En Dios Padre las actuaciones de su libre albedrío no están regidas por el poder ni guiadas por el solo intelecto. La personalidad divina se define como espíritu que se manifiesta a los universos como amor. Por lo tanto, en todas sus relaciones personales con las personalidades criatura de los universos, la Primera Fuente y Centro es siempre e invariablemente un Padre amoroso. Dios es un Padre en el sentido más alto del término. Está motivado eternamente por el idealismo perfecto del amor divino, y esta tierna naturaleza encuentra su expresión más firme y su mayor satisfacción en amar y ser amado.
4:4.7 (59.3) En la ciencia Dios es la Causa Primera; en la religión, el Padre universal y amoroso; en la filosofía, el único ser que existe por sí mismo, que no depende de ningún otro ser para existir sino que confiere benéficamente la realidad de la existencia a todas las cosas y a todos los demás seres. Pero es necesaria la revelación para mostrar que la Causa Primera de la ciencia y la Unidad autoexistente de la filosofía son el Dios de la religión, lleno de misericordia y de bondad y comprometido a llevar a cabo la supervivencia eterna de sus hijos de la tierra.
4:4.8 (59.4) Anhelamos el concepto del Infinito pero adoramos la experiencia de la idea de Dios, nuestra capacidad de captar en cualquier momento y lugar los factores de personalidad y divinidad de nuestro concepto más alto de la Deidad.
4:4.9 (59.5) La consciencia de una vida humana victoriosa en la tierra nace de esa fe de la criatura que, cuando se enfrenta al espectáculo tremendo de las limitaciones humanas, se atreve a desafiar cada episodio recurrente de la existencia declarando indefectiblemente: aunque yo no puedo hacer esto, vive en mí alguien que puede y que lo hará, una parte del Absoluto-Padre del universo de universos. Y esa es «la victoria que vence al mundo, vuestra misma fe».
4:5.1 (59.6) La tradición religiosa es el registro imperfectamente conservado de las experiencias de los hombres conocedores de Dios de edades pasadas, pero esos registros no son fidedignos como guías para el vivir religioso ni como fuente de información verdadera sobre el Padre Universal. Esas antiguas creencias se han visto alteradas invariablemente por el hecho de que el hombre primitivo era un fabricante de mitos.
4:5.2 (60.1) Una de las mayores fuentes de confusión que hay en Urantia sobre la naturaleza de Dios proviene de que vuestros libros sagrados no supieron distinguir claramente entre las personalidades de la Trinidad del Paraíso ni entre la Deidad del Paraíso y los creadores y administradores del universo local. Durante las pasadas dispensaciones en las que la comprensión fue parcial, vuestros sacerdotes y profetas no supieron diferenciar claramente entre los Príncipes Planetarios, los Soberanos de los Sistemas, los Padres de las Constelaciones, los Hijos Creadores, los Gobernantes de los Superuniversos, el Ser Supremo y el Padre Universal. Muchos de los mensajes de las personalidades de menor rango, como los Portadores de Vida y varios órdenes de ángeles, se han presentado en vuestros escritos como procedentes del propio Dios. El pensamiento religioso urantiano sigue confundiendo a las personalidades compañeras de la Deidad con el propio Padre Universal de manera que todos se incluyen bajo una misma denominación.
4:5.3 (60.2) Las gentes de Urantia siguen sufriendo la influencia de los conceptos primitivos de Dios. Los dioses que arrasan en las tormentas, que sacuden la tierra en su cólera y abaten a los hombres en su ira, que muestran su desagrado dictaminando hambrunas e inundaciones —los dioses de la religión primitiva— no son los Dioses que viven y rigen en los universos. Tales conceptos son una reliquia de los tiempos en los que los hombres suponían que el universo estaba guiado y dominado por los caprichos de dichos dioses imaginarios. Pero el hombre mortal está empezando a darse cuenta de que vive en un mundo de ley y orden relativos en lo que concierne a las políticas y conductas administrativas de los Creadores Supremos y los Controladores Supremos.
4:5.4 (60.3) La idea bárbara de apaciguar a un Dios airado, de propiciar a un Señor ofendido, de ganar el favor de la Deidad a través de sacrificios y penitencia e incluso por el derramamiento de sangre representa una religión totalmente pueril y primitiva, una filosofía indigna de una edad ilustrada de ciencia y verdad. Tales creencias son absolutamente repulsivas para los seres celestiales y los gobernantes divinos que sirven y reinan en los universos. Es una afrenta a Dios creer, sostener o enseñar que se debe derramar sangre inocente para ganar su favor o para esquivar una ira divina ficticia.
4:5.5 (60.4) Los hebreos creían que «sin derramamiento de sangre no podía haber remisión de los pecados». No se habían liberado de la antigua idea pagana de que los Dioses solo se pueden apaciguar por la visión de la sangre, aunque Moisés dio un gran paso adelante cuando prohibió los sacrificios humanos y los sustituyó, en la mentalidad primitiva de sus infantiles seguidores beduinos, por el sacrificio ceremonial de animales.
4:5.6 (60.5) El otorgamiento de un Hijo del Paraíso a vuestro mundo era inherente a la situación de cierre de una edad planetaria. Era inevitable, y no se hizo necesario para el propósito de ganar el favor de Dios. Dio la casualidad de que este otorgamiento fue también el acto personal final de un Hijo Creador en la larga aventura de ganar la soberanía experiencial de su universo. ¡Qué parodia del carácter infinito de Dios es enseñar que a su corazón paternal, en toda su austera frialdad y dureza, no le conmovieran las desgracias y pesares de sus criaturas, que sus tiernas misericordias no se derramaran hasta que vio a su Hijo sin tacha, sangrante y moribundo en la cruz del Calvario!
4:5.7 (60.6) Pero los habitantes de Urantia han de encontrar la manera de liberarse de esos antiguos errores y esas supersticiones paganas respecto a la naturaleza del Padre Universal. Está apareciendo la revelación de la verdad sobre Dios, y la raza humana está destinada a conocer al Padre Universal en toda la belleza de su carácter y en todo el encanto de sus atributos tan magníficamente retratados por el Hijo Creador que residió en Urantia como Hijo del Hombre e Hijo de Dios.
4:5.8 (61.1) [Presentado por un Consejero Divino de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 5
5:0.1 (62.1) SI LA mente finita del hombre es incapaz de comprender cómo un Dios tan grande y majestuoso como el Padre Universal puede descender de su morada eterna de perfección infinita a fraternizar con la criatura humana individual, para ese intelecto finito la seguridad de la camaradería divina deberá basarse en la verdad del hecho de que un fragmento mismo del Dios vivo reside dentro del intelecto de todo mortal urantiano de mente normal y moralmente consciente. Los Ajustadores del Pensamiento que moran en esa mente son una parte de la Deidad eterna del Padre del Paraíso. Cuando el alma contempla esta presencia de realidad espiritual, el hombre no necesita ir más allá de su propia experiencia interior para encontrar a Dios e intentar la comunión con él.
5:0.2 (62.2) Dios ha distribuido la infinitud de su naturaleza eterna por todas las realidades existenciales de sus seis entes absolutos de igual rango, pero puede en cualquier momento establecer contacto personal directo con cualquier parte o fase o tipo de creación por medio de sus fragmentos prepersonales. Y el Dios eterno se ha reservado también la prerrogativa de otorgar la personalidad a los creadores divinos y a las criaturas vivas del universo de universos. Se ha reservado además la prerrogativa de mantener contacto directo y parental con todos estos seres personales a través del circuito de la personalidad.
5:1.1 (62.3) La incapacidad de la criatura finita de acercarse al Padre infinito no es inherente a la actitud distante del Padre sino a la finitud y las limitaciones materiales de los seres creados. La magnitud de la diferencia espiritual entre la personalidad más alta que existe en el universo y los grupos más bajos de inteligencias creadas es inconcebible. Si fuera posible transportar instantáneamente a los órdenes más bajos de inteligencias ante la presencia del Padre mismo, no sabrían que estaban allí. Estarían tan ajenos a la presencia del Padre Universal como lo están donde se encuentran ahora. El hombre mortal tiene por delante un larguísimo camino antes de poder, con fundamento y dentro de lo posible, solicitar un salvoconducto que le lleve a la presencia paradisiaca del Padre Universal. Espiritualmente, el hombre debe ser transformado muchas veces antes de que pueda alcanzar un plano que le aporte la visión espiritual que le permita ver siquiera a uno de los siete Espíritus Maestros.
5:1.2 (62.4) Nuestro Padre no se esconde, no se recluye arbitrariamente. Ha movilizado los recursos de la sabiduría divina en un esfuerzo sin fin para revelarse a los hijos de sus dominios universales. Hay una grandeza infinita y una generosidad inexpresable vinculadas a la majestad de su amor que hacen que anhele relacionarse con cada ser creado que pueda comprenderlo, amarlo o acercarse a él. Son, por lo tanto, las limitaciones inherentes a vosotros mismos, inseparables de vuestra personalidad finita y de vuestra existencia material, las que determinan el tiempo y el lugar y las circunstancias en las que podréis alcanzar la meta del viaje de ascensión del mortal y estar en la presencia del Padre en el centro de todas las cosas.
5:1.3 (63.1) Aunque para acercaros a la presencia paradisiaca del Padre tengáis que esperar a alcanzar los niveles finitos más altos de progresión espiritual, deberíais regocijaros al reconocer la posibilidad siempre presente de comunión inmediata con el espíritu otorgado del Padre que tan íntimamente se asocia con vuestra alma interior y con vuestro yo en espiritualización.
5:1.4 (63.2) Los mortales de los mundos del tiempo y el espacio pueden diferir enormemente en capacidades innatas y en dotes intelectuales. Pueden disfrutar de entornos excepcionalmente favorables al avance social y al progreso moral o, por el contrario, carecer prácticamente de ayuda humana para la cultura y el supuesto avance en las artes de la civilización; y sin embargo las posibilidades de progreso espiritual en la carrera de ascensión son iguales para todos. Los niveles crecientes de visión interior espiritual y de significados cósmicos se alcanzan de forma totalmente independiente de todas esas diferenciaciones sociomorales propias de los entornos materiales diversificados de los mundos evolutivos.
5:1.5 (63.3) Por más que los mortales de Urantia puedan diferir en sus oportunidades y dotaciones intelectuales, sociales, económicas e incluso morales, no olvidéis que su dotación espiritual es uniforme y única. Todos disfrutan de la misma presencia divina del don del Padre y todos tienen igual privilegio de buscar una comunión personal íntima con el espíritu de origen divino que mora en su interior. Asimismo, todos ellos pueden elegir aceptar la guía espiritual uniforme de estos Monitores de Misterio.
5:1.6 (63.4) Si el hombre mortal está motivado espiritualmente de todo corazón y consagrado sin reservas a hacer la voluntad del Padre, ese individuo estará dotado espiritualmente por el Ajustador divino que mora en su interior de modo tan cierto y efectivo que no puede dejar de materializarse en su experiencia la consciencia sublime de conocer a Dios y la certeza superna de sobrevivir con el fin de encontrar a Dios mediante la experiencia progresiva de hacerse cada vez más semejante a él.
5:1.7 (63.5) El hombre está habitado espiritualmente en su interior por un Ajustador del Pensamiento que sobrevive. Si tal mente humana está sincera y espiritualmente motivada, si esa alma humana desea conocer a Dios y hacerse como él, si quiere realmente hacer la voluntad del Padre, ninguna influencia negativa por carencia mortal, ningún poder positivo por posible interferencia pueden impedir que esa alma divinamente motivada ascienda de forma segura hasta los portales del Paraíso.
5:1.8 (63.6) El Padre desea que todas sus criaturas estén en comunión personal con él. Él tiene un lugar en el Paraíso para recibir a todos aquellos que, por su estatus de supervivencia y por su naturaleza espiritual pueden alcanzar tal logro. Por lo tanto, asentad en vuestra filosofía ahora y para siempre que, para cada uno de vosotros y para todos nosotros, Dios es accesible, el Padre es alcanzable, el camino está abierto. Las fuerzas del amor divino y los caminos y medios de la administración divina están todos conectados entre sí en un esfuerzo por facilitar que todas las inteligencias de todos los universos que sean dignas de ello avancen hasta la presencia del Padre Universal en el Paraíso.
5:1.9 (63.7) El hecho de que alcanzar a Dios suponga un tiempo inmenso no quita realidad a la presencia y la personalidad del Infinito. Vuestra ascensión es una parte del circuito de los siete superuniversos, y aunque lo recorráis incontables veces, podéis esperar seguir moviéndoos siempre hacia dentro en espíritu y en estatus. Podéis contar con que seréis trasladados de esfera en esfera desde los circuitos exteriores cada vez más cerca del centro interior, y algún día, no lo dudéis, os encontraréis en la divina presencia central y lo veréis, hablando figuradamente, cara a cara. La cuestión está en alcanzar los niveles espirituales actuales y literales, y estos niveles espirituales son alcanzables por cualquier ser que haya sido habitado por un Monitor de Misterio y que posteriormente se haya fusionado eternamente con ese Ajustador del Pensamiento.
5:1.10 (64.1) El Padre no se esconde espiritualmente, pero muchas de sus criaturas sí se han escondido en las brumas de sus propias decisiones deliberadas y, por el momento, se han separado de la comunión con su espíritu y con el espíritu de su Hijo al elegir sus propios caminos perversos y al complacerse en la autoafirmación de sus mentes intolerantes y sus naturalezas no espirituales.
5:1.11 (64.2) El hombre mortal puede acercarse a Dios y puede apartarse una y otra vez de la voluntad divina mientras conserve el poder de elegir. El sino final del hombre no está sellado hasta que no haya perdido el poder de elegir la voluntad del Padre. El corazón del Padre no se cierra nunca a las necesidades y a las peticiones de sus hijos. Son sus vástagos los que cierran para siempre sus corazones al poder de atracción del Padre cuando finalmente y para siempre pierden el deseo de hacer su divina voluntad: de conocerlo y de ser como él. Del mismo modo, el destino eterno del hombre está asegurado cuando su fusión con el Ajustador proclama al universo que dicho ser ascendente ha hecho la elección final e irrevocable de vivir la voluntad del Padre.
5:1.12 (64.3) El gran Dios se pone en contacto directo con el hombre mortal y da una parte de su ser infinito y eterno e incomprensible para que viva y more dentro de él. Dios se ha embarcado en la aventura eterna con el hombre. Si os sometéis a las directrices de las fuerzas espirituales que están dentro y alrededor de vosotros, no podréis dejar de alcanzar el alto destino que un Dios amoroso ha establecido como meta en el universo para sus criaturas ascendentes de los mundos evolutivos del espacio.
5:2.1 (64.4) La presencia física del Infinito es la realidad del universo material. La presencia mental de la Deidad debe determinarse por la profundidad de la experiencia intelectual individual y por el nivel evolutivo de la personalidad. La presencia espiritual de la Divinidad debe ser necesariamente diferencial en el universo. Está determinada por la capacidad espiritual de receptividad y por el grado de consagración de la voluntad de la criatura a hacer la voluntad divina.
5:2.2 (64.5) Dios vive en cada uno de sus hijos nacidos del espíritu. Los Hijos del Paraíso tienen acceso siempre a la presencia de Dios, a «la derecha del Padre», y todas sus personalidades criaturas tienen acceso al «seno del Padre». Esto se refiere al circuito de la personalidad, cuando, donde y comoquiera que se tome contacto con él, pero también puede conllevar contacto y comunión personal y autoconsciente con el Padre Universal, ya sea en la morada central o en cualquier otro lugar designado, como por ejemplo en una de las siete esferas sagradas del Paraíso.
5:2.3 (64.6) Sin embargo, la presencia divina no se puede descubrir en ninguna parte de la naturaleza, ni siquiera en las vidas de los mortales conocedores de Dios, con tanta certeza y plenitud como en vuestro intento de comunión con el Monitor de Misterio que mora en el interior, el Ajustador paradisiaco del Pensamiento. ¡Qué error soñar con un Dios lejano en los cielos cuando el espíritu del Padre Universal vive dentro de vuestra propia mente!
5:2.4 (64.7) Gracias a este fragmento de Dios que mora en vuestro interior, y según vayáis progresando en armonía con la guía espiritual del Ajustador, podéis esperar percibir más plenamente la presencia y el poder transformador de esas otras influencias espirituales que os rodean e inciden en vosotros pero que no funcionan como parte integrante de vosotros. El hecho de que no seáis conscientes intelectualmente del contacto estrecho e íntimo con el Ajustador que mora en vuestro interior no refuta en lo más mínimo tan elevada experiencia. La prueba de la fraternidad con el Ajustador divino consiste enteramente en la naturaleza y el alcance de los frutos del espíritu que se producen en la experiencia de la vida del creyente individual. «Por sus frutos los conoceréis.»
5:2.5 (65.1) Es extremadamente difícil para la mente material y escasamente espiritualizada del hombre mortal experimentar una consciencia marcada de las actividades de espíritu de entidades divinas tales como los Ajustadores del Paraíso. A medida que el alma, creación conjunta de la mente y el Ajustador, se hace cada vez más existente, va evolucionando una nueva fase de consciencia del alma que es capaz de experimentar la presencia de los Monitores de Misterio y reconocer su guía espiritual y otras actividades supramateriales.
5:2.6 (65.2) Toda la experiencia de comunión con el Ajustador implica poseer un estatus moral, una motivación mental y una experiencia espiritual. La autocomprensión de tal consecución está limitada principal, aunque no exclusivamente, a los dominios de la consciencia del alma. Pero las pruebas surgen, y abundantemente, en la manifestación de los frutos del espíritu en la vida de todos los que se ponen en contacto con ese espíritu interior.
5:3.1 (65.3) Aunque desde el punto de vista del universo las Deidades del Paraíso son como una, en sus relaciones espirituales con seres como los que habitan en Urantia son también tres personas distintas y separadas. Hay una diferencia entre las Divinidades en lo que respecta a los ruegos personales, la comunión y otras relaciones íntimas. En el sentido más alto adoramos al Padre Universal y solo a él. Es verdad que podemos adorar y adoramos al Padre tal como se manifiesta en sus Hijos Creadores, pero es al Padre, directa o indirectamente, a quien rendimos culto y adoramos.
5:3.2 (65.4) Los ruegos de todo tipo corresponden al dominio del Hijo Eterno y a la organización espiritual del Hijo. Las oraciones, todas las comunicaciones formales, todo excepto adorar y rendir culto al Padre Universal, son asuntos que conciernen al universo local. Normalmente no sobrepasan los límites del ámbito de jurisdicción de un Hijo Creador. En cambio y sin lugar a dudas, la adoración es encircuitada y enviada a la persona del Creador mediante el funcionamiento del circuito de personalidad del Padre. Creemos además que dicha manifestación del homenaje de una criatura habitada por un Ajustador se facilita por la presencia del espíritu del Padre. Existe una cantidad enorme de pruebas que confirman tal creencia, y yo sé que todos los órdenes de fragmentos del Padre tienen autorización para manifestar aceptablemente la adoración de buena fe de sus sujetos en presencia del Padre Universal. Los Ajustadores utilizan también sin duda canales prepersonales directos de comunicación con Dios, y son capaces además de utilizar los circuitos de gravedad de espíritu del Hijo Eterno.
5:3.3 (65.5) La adoración tiene su razón de ser en sí misma. La oración incorpora un elemento de interés propio o por otra criatura, esa es la gran diferencia entre adoración y oración. En la adoración verdadera no hay absolutamente ninguna petición para uno mismo ni ningún otro elemento de interés personal: adoramos a Dios simplemente por lo que comprendemos que es. La adoración no pide nada ni espera nada para el adorador. No adoramos al Padre porque podamos obtener algo de dicha veneración. Rendimos esa devoción y nos dedicamos a esa adoración como reacción natural y espontánea ante el reconocimiento de la personalidad incomparable del Padre y por su naturaleza digna de ser amada y sus atributos dignos de ser adorados.
5:3.4 (65.6) En el momento en que el elemento del interés propio se inmiscuye en la adoración, en ese instante, la devoción pasa de adoración a oración y es más apropiado dirigirla a la persona del Hijo Eterno o del Hijo Creador. Pero en la experiencia religiosa práctica no existe ninguna razón por la que la oración no deba dirigirse a Dios Padre como parte de una adoración verdadera.
5:3.5 (66.1) Cuando tratáis de los asuntos prácticos de vuestra vida diaria, estáis en manos de las personalidades de espíritu que tienen origen en la Tercera Fuente y Centro; estáis cooperando con los agentes del Actor Conjunto. Y así, resulta que adoráis a Dios, rezáis al Hijo y estáis en íntima comunión con él; y atendéis a los detalles de vuestra estancia terrenal en conexión con las inteligencias del Espíritu Infinito que operan en vuestro mundo y en todo vuestro universo.
5:3.6 (66.2) Los Hijos Creadores o los Hijos Soberanos que presiden los destinos de los universos locales ocupan el lugar tanto del Padre Universal como del Hijo Eterno del Paraíso. Estos Hijos de los Universos reciben en nombre del Padre la adoración del culto y prestan oído a los ruegos de los sujetos suplicantes en todas sus respectivas creaciones. Para los hijos de un universo local, un Hijo Miguel es Dios a todos los efectos prácticos. Es la personificación del Padre Universal y el Hijo Eterno en el universo local. El Espíritu Infinito mantiene contacto personal con los hijos de estos mundos a través de los Espíritus de los Universos, las compañeras administrativas y creativas de los Hijos Creadores del Paraíso.
5:3.7 (66.3) La adoración sincera conlleva la movilización de todos los poderes de la personalidad humana bajo la dominación del alma en evolución y sujetos a las directrices divinas del Ajustador del Pensamiento asociado. La mente con limitaciones materiales no puede llegar nunca a ser muy consciente del significado real de la adoración verdadera. La comprensión que el hombre tiene de la realidad de la experiencia de adoración está determinada principalmente por el estatus de desarrollo de su alma inmortal en evolución. El crecimiento espiritual del alma se produce de forma totalmente independiente de la autoconsciencia intelectual.
5:3.8 (66.4) La experiencia de la adoración consiste en el intento sublime del Ajustador, tu prometido, de comunicar al Padre divino los anhelos inexpresables y las aspiraciones indecibles del alma humana; es la creación conjunta de la mente mortal que busca a Dios y el Ajustador inmortal que revela a Dios. La adoración es, por lo tanto, el acto de asentimiento de la mente material al intento de su yo en vías de espiritualización de comunicarse con Dios como hijo por la fe del Padre Universal, bajo la guía del espíritu asociado. La mente mortal consiente en adorar; el alma inmortal ansía e inicia la adoración; la presencia del Ajustador divino conduce a esa adoración en nombre de la mente mortal y del alma inmortal en evolución. La verdadera adoración, en último término, se convierte en una experiencia realizada en cuatro niveles cósmicos: el intelectual, el morontial, el espiritual y el personal: es la consciencia de mente, alma y espíritu, y su unificación en la personalidad.
5:4.1 (66.5) La moralidad de las religiones de evolución empuja a los hombres a avanzar en la búsqueda de Dios mediante la fuerza motriz del miedo. Las religiones de revelación atraen a los hombres a buscar a un Dios de amor porque ansían hacerse como él. Pero la religión no es un mero sentimiento pasivo de «dependencia absoluta» y de «garantía de supervivencia»; es una experiencia viva y dinámica de búsqueda de la divinidad basada en el servicio a la humanidad.
5:4.2 (66.6) La gran contribución inmediata de la verdadera religión es el establecimiento en la experiencia humana de una unidad perdurable, una paz duradera y una seguridad profunda. En el hombre primitivo incluso el politeísmo es una unificación relativa del concepto en evolución de la Deidad; el politeísmo es monoteísmo en vías de formación. Tarde o temprano, Dios está destinado a ser comprendido como la realidad de los valores, la sustancia de los significados y la vida de la verdad.
5:4.3 (67.1) Dios no es solo el que determina el destino, es el destino eterno del hombre. Todas las actividades humanas no religiosas buscan doblegar el universo al servicio distorsionador del yo. El individuo verdaderamente religioso busca identificar el yo con el universo y dedicar luego las actividades de este yo unificado al servicio de la familia de sus semejantes humanos y sobrehumanos en el universo.
5:4.4 (67.2) Los dominios de la filosofía y el arte se interponen entre las actividades religiosas y no religiosas del ser humano. A través del arte y la filosofía, el hombre dotado de mente material es inducido a la contemplación de las realidades espirituales y los valores de eternos significados del universo.
5:4.5 (67.3) Todas las religiones enseñan a adorar a la Deidad y alguna doctrina de salvación humana. La religión budista promete salvación del sufrimiento, paz sin fin. La religión judía promete salvación de las dificultades, prosperidad basada en la rectitud. La religión griega prometía salvación de la falta de armonía, de la fealdad, mediante la comprensión de la belleza. El cristianismo promete salvación del pecado, santidad. El mahometismo ofrece liberación de las rigurosas normas morales del judaísmo y el cristianismo. La religión de Jesús es salvación que libera del yo, es liberación de los males del aislamiento de la criatura en el tiempo y en la eternidad.
5:4.6 (67.4) Los hebreos basaban su religión en la bondad, los griegos en la belleza. Ambas religiones buscaban la verdad. Jesús reveló a un Dios de amor, y el amor abarca la totalidad de la verdad, la belleza y la bondad.
5:4.7 (67.5) Los zoroástricos tenían una religión de moralidad, los hindúes una religión de metafísica, los confucionistas una religión de ética. Jesús vivió una religión de servicio. Todas esas religiones son valiosas en la medida en que son aproximaciones válidas a la religión de Jesús. La religión está destinada a convertirse en la realidad de la unificación espiritual de todo lo que es bueno, bello y verdadero en la experiencia humana.
5:4.8 (67.6) La religión griega tenía un lema: «Conócete a ti mismo». Los hebreos centraban su enseñanza en «conoce a tu Dios». Los cristianos predican un evangelio dirigido al «conocimiento del Señor Jesucristo». Jesús proclamó la buena nueva de «conocer a Dios y conocerte a ti mismo como hijo de Dios». Estos conceptos diferentes del propósito de la religión determinan la actitud del individuo en situaciones diversas de la vida y prefiguran la profundidad de su adoración y la naturaleza de sus hábitos personales de oración. Se puede determinar el estatus espiritual de cualquier religión por la naturaleza de sus oraciones.
5:4.9 (67.7) El concepto de un Dios semihumano y celoso es una transición inevitable entre el politeísmo y el monoteísmo sublime. Un antropomorfismo exaltado es el nivel más alto que una religión puramente evolutiva puede alcanzar. El cristianismo ha elevado el concepto de antropomorfismo desde el ideal de lo humano hasta el concepto trascendente y divino de la persona del Cristo glorificado. Y este es el antropomorfismo más alto que el hombre puede concebir jamás.
5:4.10 (67.8) El concepto cristiano de Dios es un intento de combinar tres enseñanzas distintas:
5:4.11 (67.9) 1. El concepto hebreo: Dios como vindicador de los valores morales, un Dios recto.
5:4.12 (67.10) 2. El concepto griego: Dios como unificador, un Dios de sabiduría.
5:4.13 (68.1) 3. El concepto de Jesús: Dios como amigo vivo, un Padre amoroso, la presencia divina.
5:4.14 (68.2) Debe, por lo tanto, ser evidente que la amalgamada teología cristiana encuentra gran dificultad para lograr coherencia. Esta dificultad se agrava aún más por el hecho de que las doctrinas del primer cristianismo se basaron por lo general en la experiencia religiosa personal de tres personas diferentes: Filón de Alejandría, Jesús de Nazaret y Pablo de Tarso.
5:4.15 (68.3) Al estudiar la vida religiosa de Jesús visualizadlo de manera positiva. No penséis tanto en su falta de pecado como en su rectitud, en su servicio de amor. Jesús elevó el amor pasivo desvelado en el concepto hebreo del Padre celestial hasta el afecto más alto, activo y amante de las criaturas de un Dios que es el Padre de todos los individuos, incluso de los transgresores.
5:5.1 (68.4) La moral tiene su origen en la razón de la autoconsciencia; es supranimal pero enteramente evolutiva. La evolución humana abarca en su despliegue todas las dotaciones que anteceden al otorgamiento de los Ajustadores y al derramamiento del Espíritu de la Verdad. Pero alcanzar niveles de moralidad no libera al hombre de las luchas reales de su vivir como mortal. El entorno físico del hombre conlleva batallar por la existencia; el ambiente social necesita ajustes éticos; las situaciones morales exigen hacer elecciones en los dominios más altos de la razón. La experiencia espiritual (cuando se ha comprendido la realidad de Dios) demanda que el hombre lo encuentre y se esfuerce sinceramente en ser como él.
5:5.2 (68.5) La religión no se fundamenta en los hechos de la ciencia, las obligaciones de la sociedad, las suposiciones de la filosofía ni los deberes implícitos de la moralidad. La religión es un campo independiente de respuesta humana a las situaciones de la vida y se pone de manifiesto indefectiblemente en todas las etapas del desarrollo humano que son posmorales. La religión puede permear los cuatro niveles de comprensión de los valores y de disfrute de la fraternidad universal: el nivel físico o material de la propia preservación, el nivel social o emocional de la fraternidad, el nivel de la razón moral o del deber y el nivel espiritual de la consciencia de la fraternidad universal a través de la adoración divina.
5:5.3 (68.6) El científico buscador de hechos concibe a Dios como la Causa Primera, un Dios de fuerza. El artista emotivo ve a Dios como el ideal de belleza, un Dios de la estética. El filósofo razonador se inclina a veces a plantearse un Dios de unidad universal, incluso una Deidad panteísta. La persona religiosa con fe cree en un Dios que fomenta la supervivencia, el Padre del cielo, el Dios de amor.
5:5.4 (68.7) La conducta moral es siempre un antecedente de la religión evolucionada e incluso una parte de la religión revelada, pero nunca la totalidad de la experiencia religiosa. El servicio social es el resultado de un pensar moral y de un vivir religioso. La moralidad no conduce biológicamente a niveles espirituales más altos de experiencia religiosa. Adorar la belleza abstracta no es rendir culto a Dios. Tampoco exaltar la naturaleza o venerar la unidad es rendir culto a Dios.
5:5.5 (68.8) La religión evolutiva es la madre de la ciencia, del arte y de la filosofía, que elevaron al hombre a un nivel de receptividad a la religión revelada en el que se incluye el otorgamiento de los Ajustadores y la llegada del Espíritu de la Verdad. El panorama evolutivo de la existencia humana empieza y termina con la religión, si bien es cierto que con calidades muy diferentes de religión: una de evolución y biológica, la otra de revelación y periódica. Y así, mientras la religión es normal y natural para el hombre, es también optativa. El hombre no tiene que ser religioso contra su voluntad.
5:5.6 (69.1) La experiencia religiosa, al ser esencialmente espiritual, nunca puede ser entendida plenamente por la mente material. De ahí la función de la teología, que es la psicología de la religión. La doctrina esencial del reconocimiento humano de Dios crea una paradoja en la comprensión finita. Es casi imposible para la lógica humana y para la razón finita armonizar el concepto de la inmanencia divina, Dios dentro de cada individuo y formando parte de él, con la idea de la trascendencia de Dios, la dominación divina del universo de universos. Estos dos conceptos esenciales de la Deidad se deben unificar en la captación mediante la fe del concepto de la trascendencia de un Dios personal junto con el reconocimiento de la presencia de un fragmento de ese Dios que mora en el interior, para justificar así la adoración inteligente y validar la esperanza de la supervivencia de la personalidad. Las dificultades y paradojas de la religión son inherentes al hecho de que las realidades de la religión sobrepasan por completo la capacidad de comprensión intelectual del mortal.
5:5.7 (69.2) El hombre mortal obtiene tres grandes satisfacciones de la experiencia religiosa, incluso durante su estancia temporal en la tierra:
5:5.8 (69.3) 1. Intelectualmente, experimenta las satisfacciones de una consciencia humana más unificada.
5:5.9 (69.4) 2. Filosóficamente, disfruta de la confirmación de sus ideales de valores morales.
5:5.10 (69.5) 3. Espiritualmente, prospera en la experiencia de la compañía divina, en las satisfacciones espirituales de la adoración verdadera.
5:5.11 (69.6) La consciencia de Dios, tal como la experimenta el mortal que evoluciona en los mundos, debe constar de tres factores variables, tres niveles diferenciales de captación de la realidad. Primero está la consciencia de la mente: la comprensión de la idea de Dios. Sigue luego la consciencia del alma: la captación del ideal de Dios. Nace por último la consciencia del espíritu: la captación de la realidad de espíritu de Dios. Mediante la unificación de estos factores de la captación divina, sin importar lo incompleta que esta sea, la personalidad mortal despliega en todo momento sobre todos los niveles conscientes una captación de la personalidad de Dios. En aquellos mortales que hayan alcanzado el Cuerpo de la Finalización, todo esto les conducirá con el tiempo a la captación de la supremacía de Dios y puede resultar posteriormente en la captación de la ultimidad de Dios, que es un aspecto de la superconsciencia absonita del Padre del Paraíso.
5:5.12 (69.7) La experiencia de la consciencia de Dios sigue siendo la misma de generación en generación, pero el concepto filosófico y las definiciones teológicas de Dios deben cambiar con cada época de avance del conocimiento humano. El conocer a Dios, la consciencia religiosa, es una realidad universal, pero por muy válida (real) que sea la experiencia religiosa, debe estar dispuesta a someterse a una crítica inteligente y a una interpretación filosófica razonable. No puede pretender ser algo aislado de la totalidad de la experiencia humana.
5:5.13 (69.8) La supervivencia eterna de la personalidad depende enteramente de la elección de la mente del mortal, cuyas decisiones determinan el potencial de supervivencia del alma inmortal. Cuando la mente cree en Dios y el alma conoce a Dios y, junto con el Ajustador fomentador, todos ellos desean a Dios, la supervivencia está asegurada. Ni las limitaciones del intelecto ni las carencias educativas, la privación de cultura o el empobrecimiento del estatus social, ni siquiera un nivel inferior de moralidad humana producto de la desafortunada falta de ventajas educativas, culturales y sociales, pueden invalidar la presencia del espíritu divino en aquellos individuos humanamente desafortunados y disminuidos pero creyentes. El morar interior del Monitor de Misterio origina y asegura el potencial de crecimiento y supervivencia del alma inmortal.
5:5.14 (70.1) La capacidad de los padres mortales para procrear no se basa en su estatus educativo, cultural, social o económico. La unión de los factores parentales en condiciones naturales es totalmente suficiente para iniciar la prole. Una mente humana con discernimiento entre el bien y el mal y con capacidad de adorar a Dios, en unión con un Ajustador divino, es todo lo que se requiere de un mortal para iniciar y fomentar la formación de su alma inmortal con cualidades de supervivencia. Pero es condición necesaria que ese individuo dotado de espíritu busque a Dios, desee sinceramente llegar a ser como él y elija de verdad hacer la voluntad del Padre del cielo.
5:6.1 (70.2) El Padre Universal es el Dios de las personalidades. El dominio de la personalidad en el universo, desde la criatura mortal y material más baja con estatus de personalidad hasta las personas más altas con dignidad de creador y estatus divino, tiene su centro y su circunferencia en el Padre Universal. Dios Padre es el otorgador y el conservador de toda personalidad. Y el Padre del Paraíso es asimismo el destino de todas las personalidades finitas que eligen de todo corazón hacer la voluntad divina, que aman a Dios y anhelan ser como él.
5:6.2 (70.3) La personalidad es uno de los misterios no resueltos de los universos. Podemos formarnos conceptos adecuados de los factores que entran en la composición de los diversos órdenes y niveles de personalidad, pero no comprendemos plenamente la naturaleza real de la personalidad misma. Percibimos claramente los numerosos factores que constituyen reunidos el vehículo de la personalidad humana, pero no comprendemos plenamente la naturaleza ni la significación de esa personalidad finita.
5:6.3 (70.4) La personalidad está en potencia en todas las criaturas que poseen una dotación de mente que va desde el mínimo de consciencia de sí mismas hasta el máximo de consciencia de Dios. Pero la dotación de mente por sí sola no es personalidad, ni tampoco lo es el espíritu ni la energía física. La personalidad es esa cualidad y ese valor de realidad cósmica que Dios Padre otorga exclusivamente a los sistemas vivos que tienen las energías de materia, mente y espíritu asociadas y coordinadas. La personalidad tampoco es una consecución progresiva. La personalidad puede ser material o espiritual, pero o hay personalidad o no hay personalidad. Lo que no es personal no alcanza nunca el nivel de lo personal excepto por la acción directa del Padre del Paraíso.
5:6.4 (70.5) El otorgamiento de la personalidad es función exclusiva del Padre Universal. Consiste en la personalización de los sistemas vivos de energía a quienes dota con los atributos de una consciencia creativa relativa y con el control de libre albedrío de dichos atributos. No hay personalidad aparte de Dios Padre, y ninguna personalidad existe si no es por Dios Padre. Los atributos fundamentales del yo humano, así como el núcleo Ajustador absoluto de la personalidad humana, son otorgamientos del Padre Universal cuando actúa en el dominio exclusivamente personal de su ministerio cósmico.
5:6.5 (70.6) Los Ajustadores de estatus prepersonal habitan en el interior de numerosos tipos de criaturas mortales y con ello aseguran que esos mismos seres puedan sobrevivir a la muerte del mortal para personalizarse como criaturas de la morontia con potencial de logro último del espíritu. De este modo, cuando una mente de criatura con dotación de personalidad está habitada por un fragmento del espíritu del Dios eterno como otorgamiento prepersonal del Padre personal, resulta que dicha personalidad finita posee el potencial de lo divino y de lo eterno, aspira a un destino semejante al Último y llega incluso a buscar una comprensión del Absoluto.
5:6.6 (71.1) La capacidad de personalidad divina es inherente al Ajustador prepersonal. La capacidad de personalidad humana está en potencia en la dotación de mente cósmica del ser humano. Pero la personalidad experiencial del hombre mortal solo es observable como realidad activa y funcional después de que el vehículo de la vida material de la criatura mortal haya sido tocado por la divinidad liberadora del Padre Universal. Entonces es lanzado a los mares de la experiencia como una personalidad autoconsciente y (relativamente) autodeterminativa y autocreativa. El yo material es verdaderamente personal sin restricciones.
5:6.7 (71.2) El yo material tiene personalidad e identidad, identidad temporal. El Ajustador prepersonal de espíritu tiene también identidad, identidad eterna. Esta personalidad material y esta prepersonalidad de espíritu son capaces de unir sus atributos creativos de tal manera que traen a la existencia la identidad superviviente del alma inmortal.
5:6.8 (71.3) Habiendo dispuesto así el crecimiento del alma inmortal y habiendo liberado al yo interior del hombre de las cadenas de la dependencia absoluta de la causalidad antecedente, el Padre se hace a un lado. Ahora que el hombre ha sido liberado de esta forma de las cadenas de la reacción a la causalidad, al menos en lo que concierne al destino eterno, y que se ha dispuesto lo necesario para el crecimiento del yo inmortal, el alma, queda en manos del hombre mismo desear o inhibir la creación de ese yo superviviente y eterno que es suyo si así lo elige. Ningún otro ser, fuerza, creador o agente de todo el amplio universo de universos puede interferir en grado alguno en la soberanía absoluta del libre albedrío del mortal cuando actúa dentro del campo de la elección respecto al destino eterno de la personalidad del mortal que elige. En lo que concierne a la supervivencia eterna, Dios ha decretado que la voluntad material y mortal es soberana, y ese decreto es absoluto.
5:6.9 (71.4) El otorgamiento de la personalidad de criatura confiere una liberación relativa de la reacción servil a la causalidad antecedente, y las personalidades de todos esos seres morales, evolutivos o de otro tipo, están centradas en la personalidad del Padre Universal. Son atraídos siempre hacia su presencia en el Paraíso por esa afinidad del ser que constituye el vasto y universal círculo familiar y el vasto y universal circuito fraterno del Dios eterno. Hay una afinidad de espontaneidad divina en toda personalidad.
5:6.10 (71.5) El circuito de personalidad del universo de universos está centrado en la persona del Padre Universal, y el Padre del Paraíso es personalmente consciente de todas las personalidades de todos los niveles de existencia autoconsciente y está en contacto personal con todas ellas. Esta consciencia de la personalidad de toda la creación existe con independencia de la misión de los Ajustadores del Pensamiento.
5:6.11 (71.6) Al igual que toda la gravedad está encircuitada con la Isla del Paraíso, al igual que toda mente está encircuitada con el Actor Conjunto y todo espíritu con el Hijo Eterno, toda personalidad está encircuitada con la presencia personal del Padre Universal, y este circuito transmite infaliblemente la adoración de todas las personalidades a la Personalidad Original y Eterna.
5:6.12 (71.7) En cuanto a las personalidades que no son habitadas por un Ajustador, el Padre Universal les ha otorgado también el atributo de la libertad de elección, y dichas personas están igualmente incluidas en el gran circuito de amor divino, el circuito de personalidad del Padre Universal. Dios garantiza la elección soberana a todas las personalidades verdaderas. Ninguna criatura personal puede ser coaccionada a emprender la aventura eterna. El portal de la eternidad solo se abre en respuesta a la elección de libre albedrío de los hijos con libre albedrío del Dios del libre albedrío.
5:6.13 (72.1) Con esto pongo fin a mi intento de presentar la relación del Dios vivo con los hijos del tiempo. Y cuando todo está dicho y hecho, no puedo hacer nada más útil que reiterar que Dios es vuestro Padre en el universo y que todos vosotros sois sus hijos planetarios.
5:6.14 (72.2) [Este es el quinto y último documento de la serie sobre el Padre Universal presentada por un Consejero Divino de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 6
6:0.1 (73.1) EL Hijo Eterno es la expresión perfecta y final del «primer» concepto personal y absoluto del Padre Universal. En consecuencia, cuando y comoquiera que el Padre se exprese de manera personal y absoluta, lo hace a través de su Hijo Eterno, que siempre ha sido, es ahora y será siempre, el Verbo vivo y divino. Y este Hijo Eterno reside en el centro de todas las cosas en asociación con el Padre Eterno y Universal cuya presencia personal envuelve de modo inmediato.
6:0.2 (73.2) Al hablar del «primer» pensamiento de Dios, aludimos a un imposible origen en el tiempo del Hijo Eterno con el propósito de lograr acceder a los canales de pensamiento del intelecto humano. Tales distorsiones del lenguaje representan nuestro mejor esfuerzo por llegar a un compromiso que nos permita establecer contacto con las mentes atadas al tiempo de las criaturas mortales. En sentido secuencial el Padre Universal no pudo haber tenido nunca un primer pensamiento, ni pudo el Hijo Eterno haber tenido nunca un principio. Pero tengo el mandato de representar las realidades de la eternidad mediante estos símbolos del pensamiento ante la mente de los mortales limitada por el tiempo y de designar las relaciones de la eternidad mediante estos conceptos de secuencia temporal.
6:0.3 (73.3) El Hijo Eterno es la personalización espiritual del concepto universal e infinito del Padre del Paraíso acerca de la realidad divina, el espíritu no cualificado y la personalidad absoluta. Y de ese modo el Hijo constituye la revelación divina de la identidad de creador del Padre Universal. La personalidad perfecta del Hijo desvela que el Padre es de hecho la fuente eterna y universal de todos los significados y valores de lo espiritual, lo volitivo, lo intencionado y lo personal.
6:0.4 (73.4) En un esfuerzo por posibilitar que la mente finita del tiempo se forme algún concepto secuencial de las relaciones de los seres eternos e infinitos de la Trinidad del Paraíso, utilizamos licencias conceptuales como hacer referencia al «primer concepto personal, universal e infinito del Padre». Me es imposible transmitir a la mente humana una idea adecuada de las relaciones eternas de las Deidades, por ello empleo términos que puedan proporcionar a la mente finita cierta idea de la relación de estos seres eternos en las eras posteriores del tiempo. Creemos que el Hijo surgió del Padre. Se nos enseña que ambos son incondicionalmente eternos. Es claro, pues, que ninguna criatura temporal podrá comprender nunca plenamente este misterio de un Hijo que proviene del Padre y que, sin embargo, es tan eterno como el Padre.
6:1.1 (73.5) El Hijo Eterno es el Hijo original y unigénito de Dios. Él es Dios Hijo, la Segunda Persona de la Deidad y el creador asociado de todas las cosas. Así como el Padre es la Primera Gran Fuente y Centro, el Hijo Eterno es la Segunda Gran Fuente y Centro.
6:1.2 (74.1) El Hijo Eterno es el centro espiritual y el administrador divino del gobierno espiritual del universo de universos. El Padre Universal es primero creador y luego controlador. El Hijo Eterno es primero cocreador y luego administrador espiritual. «Dios es espíritu», y el Hijo es una revelación personal de ese espíritu. La Primera Fuente y Centro es el Absoluto de Volición. La Segunda Fuente y Centro es el Absoluto de Personalidad.
6:1.3 (74.2) El Padre Universal no actúa nunca personalmente como creador excepto en conjunción con el Hijo o con la acción de igual categoría del Hijo. Si el escritor del Nuevo Testamento se hubiera referido al Hijo Eterno, habría expresado la verdad cuando escribió: «En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios y el Verbo era Dios. Todas las cosas fueron hechas por él, y sin él nada de lo que se ha hecho se habría hecho».
6:1.4 (74.3) Cuando apareció en Urantia un Hijo del Hijo Eterno, los que fraternizaron con este ser divino en su forma humana aludieron a él como «El que era desde el principio, a quien hemos escuchado, a quien hemos visto con nuestros ojos, a quien hemos contemplado y nuestras manos han tocado, el Verbo mismo de vida». Y este Hijo de otorgamiento salió del Padre tan ciertamente como lo hizo el Hijo Original, como sugiere una de sus oraciones terrenales: «Y ahora, Padre mío, glorifícame con tu propio ser, con la gloria que tenía contigo antes de que este mundo fuese».
6:1.5 (74.4) El Hijo Eterno es conocido por nombres diferentes en los distintos universos. En el universo central es conocido como la Fuente de Igual Rango, el Cocreador y el Absoluto Asociado. En Uversa, la sede central del superuniverso, designamos al Hijo como el Centro Espíritu de Igual Rango y como el Administrador Espíritu Eterno. En Salvington, la sede central de vuestro universo local, este Hijo consta como la Segunda Fuente Eterna y Centro. Los Melquisedec hablan de él como el Hijo de Hijos. En vuestro mundo, aunque no en vuestro sistema de esferas habitadas, este Hijo Original ha sido confundido con un Hijo Creador de igual rango, Miguel de Nebadon, que se otorgó a las razas mortales de Urantia.
6:1.6 (74.5) Aunque todos los Hijos del Paraíso pueden ser llamados con toda propiedad Hijos de Dios, tenemos el hábito de reservar la designación de «el Hijo Eterno» para este Hijo Original, la Segunda Fuente y Centro, cocreador con el Padre Universal del universo central de poder y perfección y cocreador de todos los demás Hijos divinos que surgen de las Deidades infinitas.
6:2.1 (74.6) El Hijo Eterno es tan inmutable e infinitamente digno de confianza como el Padre Universal. Es también tan espiritual como el Padre, tan verdaderamente espíritu ilimitado. Para vosotros, los de origen humilde, el Hijo podría parecer más personal puesto que está un paso más cerca de vosotros en accesibilidad que el Padre Universal.
6:2.2 (74.7) El Hijo Eterno es el Verbo eterno de Dios. Es enteramente como el Padre. De hecho, el Hijo Eterno es Dios Padre manifestado personalmente al universo de universos. Y por eso se dijo, se dice y se dirá para siempre con verdad del Hijo Eterno y de todos los Hijos Creadores de igual rango que «Quien ha visto al Hijo ha visto al Padre».
6:2.3 (74.8) En su naturaleza el Hijo es totalmente semejante al Padre espíritu. Cuando adoramos al Padre Universal, adoramos de hecho al mismo tiempo a Dios Hijo y a Dios Espíritu. Dios Hijo es tan divinamente real y eterno en su naturaleza como Dios Padre.
6:2.4 (75.1) El Hijo no solo posee toda la rectitud infinita y trascendente del Padre, sino que refleja también toda la santidad de carácter del Padre. El Hijo comparte la perfección del Padre y comparte conjuntamente con él la responsabilidad de ayudar a todas las criaturas de imperfección en sus esfuerzos espirituales por alcanzar la perfección divina.
6:2.5 (75.2) El Hijo Eterno posee todo el carácter de divinidad y todos los atributos de espiritualidad del Padre. El Hijo es, en personalidad y en espíritu, la plenitud de la absolutidad de Dios, y estas cualidades las revela el Hijo en su gestión personal del gobierno espiritual del universo de universos.
6:2.6 (75.3) Dios es ciertamente un espíritu universal. Dios es espíritu, y esta naturaleza de espíritu del Padre se focaliza y personaliza en la Deidad del Hijo Eterno. En el Hijo todas las características espirituales parecen enormemente realzadas al diferenciarse de la universalidad de la Primera Fuente y Centro. Y así como el Padre comparte su naturaleza de espíritu con el Hijo, juntos comparten con la misma plenitud y sin reservas el espíritu divino con el Actor Conjunto, el Espíritu Infinito.
6:2.7 (75.4) El Padre y el Hijo son iguales en amor a la verdad y creación de belleza, aunque el Hijo parece dedicarse más a la realización de la belleza exclusivamente espiritual de los valores universales.
6:2.8 (75.5) En bondad divina no percibo ninguna diferencia entre el Padre y el Hijo. El Padre ama a los hijos del universo como un padre. El Hijo Eterno contempla a todas las criaturas como padre y como hermano a la vez.
6:3.1 (75.6) El Hijo comparte la justicia y la rectitud de la Trinidad, pero eclipsa estos rasgos de divinidad con la personalización infinita del amor y la misericordia del Padre. El Hijo es la revelación del amor divino a los universos. Así como Dios es amor, el Hijo es misericordia. El Hijo no puede amar más que el Padre, pero puede mostrar misericordia a las criaturas de una manera adicional, pues no solo es un creador primario como el Padre sino que es también el Hijo Eterno de ese mismo Padre. De ese modo, comparte la experiencia de filiación de todos los demás hijos del Padre Universal.
6:3.2 (75.7) El Hijo Eterno es el gran ministro de misericordia para toda la creación. La misericordia es la esencia del carácter espiritual del Hijo. Cuando los mandatos del Hijo Eterno salen por los circuitos de espíritu de la Segunda Fuente y Centro, están afinados con tonos de misericordia.
6:3.3 (75.8) Para comprender el amor del Hijo Eterno debéis percibir primero su fuente divina, el Padre que es amor, y contemplar luego el despliegue de este afecto infinito en el amplio ministerio del Espíritu Infinito y de sus huestes casi ilimitadas de personalidades ministrantes.
6:3.4 (75.9) El ministerio del Hijo Eterno está dedicado a la revelación del Dios de amor al universo de universos. Este Hijo divino no se ocupa de la innoble tarea de intentar persuadir a su Padre compasivo de que ame a sus criaturas humildes y muestre misericordia hacia los malhechores del tiempo. ¡Qué gran error imaginar al Hijo Eterno apelando al Padre Universal para que muestre misericordia hacia sus criaturas humildes de los mundos materiales del espacio! Tales conceptos de Dios son burdos y grotescos. Deberíais daros cuenta más bien de que todas las ministraciones de misericordia de los Hijos de Dios son una revelación directa del corazón de amor universal y de compasión infinita del Padre. El amor del Padre es la fuente real y eterna de la misericordia del Hijo.
6:3.5 (75.10) Dios es amor, el Hijo es misericordia. La misericordia es amor aplicado, el amor del Padre en acción en la persona de su Hijo Eterno. El amor de este Hijo universal es igualmente universal. Tal como se comprende el amor en un planeta donde existe el sexo, el amor de Dios es más comparable a un amor de padre, mientras que el amor del Hijo Eterno se asemeja más al cariño de una madre. Estos ejemplos son burdos, sin duda, pero los utilizo con la esperanza de transmitir a la mente humana la idea de que hay una diferencia, no de contenido divino, sino de cualidad y técnicas de expresión, entre el amor del Padre y el amor del Hijo.
6:4.1 (76.1) El Hijo Eterno motiva el nivel de espíritu de la realidad cósmica. El poder espiritual del Hijo es absoluto con relación a todas las actualidades del universo. Ejerce un control perfecto sobre la interasociación de toda la energía de espíritu no diferenciada y sobre toda la realidad de espíritu actualizada mediante su dominio absoluto de la gravedad de espíritu. Todo espíritu puro no fragmentado y todos los seres y valores espirituales responden al infinito poder de atracción del Hijo primario del Paraíso. Y si el futuro eterno tuviera que presenciar la aparición de un universo ilimitado, la gravedad de espíritu y el poder de espíritu del Hijo Original serían totalmente adecuados para el control espiritual y la administración efectiva de dicha creación sin límites.
6:4.2 (76.2) El Hijo es omnipotente solo en el ámbito espiritual. En la organización eterna de la administración del universo no se encuentran nunca repeticiones innecesarias y derrochadoras de una función. Las Deidades no son dadas a duplicar inútilmente el ministerio universal.
6:4.3 (76.3) La omnipresencia del Hijo Original constituye la unidad espiritual del universo de universos. La cohesión espiritual de toda la creación descansa sobre la presencia del espíritu divino del Hijo Eterno que está activa en todas partes. Cuando concebimos la presencia espiritual del Padre nos resulta difícil diferenciarla en nuestro pensamiento de la presencia espiritual del Hijo Eterno. El espíritu del Padre reside eternamente en el espíritu del Hijo.
6:4.4 (76.4) El Padre tiene que estar omnipresente espiritualmente, pero tal omnipresencia parece inseparable de las actividades de espíritu del Hijo Eterno en todas partes. Por otro lado, creemos que en todas las situaciones de presencia Padre-Hijo de naturaleza espiritualmente dual, el espíritu del Hijo es del mismo rango que el espíritu del Padre.
6:4.5 (76.5) En su contacto con la personalidad, el Padre actúa en el circuito de la personalidad. En su contacto personal y detectable con la creación espiritual, aparece en los fragmentos de la totalidad de su Deidad, y estos fragmentos del Padre tienen una actuación solitaria, única y exclusiva donde y cuandoquiera que aparezcan en los universos. En todas estas situaciones el espíritu del Hijo es de igual rango que la actuación espiritual de la presencia fragmentada del Padre Universal.
6:4.6 (76.6) El Hijo Eterno es omnipresente espiritualmente. El espíritu del Hijo Eterno está sin ninguna duda con vosotros y en torno a vosotros, pero no dentro de vosotros ni formando parte de vosotros como el Monitor de Misterio. El fragmento del Padre que mora en el interior ajusta la mente humana a actitudes progresivamente divinas, de forma que dicha mente ascendente se hace cada vez más sensible al poder de atracción espiritual del circuito todopoderoso de gravedad de espíritu de la Segunda Fuente y Centro.
6:4.7 (76.7) El Hijo Original es universal y espiritualmente autoconsciente. El Hijo es enteramente igual al Padre en sabiduría. En los dominios del conocimiento, de la omnisciencia, no podemos distinguir entre las Fuentes Primera y Segunda. Al igual que el Padre, el Hijo lo conoce todo; ningún acontecimiento del universo le sorprende jamás; comprende el final desde el principio.
6:4.8 (77.1) El Padre y el Hijo conocen realmente el número y el paradero de todos los espíritus y de todos los seres espiritualizados del universo de universos. El Hijo conoce todas las cosas no solo en virtud de su propio espíritu omnipresente, sino que, al igual que el Padre y el Actor Conjunto, tiene pleno conocimiento de la inmensa información reflectante del Ser Supremo, una información que está al corriente en todo momento de todo lo que sucede en todos los mundos de los siete superuniversos. Y además el Hijo del Paraíso es omnisciente en otros sentidos.
6:4.9 (77.2) El Hijo Eterno, como personalidad espiritual amorosa, misericordiosa y ministrante, es entera e infinitamente igual al Padre Universal. Al mismo tiempo, en todos sus contactos personales misericordiosos y afectuosos con los seres ascendentes de los mundos más bajos, el Hijo Eterno es tan bondadoso y considerado, tan paciente y sufrido, como lo son en los universos locales sus Hijos del Paraíso que tantas veces se otorgan a los mundos evolutivos del tiempo.
6:4.10 (77.3) No es necesario extenderse más sobre los atributos del Hijo Eterno. Con las excepciones señaladas, basta con estudiar los atributos espirituales de Dios Padre para entender y evaluar correctamente los atributos de Dios Hijo.
6:5.1 (77.4) El Hijo Eterno no actúa personalmente en los dominios físicos, ni tampoco actúa, excepto a través del Actor Conjunto, en los niveles del ministerio de mente a los seres creados. Pero estas salvedades no limitan en modo alguno al Hijo Eterno en el ejercicio pleno y libre de todos los atributos divinos de omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia espirituales.
6:5.2 (77.5) El Hijo Eterno no permea personalmente los potenciales de espíritu inherentes a la infinitud del Absoluto de Deidad, pero a medida que estos potenciales se hacen actuales, entran dentro de la sujeción todopoderosa del circuito de gravedad de espíritu del Hijo.
6:5.3 (77.6) La personalidad es el don exclusivo del Padre Universal. El Hijo Eterno obtiene su personalidad del Padre pero no otorga la personalidad sin el Padre. El Hijo da origen a una vasta hueste de espíritus, pero estas derivaciones no son personalidades. Cuando el Hijo crea la personalidad lo hace en unión con el Padre o con el Creador Conjunto, que puede actuar por el Padre en tales relaciones. El Hijo Eterno es pues un cocreador de personalidades, pero no otorga la personalidad a ningún ser y, solo y por sí mismo, no crea nunca seres personales. Sin embargo, esta limitación de acción no priva al Hijo de la capacidad de crear todos y cada uno de los tipos de realidad no personal.
6:5.4 (77.7) El Hijo Eterno está limitado en la transmisión de las prerrogativas de creador. El Padre, al eternizar al Hijo Original le otorgó el poder y el privilegio de unirse posteriormente con él en el acto divino de dar origen a Hijos adicionales que poseyeran atributos creativos, y esto lo han hecho y lo hacen ahora. Pero, una vez que se han originado estos Hijos de su mismo rango, parece que las prerrogativas de creador no se pueden seguir transmitiendo. El Hijo Eterno transmite poderes de creador solo a la personalización primera o directa. Por lo tanto, cuando el Padre y el Hijo se unen para personalizar a un Hijo Creador consiguen su propósito, pero el Hijo Creador traído así a la existencia nunca es capaz de transmitir o delegar las prerrogativas de creador a los diversos órdenes de Hijos que pueda crear posteriormente. A pesar de esto, en los Hijos más altos del universo local aparece un reflejo muy limitado de los atributos creativos de un Hijo Creador.
6:5.5 (78.1) El Hijo Eterno, como ser infinito y exclusivamente personal, no puede fragmentar su naturaleza, no puede distribuir ni otorgar porciones individualizadas de su yo a otras entidades o personas, como lo hacen el Padre Universal y el Espíritu Infinito. Pero el Hijo puede otorgarse y se otorga como espíritu ilimitado para bañar toda la creación y atraer incesantemente hacia sí a todas las personalidades de espíritu y a todas las realidades espirituales.
6:5.6 (78.2) Recordad siempre que el Hijo Eterno es el retrato personal del Padre espíritu para toda la creación. El Hijo es personal y nada más que personal en el sentido de la Deidad. Dicha personalidad divina y absoluta no se puede desintegrar ni fragmentar. Dios Padre y Dios Espíritu son verdaderamente personales, pero además de ser esas personalidades de la Deidad, son también todo lo demás.
6:5.7 (78.3) Aunque el Hijo Eterno no puede participar personalmente en el otorgamiento de los Ajustadores del Pensamiento, se reunió en consejo con el Padre Universal en el pasado eterno, aprobó el plan y prometió cooperación sin fin cuando el Padre, al proyectar el otorgamiento de los Ajustadores del Pensamiento, propuso al Hijo: «Hagamos al hombre mortal a nuestra propia imagen». Y así como el fragmento espíritu del Padre mora dentro de vosotros, la presencia de espíritu del Hijo os envuelve, y ambos trabajan eternamente como uno solo para vuestro avance espiritual.
6:6.1 (78.4) El Hijo Eterno es espíritu y tiene mente, pero no una mente o un espíritu que la mente mortal pueda comprender. El hombre mortal percibe la mente en los niveles de lo finito, lo cósmico, lo material y lo personal. El hombre observa también los fenómenos de la mente en los organismos vivos que funcionan en el nivel subpersonal (animal), pero le resulta difícil captar la naturaleza de la mente cuando está asociada con seres supramateriales y forma parte de personalidades exclusivamente de espíritu. Por otra parte, la mente se tiene que definir de forma diferente cuando se refiere al nivel de existencia de espíritu y cuando se utiliza para denotar funciones de espíritu de la inteligencia. El tipo de mente que está aliada directamente con el espíritu no es comparable ni con la mente que coordina espíritu y materia, ni con la mente que está aliada solo con la materia.
6:6.2 (78.5) El espíritu está siempre consciente, tiene mente y posee diversas fases de identidad. Sin mente en alguna de sus fases, no habría consciencia espiritual en la fraternidad de los seres de espíritu. El equivalente de la mente, la capacidad de conocer y ser conocido, es natural en la Deidad. La Deidad puede ser personal, prepersonal, superpersonal o impersonal, pero la Deidad nunca está desprovista de mente, es decir, nunca carece al menos de la capacidad de comunicarse con entidades, seres o personalidades similares.
6:6.3 (78.6) La mente del Hijo Eterno es como la del Padre pero distinta de cualquier otra mente del universo y, con la mente del Padre, es el ancestro de las diversas y extensas mentes del Actor Conjunto. La mente del Padre y el Hijo, ese intelecto que es ancestral respecto a la mente absoluta de la Tercera Fuente y Centro, queda quizá mejor ilustrada en la premente de un Ajustador del Pensamiento pues, aunque estos fragmentos del Padre están fuera por completo de los circuitos de mente del Actor Conjunto, tienen alguna forma de premente; conocen como son conocidos; poseen el equivalente al pensar humano.
6:6.4 (78.7) El Hijo Eterno es totalmente espiritual, el hombre es casi enteramente material. Por lo tanto, gran parte de lo concerniente a la personalidad de espíritu del Hijo Eterno, a sus siete esferas espirituales que circundan el Paraíso y a la naturaleza de las creaciones impersonales del Hijo del Paraíso tendrá que esperar a que alcancéis el estatus de espíritu después de terminar vuestra ascensión en la morontia del universo local de Nebadon. Y entonces, cuando paséis por el superuniverso y prosigáis hacia Havona, muchos de estos misterios ocultos en el espíritu se clarificarán a medida que empecéis a estar dotados de la «mente del espíritu»: la visión interior espiritual.
6:7.1 (79.1) El Hijo Eterno es esa personalidad infinita de cuyas ataduras de personalidad no cualificada escapó el Padre Universal mediante la técnica de la trinización, y en virtud de la cual se ha seguido otorgando desde entonces en una profusión sin fin a su universo de Creadores y criaturas que se expande sin cesar. El Hijo es personalidad absoluta; Dios es personalidad de padre: la fuente de la personalidad, el otorgador de la personalidad, la causa de la personalidad. Todo ser personal obtiene la personalidad del Padre Universal al igual que el Hijo Original obtiene eternamente su personalidad del Padre del Paraíso.
6:7.2 (79.2) La personalidad del Hijo del Paraíso es absoluta y puramente espiritual. Esta personalidad absoluta es también el patrón divino y eterno, en primer lugar, del otorgamiento de personalidad del Padre al Actor Conjunto, y posteriormente, de su otorgamiento de personalidad a sus miríadas de criaturas de todo un extenso universo.
6:7.3 (79.3) El Hijo Eterno es en verdad un ministro misericordioso, un espíritu divino, un poder espiritual y una personalidad real. El Hijo es la naturaleza espiritual y personal de Dios puesta de manifiesto a los universos: la esencia de la Primera Fuente y Centro despojada de todo lo que es no personal, extradivino, no espiritual y potencial puro. Pero es imposible transmitir a la mente humana una imagen verbal de la belleza y grandiosidad de la personalidad superna del Hijo Eterno. Todo lo que tiende a oscurecer al Padre Universal ejerce una influencia casi igual para impedir el reconocimiento conceptual del Hijo Eterno. Tendréis que esperar a alcanzar el Paraíso, y entonces comprenderéis por qué me fue imposible describir el carácter de esta personalidad absoluta a la comprensión de la mente finita.
6:8.1 (79.4) En lo concerniente a la identidad, la naturaleza y otros atributos de la personalidad, el Hijo Eterno es el equivalente pleno, el complemento perfecto y el homólogo eterno del Padre Universal. En el mismo sentido que Dios es el Padre Universal, el Hijo es la Madre Universal. Y todos nosotros, altos y bajos, constituimos su familia universal.
6:8.2 (79.5) Para apreciar el carácter del Hijo deberíais estudiar la revelación del carácter divino del Padre. Ellos son, por siempre e inseparablemente, uno. Como personalidades divinas son prácticamente indistinguibles para los órdenes más bajos de inteligencia. Para aquellos que tienen su origen en los actos creativos de las Deidades mismas no son tan difíciles de reconocer separadamente. Los seres nativos del universo central y del Paraíso disciernen al Padre y al Hijo no solo como una unidad personal de control universal, sino también como dos personalidades separadas que actúan en campos definidos de la administración del universo.
6:8.3 (79.6) Como personas, podéis concebir al Padre Universal y al Hijo Eterno como individuos separados, pues en efecto lo son. Pero en la administración de los universos están tan entrelazados e interrelacionados que no siempre es posible distinguir entre ellos. Cuando el Padre y el Hijo parecen interasociarse de forma confusa en los asuntos de los universos, no siempre es provechoso intentar segregar sus operaciones. Limitaos a recordar que Dios es el pensamiento iniciador y el Hijo es el verbo en su expresión plena. En cada universo local esta inseparabilidad se personaliza en la divinidad del Hijo Creador, que representa tanto al Padre como al Hijo ante las criaturas de diez millones de mundos habitados.
6:8.4 (80.1) El Hijo Eterno es infinito, pero es accesible a través de las personas de sus Hijos del Paraíso y a través del ministerio paciente del Espíritu Infinito. Sin el servicio de otorgamiento de los Hijos del Paraíso y el ministerio de amor de las criaturas del Espíritu Infinito, los seres de origen material no podrían esperar alcanzar al Hijo Eterno. Y es igualmente cierto que con la ayuda y la guía de estos agentes celestiales el mortal consciente de Dios alcanzará con toda certeza el Paraíso y estará algún día en la presencia personal de este majestuoso Hijo de Hijos.
6:8.5 (80.2) Aun cuando el Hijo Eterno es el patrón del logro de la personalidad mortal, os resulta más fácil captar la realidad tanto del Padre como del Espíritu porque el Padre es el otorgador de hecho de vuestra personalidad humana y el Espíritu Infinito es la fuente absoluta de vuestra mente de mortales. Pero a medida que ascendáis por la senda paradisiaca de progresión espiritual, la personalidad del Hijo Eterno se os hará cada vez más real y la realidad de su mente infinitamente espiritual se hará más perceptible para vuestra mente en progreso de espiritualización.
6:8.6 (80.3) El concepto del Hijo Eterno nunca podrá brillar intensamente en vuestra mente material ni en la mente morontial posterior. Hasta que os espiritualicéis y comencéis vuestra ascensión de espíritus, la comprensión de la personalidad del Hijo Eterno no empezará a igualar la intensidad de vuestro concepto de la personalidad del Hijo Creador de origen paradisiaco, quien, en persona y como persona, se encarnó y vivió una vez en Urantia como hombre entre los hombres.
6:8.7 (80.4) Durante toda vuestra experiencia en el universo local, el Hijo Creador, cuya personalidad es comprensible por el hombre, debe compensar vuestra incapacidad de captar el significado pleno del Hijo Eterno del Paraíso, más exclusivamente espiritual aunque no menos personal. A medida que progreséis por Orvonton y Havona y vayáis dejando atrás la intensa imagen y los profundos recuerdos del Hijo Creador de vuestro universo local, la desaparición de esta experiencia material y morontial se verá compensada por conceptos cada vez más amplios y una comprensión cada vez mayor del Hijo Eterno del Paraíso, cuya realidad y cercanía aumentarán constantemente a medida que progreséis hacia el Paraíso.
6:8.8 (80.5) El Hijo Eterno es una personalidad grandiosa y gloriosa. Aunque está más allá de los poderes de la mente mortal y material captar la actualidad de la personalidad de dicho ser infinito, no lo dudéis, es una persona. Sé de lo que hablo. He estado casi incontables veces en la presencia divina de este Hijo Eterno y he viajado después hacia el universo para ejecutar su bondadoso mandato.
6:8.9 (80.6) [Redactado por un Consejero Divino encargado de formular esta exposición que describe al Hijo Eterno del Paraíso.]
El libro de Urantia
Documento 7
7:0.1 (81.1) EL Hijo Original está siempre pendiente de ejecutar los aspectos espirituales del propósito eterno del Padre a medida que este propósito se despliega progresivamente en los fenómenos de los universos en vías de evolución con sus múltiples grupos de seres vivos. Nosotros no comprendemos plenamente este plan eterno, pero es indudable que el Hijo del Paraíso lo comprende.
7:0.2 (81.2) El Hijo es semejante al Padre en que busca otorgar todo lo posible de sí mismo a sus Hijos de igual rango y a los Hijos de menor rango de estos. Y el Hijo comparte la naturaleza autodistributiva del Padre en el otorgamiento sin límites de sí mismo al Espíritu Infinito, el ejecutivo conjunto de ambos.
7:0.3 (81.3) Como sustentadora de las realidades de espíritu, la Segunda Fuente y Centro es el contrapeso eterno de la Isla del Paraíso que tan magníficamente sostiene todas las cosas materiales. La Primera Fuente y Centro se revela así perpetuamente en la belleza material de los exquisitos patrones de la Isla central y en los valores espirituales de la personalidad superna del Hijo Eterno.
7:0.4 (81.4) El Hijo Eterno es el sustentador de hecho de la vasta creación de realidades de espíritu y de seres espirituales. El mundo del espíritu es el hábito, la conducta personal, del Hijo, y las realidades impersonales con naturaleza de espíritu responden siempre a la voluntad y al propósito de la personalidad perfecta del Hijo Absoluto.
7:0.5 (81.5) Sin embargo, el Hijo no es personalmente responsable de la conducta de todas las personalidades de espíritu. La voluntad de la criatura personal es relativamente libre y, por consiguiente, determina las acciones de dichos seres volitivos. Por lo tanto, el mundo de libre albedrío del espíritu no es siempre verdaderamente representativo del carácter del Hijo Eterno igual que la naturaleza de Urantia no es verdaderamente reveladora de la perfección e inmutabilidad del Paraíso y de la Deidad. Pero sin importar lo que pueda caracterizar la acción de libre albedrío del hombre o del ángel, el dominio eterno del Hijo sobre el control de la gravedad universal de todas las realidades de espíritu sigue siendo absoluto.
7:1.1 (81.6) Todo lo enseñado sobre la inmanencia de Dios, su omnipresencia, omnipotencia y omnisciencia es igualmente cierto del Hijo en los dominios espirituales. La gravedad de espíritu pura y universal de toda la creación, ese circuito exclusivamente espiritual, conduce directamente a la persona de la Segunda Fuente y Centro en el Paraíso. Él preside el control y el funcionamiento de esa sujeción espiritual permanente e infalible de todos los verdaderos valores de espíritu. El Hijo Eterno ejerce así una soberanía espiritual absoluta; tiene literalmente todas las realidades de espíritu y todos los valores espiritualizados, por así decirlo, en el hueco de su mano. El control de la gravedad espiritual universal es soberanía espiritual universal.
7:1.2 (82.1) Este control gravitatorio de las cosas espirituales opera independientemente del tiempo y el espacio, por eso, la energía de espíritu no se debilita en la transmisión. La gravedad de espíritu no sufre nunca retrasos en el tiempo ni disminuciones en el espacio. No decrece en proporción al cuadrado de la distancia de su transmisión. A los circuitos de poder del espíritu puro no los retarda la masa de la creación material. Y esta trascendencia del tiempo y el espacio por parte de las energías de espíritu puro es inherente a la absolutidad del Hijo. No es debida a la interposición de las fuerzas antigravedad de la Tercera Fuente y Centro.
7:1.3 (82.2) Las realidades de espíritu responden al poder de atracción del centro de gravedad espiritual según su valor cualitativo, su grado fáctico de naturaleza de espíritu. La sustancia del espíritu (la calidad) responde a la gravedad de espíritu de igual modo que la energía organizada de la materia física (la cantidad) responde a la gravedad física. Los valores espirituales y las fuerzas del espíritu son reales. Desde el punto de vista de la personalidad el espíritu es el alma de la creación. La materia es el borroso cuerpo físico.
7:1.4 (82.3) Las reacciones y fluctuaciones de la gravedad de espíritu son siempre fieles al contenido de los valores espirituales, al estatus espiritual cualitativo de un individuo o de un mundo. Este poder de atracción responde instantáneamente a los valores inter e intraespíritu de cualquier situación del universo o de cualquier condición planetaria. Cada vez que una realidad espiritual se actualiza en los universos, ese cambio necesita el reajuste inmediato e instantáneo de la gravedad de espíritu. Este nuevo espíritu es de hecho una parte de la Segunda Fuente y Centro y alcanzará, con la misma certeza con que el hombre mortal se convierte en un ser espiritualizado, al Hijo espiritual, el centro y la fuente de la gravedad de espíritu.
7:1.5 (82.4) El poder de atracción espiritual del Hijo es inherente en menor grado a muchos órdenes paradisiacos de filiación, ya que dentro del circuito absoluto de gravedad de espíritu existen sistemas locales de atracción espiritual que funcionan en las unidades menores de la creación. Dichas focalizaciones subabsolutas de la gravedad de espíritu forman parte de la divinidad de las personalidades Creadoras del tiempo y el espacio, y están correlacionadas con el sobrecontrol experiencial emergente del Ser Supremo.
7:1.6 (82.5) La fuerza de la gravedad de espíritu y la respuesta a esta no solo operan como un todo en el universo, sino también entre los individuos y los grupos de individuos. Hay una cohesión espiritual entre las personalidades espirituales y espiritualizadas de todo mundo, raza, nación o grupo de personas creyentes. Hay una atracción directa de naturaleza de espíritu entre personas de mentalidad espiritual con iguales gustos y anhelos. La expresión espíritus afines no es simplemente una figura retórica.
7:1.7 (82.6) Al igual que la gravedad material del Paraíso, la gravedad espiritual del Hijo eterno es absoluta. El pecado y la rebelión pueden interferir en el funcionamiento de los circuitos de los universos locales, pero nada puede suspender la gravedad de espíritu del Hijo Eterno. La rebelión de Lucifer produjo muchos cambios en vuestro sistema de mundos habitados y en Urantia, pero no observamos que la cuarentena espiritual que acarreó sobre vuestro planeta haya afectado en lo más mínimo a la presencia y función ni del espíritu omnipresente del Hijo Eterno ni del circuito asociado de gravedad de espíritu.
7:1.8 (82.7) Todas las reacciones del circuito de gravedad de espíritu del gran universo son predecibles. Reconocemos todas las acciones y reacciones del espíritu omnipresente del Hijo Eterno y las encontramos fiables. Conforme a leyes bien conocidas, podemos medir y medimos la gravedad espiritual exactamente igual que el hombre intenta calcular los efectos de la gravedad física finita. Hay una respuesta invariable del espíritu del Hijo a todas las cosas, seres y personas de espíritu, y esta respuesta corresponde siempre al grado de actualidad (el grado cualitativo de realidad) de todos esos valores espirituales.
7:1.9 (83.1) Pero junto a esta función muy fiable y predecible de la presencia espiritual del Hijo Eterno, aparecen fenómenos no tan predecibles en sus reacciones. Tales fenómenos denotan probablemente la acción de igual categoría del Absoluto de Deidad en los dominios de los potenciales espirituales emergentes. Sabemos que la presencia de espíritu del Hijo Eterno es la influencia de una personalidad majestuosa e infinita, pero no podemos considerar como personales las reacciones asociadas a las conjeturadas actuaciones del Absoluto de Deidad.
7:1.10 (83.2) Contemplados desde el punto de vista de la personalidad y por personas, el Hijo Eterno y el Absoluto de Deidad parecen estar relacionados de la siguiente manera: el Hijo Eterno domina el ámbito de los valores espirituales actuales, mientras que el Absoluto de Deidad parece permear el vasto dominio de los valores potenciales de espíritu. Todo valor actual de naturaleza de espíritu encuentra cabida en la atracción de gravedad del Hijo Eterno, pero si es potencial, parece encontrarla en la presencia del Absoluto de Deidad.
7:1.11 (83.3) El espíritu parece emerger de los potenciales del Absoluto de Deidad. El espíritu en evolución encuentra correlación en las sujeciones experienciales e incompletas del Supremo y del Último. El espíritu encuentra a la larga su destino final en la sujeción absoluta de la gravedad espiritual del Hijo Eterno. Este parece ser el ciclo del espíritu experiencial, pero el espíritu existencial es inherente a la infinitud de la Segunda Fuente y Centro.
7:2.1 (83.4) En el Paraíso la presencia y la actividad personal del Hijo Original es profunda, absoluta en el sentido espiritual. A medida que salimos al exterior desde el Paraíso y a través de Havona, y entramos en los dominios de los siete superuniversos, detectamos cada vez menos la actividad personal del Hijo Eterno. En los universos posteriores a Havona la presencia del Hijo Eterno está personalizada en los Hijos del Paraíso, condicionada por las realidades experienciales del Supremo y del Último y coordinada con el potencial ilimitado de espíritu del Absoluto de Deidad.
7:2.2 (83.5) En el universo central la actividad personal del Hijo Original se puede percibir en la exquisita armonía espiritual de la creación eterna. Havona es tan maravillosamente perfecto que el estatus espiritual y los estados de energía de este universo patrón están en equilibrio perfecto y perpetuo.
7:2.3 (83.6) El Hijo no está personalmente presente en los superuniversos ni reside en ellos; solo mantiene una representación superpersonal en estas creaciones. Estas manifestaciones de espíritu del Hijo no son personales, no están en el circuito de personalidad del Padre Universal. No conocemos mejor término para designarlas que el de superpersonalidades; y son seres finitos, no son ni absonitos ni absolutos.
7:2.4 (83.7) La administración del Hijo Eterno en los superuniversos, al ser exclusivamente espiritual y superpersonal, no es perceptible por las personalidades criatura. Sin embargo, el impulso espiritual de la influencia personal del Hijo lo permea todo y se encuentra en todas las fases de las actividades de todos los sectores de los dominios de los Ancianos de los Días. Por otra parte, observamos en los universos locales la presencia personal del Hijo Eterno en las personas de los Hijos del Paraíso. Aquí, el Hijo infinito actúa espiritual y creativamente en las personas del majestuoso cuerpo de los Hijos Creadores de igual rango.
7:3.1 (84.1) En su ascenso en el universo local, los mortales del tiempo consideran al Hijo Creador como el representante personal del Hijo Eterno. Pero cuando empiezan a ascender en el régimen de formación del superuniverso, los peregrinos del tiempo detectan cada vez más la presencia superna del espíritu inspirador del Hijo Eterno y pueden sacar partido a este ministerio de obtención de energía espiritual. En Havona los seres ascendentes se vuelven aún más conscientes del abrazo amoroso del espíritu del Hijo Original que todo lo permea. El espíritu del Hijo Eterno no mora en el interior de la mente ni del alma del peregrino del tiempo en ninguna etapa de la ascensión del mortal, pero su beneficencia está cerca en todo momento y se ocupa siempre del bienestar y la seguridad espiritual de los hijos del tiempo en su progresar.
7:3.2 (84.2) La atracción de la gravedad espiritual del Hijo Eterno constituye el secreto inherente a la ascensión al Paraíso de las almas humanas supervivientes. Todos los verdaderos valores del espíritu y todos los individuos auténticamente espiritualizados se mantienen dentro del alcance indefectible de la gravedad espiritual del Hijo Eterno. La mente del mortal, por ejemplo, inicia su carrera como mecanismo material y es incorporada finalmente al Cuerpo de la Finalización como una existencia de espíritu casi perfeccionada. Durante toda esta experiencia va estando cada vez menos sujeta a la gravedad material y va haciéndose cada vez más sensible al impulso hacia dentro de la gravedad de espíritu. El circuito de gravedad de espíritu tira literalmente del alma del hombre hacia el Paraíso.
7:3.3 (84.3) El circuito de gravedad de espíritu es el canal básico para transmitir las oraciones auténticas del corazón humano creyente desde el nivel de la consciencia humana hasta la consciencia propiamente dicha de la Deidad. Todo lo que tenga verdadero valor espiritual en vuestras peticiones será recogido por el circuito universal de gravedad de espíritu y pasará inmediata y simultáneamente a todas las personalidades divinas interesadas. Cada una de ellas se ocupará de lo que corresponde a su competencia personal. Por lo tanto, en vuestra experiencia religiosa práctica es irrelevante que al dirigir vuestras súplicas visualicéis al Hijo Creador de vuestro universo local o al Hijo Eterno que está en el centro de todas las cosas.
7:3.4 (84.4) El funcionamiento discriminatorio del circuito de gravedad de espíritu podría compararse con las funciones de los circuitos neuronales del cuerpo humano material. Las sensaciones viajan hacia dentro por los caminos neuronales. Algunas son detenidas por la reacción de los centros espinales inferiores automáticos. Otras pasan hasta los centros del cerebro inferior menos automáticos pero capacitados por el hábito, mientras que los mensajes entrantes más vitales e importantes pasan en un destello por estos centros de menor rango y se registran inmediatamente en los niveles más altos de la consciencia humana.
7:3.5 (84.5) ¡Pero cuánto más perfecta es la técnica espléndida del mundo espiritual! Si algo dotado de valor espiritual supremo se origina en vuestra consciencia, una vez que lo hayáis expresado ningún poder del universo podrá impedir que sea transmitido rápida y directamente a la Personalidad del Espíritu Absoluto de toda la creación.
7:3.6 (84.6) En cambio, si vuestras súplicas son puramente materiales y totalmente egocéntricas, no existe plan alguno que pueda dar cabida a tales oraciones indignas en el circuito de espíritu del Hijo Eterno. El contenido de toda petición que no esté «dictada por el espíritu» no puede encontrar lugar en el circuito espiritual universal. Dichas peticiones puramente egoístas y materiales caen muertas, no ascienden a los circuitos de los verdaderos valores del espíritu. Sus palabras son como «bronce que resuena y címbalo que retiñe».
7:3.7 (85.1) El pensamiento motivador, el contenido espiritual es lo que valida la súplica del mortal. Las palabras no tienen valor.
7:4.1 (85.2) El Hijo Eterno está en enlace sempiterno con el Padre para llevar a cabo con éxito el plan divino de progreso: el plan universal para la creación, evolución, ascensión y perfección de las criaturas con voluntad. Y el Hijo es el eterno igual al Padre en fidelidad divina.
7:4.2 (85.3) El Padre y su Hijo son como uno en la acción de formular y llevar a cabo este gigantesco plan de logro para hacer avanzar a los seres materiales del tiempo hasta la perfección de la eternidad. Este proyecto de elevación espiritual de las almas ascendentes del espacio es una creación conjunta del Padre y el Hijo, que se dedican a ejecutar asociativamente su propósito divino con la cooperación del Espíritu Infinito.
7:4.3 (85.4) Este plan divino de logro de la perfección abarca tres empresas únicas, aunque maravillosamente correlacionadas, de aventura universal:
7:4.4 (85.5) 1. El plan de logro progresivo. Es el plan del Padre Universal de ascensión evolutiva, un programa aceptado sin reservas por el Hijo Eterno cuando estuvo de acuerdo con la propuesta del Padre: «Hagamos a las criaturas mortales a nuestra propia imagen». Esta provisión para la elevación de las criaturas del tiempo implica que el Padre otorga los Ajustadores del Pensamiento y dota a las criaturas materiales de las prerrogativas de la personalidad.
7:4.5 (85.6) 2. El plan de otorgamiento. El siguiente plan universal es la gran empresa de revelar al Padre por parte del Hijo Eterno y de sus Hijos de igual rango. Es la propuesta del Hijo Eterno, y consiste en su otorgamiento de los Hijos de Dios a las creaciones evolutivas para allí personalizar y factualizar, encarnar y hacer real, el amor del Padre y la misericordia del Hijo a las criaturas de todos los universos. Inherente al plan de otorgamiento, y como rasgo provisional de esta ministración de amor, los Hijos del Paraíso actúan como rehabilitadores de lo que la voluntad desviada de las criaturas ha puesto en peligro espiritual. Si el funcionamiento del plan de logro se viera retrasado en cualquier tiempo y lugar, si ocurriera que una rebelión malogra o complica esta empresa, se activan en el acto las provisiones de emergencia del plan de otorgamiento. Los Hijos del Paraíso se mantienen comprometidos y dispuestos a actuar como rescatadores, a ir a los dominios mismos de la rebelión y restaurar allí el estatus espiritual de las esferas. Y tal servicio heroico lo realizó en Urantia un Hijo Creador de igual rango en conexión con su carrera de otorgamiento experiencial para la adquisición de la soberanía.
7:4.6 (85.7) 3. El plan del ministerio de misericordia. Una vez que el plan de logro y el plan de otorgamiento fueron formulados y proclamados, el Espíritu Infinito, solo y por sí mismo, proyectó y puso en marcha la formidable empresa universal de ministrar misericordia. Este es un servicio indispensable para el funcionamiento práctico y efectivo tanto de la empresa de logro como de la de otorgamiento, y todas las personalidades espirituales de la Tercera Fuente y Centro comparten el espíritu del ministerio de misericordia, que es en tan gran medida parte de la naturaleza de la Tercera Persona de la Deidad. No solo en la creación, sino también en la administración, el Espíritu Infinito actúa verdadera y literalmente como el ejecutivo conjunto del Padre y del Hijo.
7:4.7 (86.1) El Hijo Eterno es el fideicomisario personal, el custodio divino, del plan universal del Padre de ascensión de las criaturas. Tras haber promulgado el mandato universal «Sed perfectos como yo soy perfecto», el Padre encomendó la ejecución de esta formidable empresa al Hijo Eterno. Y el Hijo Eterno comparte el fomento de esta empresa superna con su igual divino y en rango, el Espíritu Infinito. Las Deidades cooperan así eficazmente en el trabajo de creación, control, evolución, revelación y ministración, y en caso necesario, en el de restauración y rehabilitación.
7:5.1 (86.2) El Hijo Eterno se unió sin reservas al Padre Universal en la difusión a toda la creación del formidable precepto: «Sed perfectos como vuestro Padre en Havona es perfecto». Y desde entonces este mandato e invitación ha motivado todos los planes de supervivencia y todos los proyectos de otorgamiento del Hijo Eterno y de su vasta familia de Hijos de igual rango y asociados suyos. Y en esos mismos otorgamientos los Hijos de Dios se han convertido para todas las criaturas evolutivas en «el camino, la verdad y la vida».
7:5.2 (86.3) El Hijo Eterno no puede entrar en contacto directo con los seres humanos como lo hace el Padre a través del don de los Ajustadores del Pensamiento prepersonales, pero el Hijo Eterno sí se acerca a las personalidades creadas mediante una serie de gradaciones descendentes de filiación divina hasta que le es posible estar en presencia del hombre, y a veces como hombre mismo.
7:5.3 (86.4) La naturaleza puramente personal del Hijo Eterno es incapaz de fragmentación. El Hijo Eterno ministra como influencia espiritual o como persona, nunca de otro modo. Al Hijo le resulta imposible hacerse parte de la experiencia de la criatura en el sentido en que el Ajustador-Padre participa en ella, pero el Hijo Eterno compensa esta limitación mediante la técnica del otorgamiento. Lo que la experiencia de las entidades fragmentadas significa para el Padre Universal, significan para el Hijo Eterno las experiencias de encarnación de los Hijos del Paraíso.
7:5.4 (86.5) El Hijo Eterno no viene al hombre mortal como la voluntad divina, como el Ajustador del Pensamiento que mora en el interior de la mente humana, pero el Hijo Eterno sí vino al hombre mortal de Urantia cuando la personalidad divina de su hijo, Miguel de Nebadon, se encarnó en la naturaleza humana de Jesús de Nazaret. Para compartir la experiencia de las personalidades creadas, los Hijos de Dios del Paraíso deben asumir la naturaleza misma de tales criaturas y encarnar sus personalidades divinas como criaturas propiamente dichas. La encarnación, el secreto de Sonarington, es la técnica del Hijo para escapar de lo que, de otra forma, serían las cadenas del absolutismo de la personalidad que todo lo abarcan.
7:5.5 (86.6) Hace muchísimo tiempo, el Hijo Eterno se otorgó en cada uno de los circuitos de la creación central para iluminar y hacer avanzar a todos los habitantes y peregrinos de Havona, incluyendo a los peregrinos ascendentes del tiempo. En ninguno de estos siete otorgamientos actuó como ascendente ni como havonita. Existió como él mismo. Su experiencia fue única: no fue con un humano ni como un humano u otro peregrino, sino de alguna forma asociativa en el sentido superpersonal.
7:5.6 (86.7) Tampoco pasó por el reposo que media entre el circuito interior de Havona y las orillas del Paraíso. No es posible para él, un ser absoluto, suspender la consciencia de la personalidad, pues en él se centran todas las líneas de la gravedad espiritual. Y durante las épocas de estos otorgamientos, el alojamiento paradisiaco central de luminosidad espiritual no se oscureció, ni disminuyó el control del Hijo sobre la gravedad universal del espíritu.
7:5.7 (87.1) Los otorgamientos del Hijo Eterno en Havona no están dentro del alcance de la imaginación humana. Fueron trascendentales. Él amplió la experiencia de todo Havona para entonces y para más adelante, pero no sabemos si amplió la supuesta capacidad experiencial de su naturaleza existencial. Eso caería dentro del misterio de los otorgamientos de los Hijos del Paraíso. Lo que sí creemos es que todo lo que el Hijo adquirió en esas misiones de otorgamiento lo ha retenido desde entonces, aunque no sabemos lo que es.
7:5.8 (87.2) Por mucho que nos cueste comprender los otorgamientos de la Segunda Persona de la Deidad, sí comprendemos el otorgamiento en Havona de un Hijo del Hijo Eterno, que pasó literalmente por los circuitos del universo central y compartió de hecho las experiencias que constituyen la preparación del ascendente para el logro de la Deidad. Este fue el Miguel original, el Hijo Creador primogénito, que pasó por las experiencias de vida de los peregrinos ascendentes de circuito en circuito y viajó personalmente con ellos por una etapa de cada círculo en tiempos de Grandfanda, el primero de todos los mortales en llegar a Havona.
7:5.9 (87.3) Con independencia de cualquier otra revelación suya, este Miguel original hizo que el otorgamiento trascendente del Hijo Madre Original fuera real a los ojos de las criaturas de Havona. Tan real que, por siempre jamás, cada peregrino del tiempo que se esfuerza en la aventura de alcanzar los circuitos de Havona se siente alentado y fortalecido por el conocimiento cierto de que el Hijo Eterno de Dios abdicó siete veces del poder y de la gloria del Paraíso para participar en las experiencias de los peregrinos del espacio-tiempo en los siete circuitos de logro progresivo de Havona.
7:5.10 (87.4) El Hijo Eterno es inspiración ejemplar para todos los Hijos de Dios en sus ministraciones de otorgamiento en todos los universos del tiempo y el espacio. Los Hijos Creadores de igual rango y los Hijos Magistrados asociados, junto con otros órdenes no revelados de filiación, comparten esta maravillosa disposición de otorgarse a los diversos órdenes de vida de criatura y a modo de esas mismas criaturas. Por lo tanto, en espíritu y debido al parentesco en naturaleza y al hecho de su origen, resulta cierto que en el otorgamiento de cada Hijo de Dios a los mundos del espacio y mediante estos otorgamientos, el Hijo Eterno se ha otorgado a las criaturas inteligentes con voluntad de los universos.
7:5.11 (87.5) En espíritu y en naturaleza, si no en todos los atributos, cada Hijo del Paraíso es un retrato divinamente perfecto del Hijo Original. Es literalmente cierto que todo aquel que ha visto a un Hijo del Paraíso, ha visto al Hijo Eterno de Dios.
7:6.1 (87.6) La falta de conocimiento sobre los múltiples Hijos de Dios es fuente de gran confusión en Urantia. Y esta ignorancia persiste ante declaraciones como la siguiente referencia a un cónclave de estas divinas personalidades: «Cuando los Hijos de Dios proclamaban la alegría y todas las Estrellas Matutinas cantaban juntas». Cada milenio del tiempo estándar del sector, los diversos órdenes de los Hijos divinos se congregan para celebrar sus cónclaves periódicos.
7:6.2 (87.7) El Hijo Eterno es la fuente personal de los atributos adorables de misericordia y servicio que caracterizan tan abundantemente a todos los órdenes descendentes de Hijos de Dios cuando actúan en toda la creación. El Hijo Eterno transmite indefectiblemente toda la naturaleza divina, si no toda la infinidad de atributos, a los Hijos del Paraíso que salen de la Isla eterna para revelar su carácter divino al universo de universos.
7:6.3 (88.1) El Hijo Original y Eterno es la persona-vástago producto del «primer» pensamiento completo e infinito del Padre Universal. Cada vez que el Padre Universal y el Hijo Eterno proyectan conjuntamente un pensamiento personal nuevo, original, idéntico, único y absoluto, en ese mismo instante, esta idea creativa se personaliza perfecta y definitivamente en el ser y la personalidad de un Hijo Creador nuevo y original. En naturaleza de espíritu, sabiduría divina y poder creativo equivalente, estos Hijos Creadores son potencialmente iguales a Dios Padre y a Dios Hijo.
7:6.4 (88.2) Los Hijos Creadores salen del Paraíso a los universos del tiempo y, con la cooperación de los agentes controladores y creativos de la Tercera Fuente y Centro, completan la organización de los universos locales de evolución progresiva. Estos Hijos no están adscritos a los controles centrales y universales de la materia, la mente y el espíritu ni se ocupan de ellos. De ahí que estén limitados en sus actos creativos por la preexistencia, la prioridad y la primacía de la Primera Fuente y Centro y sus Absolutos del mismo rango. Estos Hijos solo pueden administrar lo que traen a la existencia. La administración absoluta es inherente a la prioridad en la existencia y es inseparable de la eternidad en la presencia. El Padre permanece primordial en los universos.
7:6.5 (88.3) Al igual que los Hijos Creadores son personalizados por el Padre y el Hijo, los Hijos Magistrados son personalizados por el Hijo y el Espíritu. Estos son los Hijos que, en sus experiencias de encarnación como criaturas, se ganan el derecho a servir como jueces de la supervivencia en las creaciones del tiempo y el espacio.
7:6.6 (88.4) El Padre, el Hijo y el Espíritu se unen también para personalizar a los polifacéticos Maestros Hijos de la Trinidad, que recorren el gran universo como maestros elevados de todas las personalidades humanas y divinas. Y existen además otros numerosos órdenes de filiación paradisiaca de los que no se ha informado a los mortales de Urantia.
7:6.7 (88.5) Entre el Hijo Madre Original y estas huestes de Hijos del Paraíso dispersas por toda la creación hay un canal de comunicación directo y exclusivo, un canal cuyo funcionamiento es inherente a la cualidad de parentesco espiritual que los une con vínculos de asociación espiritual casi absoluta. Este circuito interfilial es totalmente distinto del circuito universal de gravedad de espíritu, que se centra también en la persona de la Segunda Fuente y Centro. Todos los Hijos de Dios que tienen su origen en las personas de las Deidades del Paraíso están en comunicación constante y directa con el Hijo Madre Eterno. Y dicha comunicación es instantánea; es independiente del tiempo aunque algunas veces esté condicionada por el espacio.
7:6.8 (88.6) El Hijo Eterno no solo conoce perfectamente en todo momento el estatus, los pensamientos y las múltiples actividades de todos los órdenes de filiación paradisiaca, sino que también conoce a la perfección en todo momento todo lo que hay de valor espiritual en los corazones de todas las criaturas de la creación primaria y central de la eternidad y de las creaciones secundarias del tiempo de los Hijos Creadores de igual rango.
7:7.1 (88.7) El Hijo Eterno es una revelación completa, exclusiva, universal y final del espíritu y de la personalidad del Padre Universal. Todo conocimiento y toda información acerca del Padre deben venir del Hijo Eterno y de sus Hijos del Paraíso. El Hijo Eterno procede de la eternidad y es totalmente uno con el Padre sin restricción espiritual alguna. En personalidad divina tienen el mismo rango, en naturaleza espiritual son iguales, en divinidad son idénticos.
7:7.2 (89.1) El carácter de Dios de ninguna manera podría mejorar intrínsecamente en la persona del Hijo, pues el Padre divino es infinitamente perfecto, pero al despojarse de lo no personal y de lo no espiritual, ese carácter y esa personalidad se amplifican para revelarse a los seres criatura. La Primera Fuente y Centro es mucho más que una personalidad, pero todas las cualidades de espíritu de la personalidad de padre de la Primera Fuente y Centro están espiritualmente presentes en la personalidad absoluta del Hijo Eterno.
7:7.3 (89.2) El Hijo primario y sus Hijos están dedicados a hacer una revelación universal de la naturaleza espiritual y personal del Padre a toda la creación. En el universo central, los superuniversos, los universos locales o en los planetas habitados es un Hijo del Paraíso quien revela al Padre Universal a hombres y ángeles. El Hijo Eterno y sus Hijos revelan la vía de acceso de la criatura al Padre Universal. E incluso nosotros, los de origen alto, entendemos al Padre mucho más plenamente cuando estudiamos la revelación de su carácter y de su personalidad en el Hijo Eterno y en los Hijos del Hijo Eterno.
7:7.4 (89.3) El Padre solo baja a vosotros como personalidad a través de los Hijos divinos del Hijo Eterno. Y vosotros alcanzáis al Padre por ese mismo camino vivo; ascendéis al Padre guiados por este grupo de Hijos divinos. Y esto sigue siendo cierto a pesar de que vuestra personalidad misma es un otorgamiento directo del Padre Universal.
7:7.5 (89.4) En la inmensa extensión de todas las actividades de la vasta administración espiritual del Hijo Eterno, no olvidéis que el Hijo es una persona de hecho tan ciertamente como lo es el Padre. Para los seres que anteriormente fueron del orden humano será sin duda más fácil acceder al Hijo Eterno que al Padre Universal. En el progreso de los peregrinos del tiempo por los circuitos de Havona, estaréis capacitados para alcanzar al Hijo mucho antes de que estéis preparados para percibir al Padre.
7:7.6 (89.5) Comprenderéis más cosas sobre el carácter y la naturaleza misericordiosa del Hijo Eterno de misericordia a medida que meditéis sobre la revelación de estos atributos divinos hecha como servicio de amor por vuestro propio Hijo Creador, que fue una vez Hijo del Hombre en la tierra y es ahora el excelso soberano de vuestro universo local: Hijo del Hombre e Hijo de Dios.
7:7.7 (89.6) [Redactado por un Consejero Divino encargado de formular esta exposición que describe al Hijo Eterno del Paraíso.]
El libro de Urantia
Documento 8
8:0.1 (90.1) ALLÁ en la eternidad, cuando el «primer» pensamiento infinito y absoluto del Padre Universal encuentra en el Hijo Eterno un verbo tan perfecto y adecuado para su expresión divina, tiene lugar el deseo supremo, tanto del Dios-Pensamiento como del Dios-Verbo, de tener un agente universal e infinito para la expresión mutua y la acción conjunta.
8:0.2 (90.2) En los albores de la eternidad tanto el Padre como el Hijo se hacen infinitamente conocedores de su mutua interdependencia, de su unicidad eterna y absoluta, y establecen, por lo tanto, una alianza infinita y sempiterna de asociación divina. Este acuerdo sin fin se efectúa para llevar a cabo sus conceptos unidos en todo el círculo de la eternidad. El Padre y el Hijo continúan en esta unión divina desde aquel acontecimiento de la eternidad,.
8:0.3 (90.3) Nos encontramos ahora cara a cara con el origen en la eternidad del Espíritu Infinito, la Tercera Persona de la Deidad. En el mismo instante en que Dios Padre y Dios Hijo conciben conjuntamente una acción idéntica e infinita —la ejecución de un plan-pensamiento absoluto—, en ese mismo momento, el Espíritu Infinito surge a la existencia plenamente desarrollado.
8:0.4 (90.4) Enumero así el orden del origen de las Deidades solo para daros la posibilidad de pensar en su relación. En realidad los tres existen desde la eternidad; son existenciales. Sus días no tienen principio ni fin. Tienen el mismo rango y son supremos, últimos, absolutos e infinitos. Son, siempre han sido y siempre serán. Y son tres personas claramente individualizadas pero asociadas eternamente, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu.
8:1.1 (90.5) En la eternidad del pasado el ciclo de las personalidades divinas se hace perfecto y completo con la personalización del Espíritu Infinito. El Dios de Acción existe, y el vasto escenario del espacio queda preparado para el formidable drama de la creación —la aventura universal— el panorama divino de las edades eternas.
8:1.2 (90.6) El primer acto del Espíritu Infinito es inspeccionar y reconocer a sus padres divinos, el Padre-Padre y el Hijo-Madre. Él, el Espíritu, identifica plenamente a ambos. Tiene pleno conocimiento de sus personalidades separadas y de sus atributos infinitos así como de su naturaleza conjunta y de su funcionamiento unido. Luego voluntariamente, con disposición trascendente e inspiradora espontaneidad, la Tercera Persona de la Deidad, a pesar de su igualdad con la Primera y con la Segunda Persona, promete lealtad eterna a Dios Padre y reconoce su dependencia sempiterna de Dios Hijo.
8:1.3 (90.7) Inherente a la naturaleza de esta operación y en reconocimiento mutuo de la independencia de la personalidad de cada uno y de la unión ejecutiva de los tres, se establece el ciclo de la eternidad. La Trinidad del Paraíso existe. El escenario del espacio universal queda preparado para el panorama múltiple y sin fin del despliegue creativo del propósito del Padre Universal a través de la personalidad del Hijo Eterno y mediante la ejecución del Dios de Acción, el agente ejecutivo de la sociedad creadora Padre-Hijo para las actuaciones en la realidad.
8:1.4 (91.1) El Dios de Acción entra en funcionamiento y las bóvedas muertas del espacio se ponen en movimiento. Mil millones de esferas perfectas brotan inmediatamente a la existencia. Antes de este hipotético momento de la eternidad, las energías-espacio inherentes al Paraíso existen y son potencialmente operativas, pero no tienen la actualidad del ser. Tampoco la gravedad física puede medirse excepto por la reacción de las realidades materiales a su atracción incesante. No hay ningún universo material en este (supuesto) momento eternamente distante, pero en el mismo instante en el que se materializan mil millones de mundos, se hace manifiesta una gravedad suficiente y adecuada para mantenerlos bajo el control sempiterno del Paraíso.
8:1.5 (91.2) Destella ahora por la creación de los Dioses la segunda forma de energía, y este espíritu que efluye es atrapado instantáneamente por la gravedad espiritual del Hijo Eterno. Así, el universo dos veces abrazado por la gravedad es tocado por la energía del infinito y sumido en el espíritu de la divinidad. De esta forma queda preparado el terreno de la vida para la consciencia de la mente manifestada en los circuitos asociados de inteligencia del Espíritu Infinito.
8:1.6 (91.3) Sobre estas semillas de existencia potencial difundidas por toda la creación central de los Dioses actúa el Padre, y aparece la personalidad de criatura. Entonces la presencia de las Deidades del Paraíso llena todo el espacio organizado y empieza a atraer efectivamente a todas las cosas y a todos los seres hacia el Paraíso.
8:1.7 (91.4) El Espíritu Infinito se eterniza concurrentemente con el nacimiento de los mundos de Havona, y este universo central es creado por él y con él y en él en obediencia a los conceptos combinados y a las voluntades unidas del Padre y el Hijo. La Tercera Persona se deíza mediante este mismo acto de creación conjunta y se convierte así para siempre en el Creador Conjunto.
8:1.8 (91.5) Son los tiempos grandiosos e imponentes de la expansión creativa del Padre y el Hijo por y en la acción de su colaborador conjunto y ejecutivo exclusivo, la Tercera Fuente y Centro. No existe ninguna constancia de aquellos tiempos agitados. Solo tenemos las escasas revelaciones del Espíritu Infinito para confirmar aquellas poderosas operaciones, y este solo corrobora el hecho de que el universo central y todo lo que le concierne se eternizaron simultáneamente a su logro de la personalidad y de la existencia consciente.
8:1.9 (91.6) En suma, el Espíritu Infinito testifica que, puesto que él es eterno, también lo es el universo central. Y este es el punto de partida tradicional de la historia del universo de universos. No se sabe absolutamente nada, ni existen registros sobre ningún acontecimiento u operación anterior a esta formidable erupción de energía creativa y sabiduría administrativa que cristalizó el vasto universo existente y que funciona con tanta excelencia en el centro de todas las cosas. Más allá de este acontecimiento están las operaciones inescrutables de la eternidad y las profundidades del infinito, el misterio absoluto.
8:1.10 (91.7) Describimos así el origen secuencial de la Tercera Fuente y Centro como una condescendencia interpretativa hacia la mente atada al tiempo y condicionada por el espacio de las criaturas mortales. La mente del hombre necesita un punto de partida para visualizar la historia del universo, y se me ha indicado que exponga este planteamiento del concepto histórico de eternidad. En la mente material la coherencia exige una Causa Primera. Por lo tanto, postulamos al Padre Universal como la Primera Fuente y el Centro Absoluto de toda la creación, al tiempo que enseñamos a todas las mentes de criatura que el Hijo y el Espíritu son coeternos con el Padre en todas las fases de la historia del universo y en todos los ámbitos de la actividad creativa. Y hacemos esto sin desatender en modo alguno la realidad y la eternidad de la Isla del Paraíso y de los Absolutos No Cualificado, Universal y de Deidad.
8:1.11 (92.1) Para la mente material de los hijos del tiempo, concebir al Padre en la eternidad es llegar bastante lejos. Sabemos que cualquier niño interactúa mejor con la realidad si domina primero las relaciones de la situación paterno-filial y sigue ampliando luego este concepto hasta abarcar la familia como un todo. La mente en crecimiento del niño será capaz de ajustarse posteriormente al concepto de las relaciones de familia, a las relaciones de la comunidad, de la raza y del mundo, y luego a las del universo, del superuniverso e incluso del universo de universos.
8:2.1 (92.2) El Creador Conjunto existe desde la eternidad y es, totalmente y sin restricciones, uno con el Padre Universal y con el Hijo Eterno. El Espíritu Infinito refleja a la perfección, no solo la naturaleza del Padre del Paraíso, sino también la del Hijo Original.
8:2.2 (92.3) La Tercera Fuente y Centro es conocida por numerosos títulos: el Espíritu Universal, el Guía Supremo, el Creador Conjunto, el Ejecutivo Divino, la Mente Infinita, el Espíritu de Espíritus, el Espíritu Madre del Paraíso, el Actor Conjunto, el Coordinador Final, el Espíritu Omnipresente, la Inteligencia Absoluta, la Acción Divina; y en Urantia se la confunde a veces con la mente cósmica.
8:2.3 (92.4) Es perfectamente correcto designar a la Tercera Persona de la Deidad como el Espíritu Infinito, pues Dios es espíritu. Pero las criaturas materiales, que tienden hacia el error de ver la materia como realidad básica y la mente, junto con el espíritu, como postulados arraigados en la materia, comprenderían mejor a la Tercera Fuente y Centro bajo los nombres de la Realidad Infinita, el Organizador Universal o el Coordinador de la Personalidad.
8:2.4 (92.5) El Espíritu Infinito, como revelación de la divinidad en el universo, es inescrutable y sobrepasa la comprensión humana por completo. Para sentir la absolutidad del Espíritu os basta con contemplar la infinitud del Padre Universal y asombraros de la eternidad del Hijo Original.
8:2.5 (92.6) Hay en verdad misterio en la persona del Espíritu Infinito, pero no tanto como en la del Padre y en la del Hijo. De todos los aspectos de la naturaleza del Padre, el Creador Conjunto es el que desvela su infinitud de forma más impresionante. Aunque el universo maestro llegara a expandirse finalmente hasta la infinitud, la presencia de espíritu, el control de la energía y el potencial de mente del Actor Conjunto serían adecuados para satisfacer las demandas de semejante creación ilimitada.
8:2.6 (92.7) Aunque comparte en todos los sentidos la perfección, la rectitud y el amor del Padre Universal, el Espíritu Infinito se inclina hacia los atributos de misericordia del Hijo Eterno, convirtiéndose así en el ministro de la misericordia de las Deidades del Paraíso para el gran universo. Ahora y siempre —universal y eternamente— el Espíritu es un ministro de la misericordia pues, así como los Hijos divinos revelan el amor de Dios, el Espíritu divino representa la misericordia de Dios.
8:2.7 (93.1) No es posible que el Espíritu pueda tener más bondad que el Padre puesto que toda bondad tiene su origen en el Padre, pero podemos comprender mejor dicha bondad en los actos del Espíritu. La fidelidad del Padre y la constancia del Hijo se hacen muy reales para los seres de espíritu y para las criaturas materiales de las esferas mediante el ministerio de amor y el servicio incesante de las personalidades del Espíritu Infinito.
8:2.8 (93.2) El Creador Conjunto hereda toda la belleza de pensamiento y todo el carácter de verdad del Padre. Y estos rasgos sublimes de la divinidad se coordinan en los niveles casi supremos de la mente cósmica en subordinación a la sabiduría infinita y eterna de la mente incondicionada y sin límites de la Tercera Fuente y Centro.
8:3.1 (93.3) Así como el Hijo Eterno es la expresión verbal del «primer» pensamiento absoluto e infinito del Padre Universal, el Actor Conjunto es la ejecución perfecta del «primer» concepto creativo o plan de acción combinada completado por la asociación de las personalidades Padre-Hijo, que es la unión absoluta pensamiento-verbo. La Tercera Fuente y Centro se eterniza concurrentemente con la creación central, o creación por fíat, y solo esta creación central es eterna en existencia entre los universos.
8:3.2 (93.4) Desde la personalización de la Tercera Fuente, la Primera Fuente ya no participa personalmente en la creación del universo. El Padre Universal delega todo lo posible en su Hijo Eterno. Igualmente, el Hijo Eterno otorga toda autoridad y poder posibles al Creador Conjunto.
8:3.3 (93.5) El Hijo Eterno y el Creador Conjunto han planeado y formado, como socios y a través de sus personalidades de igual rango, todos los universos posteriores a Havona que se han traído a la existencia. El Espíritu mantiene con el Hijo en todas las creaciones posteriores la misma relación personal que el Hijo mantiene con el Padre en la creación central y primera.
8:3.4 (93.6) Un Hijo Creador del Hijo Eterno y un Espíritu Creativo del Espíritu Infinito os crearon a vosotros y a vuestro universo. Y mientras el Padre sostiene con fidelidad lo que han organizado, recae en este Hijo de Universo y en este Espíritu de Universo fomentar y mantener su obra así como aportar su ministerio a las criaturas que ellos mismos han hecho.
8:3.5 (93.7) El Espíritu Infinito es el agente efectivo del Padre que es todo amor y el Hijo que es todo misericordia para la ejecución de su proyecto conjunto de atraer hacia ellos a todas las almas amantes de la verdad de todos los mundos del tiempo y el espacio. En el mismo instante en que el Hijo Eterno aceptó el plan de su Padre de logro de la perfección para las criaturas de los universos, en el momento en que el proyecto de ascensión se convirtió en un plan Padre-Hijo, en ese instante, el Espíritu Infinito se convirtió en el administrador conjunto del Padre y el Hijo para la ejecución de su propósito unido y eterno. Y al hacerlo, el Espíritu Infinito brindó al Padre y al Hijo todos sus recursos de presencia divina y de personalidades de espíritu. Él lo ha dedicado todo al formidable plan de exaltar a las criaturas con voluntad supervivientes hasta las alturas divinas de la perfección paradisiaca.
8:3.6 (93.8) El Espíritu Infinito es una revelación completa, exclusiva y universal del Padre Universal y su Hijo Eterno. Todo conocimiento de la sociedad Padre-Hijo debe obtenerse a través del Espíritu Infinito, el representante conjunto de la unión divina pensamiento-verbo.
8:3.7 (93.9) El Hijo Eterno es la única vía de acceso al Padre Universal, y el Espíritu Infinito es el único medio de alcanzar al Hijo Eterno. Solo mediante el ministerio paciente del Espíritu tienen los seres ascendentes del tiempo la posibilidad de descubrir al Hijo.
8:3.8 (94.1) En el centro de todas las cosas, el Espíritu Infinito es la primera de las Deidades del Paraíso que alcanzan los peregrinos ascendentes. La Tercera Persona envuelve a la Segunda y a la Primera, y por lo tanto tiene que ser siempre la primera en ser reconocida por todos los candidatos a presentarse ante el Hijo y su Padre.
8:3.9 (94.2) Y el Espíritu representa por igual y sirve de forma similar al Padre y al Hijo de muchas otras maneras.
8:4.1 (94.3) Paralelamente al universo físico, en el que la gravedad paradisiaca mantiene unidas todas las cosas, está el universo espiritual en el que el verbo del Hijo interpreta el pensamiento de Dios, y cuando «se hace carne» demuestra la amorosa misericordia de la naturaleza combinada de los Creadores asociados. Pero en toda y por toda esta creación material y espiritual hay un vasto escenario sobre el que el Espíritu Infinito y su prole de espíritu manifiestan la combinación de misericordia, paciencia y afecto perpetuo de los padres divinos hacia los hijos inteligentes que han ideado y formado en cooperación. El ministerio perpetuo a la mente es la esencia del carácter divino del Espíritu. Y toda la prole de espíritu del Actor Conjunto comparte este deseo de ministrar, este impulso divino de servir.
8:4.2 (94.4) Dios es amor, el Hijo es misericordia, el Espíritu es ministerio, el ministerio de amor divino y de misericordia sin fin para toda la creación inteligente. El Espíritu es la personificación del amor del Padre y la misericordia del Hijo; en él están ambos unidos eternamente para el servicio universal. El Espíritu es amor aplicado a la creación de criaturas, el amor combinado del Padre y el Hijo.
8:4.3 (94.5) En Urantia el Espíritu Infinito es conocido como una influencia omnipresente, una presencia universal, pero en Havona lo conoceréis como una presencia personal de ministerio propiamente dicho. Aquí el ministerio del Espíritu del Paraíso es el patrón ejemplar e inspirador para cada uno de sus Espíritus de igual rango y para las personalidades de menor rango que atienden a los seres creados en los mundos del tiempo y el espacio. En este universo divino, el Espíritu Infinito participó plenamente en las siete apariciones trascendentales del Hijo Eterno. Participó asimismo con el Hijo Miguel original en los siete otorgamientos en los circuitos de Havona, y con ello se convirtió en el ministro de espíritu compasivo y comprensivo para todo peregrino del tiempo que atraviesa estos círculos perfectos de las alturas.
8:4.4 (94.6) Cuando un Hijo Creador de Dios acepta hacerse cargo de la responsabilidad de creador de un universo local proyectado, las personalidades del Espíritu Infinito se comprometen a ser los ministros incansables de este Hijo Miguel cuando sale en su misión de aventura creativa. En las personas de las Hijas Creativas, los Espíritus Madre de los universos locales, encontramos de modo especial al Espíritu Infinito dedicado a la tarea de fomentar la ascensión de las criaturas materiales a niveles cada vez más altos de logro espiritual. Y todo este trabajo de ministerio para las criaturas se hace en perfecta armonía con los propósitos, y en estrecha colaboración con las personalidades, de los Hijos Creadores de estos universos locales.
8:4.5 (94.7) Así como los Hijos de Dios se ocupan de la gigantesca tarea de revelar la personalidad de amor del Padre a un universo, el Espíritu Infinito se dedica al ministerio sin fin de revelar el amor conjunto del Padre y el Hijo a la mente individual de todos los hijos de cada universo. En esas creaciones locales, el Espíritu no desciende a las razas materiales a semejanza de carne mortal como lo hacen ciertos Hijos de Dios, sino que el Espíritu Infinito y sus Espíritus de igual rango se rebajan, se someten con alegría a una serie sorprendente de atenuaciones de su divinidad, hasta aparecer como ángeles para estar a vuestro lado y guiaros por las humildes sendas de la existencia terrenal.
8:4.6 (95.1) Mediante esta misma secuencia decreciente, el Espíritu Infinito se acerca mucho, de hecho y como persona, a todos los seres de las esferas de origen animal. Y el Espíritu hace todo esto sin invalidar en lo más mínimo su existencia como Tercera Persona de la Deidad que está en el centro de todas las cosas.
8:4.7 (95.2) El Creador Conjunto es verdaderamente y para siempre la gran personalidad ministrante, el ministro de la misericordia universal. Para comprender el ministerio del Espíritu, ponderad la verdad de que él es el retrato combinado del amor sin fin del Padre y la misericordia eterna del Hijo. Pero el ministerio del Espíritu no está restringido únicamente a la representación del Hijo Eterno y del Padre Universal. El Espíritu Infinito posee también el poder de ministrar a las criaturas del dominio en su propio nombre y derecho; la Tercera Persona tiene dignidad divina y otorga también por sí misma el ministerio universal de misericordia.
8:4.8 (95.3) A medida que el hombre vaya aprendiendo más cosas sobre el incansable ministerio de amor de los órdenes menores de la familia de criaturas de este Espíritu Infinito, más admirará y adorará la naturaleza trascendente y el carácter sin igual de esta Acción conjunta del Padre Universal y el Hijo Eterno. Este Espíritu es en verdad «los ojos del Señor que están siempre sobre los rectos» y «los oídos divinos que están siempre abiertos a sus oraciones».
8:5.1 (95.4) El atributo destacado del Espíritu Infinito es la omnipresencia. Por todo el universo de universos está presente en todas partes este espíritu que todo lo permea y que es tan similar a la presencia de una mente universal y divina. Tanto la Segunda Persona como la Tercera Persona de la Deidad están representadas en todos los mundos por sus espíritus siempre presentes.
8:5.2 (95.5) El Padre es infinito y está, por lo tanto, limitado solo por la volición. En el otorgamiento de los Ajustadores y en el encircuitamiento de la personalidad, el Padre actúa solo, pero en el contacto de las fuerzas del espíritu con los seres inteligentes, utiliza a los espíritus y a las personalidades del Hijo Eterno y del Espíritu Infinito. Él está a voluntad presente espiritualmente con el Hijo o con el Actor Conjunto por igual. Está presente con el Hijo y en el Espíritu. El Padre está, con toda certeza, presente en todas partes, y percibimos su presencia mediante y a través de todas y cada una de estas fuerzas, influencias y presencias diversas pero asociadas.
8:5.3 (95.6) En vuestros escritos sagrados el término Espíritu de Dios parece utilizarse de manera intercambiable para designar tanto al Espíritu Infinito del Paraíso como al Espíritu Creativo de vuestro universo local. El Espíritu Santo es el circuito espiritual de esta Hija Creativa del Espíritu Infinito del Paraíso. El Espíritu Santo es un circuito autóctono de cada universo local y está limitado al ámbito espiritual de esa creación, pero el Espíritu Infinito es omnipresente.
8:5.4 (95.7) Hay muchas influencias espirituales, y todas ellas son como una sola. Incluso el trabajo de los Ajustadores del Pensamiento, aunque independiente de todas las demás influencias, coincide invariablemente con el ministerio de espíritu de las influencias combinadas del Espíritu Infinito y del Espíritu Madre de un universo local. Estas presencias espirituales, tal como operan en la vida de los urantianos, no pueden segregarse. A pesar de sus orígenes diversos, funcionan como un solo espíritu en vuestra mente y sobre vuestra alma. Y a medida que se experimenta esta ministración espiritual unida, se convierte para vosotros en la influencia del Supremo, «que siempre es capaz de impedir que falléis y de presentaros sin tacha ante vuestro Padre de las alturas».
8:5.5 (96.1) Recordad siempre que el Espíritu Infinito es el Actor Conjunto. Tanto el Padre como el Hijo actúan en él y a través de él. Está presente no solo como él mismo, sino también como el Padre y como el Hijo y como el Padre-Hijo. En reconocimiento de esto y por otras muchas razones adicionales, la presencia de espíritu del Espíritu Infinito se denomina a menudo «el espíritu de Dios».
8:5.6 (96.2) Sería también coherente referirse al enlace de todos los ministerios espirituales como al espíritu de Dios, pues dicho enlace es verdaderamente la unión de los espíritus de Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu y Dios Séptuplo: el espíritu mismo de Dios Supremo.
8:6.1 (96.3) No permitáis que el otorgamiento generalizado y la distribución extensa de la Tercera Fuente y Centro oscurezcan o desmerezcan de ninguna manera el hecho de su personalidad. El Espíritu Infinito es una presencia en el universo, una acción eterna, un poder cósmico, una influencia santa y una mente universal. Es todo esto e infinitamente más, pero es también una personalidad verdadera y divina.
8:6.2 (96.4) El Espíritu Infinito es una personalidad completa y perfecta, el igual divino y del mismo rango del Padre Universal y el Hijo Eterno. El Creador Conjunto es tan real y visible para las inteligencias más altas de los universos como el Padre y el Hijo. Más aún, es al Espíritu a quien todos los ascendentes deben llegar antes de poder acercarse al Padre a través del Hijo.
8:6.3 (96.5) El Espíritu Infinito, la Tercera Persona de la Deidad, posee todos los atributos que asociáis con la personalidad. El Espíritu está dotado de mente absoluta: «El Espíritu examina todas las cosas, incluso las cosas profundas de Dios». El Espíritu está dotado no solo de mente sino también de voluntad. En el otorgamiento de sus dones se ha escrito: «Pero todas estas obras son de un único y mismo Espíritu, que reparte a cada hombre individualmente y como él quiere».
8:6.4 (96.6) «El amor del Espíritu» es real como lo son también sus penas; por lo tanto, «no entristezcáis al Espíritu de Dios». Ya observemos al Espíritu Infinito como Deidad del Paraíso o como Espíritu Creativo de un universo local, encontramos que el Creador Conjunto no solo es la Tercera Fuente y Centro sino también una persona divina. Esta personalidad divina reacciona también ante el universo como una persona. El Espíritu os dice: «El que tenga oídos, que escuche lo que dice el Espíritu». «El Espíritu mismo intercede por vosotros.» El Espíritu ejerce una influencia directa y personal sobre los seres creados, «pues todos los que son conducidos por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios».
8:6.5 (96.7) Aun cuando contemplamos el fenómeno del ministerio del Espíritu Infinito a los mundos remotos del universo de universos, aun cuando imaginamos a esta misma Deidad coordinadora actuando en y a través de las incalculables legiones de los múltiples seres que tienen su origen en la Tercera Fuente y Centro, aun cuando reconocemos la omnipresencia del Espíritu, seguimos afirmando, sin embargo, que esta misma Tercera Fuente y Centro es una persona, el Creador Conjunto de todas las cosas y de todos los seres y de todos los universos.
8:6.6 (96.8) En la administración de los universos, el Padre, el Hijo y el Espíritu están perfecta y eternamente interasociados. Aunque cada uno se dedica a un ministerio personal para toda la creación, los tres se entrelazan de manera divina y absoluta en un servicio de creación y de control que los hace uno para siempre.
8:6.7 (97.1) En la persona del Espíritu Infinito el Padre y el Hijo están mutuamente presentes, siempre y en perfección incondicionada, pues el Espíritu es como el Padre y como el Hijo, y también como el Padre y el Hijo tal como son ellos dos uno para siempre.
8:6.8 (97.2) [Presentado en Urantia por un Consejero Divino de Uversa comisionado por los Ancianos de los Días para describir la naturaleza y la obra del Espíritu Infinito.]
El libro de Urantia
Documento 9
9:0.1 (98.1) ALGO EXTRAÑO ocurrió cuando, en presencia del Paraíso, el Padre Universal y el Hijo Eterno se unieron para personalizarse. Nada prefiguraba en esa situación de la eternidad que el Actor Conjunto se personalizaría como una espiritualidad ilimitada, coordinada con la mente absoluta y dotada de prerrogativas únicas de manipulación de la energía. Su llegada a la existencia completa la liberación del Padre de los vínculos de la perfección centralizada y de las cadenas del absolutismo de la personalidad. Y esta liberación se desvela en el poder sorprendente del Creador Conjunto de crear seres bien adaptados para servir como espíritus ministrantes incluso a las criaturas materiales de los universos de evolución posterior.
9:0.2 (98.2) El Padre es infinito en amor y volición, en pensamiento y propósito espiritual; es el sustentador universal. El Hijo es infinito en sabiduría y verdad, en expresión e interpretación espiritual; es el revelador universal. El Paraíso es infinito en potencial para dotar de fuerza y en capacidad para dominar la energía; es el estabilizador universal. El Actor Conjunto posee prerrogativas únicas de síntesis, capacidad infinita para coordinar todas las energías existentes en el universo, todos los espíritus propiamente dichos del universo y todos los intelectos reales del universo; la Tercera Fuente y Centro es el unificador universal de las energías múltiples y de las creaciones diversas que han aparecido como consecuencia del plan divino y del propósito eterno del Padre Universal.
9:0.3 (98.3) El Espíritu Infinito, el Creador Conjunto, es un ministro universal y divino. El Espíritu ministra incesantemente la misericordia del Hijo y el amor del Padre, siempre en armonía con la justicia estable, invariable y recta de la Trinidad del Paraíso. Su influencia y sus personalidades están siempre cerca de vosotros; os conocen realmente y os comprenden de verdad.
9:0.4 (98.4) En todos los universos los agentes del Actor Conjunto manipulan sin parar las fuerzas y energías de todo el espacio. Al igual que la Primera Fuente y Centro, la Tercera responde tanto a lo espiritual como a lo material. El Actor Conjunto es la revelación de la unidad de Dios, en quien todas las cosas consisten: cosas, significados y valores, energías, mentes y espíritus.
9:0.5 (98.5) El Espíritu Infinito permea todo el espacio, mora en el interior del círculo de la eternidad. Y el Espíritu, al igual que el Padre y el Hijo, es perfecto e inalterable: absoluto.
9:1.1 (98.6) La Tercera Fuente y Centro es conocida por muchos nombres, que designan todos ellos relaciones y reconocen funciones. Como Dios Espíritu, es el ser del mismo rango en personalidad y el igual divino de Dios Hijo y Dios Padre. Como Espíritu Infinito, es una influencia espiritual omnipresente. Como Manipulador Universal, es el ancestro de las criaturas controladoras del poder y el activador de las fuerzas cósmicas del espacio. Como Actor Conjunto, es el representante conjunto y el socio ejecutivo del Padre-Hijo. Como Mente Absoluta, es la fuente de la dotación del intelecto en todos los universos. Como Dios de Acción, es el ancestro manifiesto del movimiento, el cambio y la relación.
9:1.2 (99.1) Algunos de los atributos de la Tercera Fuente y Centro provienen del Padre, otros del Hijo, mientras que hay otros cuya presencia activa y personal no se observa ni en el Padre ni en el Hijo. Son atributos que difícilmente se pueden explicar a no ser que se presuponga que la sociedad Padre-Hijo, que eterniza a la Tercera Fuente y Centro, actúa de manera sistemática en consonancia con el hecho eterno de la absolutidad del Paraíso y en reconocimiento de este. El Creador Conjunto encarna la plenitud de los conceptos conjuntos e infinitos de la Primera y la Segunda Persona de la Deidad.
9:1.3 (99.2) Cuando imaginéis al Padre como creador original y al Hijo como administrador espiritual, debéis pensar en la Tercera Fuente y Centro como coordinador universal, un ministrador que coopera ilimitadamente. El Actor Conjunto es el correlacionador de toda realidad actual. Es la Deidad depositaria del pensamiento del Padre y del verbo del Hijo y está eternamente atento en su acción a la absolutidad material de la Isla central. La Trinidad del Paraíso ha decretado la orden universal de progresar, y la providencia de Dios es el terreno del Creador Conjunto y del Ser Supremo en evolución. Ninguna realidad actual o en actualización puede escapar a la larga de una relación con la Tercera Fuente y Centro.
9:1.4 (99.3) El Padre Universal preside los ámbitos de la preenergía, del preespíritu y de la personalidad. El Hijo Eterno domina las esferas de las actividades espirituales. La presencia de la Isla del Paraíso unifica el dominio de la energía física y del poder en materialización. El Actor Conjunto opera no solo como un espíritu infinito que representa al Hijo, sino también como manipulador universal de las fuerzas y energías del Paraíso, trayendo así a la existencia la mente universal y absoluta. El Actor Conjunto actúa en todo el gran universo como una personalidad positiva y bien diferenciada, especialmente en las esferas más altas de los valores espirituales, de las relaciones de la energía física y de los verdaderos significados de la mente. Actúa específicamente donde y cuando la energía y el espíritu se asocian e interactúan. Domina todas las reacciones con la mente, tiene un gran poder en el mundo espiritual y ejerce una poderosa influencia sobre la energía y la materia. La Tercera Fuente expresa en todo momento la naturaleza de la Primera Fuente y Centro.
9:1.5 (99.4) La Tercera Fuente y Centro comparte perfectamente y sin restricciones la omnipresencia de la Primera Fuente y Centro, y es llamada a veces el Espíritu Omnipresente. De una manera peculiar y muy personal, el Dios de la mente comparte la omnisciencia del Padre Universal y de su Hijo Eterno; el conocimiento del Espíritu es profundo y completo. El Creador Conjunto manifiesta ciertos aspectos de la omnipotencia del Padre Universal, pero solo es omnipotente de hecho en el terreno de la mente. La Tercera Persona de la Deidad es el centro intelectual y el administrador universal de los ámbitos de la mente; en ellos es absoluta, su soberanía es ilimitada.
9:1.6 (99.5) El Actor Conjunto parece estar motivado por la sociedad Padre-Hijo, pero da la impresión de que todas sus acciones reconocen la relación Padre-Paraíso. A veces y en ciertas funciones parece compensar la incompleción de desarrollo de las Deidades experienciales: Dios Supremo y Dios Último.
9:1.7 (100.1) Y en esto hay un misterio infinito: el Infinito reveló simultáneamente su infinitud en el Hijo y como Paraíso, y surgió entonces a la existencia un ser igual a Dios en divinidad, que refleja la naturaleza espiritual del Hijo y es capaz de activar el patrón paradisiaco, un ser provisionalmente de menor rango en soberanía pero que, de muchas maneras, parece el más polifacético en la acción. Esta aparente superioridad en la acción se desvela en un atributo de la Tercera Fuente y Centro que es superior incluso a la gravedad física: la manifestación universal de la Isla del Paraíso.
9:1.8 (100.2) Además de este supercontrol de la energía y de las cosas físicas, el Espíritu Infinito está magníficamente dotado con esos atributos de paciencia, misericordia y amor que con tanta excelencia se revelan en su ministerio espiritual. El Espíritu es supremamente competente para ministrar amor y eclipsar la justicia con misericordia. Dios Espíritu posee toda la bondad superna y todo el afecto misericordioso del Hijo Original y Eterno. El universo del que sois originarios está siendo forjado entre el yunque de la justicia y el martillo del sufrimiento, pero los que empuñan el martillo son los hijos de la misericordia, la prole de espíritu del Espíritu Infinito.
9:2.1 (100.3) Dios es espíritu en un sentido triple: él mismo es espíritu, en su Hijo aparece como espíritu sin restricción, en el Actor Conjunto, como espíritu aliado con la mente. Y además de estas realidades espirituales creemos distinguir niveles de fenómenos de espíritu experienciales: los espíritus del Ser Supremo, de la Deidad Última y del Absoluto de Deidad.
9:2.2 (100.4) El Espíritu Infinito es tan complemento del Hijo Eterno como el Hijo es complemento del Padre Universal. El Hijo Eterno es una personalización espiritualizada del Padre; el Espíritu Infinito es una espiritualización personalizada del Hijo Eterno y el Padre Universal.
9:2.3 (100.5) Hay muchas líneas de fuerza espiritual y fuentes de poder supramaterial libres de obstáculos que enlazan directamente a las gentes de Urantia con las Deidades del Paraíso. Existe la conexión directa de los Ajustadores del Pensamiento con el Padre Universal, la influencia generalizada del impulso de la gravedad espiritual del Hijo Eterno y la presencia espiritual del Creador Conjunto. Hay una diferencia de función entre el espíritu del Hijo y el espíritu del Espíritu. La Tercera Persona puede actuar en su ministerio espiritual como mente más espíritu o solo como espíritu.
9:2.4 (100.6) Además de estas presencias paradisiacas, los urantianos se benefician de las influencias y actividades espirituales del universo local y del superuniverso, con su serie casi interminable de personalidades amorosas que conducen siempre a los de propósito leal y corazón sincero hacia arriba y hacia dentro en pos de los ideales de la divinidad y la meta de la perfección suprema.
9:2.5 (100.7) La presencia del espíritu universal del Hijo Eterno la conocemos, podemos reconocerla de manera inconfundible. La presencia del Espíritu Infinito, la Tercera Persona de la Deidad, incluso el hombre mortal la puede conocer, pues las criaturas materiales pueden experimentar de hecho la beneficencia de esta influencia divina que actúa como el otorgamiento del Espíritu Santo a las razas de la humanidad en los universos locales. Los seres humanos pueden llegar a ser también conscientes en alguna medida del Ajustador, la presencia impersonal del Padre Universal. Estos espíritus divinos que trabajan por la elevación y la espiritualización del hombre actúan todos al unísono y en perfecta cooperación. Son como uno en el funcionamiento espiritual de los planes de ascensión y logro de la perfección de los mortales.
9:3.1 (101.1) La Isla del Paraíso es la fuente y la sustancia de la gravedad física, y eso debería ser suficiente para haceros saber que la gravedad es una de las cosas más reales y eternamente confiables de todo el universo de universos físico. La gravedad no se puede modificar ni anular excepto por las fuerzas y energías patrocinadas conjuntamente por el Padre y el Hijo, que han sido confiadas a la persona de la Tercera Fuente y Centro y están asociadas funcionalmente a ella.
9:3.2 (101.2) El Espíritu Infinito posee un poder único y asombroso: la antigravedad. Este poder no está presente de manera funcional (observable) ni en el Padre ni en el Hijo. Esta aptitud para resistir a la atracción de la gravedad material es inherente a la Tercera Fuente y se revela en las reacciones personales del Actor Conjunto a ciertos aspectos de las relaciones universales. Este atributo único es transmisible a algunas de las personalidades más altas del Espíritu Infinito.
9:3.3 (101.3) La antigravedad puede anular la gravedad dentro de un marco local; lo hace mediante el ejercicio de una presencia igual de fuerza. Actúa solo en relación con la gravedad material y no es una acción de la mente. El fenómeno de resistencia a la gravedad de un giróscopo es una buena ilustración del efecto de la antigravedad, pero no sirve para ilustrar la causa de la antigravedad.
9:3.4 (101.4) El Actor Conjunto muestra además poderes que pueden trascender la fuerza y neutralizar la energía. Dichos poderes funcionan reduciendo la velocidad de la energía hasta el punto de materialización y mediante otras técnicas desconocidas para vosotros.
9:3.5 (101.5) El Creador Conjunto no es energía, ni la fuente de la energía, ni el destino de la energía; es el manipulador de la energía. El Creador Conjunto es acción: movimiento, cambio, modificación, coordinación, estabilización y equilibrio. Las energías sometidas al control directo o indirecto del Paraíso responden por naturaleza a los actos de la Tercera Fuente y Centro y de sus múltiples agentes.
9:3.6 (101.6) El universo de universos está todo ocupado por las criaturas controladoras del poder de la Tercera Fuente y Centro: controladores físicos, directores del poder, centros del poder y otros representantes del Dios de Acción relacionados con la regulación y la estabilización de las energías físicas. Todas estas criaturas únicas con función física poseen atributos variables de control del poder, tales como la antigravedad, que utilizan en sus esfuerzos por establecer el equilibrio físico de la materia y las energías del gran universo.
9:3.7 (101.7) Todas estas actividades materiales del Dios de Acción parecen relacionar su función con la Isla del Paraíso, y ciertamente todos los agentes del poder toman en consideración la absolutidad de la Isla eterna e incluso dependen de ella. Pero el Actor Conjunto no actúa por el Paraíso ni en respuesta al Paraíso. Actúa personalmente por el Padre y el Hijo. El Paraíso no es una persona. Las acciones no personales, impersonales y no personales de alguna otra forma de la Tercera Fuente y Centro son todas actos volitivos del propio Actor Conjunto. No son reflejos, derivaciones ni repercusiones de nada ni de nadie.
9:3.8 (101.8) El Paraíso es el patrón de la infinitud; el Dios de Acción es el activador de ese patrón. El Paraíso es el fulcro material de la infinitud; los agentes de la Tercera Fuente y Centro son las palancas de la inteligencia que mueven el nivel material e inyectan espontaneidad en el mecanismo de la creación física.
9:4.1 (102.1) Hay una naturaleza intelectual de la Tercera Fuente y Centro que es distinta de sus atributos físicos y espirituales. Dicha naturaleza no es contactable, pero es asociable intelectualmente aunque no personalmente. Es distinguible de los atributos físicos y del carácter espiritual de la Tercera Persona en los niveles de funcionamiento de la mente, pero para el discernimiento de las personalidades, esta naturaleza no actúa nunca con independencia de las manifestaciones físicas o espirituales.
9:4.2 (102.2) La mente absoluta es la mente de la Tercera Persona; es inseparable de la personalidad de Dios Espíritu. En los seres en funcionamiento, la mente no está separada de la energía o del espíritu, o de ambos. La mente no es inherente a la energía. La energía es receptiva y responde a la mente. La mente puede superponerse a la energía, pero la consciencia no es inherente al nivel puramente material. La mente no tiene que añadirse al espíritu puro, pues el espíritu es innatamente consciente e identificador. El espíritu es siempre inteligente, de alguna manera está dotado de mente. Puede ser una mente u otra, puede ser premente o supermente, incluso mente espíritu, pero hace lo equivalente a pensar y conocer. La visión interior del espíritu trasciende, sobreviene y antecede teóricamente a la consciencia de la mente.
9:4.3 (102.3) El Creador Conjunto es absoluto solo en el dominio de la mente, en el terreno de la inteligencia universal. La mente de la Tercera Fuente y Centro es infinita; trasciende completamente los circuitos de mente activos y en funcionamiento del universo de universos. La dotación de mente de los siete superuniversos proviene de los siete Espíritus Maestros, las personalidades principales del Creador Conjunto. Estos Espíritus Maestros distribuyen la mente en el gran universo como mente cósmica, y vuestro universo local está permeado por la variante propia de Nebadon del tipo de mente cósmica de Orvonton.
9:4.4 (102.4) La mente infinita ignora el tiempo, la mente última trasciende el tiempo, la mente cósmica está condicionada por el tiempo. Y lo mismo ocurre con el espacio: la Mente Infinita es independiente del espacio, pero según se desciende de los niveles infinitos hacia los niveles de mente de los adjutores, el intelecto debe tomar cada vez más en cuenta el hecho y las limitaciones del espacio.
9:4.5 (102.5) La fuerza cósmica responde a la mente tal como la mente cósmica responde al espíritu. El espíritu es propósito divino y la mente espíritu es propósito divino en acción. La energía es cosa, la mente es significado, el espíritu es valor. Incluso en el tiempo y el espacio, la mente establece esas relaciones relativas entre la energía y el espíritu que sugieren un parentesco mutuo en la eternidad.
9:4.6 (102.6) La mente trasmuta los valores del espíritu en significados del intelecto. La volición tiene el poder de hacer fructificar los significados de la mente tanto en el dominio material como en el espiritual. El ascenso al Paraíso supone un crecimiento relativo y diferencial en espíritu, mente y energía. La personalidad es el unificador de estos componentes de la individualidad experiencial.
9:5.1 (102.7) La Tercera Fuente y Centro es infinita en mente. Si el universo creciera hasta la infinitud, su potencial de mente seguiría siendo adecuado para dotar con mentes apropiadas y con otros requisitos esenciales del intelecto a un número ilimitado de criaturas.
9:5.2 (102.8) En el ámbito de la mente creada, la Tercera Persona, con sus asociados de igual y menor rango, rige suprema. Los dominios de la mente de la criatura tienen su origen exclusivo en la Tercera Fuente y Centro; ella es la otorgadora de la mente. Incluso a los fragmentos del Padre les resulta imposible morar en el interior de las mentes de los hombres antes de que se les haya preparado adecuadamente el camino mediante la acción de la mente y la función espiritual del Espíritu Infinito.
9:5.3 (103.1) La mente posee el rasgo único de que puede ser otorgada a una amplia diversidad de vida. A través de sus asociados creativos y criaturas asociadas, la Tercera Fuente y Centro aporta su ministerio a todas las mentes en todas las esferas. Ministra a los intelectos humanos y subhumanos a través de los adjutores de los universos locales, y por medio de los controladores físicos ministra incluso a las entidades más bajas y no experimentadoras de los tipos más primitivos de cosas vivas. La dirección de la mente es siempre una ministración de personalidades de espíritu-mente o de energía-mente.
9:5.4 (103.2) Puesto que la Tercera Persona de la Deidad es la fuente de la mente, es muy natural que a las criaturas con voluntad y evolutivas les resulte más fácil formarse conceptos comprensibles del Espíritu Infinito que del Hijo Eterno o del Padre Universal. La realidad del Creador Conjunto se desvela imperfectamente en la existencia misma de la mente humana. El Creador Conjunto es el antepasado de la mente cósmica, y la mente del hombre es un circuito individualizado, una porción impersonal de esa mente cósmica tal como es otorgada a un universo local por una Hija Creativa de la Tercera Fuente y Centro.
9:5.5 (103.3) Aunque la Tercera Persona es la fuente de la mente, no por ello deis por hecho que todos los fenómenos de la mente son divinos. El intelecto humano está arraigado en el origen material de las razas animales. La inteligencia del universo no es más revelación verdadera de Dios, que es mente, que la naturaleza física es revelación verdadera de la belleza y armonía del Paraíso. La perfección está en la naturaleza, pero la naturaleza no es perfecta. El Creador Conjunto es la fuente de la mente, pero la mente no es el Creador Conjunto.
9:5.6 (103.4) En Urantia la mente es un término medio entre la esencia de la perfección de pensamiento y la mentalidad en evolución de vuestra naturaleza humana inmadura. El plan para vuestra evolución intelectual es ciertamente de una perfección sublime, pero distáis mucho de esa meta divina mientras actuáis en el tabernáculo de la carne. La mente es verdaderamente de origen divino y tiene un destino divino, pero vuestras mentes mortales no tienen aún dignidad divina.
9:5.7 (103.5) Muchas veces, demasiadas veces, enturbiáis vuestra mente con insinceridades y la dañáis con maldades; la sometéis al miedo animal y la deformáis con ansiedades inútiles. Por lo tanto, aunque la fuente de la mente es divina, la mente tal como la conocéis en vuestro mundo de ascensión no puede llegar a ser objeto de gran admiración y mucho menos de adoración o culto. La contemplación del intelecto humano inmaduro e inactivo debería conducir únicamente a reacciones de humildad.
9:6.1 (103.6) La Tercera Fuente y Centro, la inteligencia universal, es consciente personalmente de cada mente, de cada intelecto que hay en toda la creación y mantiene un contacto personal y perfecto con todas las criaturas físicas, morontiales y espirituales dotadas de mente de los vastos universos. Todas estas actividades de la mente se captan en el circuito absoluto de gravedad de mente que se focaliza en la Tercera Fuente y Centro y es parte de la consciencia personal del Espíritu Infinito.
9:6.2 (103.7) De forma muy similar a como el Padre tira de toda personalidad hacia sí y el Hijo atrae toda realidad espiritual, el Actor Conjunto ejerce un poder de atracción sobre todas las mentes. Domina y controla de forma ilimitada el circuito universal de mente. Todos los valores intelectuales auténticos y verdaderos, todos los pensamientos divinos y todas las ideas perfectas, son atraídos infaliblemente hacia este circuito absoluto de la mente.
9:6.3 (104.1) La gravedad de mente puede operar con independencia de la gravedad material y espiritual, pero donde y cuando inciden las dos últimas, la gravedad de mente funciona siempre. Cuando las tres se asocian, la gravedad de la personalidad puede abarcar a la criatura material —física o morontial, finita o absonita—. Pero aparte de esto, la dotación de mente, incluso en seres impersonales, los faculta para pensar y los dota de consciencia a pesar de la ausencia total de personalidad.
9:6.4 (104.2) Sin embargo, la yoidad de la dignidad personal, humana o divina, inmortal o potencialmente inmortal, no se origina ni en el espíritu, ni en la mente ni en la materia; es otorgamiento del Padre Universal. Tampoco la interacción de la gravedad de espíritu, de mente y material es una condición imprescindible para la aparición de la gravedad de la personalidad. El circuito del Padre puede abarcar a un ser de mente material que no responda a la gravedad de espíritu, o puede incluir a un ser espíritu-mente que no responda a la gravedad material. El funcionamiento de la gravedad de la personalidad es siempre un acto volitivo del Padre Universal.
9:6.5 (104.3) Si bien la mente está asociada a la energía en los seres puramente materiales y asociada al espíritu en las personalidades puramente espirituales, innumerables órdenes de personalidad, incluyendo a los humanos, poseen mentes que están asociadas tanto con la energía como con el espíritu. Los aspectos espirituales de la mente de la criatura responden indefectiblemente a la atracción de la gravedad de espíritu del Hijo Eterno. Los rasgos materiales responden al impulso de la gravedad del universo material.
9:6.6 (104.4) La mente cósmica, cuando no está asociada ni con la energía ni con el espíritu, no está sujeta a las demandas de la gravedad de los circuitos materiales ni de los espirituales. La mente pura solo está sujeta al control de la gravedad universal del Actor Conjunto. La mente pura tiene un parentesco cercano con la mente infinita, y la mente infinita (teóricamente de igual rango que los absolutos de espíritu y de energía) es aparentemente una ley en sí misma.
9:6.7 (104.5) Cuanto mayor sea la divergencia energía-espíritu, mayor será el funcionamiento observable de la mente. Cuanto menor sea la diversidad entre energía y espíritu, menor será el funcionamiento observable de la mente. El funcionamiento máximo de la mente cósmica se da aparentemente en los universos con tiempo del espacio. En estos la mente parece funcionar en una zona media entre la energía y el espíritu, pero esto no es cierto en niveles más altos de la mente. En el Paraíso, la energía y el espíritu son esencialmente uno.
9:6.8 (104.6) El circuito de gravedad de mente es confiable; emana de la Tercera Persona de la Deidad que está en el Paraíso, pero no todo funcionamiento observable de la mente es previsible. En toda la creación conocida, en paralelo con este circuito de la mente, hay alguna presencia poco comprendida cuyo funcionamiento no es previsible. Creemos que esta imprevisibilidad es atribuible en parte a la función del Absoluto Universal. No sabemos qué es esta función, solo podemos hacer conjeturas sobre qué la acciona, solo podemos especular sobre su relación con las criaturas.
9:6.9 (104.7) Algunos aspectos de la imprevisibilidad de la mente finita pueden deberse a la incompleción del Ser Supremo, y hay una vasta zona de actividades en la que el Actor Conjunto y el Absoluto Universal puede que sean tangentes. Hay muchas cosas sobre la mente que se desconocen, pero de esto estamos seguros: el Espíritu Infinito es la expresión perfecta de la mente del Creador para todas las criaturas; el Ser Supremo es la expresión en evolución de las mentes de todas las criaturas para su Creador.
9:7.1 (105.1) El Actor Conjunto puede coordinar todos los niveles de actualidad del universo de una manera tal que hace posible el conocimiento simultáneo de lo mental, lo material y lo espiritual. Es el fenómeno de la reflectividad del universo, ese poder único e inexplicable de ver, oír, sentir y conocer todas las cosas según suceden en todo un superuniverso, y de focalizar por reflectividad toda esta información y conocimiento en cualquier punto deseado. La acción de la reflectividad se muestra de forma perfecta en cada uno de los mundos sede de los siete superuniversos. Está también operativa en todos los sectores de los superuniversos y dentro de los límites de los universos locales. La reflectividad se focaliza finalmente en el Paraíso.
9:7.2 (105.2) El fenómeno de la reflectividad, tal como se desvela en los mundos sede de los superuniversos con las asombrosas actuaciones de las personalidades reflectantes emplazadas en ellos, representa la interasociación más compleja de todas las fases de la existencia que se encuentran en toda la creación. Las líneas del espíritu se pueden remontar hasta el Hijo, las de la energía física hasta el Paraíso y las de la mente hasta la Tercera Fuente. Pero en el extraordinario fenómeno de la reflectividad del universo hay una unificación única y excepcional de las tres, asociadas de tal forma que permiten a los gobernantes del universo estar informados instantáneamente de toda situación remota al mismo tiempo que ocurre.
9:7.3 (105.3) Comprendemos gran parte de la técnica de la reflectividad, pero hay muchos aspectos que realmente nos desconciertan. Sabemos que el Actor Conjunto es el centro del circuito de mente en el universo, que él es el ancestro de la mente cósmica y que la mente cósmica opera bajo la dominación de la gravedad de mente absoluta de la Tercera Fuente y Centro. Sabemos además que los circuitos de la mente cósmica influyen en los niveles intelectuales de toda existencia conocida; contienen los informes universales del espacio, y es igual de cierto que se enfocan en los siete Espíritus Maestros y convergen en la Tercera Fuente y Centro.
9:7.4 (105.4) La relación entre la mente cósmica finita y la mente absoluta divina parece estar evolucionando en la mente experiencial del Supremo. Se nos ha enseñado que en los albores del tiempo el Espíritu Infinito otorgó esta mente experiencial al Supremo, y conjeturamos que ciertas características del fenómeno de la reflectividad solo son explicables dando por supuesta la actividad de la Mente Suprema. Si el Supremo no está involucrado en la reflectividad, no sabemos cómo explicar los intrincados actos y las infalibles operaciones de esta consciencia del cosmos.
9:7.5 (105.5) La reflectividad parece ser omnisciencia dentro de los límites de lo finito experiencial y podría representar la emergencia de la consciencia-presencia del Ser Supremo. Si esta suposición es cierta, la utilización de la reflectividad en cualquiera de sus fases es equivalente a un contacto parcial con la consciencia del Supremo.
9:8.1 (105.6) El Espíritu Infinito posee pleno poder para transmitir muchos de sus poderes y prerrogativas a sus personalidades y agentes de igual y menor rango.
9:8.2 (105.7) El primer acto de creación del Espíritu Infinito como Deidad, actuando aparte de la Trinidad pero en algún tipo de asociación no revelada con el Padre y el Hijo, se personalizó en la existencia de los siete Espíritus Maestros del Paraíso, los distribuidores del Espíritu Infinito a los universos.
9:8.3 (106.1) En las sedes de los superuniversos no hay representante directo de la Tercera Fuente y Centro. Cada una de estas siete creaciones depende de uno de los siete Espíritus Maestros del Paraíso que actúa a través de los siete Espíritus Reflectantes situados en la capital del superuniverso.
9:8.4 (106.2) El acto creativo siguiente y continuador del Espíritu Infinito se desvela cada cierto tiempo al dar origen a los Espíritus Creativos. Cada vez que el Padre Universal y el Hijo Eterno se convierten en padres de un Hijo Creador, el Espíritu Infinito se convierte en el ancestro del Espíritu Creativo de un universo local, que se convierte en la estrecha colaboradora de ese Hijo Creador en toda la experiencia posterior en el universo.
9:8.5 (106.3) Igual que es necesario distinguir entre el Hijo Eterno y los Hijos Creadores, es necesario diferenciar entre el Espíritu Infinito y los Espíritus Creativos, los seres de igual rango que los Hijos Creadores en los universos locales. Un Espíritu Creativo es para un universo local lo que el Espíritu Infinito es para la creación total.
9:8.6 (106.4) La Tercera Fuente y Centro está representada en el gran universo por una vasta colección de espíritus ministrantes: mensajeros, maestros, árbitros, ayudantes y consejeros, junto con los supervisores de ciertos circuitos de naturaleza física, morontial y espiritual. No todos estos seres son personalidades en el sentido estricto del término. La personalidad propia de la variedad de las criaturas finitas se caracteriza por:
9:8.7 (106.5) 1. Autoconsciencia subjetiva.
9:8.8 (106.6) 2. Respuesta objetiva al circuito de personalidad del Padre.
9:8.9 (106.7) Hay personalidades de creador y personalidades de criatura, y además de estos dos tipos fundamentales hay personalidades de la Tercera Fuente y Centro, seres que son personales para el Espíritu Infinito, pero que no son indubitablemente personales para los seres criatura. Estas personalidades de la Tercera Fuente no son parte del circuito de personalidad del Padre. Las personalidades de la Primera Fuente y las personalidades de la Tercera Fuente pueden contactar entre sí. Toda personalidad es contactable.
9:8.10 (106.8) El Padre otorga la personalidad por su libre albedrío personal. Solo podemos conjeturar por qué lo hace y no sabemos cómo lo hace. Tampoco sabemos por qué la Tercera Fuente otorga personalidad que no es del Padre, pero esto el Espíritu Infinito lo hace en su propio nombre, en conjunción creativa con el Hijo Eterno y de muchas maneras desconocidas para vosotros. El Espíritu Infinito puede actuar también para el Padre en el otorgamiento de personalidad de la Primera Fuente.
9:8.11 (106.9) Existen numerosos tipos de personalidades de la Tercera Fuente. El Espíritu Infinito otorga personalidad de la Tercera Fuente a muchos grupos que no están incluidos en el circuito de personalidad del Padre, como son ciertos directores del poder. Asimismo, el Espíritu Infinito trata como personalidades a muchos grupos de seres, tales como los Espíritus Creativos, que constituyen una categoría aparte en sus relaciones con las criaturas encircuitadas del Padre.
9:8.12 (106.10) Tanto las personalidades de la Primera Fuente como las de la Tercera Fuente están dotadas con todo lo que el hombre asocia con el concepto de personalidad y más. Tienen mentes que abarcan memoria, razón, juicio, imaginación creativa, asociación de ideas, decisión, elección y numerosos poderes adicionales del intelecto totalmente desconocidos para los mortales. Con pocas excepciones, los órdenes que se os han revelado poseen forma e individualidad bien diferenciada; son seres reales. Una mayoría de ellos son visibles a todos los órdenes de existencia de espíritu.
9:8.13 (107.1) Incluso vosotros seréis capaces de ver a vuestros compañeros espirituales de los órdenes más bajos tan pronto como seáis liberados de la limitada visión de los ojos materiales que tenéis ahora y hayáis sido dotados de una forma de morontia con su sensibilidad ampliada a la realidad de las cosas espirituales.
9:8.14 (107.2) La familia funcional de la Tercera Fuente y Centro, tal como se revela en estas narraciones, se divide en tres grandes grupos:
9:8.15 (107.3) I. Los Espíritus Supremos. Un grupo de origen compuesto que abarca, entre otros, los siguientes órdenes:
9:8.16 (107.4) 1. Los siete Espíritus Maestros del Paraíso.
9:8.17 (107.5) 2. Los Espíritus Reflectantes de los superuniversos.
9:8.18 (107.6) 3. Los Espíritus Creativos de los universos locales.
9:8.19 (107.7) II. Los Directores del Poder. Un grupo de criaturas y agentes de control que actúan en todo el espacio organizado.
9:8.20 (107.8) III. Las personalidades del Espíritu Infinito. Esta designación no implica necesariamente que estos seres sean personalidades de la Tercera Fuente, aunque algunos de ellos son únicos entre las criaturas con voluntad. Se agrupan habitualmente en tres clasificaciones principales:
9:8.21 (107.9) 1. Las personalidades más altas del Espíritu Infinito.
9:8.22 (107.10) 2. Las huestes de mensajeros del espacio.
9:8.23 (107.11) 3. Los espíritus ministrantes del tiempo.
9:8.24 (107.12) Estos grupos sirven en el Paraíso, en el universo central o residencial, en los superuniversos, y abarcan órdenes que actúan en los universos locales y también en las constelaciones, sistemas y planetas.
9:8.25 (107.13) Las personalidades de espíritu de la vasta familia del Espíritu Divino e Infinito están dedicadas por siempre al servicio del ministerio del amor de Dios y de la misericordia del Hijo para todas las criaturas inteligentes de los mundos evolutivos del tiempo y el espacio. Estos seres de espíritu constituyen la escalera viviente por la que el hombre mortal sube del caos a la gloria.
9:8.26 (107.14) [Revelado en Urantia por un Consejero Divino de Uversa comisionado por los Ancianos de los Días para describir la naturaleza y la labor del Espíritu Infinito.]
El libro de Urantia
Documento 10
10:0.1 (108.1) LA Trinidad del Paraíso de las Deidades eternas permite al Padre escapar del absolutismo de la personalidad. La Trinidad asocia perfectamente la expresión ilimitada de la infinita voluntad personal de Dios con la absolutidad de la Deidad. El Hijo Eterno y los diversos Hijos de origen divino, juntamente con el Actor Conjunto y sus hijos del universo, posibilitan efectivamente la liberación del Padre de las limitaciones por lo demás inherentes a la primacía, la perfección, la inmutabilidad, la eternidad, la universalidad, la absolutidad y la infinitud.
10:0.2 (108.2) La Trinidad del Paraíso asegura efectivamente la expresión plena y la revelación perfecta de la naturaleza eterna de la Deidad. Los Hijos Estacionarios de la Trinidad ofrecen igualmente una revelación plena y perfecta de la justicia divina. La Trinidad es unidad de Deidad, y esta unidad descansa eternamente sobre los fundamentos absolutos de la unicidad divina de las tres personalidades originales iguales en rango y en existencia: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu.
10:0.3 (108.3) Partiendo de la situación presente en el círculo de la eternidad y mirando hacia atrás al pasado sin fin, podemos descubrir una sola inevitabilidad ineludible en los asuntos del universo, y es la Trinidad del Paraíso. Yo creo que la Trinidad ha sido inevitable. Cuando veo el pasado, el presente y el futuro del tiempo, considero que ninguna otra cosa ha sido inevitable en todo el universo de universos. El universo maestro presente, visto en retrospectiva o en prospectiva, es impensable sin la Trinidad. Dada la Trinidad del Paraíso, podemos postular formas alternativas o incluso múltiples de hacer todas las cosas, pero sin la Trinidad de Padre, Hijo y Espíritu somos incapaces de concebir cómo pudo conseguir el Infinito una personalización triple y de igual rango frente a la absoluta unicidad de la Deidad. Ningún otro concepto de la creación está a la altura de los niveles de la Trinidad por su compleción de la absolutidad inherente a la unidad de la Deidad unida a la repleción de la liberación volitiva inherente a la personalización triple de la Deidad.
10:1.1 (108.4) Podría parecer que el Padre, allá en la eternidad, inauguró una política de profunda autodistribución. Hay algo inherente a la naturaleza desinteresada, amorosa y digna de ser amada del Padre Universal que le hace reservarse para sí únicamente el ejercicio de los poderes y de la autoridad que aparentemente le resulta imposible delegar u otorgar.
10:1.2 (108.5) El Padre Universal se ha despojado desde el principio de cualquier parte de sí mismo que era otorgable a otro Creador o a otra criatura. Ha delegado en sus Hijos divinos y en sus inteligencias asociadas todo poder y toda autoridad que se podía delegar. De hecho, ha transferido a sus Hijos Soberanos en sus respectivos universos toda prerrogativa de autoridad administrativa que era transferible. En los asuntos de los universos locales ha hecho a cada Hijo Creador Soberano tan perfecto, competente e investido de autoridad como lo es el Hijo Eterno en el universo original central. Junto con la dignidad y la santidad de la posesión de la personalidad, ha entregado, otorgado de hecho, todo de sí mismo y todos sus atributos, todas las cosas de las que le era posible despojarse, de todas las formas, en todas las edades, en todos los lugares y a todas las personas. Y lo ha hecho en todos los universos excepto en el de su morada central.
10:1.3 (109.1) La personalidad divina no es egocéntrica; autodistribuirse y compartir la personalidad caracterizan la yoidad divina de libre albedrío. Las criaturas ansían vincularse con otras criaturas personales; los Creadores se sienten movidos a compartir la divinidad con sus hijos del universo; la personalidad del Infinito se desvela como Padre Universal que comparte la realidad del ser y la igualdad del yo con dos personalidades de igual rango, el Hijo Eterno y el Actor Conjunto.
10:1.4 (109.2) Para conocer la personalidad y los atributos divinos del Padre dependeremos siempre de las revelaciones del Hijo Eterno. Esto es así porque cuando se efectuó el acto conjunto de la creación, cuando la Tercera Persona de la Deidad surgió a la existencia como personalidad y ejecutó los conceptos combinados de sus padres divinos, el Padre dejó de existir como personalidad no cualificada. Con la llegada a la existencia del Actor Conjunto y la materialización del núcleo central de la creación, tuvieron lugar ciertos cambios eternos. Dios se dio como personalidad absoluta a su Hijo Eterno. El Padre otorga así la «personalidad de infinitud» a su Hijo unigénito, mientras que ambos otorgan la «personalidad conjunta» de su unión eterna al Espíritu Infinito.
10:1.5 (109.3) Por estas y otras razones que sobrepasan el concepto de la mente finita, es extremadamente difícil para la criatura humana comprender la infinita personalidad-padre de Dios, excepto tal como es revelada universalmente en el Hijo Eterno y tal como está activa universalmente con el Hijo en el Espíritu Infinito.
10:1.6 (109.4) Puesto que los Hijos de Dios del Paraíso visitan los mundos evolutivos y a veces incluso moran en ellos a semejanza de carne mortal, y puesto que estos otorgamientos hacen posible que el hombre mortal conozca de hecho algo de la naturaleza y el carácter de la personalidad divina, las criaturas de las esferas planetarias deben buscar en estos otorgamientos de los Hijos del Paraíso información fiable y fidedigna respecto al Padre, al Hijo y al Espíritu.
10:2.1 (109.5) Mediante la técnica de la trinización el Padre se despoja de la personalidad no cualificada de espíritu que es el Hijo, pero al hacerlo se constituye en el Padre de este mismo Hijo y así se hace poseedor de una capacidad ilimitada de convertirse en el Padre divino de todos los tipos personalizados de criaturas inteligentes con voluntad que posteriormente han sido creados, han devenido u otros. Como la personalidad absoluta y no cualificada, el Padre solo puede actuar como y con el Hijo, pero como Padre personal, sigue otorgando la personalidad a las diversas multitudes de los distintos niveles de criaturas inteligentes con voluntad, y mantiene por siempre relaciones personales de vinculación amorosa con esa vasta familia de hijos del universo.
10:2.2 (109.6) Después de que el Padre ha otorgado a la personalidad de su Hijo la plenitud de sí mismo, y cuando este acto de autootorgamiento es completo y perfecto, los eternos asociados, haciendo uso del infinito poder y la naturaleza infinita que existen así en la unión Padre-Hijo, otorgan conjuntamente aquellas cualidades y atributos que constituyen otro ser más como ellos. Y esta personalidad conjunta, el Espíritu Infinito, completa la personalización existencial de la Deidad.
10:2.3 (110.1) El Hijo es indispensable para la paternidad de Dios. El Espíritu es indispensable para la fraternidad de la Segunda y Tercera Persona. Tres personas son un grupo social mínimo, pero esta es la menos importante de las muchas razones válidas para creer en la inevitabilidad del Actor Conjunto.
10:2.4 (110.2) La Primera Fuente y Centro es la personalidad-padre infinita, la fuente ilimitada de la personalidad. El Hijo Eterno es el absoluto-personalidad no cualificado, el ser divino que se presenta a través del tiempo y en la eternidad como la revelación perfecta de la naturaleza personal de Dios. El Espíritu Infinito es la personalidad conjunta, la consecuencia personal única de la unión sempiterna Padre-Hijo.
10:2.5 (110.3) La personalidad de la Primera Fuente y Centro es la personalidad de la infinitud menos la personalidad absoluta del Hijo Eterno. La personalidad de la Tercera Fuente y Centro es la consecuencia superaditiva de la unión de la personalidad-Padre liberada y la personalidad-Hijo absoluta.
10:2.6 (110.4) El Padre Universal, el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito son personas únicas; ninguna es un duplicado; cada una es original; todas están unidas.
10:2.7 (110.5) Solo el Hijo Eterno experimenta la plenitud de la divina relación de personalidad. Es consciente tanto de su filiación con el Padre como de su paternidad hacia el Espíritu y de la igualdad divina con el ancestro-Padre y con el compañero-Espíritu. El Padre conoce la experiencia de tener un Hijo que es su igual, pero el Padre no conoce antecedentes ancestrales. El Hijo Eterno tiene la experiencia de filiación, el reconocimiento de la ascendencia de su personalidad, y al mismo tiempo el Hijo es consciente de ser un padre conjunto del Espíritu Infinito. El Espíritu Infinito es consciente de la doble ascendencia de su personalidad, pero no es padre de una personalidad de la Deidad de su mismo rango. Con el Espíritu queda completado el ciclo existencial de personalización de la Deidad. Las personalidades primarias de la Tercera Fuente y Centro son experienciales y son siete.
10:2.8 (110.6) Yo tengo mi origen en la Trinidad del Paraíso. Conozco a la Trinidad como Deidad unificada. Sé también que el Padre, el Hijo y el Espíritu existen y actúan según sus capacidades personales explícitas. Sé con certeza que no solo actúan personal y colectivamente, sino que coordinan también sus actuaciones en varias agrupaciones, de modo que al final actúan en siete capacidades singulares y plurales distintas. Y puesto que estas siete asociaciones agotan las posibilidades de tales combinaciones de la divinidad, es inevitable que las realidades del universo aparezcan en siete variaciones de valores, de significados y de personalidad.
10:3.1 (110.7) A pesar de que hay solo una Deidad, hay tres personalizaciones ciertas y divinas de la Deidad. En cuanto al hecho de dotar al hombre de los Ajustadores divinos, el Padre dijo: «Hagamos al hombre mortal a nuestra propia imagen». Esta referencia a los actos y operaciones de la Deidad plural aparece repetidamente en todos los escritos urantianos y es una clara muestra de reconocimiento de la existencia y la actuación de las tres Fuentes y Centros.
10:3.2 (110.8) Se nos enseña que el Hijo y el Espíritu mantienen las mismas relaciones de igualdad con el Padre en la asociación de la Trinidad. Es indudable que así lo hacen en la eternidad y como Deidades, pero es igualmente cierto que en el tiempo y como personalidades desvelan relaciones de muy diversa naturaleza. Mirando desde el Paraíso a los universos, estas relaciones sí parecen muy similares, pero se muestran bastante diferentes cuando se ven desde los dominios del espacio.
10:3.3 (111.1) Los Hijos divinos son en verdad el «Verbo de Dios», pero los hijos del Espíritu son verdaderamente el «Acto de Dios». Dios habla a través del Hijo y, con el Hijo, actúa a través del Espíritu Infinito, mientras que en todas las actividades del universo el Hijo y el Espíritu actúan con fraternidad exquisita y trabajan como dos hermanos iguales con admiración y amor hacia un Padre común alabado y divinamente respetado.
10:3.4 (111.2) El Padre, el Hijo y el Espíritu son ciertamente iguales en naturaleza y tienen igual rango en el ser, pero hay diferencias inequívocas en sus actuaciones en el universo. Y cuando actúan solos cada persona de la Deidad parece estar limitada en absolutidad.
10:3.5 (111.3) El Padre Universal, antes de despojarse por voluntad propia de la personalidad, los poderes y los atributos que constituyen al Hijo y al Espíritu, parece haber sido (considerado filosóficamente) una Deidad no cualificada, absoluta e infinita. Pero esa teórica Primera Fuente y Centro sin un Hijo no podría ser considerada, en ningún sentido de la palabra, como el Padre Universal; la paternidad no es real sin filiación. Además el Padre, para haber sido absoluto en un sentido total, hubiera tenido que existir él solo en algún momento eternamente distante. Pero no tuvo nunca tal existencia solitaria; el Hijo y el Espíritu son ambos coeternos con el Padre. La Primera Fuente y Centro ha sido siempre y siempre será el Padre eterno del Hijo Original y, con el Hijo, el progenitor eterno del Espíritu Infinito.
10:3.6 (111.4) Observamos que el Padre se ha despojado de todas las manifestaciones directas de su absolutidad excepto de la paternidad absoluta y de la volición absoluta. No sabemos si la volición es un atributo inalienable del Padre; solo podemos observar que no se despojó de la volición. Tal infinitud de voluntad tiene que haber sido eternamente inherente a la Primera Fuente y Centro.
10:3.7 (111.5) Al otorgar al Hijo Eterno la absolutidad de la personalidad, el Padre Universal se libra de las cadenas del absolutismo de la personalidad, pero al hacerlo da un paso que le quita para siempre la posibilidad de actuar él solo como el absoluto-personalidad. Y con la personalización final de la Deidad coexistente —el Actor Conjunto— sobreviene la interdependencia trinitaria crucial de las tres personalidades divinas con respecto a la totalidad de la actuación de la Deidad en lo absoluto.
10:3.8 (111.6) Dios es el Absoluto-Padre de todas las personalidades del universo de universos. El Padre es personalmente absoluto en libertad de acción, pero en los universos del tiempo y el espacio ya hechos, que se están haciendo y aún por hacer, el Padre no es absoluto de forma perceptible como Deidad total excepto en la Trinidad del Paraíso.
10:3.9 (111.7) La Primera Fuente y Centro actúa fuera de Havona en los universos fenoménicos, como sigue:
10:3.10 (111.8) 1. Como creador, a través de los Hijos Creadores, sus nietos.
10:3.11 (111.9) 2. Como controlador, a través del centro de gravedad del Paraíso.
10:3.12 (111.10) 3. Como espíritu, a través del Hijo Eterno.
10:3.13 (111.11) 4. Como mente, a través del Creador Conjunto.
10:3.14 (111.12) 5. Como Padre, mantiene contacto parental con todas las criaturas a través de su circuito de personalidad.
10:3.15 (111.13) 6. Como persona, actúa directamente en toda la creación por medio de sus fragmentos exclusivos. En el hombre mortal, por medio de los Ajustadores del Pensamiento.
10:3.16 (111.14) 7. Como Deidad total, actúa solo en la Trinidad del Paraíso.
10:3.17 (112.1) Todas estas renuncias y delegaciones de jurisdicción del Padre Universal son enteramente voluntarias y autoimpuestas. El Padre todopoderoso asume intencionadamente estas limitaciones de autoridad en el universo.
10:3.18 (112.2) El Hijo Eterno parece actuar como uno con el Padre en todos los aspectos espirituales excepto en los otorgamientos de los fragmentos de Dios y en otras actividades prepersonales. El Hijo tampoco está estrechamente identificado con las actividades intelectuales de las criaturas materiales ni con las actividades de la energía de los universos materiales. Como absoluto, el Hijo actúa como persona y solo en el dominio del universo espiritual.
10:3.19 (112.3) El Espíritu Infinito es asombrosamente universal e increíblemente polifacético en todas sus operaciones. Actúa en las esferas de la mente, la materia y el espíritu. El Actor Conjunto representa la asociación Padre-Hijo, pero también actúa como él mismo. No le conciernen directamente la gravedad física, la gravedad espiritual ni el circuito de personalidad, pero participa en mayor o menor medida en todas las demás actividades del universo. Si bien depende aparentemente de tres controles existenciales y absolutos de la gravedad, el Espíritu Infinito parece ejercer tres supercontroles. Esta triple dotación se emplea de muchas maneras para superar y aparentemente neutralizar incluso las manifestaciones de las fuerzas y las energías primarias, hasta llegar a las fronteras superúltimas de la absolutidad. En ciertas situaciones estos supercontroles trascienden absolutamente incluso las manifestaciones primordiales de la realidad cósmica.
10:4.1 (112.4) De todas las asociaciones absolutas, la Trinidad del Paraíso (la primera triunidad) es única como asociación exclusiva de la Deidad personal. Dios actúa como Dios solo con relación a Dios y a los que pueden conocer a Dios; pero como Deidad absoluta actúa solo en la Trinidad del Paraíso y con relación a la totalidad del universo.
10:4.2 (112.5) La Deidad eterna está perfectamente unificada; sin embargo, hay tres personas de la Deidad perfectamente individualizadas. La Trinidad del Paraíso hace posible la expresión simultánea de toda la diversidad de rasgos de carácter y poderes infinitos de la Primera Fuente y Centro y los eternos de su mismo rango junto con la expresión de toda la unidad divina de las actuaciones de la Deidad indivisa en el universo.
10:4.3 (112.6) La Trinidad es una asociación de personas infinitas que actúan en una capacidad no personal pero no en contravención de la personalidad. El ejemplo es burdo, pero un padre, un hijo y un nieto pueden formar una entidad corporativa que sería no personal y sin embargo sujeta a sus voluntades personales.
10:4.4 (112.7) La Trinidad del Paraíso es real. Existe como la unión de Deidad del Padre, el Hijo y el Espíritu. Sin embargo, el Padre, el Hijo o el Espíritu, o dos de ellos, pueden actuar en relación con esta misma Trinidad del Paraíso. El Padre, el Hijo y el Espíritu pueden colaborar de forma no trinitaria, pero no como tres Deidades. Como personas pueden decidir colaborar a su elección, pero eso no es la Trinidad.
10:4.5 (112.8) Recordad siempre que lo que hace el Espíritu Infinito es la función de Actor Conjunto. Tanto el Padre como el Hijo están actuando en él y a través de él y como él. Pero sería vano intentar dilucidar el misterio de la Trinidad: tres como uno y en uno, y uno como dos y actuando por dos.
10:4.6 (112.9) La Trinidad está tan relacionada con los asuntos del universo total que debe ser tomada en cuenta en nuestros intentos de explicar la totalidad de cualquier evento cósmico aislado o cualquier relación de personalidad aislada. La Trinidad actúa en todos los niveles del cosmos, y el hombre mortal está limitado al nivel finito. Por consiguiente, el hombre debe contentarse con un concepto finito de la Trinidad como Trinidad.
10:4.7 (113.1) Como mortales en la carne deberíais contemplar la Trinidad según vuestro esclarecimiento individual y en armonía con las reacciones de vuestra mente y vuestra alma. Podéis saber muy poco de la absolutidad de la Trinidad, pero a medida que ascendáis hacia el Paraíso os asombraréis muchas veces con revelaciones sucesivas y descubrimientos inesperados sobre la supremacía y la ultimidad de la Trinidad, cuando no sobre su absolutidad.
10:5.1 (113.2) Las Deidades personales tienen atributos, pero no es muy consecuente decir que la Trinidad tiene atributos. Es más propio considerar que esta asociación de seres divinos tiene funciones, tales como la administración de justicia, las actitudes de totalidad, la acción de igual categoría y el sobrecontrol cósmico. Estas funciones son activamente supremas, últimas y (dentro de los límites de la Deidad) absolutas hasta donde concierne a todas las realidades vivas con valor de personalidad.
10:5.2 (113.3) Las funciones de la Trinidad del Paraíso no son la simple suma de la dotación aparente de divinidad del Padre más los atributos especializados que son únicos en la existencia personal del Hijo y el Espíritu. La asociación de las tres Deidades del Paraíso en la Trinidad da como resultado la evolución, el devenir y la deización de nuevos significados, valores, poderes y capacidades de revelación, acción y administración universal. Las asociaciones vivas, las familias humanas, los grupos sociales o la Trinidad del Paraíso no aumentan por mera suma aritmética. El potencial del grupo excede siempre en mucho a la simple suma de los atributos de sus componentes individuales.
10:5.3 (113.4) La Trinidad mantiene una actitud única, como Trinidad, hacia todo el universo del pasado, el presente y el futuro. Y la mejor forma de considerar las funciones de la Trinidad es con relación a las actitudes de la Trinidad ante el universo. Estas actitudes son simultáneas y pueden ser múltiples respecto a cualquier situación o acontecimiento aislado:
10:5.4 (113.5) 1. Actitud hacia lo finito. La autolimitación máxima de la Trinidad es su actitud hacia lo finito. La Trinidad no es una persona, ni el Ser Supremo es una personalización exclusiva de la Trinidad, pero el Supremo es el mayor acercamiento a una focalización poder-personalidad de la Trinidad que pueden comprender las criaturas finitas. De ahí que se denomine a veces Trinidad de la Supremacía a la Trinidad en relación con lo finito.
10:5.5 (113.6) 2. Actitud hacia lo absonito. La Trinidad del Paraíso tiene en consideración aquellos niveles de existencia que son más que finitos pero menos que absolutos, y esta relación se denomina a veces Trinidad de la Ultimidad. Ni el Último ni el Supremo son enteramente representativos de la Trinidad del Paraíso, pero en un sentido limitado y en sus respectivos niveles, cada uno de ellos parece representar a la Trinidad durante las eras prepersonales de desarrollo del poder experiencial.
10:5.6 (113.7) 3. La actitud absoluta de la Trinidad del Paraíso está en relación con las existencias absolutas y culmina en la acción de la Deidad total.
10:5.7 (113.8) El Infinito de Trinidad implica la acción de igual categoría de todas las relaciones de triunidad de la Primera Fuente y Centro —tanto no deificadas como deificadas— y de ahí que sea muy difícil que las personalidades lo capten. Al contemplar a la Trinidad como infinita no dejéis de tener en cuenta a las siete triunidades; de ese modo se pueden evitar ciertas dificultades de comprensión y se pueden resolver parcialmente ciertas paradojas.
10:5.8 (114.1) Pero no dispongo de un lenguaje que me permita transmitir a la limitada mente humana la verdad plena y el significado eterno de la Trinidad del Paraíso ni la naturaleza de la interasociación sin fin de los tres seres de perfección infinita.
10:6.1 (114.2) Toda ley tiene su origen en la Primera Fuente y Centro: ella es la ley. La administración de la ley espiritual es inherente a la Segunda Fuente y Centro. La revelación de la ley, la promulgación e interpretación de los estatutos divinos, es función de la Tercera Fuente y Centro. La aplicación de la ley, la justicia, entra dentro de las competencias de la Trinidad del Paraíso y es llevada a cabo por ciertos Hijos de la Trinidad.
10:6.2 (114.3) La justicia es inherente a la soberanía universal de la Trinidad del Paraíso, pero la bondad, la misericordia y la verdad son el ministerio universal de las personalidades divinas, cuya unión en la Deidad constituye la Trinidad. La justicia no es la actitud del Padre, del Hijo o del Espíritu. La justicia es la actitud en la Trinidad de estas personalidades de amor, misericordia y ministerio. Ninguna de las Deidades del Paraíso promueve la administración de justicia. La justicia no es nunca una actitud personal, es siempre una función plural.
10:6.3 (114.4) Las pruebas, la base de la equidad (la justicia en armonía con la misericordia), son suministradas por las personalidades de la Tercera Fuente y Centro, el representante conjunto del Padre y del Hijo en todos los mundos y para la mente de los seres inteligentes de toda la creación.
10:6.4 (114.5) El fallo, la aplicación final de la justicia de acuerdo con las pruebas presentadas por las personalidades del Espíritu Infinito, es obra de los Hijos Estacionarios de la Trinidad, seres que comparten la naturaleza trinitaria del Padre, del Hijo y del Espíritu unidos.
10:6.5 (114.6) Este grupo de Hijos de la Trinidad abarca a las siguientes personalidades:
10:6.6 (114.7) 1. Secretos Trinizados de la Supremacía.
10:6.7 (114.8) 2. Eternos de los Días.
10:6.8 (114.9) 3. Ancianos de los Días.
10:6.9 (114.10) 4. Perfecciones de los Días.
10:6.10 (114.11) 5. Recientes de los Días.
10:6.11 (114.12) 6. Uniones de los Días.
10:6.12 (114.13) 7. Fieles de los Días.
10:6.13 (114.14) 8. Perfeccionadores de la Sabiduría.
10:6.14 (114.15) 9. Consejeros Divinos.
10:6.15 (114.16) 10. Censores Universales.
10:6.16 (114.17) Da la casualidad de que pertenezco al décimo orden de este grupo, los Censores Universales; somos los hijos de las tres Deidades del Paraíso en su funcionamiento como Trinidad. Estos órdenes no representan la actitud de la Trinidad en un sentido universal; representan esta actitud colectiva de la Deidad solo en los dominios del fallo ejecutivo, de la justicia. Fueron concebidos específicamente por la Trinidad para el trabajo concreto al que están asignados, y representan a la Trinidad solo en aquellas funciones para las que fueron personalizados.
10:6.17 (115.1) Los Ancianos de los Días y sus compañeros con origen en la Trinidad imponen el juicio justo de la equidad suprema a los siete superuniversos. En el universo central tales funciones existen solo en teoría; allí la equidad es manifiesta en su perfección, y la perfección de Havona excluye toda posibilidad de discordia.
10:6.18 (115.2) La justicia es el pensamiento colectivo de la rectitud; la misericordia es su expresión personal. La misericordia es la actitud del amor. El funcionamiento de la ley se caracteriza por la precisión. El fallo divino es el alma de la imparcialidad, siempre conforme con la justicia de la Trinidad y siempre en consonancia con el amor divino de Dios. La recta justicia de la Trinidad y el amor misericordioso del Padre Universal coinciden cuando se perciben en su totalidad y se entienden plenamente. Pero el hombre no tiene esa comprensión plena de la justicia divina. Así, en la Trinidad tal como el hombre la vería, las personalidades del Padre, del Hijo y del Espíritu se ajustan para coordinar el ministerio de amor y ley en los universos experienciales del tiempo.
10:7.1 (115.3) La Primera, Segunda y Tercera persona de la Deidad son iguales entre sí, y son una. «El Señor nuestro Dios es un solo Dios». Hay perfección de propósito y unicidad de ejecución en la Trinidad divina de las Deidades eternas. El Padre, el Hijo y el Actor Conjunto son real y divinamente uno. Se ha escrito con verdad: «Yo soy el primero y yo soy el último, y aparte de mí no hay ningún Dios».
10:7.2 (115.4) Tal como aparecen las cosas a los ojos de los mortales del nivel finito, a la Trinidad del Paraíso, al igual que al Ser Supremo, le concierne solo lo total: planeta total, universo total, superuniverso total, gran universo total. Esta actitud de totalidad existe porque la Trinidad es el total de la Deidad y por muchas otras razones.
10:7.3 (115.5) El Ser Supremo es algo menos que la Trinidad en acción en los universos finitos y algo distinto de ella; pero dentro de ciertos límites y en la era presente de poder-personalización incompleta, esta Deidad evolutiva parece reflejar la actitud de la Trinidad de la Supremacía. El Padre, el Hijo y el Espíritu no actúan personalmente con el Ser Supremo, pero en la presente edad del universo colaboran con él como Trinidad. Entendemos que mantienen una relación similar con el Último. A menudo conjeturamos sobre cuál será la relación personal entre las Deidades del Paraíso y Dios Supremo cuando haya evolucionado finalmente, pero no lo sabemos realmente.
10:7.4 (115.6) No encontramos que el sobrecontrol de la Supremacía sea totalmente predecible. Además, esta impredecibilidad parece caracterizarse por cierta incompleción de desarrollo que es indudablemente una marca distintiva de la incompleción del Supremo y de la incompleción de la reacción finita a la Trinidad del Paraíso.
10:7.5 (115.7) La mente del mortal puede pensar inmediatamente en mil y una cosas —sucesos físicos catastróficos, accidentes atroces, desastres horrorosos, enfermedades dolorosas y azotes mundiales— y preguntarse si tales calamidades se correlacionan con las maniobras desconocidas de esta probable actuación del Ser Supremo. Francamente, no lo sabemos; no estamos seguros. Pero sí observamos que con el paso del tiempo todas esas situaciones difíciles y más o menos misteriosas conducen siempre al bienestar y el progreso de los universos. Pudiera ser que las circunstancias de la existencia y las inexplicables vicisitudes de la vida estén todas entretejidas formando un diseño de profundo valor y significado por obra de la actuación del Supremo y el sobrecontrol de la Trinidad.
10:7.6 (116.1) Como hijo de Dios puedes percibir la actitud personal de amor en todos los actos de Dios Padre, pero no siempre serás capaz de entender cuántos de los actos de la Trinidad del Paraíso en el universo redundan en el bien del mortal individual en los mundos evolutivos del espacio. Los actos de la Trinidad se revelarán como totalmente coherentes y considerados en el progreso de la eternidad, pero no siempre aparecen así a los ojos de las criaturas del tiempo.
10:8.1 (116.2) Muchas verdades y hechos relativos a la Trinidad del Paraíso solo pueden ser comprendidos, aunque sea parcialmente, mediante el reconocimiento de una actuación que trasciende lo finito.
10:8.2 (116.3) No sería aconsejable hablar de las funciones de la Trinidad de la Ultimidad, pero se puede desvelar que Dios Último es la manifestación de la Trinidad que comprenden los Trascendentales. Nos inclinamos a creer que la unificación del universo maestro es el acto de devenir del Último y que refleja probablemente ciertos aspectos, aunque no todos, del sobrecontrol absonito de la Trinidad del Paraíso. El Último es una manifestación cualificada de la Trinidad con relación a lo absonito solo en el sentido en que el Supremo representa parcialmente de este modo a la Trinidad con relación a lo finito.
10:8.3 (116.4) El Padre Universal, el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito son en cierto sentido las personalidades constituyentes de la Deidad total. Su unión en la Trinidad del Paraíso y la actuación absoluta de la Trinidad equivalen a la actuación de la Deidad total. Y dicha compleción de la Deidad trasciende tanto lo finito como lo absonito.
10:8.4 (116.5) Si bien ninguna persona sola de las Deidades del Paraíso llena de hecho todo el potencial de Deidad, las tres lo llenan colectivamente. Tres personas infinitas parece ser el número mínimo de seres que se requiere para activar el potencial prepersonal y existencial de la Deidad total, el Absoluto de Deidad.
10:8.5 (116.6) Conocemos al Padre Universal, al Hijo Eterno y al Espíritu Infinito como personas, pero no conozco personalmente al Absoluto de Deidad. Amo y adoro a Dios Padre; respeto y honro al Absoluto de Deidad.
10:8.6 (116.7) Estuve una vez en un universo donde cierto grupo de seres enseñaba que en la eternidad los finalitarios acabarían convirtiéndose en los hijos del Absoluto de Deidad, pero no estoy dispuesto a aceptar esta solución al misterio que envuelve el futuro de los finalitarios.
10:8.7 (116.8) El Cuerpo de la Finalización abarca, entre otros, a los mortales del tiempo y el espacio que han logrado la perfección en todo lo que concierne a la voluntad de Dios. Como criaturas y dentro de los límites de la capacidad de la criatura, conocen plena y verdaderamente a Dios. Habiendo encontrado así a Dios como Padre de todas las criaturas, estos finalitarios deben comenzar en algún momento la búsqueda del Padre suprafinito. Sin embargo, esta búsqueda conlleva captar la naturaleza absonita de los atributos y el carácter últimos del Padre del Paraíso. La eternidad desvelará si tal logro es posible, pero estamos convencidos de que, aunque capten esta ultimidad de la divinidad, no es probable que los finalitarios puedan alcanzar los niveles supraúltimos de Deidad absoluta.
10:8.8 (116.9) Quizá sea posible que los finalitarios alcancen parcialmente al Absoluto de Deidad, pero incluso si lo logran, el problema del Absoluto Universal seguirá intrigando, confundiendo, desconcertando y desafiando a los finalitarios ascendentes y progresivos en la eternidad de eternidades, pues percibimos que el carácter insondable de las relaciones cósmicas del Absoluto Universal tenderá a crecer en la proporción en que continúe la expansión de los universos materiales y su administración espiritual.
10:8.9 (117.1) Solo la infinitud puede desvelar al Padre-Infinito.
10:8.10 (117.2) [Patrocinado por un Censor Universal que actúa por la autoridad de los Ancianos de los Días residentes en Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 11
11:0.1 (118.1) EL PARAÍSO es el centro eterno del universo de universos y el lugar de residencia del Padre Universal, el Hijo Eterno, el Espíritu Infinito y sus iguales en rango y compañeros divinos. Esta Isla central es el cuerpo organizado de realidad cósmica más gigantesco de todo el universo maestro. El Paraíso es una esfera material así como una morada espiritual. Toda la creación inteligente del Padre Universal se domicilia en moradas materiales; de ahí que el centro de control absoluto deba ser también material en el sentido literal de la palabra. Y debe reiterarse de nuevo que las cosas de espíritu y los seres espirituales son reales.
11:0.2 (118.2) La belleza material del Paraíso consiste en la magnificencia de su perfección física. La grandiosidad de la Isla de Dios se pone de manifiesto en la excelencia de los logros intelectuales y el desarrollo mental de sus habitantes. La gloria de la Isla central se muestra en la dotación infinita de personalidad espiritual divina: la luz de vida. Pero la intensidad de la belleza espiritual y las maravillas de este conjunto magnífico sobrepasan por completo la comprensión de la mente finita de las criaturas materiales. La gloria y el esplendor espiritual de la morada divina son imposibles de comprender por los mortales. Y el Paraíso es desde la eternidad; no hay ni registros ni tradiciones respecto al origen de esta Isla nuclear de Luz y Vida.
11:1.1 (118.3) El Paraíso cumple muchas funciones en la administración de los dominios universales, pero para los seres criatura existe principalmente como lugar donde vive la Deidad. La presencia personal del Padre Universal reside en el centro mismo de la superficie alta de esta morada casi circular, pero no esférica, de las Deidades. Esta presencia paradisiaca del Padre Universal está rodeada inmediatamente por la presencia personal del Hijo Eterno, mientras que ambas están revestidas de la gloria inefable del Espíritu Infinito.
11:1.2 (118.4) Dios vive, ha vivido y vivirá sempiternamente en esta misma morada central y eterna. Siempre lo hemos encontrado allí, y allí lo encontraremos siempre. El Padre Universal está focalizado cósmicamente, personalizado espiritualmente y es residente geográficamente en este centro del universo de universos.
11:1.3 (118.5) Todos conocemos el rumbo directo a seguir para encontrar al Padre Universal. No sois capaces de comprender muchas cosas sobre la residencia divina por su lejanía de vosotros y la inmensidad del espacio interpuesto, pero los que son capaces de comprender el significado de esas enormes distancias conocen la ubicación y residencia de Dios tan cierta y literalmente como vosotros conocéis la ubicación de Nueva York, Londres, Roma o Singapur, ciudades ubicadas geográficamente con toda precisión en Urantia. Si fuerais un navegante inteligente, equipado con nave, mapas y brújula, podríais encontrar fácilmente estas ciudades. De igual forma, si tuvierais el tiempo y los medios de tránsito, estuvierais cualificados espiritualmente y tuvierais la guía necesaria, podríais ser pilotados de universo en universo y de circuito en circuito, viajando siempre hacia dentro por los dominios estelares, hasta que al fin os encontraríais ante el resplandor central de la gloria espiritual del Padre Universal. Provistos de todo lo necesario para el viaje, es tan posible encontrar la presencia personal de Dios en el centro de todas las cosas como encontrar ciudades distantes en vuestro propio planeta. Que no hayáis visitado estos lugares no refuta en modo alguno su realidad ni su existencia de hecho. Que tan pocas de las criaturas del universo hayan encontrado a Dios en el Paraíso, no refuta en modo alguno ni la realidad de su existencia ni la actualidad de su persona espiritual en el centro de todas las cosas.
11:1.4 (119.1) Al Padre se le puede encontrar siempre en esta ubicación central. Si se moviera se provocaría un pandemonio universal, pues en este centro residencial convergen en él las líneas universales de gravedad procedentes de los confines de la creación. Ya remontemos el circuito de la personalidad a través de los universos o sigamos a las personalidades ascendentes en su viaje hacia dentro en dirección del Padre; ya rastreemos las líneas de la gravedad material hasta el Paraíso bajo o sigamos los ciclos que brotan de la fuerza cósmica; ya rastreemos las líneas de la gravedad espiritual hasta el Hijo Eterno o sigamos la procesión hacia dentro de los Hijos de Dios del Paraíso; ya rastreemos los circuitos de mente o sigamos a los billones y billones de seres celestiales que surgen del Espíritu Infinito —por cualquiera de estos modos de observación o por todos ellos—, seremos conducidos directamente a la presencia del Padre, a su morada central. Allí Dios está personal, literal y actualmente presente. Y desde su ser infinito fluyen los caudalosos torrentes de vida, energía y personalidad a todos los universos.
11:2.1 (119.2) Puesto que empezáis a vislumbrar la enormidad del universo material perceptible incluso desde vuestra ubicación astronómica, desde vuestra posición espacial en los sistemas estelares, debería resultaros evidente que un universo material tan formidable tiene que tener una capital digna y adecuada, una sede acorde con la dignidad e infinitud del Soberano universal de toda esta vasta y extensa creación de mundos materiales y de seres vivos.
11:2.2 (119.3) La forma del Paraíso es diferente de la de los cuerpos habitados del espacio porque no es esférico sino claramente elipsoide; su diámetro norte-sur es una sexta parte más larga que su diámetro este-oeste. La Isla central es esencialmente plana, y la distancia desde la superficie alta hasta la superficie baja es una décima parte del diámetro este-oeste.
11:2.3 (119.4) Estas diferencias en sus dimensiones, tomadas en conexión con su estatus estacionario y la mayor presión saliente de energía-fuerza en el extremo norte de la Isla, hacen posible establecer una dirección absoluta en el universo maestro.
11:2.4 (119.5) La Isla central se divide geográficamente en tres campos de actividad:
11:2.5 (119.6) 1. El Paraíso alto.
11:2.6 (119.7) 2. El Paraíso periférico.
11:2.7 (119.8) 3. El Paraíso bajo.
11:2.8 (119.9) Denominamos lado alto a la superficie del Paraíso que está ocupada por actividades de la personalidad y lado bajo a la superficie opuesta. La periferia del Paraíso se destina a actividades que no son ni personales ni no personales en sentido estricto. La Trinidad parece dominar el plano personal o alto, el Absoluto No Cualificado el plano bajo o impersonal. No podemos concebir al Absoluto No Cualificado como una persona, pero sí pensamos que la presencia funcional en el espacio de este Absoluto se focaliza en el Paraíso bajo.
11:2.9 (120.1) La Isla eterna está compuesta por una única forma de materialización: sistemas estacionarios de realidad. Esta sustancia literal del Paraíso es una organización homogénea de la potencia del espacio que no se puede encontrar en ninguna otra parte de todo el ancho universo de universos. Ha recibido muchos nombres en diferentes universos, y los Melquisedec de Nebadon hace mucho que le pusieron el nombre de absolutum. Este material originario del Paraíso no está ni muerto ni vivo. Es la expresión no espiritual original de la Primera Fuente y Centro. Es el Paraíso, y el Paraíso no tiene duplicados.
11:2.10 (120.2) Nos parece que la Primera Fuente y Centro ha concentrado todo el potencial absoluto de realidad cósmica en el Paraíso como parte de su técnica de autoliberación de las limitaciones de la infinitud, como medio de hacer posible la creación subinfinita, incluso la del espacio-tiempo. Pero de esto no se desprende que el Paraíso esté limitado por el espacio-tiempo solo porque el universo de universos desvele estas cualidades. El Paraíso existe sin tiempo y no tiene ubicación en el espacio.
11:2.11 (120.3) A grandes rasgos, parece que el espacio se origina justo debajo del Paraíso bajo y el tiempo justo encima del Paraíso alto. El tiempo tal como lo entendéis vosotros no es una característica de la existencia paradisiaca, aunque los ciudadanos de la Isla Central son plenamente conscientes de la secuencia sin tiempo de los eventos. El movimiento no es inherente al Paraíso, es volitivo. Pero el concepto de distancia, incluso de distancia absoluta, tiene muchísimo significado ya que puede aplicarse a ubicaciones relativas en el Paraíso. El Paraíso es no espacial, de ahí que sus áreas sean absolutas y por lo tanto utilizables de muchas maneras que están más allá de los conceptos de la mente del mortal.
11:3.1 (120.4) En el Paraíso alto hay tres grandes esferas de actividad, la presencia de la Deidad, la Esfera Santísima y el Área Santa. La vasta región que rodea inmediatamente la presencia de las Deidades está diferenciada como la Esfera Santísima y reservada para las funciones de adoración, trinización y alto logro espiritual. No hay estructuras materiales ni creaciones puramente intelectuales en esta zona, pues no podrían existir ahí. Es inútil que intente describir a la mente humana la naturaleza divina y la hermosa grandiosidad de la Esfera Santísima del Paraíso. Este dominio es enteramente espiritual y vosotros sois casi enteramente materiales. Una realidad puramente espiritual es aparentemente inexistente para un ser puramente material.
11:3.2 (120.5) Si bien no hay materializaciones físicas en el área de la Santísima, sí hay en los sectores de la Tierra Santa recuerdos abundantes de vuestros días materiales, y aún más en las áreas históricas reminiscentes del Paraíso periférico.
11:3.3 (120.6) El Área Santa, la región exterior o residencial, está dividida en siete zonas concéntricas. Al Paraíso se le llama a veces «la Casa del Padre» puesto que es su residencia eterna, y a estas siete zonas se las designa frecuentemente como «las mansiones paradisiacas del Padre». La zona interior o primera está ocupada por los Ciudadanos del Paraíso y por los nativos de Havona que moran ocasionalmente en el Paraíso. La zona siguiente o segunda es la zona residencial de los nativos de los siete superuniversos del tiempo y el espacio. Esta segunda zona está subdividida en parte en siete inmensas divisiones, el hogar paradisiaco de los seres de espíritu y de las criaturas ascendentes que son originarios de los universos de progresión evolutiva. Cada uno de estos sectores está dedicado exclusivamente al bienestar y el avance de las personalidades de un solo superuniverso, pero estas instalaciones sobrepasan casi infinitamente las necesidades de los siete superuniversos presentes.
11:3.4 (121.1) Cada uno de los siete sectores del Paraíso está subdividido en unidades residenciales adecuadas como sedes de alojamiento de mil millones de grupos de trabajo individuales glorificados. Mil de estas unidades constituyen una división. Cien mil divisiones son una congregación. Diez millones de congregaciones constituyen una asamblea. Mil millones de asambleas hacen una gran unidad. Y esta serie ascendente continúa en la segunda gran unidad, la tercera, y así hasta la séptima gran unidad. Siete de las grandes unidades forman las unidades maestras, y siete de las unidades maestras constituyen una unidad superior. Y así, en grupos de siete, las series ascendentes se amplían a las unidades superiores, supersuperiores, celestiales y supercelestiales, hasta las unidades supremas. Pero incluso con esto no se utiliza todo el espacio disponible. Este pasmoso número de designaciones residenciales del Paraíso, un número que sobrepasa vuestros conceptos, ocupa considerablemente menos del uno por ciento del área destinada a la Tierra Santa. Hay aún espacio abundante para los que están de camino hacia dentro, incluso para aquellos que no comenzarán la ascensión al Paraíso hasta los tiempos del futuro eterno.
11:4.1 (121.2) La Isla central termina abruptamente en su periferia, pero su tamaño es tan enorme que este ángulo terminal es relativamente imperceptible dentro de cualquiera área circunscrita. La superficie periférica del Paraíso está ocupada en parte por los campos de aterrizaje y salida de varios grupos de personalidades de espíritu. Puesto que las zonas de espacio no permeado inciden casi en la periferia, todos los transportes de personalidades destinados al Paraíso aterrizan en estas regiones. Ni el Paraíso alto ni el bajo son accesibles para las supernafines de trasporte ni para otros tipos de transeúntes del espacio.
11:4.2 (121.3) Los siete Espíritus Maestros tienen sus sedes personales de poder y autoridad en las siete esferas del Espíritu que dan vueltas alrededor del Paraíso en el espacio existente entre los orbes resplandecientes del Hijo y el circuito interior de los mundos de Havona, pero mantienen sedes focales de fuerza en la periferia del Paraíso. Allí, las presencias en lento circular de los siete Directores Supremos del Poder indican la ubicación de las siete estaciones emisoras de destellos para ciertas energías paradisiacas que salen hacia los siete superuniversos.
11:4.3 (121.4) Allí, en el Paraíso periférico, se encuentran las enormes áreas de exposición histórica y profética asignadas a los Hijos Creadores, que están dedicadas a los universos locales del tiempo y el espacio. Hay exactamente siete billones de estas reservas históricas ya establecidas o en reserva, pero el conjunto de todas esas disposiciones ocupa solo alrededor del cuatro por ciento de esa parte del área periférica asignada para ello. Inferimos que estas vastas reservas pertenecen a creaciones que se situarán en algún momento más allá de las fronteras de los siete superuniversos conocidos y habitados en el presente.
11:4.4 (121.5) La parte del Paraíso que se ha designado para uso de los universos existentes solo está ocupada entre el uno y el cuatro por ciento, cuando el área asignada a estas actividades es al menos un millón de veces mayor de lo que se requiere de hecho para dicho propósito. El Paraíso es lo suficientemente grande como para dar cabida a las actividades de una creación casi infinita.
11:4.5 (121.6) Pero cualquier otro intento de haceros visualizar las glorias del Paraíso sería vano. Debéis esperar, y ascender mientras esperáis, pues verdaderamente «ni el ojo ha visto ni el oído ha escuchado ni han entrado en la mente del hombre mortal las cosas que el Padre Universal ha preparado para los que sobrevivan a la vida en la carne en los mundos del tiempo y el espacio».
11:5.1 (122.1) Sobre el Paraíso bajo solo sabemos lo que se ha revelado. Las personalidades no van allí. No tiene absolutamente nada que ver con los asuntos de las inteligencias de espíritu ni tampoco actúa allí el Absoluto de Deidad. Estamos informados de que todos los circuitos de energía física y fuerza cósmica tienen su origen en el Paraíso bajo y de que está constituido como sigue:
11:5.2 (122.2) 1. En la parte central del Paraíso bajo, directamente debajo de la ubicación de la Trinidad, se encuentra, desconocida y no revelada, la Zona de la Infinitud.
11:5.3 (122.3) 2. Esta Zona está rodeada inmediatamente por un área sin nombre.
11:5.4 (122.4) 3. Ocupa los márgenes exteriores de la superficie de abajo una región relacionada principalmente con la potencia del espacio y con la energía-fuerza. Las actividades de este vasto centro elíptico de fuerza no son identificables con las funciones conocidas de ninguna triunidad, pero la carga primordial de fuerza del espacio parece estar focalizada en esta área. Este centro consta de tres zonas elípticas concéntricas: la interior es el punto focal de las actividades de energía-fuerza del Paraíso mismo, la exterior podría identificarse con las funciones del Absoluto No Cualificado, pero no tenemos certeza sobre a las funciones de la zona media relativas al espacio.
11:5.5 (122.5) La zona interior de este centro de fuerza parece actuar como un gigantesco corazón cuyas pulsaciones dirigen corrientes hacia las fronteras exteriores del espacio físico. Dirige y modifica las energías-fuerza pero no se puede decir que las impulse. La presencia-presión de realidad de esta fuerza primaria es decididamente mayor en el extremo norte del centro paradisiaco que en las regiones del sur; esta es una diferencia que se registra uniformemente. La fuerza madre del espacio parece fluir hacia dentro en el sur y hacia fuera en el norte gracias al funcionamiento de algún sistema circulatorio desconocido encargado de la difusión de esta forma básica de energía-fuerza. De vez en cuando se observan también diferencias en las presiones este-oeste. Las fuerzas que emanan de esta zona no responden a la gravedad física observable, pero obedecen siempre a la gravedad paradisiaca.
11:5.6 (122.6) La zona media del centro de fuerza rodea inmediatamente esta área. Esta zona media parece estática de no ser porque se expande y contrae en tres ciclos de actividad. La menor de estas pulsaciones es en dirección este-oeste, la siguiente en sentido norte-sur, mientras que la fluctuación más grande es en todas las direcciones y consiste en expansión y contracción generalizadas. La función de esta área media nunca ha sido realmente identificada, pero debe tener algo que ver con el ajuste recíproco entre las zonas interior y exterior del centro de fuerza. Muchos creen que la zona media es el mecanismo de control del espacio intermedio o zonas de calma que separan los sucesivos niveles de espacio del universo maestro, pero no hay ninguna prueba ni revelación que lo confirme. Esta deducción se deriva de saber que esta área media está relacionada de alguna manera con el funcionamiento del mecanismo del espacio no permeado del universo maestro.
11:5.7 (122.7) La zona exterior es la más grande y la más activa de los tres cinturones concéntricos y elípticos de potencial de espacio no identificado. Esta área es el emplazamiento de actividades no imaginadas, el punto central del circuito de emanaciones que salen hacia el espacio en todas las direcciones hasta las fronteras exteriores de los siete superuniversos y siguen más allá hasta extenderse sobre los dominios enormes e incomprensibles de todo el espacio exterior. Esta presencia en el espacio es enteramente impersonal, aunque de alguna manera no desvelada parece responder indirectamente a la voluntad y los mandatos de las Deidades infinitas cuando actúan como Trinidad. Se cree que es la focalización central, el centro paradisiaco, de la presencia en el espacio del Absoluto No Cualificado.
11:5.8 (123.1) Todas las formas de fuerza y todas las fases de energía parecen estar encircuitadas; circulan por todos los universos y regresan por rutas inequívocas. Sin embargo, en las emanaciones de la zona activada del Absoluto No Cualificado parecen salir o entrar, nunca ambas cosas a la vez. Esta zona exterior oscila en ciclos multiseculares de proporciones gigantescas. Durante poco más de mil millones de años de Urantia, la fuerza-espacio de este centro es saliente; luego, durante un periodo de tiempo similar, será entrante. Y las manifestaciones de fuerza-espacio de este centro son universales, se extienden por todo el espacio permeado.
11:5.9 (123.2) Toda fuerza física, toda energía y toda materia son una. Toda energía-fuerza salió originalmente del Paraíso bajo, y terminará regresando a él después de completar su circuito en el espacio. Pero no todas las energías y organizaciones materiales del universo de universos vinieron del Paraíso bajo en sus estados fenoménicos presentes; el espacio es la matriz de varias formas de materia y de premateria. Aunque la zona exterior del centro de fuerza paradisiaca es la fuente de las energías-espacio, el espacio no se origina allí. El espacio no es fuerza, ni energía ni poder. Tampoco las pulsaciones de esta zona explican la respiración del espacio, pero las fases entrantes y salientes de esta zona están sincronizadas con los ciclos de expansión-contracción de dos mil millones de años del espacio.
11:6.1 (123.3) No conocemos el mecanismo propiamente dicho de la respiración del espacio; nos limitamos a observar que todo el espacio se contrae y se expande alternativamente. Esta respiración afecta tanto a la extensión horizontal de espacio permeado como a las extensiones verticales de espacio no permeado que existen en los vastos depósitos de espacio por encima y por debajo del Paraíso. Para intentar imaginar el perfil del volumen de estos depósitos de espacio, podríais pensar en un reloj de arena.
11:6.2 (123.4) Cuando los universos de la extensión horizontal de espacio permeado se expanden, los depósitos de la extensión vertical de espacio no permeado se contraen, y viceversa. Hay una confluencia del espacio permeado y no permeado justo debajo del Paraíso bajo. Ambos tipos de espacio fluyen allí por los canales de regulación transmutadores, donde se operan cambios que hacen no permeable el espacio permeable y viceversa en los ciclos de contracción y expansión del cosmos.
11:6.3 (123.5) Espacio «no permeado» significa no permeado por las fuerzas, energías, poderes y presencias que se sabe que existen en el espacio permeado. No sabemos si el espacio vertical (depósito) está destinado a funcionar siempre como equilibrador del espacio horizontal (universo); no sabemos si hay una intención creativa respecto al espacio no permeado. En realidad sabemos muy poco sobre los depósitos de espacio, solo que existen y que parecen contrapesar los ciclos de expansión-contracción del espacio del universo de universos.
11:6.4 (123.6) Los ciclos de respiración del espacio duran en cada fase poco más de mil millones de años de Urantia. Durante una fase los universos se expanden, durante la siguiente se contraen. El espacio permeado se está acercando ahora al punto medio de la fase de expansión, mientras que el espacio no permeado se aproxima al punto medio de la fase de contracción, y se nos ha informado de que los límites exteriores de ambas extensiones de espacio están ahora, en teoría, aproximadamente equidistantes del Paraíso. Los depósitos de espacio no permeado se extienden ahora verticalmente por encima del Paraíso alto y por debajo del Paraíso bajo tan lejos como el espacio permeado del universo se extiende horizontalmente hacia fuera desde el Paraíso periférico hasta el cuarto nivel del espacio exterior, e incluso más allá.
11:6.5 (124.1) Durante mil millones de años del tiempo de Urantia, los depósitos de espacio se contraen mientras que el universo maestro y las actividades de fuerza de todo el espacio horizontal se expanden. Se necesitan por lo tanto poco más de dos mil millones de años de Urantia para completar todo el ciclo de expansión-contracción.
11:7.1 (124.2) El espacio no existe en ninguna de las superficies del Paraíso. Si uno «mirara» directamente hacia arriba desde la superficie superior del Paraíso, no «vería» nada excepto espacio no permeado saliendo o entrando; precisamente ahora, entrando. El espacio no toca el Paraíso; solo las zonas de espacio intermedio quiescentes entran en contacto con la Isla central.
11:7.2 (124.3) El Paraíso es el núcleo inmóvil propiamente dicho de las zonas relativamente quiescentes que existen entre el espacio permeado y el no permeado. Geográficamente, estas zonas parecen ser una extensión relativa del Paraíso, pero es probable que haya algún movimiento en ellas. Sabemos muy poco sobre ellas, aunque observamos que estas zonas de movimiento reducido del espacio separan el espacio permeado del no permeado. Zonas similares existieron una vez entre los niveles del espacio permeado, pero ahora son menos quiescentes.
11:7.3 (124.4) Un corte vertical del espacio total se parecería ligeramente a una cruz de Malta, en la que los brazos horizontales representarían el espacio permeado (el universo) y los brazos verticales representarían el espacio no permeado (el depósito). Las áreas que hay entre los cuatro brazos los separarían, un poco como las zonas de espacio intermedio separan el espacio permeado del no permeado. Estas zonas quiescentes de espacio intermedio se van haciendo más grandes a medida que aumenta la distancia al Paraíso y terminan por abarcar las fronteras de todo el espacio y encapsular completamente tanto los depósitos de espacio como toda la extensión horizontal de espacio permeado.
11:7.4 (124.5) El espacio no es una condición subabsoluta dentro del Absoluto No Cualificado, ni es la presencia de este Absoluto, ni es tampoco una función del Último. Es un otorgamiento del Paraíso, y se cree que el espacio del gran universo y el de todas las regiones exteriores está permeado de hecho por la potencia ancestral del espacio del Absoluto No Cualificado. Desde muy cerca del Paraíso periférico, este espacio permeado se extiende horizontalmente hacia fuera a través del cuarto nivel de espacio y más allá de la periferia del universo maestro, pero no sabemos cuánto más allá.
11:7.5 (124.6) Si imagináis un plano en forma de V, finito pero inconcebiblemente grande, situado en ángulo recto tanto respecto a la superficie superior como a la inferior del Paraíso, con su punta casi tangente al Paraíso periférico, y luego visualizáis este plano en revolución elíptica alrededor del Paraíso, su revolución perfilaría aproximadamente el volumen del espacio permeado.
11:7.6 (124.7) El espacio horizontal tiene un límite superior y un límite inferior con referencia a cualquier posición dada en los universos. Si nos pudiéramos trasladar hacia arriba o hacia abajo lo bastante lejos en ángulo recto respecto al plano de Orvonton, nos encontraríamos finalmente con el límite superior o inferior del espacio permeado. Dentro de las dimensiones conocidas del universo maestro, estos límites se apartan cada vez más entre sí al aumentar la distancia respecto al Paraíso. El espacio se ensancha, y se ensancha algo más rápidamente que el plano de la creación, los universos.
11:7.7 (125.1) Las zonas relativamente tranquilas que hay entre los niveles de espacio, como la que separa los siete superuniversos del primer nivel del espacio exterior, son enormes regiones elípticas de actividades del espacio quiescente. Estas zonas separan las vastas galaxias que corren alrededor del Paraíso en ordenada procesión. Podéis visualizar el primer nivel del espacio exterior, donde incalculables universos están ahora en proceso de formación, como una enorme procesión de galaxias que giran alrededor del Paraíso, delimitada por arriba y por abajo por las zonas de quiescencia de espacio intermedio y delimitada en los márgenes interior y exterior por zonas de espacio relativamente tranquilas.
11:7.8 (125.2) Un nivel de espacio funciona, pues, como una región elíptica de movimiento rodeada de inmovilidad relativa por todas partes. Tales relaciones de movimiento y quiescencia constituyen un camino curvo en el espacio de menor resistencia al movimiento, un camino universalmente seguido por la fuerza cósmica y la energía emergente en su eterno circular alrededor de la Isla del Paraíso.
11:7.9 (125.3) Esta zonificación alterna del universo maestro, asociada al flujo alterno de las galaxias a favor y en contra de las agujas del reloj, es un factor de estabilización de la gravedad física diseñado para impedir que se acentúe la presión de la gravedad hasta el punto de generar acciones de disrupción y dispersión. Dicha disposición ejerce una influencia antigravitatoria y sirve de freno a velocidades que de otro modo serían peligrosas.
11:8.1 (125.4) La atracción inevitable de la gravedad sujeta eficazmente todos los mundos de todos los universos de todo el espacio. La gravedad es el agarre todopoderoso de la presencia física del Paraíso. La gravedad es la hebra omnipotente en la que se ensartan las estrellas relucientes, los soles abrasadores y las esferas giratorias que constituyen el ornamento físico universal del Dios eterno, que es todas las cosas, llena todas las cosas y en quien consisten todas las cosas.
11:8.2 (125.5) El centro y punto focal de la gravedad material absoluta es la Isla del Paraíso, complementada por los cuerpos oscuros de gravedad que rodean Havona y equilibrada por los depósitos de espacio alto y bajo. Todas las emanaciones conocidas del Paraíso bajo responden invariable e infaliblemente a la atracción de la gravedad central, que opera en los circuitos sin fin de los niveles elípticos de espacio del universo maestro. Toda forma conocida de realidad cósmica tiene la curvatura de las edades, la tendencia del círculo, el trazado de la gran elipse.
11:8.3 (125.6) El espacio no responde a la gravedad pero actúa como equilibrador de la gravedad. Sin el colchón del espacio, una acción explosiva sacudiría los cuerpos del espacio circundante. El espacio permeado ejerce también una influencia antigravitatoria sobre la gravedad física o lineal; el espacio puede neutralizar de hecho esta acción de la gravedad, aunque no puede retrasarla. La gravedad absoluta es la gravedad del Paraíso. La gravedad local o lineal concierne a la etapa eléctrica de la energía o la materia; actúa dentro del universo central, de los superuniversos y de los universos exteriores, dondequiera que haya tenido lugar una materialización adecuada.
11:8.4 (125.7) Las numerosas formas de fuerza cósmica, de energía física, de poder del universo y de las diferentes materializaciones desvelan tres etapas generales, aunque no perfectamente definidas, de respuesta a la gravedad del Paraíso:
11:8.5 (126.1) 1. Etapas de pregravedad (fuerza). Este es el primer paso para la individualización de la potencia del espacio en las formas preenergéticas de la fuerza cósmica. Este estado es análogo al concepto de la carga primordial de fuerza del espacio, llamado a veces energía pura o segregata.
11:8.6 (126.2) 2. Etapas de gravedad (energía). Esta modificación de la carga de fuerza del espacio se produce por la acción de los organizadores paradisiacos de la fuerza. Señala la aparición de sistemas de energía que responden a la atracción de la gravedad paradisiaca. Esta energía emergente es originariamente neutra, pero como resultado de metamorfosis ulteriores, pondrá de manifiesto las llamadas cualidades positivas y negativas. Denominamos a estas etapas ultimata.
11:8.7 (126.3) 3. Etapas de posgravedad (poder del universo). En esta etapa, la materia-energía desvela que responde al control de la gravedad lineal. En el universo central estos sistemas físicos son organizaciones triples conocidas como triata. Son los sistemas madre de superpoder de las creaciones del tiempo y el espacio. Los sistemas físicos de los superuniversos son movilizados por los Directores del Poder del Universo y sus asociados. Estas organizaciones materiales son de constitución dual y se conocen como gravita. Los cuerpos oscuros de gravedad que rodean Havona no son ni triata ni gravita, y su poder de atracción desvela las dos formas de gravedad física: la lineal y la absoluta.
11:8.8 (126.4) La potencia del espacio no está sometida a las interacciones de ninguna forma de gravitación. Esta dotación primaria del Paraíso no es un nivel de realidad propiamente dicho, pero es el ancestro de todas las realidades funcionales relativas que no son de espíritu: todas las manifestaciones de la energía-fuerza y de la organización del poder y de la materia. La potencia del espacio es un término difícil de definir. No significa lo que es ancestral respecto al espacio; su significado debería transmitir la idea de las potencias y los potenciales existentes dentro del espacio. Se podría concebir aproximadamente como algo que incluye todas las influencias y potenciales absolutos que emanan del Paraíso y constituyen la presencia en el espacio del Absoluto No Cualificado.
11:8.9 (126.5) El Paraíso es la fuente absoluta y el punto focal eterno de toda la materia-energía del universo de universos. El Absoluto No Cualificado es el revelador, regulador y depositario de aquello que tiene al Paraíso como su fuente y origen. La presencia universal del Absoluto No Cualificado parece ser equivalente al concepto de una infinitud potencial de extensión de la gravedad, una tensión elástica de la presencia del Paraíso. Este concepto nos ayuda a captar el hecho de que todo es atraído hacia dentro, hacia el Paraíso. El ejemplo es burdo, pero puede ser útil. Explica también por qué la gravedad actúa siempre de forma preferente en el plano perpendicular a la masa, un fenómeno indicativo de las dimensiones diferenciales del Paraíso y las creaciones circundantes.
11:9.1 (126.6) El Paraíso es singular en el sentido de que es el dominio del origen primario y la meta final de destino de todas las personalidades de espíritu. Si bien es cierto que no todos los seres más bajos de espíritu de los universos locales están destinados de inmediato al Paraíso, el Paraíso no deja de ser la meta anhelada por todas las personalidades supramateriales.
11:9.2 (126.7) El Paraíso es el centro geográfico de la infinitud. No es una parte de la creación universal, ni siquiera una parte real del universo eterno de Havona. Solemos referirnos a la Isla central como si perteneciera al universo divino cuando realmente no es así. El Paraíso es una existencia eterna y exclusiva.
11:9.3 (127.1) En la eternidad del pasado, cuando el Padre Universal expresó la personalidad infinita de su yo de espíritu en el ser del Hijo Eterno, reveló simultáneamente el potencial de infinitud de su yo no personal en forma de Paraíso. El Paraíso no personal y no espiritual parece haber sido la repercusión inevitable de la voluntad y del acto del Padre que eternizaron al Hijo Original. Así, el Padre proyectó la realidad en dos fases actuales: la personal y la no personal, la espiritual y la no espiritual. La tensión entre ellas, ante la voluntad de acción del Padre y el Hijo, dio existencia al Actor Conjunto y al universo central de mundos materiales y de seres espirituales.
11:9.4 (127.2) Cuando la realidad se diferencia entre lo personal y lo no personal (el Hijo Eterno y el Paraíso), no es apropiado llamar «Deidad» a aquello que es no personal, a menos que esté cualificado de alguna manera. Las repercusiones materiales y de energía de los actos de la Deidad difícilmente podrían ser llamadas Deidad. La Deidad puede causar muchas cosas que no son Deidad, y el Paraíso no es Deidad. Tampoco es consciente en el sentido en que el hombre mortal podría alguna vez llegar a comprender este término.
11:9.5 (127.3) El Paraíso no es el ancestro de ningún ser o entidad vivo, no es un creador. La personalidad y las relaciones de espíritu-mente son transmisibles, pero el patrón no lo es. Los patrones no son nunca reflejos, son duplicaciones, reproducciones. El Paraíso es el absoluto de los patrones. Havona es una manifestación de estos potenciales en actualidad.
11:9.6 (127.4) La residencia de Dios es central y eterna, gloriosa e ideal. Su hogar es el hermoso patrón de todos los mundos sede del universo. Y el universo central, su morada inmediata es, en sus ideales, su organización y su destino último, el patrón para todos los universos.
11:9.7 (127.5) El Paraíso es la sede universal de todas las actividades de personalidad y el centro-fuente de todas las manifestaciones de espacio-fuerza y de energía. Todo lo que ha sido, es ahora y está aún por ser ha partido, parte ahora o partirá de este lugar central de residencia de los Dioses eternos. El Paraíso es el centro de toda la creación, la fuente de todas las energías y el lugar del origen primario de todas las personalidades.
11:9.8 (127.6) A fin de cuentas, lo más importante para los mortales en cuanto al Paraíso eterno es el hecho de que esta morada perfecta del Padre Universal es el destino real y remoto de las almas inmortales de los hijos mortales y materiales de Dios, las criaturas ascendentes de los mundos evolutivos del tiempo y el espacio. Todo mortal conocedor de Dios que se ha adherido a la carrera de hacer la voluntad del Padre se ha embarcado ya en la larguísima senda hacia el Paraíso en busca de la divinidad y el logro de la perfección. Y cuando este ser de origen animal se presenta, como tantos otros lo hacen ya en número incontable, ante los Dioses del Paraíso tras haber ascendido desde las bajas esferas del espacio, esta culminación representa la realidad de una transformación espiritual rayana con los límites de la supremacía.
11:9.9 (127.7) [Presentado por un Perfeccionador de la Sabiduría comisionado para esta función por los Ancianos de los Días de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 12
12:0.1 (128.1) LA inmensidad de la extensa creación del Padre Universal sobrepasa por completo el alcance de la imaginación finita. La enormidad del universo maestro asombra incluso a seres de mi propio orden. Sin embargo, a la mente mortal se le pueden enseñar muchas cosas sobre el plan y la disposición de los universos. Podéis saber algo de su organización física y de su maravillosa administración, podéis aprender muchas cosas sobre los varios grupos de seres inteligentes que habitan los siete superuniversos del tiempo y el universo central de la eternidad.
12:0.2 (128.2) En principio, es decir, en potencial eterno, concebimos la creación material como infinita porque el Padre Universal es de hecho infinito, pero a medida que estudiamos y observamos la creación material total sabemos que es limitada en cualquier momento dado del tiempo, aunque para vuestras mentes finitas sea relativamente ilimitada, prácticamente sin confín.
12:0.3 (128.3) Por el estudio de las leyes físicas y por la observación de los dominios estelares, estamos convencidos de que el Creador infinito no se ha manifestado aún en su forma final de expresión cósmica, de que gran parte del potencial cósmico del Infinito sigue estando autocontenido y sin revelar. El universo maestro podría parecer casi infinito para los seres creados, pero está lejos de estar terminado; sigue habiendo límites físicos a la creación material, y la revelación experiencial del propósito eterno sigue en marcha.
12:1.1 (128.4) El universo de universos no es un plano infinito, un cubo sin final, ni un círculo ilimitado; es indudable que tiene dimensiones. Las leyes de la organización y administración física prueban concluyentemente que todo el inmenso conjunto de energía-fuerza y poder-materia funciona en último término como una unidad en el espacio, como un todo organizado y coordinado. El comportamiento observable de la creación material constituye el testimonio de un universo físico con límites definidos. La prueba final de un universo circular y delimitado a la vez la aporta el hecho bien conocido para nosotros de que todas las formas de energía básica giran siempre por la senda curva de los niveles de espacio del universo maestro obedeciendo a la atracción incesante y absoluta de la gravedad paradisiaca.
12:1.2 (128.5) Los sucesivos niveles de espacio del universo maestro constituyen las divisiones principales del espacio permeado: la creación total organizada y parcialmente habitada o aún por organizar y habitar. Si el universo maestro no fuera una serie de niveles de espacio elípticos con resistencia reducida al movimiento, alternando con zonas de quiescencia relativa, pensamos que se observaría a algunas de las energías cósmicas salir disparadas en línea recta con un alcance infinito hacia el espacio inexplorado. Pero no encontramos nunca que la fuerza, la energía o la materia se comporten así; dan vueltas sin cesar, giran siempre para avanzar por los carriles de los grandes circuitos del espacio.
12:1.3 (129.1) Saliendo desde el Paraíso hacia fuera por la extensión horizontal del espacio permeado, el universo maestro existe en seis elipses concéntricas, los niveles de espacio que circundan la Isla central:
12:1.4 (129.2) 1. El universo central: Havona.
12:1.5 (129.3) 2. Los siete superuniversos.
12:1.6 (129.4) 3. El primer nivel de espacio exterior.
12:1.7 (129.5) 4. El segundo nivel de espacio exterior.
12:1.8 (129.6) 5. El tercer nivel de espacio exterior.
12:1.9 (129.7) 6. El cuarto nivel de espacio y el más exterior.
12:1.10 (129.8) Havona, el universo central, no es una creación del tiempo, es una existencia eterna. Este universo sin principio ni fin consta de mil millones de esferas de perfección sublime y está rodeado por los enormes cuerpos oscuros de gravedad. En el centro de Havona está la Isla del Paraíso, estacionaria y absolutamente estabilizada, rodeada por sus veintiún satélites. Debido a las enormes masas circundantes de cuerpos oscuros de gravedad situados hacia la periferia del universo central, el contenido de masa de esta creación central excede por mucho toda la masa conocida de los siete sectores del gran universo.
12:1.11 (129.9) El Sistema Paraíso-Havona, el universo eterno que circunda la Isla eterna, constituye el núcleo perfecto y eterno del universo maestro. Los siete superuniversos y todas las regiones del espacio exterior giran en órbitas establecidas alrededor del gigantesco conjunto central formado por los satélites del Paraíso y las esferas de Havona.
12:1.12 (129.10) Los siete superuniversos no son organizaciones físicas primarias; sus fronteras no dividen en ningún lugar una familia nebular ni cruzan un universo local, una unidad creativa principal. Cada superuniverso es simplemente un cúmulo en una región determinada del espacio que corresponde aproximadamente a una séptima parte de la creación posterior a Havona organizada y parcialmente habitada. Cada uno de ellos es más o menos equivalente a los demás en el número de universos locales que abarca y el espacio que engloba. Nebadon, vuestro universo local, es una de las creaciones más recientes de Orvonton, el séptimo superuniverso.
12:1.13 (129.11) El gran universo es la creación organizada y habitada en el presente. Está compuesto por los siete superuniversos y tiene un potencial evolutivo total de unos siete billones de planetas habitados sin mencionar las esferas eternas de la creación central. Pero este cálculo tentativo no tiene en cuenta las esferas administrativas arquitectónicas ni incluye los grupos distantes de universos no organizados. El presente borde irregular del gran universo, su periferia desigual e inacabada, junto con la condición tremendamente inestable de toda la parcela astronómica sugieren a nuestros estudiosos de las estrellas que incluso los siete superuniversos están todavía incompletos. Si desde dentro, desde el centro divino, nos dirigimos hacia fuera en cualquier dirección, acabamos llegando a los límites exteriores de la creación organizada y habitada; llegamos a los límites exteriores del gran universo. Y cerca de esa frontera exterior, en un rincón remoto de esta creación tan magnífica, es donde se desarrolla la existencia llena de acontecimientos de vuestro universo local.
12:1.14 (129.12) Los niveles de espacio exterior. Muy afuera en el espacio, a una distancia enorme de los siete superuniversos habitados, se están reuniendo circuitos inmensos e increíblemente formidables de fuerza y de energías en materialización. Entre los circuitos de energía de los siete superuniversos y este gigantesco cinturón exterior de actividad de la fuerza, hay una zona del espacio de quietud relativa que varía en anchura pero que tiene en promedio unos cuatrocientos mil años luz. Estas zonas del espacio están libres de polvo estelar, de niebla cósmica. Nuestros estudiosos de estos fenómenos tienen dudas sobre el estatus exacto de las fuerzas-espacio existentes en esta zona de quietud relativa que circunda los siete superuniversos. Pero alrededor de medio millón de años luz más allá de la periferia del presente gran universo, observamos el comienzo de una zona de increíble acción de la energía que aumenta en volumen e intensidad durante más de veinticinco millones de años luz. Estas inmensas ruedas de fuerzas energizantes están situadas en el primer nivel de espacio exterior, un cinturón continuo de actividad cósmica que circunda toda la creación conocida, organizada y habitada.
12:1.15 (130.1) Actividades aún mayores están ocurriendo más allá de estas regiones, pues los físicos de Uversa han detectado indicios iniciales de manifestaciones de fuerza más de cincuenta millones de años luz más allá de los ámbitos más exteriores de los fenómenos del primer nivel del espacio exterior. Estas actividades presagian indudablemente la organización de las creaciones materiales del segundo nivel del espacio exterior del universo maestro.
12:1.16 (130.2) El universo central es la creación de la eternidad; los siete superuniversos son las creaciones del tiempo; los cuatro niveles del espacio exterior están destinados indudablemente a hacer evolucionar-devenir la ultimidad de la creación. Hay quienes mantienen que el Infinito no podrá lograr nunca su plena expresión salvo en la infinitud y postulan por lo tanto una creación adicional no revelada más allá del cuarto nivel de espacio (el más exterior), un posible universo de infinitud en continua expansión y sin final. En teoría no sabemos cómo se limitan ni la infinitud del Creador ni la infinitud potencial de la creación, pero tal como existe y está administrado, consideramos que el universo maestro tiene limitaciones, que está claramente delimitado y confinado en sus márgenes exteriores por el espacio abierto.
12:2.1 (130.3) Cuando los astrónomos de Urantia escudriñan a través de sus telescopios cada vez más potentes las misteriosas extensiones del espacio exterior y contemplan en ellas la asombrosa evolución de universos físicos casi incontables, deberían darse cuenta de que están viendo el imponente desarrollo de los planes impenetrables de los Arquitectos del Universo Maestro. Es cierto que poseemos pruebas que sugieren la presencia de ciertas influencias de personalidades paradisiacas aquí y allá en todas las vastas manifestaciones de energía que caracterizan ahora a esas regiones exteriores, pero desde un punto de vista más amplio se suele considerar que las regiones de espacio que se extienden más allá de las fronteras exteriores de los siete superuniversos constituyen los dominios del Absoluto No Cualificado.
12:2.2 (130.4) Aunque el ojo humano solo puede ver a simple vista dos o tres nebulosas fuera de las fronteras del superuniverso de Orvonton, vuestros telescopios revelan literalmente millones y millones de esos universos físicos en proceso de formación. La mayoría de los dominios estelares expuestos al examen visual de vuestros telescopios de hoy en día están en Orvonton, pero con la técnica fotográfica los telescopios más potentes penetran mucho más allá de las fronteras del gran universo hasta los dominios del espacio exterior donde hay incalculables universos en proceso de organización. Y hay aún otros millones de universos más allá del alcance de los instrumentos que poseéis ahora.
12:2.3 (130.5) En un futuro no muy lejano nuevos telescopios revelarán ante la mirada atónita de los astrónomos urantianos no menos de 375 millones de nuevas galaxias en las remotas extensiones del espacio exterior. Esos telescopios más potentes desvelarán al mismo tiempo que muchos universos isla que antes se creía que estaban en el espacio exterior son en realidad parte del sistema galáctico de Orvonton. Los siete superuniversos siguen creciendo, la periferia de cada uno de ellos se expande gradualmente, se estabilizan y organizan constantemente nuevas nebulosas y algunas de las nebulosas que los astrónomos urantianos consideran extragalácticas están de hecho en los bordes de Orvonton y viajan con nosotros.
12:2.4 (131.1) Los estudiosos de las estrellas de Uversa observan que el gran universo está rodeado por los ancestros de una serie de cúmulos de estrellas y planetas que circundan por completo la presente creación habitada en forma de anillos concéntricos de universos y universos exteriores. Los físicos de Uversa calculan que la energía y la materia de esas regiones exteriores inexploradas multiplican ya por mucho el total de la masa material y la carga de energía abarcadas en los siete superuniversos. Se nos ha informado de que la metamorfosis de la fuerza cósmica en esos niveles del espacio exterior es función de los organizadores paradisiacos de la fuerza. Sabemos también que esas fuerzas son los ancestros de las energías físicas que activan el gran universo en el presente. Sin embargo, los directores del poder de Orvonton no tienen nada que ver con esos lejanos dominios, y los movimientos de energía que hay en ellos tampoco están conectados de modo perceptible con los circuitos de poder de las creaciones organizadas y habitadas.
12:2.5 (131.2) Sabemos muy poco sobre la relevancia de estos formidables fenómenos del espacio exterior. Una creación más grande del futuro está en proceso de formación. Podemos observar su inmensidad, podemos percibir su extensión e intuir sus majestuosas dimensiones, pero aparte de eso sabemos poco más que los astrónomos de Urantia sobre esos dominios. Que nosotros sepamos, no existen seres materiales del orden de los humanos, ni ángeles ni otras criaturas de espíritu en ese anillo exterior de nebulosas, soles y planetas. Ese lejano dominio está más allá de la jurisdicción y administración de los gobiernos de los superuniversos.
12:2.6 (131.3) En todo Orvonton se cree que está en curso un nuevo tipo de creación, un orden de universos destinados a convertirse en el escenario de las actividades futuras del Cuerpo de la Finalización que se está reuniendo. Y si nuestras conjeturas son correctas, el futuro sin fin puede depararos a todos vosotros los mismos espectáculos fascinadores que el pasado sin fin deparó a vuestros mayores y predecesores.
12:3.1 (131.4) Todas las formas de energía-fuerza —material, mental o espiritual— están sujetas de igual modo a las atracciones, las presencias universales que llamamos gravedad. La personalidad responde también a la gravedad, al circuito exclusivo del Padre. Pero aunque este circuito es exclusivo del Padre, él no está excluido de los demás circuitos. El Padre Universal es infinito y actúa sobre la totalidad de los cuatro circuitos de gravedad absoluta del universo maestro:
12:3.2 (131.5) 1. La gravedad de personalidad del Padre Universal.
12:3.3 (131.6) 2. La gravedad de espíritu del Hijo Eterno.
12:3.4 (131.7) 3. La gravedad de mente del Actor Conjunto.
12:3.5 (131.8) 4. La gravedad cósmica de la Isla del Paraíso.
12:3.6 (131.9) Estos cuatro circuitos no están relacionados con el centro de fuerza del Paraíso bajo; no son circuitos ni de fuerza, ni de energía ni de poder. Son circuitos absolutos de presencia y, como Dios, son independientes del tiempo y el espacio.
12:3.7 (132.1) Es interesante hacer constar a este respecto ciertas observaciones hechas en Uversa por el cuerpo de investigadores de la gravedad en los últimos milenios. Este experto grupo de trabajadores ha llegado a las siguientes conclusiones sobre los diferentes sistemas de gravedad del universo maestro:
12:3.8 (132.2) 1. Gravedad física. Tras formular una estimación de la suma del total de la capacidad de gravedad física del gran universo, han efectuado una laboriosa comparación de este resultado con el total estimado de la presencia de gravedad absoluta ahora operante. Estos cálculos indican que la acción total de la gravedad en el gran universo es una parte muy pequeña de la atracción estimada de la gravedad del Paraíso calculada sobre la base de la respuesta a la gravedad de las unidades físicas básicas de la materia del universo. Estos investigadores llegan a la asombrosa conclusión de que el universo central y los siete superuniversos que lo rodean hacen uso en el momento presente de solo un cinco por ciento aproximadamente del funcionamiento activo de la atracción de la gravedad absoluta del Paraíso. Dicho en otras palabras: en el momento presente alrededor del noventa y cinco por ciento de la acción de la gravedad cósmica activa de la Isla del Paraíso, calculada según esta teoría de totalidad, está dedicada a controlar sistemas materiales que están más allá de las fronteras de los presentes universos organizados. Todos estos cálculos se refieren a la gravedad absoluta; la gravedad lineal es un fenómeno interactivo que solo se puede calcular si se conoce la gravedad del Paraíso propiamente dicha.
12:3.9 (132.3) 2. Gravedad espiritual. Mediante el mismo método de estimación y cálculo comparativo estos investigadores han explorado la capacidad presente de reacción de la gravedad de espíritu, y con la cooperación de Mensajeros Solitarios y otras personalidades de espíritu, han llegado a la suma total de la gravedad de espíritu activa de la Segunda Fuente y Centro. Y es muy instructivo observar que encuentran más o menos el mismo valor para la presencia funcional propiamente dicha de la gravedad de espíritu en el gran universo que el que postulan para el total presente de la gravedad de espíritu activa. Dicho en otras palabras: en el momento presente se comprueba que prácticamente toda la gravedad de espíritu del Hijo Eterno, calculada según esta teoría de totalidad, está funcionando en el gran universo. Si estos resultados son dignos de confianza, podemos concluir que los universos que ahora evolucionan en el espacio exterior son totalmente no espirituales en el momento presente. Y si esto es cierto, explicaría satisfactoriamente por qué los seres dotados de espíritu poseen tan poca o ninguna información sobre esas inmensas manifestaciones de energía, aparte de conocer el hecho de su existencia física.
12:3.10 (132.4) 3. Gravedad de mente. Mediante los mismos principios de cómputo comparativo estos expertos han abordado el problema de la presencia y la respuesta de la gravedad de mente. Se llegó a la unidad de estimación de mente haciendo la media de tres tipos de mentalidad material y tres tipos de mentalidad espiritual, aunque el tipo de mente encontrado en los directores del poder y sus asociados resultó ser un factor perturbador en el esfuerzo por llegar a una unidad básica para la estimación de la gravedad de mente. Había poco que impidiera la estimación de la capacidad presente de la Tercera Fuente y Centro en la función de la gravedad de mente de acuerdo con esta teoría de totalidad. Aunque los resultados en este caso no son tan concluyentes como en las estimaciones de la gravedad física y la de espíritu, sí son, considerados relativamente, muy instructivos e incluso fascinantes. Estos investigadores deducen que alrededor del ochenta y cinco por ciento de la respuesta de la gravedad de mente a la atracción intelectual del Actor Conjunto tiene su origen en el gran universo existente. Esto sugiere la posibilidad de que haya actividades de mente implicadas en las actividades físicas observables que se están produciendo ahora en todos los dominios del espacio exterior. Aunque es probable que esta estimación diste mucho de ser precisa, concuerda en principio con nuestra creencia de que organizadores inteligentes de la fuerza están dirigiendo ahora la evolución del universo en los niveles de espacio que hay más allá de los límites exteriores presentes del gran universo. Sea cual fuere la naturaleza de esta postulada inteligencia, parece no responder a la gravedad de espíritu.
12:3.11 (133.1) Pero todos estos cómputos son, en el mejor de los casos, estimaciones basadas en supuestas leyes. Creemos que son bastante fidedignos. Incluso si hubiera unos pocos seres de espíritu ubicados en el espacio exterior, su presencia colectiva no influiría notablemente sobre unos cálculos que suponen mediciones tan enormes.
12:3.12 (133.2) La gravedad de personalidad no es calculable. Reconocemos el circuito, pero no podemos medir realidades ni cualitativas ni cuantitativas que respondan a él.
12:4.1 (133.3) Todas las unidades de energía cósmica están en revolución primaria, dedicadas a ejecutar su misión mientras giran alrededor de la órbita universal. Los universos del espacio y los sistemas y mundos que los componen son todos esferas giratorias que avanzan por los circuitos sin fin de los niveles de espacio del universo maestro. No hay absolutamente nada estacionario en todo el universo maestro excepto el centro mismo de Havona, la Isla eterna del Paraíso, el centro de gravedad.
12:4.2 (133.4) El Absoluto No Cualificado está limitado funcionalmente al espacio, pero no estamos tan seguros sobre la relación de este Absoluto con el movimiento. ¿Es el movimiento inherente a él? No lo sabemos. Sabemos que el movimiento no es inherente al espacio; ni siquiera los movimientos del espacio son innatos. Pero no estamos tan seguros sobre la relación del No Cualificado con el movimiento. ¿Quién o qué es realmente responsable de las gigantescas actividades de transmutación de energía-fuerza que están ahora en curso más allá de las fronteras de los siete superuniversos del presente? En cuanto al origen del movimiento, tenemos las siguientes opiniones:
12:4.3 (133.5) 1. Pensamos que el Actor Conjunto inicia el movimiento en el espacio.
12:4.4 (133.6) 2. Si el Actor Conjunto es el que produce los movimientos del espacio, no podemos probarlo.
12:4.5 (133.7) 3. El Absoluto Universal no origina el movimiento inicial, pero sí iguala y controla todas las tensiones originadas por el movimiento.
12:4.6 (133.8) En el espacio exterior los organizadores de la fuerza son aparentemente responsables de la producción de las gigantescas ruedas de universo que están ahora en proceso de evolución estelar, pero su capacidad para funcionar así tiene que haber sido posibilitada por alguna modificación de la presencia en el espacio del Absoluto No Cualificado.
12:4.7 (133.9) Desde el punto de vista humano el espacio no es nada, es algo negativo; solo existe en la medida en que está relacionado con algo positivo y no espacial. Sin embargo el espacio es real. Contiene y condiciona el movimiento e incluso se mueve. Los movimientos del espacio pueden clasificarse más o menos como sigue:
12:4.8 (133.10) 1. Movimiento primario: la respiración del espacio, el movimiento del propio espacio.
12:4.9 (133.11) 2. Movimiento secundario: los vaivenes direccionales alternativos de los sucesivos niveles de espacio.
12:4.10 (133.12) 3. Movimientos relativos: relativos en el sentido de que no se evalúan tomando el Paraíso como punto base. Los movimientos primarios y secundarios son absolutos, son movimiento en relación con el Paraíso inmóvil.
12:4.11 (133.13) 4. Movimiento compensatorio o correlativo: diseñado para coordinar todos los demás movimientos.
12:4.12 (134.1) La relación presente de vuestro sol con sus planetas asociados, al tiempo que desvela muchos de los movimientos relativos y absolutos existentes en el espacio, tiende a dar a los observadores astronómicos la impresión de que estáis relativamente estacionarios en el espacio; en cambio parece que los cúmulos y las corrientes de estrellas de los alrededores están volando hacia fuera a velocidades crecientes a medida que vuestros cálculos avanzan hacia fuera en el espacio. Pero ese no es el caso. No os habéis dado cuenta de que las creaciones físicas de todo el espacio permeado se están expandiendo uniformemente hacia fuera. Vuestra propia creación local (Nebadon) participa en este movimiento de expansión universal hacia afuera. La totalidad de los siete superuniversos participa, junto con las regiones exteriores del universo maestro, en los ciclos de dos mil millones de años de respiración del espacio.
12:4.13 (134.2) Cuando los universos se expanden y contraen, las masas materiales del espacio permeado se mueven alternativamente en contra y a favor del arrastre de la gravedad del Paraíso. El trabajo generado al mover la masa de la energía material de la creación, es trabajo de espacio, pero no trabajo de energía-poder.
12:4.14 (134.3) Aunque vuestras estimaciones espectroscópicas de las velocidades astronómicas son bastante fiables cuando se aplican a los dominios estelares que pertenecen a vuestro superuniverso y a sus superuniversos relacionados, dichos cálculos carecen totalmente de fiabilidad cuando se refieren a los dominios del espacio exterior. Las líneas espectrales se desplazan desde el normal hacia el violeta en una estrella en aproximación y hacia el rojo en una estrella en recesión. Se interponen muchas influencias que hacen parecer que la velocidad de recesión de los universos del exterior aumenta al ritmo de más de ciento sesenta kilómetros por segundo por cada millón de años luz de aumento de la distancia. Mediante este método de cálculo, y tras el perfeccionamiento de telescopios más potentes, parecerá que esos remotos sistemas están huyendo de esta parte del universo al increíble ritmo de más de cuarenta y ocho mil kilómetros por segundo. Pero esta aparente velocidad de recesión no es real; es el resultado de numerosos factores de error, que incluyen ángulos de observación y otras distorsiones del espacio-tiempo.
12:4.15 (134.4) Pero la mayor de todas estas distorsiones se debe a que los vastos universos del espacio exterior parecen estar girando en dirección opuesta a la del gran universo en los ámbitos próximos a los dominios de los siete superuniversos. Es decir, esas miríadas de nebulosas y sus soles y esferas acompañantes están en el momento presente girando alrededor de la creación central en el sentido de las agujas del reloj. Los siete superuniversos giran alrededor del Paraíso en sentido contrario a las agujas del reloj. Da la impresión de que el segundo universo exterior de galaxias, al igual que los siete superuniversos, gira alrededor del Paraíso en sentido contrario a las agujas del reloj. Y los observadores astronómicos de Uversa creen que han detectado pruebas de movimientos de revolución en un tercer cinturón exterior del espacio remoto que están empezando a mostrar tendencias direccionales en el sentido de las agujas del reloj.
12:4.16 (134.5) Es probable que estas direcciones alternas de las sucesivas procesiones de los universos en el espacio tengan algo que ver con la técnica de la gravedad interior del universo maestro del Absoluto Universal, que consiste en una coordinación de fuerzas y una igualación de las tensiones del espacio. El movimiento, como el espacio, es un complemento o equilibrador de la gravedad.
12:5.1 (134.6) Igual que el espacio, el tiempo es un otorgamiento del Paraíso, pero no en el mismo sentido sino solo indirectamente. El tiempo llega en virtud del movimiento y porque la mente es inherentemente consciente de la secuencialidad. Desde un punto de vista práctico, el movimiento es esencial para el tiempo, pero no hay ninguna unidad de tiempo universal basada en el movimiento excepto en la medida en que el día estándar del Paraíso-Havona se reconoce arbitrariamente como tal. El carácter total de la respiración del espacio destruye su valor local como fuente del tiempo.
12:5.2 (135.1) El espacio no es infinito aunque tenga su origen en el Paraíso; ni tampoco absoluto, por estar permeado por el Absoluto No Cualificado. No conocemos los límites absolutos del espacio, pero sí sabemos que el absoluto del tiempo es la eternidad.
12:5.3 (135.2) El tiempo y el espacio solo son inseparables en las creaciones del espacio-tiempo, los siete superuniversos. El espacio no temporal (espacio sin tiempo) existe teóricamente, pero el único lugar verdaderamente no temporal es el área del Paraíso. El tiempo no espacial (tiempo sin espacio) existe en la mente del nivel de función del Paraíso.
12:5.4 (135.3) Las zonas relativamente inmóviles de espacio intermedio que inciden en el Paraíso y que separan el espacio permeado del no permeado son las zonas de transición del tiempo a la eternidad. De ahí la necesidad de que los peregrinos que van al Paraíso pierdan la consciencia durante este tránsito cuando ha de culminar en la ciudadanía del Paraíso. Los visitantes conscientes del tiempo pueden ir al Paraíso sin este sueño, pero siguen siendo criaturas del tiempo.
12:5.5 (135.4) Sin movimiento en el espacio no hay relaciones con el tiempo, pero sí consciencia del tiempo. La secuencialidad puede crear consciencia del tiempo incluso en ausencia de movimiento. La mente del hombre está menos confinada al tiempo que al espacio debido a la naturaleza inherente de la mente. Incluso durante los días de la vida terrestre en la carne, aunque la mente del hombre está rígidamente confinada al espacio, la imaginación creativa humana está relativamente libre del tiempo. Pero el tiempo mismo no es genéticamente una cualidad de la mente.
12:5.6 (135.5) Hay tres niveles diferentes de conocimiento del tiempo:
12:5.7 (135.6) 1. Tiempo percibido por la mente: consciencia de la secuencia, del movimiento y del sentido de la duración.
12:5.8 (135.7) 2. Tiempo percibido por el espíritu: comprensión profunda del movimiento hacia Dios y toma de consciencia del movimiento de ascensión a niveles de divinidad creciente.
12:5.9 (135.8) 3. La personalidad crea un sentido único del tiempo a partir de una visión interior de la Realidad unida a la consciencia tanto del estar presente en ella como de su duración.
12:5.10 (135.9) Los animales, al no ser espirituales, solo conocen el pasado y viven en el presente. El hombre habitado por el espíritu tiene poderes de presciencia (visión interior), puede visualizar el futuro. Solo las actitudes orientadas hacia delante y de progreso son reales personalmente. La ética estática y la moral tradicional solo superan por poco la animalidad. Tampoco el estoicismo supone un alto grado de autorrealización. La ética y la moral se hacen verdaderamente humanas cuando son dinámicas y progresivas, sensibles a la realidad del universo.
12:5.11 (135.10) La personalidad humana no es simplemente un fenómeno concomitante con los acontecimientos del tiempo y el espacio sino que puede actuar también como causa cósmica de dichos acontecimientos.
12:6.1 (135.11) El universo es no estático. La estabilidad no es resultado de la inercia sino más bien producto de energías equilibradas, de mentes cooperativas, de morontias coordinadas, de sobrecontrol espiritual y de unificación de la personalidad. La estabilidad es, totalmente y siempre, proporcional a la divinidad.
12:6.2 (135.12) El Padre Universal ejerce la prioridad y la primacía en el control físico del universo maestro a través de la Isla del Paraíso. Dios es absoluto en la administración espiritual del cosmos en la persona del Hijo Eterno. El Padre y el Hijo actúan coordinadamente en el Actor Conjunto en lo que concierne a los dominios de la mente.
12:6.3 (136.1) La Tercera Fuente y Centro contribuye al mantenimiento del equilibrio y a la coordinación de las energías y las organizaciones físicas y espirituales combinadas, y lo hace mediante la absolutidad de su control de la mente cósmica y mediante el ejercicio de sus complementos inherentes y universales de la gravedad física y espiritual. Donde y cuandoquiera que se establece un enlace entre lo material y lo espiritual, ese fenómeno de mente es un acto del Espíritu Infinito. Solo la mente puede interasociar las fuerzas y energías físicas del nivel material con los seres y poderes espirituales del nivel de espíritu.
12:6.4 (136.2) Siempre que contempléis los fenómenos universales, aseguraos de tomar en consideración la interrelación de las energías físicas, intelectuales y espirituales, y de tener debidamente en cuenta los fenómenos inesperados que conlleva su unificación por la personalidad así como los fenómenos imprevisibles que resultan de las acciones y reacciones de la Deidad experiencial y de los Absolutos.
12:6.5 (136.3) El universo solo es muy previsible en sentido cuantitativo o de medición de la gravedad. Ni siquiera las fuerzas físicas primarias responden a la gravedad lineal, ni tampoco lo hacen los significados más altos de la mente ni los verdaderos valores de espíritu de las realidades últimas del universo. En sentido cualitativo el universo no es muy previsible en lo que se refiere a nuevas asociaciones de fuerzas, ya sean físicas, mentales o espirituales, aunque muchas de esas combinaciones de fuerzas o energías se vuelven parcialmente previsibles cuando son sometidas a observación crítica. Cuando la personalidad de la criatura unifica la materia, la mente y el espíritu, no somos capaces de predecir por completo las decisiones de ese ser de libre albedrío.
12:6.6 (136.4) Todas las fases de fuerza primordial, de espíritu naciente y de otros últimos no personales parecen reaccionar conforme a ciertas leyes relativamente estables pero desconocidas. Dichas fases se caracterizan por una laxitud de actuación y una flexibilidad de respuesta a menudo desconcertantes cuando se observan en los fenómenos de una situación circunscrita y aislada. ¿Cuál es la explicación de esta imprevisible libertad de reacción desvelada por estas actualidades emergentes del universo? Estos imprevisibles desconocidos e insondables —ya conciernan al comportamiento de una unidad primordial de fuerza, a la reacción de un nivel no identificado de mente o al fenómeno de un vasto preuniverso en formación en los dominios del espacio exterior— desvelan probablemente las actividades del Último y las presencias y actuaciones de los Absolutos, que anteceden a la función de todos los Creadores universales.
12:6.7 (136.5) No lo sabemos realmente, pero suponemos que una variedad tan sorprendente de reacciones y una coordinación tan profunda significan la presencia y la actuación de los Absolutos, y que tal diversidad de respuestas frente a una causalidad aparentemente uniforme desvela la reacción de los Absolutos, no solo a la causalidad inmediata y situacional, sino también a todas las demás causalidades relacionadas en todo el universo maestro.
12:6.8 (136.6) Los individuos tienen sus guardianas del destino. Cada uno de los planetas, sistemas, constelaciones, universos y superuniversos tienen sus respectivos regidores que trabajan por el bien de sus dominios. Havona e incluso el gran universo están cuidados por aquellos a quienes se ha encomendado tan altas responsabilidades. Pero ¿quién fomenta al universo maestro en su conjunto y atiende sus necesidades fundamentales desde el Paraíso hasta el cuarto y más exterior de los niveles de espacio? Desde el punto de vista existencial ese cuidado se puede atribuir probablemente a la Trinidad del Paraíso, pero desde un punto de vista experiencial la aparición de los universos posteriores a Havona depende de:
12:6.9 (136.7) 1. Los Absolutos en potencial.
12:6.10 (136.8) 2. El Último en dirección.
12:6.11 (137.1) 3. El Supremo en coordinación evolutiva.
12:6.12 (137.2) 4. Los Arquitectos del Universo Maestro en la administración previa a la aparición de regidores específicos.
12:6.13 (137.3) El Absoluto No Cualificado permea todo el espacio. No tenemos totalmente claro el estatus exacto del Absoluto de Deidad y del Absoluto Universal, pero sabemos que este último actúa dondequiera que actúen el Absoluto de Deidad y el Absoluto No Cualificado. El Absoluto de Deidad puede estar presente universalmente, pero difícilmente presente en el espacio. El Último está, o estará alguna vez, presente en el espacio hasta las fronteras exteriores del cuarto nivel de espacio. Dudamos de que el Último tenga jamás una presencia en el espacio más allá de la periferia del universo maestro, pero dentro de esos límites el Último está integrando progresivamente la organización creativa de los potenciales de los tres Absolutos.
12:7.1 (137.4) En todo tiempo y espacio y con respecto a toda realidad de cualquier naturaleza, está en vigor una ley inexorable e impersonal que equivale a la actuación de una providencia cósmica. La misericordia caracteriza la actitud de amor de Dios por el individuo; la imparcialidad motiva la actitud de Dios hacia la totalidad. La voluntad de Dios no prevalece necesariamente en la parte —en el corazón de una personalidad determinada— pero su voluntad rige de hecho el todo, el universo de universos.
12:7.2 (137.5) Es cierto que las leyes de Dios, en todas sus relaciones con todos sus seres, no son arbitrarias de modo inherente. Para vosotros, con vuestra visión limitada y vuestro punto de vista finito, los actos de Dios deben parecer a menudo dictatoriales y arbitrarios. Las leyes de Dios son simplemente los hábitos de Dios, su modo de hacer las cosas repetidamente. Y él hace siempre bien todas las cosas. Observáis que Dios hace la misma cosa de la misma manera, repetidamente, solo porque es la mejor manera de hacer esa cosa concreta en una circunstancia dada. Y la mejor manera es la manera correcta, y por lo tanto, la sabiduría infinita ordena siempre que se haga de esa manera precisa y perfecta. Debéis recordar también que la naturaleza no es el acto exclusivo de la Deidad; hay presentes otras influencias en esos fenómenos que el hombre llama naturaleza.
12:7.3 (137.6) Repugna a la naturaleza divina sufrir cualquier tipo de deterioro o incluso permitir la ejecución de un acto puramente personal de una manera inferior. Debe quedar claro, sin embargo, que si en la divinidad de cualquier situación, en la extremidad de cualquier circunstancia, en cualquier caso donde el curso de la sabiduría suprema pudiera plantear la exigencia de una conducta diferente, si en ese caso las exigencias de la perfección dictaran por cualquier razón otro método de reacción que fuera mejor, en ese momento y lugar el Dios omnisciente obraría de esa manera mejor y más adecuada. Y ello sería la expresión de una ley más alta, no la revocación de una ley más baja.
12:7.4 (137.7) Dios no es un esclavo atado por los hábitos a la cronicidad de la repetición de sus propios actos voluntarios. No hay conflicto entre las leyes del Infinito. Todas ellas son perfeccionamientos de la naturaleza infalible, todas ellas son actos incuestionables que expresan decisiones impecables. La ley es la reacción inalterable de una mente infinita, perfecta y divina. Los actos de Dios son todos volitivos a pesar de esta aparente uniformidad. En Dios «no hay variabilidad ni sombra de cambio». Pero todo esto que puede decirse con verdad del Padre Universal no se puede decir con igual certeza de todas sus inteligencias de menor rango ni de todas sus criaturas evolutivas.
12:7.5 (137.8) Puesto que Dios es inmutable podéis contar con que hará lo mismo y de la misma manera idéntica y ordinaria en todas las circunstancias ordinarias. Dios es la garantía de estabilidad para todas las cosas y seres creados. Él es Dios y por lo tanto no cambia.
12:7.6 (138.1) Esta conducta constante y esta acción uniforme es siempre personal, consciente y muy volitiva, pues el gran Dios no es el esclavo indefenso de su propia perfección e infinitud. Dios no es una fuerza automática autoactuante; no es un poder atado servilmente a la ley. Dios no es ni una ecuación matemática ni una fórmula química. Es una personalidad primordial y con libre albedrío. Es el Padre Universal, un ser sobrecargado de personalidad y la fuente universal de toda personalidad de criatura.
12:7.7 (138.2) La voluntad de Dios no prevalece uniformemente en el corazón del mortal material que busca a Dios, pero si el marco temporal se amplía más allá del momento hasta abarcar la totalidad de la primera vida, la voluntad de Dios se hace cada vez más perceptible en los frutos del espíritu que rinden las vidas de los hijos de Dios guiados por el espíritu. Y luego, si la vida humana se amplía aún más hasta incluir la experiencia en la morontia, se observa que la voluntad divina reluce cada vez con más brillo en los actos de espiritualización de esas criaturas del tiempo que han comenzado a saborear las delicias divinas propias de la relación de la personalidad del hombre con la personalidad del Padre Universal.
12:7.8 (138.3) La paternidad de Dios y la hermandad del hombre presentan la paradoja de la parte y el todo en el nivel de la personalidad. Dios ama a cada individuo como a un hijo individual de la familia celestial. Sin embargo, Dios ama así a todos los individuos. No hace acepción de personas, y la universalidad de su amor hace nacer una relación del todo, la hermandad universal.
12:7.9 (138.4) El amor del Padre individualiza a cada personalidad de modo absoluto como hijo único del Padre Universal, un hijo sin duplicado en la infinitud, una criatura con voluntad que es insustituible en toda la eternidad. El amor del Padre glorifica a cada hijo de Dios iluminando a cada miembro de la familia celestial, perfilando nítidamente la naturaleza única de cada ser personal frente a los niveles impersonales que están fuera del círculo fraterno del Padre de todos. El amor de Dios retrata de forma asombrosa el valor trascendente de cada criatura con voluntad y revela inequívocamente el alto valor que el Padre Universal ha puesto en todos y cada uno de sus hijos, desde la más alta personalidad creadora con estatus paradisiaco hasta la personalidad más baja con dignidad volitiva de entre las tribus salvajes de los hombres de los albores de la especie humana en algún mundo evolutivo del tiempo y el espacio.
12:7.10 (138.5) Este mismo amor de Dios por el individuo trae a la existencia la familia divina de todos los individuos, la hermandad universal de los hijos de libre albedrío del Padre del Paraíso. Y esta hermandad, al ser universal, es una relación del todo. La hermandad, cuando es universal, no desvela la relación de cada uno, sino la relación de todos. La hermandad es una realidad del total y por lo tanto desvela cualidades del todo en contraposición a las cualidades de la parte.
12:7.11 (138.6) La hermandad constituye un fenómeno de relación entre todas las personalidades que tienen existencia universal. Ninguna persona puede escapar de los beneficios ni de las sanciones que puedan sobrevenirle como resultado de una relación con otras personas. La parte disfruta o padece en la misma medida que el todo. El buen esfuerzo de cada hombre beneficia a todos los hombres; el error o el mal de cada hombre aumenta las tribulaciones de todos los hombres. Según se mueve la parte, así se mueve el todo. Según progresa el todo, así progresa la parte. Las velocidades relativas de la parte y del todo determinan si la parte es retardada por la inercia del todo o si es conducida hacia adelante por el impulso de la hermandad cósmica.
12:7.12 (139.1) Es un misterio que Dios sea un ser sumamente personal y autoconsciente con sede residencial y al mismo tiempo esté presente personalmente en un universo tan vasto y en contacto personal con un número de seres casi infinito. El hecho de que tal fenómeno sea un misterio que trasciende la comprensión humana no debe disminuir en lo más mínimo vuestra fe. No permitáis que la grandeza de la infinitud, la inmensidad de la eternidad ni la grandiosidad y la gloria del carácter incomparable de Dios os intimiden, os turben ni os desanimen, pues el Padre no está muy lejos de ninguno de vosotros. Él mora dentro de vosotros, y en él todos nos movemos literalmente, vivimos de hecho y tenemos verdaderamente nuestro ser.
12:7.13 (139.2) Aunque el Padre del Paraíso obra a través de sus creadores divinos y de sus hijos criatura, disfruta también del más íntimo contacto interior con vosotros, un contacto tan sublime, tan sumamente personal que está incluso más allá de mi comprensión. Es esa misteriosa comunión del fragmento del Padre con el alma humana y con la mente del mortal en cuyo interior mora realmente. Sabiendo lo que sabéis de estos dones de Dios, sabéis por lo tanto que el Padre está en contacto íntimo, no solo con sus compañeros divinos, sino también con sus hijos mortales evolutivos del tiempo. El Padre reside ciertamente en el Paraíso, pero su divina presencia mora también en la mente de los hombres.
12:7.14 (139.3) Aun cuando el espíritu de un Hijo se haya derramado sobre toda carne, aun cuando un Hijo haya morado una vez entre vosotros a semejanza de carne mortal, aunque las serafines os guarden y guíen personalmente, ¿cómo puede ninguno de estos seres divinos del Segundo y el Tercer Centro esperar jamás acercarse tanto a vosotros o entenderos tan plenamente como el Padre, que ha dado una parte de sí mismo para que esté en vosotros, para que sea vuestro yo real y divino, incluso vuestro yo eterno?
12:8.1 (139.4) «Dios es espíritu», pero el Paraíso no lo es. El universo material es siempre la arena donde tienen lugar todas las actividades espirituales. Los seres de espíritu y los ascendentes de espíritu viven y trabajan en esferas físicas de realidad material.
12:8.2 (139.5) El otorgamiento de fuerza cósmica, el ámbito de la gravedad cósmica es función de la Isla del Paraíso. Toda la energía-fuerza original procede del Paraíso, y la materia para la formación de universos incalculables circula ahora por todo el universo maestro en forma de una presencia de supergravedad que constituye la carga de fuerza del espacio permeado.
12:8.3 (139.6) Sean cuales fueren las transformaciones de la fuerza en los universos de la periferia, una vez que ha salido del Paraíso viaja sujeta a la atracción sin fin, permanente e infalible, de la Isla eterna y va girando por siempre de modo inherente y obediente por las sendas eternas del espacio de los universos. La energía física es la única realidad que es fiel y constante en su obediencia a la ley universal. Solo en el ámbito de la volición de las criaturas ha habido desviaciones de las sendas divinas y de los planes originales. El poder y la energía son las pruebas universales de la estabilidad, la constancia y la eternidad de la Isla central del Paraíso.
12:8.4 (139.7) El otorgamiento del espíritu y la espiritualización de las personalidades, el ámbito de la gravedad espiritual, es el campo del Hijo Eterno. Y esta gravedad de espíritu del Hijo, que atrae constantemente hacia sí todas las realidades espirituales, es tan real y absoluta como lo es la atracción material todopoderosa de la Isla del Paraíso. Pero el hombre de mentalidad material está naturalmente mucho más familiarizado con las manifestaciones materiales de naturaleza física que con las operaciones igualmente reales y poderosas de naturaleza espiritual que solo la visión interior espiritual del alma puede percibir.
12:8.5 (140.1) A medida que la mente de cualquier personalidad del universo se hace más espiritual —más semejante a Dios— se hace menos sensible a la gravedad material. La realidad medida por su respuesta a la gravedad física es la antítesis de la realidad determinada por la calidad de su contenido de espíritu. La acción físico-gravitatoria es un determinante cuantitativo de la energía que no es de espíritu; la acción espiritual-gravitatoria es la medida cualitativa de la energía viva de la divinidad.
12:8.6 (140.2) Lo que el Paraíso es para la creación física y lo que el Hijo Eterno es para el universo espiritual es el Actor Conjunto para los campos de la mente: el universo inteligente de seres y personalidades materiales, morontiales y espirituales.
12:8.7 (140.3) El Actor Conjunto reacciona tanto a las realidades materiales como a las espirituales y por eso se convierte inherentemente en el ministrador universal de todos los seres inteligentes, seres que pueden representar una unión de ambas fases, la material y la espiritual, de la creación. La dotación de inteligencia, el ministerio para lo material y lo espiritual dentro del fenómeno de la mente, es ámbito exclusivo del Actor Conjunto, que se convierte así en el compañero de la mente espiritual, la esencia de la mente de la morontia y la sustancia de la mente material de las criaturas evolutivas del tiempo.
12:8.8 (140.4) La mente es la técnica por medio de la cual las realidades de espíritu se vuelven experienciales para las personalidades criatura. Y en último término, las posibilidades unificadoras de la propia mente humana, la capacidad para coordinar las cosas, las ideas y los valores, son supramateriales.
12:8.9 (140.5) Aunque apenas sea posible para la mente mortal comprender los siete niveles de realidad cósmica relativa, el intelecto humano debería ser capaz de captar gran parte del significado de tres niveles de funcionamiento de la realidad finita:
12:8.10 (140.6) 1. La materia. Energía organizada que está sujeta a la gravedad lineal excepto en cuanto es modificada por el movimiento y condicionada por la mente.
12:8.11 (140.7) 2. La mente. Consciencia organizada que no está totalmente sujeta a la gravedad material y que se libera verdaderamente cuando es modificada por el espíritu.
12:8.12 (140.8) 3. El espíritu. La realidad personal más alta. El verdadero espíritu no está sujeto a la gravedad física, pero se convierte a la larga en la influencia motivadora de todos los sistemas de energía en evolución y que poseen dignidad de personalidad.
12:8.13 (140.9) La meta de la existencia de todas las personalidades es el espíritu. Las manifestaciones materiales son relativas, y la mente cósmica se interpone entre estos opuestos universales. El otorgamiento de mente y la ministración de espíritu son obra de las personas asociadas de la Deidad, el Espíritu Infinito y el Hijo Eterno. La realidad total de la Deidad no es mente sino mente-espíritu: espíritu-mente unificado por la personalidad. No obstante, los absolutos tanto del espíritu como de la cosa convergen en la persona del Padre Universal.
12:8.14 (140.10) En el Paraíso las tres energías, física, mental y espiritual, tienen el mismo rango. En el cosmos evolutivo la materia-energía es dominante excepto en la personalidad, donde el espíritu lucha por el control por mediación de la mente. El espíritu es la realidad fundamental de la experiencia de la personalidad de todas las criaturas porque Dios es espíritu. El espíritu es inalterable, y por eso en todas las relaciones de personalidad trasciende tanto a la mente como a la materia, que son variables experienciales de logro progresivo.
12:8.15 (140.11) En la evolución cósmica la materia se convierte en una sombra filosófica proyectada por la mente en presencia de la luminosidad de espíritu del esclarecimiento divino, pero esto no invalida la realidad de la energía-materia. La mente, la materia y el espíritu son igualmente reales, pero no son de igual valor para la personalidad en el logro de la divinidad. La consciencia de la divinidad es una experiencia espiritual progresiva.
12:8.16 (141.1) Cuanto más brillante sea el resplandor de la personalidad espiritualizada (el Padre en el universo, el fragmento de la personalidad de espíritu potencial en la criatura individual), mayor será la sombra que proyecta la mente interpuesta sobre su vestidura material. En el tiempo el cuerpo del hombre es tan real como su mente o como su espíritu, pero en la muerte tanto la mente (la identidad) como el espíritu sobreviven mientras que el cuerpo, no. Una realidad cósmica puede no existir en la experiencia de la personalidad. Y así, vuestra figura retórica griega —lo material como sombra de la sustancia espiritual más real— tiene relevancia filosófica.
12:9.1 (141.2) El espíritu es la realidad personal básica en los universos, y la personalidad es básica para toda experiencia progresiva con la realidad espiritual. En cada nivel sucesivo de progresión en el universo, cada fase de la experiencia de la personalidad está repleta de indicios que llevan a descubrir realidades personales seductoras. El verdadero destino del hombre consiste en crear nuevas metas de espíritu y luego responder a las seducciones cósmicas de esas metas elevadas de valor no material.
12:9.2 (141.3) El amor es el secreto de las asociaciones beneficiosas entre personalidades. No se puede conocer realmente a una persona como resultado de un solo contacto. No se puede apreciar la música a través de la deducción matemática, aunque la música sea una forma de ritmo matemático. El número asignado a un abonado telefónico no identifica en modo alguno la personalidad de ese abonado ni indica nada sobre su carácter.
12:9.3 (141.4) La matemática, la ciencia material, es indispensable para abordar inteligentemente los aspectos materiales del universo, pero dicho conocimiento no implica necesariamente una mayor comprensión de la verdad ni una apreciación personal de las realidades espirituales. No solo en los ámbitos de la vida, sino también en el mundo de la energía física, la suma de dos o más cosas representa muchas veces algo más que las consecuencias aditivas predecibles de tales uniones, o algo diferente. Toda la ciencia de las matemáticas, el dominio completo de la filosofía, la física y la química más avanzadas no podrían predecir ni saber que la unión de dos átomos gaseosos de hidrógeno con un átomo gaseoso de oxígeno daría lugar a una sustancia nueva y cualitativamente superaditiva: el agua líquida. La simple constatación de este fenómeno físico-químico debería haber bastado para impedir el desarrollo de la filosofía materialista y de la cosmología mecanicista.
12:9.4 (141.5) El análisis técnico no revela lo que una persona o una cosa pueden hacer. Por ejemplo, el agua se usa para extinguir eficazmente el fuego. Que el agua apaga el fuego es un hecho de la experiencia cotidiana, pero no podría hacerse nunca ningún análisis del agua que desvelara esta propiedad. El análisis determina que el agua se compone de hidrógeno y oxígeno; un estudio más a fondo de estos elementos revela que el oxígeno es el soporte real de la combustión y que el mismo hidrógeno arde libremente.
12:9.5 (141.6) Vuestra religión se está convirtiendo en real porque está emergiendo de la esclavitud del miedo y del cautiverio de la superstición. Vuestra filosofía lucha por emanciparse del dogma y de la tradición. Vuestra ciencia está inmersa en una contienda multisecular entre la verdad y el error mientras combate por liberarse del cautiverio de la abstracción, de la esclavitud de las matemáticas y de la ceguera relativa del materialismo mecanicista.
12:9.6 (142.1) El hombre mortal tiene un núcleo de espíritu. La mente es un sistema de energía personal que existe alrededor de un núcleo divino de espíritu y que funciona en un entorno material. Esta relación viva de mente personal y espíritu personal constituye el potencial en el universo de una personalidad eterna. Los verdaderos problemas, las desilusiones duraderas, las derrotas importantes o la muerte inevitable solo pueden llegar después de que los conceptos de uno mismo se hayan atrevido a desalojar totalmente el poder de gobierno del núcleo central de espíritu, trastocando así el plan cósmico de identidad de la personalidad.
12:9.7 (142.2) [Presentado por un Perfeccionador de la Sabiduría que actúa por la autoridad de los Ancianos de los Días.]
El libro de Urantia
Documento 13
13:0.1 (143.1) ENTRE la Isla central del Paraíso y el más interior de los circuitos planetarios de Havona hay situados en el espacio tres circuitos menores de esferas especiales. El circuito más interior consta de las siete esferas secretas del Padre Universal. El segundo grupo está compuesto por los siete mundos luminosos del Hijo Eterno. En el más exterior están las siete inmensas esferas del Espíritu Infinito, los mundos que constituyen la sede ejecutiva de los siete Espíritus Maestros.
13:0.2 (143.2) Estos tres circuitos de siete mundos del Padre, del Hijo y del Espíritu son esferas de grandiosidad insuperable y de gloria inimaginable. Incluso su construcción física o material es de un orden que no os ha sido revelado. Cada circuito es diverso en lo material y cada mundo de cada circuito es diferente excepto los siete mundos del Hijo, que son iguales en constitución física. Los veintiuno son esferas enormes, y cada grupo de siete es eternizado de diferente manera. Que nosotros sepamos, siempre han sido; son eternas como el Paraíso. No existen ni registros ni tradiciones sobre su origen.
13:0.3 (143.3) Las siete esferas secretas del Padre Universal, al circular en torno al Paraíso muy próximas a la Isla eterna, reflejan intensamente la luminosidad espiritual del brillo central de las Deidades eternas y derraman esa luz de gloria divina por todo el Paraíso e incluso sobre los siete circuitos de Havona.
13:0.4 (143.4) En los siete mundos sagrados del Hijo Eterno parecen tener su origen las energías impersonales de la luminosidad de espíritu. Ningún ser personal puede residir en ninguno de estos siete dominios resplandecientes. Iluminan todo el Paraíso y Havona con gloria espiritual y envían luminosidad pura de espíritu hacia los siete superuniversos. Estas esferas brillantes del segundo circuito emiten igualmente su luz (luz sin calor) hacia el Paraíso y hacia los mil millones de mundos del universo central de siete circuitos.
13:0.5 (143.5) Los siete mundos del Espíritu Infinito están ocupados por los siete Espíritus Maestros, que presiden los destinos de los siete superuniversos y envían la iluminación espiritual de la Tercera Persona de la Deidad a esas creaciones del tiempo y el espacio. Todo Havona, pero no la Isla del Paraíso, está bañado por estas influencias espiritualizantes.
13:0.6 (143.6) Aunque los mundos del Padre son esferas de estatus último para todas las personalidades dotadas por el Padre, esta no es su función exclusiva. Muchos seres y entidades distintos de los personales pasan por esos mundos. Cada mundo del circuito del Padre y del circuito del Espíritu tiene un tipo distinto de ciudadanía permanente, pero creemos que los mundos del Hijo están habitados por tipos uniformes de seres distintos a los personales. Hay fragmentos del Padre entre los nativos de Divinington. Los demás órdenes de ciudadanía permanente no os son revelados.
13:0.7 (143.7) Los veintiún satélites del Paraíso sirven para muchos propósitos no desvelados en estas narraciones, tanto en el universo central como en los superuniversos. Sois capaces de comprender tan poco sobre la vida de esas esferas que no podéis esperar adquirir una visión ni aproximadamente coherente de su naturaleza ni de su función. Allí están ocurriendo miles de actividades que no os son reveladas. Esas veintiuna esferas abarcan los potenciales de la función del universo maestro. Estos documentos solo permiten entrever fugazmente ciertas actividades circunscritas pertenecientes a la presente edad como universo del gran universo o, mejor dicho, de uno de los siete sectores del gran universo.
13:1.1 (144.1) El circuito de esferas de vida sagrada del Padre contiene los únicos secretos intrínsecos de la personalidad del universo de universos. Estos satélites del Paraíso, que forman el más interior de los tres circuitos, son los únicos dominios prohibidos del universo central que están relacionados con la personalidad. El Paraíso bajo y los mundos del Hijo también están cerrados a las personalidades, pero ninguno de estos ámbitos tienen ningún tipo de relación directa con la personalidad.
13:1.2 (144.2) Los mundos paradisiacos del Padre están dirigidos por el orden más alto de Hijos Estacionarios de la Trinidad, los Secretos Trinizados de la Supremacía. Poco puedo decir de estos mundos y menos aun de sus múltiples actividades. Tal información concierne solo a los seres que actúan en ellos y que parten de ellos. Y aunque estoy algo familiarizado con seis de esos mundos especiales, nunca he aterrizado en Divinington. Ese mundo me está totalmente prohibido.
13:1.3 (144.3) Una de las razones del secreto de estos mundos es que cada una de estas esferas sagradas disfruta de una representación especializada, o manifestación, de las Deidades que componen la Trinidad del Paraíso. No se trata de una personalidad, sino de una presencia única de la Divinidad que solo pueden apreciar y comprender los grupos particulares de inteligencias que residen o que pueden ser admitidos en esa esfera concreta. Los Secretos Trinizados de la Supremacía son los agentes personales de estas presencias especializadas e impersonales de la Divinidad. Y los Secretos de la Supremacía son seres sumamente personales, espléndidamente dotados y maravillosamente adaptados a su elevada y exigente tarea.
13:1.4 (144.4) 1. DIVININGTON. Este mundo es, en un sentido único, el «seno del Padre», la esfera de comunión personal del Padre Universal, y hay en él una manifestación especial de su divinidad. Divinington es el punto paradisiaco de reunión de los Ajustadores del Pensamiento, pero es también el hogar de muchas otras entidades, personalidades y otros seres que tienen su origen en el Padre Universal. Muchas personalidades además del Hijo Eterno proceden directamente de actuaciones en solitario del Padre Universal. Solo los fragmentos del Padre y las personalidades y seres que proceden directa y exclusivamente del Padre Universal fraternizan y actúan en esta morada.
13:1.5 (144.5) Los secretos de Divinington incluyen el secreto del otorgamiento y de la misión de los Ajustadores del Pensamiento. Su naturaleza, su origen y la técnica de su contacto con las criaturas humildes de los mundos evolutivos es un secreto de esta esfera paradisiaca. Estas asombrosas operaciones no nos conciernen personalmente a los demás y por eso las Deidades estiman oportuno ocultarnos ciertas características de este gran ministerio divino. Se nos permite tener un conocimiento pleno de dichas operaciones hasta donde entramos en contacto con este aspecto de la actividad divina, pero no estamos plenamente informados sobre los detalles íntimos de este gran otorgamiento.
13:1.6 (145.1) Esta esfera guarda también los secretos de la naturaleza, el propósito y las actividades de todas las demás formas de fragmentos del Padre, de los Mensajeros por Gravedad y de multitud de otros seres que no os son revelados. Es muy probable que si me fueran reveladas esas verdades sobre Divinington que me están vedadas, solo consiguieran confundirme y obstaculizar mi trabajo presente. Además es posible que sobrepasen la capacidad conceptual de los seres de mi orden.
13:1.7 (145.2) 2. SONARINGTON. Esta esfera es el «seno del Hijo», el mundo de recepción personal del Hijo Eterno. Es la sede paradisiaca de los Hijos de Dios descendentes y ascendentes a partir del momento en que son acreditados plenamente y aprobados definitivamente. Este mundo es el hogar paradisiaco de todos los Hijos del Hijo Eterno y de sus Hijos de igual rango y asociados. Hay numerosos órdenes de filiación divina adscritos a esta morada celeste que no han sido revelados a los mortales puesto que no les conciernen los planes del programa de la progresión espiritual humana de ascensión a través de los universos y hacia el Paraíso.
13:1.8 (145.3) Los secretos de Sonarington incluyen el secreto de la encarnación de los Hijos divinos. Que un Hijo de Dios se convierta en Hijo del Hombre, que nazca literalmente de mujer como ocurrió en vuestro mundo hace mil novecientos años, es un misterio universal. Está ocurriendo en todos los universos y es un secreto de Sonarington relativo a la filiación divina. Los Ajustadores son un misterio de Dios Padre. La encarnación de los Hijos divinos es un misterio de Dios Hijo; es un secreto guardado bajo llave en el séptimo sector de Sonarington, un dominio en el que nadie se adentra salvo los que han pasado personalmente por esa experiencia única. Se os han dado a conocer solo los aspectos de la encarnación que atañen a vuestra carrera de ascensión. Hay muchos otros aspectos del misterio de la encarnación de tipos no revelados de Hijos del Paraíso referentes a misiones de servicio en el universo que no os es dado a conocer. Y hay además otros misterios en Sonarington.
13:1.9 (145.4) 3. SPIRITINGTON. Este mundo es el «seno del Espíritu», el hogar paradisiaco de los altos seres que representan exclusivamente al Espíritu Infinito. En él se reúnen los siete Espíritus Maestros y cierta parte de su prole procedente de todos los universos. En esta morada celestial se pueden encontrar también numerosos órdenes no revelados de personalidades de espíritu, seres asignados a las múltiples actividades del universo no vinculadas a los planes de elevación de las criaturas mortales del tiempo a los niveles paradisiacos de la eternidad.
13:1.10 (145.5) Los secretos de Spiritington implican los misterios impenetrables de la reflectividad. Os hablamos del vasto fenómeno universal de la reflectividad y más concretamente tal como opera en los mundos sede de los siete superuniversos, aunque nunca explicamos totalmente este fenómeno porque no lo comprendemos del todo. Es cierto que entendemos una parte muy importante, pero muchos detalles básicos siguen siendo un misterio para nosotros. La reflectividad es un secreto de Dios Espíritu. Se os ha instruido sobre las funciones de la reflectividad en relación con el programa de ascensión de la supervivencia de los mortales y así es como opera, pero la reflectividad es también una característica indispensable del desarrollo normal de muchos otros aspectos de la actividad del universo. Esta dotación del Espíritu Infinito se utiliza también en canales diferentes a los dedicados a reunir datos y diseminar información. Y hay otros secretos de Spiritington.
13:1.11 (145.6) 4. VICEGERINGTON. Este planeta es el «seno del Padre y el Hijo» y es la esfera secreta de ciertos seres no revelados que tienen su origen en los actos del Padre y el Hijo. Es también el hogar paradisiaco de muchos seres glorificados de ascendencia compleja, aquellos cuyo origen se complica a causa de las muchas y diversas técnicas vigentes en los siete superuniversos. En este mundo se reúnen muchos grupos de seres cuya identidad no ha sido revelada a los mortales de Urantia.
13:1.12 (146.1) Los secretos de Vicegerington incluyen los secretos de la trinización, y la trinización es el secreto de la autoridad para representar a la Trinidad, para actuar como lugartenientes de los Dioses. La autoridad para representar a la Trinidad se adscribe solo a aquellos seres, revelados y no revelados, que son trinizados, creados o eternizados por dos miembros cualesquiera de la Trinidad del Paraíso o por los tres, o que han devenido de ellos. Las personalidades traídas a la existencia por los actos de trinización de ciertos tipos de criaturas glorificadas no representan sino el potencial conceptual movilizado en esa trinización, si bien es cierto que esas criaturas pueden ascender por la senda del abrazo de la Deidad abierta a todos los de su clase.
13:1.13 (146.2) Los seres no trinizados no comprenden plenamente la técnica de trinización aplicada por dos o tres Creadores o por ciertas criaturas. Nunca llegaréis a comprender del todo dicho fenómeno a menos que en un futuro remoto de vuestra carrera glorificada intentéis esa aventura y lo logréis, porque en caso contrario esos secretos de Vicegerington os estarán siempre prohibidos. Para mí, que soy un alto ser originado en la Trinidad, todos los sectores de Vicegerington están abiertos. Entiendo plenamente y protejo con la misma sagrada plenitud el secreto de mi origen y destino.
13:1.14 (146.3) Hay además otras formas y fases de trinización que no se han dado a conocer a los pueblos de Urantia, y esas experiencias, en sus aspectos personales, están debidamente protegidas en el sector secreto de Vicegerington.
13:1.15 (146.4) 5. SOLITARINGTON. Este mundo es el «seno del Padre y el Espíritu» y es el punto de reunión de una magnífica multitud de seres no revelados con origen en los actos conjuntos del Padre Universal y el Espíritu Infinito, seres que comparten los rasgos del Padre además de su herencia del Espíritu.
13:1.16 (146.5) Este es también el hogar de los Mensajeros Solitarios y de otras personalidades de los órdenes superangélicos. Conocéis a muy pocos de estos seres, ya que existe un inmenso número de órdenes no revelados en Urantia. El hecho de que estén domiciliados en el quinto mundo no implica necesariamente que el Padre haya tenido nada que ver con la creación de los Mensajeros Solitarios ni de sus compañeros superangélicos, pero en esta edad del universo sí tiene que ver con su función. Durante la presente edad del universo, esta es también la esfera de estatus de los Directores del Poder del Universo.
13:1.17 (146.6) Hay muchos otros órdenes de personalidades de espíritu, seres desconocidos para el hombre mortal, que consideran Solitarington su esfera hogar paradisiaco. Conviene recordar que todas las divisiones y niveles de las actividades del universo están tan ampliamente provistas de ministradores del espíritu como lo está el ámbito dedicado a ayudar al hombre mortal a ascender a su divino destino paradisiaco.
13:1.18 (146.7) Los secretos de Solitarington. Además de ciertos secretos de trinización, este mundo guarda los secretos de la relación personal del Espíritu Infinito con parte de la progenie más alta de la Tercera Fuente y Centro. En Solitarington se guardan los misterios de la vinculación íntima de numerosos órdenes no revelados con los espíritus del Padre, del Hijo y del Espíritu, con el espíritu triple de la Trinidad y con los espíritus del Supremo, del Último y del Supremo-Último.
13:1.19 (146.8) 6. SERAFINGTON. Esta esfera es el «seno del Hijo y el Espíritu» y es el mundo hogar de la enorme multitud de seres no revelados creados por el Hijo y el Espíritu. Es también la esfera de destino de todos los órdenes ministrantes de las huestes angélicas, incluyendo supernafines, seconafines y serafines. También prestan servicio en el universo central y en los periféricos muchos órdenes de espíritus magníficos que no son «espíritus ministrantes para los que serán herederos de la salvación». Todos esos trabajadores de espíritu de todos los niveles y dominios de las actividades universales consideran Serafington como su hogar paradisiaco.
13:1.20 (147.1) Los secretos de Serafington suponen un misterio triple del que solo puedo mencionar un aspecto: el misterio del transporte seráfico. La capacidad de varios órdenes de serafines y otros seres de espíritu similares para envolver dentro de sus formas de espíritu a todos los órdenes de personalidades no materiales y llevarlas en largos viajes interplanetarios es un secreto guardado bajo llave en los sectores sagrados de Serafington. Las serafines de transporte comprenden este misterio, pero no nos lo comunican a los demás. Quizá no puedan. Los demás misterios de Serafington corresponden a las experiencias personales de tipos de servidores de espíritu no revelados aún a los mortales. Nos abstenemos de tratar sobre los secretos de seres tan estrechamente relacionados con vosotros porque podéis casi comprender a estos órdenes de existencia tan cercanos, y entendemos que presentar incluso nuestro conocimiento parcial de estos fenómenos equivaldría a traicionar la confianza.
13:1.21 (147.2) 7. ASCENDINGTON. Este mundo único es «el seno del Padre, el Hijo y el Espíritu», el punto de reunión de las criaturas ascendentes del espacio, la esfera de recepción de los peregrinos del tiempo que pasan por el universo de Havona camino del Paraíso. Ascendington es el hogar paradisiaco propiamente dicho de las almas ascendentes del tiempo y el espacio hasta que alcanzan el estatus paradisiaco. Vosotros los mortales pasaréis la mayor parte de vuestras «vacaciones» de Havona en Ascendington. Durante vuestra vida en Havona, Ascendington será para vosotros lo que fueron los directores de la reversión durante la ascensión en el universo local y en el superuniverso. Allí os dedicaréis a miles de actividades que están más allá del alcance de la imaginación mortal. Y como en todas las etapas anteriores del ascenso hacia Dios, vuestro yo humano entablará nuevas relaciones con vuestro yo divino.
13:1.22 (147.3) Los secretos de Ascendington incluyen el misterio de la formación gradual y cierta en la mente mortal y material de un homólogo espiritual del carácter y de la identidad que es potencialmente inmortal. Este fenómeno constituye uno de los misterios más desconcertantes de los universos: la evolución de un alma inmortal dentro de la mente de una criatura mortal y material.
13:1.23 (147.4) No comprenderéis nunca plenamente esta misteriosa operación hasta que lleguéis a Ascendington, y precisamente por esa razón todo Ascendington se abrirá ante vuestros ojos asombrados. La séptima parte de Ascendington me está prohibida, concretamente el sector relacionado con este secreto que es (o será) posesión y experiencia exclusiva de vuestro tipo de seres. Esta experiencia pertenece a vuestro orden humano de existencia. A mi orden de personalidad no le conciernen directamente tales operaciones. Por eso a mí me está prohibido y a vosotros os será finalmente revelado. Pero incluso después de que se os revele, por alguna razón seguirá siendo siempre vuestro secreto. No lo revelaréis ni a nosotros ni a ningún otro orden de seres. Nosotros tenemos conocimiento de la fusión eterna de un Ajustador divino con un alma inmortal de origen humano, pero los finalitarios ascendentes conocen esta misma experiencia como una realidad absoluta.
13:2.1 (147.5) Esos mundos hogar de los diversos órdenes de seres espirituales son esferas enormes y formidables, iguales al Paraíso en su belleza incomparable y espléndida gloria. Son mundos de encuentro, esferas de reunión, que sirven como direcciones cósmicas permanentes. Como finalitarios estaréis domiciliados en el Paraíso, pero Ascendington será en todo momento la dirección de vuestro hogar, incluso cuando os incorporéis al servicio en el espacio exterior. Durante toda la eternidad consideraréis Ascendington como el hogar de vuestros recuerdos sentimentales y vuestras memorias evocativas. Cuando os convirtáis en seres de espíritu de séptima etapa es posible que renunciéis a vuestro estatus residencial en el Paraíso.
13:2.2 (148.1) Si hay universos exteriores en formación, si han de ser habitados por criaturas del tiempo con potencial de ascensión, inferimos que esos hijos del futuro estarán destinados también a considerar Ascendington como su mundo hogar paradisiaco.
13:2.3 (148.2) Ascendington es la única esfera sagrada que estará abierta sin reservas a vuestra inspección al llegar al Paraíso. Vicegerington es la única esfera sagrada que está abierta totalmente y sin reservas a mi escrutinio. Aunque sus secretos conciernen a mi origen, en esta edad del universo no considero Vicegerington como mi hogar. Los seres con origen en la Trinidad no son lo mismo que los seres trinizados.
13:2.4 (148.3) Los seres con origen en la Trinidad no comparten plenamente los mundos del Padre; tienen sus hogares exclusivos en la Isla del Paraíso, muy cerca de la Esfera Santísima. Aparecen a menudo en Ascendington, «el seno del Padre-Hijo-Espíritu», donde fraternizan con sus hermanos que han subido desde los mundos humildes del espacio.
13:2.5 (148.4) Podríais suponer que los Hijos Creadores, al ser de origen Padre-Hijo, considerarían Vicegerington como su hogar, pero ese no es el caso en esta edad del universo bajo la función de Dios Séptuplo. Y hay muchos problemas similares que os dejarán perplejos, pues encontraréis sin duda muchas dificultades cuando intentéis comprender estas cosas que están tan cerca del Paraíso. Tampoco conseguiréis razonar estas cuestiones dado lo poco que sabéis. Y si supierais más sobre los mundos del Padre, simplemente encontraríais más dificultades hasta que no lo supierais todo sobre ellos. El estatus correspondiente a cualquiera de estos mundos secretos se adquiere por servicio así como por naturaleza de origen, y las edades sucesivas del universo pueden redistribuir y redistribuyen algunas de estas agrupaciones de personalidad.
13:2.6 (148.5) Los mundos del circuito interior son realmente mundos fraternales o de estatus más que esferas residenciales propiamente dichas. Los mortales lograrán cierto estatus en cada uno de los mundos del Padre salvo en uno. Por ejemplo, cuando vosotros los mortales llegáis a Havona, se os concede autorización para visitar Ascendington donde sois muy bienvenidos, pero no se os permite visitar los otros seis mundos sagrados. Tras vuestro paso por el régimen del Paraíso y después de vuestra admisión al Cuerpo de la Finalización, se os concede autorización para visitar Sonarington puesto que sois hijos de Dios así como ascendentes; y sois aún más. Pero siempre quedará una séptima parte de Sonarington, el sector de los secretos de las encarnaciones de los Hijos divinos, vedada para vosotros. Esos secretos no serán revelados nunca a los hijos ascendentes de Dios.
13:2.7 (148.6) Finalmente, tendréis acceso total a Ascendington y acceso relativo a las demás esferas del Padre salvo Divinington. Pero incluso cuando, tras haberos convertido en finalitarios, se os conceda autorización para aterrizar en otras cinco esferas secretas, no se os permitirá visitar todos los sectores de esos mundos. Tampoco se os permitirá aterrizar en las orillas de Divinington, el «seno del Padre», aunque seguramente estaréis repetidas veces «a la diestra del Padre». Y nunca en toda la eternidad será necesaria vuestra presencia en el mundo de los Ajustadores del Pensamiento.
13:2.8 (149.1) Esos mundos de encuentro de la vida de espíritu son terreno prohibido hasta el punto de que se nos pide que no busquemos la entrada en las fases de estas esferas que estén totalmente fuera de nuestro ámbito de experiencia. Podéis llegar a ser perfectos como criaturas como el Padre Universal es perfecto en deidad, pero no podéis conocer todos los secretos experienciales de todos los demás órdenes de personalidades del universo. Cuando el Creador tiene un secreto de la personalidad experiencial con su criatura, el Creador conserva ese secreto como confidencia eterna.
13:2.9 (149.2) Suponemos que todos estos secretos son conocidos por el cuerpo colectivo de los Secretos Trinizados de la Supremacía. Estos seres solo son plenamente conocidos por los grupos de sus mundos especiales y son poco comprendidos por otros órdenes. Cuando hayáis alcanzado el Paraíso conoceréis y amaréis ardientemente a los diez Secretos de la Supremacía que dirigen Ascendington. Conseguiréis también entender parcialmente a los Secretos de la Supremacía de los otros mundos del Padre excepto Divinington, aunque no tan perfectamente como entendéis a los de Ascendington.
13:2.10 (149.3) Los Secretos Trinizados de la Supremacía, como sugiere su nombre, están relacionados con el Supremo. Están relacionados igualmente con el Último y con el futuro Supremo-Último. Estos Secretos de la Supremacía son los secretos del Supremo y también los secretos del Último, incluso los secretos del Supremo-Último.
13:3.1 (149.4) Las siete esferas luminosas del Hijo Eterno son los mundos de las siete fases de existencia del espíritu puro. Estos orbes resplandecientes son la fuente de la triple luz del Paraíso y de Havona y su influencia se limita en gran medida, aunque no enteramente, al universo central.
13:3.2 (149.5) La personalidad no está presente en estos satélites del Paraíso, por eso es poco lo que se puede exponer a la personalidad mortal y material sobre estas moradas del espíritu puro. Se nos ha enseñado que estos mundos rebosan vida de los seres del Hijo Eterno y que esa vida es distinta de la personal. Inferimos que esas entidades están siendo agrupadas para ministrar en los nuevos universos del espacio exterior ahora en proyecto. Los filósofos del Paraíso mantienen que cada ciclo paradisiaco, unos dos mil millones de años del tiempo de Urantia, es testigo de la creación de reservas adicionales de estos órdenes en los mundos secretos del Hijo Eterno.
13:3.3 (149.6) Que yo sepa, ninguna personalidad ha estado nunca en ninguna de estas esferas del Hijo Eterno. En toda mi larga experiencia dentro y fuera del Paraíso, nunca he sido asignado a visitar uno de esos mundos. Ni siquiera las personalidades cocreadas por el Hijo Eterno van a esos mundos. Inferimos que en esos hogares del espíritu se admiten espíritus impersonales de todo tipo, sea cual sea su origen. Como yo soy persona y tengo forma de espíritu, un mundo así me parecería sin duda vacío y desierto aunque se me permitiera visitarlo. Las altas personalidades de espíritu no son dadas a satisfacer curiosidades sin objeto ni a aventuras totalmente inútiles. Siempre hay demasiadas aventuras fascinantes y llenas de sentido como para favorecer el interés por proyectos inútiles o irreales.
13:4.1 (149.7) Entre el circuito interior de Havona y las esferas resplandecientes del Hijo Eterno dan vueltas los siete orbes del Espíritu Infinito, mundos habitados por la prole del Espíritu Infinito, por los hijos trinizados de personalidades creadas glorificadas y por otros tipos de seres no revelados que se dedican a administrar eficazmente las numerosas empresas de los diversos campos de actividad del universo.
13:4.2 (150.1) Los siete Espíritus Maestros son los representantes supremos y últimos del Espíritu Infinito. Mantienen sus emplazamientos personales, sus focos de poder, en la periferia del Paraíso, pero todas las operaciones relacionadas con su gestión y dirección del gran universo se dirigen en y desde estas siete esferas ejecutivas especiales del Espíritu Infinito. Los siete Espíritus Maestros son en realidad el volante de compensación espíritu-mente del universo de universos, un poder central que lo abarca todo, lo engloba todo y lo coordina todo.
13:4.3 (150.2) Desde estas siete esferas especiales los Espíritus Maestros intervienen para igualar y estabilizar los circuitos de mente cósmica del gran universo. También tienen que ver con la actitud y presencia espiritual diferencial de las Deidades en todo el gran universo. Las reacciones físicas son uniformes, invariables y siempre instantáneas y automáticas. Pero la presencia espiritual experiencial está en conformidad con las condiciones subyacentes o los estados de receptividad espiritual inherente a las mentes individuales de los mundos.
13:4.4 (150.3) A nivel físico, la autoridad, la presencia y la función son invariables en todos los universos, grandes o pequeños. El factor diferenciador en presencia o reacción espiritual son las fluctuaciones diferenciales de su reconocimiento y acogida por parte de las criaturas con voluntad. Mientras que la presencia espiritual de la Deidad absoluta y existencial no está influida en modo alguno por las actitudes de lealtad o deslealtad de los seres creados, es cierto al mismo tiempo que la presencia operativa de la Deidad subabsoluta y experiencial está influida de modo directo y terminante por las decisiones, elecciones y actitudes de la voluntad de dichas criaturas finitas: por la lealtad y la dedicación de los seres, planetas, sistemas, constelaciones o universos individuales. Pero esta presencia espiritual de la divinidad no es caprichosa ni arbitraria; su discrepancia experiencial es inherente a la dotación de libre albedrío de las criaturas personales.
13:4.5 (150.4) El factor determinante de las diferencias de presencia espiritual existe en vuestro propio corazón y en vuestra propia mente, y consiste en vuestra propia manera de elegir, en las decisiones de vuestra mente y en la resolución de vuestra propia voluntad. Esta diferenciación es inherente a las reacciones de libre albedrío de los seres personales inteligentes, seres a quienes el Padre Universal ha ordenado ejercer esta libertad de elección. Y las Deidades disponen siempre de forma consecuente cumplir y satisfacer, con el flujo y el reflujo de sus espíritus, las condiciones y demandas de esta elección diferencial de la criatura, unas veces otorgando más de su presencia en respuesta a un deseo sincero de dicha presencia y otras retirándose de la escena cuando sus criaturas deciden lo contrario en el ejercicio de su libertad de elección divinamente otorgada. Y así, el espíritu de la divinidad se hace humildemente obediente a las elecciones de las criaturas de los mundos.
13:4.6 (150.5) Las moradas ejecutivas de los siete Espíritus Maestros son en realidad las sedes paradisiacas de los siete superuniversos y de sus segmentos correlacionados del espacio exterior. Cada Espíritu Maestro preside un superuniverso, y cada uno de estos siete mundos está asignado exclusivamente a uno de los Espíritus Maestros. No existe literalmente ningún aspecto de la administración subparadisiaca de los siete superuniversos que no esté atendido en estos mundos ejecutivos. No son tan exclusivos como las esferas del Padre o las del Hijo y, aunque el estatus residencial está limitado a los seres nativos y a los que trabajan en ellos, estos siete planetas administrativos están siempre abiertos a todos los seres que deseen visitarlos y cuenten con los medios de tránsito necesarios.
13:4.7 (151.1) Para mí, estos mundos ejecutivos son los lugares más interesantes y fascinantes fuera del Paraíso. En ningún otro sitio del amplio universo puede uno observar actividades tan variadas que impliquen a tantos órdenes distintos de seres vivos y estén relacionadas con operaciones en tantos niveles diferentes, a la vez materiales, intelectuales y espirituales. Cuando se me concede un periodo de permiso y da la casualidad de que estoy en el Paraíso o en Havona, suelo dirigirme a uno de estos atareados mundos de los siete Espíritus Maestros para inspirar mi mente con esos espectáculos de iniciativa, dedicación, lealtad, sabiduría y eficacia. En ninguna otra parte de los siete niveles de realidad del universo puedo observar una interasociación tan impresionante de actuaciones de la personalidad. Y me siento siempre estimulado por las actividades de los que saben hacer bien su trabajo y disfrutan tanto haciéndolo.
13:4.8 (151.2) [Presentado por un Perfeccionador de la Sabiduría comisionado para esta función por los Ancianos de los Días de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 14
14:0.1 (152.1) EL universo perfecto y divino ocupa el centro de toda la creación. Es el núcleo eterno alrededor del cual giran las vastas creaciones del tiempo y el espacio. El Paraíso es la gigantesca Isla nuclear de estabilidad absoluta que descansa inmóvil en el corazón mismo del magnífico universo eterno. Esta familia planetaria central se llama Havona y está muy lejos del universo local de Nebadon. Sus dimensiones son enormes y su masa casi increíble. Consta de mil millones de esferas de belleza inimaginable y espléndida grandiosidad, pero la verdadera magnitud de esta vasta creación está realmente fuera del alcance de la mente humana.
14:0.2 (152.2) Esta es la única agrupación de mundos asentada, perfecta y establecida. Es un universo enteramente creado y perfecto, no un desarrollo evolutivo. Es el núcleo eterno de perfección alrededor del cual se arremolina esa procesión sin fin de universos que constituyen el formidable experimento evolutivo, la audaz aventura de los Hijos Creadores de Dios, que aspiran a duplicar en el tiempo y reproducir en el espacio el universo patrón, el ideal de compleción divina, finalización suprema, realidad última y perfección eterna.
14:1.1 (152.3) Desde la periferia del Paraíso hasta las fronteras interiores de los siete superuniversos existen las siete condiciones y movimientos del espacio siguientes:
14:1.2 (152.4) 1. Las zonas quiescentes de espacio intermedio que inciden en el Paraíso.
14:1.3 (152.5) 2. La procesión en el sentido de las agujas del reloj de los tres circuitos del Paraíso y los siete de Havona.
14:1.4 (152.6) 3. La zona semiquieta de espacio que separa los circuitos de Havona de los cuerpos oscuros de gravedad del universo central.
14:1.5 (152.7) 4. El cinturón interior de cuerpos oscuros de gravedad que se mueve en sentido contrario a las agujas del reloj.
14:1.6 (152.8) 5. La segunda zona única de espacio que divide las dos trayectorias de los cuerpos oscuros de gravedad en el espacio.
14:1.7 (152.9) 6. El cinturón exterior de cuerpos oscuros de gravedad que gira alrededor del Paraíso en el sentido de las agujas del reloj.
14:1.8 (152.10) 7. Una tercera zona de espacio —una zona semiquieta— que separa el cinturón exterior de cuerpos oscuros de gravedad de los circuitos más interiores de los siete superuniversos.
14:1.9 (152.11) Los mil millones de mundos de Havona están dispuestos en siete circuitos concéntricos que rodean inmediatamente los tres circuitos de satélites del Paraíso. Hay más de treinta y cinco millones de mundos en el circuito más interior de Havona y por encima de doscientos cuarenta y cinco millones en el más exterior, con cantidades proporcionales en los intermedios. Cada circuito es diferente, pero todos están perfectamente equilibrados y exquisitamente organizados, y cada uno de ellos está impregnado por una representación especializada del Espíritu Infinito, uno de los siete Espíritus de los Circuitos. Entre otras funciones, este Espíritu impersonal coordina la conducción de los asuntos celestiales dentro de cada circuito.
14:1.10 (153.1) Los circuitos planetarios de Havona no están superpuestos; sus mundos se suceden unos a otros en procesión lineal ordenada. El universo central gira alrededor de la Isla estacionaria del Paraíso en un gran plano que consta de diez unidades concéntricas estabilizadas: los tres circuitos de las esferas paradisiacas y los siete circuitos de los mundos de Havona. Considerados físicamente, todos los circuitos de Havona y del Paraíso son un solo sistema. Solo los separamos en reconocimiento de su segregación funcional y administrativa.
14:1.11 (153.2) El tiempo no se cuenta en el Paraíso; la secuencia de acontecimientos sucesivos es inherente al concepto de los que son autóctonos de la Isla central. Pero el tiempo está ligado a los circuitos de Havona y a los numerosos seres tanto de origen celestial como terrestre que residen en ellos. Cada mundo de Havona tiene su propio tiempo local determinado por su circuito. Todos los mundos de un circuito dado tienen años de la misma duración puesto que giran uniformemente alrededor del Paraíso, y la duración de estos años planetarios decrece del circuito más exterior al más interior.
14:1.12 (153.3) Además del tiempo de los circuitos de Havona está el día estándar del Paraíso-Havona y otras denominaciones de tiempo que se establecen en los siete satélites paradisiacos del Espíritu Infinito y se envían desde ellos. El día estándar del Paraíso-Havona se basa en la cantidad de tiempo que tardan las moradas planetarias del circuito primero o más interior de Havona en completar una revolución alrededor de la Isla del Paraíso. Por su ubicación entre los cuerpos oscuros de gravedad y el gigantesco Paraíso, estas esferas tardan casi mil años en completar su circuito a pesar de su enorme velocidad. Leísteis la verdad sin saberlo cuando vuestros ojos se posaron en la afirmación «un día es como mil años para Dios, solo como una vigilia en la noche». Un día del Paraíso-Havona equivale exactamente a mil años menos siete minutos, tres segundos y un octavo de segundo del presente calendario de años bisiestos de Urantia.
14:1.13 (153.4) Ese día del Paraíso-Havona es la medida estándar de tiempo para los siete superuniversos, aunque cada uno mantiene sus propias medidas internas de tiempo.
14:1.14 (153.5) En las afueras de este vasto universo central, mucho más allá del séptimo cinturón de mundos de Havona, se arremolina un número increíble de enormes cuerpos oscuros de gravedad. Estas numerosísimas masas oscuras son totalmente distintas de otros cuerpos del espacio en muchos detalles, incluso en la forma son muy diferentes. Estos cuerpos oscuros de gravedad ni reflejan ni absorben la luz. No reaccionan a la luz de energía física, y rodean y envuelven Havona de forma tan completa que lo ocultan a la vista de los universos habitados del tiempo y el espacio, incluso los más cercanos.
14:1.15 (153.6) El gran cinturón de cuerpos oscuros está dividido por una única intrusión de espacio en dos circuitos elípticos iguales. El cinturón interior gira en sentido contrario a las agujas del reloj, el exterior en el sentido de las agujas del reloj. Estas direcciones alternas de movimiento junto con la extraordinaria masa de los cuerpos oscuros equilibran tan eficazmente las líneas de gravedad de Havona que hacen del universo central una creación físicamente equilibrada y perfectamente estabilizada.
14:1.16 (153.7) La procesión interior de cuerpos oscuros de gravedad tiene una disposición tubular y consta de tres agrupamientos circulares. Un corte transversal de este circuito mostraría tres círculos concéntricos de aproximadamente la misma densidad. El circuito exterior de cuerpos oscuros de gravedad está dispuesto perpendicularmente y es diez mil veces más alto que el circuito interior. El diámetro de arriba abajo del circuito exterior es cincuenta mil veces mayor que el diámetro transversal.
14:1.17 (154.1) El espacio intermedio que existe entre estos dos circuitos de cuerpos de gravedad es único, puesto que no se puede encontrar nada igual en ninguna otra parte del amplio universo. Esta zona se caracteriza por enormes movimientos ondulatorios ascendentes y descendentes, y está penetrada por formidables actividades de energía de orden desconocido.
14:1.18 (154.2) En nuestra opinión, nada semejante a los cuerpos oscuros de gravedad del universo central caracterizará nunca la evolución futura de los niveles del espacio exterior. Consideramos que estas procesiones alternas de formidables cuerpos equilibradores de la gravedad son únicas en el universo maestro.
14:2.1 (154.3) Los seres de espíritu no moran en un espacio nebuloso ni habitan en mundos etéreos. Se domicilian en esferas propiamente dichas de naturaleza material, mundos tan reales como aquellos en los que viven los mortales. Los mundos de Havona son reales y literales, si bien es cierto que su sustancia literal difiere de la organización material de los planetas de los siete superuniversos.
14:2.2 (154.4) Las realidades físicas de Havona representan un orden de organización de la energía radicalmente diferente a todos los que prevalecen en los universos evolutivos del espacio. Las energías de Havona son triples mientras que las unidades de materia-energía de los superuniversos contienen una carga doble de energía, aunque una de las formas de energía existe en sus fases negativa y positiva. La creación del universo central es triple (de la Trinidad). La creación de un universo local es (directamente) doble, hecha por un Hijo Creador y un Espíritu Creativo.
14:2.3 (154.5) El material de Havona está compuesto por la organización de exactamente mil elementos químicos básicos y el funcionamiento equilibrado de las siete formas de la energía de Havona. Cada una de estas energías básicas manifiesta siete fases de estimulación, de manera que los nativos de Havona responden a cuarenta y nueve estímulos de sensación diferentes. En otras palabras y desde un punto de vista puramente físico, los nativos del universo central poseen cuarenta y nueve formas especializadas de sensaciones. Los sentidos de la morontia son setenta, y los órdenes espirituales más altos de respuesta de reacción oscilan entre setenta y doscientos diez según los diferentes tipos de seres.
14:2.4 (154.6) Ninguno de los seres físicos del universo central sería visible para los urantianos. Tampoco ninguno de los estímulos físicos de esos mundos remotos provocaría una reacción en vuestros burdos órganos sensoriales. Si un mortal de Urantia pudiera ser transportado a Havona, estaría allí sordo, ciego y totalmente desprovisto de las demás reacciones de los sentidos. Solo podría comportarse como un ser autoconsciente limitado y privado de todo estímulo ambiental y de sus correspondientes reacciones.
14:2.5 (154.7) En la creación central ocurren numerosos fenómenos físicos y reacciones espirituales que son desconocidos en mundos como Urantia. La organización básica de una creación triple no se parece nada a la constitución doble de los universos creados del tiempo y el espacio.
14:2.6 (154.8) Toda la ley natural está coordinada sobre una base enteramente diferente a la de los sistemas de energía dual de las creaciones en vías de evolución. El universo central está organizado en su totalidad según el triple sistema de control perfecto y simétrico. En todo el sistema Paraíso-Havona se mantiene un equilibrio perfecto entre todas las realidades cósmicas y todas las fuerzas espirituales. El Paraíso, con un control absoluto de la creación material, regula y mantiene perfectamente las energías físicas de este universo central. El Hijo Eterno, como parte de su control de espíritu que todo lo abarca, sostiene de la manera más perfecta el estatus espiritual de todos los que moran en Havona. En el Paraíso nada es experimental, y el sistema Paraíso-Havona es una unidad de perfección creativa.
14:2.7 (155.1) La gravedad espiritual universal del Hijo Eterno está asombrosamente activa en todo el universo central. Todos los valores de espíritu y todas las personalidades espirituales son atraídos incesantemente hacia dentro, hacia la morada de los Dioses. Este empuje hacia Dios es intenso e ineludible. La ambición de llegar a Dios es más fuerte en el universo central, no porque la gravedad de espíritu sea más fuerte que en los universos de la periferia, sino porque los seres que han alcanzado Havona están más plenamente espiritualizados y por lo tanto responden más a la acción siempre presente de la atracción universal de la gravedad de espíritu del Hijo Eterno.
14:2.8 (155.2) El Espíritu Infinito atrae igualmente todos los valores intelectuales hacia el Paraíso. En todo el universo central la gravedad de mente del Espíritu Infinito funciona en coordinación con la gravedad de espíritu del Hijo Eterno, y ambas unidas constituyen el impulso conjunto de las almas ascendentes de encontrar a Dios, llegar a la Deidad, conseguir el Paraíso y conocer al Padre.
14:2.9 (155.3) Havona es un universo espiritualmente perfecto y físicamente estable. El control y la estabilidad equilibrada del universo central parecen ser perfectos. Todo lo físico o lo espiritual es perfectamente predecible, pero no lo son ni los fenómenos de la mente ni la volición de la personalidad. Inferimos que se puede considerar imposible que allí se dé el pecado, pero lo hacemos sobre la base de que las criaturas de libre albedrío nativas de Havona no han sido culpables nunca de transgredir la voluntad de la Deidad. Estos seres elevados han sido constantemente leales a los Eternos de los Días durante toda la eternidad. Tampoco ha aparecido el pecado en ninguna criatura que haya entrado en Havona como peregrino. No ha habido nunca ni un solo caso de conducta indebida por parte de ninguna criatura de ningún grupo de personalidades, bien creadas en el universo central de Havona o bien admitidas en él. Los métodos y medios de selección de los universos del tiempo son tan perfectos y divinos que no consta en los archivos de Havona que haya ocurrido nunca ningún error. Nunca se han cometido equivocaciones, ningún alma ascendente ha sido admitida nunca prematuramente en el universo central.
14:3.1 (155.4) En cuanto al gobierno del universo central, no lo hay. La perfección de Havona es tan exquisita que no se necesita ningún sistema intelectual de gobierno. No hay cortes constituidas regularmente ni tampoco asambleas legislativas; Havona solo requiere una dirección administrativa. Ahí se puede observar la cima de los ideales del verdadero autogobierno.
14:3.2 (155.5) No hay necesidad de gobierno para esas inteligencias perfectas y casi perfectas. No tienen ninguna necesidad de regulaciones, pues son seres de perfección innata entre los cuales hay también criaturas evolutivas que pasaron hace mucho el escrutinio de los tribunales supremos de los superuniversos.
14:3.3 (155.6) La administración de Havona no es automática, pero es de una perfección maravillosa y una eficacia divina. Es principalmente planetaria y está conferida al Eterno de los Días residente, puesto que cada esfera de Havona está dirigida por una de estas personalidades con origen en la Trinidad. Los Eternos de los Días no son creadores pero son administradores perfectos. Enseñan con suprema competencia y dirigen a sus hijos planetarios con una perfección de sabiduría que raya en la absolutidad.
14:3.4 (156.1) Los mil millones de esferas del universo central constituyen los mundos de formación de las altas personalidades nativas del Paraíso y de Havona, y sirven además como terreno final de prueba para las criaturas ascendentes de los mundos evolutivos del tiempo. En la ejecución del gran plan del Padre Universal para la ascensión de las criaturas, los peregrinos del tiempo son desembarcados en los mundos receptores del circuito exterior o séptimo y, tras progresar en formación y ampliar su experiencia, avanzan progresivamente hacia dentro de planeta en planeta y de círculo en círculo hasta que logran finalmente llegar a las Deidades y consiguen la residencia en el Paraíso.
14:3.5 (156.2) En el presente, aunque las esferas de los siete circuitos se mantienen en toda su gloria celestial, solo se utiliza en torno al uno por ciento de toda la capacidad planetaria para promover el plan universal del Padre de ascensión de los mortales. Cerca de la décima parte del uno por ciento del área de esos enormes mundos está dedicada a la vida y actividades del Cuerpo de la Finalización, seres asentados eternamente en luz y vida que a menudo pasan temporadas y ministran en los mundos de Havona. Estos seres eminentes tienen sus residencias personales en el Paraíso.
14:3.6 (156.3) La construcción planetaria de las esferas de Havona es totalmente distinta de la de los mundos y sistemas evolutivos del espacio. En ningún otro lugar del gran universo conviene utilizar esferas tan enormes como mundos habitados. Su constitución física triata, unida al efecto equilibrador de los inmensos cuerpos oscuros de gravedad, es lo que hace posible igualar tan perfectamente las fuerzas físicas y equilibrar tan exquisitamente las diversas atracciones de esta prodigiosa creación. Se emplea también la antigravedad en la organización de las funciones materiales y las actividades espirituales en estos enormes mundos.
14:3.7 (156.4) La arquitectura, la iluminación y la calefacción, así como el embellecimiento biológico y artístico de las esferas de Havona sobrepasan por mucho el mayor alcance posible de la imaginación humana. No se os puede decir mucho sobre Havona, solo al verlo podréis captar su belleza y grandiosidad. Pero hay ríos y lagos reales en esos mundos perfectos.
14:3.8 (156.5) El equipamiento espiritual de estos mundos es ideal, y están perfectamente adecuados a su propósito de albergar a los numerosos órdenes de seres diferentes que actúan en el universo central. En estos hermosos mundos se desarrollan múltiples actividades que sobrepasan por mucho la comprensión humana.
14:4.1 (156.6) Hay siete formas básicas de cosas y seres vivos en los mundos de Havona, y cada una de estas formas básicas existe en tres fases distintas. Cada una de estas tres fases se divide en setenta divisiones principales, y cada división principal se compone de mil divisiones menores con otras subdivisiones a su vez, y así sucesivamente. Estos grupos básicos de vida podrían clasificarse como:
14:4.2 (156.7) 1. Materiales.
14:4.3 (156.8) 2. Morontiales.
14:4.4 (156.9) 3. Espirituales.
14:4.5 (156.10) 4. Absonitos.
14:4.6 (156.11) 5. Últimos.
14:4.7 (156.12) 6. Coabsolutos.
14:4.8 (156.13) 7. Absolutos.
14:4.9 (157.1) El deterioro y la muerte no forman parte del ciclo de vida de los mundos de Havona. En el universo central las cosas vivas más bajas sufren la transmutación de su materialización. Cambian de forma y de manifestación, pero no se descomponen mediante el proceso de deterioro y muerte celular.
14:4.10 (157.2) Los nativos de Havona son todos progenie de la Trinidad del Paraíso. No tienen padres criatura y son seres que no se reproducen. No podemos describir la creación de estos ciudadanos del universo central, seres que nunca fueron creados. Toda la historia de la creación de Havona es un intento de poner en el espacio-tiempo un hecho de la eternidad que no tiene ninguna relación con el tiempo ni el espacio tal como los comprende el hombre mortal. Pero debemos conceder a la filosofía humana un punto de origen. Incluso personalidades que están muy por encima del nivel humano requieren un concepto de «los comienzos». Sin embargo, el sistema Paraíso-Havona es eterno.
14:4.11 (157.3) Los nativos de Havona viven en los mil millones de esferas del universo central en el mismo sentido en que otros órdenes de ciudadanía permanente moran en sus respectivas esferas de natividad. Del mismo modo que el orden material de filiación mantiene la economía material, intelectual y espiritual de los mil millones de sistemas locales de un superuniverso, los nativos de Havona, en un sentido más amplio, viven y desempeñan sus funciones en los mil millones de mundos del universo central. Podríais considerar a estos havonitas como criaturas materiales en el sentido en que se pudiera ampliar la palabra «material» para describir las realidades físicas del universo divino.
14:4.12 (157.4) Hay una vida nativa de Havona que es significativa en y por sí misma. Los havonitas aportan de muchas maneras su ministerio a los descendentes del Paraíso y a los ascendentes de los superuniversos, pero viven también vidas que son únicas en el universo central y que tienen un significado relativo totalmente aparte del Paraíso o de los superuniversos.
14:4.13 (157.5) Así como la adoración de los hijos por la fe de los mundos evolutivos atiende a satisfacer el amor del Padre Universal, la adoración ensalzada de las criaturas de Havona sacia los ideales perfectos de belleza y verdad divina. Así como el hombre mortal lucha por hacer la voluntad de Dios, estos seres del universo central viven para complacer los ideales de la Trinidad del Paraíso. En su naturaleza misma son la voluntad de Dios. El hombre se regocija con la bondad de Dios, los havonitas exultan con la belleza divina, y ambos disfrutáis del ministerio de la libertad de la verdad viva.
14:4.14 (157.6) Los havonitas tienen destinos optativos no revelados tanto presentes como futuros. Y hay una progresión de las criaturas nativas propia del universo central, una progresión que no supone ni el ascenso al Paraíso ni la penetración en los superuniversos. Esta progresión a un estatus más alto en Havona puede sugerirse como sigue:
14:4.15 (157.7) 1. Progreso experiencial hacia fuera, desde el primer hasta el séptimo circuito.
14:4.16 (157.8) 2. Progreso hacia dentro, desde el séptimo hasta el primer circuito.
14:4.17 (157.9) 3. Progreso intracircuito: progresión dentro de los mundos de un circuito dado.
14:4.18 (157.10) Además de los nativos de Havona, se incluyen entre los habitantes del universo central numerosas clases de seres patrón para diversos grupos de los universos: consejeros, directores y maestros de su tipo y para su tipo en toda la creación. Todos los seres de todos los universos son formados según el modelo de algún orden de criatura patrón que vive en alguno de los mil millones de mundos de Havona. Incluso los mortales del tiempo tienen sus metas y sus ideales de existencia de criatura en los circuitos exteriores de esas esferas patrón de lo alto.
14:4.19 (157.11) Luego están los seres que han alcanzado al Padre Universal, que tienen derecho a ir y venir y que están asignados aquí y allá a misiones de servicio especial en los universos. Y además en todos los mundos de Havona hay candidatos al logro, que son los que han conseguido llegar físicamente al universo central pero no han logrado aún el desarrollo espiritual necesario para obtener la residencia en el Paraíso.
14:4.20 (158.1) El Espíritu Infinito está representado en los mundos de Havona por una multitud de personalidades, seres de gracia y gloria, que administran los detalles de los intrincados asuntos intelectuales y espirituales del universo central. En estos mundos de perfección divina realizan el trabajo propio de la dirección normal de esta vasta creación y además llevan a cabo las múltiples tareas de enseñanza, formación y ministerio para la enorme cantidad de criaturas ascendentes que han escalado a la gloria desde los mundos oscuros del espacio.
14:4.21 (158.2) Hay muchos grupos de seres nativos del sistema Paraíso-Havona que no están directamente relacionados en modo alguno con el plan de ascensión para el logro de la perfección de las criaturas y por eso no figuran en las clasificaciones de personalidades presentadas a las razas mortales. Solo se presentan aquí los grupos principales de seres sobrehumanos y los órdenes vinculados directamente con vuestra experiencia de supervivencia.
14:4.22 (158.3) Havona está rebosante de vida de seres inteligentes de todas las fases, que buscan allí avanzar desde los circuitos más bajos hasta los más altos en su esfuerzo por alcanzar niveles más altos de comprensión de la divinidad y una apreciación más amplia de los significados supremos, los valores últimos y la realidad absoluta.
14:5.1 (158.4) En Urantia pasáis por una prueba corta e intensa durante vuestra vida inicial de existencia material. En los mundos mansión y subiendo por vuestro sistema, constelación y universo local, atravesáis las fases de ascensión en la morontia. En los mundos de formación del superuniverso pasáis por las etapas de progresión de espíritu verdadero y se os prepara para el tránsito final a Havona. En los siete circuitos de Havona vuestro logro es intelectual, espiritual y experiencial. Y en cada uno de los mundos de cada uno de estos circuitos hay una tarea concreta que cumplir.
14:5.2 (158.5) La vida en los mundos divinos del universo central es tan rica y plena, tan completa y repleta, que trasciende totalmente cualquier concepto humano de lo que a un ser creado le sería posible experimentar. Las actividades sociales y económicas de esta creación eterna no se parecen en nada a las ocupaciones de las criaturas materiales que viven en mundos evolutivos como Urantia. Incluso la técnica de pensamiento de Havona es distinta al proceso de pensar de Urantia.
14:5.3 (158.6) Las regulaciones del universo central son apropiada e inherentemente naturales. Las reglas de conducta no son arbitrarias. En todos los requisitos de Havona se desvela la razón de la rectitud y el imperio de la justicia. Y estos dos factores combinados constituyen lo que en Urantia se denominaría equidad. Cuando lleguéis a Havona disfrutaréis de manera natural haciendo las cosas como se deben hacer.
14:5.4 (158.7) Cuando los seres inteligentes consiguen llegar por primera vez al universo central, son recibidos y domiciliados en el mundo piloto del séptimo circuito de Havona. A medida que los recién llegados progresan espiritualmente y logran comprender la identidad del Espíritu Maestro de su superuniverso, son transferidos al sexto círculo. (De estas disposiciones del universo central se ha tomado la designación de los círculos de progreso de la mente humana.) Una vez que los seres ascendentes han logrado comprender la Supremacía y están por lo tanto preparados para la aventura de la Deidad, son llevados al quinto circuito. Después de llegar al Espíritu Infinito son transferidos al cuarto. Tras el logro del Hijo Eterno son trasladados al tercero, y cuando han reconocido al Padre Universal van a residir al segundo circuito de mundos donde se familiarizan más con las huestes paradisiacas. La llegada al primer circuito de Havona significa la aceptación de los candidatos del tiempo al servicio del Paraíso. Dependiendo de la naturaleza y duración de la ascensión de la criatura, se quedarán por un tiempo indefinido en el circuito interior de logro espiritual progresivo. Desde este circuito interior los peregrinos ascendentes pasan hacia dentro a residir en el Paraíso y a ser admitidos en el Cuerpo de la Finalización.
14:5.5 (159.1) Durante vuestra estancia en Havona como peregrinos en ascenso se os dejará visitar libremente los mundos del circuito al que estéis asignados. Se os permitirá también regresar a los planetas de los circuitos que hayáis atravesado antes. Y todo esto es posible para los que residen en los círculos de Havona sin necesidad de ser ensupernafinados. Los peregrinos del tiempo son capaces de equiparse a sí mismos para atravesar el espacio «conseguido», pero deben depender de las técnicas establecidas para salvar el espacio «no conseguido». Un peregrino no puede salir de Havona ni avanzar más allá de su circuito asignado sin la ayuda de una supernafín de transporte.
14:5.6 (159.2) Hay una originalidad estimulante en esta vasta creación central. Aparte de la organización física de la materia y de la constitución fundamental de los órdenes básicos de seres inteligentes y de otras cosas vivas, no hay nada en común entre los mundos de Havona. Cada uno de estos planetas es una creación original, única y exclusiva; cada planeta es una producción incomparable, espléndida y perfecta. Y esta diversidad de individualidades se extiende a todos los rasgos de los aspectos físicos, intelectuales y espirituales de la existencia planetaria. Cada uno de estos mil millones de esferas de perfección se ha desarrollado y embellecido según los planes del Eterno de los Días residente. Precisamente por eso no hay dos iguales.
14:5.7 (159.3) Hasta que atraveséis el último de los circuitos de Havona y visitéis el último de los mundos de Havona no desaparecerán de vuestra carrera ni el tónico de la aventura ni el estímulo de la curiosidad. Y entonces el empuje, el impulso hacia adelante de la eternidad sustituirá a su precursor, el aliciente de la aventura del tiempo.
14:5.8 (159.4) La monotonía es síntoma de inmadurez de la imaginación creativa y de falta de coordinación intelectual con la dotación espiritual. Para cuando un mortal ascendente empieza la exploración de esos mundos celestiales ya ha alcanzado una madurez emocional, intelectual y social, si no espiritual.
14:5.9 (159.5) A medida que avancéis de circuito en circuito en Havona no solo afrontaréis cambios nunca soñados, sino que vuestro asombro será indescriptible al ir progresando de planeta en planeta dentro de cada circuito. Cada uno de esos mil millones de mundos de estudio es una verdadera universidad de sorpresas. El asombro continuo y la maravilla sin fin es la experiencia de los que atraviesan esos circuitos y recorren esas gigantescas esferas. La monotonía no forma parte de la carrera en Havona.
14:5.10 (159.6) El amor a la aventura, la curiosidad y el horror a la monotonía, que son rasgos inherentes a la naturaleza humana en evolución, no se pusieron ahí solo para exasperaros e irritaros durante vuestra corta estancia en la tierra, sino más bien para sugeriros que la muerte no es más que el principio de una carrera sin fin de aventuras, de una vida sempiterna de expectativas, de un viaje eterno de descubrimiento.
14:5.11 (160.1) La curiosidad —el espíritu de investigación, el deseo de descubrimientos, el empuje hacia la exploración— es parte de la dote innata y divina de las criaturas evolutivas del espacio. Estos impulsos naturales no se os dieron simplemente para ser frustrados y reprimidos. Es cierto que muchas veces estos ambiciosos deseos deben ser refrenados durante vuestra corta vida en la tierra, que hay que experimentar numerosas decepciones, pero serán plenamente realizados y gloriosamente satisfechos durante las largas edades por venir.
14:6.1 (160.2) El alcance de las actividades propias del Havona de los siete circuitos es inmenso. En líneas generales se pueden describir como:
14:6.2 (160.3) 1. Havonales.
14:6.3 (160.4) 2. Paradisiacas.
14:6.4 (160.5) 3. Finito-ascendentes: evolutivas Supremo-Últimas.
14:6.5 (160.6) En el Havona de la presente edad del universo se desarrollan muchas actividades suprafinitas que implican una diversidad incalculable de aspectos absonitos y de otro tipo de funciones de la mente y el espíritu. Es posible que el universo central sirva para muchos propósitos que no me han sido revelados, puesto que funciona de muchas maneras que escapan a la comprensión de la mente creada. No obstante, intentaré describir de qué manera esta creación perfecta atiende a las necesidades y contribuye a la satisfacción de siete órdenes de inteligencias del universo.
14:6.6 (160.7) 1. El Padre Universal: la Primera Fuente y Centro. La perfección de la creación central proporciona a Dios Padre una satisfacción parental suprema. Disfruta de la experiencia de saciar su amor en niveles de casi igualdad. El Creador perfecto se complace divinamente con la adoración de la criatura perfecta.
14:6.7 (160.8) Havona proporciona al Padre la satisfacción de la consecución suprema. La realización de la perfección en Havona compensa el retraso en el espacio-tiempo del impulso eterno de expansión infinita.
14:6.8 (160.9) El Padre disfruta de la reciprocidad de Havona en belleza divina. Satisface a la mente divina proporcionar un modelo perfecto de armonía exquisita a todos los universos en vías de evolución.
14:6.9 (160.10) Nuestro Padre contempla el universo central con un placer perfecto porque es una digna revelación de la realidad de espíritu a todas las personalidades del universo de universos.
14:6.10 (160.11) El Dios de los universos tiene una consideración favorable hacia Havona y el Paraíso como núcleo eterno de poder para toda la expansión posterior del universo en el tiempo y el espacio.
14:6.11 (160.12) El Padre eterno ve con satisfacción sin fin la creación de Havona como meta digna y atrayente para los candidatos ascendentes del tiempo, sus nietos mortales del espacio que consiguen llegar al hogar eterno de su Padre-Creador. Y Dios disfruta con el universo Paraíso-Havona como hogar eterno de la Deidad y de la familia divina.
14:6.12 (160.13) 2. El Hijo Eterno: la Segunda Fuente y Centro. Al Hijo Eterno la magnífica creación central le proporciona la prueba eterna de la efectividad de la asociación de la familia divina —el Padre, el Hijo y el Espíritu—. Es la base espiritual y material de la confianza absoluta en el Padre Universal.
14:6.13 (160.14) Havona proporciona al Hijo Eterno una base casi ilimitada para realizar la constante expansión del poder de espíritu. El universo central proporcionó al Hijo Eterno la arena en la que pudo demostrar de forma segura y cierta el espíritu y la técnica de los otorgamientos para instruir a los Hijos del Paraíso que colaboran con él.
14:6.14 (161.1) Havona es el fundamento de la realidad del control de la gravedad de espíritu del Hijo Eterno en el universo de universos. Este universo proporciona al Hijo la satisfacción del anhelo parental, la reproducción espiritual.
14:6.15 (161.2) Los mundos de Havona y sus habitantes perfectos son la demostración primera y eternamente final de que el Hijo es el Verbo del Padre. De este modo se satisface perfectamente la consciencia del Hijo como complemento infinito del Padre.
14:6.16 (161.3) Este universo proporciona la oportunidad de realizar la reciprocidad de la fraternidad de igualdad entre el Padre Universal y el Hijo Eterno, y esto constituye la prueba sempiterna de la personalidad infinita de cada uno de ellos.
14:6.17 (161.4) 3. El Espíritu Infinito: la Tercera Fuente y Centro. El universo de Havona proporciona al Espíritu Infinito la prueba de ser el Actor Conjunto, el representante infinito de la unificación Padre-Hijo. En Havona el Espíritu Infinito obtiene la satisfacción combinada de funcionar como actividad creativa mientras disfruta de la satisfacción de coexistir de forma absoluta con este logro divino.
14:6.18 (161.5) En Havona el Espíritu Infinito encontró una arena en la que pudo demostrar su aptitud y buena disposición para servir como ministro potencial de la misericordia. En esa creación perfecta el Espíritu ensayó la aventura de ministrar en los universos evolutivos.
14:6.19 (161.6) Esa creación perfecta proporcionó al Espíritu Infinito la oportunidad de participar en la administración del universo con sus dos padres divinos —de administrar un universo como vástago Creador asociado— y de prepararse así para la administración conjunta de los universos locales en los Espíritus Creativos compañeros de los Hijos Creadores.
14:6.20 (161.7) Los mundos de Havona son el laboratorio dedicado a la mente para los creadores de la mente cósmica y los ministros de todas las mentes de criatura que existen. La mente es distinta en cada mundo de Havona y sirve como patrón de todos los intelectos de criatura espirituales y materiales.
14:6.21 (161.8) Esos mundos perfectos son las escuelas superiores de formación de la mente para todos los seres destinados a la sociedad paradisiaca. Proporcionaron al Espíritu abundantes oportunidades de probar la técnica del ministerio de mente en personalidades seguras y asesoras.
14:6.22 (161.9) Havona es para el Espíritu Infinito una compensación por su trabajo extenso y desinteresado en los universos del espacio. Havona es el hogar y el retiro perfecto para el infatigable Ministro de la Mente del tiempo y el espacio.
14:6.23 (161.10) 4. El Ser Supremo: la unificación evolutiva de la Deidad experiencial. La creación de Havona es la prueba eterna y perfecta de la realidad espiritual del Ser Supremo. Esta creación perfecta es una revelación de la naturaleza de espíritu perfecta y simétrica de Dios Supremo antes de los comienzos de la síntesis de poder-personalidad de los reflejos finitos de las Deidades del Paraíso en los universos experienciales del tiempo y el espacio.
14:6.24 (161.11) En Havona los potenciales de poder del Todopoderoso se unifican con la naturaleza espiritual del Supremo. Esta creación central es una ejemplificación de la unidad futuro-eterna del Supremo.
14:6.25 (161.12) Havona es un patrón perfecto del potencial de universalidad del Supremo. Este universo es una representación acabada de la perfección futura del Supremo y parece sugerir el potencial del Último.
14:6.26 (162.1) Havona pone de manifiesto el carácter final de los valores de espíritu que existen como criaturas vivas con voluntad provistas de autocontrol perfecto y supremo; de la mente que existe como equivalente en última instancia al espíritu; de la realidad y la unidad de inteligencia con potencial ilimitado.
14:6.27 (162.2) 5. Los Hijos Creadores de igual rango. Havona es el terreno de formación educativa donde los Migueles del Paraíso son preparados para sus aventuras posteriores de creación de universos. Esta creación divina y perfecta es un patrón para cada Hijo Creador, que se esfuerza para que su propio universo alcance a la larga los niveles de perfección del Paraíso-Havona.
14:6.28 (162.3) Los Hijos Creadores utilizan a las criaturas de Havona como posibles modelos del patrón de personalidad para sus propios hijos mortales y seres de espíritu. Los Migueles y otros Hijos del Paraíso ven el Paraíso y Havona como el destino divino de los hijos del tiempo.
14:6.29 (162.4) Los Hijos Creadores saben que la creación central es la fuente real de ese sobrecontrol indispensable del universo que estabiliza y unifica sus universos locales. Saben que la presencia personal de la influencia siempre presente del Supremo y del Último está en Havona.
14:6.30 (162.5) Havona y el Paraíso son la fuente del poder creativo de un Hijo Miguel. Ahí moran los seres que cooperan con él en la creación de un universo. Del Paraíso vienen los Espíritus Madre de los Universos, las cocreadoras de los universos locales.
14:6.31 (162.6) Los Hijos del Paraíso consideran la creación central como el hogar de sus padres divinos, como su hogar. Es el lugar al que les gusta volver de vez en cuando.
14:6.32 (162.7) 6. Las Hijas Ministrantes de igual rango. Los Espíritus Madre de los Universos, las cocreadoras de los universos locales, obtienen su formación prepersonal en los mundos de Havona en estrecha vinculación con los Espíritus de los Circuitos. En el universo central las Hijas Espíritu de los universos locales fueron debidamente formadas en los métodos de cooperación con los Hijos del Paraíso, siempre sujetas a la voluntad del Padre.
14:6.33 (162.8) En los mundos de Havona el Espíritu y las Hijas del Espíritu encuentran los patrones de mente para todos sus grupos de inteligencias espirituales y materiales. Ese universo central será algún día el destino de las criaturas que el Espíritu Madre de un Universo patrocina conjuntamente con un Hijo Creador asociado.
14:6.34 (162.9) La Creadora Madre de un Universo recuerda el Paraíso y Havona como su lugar de origen y el hogar del Espíritu Madre Infinito, la morada de la presencia de personalidad de la Mente Infinita.
14:6.35 (162.10) De ese universo central vino también el otorgamiento de las prerrogativas personales de creadora que la Ministra Divina de un Universo emplea como complemento de un Hijo Creador en el trabajo de crear criaturas vivas con voluntad.
14:6.36 (162.11) Y finalmente, puesto que probablemente estas Hijas Espíritu del Espíritu Madre Infinito no vuelvan nunca a su hogar paradisiaco, obtienen una gran satisfacción del fenómeno de la reflectividad universal asociado al Ser Supremo en Havona y personalizado en Majeston en el Paraíso.
14:6.37 (162.12) 7. Los mortales evolutivos de la carrera ascendente. Havona es el hogar de la personalidad patrón de todos los tipos de mortales y el hogar de todas las personalidades sobrehumanas asociadas a los mortales que no son nativas de las creaciones del tiempo.
14:6.38 (162.13) Esos mundos estimulan todos los impulsos humanos hacia el logro de los verdaderos valores de espíritu en los niveles más altos de realidad que se pueden concebir. Havona es la meta preparadisiaca de formación de todos los mortales ascendentes. Ahí llegan los mortales hasta la Deidad preparadisiaca, el Ser Supremo. Havona aparece ante todas las criaturas con voluntad como el portal al Paraíso y al logro de Dios.
14:6.39 (163.1) El Paraíso es el hogar y Havona el taller y el terreno de juego de los finalitarios. Y todo mortal conocedor de Dios ansía ser finalitario.
14:6.40 (163.2) El universo central no es solo el destino establecido del hombre, sino que es también el punto de partida de la carrera eterna de los finalitarios cuando en su día sean lanzados a la aventura no desvelada y universal de explorar por experiencia la infinitud del Padre Universal.
14:6.41 (163.3) Havona seguirá funcionando incuestionablemente con relevancia absonita incluso en las futuras edades del universo que podrían presenciar a los peregrinos del espacio intentando encontrar a Dios en niveles suprafinitos. Havona tiene capacidad para servir como universo de formación para seres absonitos. Será probablemente la escuela de perfeccionamiento cuando los siete superuniversos estén funcionando como escuela intermedia para los graduados de las escuelas primarias del espacio exterior. Y nos inclinamos a opinar que los potenciales del eterno Havona son realmente ilimitados, que el universo central tiene capacidad eterna de servir como universo de formación experiencial para todo tipo de seres creados pasados, presentes y futuros.
14:6.42 (163.4) [Presentado por un Perfeccionador de la Sabiduría comisionado para esta función por los Ancianos de los Días de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 15
15:0.1 (164.1) EN LO QUE concierne al Padre Universal —como Padre— los universos son prácticamente inexistentes. Él trata con personalidades, es el Padre de las personalidades. En lo que concierne al Hijo Eterno y al Espíritu Infinito —como socios creadores— los universos están localizados y tienen existencia separada bajo el gobierno conjunto de los Hijos Creadores y de los Espíritus Creativos. En lo que concierne a la Trinidad del Paraíso, fuera de Havona hay exactamente siete universos habitados, los siete superuniversos que mantienen su jurisdicción sobre el círculo del primer nivel de espacio posterior a Havona. Los siete Espíritus Maestros irradian su influencia hacia fuera desde la Isla central de modo que conforman la vasta creación como una rueda gigantesca cuyo centro es la Isla eterna del Paraíso, los siete radios son las radiaciones de los siete Espíritus Maestros y el aro, las regiones exteriores del gran universo.
15:0.2 (164.2) Al principio de la materialización de la creación universal se formuló el plan séptuplo de organización y gobierno de los superuniversos. La primera creación posterior a Havona se dividió en siete segmentos formidables y se diseñaron y construyeron los mundos sede de los gobiernos de estos superuniversos. El presente plan de administración ha existido casi desde la eternidad, y a los regidores de estos siete superuniversos se les llama con razón Ancianos de los Días.
15:0.3 (164.3) Del vasto cuerpo de conocimientos referentes a los superuniversos, poco puedo esperar deciros, pero en todos esos mundos opera una técnica de control inteligente tanto para las fuerzas físicas como para las espirituales, y las presencias de gravedad universal funcionan en ellos con poder majestuoso y perfecta armonía. Es importante adquirir primero una idea adecuada de la constitución física y la organización material de los dominios de los superuniversos, pues entonces estaréis mejor preparados para captar la relevancia de la maravillosa organización dispuesta para su gobierno espiritual y para el avance intelectual de las criaturas con voluntad que moran en las miríadas de planetas habitados esparcidos aquí y allá por la totalidad de estos siete superuniversos.
15:1.1 (164.4) A todos los efectos prácticos y dentro del ámbito limitado de los anales, las observaciones y los recuerdos de las generaciones de un millón o de mil millones de vuestros breves años, Urantia y el universo al que pertenece están experimentando la aventura de una inmersión larga e inexplorada en un espacio nuevo. Pero según los archivos de Uversa, conforme a observaciones más antiguas, en consonancia con la experiencia y los cálculos más amplios de nuestro orden y como resultado de conclusiones basadas en estos y otros descubrimientos, sabemos que los universos forman parte de una procesión ordenada, bien conocida y perfectamente controlada que gira con majestuosa grandiosidad alrededor de la Primera Gran Fuente y Centro y su universo residencial.
15:1.2 (165.1) Hemos descubierto hace mucho que los siete superuniversos atraviesan una gran elipse, un gigantesco círculo alargado. Vuestro sistema solar y otros mundos del tiempo no se están precipitando a ciegas, sin mapa ni brújula, en un espacio inexplorado. El universo local al que pertenece vuestro sistema sigue un curso definido y bien conocido en sentido contrario a las agujas del reloj a lo largo del vasto arco que circunda el universo central. Esta trayectoria cósmica está bien trazada y es tan perfectamente conocida por los observadores de estrellas del superuniverso como son conocidas por los astrónomos de Urantia las órbitas de los planetas que constituyen vuestro sistema solar.
15:1.3 (165.2) Urantia está situado en un universo local y un superuniverso no plenamente organizados, y vuestro universo local está en la proximidad inmediata de numerosas creaciones físicas parcialmente terminadas. Pertenecéis a uno de los universos relativamente recientes, pero hoy no os estáis precipitando desordenadamente a un espacio inexplorado ni basculáis ciegamente hacia regiones desconocidas. Estáis siguiendo la trayectoria ordenada y predeterminada del nivel de espacio de los superuniversos. Estáis pasando ahora por el mismísimo espacio que vuestro sistema planetario o sus predecesores atravesaron hace mucho tiempo, y en el futuro remoto vuestro sistema o sus sucesores volverán a atravesar algún día el mismo espacio en el que os estáis precipitando ahora tan rápidamente.
15:1.4 (165.3) En esta edad y tal y como se entiende la orientación en Urantia, el superuniverso número uno describe un arco casi directo hacia el norte, aproximadamente enfrente, en dirección este, de la residencia en el Paraíso de las Grandes Fuentes y Centros y del universo central de Havona. Esta posición y su correspondiente en el oeste representan los puntos de mayor acercamiento físico de las esferas del tiempo a la Isla eterna. El superuniverso número dos está en el norte preparándose para el giro hacia el oeste, mientras que el número tres ocupa ahora el segmento más septentrional de la gran trayectoria en el espacio tras haber doblado el recodo que conduce a la caída hacia el sur. El número cuatro avanza en su vuelo relativamente recto hacia el sur, y sus regiones avanzadas se acercan ahora a la posición frente a los Grandes Centros. El número cinco está a punto de dejar su posición frente al Centro de Centros mientras sigue el curso directo hacia el sur justo antes de girar hacia el este. El número seis ocupa la mayor parte de la curva sur, el segmento por el que vuestro superuniverso ya casi ha pasado.
15:1.5 (165.4) Vuestro universo local de Nebadon pertenece a Orvonton, el séptimo superuniverso, que gira entre los superuniversos uno y seis y ha doblado no hace mucho (en nuestro cálculo del tiempo) el recodo sureste del nivel de espacio de los superuniversos. Hoy el sistema solar al que pertenece Urantia ha pasado hace unos pocos miles de millones de años el giro alrededor de la curvatura sur, de modo que acabáis de rebasar el recodo sureste y recorréis velozmente la larga trayectoria relativamente recta hacia el norte. Durante edades incalculables, Orvonton seguirá este curso casi directo hacia el norte.
15:1.6 (165.5) Urantia pertenece a un sistema situado muy cerca de la frontera de vuestro universo local, y vuestro universo local está atravesando ahora la periferia de Orvonton. Aún hay otros más allá de vosotros, pero estáis muy lejos en el espacio de los sistemas físicos que giran en el gran círculo relativamente próximos a la Gran Fuente y Centro.
15:2.1 (165.6) Solo el Padre Universal conoce la ubicación y el número real de los mundos habitados del espacio; los llama a todos por su nombre y su número. Yo solo puedo dar el número aproximado de planetas habitados o habitables, pues algunos universos locales tienen más mundos adecuados para la vida inteligente que otros. Tampoco se han organizado todos los universos locales proyectados. Por lo tanto mis estimaciones responden al único propósito de dar una idea de la inmensidad de la creación material.
15:2.2 (166.1) Hay siete superuniversos en el gran universo y están constituidos aproximadamente como sigue:
15:2.3 (166.2) 1. El sistema. La unidad básica del supergobierno consta aproximadamente de mil mundos habitados o habitables. No se incluyen en este grupo los soles ardientes, los mundos fríos, los planetas demasiado cercanos a los soles calientes y otras esferas no habitables para las criaturas. Estos mil mundos adaptados a sustentar la vida se llaman sistema, pero en los sistemas más jóvenes solo un número relativamente pequeño de esos mundos puede estar habitado. Cada planeta habitado está presidido por un Príncipe Planetario. Cada sistema local tiene una esfera arquitectónica como sede central y está gobernado por un Soberano de los Sistemas.
15:2.4 (166.3) 2. La constelación. Cien sistemas (unos 100 000 planetas habitables) forman una constelación. Cada constelación tiene una esfera arquitectónica como sede central y está presidida por tres Hijos Vorondadek, los Altísimos. Cada constelación tiene también como observador a un Fiel de los Días, embajador de la Trinidad del Paraíso.
15:2.5 (166.4) 3. El universo local. Cien constelaciones (unos 10 000 000 de planetas habitables) constituyen un universo local. Cada universo local tiene un magnífico mundo arquitectónico como sede central y está gobernado por uno de los Hijos Creadores de Dios de igual rango del orden de los Migueles. Cada universo está bendecido por la presencia de un Unión de los Días como representante de la Trinidad del Paraíso.
15:2.6 (166.5) 4. El sector menor. Cien universos locales (unos 1 000 000 000 de planetas habitables) constituyen un sector menor del gobierno del superuniverso. Tiene un maravilloso mundo como sede central donde sus gobernantes, los Recientes de los Días, administran los asuntos del sector menor. Hay tres Recientes de los Días, Personalidades Supremas de la Trinidad, en cada sede central de un sector menor.
15:2.7 (166.6) 5. El sector mayor. Cien sectores menores (unos 100 000 000 000 de mundos habitables) hacen un sector mayor. Cada sector mayor está provisto de una espléndida sede central y está presidido por tres Perfecciones de los Días, Personalidades Supremas de la Trinidad.
15:2.8 (166.7) 6. El superuniverso. Diez sectores mayores (alrededor de 1 000 000 000 000 de planetas habitables) constituyen un superuniverso. Cada superuniverso está provisto de un enorme y glorioso mundo como sede central y está gobernado por tres Ancianos de los Días.
15:2.9 (166.8) 7. El Gran Universo. Siete superuniversos forman el presente gran universo organizado, que consiste en aproximadamente siete billones de mundos habitables además de las esferas arquitectónicas y de los mil millones de esferas habitadas de Havona. Los superuniversos están gobernados y administrados indirectamente y por reflectividad desde el Paraíso por los siete Espíritus Maestros. Los mil millones de mundos de Havona están administrados directamente por los Eternos de los Días, y una de estas Personalidades Supremas de la Trinidad preside cada una de estas esferas perfectas.
15:2.10 (167.1) Excluyendo las esferas del Paraíso-Havona, el plan de la organización del universo contempla las siguientes unidades:
15:2.11 (167.2) Superuniversos7
15:2.12 (167.3) Sectores mayores70
15:2.13 (167.4) Sectores menores7000
15:2.14 (167.5) Universos locales700 000
15:2.15 (167.6) Constelaciones70 000 000
15:2.16 (167.7) Sistemas locales7 000 000 000
15:2.17 (167.8) Planetas habitables7 000 000 000 000
15:2.18 (167.9) Cada uno de los siete superuniversos está constituido aproximadamente como sigue:
15:2.19 (167.10) Un sistema abarca aproximadamente1000 mundos
15:2.20 (167.11) Una constelación (100 sistemas)100 000 mundos
15:2.21 (167.12) Un universo (100 constelaciones)10 000 000 de mundos
15:2.22 (167.13) Un sector menor (100 universos)1 000 000 000 de mundos
15:2.23 (167.14) Un sector mayor (100 sectores menores)100 000 000 000 de mundos
15:2.24 (167.15) Un superuniverso (10 sectores mayores)1 000 000 000 000 de mundos
15:2.25 (167.16) Todos estos cálculos son, en el mejor de los casos, aproximaciones, ya que se están desarrollando constantemente nuevos sistemas mientras que otras organizaciones dejan temporalmente la existencia material.
15:3.1 (167.17) Prácticamente todos los campos de estrellas visibles a simple vista desde Urantia pertenecen a la séptima sección del gran universo, el superuniverso de Orvonton. El vasto sistema de estrellas de la Vía Láctea representa el núcleo central de Orvonton y está en su mayor parte más allá de las fronteras de vuestro universo local. Este gran agregado de soles, islas oscuras del espacio, estrellas dobles, cúmulos globulares, nubes de estrellas, nebulosas espirales y otras, junto con miríadas de planetas individuales, constituye una agrupación en forma de círculo alargado parecida a un reloj que corresponde aproximadamente a la séptima parte de los universos evolutivos habitados.
15:3.2 (167.18) Desde la posición astronómica de Urantia, al mirar a la gran Vía Láctea a través del corte transversal de los sistemas cercanos, observáis que las esferas de Orvonton viajan en un vasto plano alargado, mucho más ancho que grueso y mucho más largo que ancho.
15:3.3 (167.19) La observación de la llamada Vía Láctea muestra que la densidad estelar de Orvonton es comparativamente mayor cuando se mira a los cielos en una dirección, mientras que la densidad disminuye a ambos lados; el número de estrellas y otras esferas decrece al alejarse del plano principal de nuestro superuniverso material. Cuando el ángulo de observación es propicio, al mirar a través del cuerpo principal de esta región de máxima densidad estáis mirando hacia el universo residencial y el centro de todas las cosas.
15:3.4 (167.20) De las diez divisiones mayores de Orvonton, ocho han sido más o menos identificadas por los astrónomos de Urantia. Las otras dos son difíciles de reconocer por separado porque estáis obligados a ver estos fenómenos desde el interior. Si pudierais mirar al superuniverso de Orvonton desde una posición muy alejada en el espacio, reconoceríais inmediatamente los diez sectores mayores de la séptima galaxia.
15:3.5 (168.1) El centro de rotación de vuestro sector menor está situado muy lejos en la enorme y densa nube de estrellas de Sagitario, alrededor del cual se mueven vuestro universo local y sus creaciones asociadas. Y en los lados opuestos del vasto sistema subgaláctico Sagitario podéis observar dos grandes corrientes de nubes de estrellas que emergen en forma de prodigiosas volutas estelares.
15:3.6 (168.2) El núcleo del sistema físico al que pertenecen vuestro sol y sus planetas asociados es el centro de la que fuera en su día la nebulosa Andronover. Esta nebulosa, en otro tiempo espiral, fue deformada ligeramente por los trastornos gravitatorios asociados al nacimiento de vuestro sistema solar que fueron provocados por la aproximación de una gran nebulosa vecina. Este conato de colisión transformó Andronover en un agregado un tanto globular, pero no destruyó por completo la procesión de doble sentido de soles y sus grupos físicos asociados. Vuestro sistema solar ocupa ahora una posición bastante central en uno de los brazos de esta espiral deformada, más o menos a medio camino desde el centro hacia el borde del chorro de estrellas.
15:3.7 (168.3) El sector Sagitario y todos los demás sectores y divisiones de Orvonton están rotando alrededor de Uversa, y una parte de la confusión de los observadores de estrellas urantianos se debe a las ilusiones y deformaciones relativas producidas por los múltiples movimientos de revolución que siguen:
15:3.8 (168.4) 1. La revolución de Urantia alrededor de su sol.
15:3.9 (168.5) 2. El circuito de vuestro sistema solar alrededor del núcleo de la que fuera la nebulosa Andronover.
15:3.10 (168.6) 3. La rotación de la familia estelar Andronover y los cúmulos asociados alrededor del centro compuesto de gravedad y rotación de la nube de estrellas de Nebadon.
15:3.11 (168.7) 4. El movimiento circular de la nube local de estrellas de Nebadon y sus creaciones asociadas alrededor del centro de su sector menor situado en Sagitario.
15:3.12 (168.8) 5. La rotación de los cien sectores menores, Sagitario incluido, alrededor de su sector mayor.
15:3.13 (168.9) 6. El giro de los diez sectores mayores, las llamadas derivas estelares, alrededor de Uversa, la sede de Orvonton.
15:3.14 (168.10) 7. El movimiento de Orvonton y los seis superuniversos asociados alrededor del Paraíso y de Havona, la procesión en sentido contrario a las agujas del reloj del nivel de espacio de los superuniversos.
15:3.15 (168.11) Estos movimientos múltiples son de varios órdenes. Las trayectorias de vuestro planeta y vuestro sistema solar en el espacio son genéticas, inherentes a su origen. El movimiento absoluto de Orvonton en sentido contrario a las agujas del reloj es también genético, inherente a los planes arquitectónicos del universo maestro. En cambio los movimientos intermedios son de origen compuesto: provienen en parte de la segmentación constitutiva de la materia-energía para formar los superuniversos y en parte están producidos por la acción inteligente e intencionada de los organizadores paradisiacos de la fuerza.
15:3.16 (168.12) Los universos locales van estando más próximos entre sí a medida que se acercan a Havona; los circuitos son más numerosos y se superponen cada vez más capa sobre capa. Pero a medida que se alejan del centro eterno hay cada vez menos sistemas, capas, circuitos y universos.
15:4.1 (169.1) Si bien la creación y organización de los universos permanecerán para siempre bajo el control de los Creadores infinitos y sus colaboradores, todo el fenómeno se desarrolla mediante una técnica ordenada y conforme a las leyes de la gravedad de la fuerza, la energía y la materia. Pero hay algo misterioso vinculado a la carga de fuerza universal del espacio. Entendemos bien la organización de las creaciones materiales a partir de la etapa ultimatónica, pero no acabamos de comprender del todo la ascendencia cósmica de los ultimatones. Estamos convencidos de que esas fuerzas ancestrales tienen un origen paradisiaco porque se proyectan sin cesar a través del espacio permeado situado exactamente en los gigantescos contornos del Paraíso. Esta carga de fuerza del espacio, antecesora de toda materialización, aunque no responde a la gravedad del Paraíso, responde siempre a la presencia del Paraíso bajo y parece estar encircuitada hacia dentro y hacia fuera del centro del Paraíso bajo.
15:4.2 (169.2) Los organizadores paradisiacos de la fuerza transmutan la potencia del espacio en fuerza primordial y hacen evolucionar este potencial prematerial hasta que lo convierten en las manifestaciones primarias y secundarias de energía con realidad física. Cuando esta energía alcanza niveles de respuesta a la gravedad, entran en escena los directores del poder y sus colaboradores del régimen del superuniverso y emprenden sus manipulaciones sin fin con objeto de establecer los múltiples circuitos del poder y canales de energía de los universos del tiempo y el espacio. Así aparece la materia física en el espacio y se prepara el escenario para inaugurar la organización de los universos.
15:4.3 (169.3) Esta segmentación de la energía es un fenómeno que no ha sido nunca resuelto por los físicos de Nebadon. Su dificultad principal estriba en la relativa inaccesibilidad de los organizadores paradisiacos de la fuerza, pues los directores vivos del poder, aunque están capacitados para hacerse cargo de la energía-espacio, no tienen la menor noción del origen de las energías que tan hábil e inteligentemente manipulan.
15:4.4 (169.4) Los organizadores paradisiacos de la fuerza son los que originan las nebulosas. Son capaces de desencadenar en torno a su presencia en el espacio los enormes ciclones de fuerza que, una vez en marcha, no se pueden detener ni limitar hasta que se movilizan las fuerzas que todo lo permean para la aparición final de las unidades ultimatónicas de la materia del universo. Así se traen a la existencia las nebulosas espirales y otras, las ruedas madre de los soles de origen directo y sus diversos sistemas. En el espacio exterior se pueden ver diez formas diferentes de nebulosas que son fases de la evolución primaria de los universos, y esas vastas ruedas de energía han tenido el mismo origen que tuvieron las de los siete superuniversos.
15:4.5 (169.5) Las nebulosas varían enormemente en tamaño así como en el número resultante y la masa total de su prole estelar y planetaria. Una nebulosa formadora de soles situada justo al norte de las fronteras de Orvonton pero dentro del nivel de espacio de los superuniversos ha dado ya origen a unos cuarenta mil soles, y la rueda madre sigue arrojando soles la mayoría de los cuales tienen varias veces el tamaño del vuestro. Algunas de las nebulosas más grandes del espacio exterior están originando hasta cien millones de soles.
15:4.6 (169.6) Las nebulosas no están relacionadas directamente con ninguna de las unidades administrativas como sectores menores o universos locales, aunque algunos universos locales han sido organizados a partir de los productos de una única nebulosa. Cada universo local abarca exactamente una cienmilésima parte de la carga total de energía de un superuniverso con independencia de su relación nebular, pues la energía no está organizada en nebulosas sino que está universalmente distribuida.
15:4.7 (170.1) No todas las nebulosas espirales están dedicadas a hacer soles. Algunas han retenido el control de mucha de su prole segregada de estrellas, y deben su apariencia espiral al hecho de que sus soles abandonan el brazo nebular en formación cerrada y regresan por diversas rutas. Esto facilita su observación en un punto pero la dificulta cuando van muy dispersos por sus diferentes rutas de regreso, muy alejados hacia fuera del brazo de la nebulosa. En el momento presente no hay muchas nebulosas formadoras de soles activas en Orvonton, aunque Andrómeda, que está fuera del superuniverso habitado, es muy activa. Esta lejana nebulosa es visible a simple vista, y cuando la miréis tened presente que la luz que contempláis salió de aquellos soles lejanos hace casi un millón de años.
15:4.8 (170.2) La galaxia Vía Láctea está compuesta por enormes cantidades de antiguas nebulosas espirales y de otro tipo, muchas de las cuales conservan todavía su configuración original. Pero muchas otras han sufrido tales deformaciones y reorganizaciones a consecuencia de catástrofes internas y de la atracción externa, que esos enormes agregados parecen ahora gigantescas masas luminosas de soles brillantes, como la nube de Magallanes. Cerca de los márgenes exteriores de Orvonton predomina el tipo globular de cúmulos de estrellas.
15:4.9 (170.3) Las extensas nubes de estrellas de Orvonton deberían considerarse como agregados individuales de materia comparables a las distintas nebulosas que se pueden observar en las regiones del espacio exteriores a la galaxia Vía Láctea. Sin embargo, muchas de las llamadas nubes de estrellas del espacio se componen solo de material gaseoso. El enorme potencial de energía de esas nubes de gas estelar es increíble, y una parte de esa energía es recogida por los soles cercanos y reenviada al espacio en forma de emanaciones solares.
15:5.1 (170.4) La mayor parte de la masa contenida en los soles y planetas de un superuniverso se origina en las ruedas nebulares. Una parte muy pequeña de la masa de los superuniversos se organiza por la acción directa de los directores del poder (como en la construcción de las esferas arquitectónicas), aunque una cantidad constantemente variable de materia se origina en el espacio abierto.
15:5.2 (170.5) En cuanto a su origen, la mayoría de los soles, planetas y otras esferas se pueden clasificar en uno de los diez grupos siguientes:
15:5.3 (170.6) 1. Anillos concéntricos de contracción. No todas las nebulosas son espirales. Muchas nebulosas inmensas, en vez de escindirse en un sistema doble de estrellas o de evolucionar en espiral, se condensan mediante la formación de anillos múltiples. Durante largos periodos dicha nebulosa aparece como un enorme sol central rodeado por numerosas nubes gigantescas de formaciones circundantes de materia con apariencia anular.
15:5.4 (170.7) 2. Estrellas de arremolinamiento. Se incluyen entre ellas los soles arrojados de las grandes ruedas madre de gases a alta temperatura. No son arrojados como anillos sino en procesiones a derecha e izquierda. Las estrellas de arremolinamiento se originan también en nebulosas que no son espirales.
15:5.5 (170.8) 3. Planetas de explosión por gravedad. Cuando nace un sol de una nebulosa espiral o de una barrada, no es raro que sea arrojado a una distancia considerable. Este tipo de sol es sumamente gaseoso, pero después de haberse enfriado y condensado un poco puede ocurrir que pase cerca de alguna masa enorme de materia, ya sea un sol gigantesco o una isla oscura del espacio. Puede que no se aproxime lo suficiente como para colisionar pero sí lo suficiente como para hacer que la fuerza de gravedad del cuerpo más grande provoque convulsiones mareales en el más pequeño y origine una serie de levantamientos mareales simultáneos en lados opuestos del sol convulsionado. En su punto álgido estas erupciones explosivas producen una serie de agregados de materia de tamaño variable que pueden ser proyectados más allá de la zona de recuperación por gravedad del sol en erupción, y llegar así a estabilizarse en órbitas propias alrededor de uno de los dos cuerpos implicados en este episodio. Más adelante las acumulaciones más grandes de materia se unen y van atrayendo gradualmente hacia sí a los cuerpos más pequeños. De este modo se traen a la existencia muchos de los planetas sólidos de los sistemas menores. Este fue precisamente el origen de vuestro sistema solar.
15:5.6 (171.1) 4. Hijas planetarias centrífugas. En ciertas etapas de su desarrollo, y si su velocidad de revolución se acelera mucho, los soles enormes empiezan a arrojar grandes cantidades de materia que puede ser reunida posteriormente para formar mundos pequeños que continúan circundando al sol matriz.
15:5.7 (171.2) 5. Esferas por deficiencia de gravedad. Hay un límite crítico para el tamaño de cada estrella. Cuando un sol alcanza ese límite está condenado a partirse a menos que reduzca su velocidad de revolución. Se produce una fisión del sol y nace una nueva estrella doble de esa variedad. Se pueden formar posteriormente numerosos planetas pequeños como subproducto de esta gigantesca perturbación.
15:5.8 (171.3) 6. Estrellas de contractura. En los sistemas más pequeños el planeta exterior más grande atrae a veces hacia sí a sus mundos vecinos, mientras que los planetas cercanos al sol inician su caída terminal. En vuestro sistema solar un final así significaría que los cuatro planetas interiores serían reclamados por el Sol, mientras que el planeta más grande, Júpiter, aumentaría mucho de tamaño al capturar los mundos restantes. La aparición de dos soles adyacentes pero desiguales sería el resultado de semejante final de un sistema solar, que es uno de los tipos de formación de estrellas dobles. Estas catástrofes son poco frecuentes excepto en la periferia de los agregados de estrellas de los superuniversos.
15:5.9 (171.4) 7. Esferas acumulativas. A partir de la enorme cantidad de materia que circula por el espacio se pueden acumular lentamente pequeños planetas. Aumentan por acreción meteórica y por colisiones menores. En ciertos sectores del espacio las condiciones favorecen estas formas de nacimiento planetario. Muchos de los mundos habitados han tenido este origen.
15:5.10 (171.5) Algunas de las densas islas oscuras son el resultado directo de las acreciones de energía en transmutación en el espacio. Otro grupo de estas islas oscuras se ha generado por acumulación de enormes cantidades de materia fría, meros fragmentos y meteoros que circulan por el espacio. Estos agregados de materia nunca han estado a altas temperaturas y, excepto por su densidad, su composición es muy similar a la de Urantia.
15:5.11 (171.6) 8. Soles apagados. Algunas de las islas oscuras del espacio son soles aislados, apagados después de haber emitido toda su energía-espacio disponible. Las unidades organizadas de materia se acercan a la condensación plena, a la consolidación prácticamente completa. Y se requieren edades y edades para que masas tan enormes de materia altamente condensada se recarguen en los circuitos del espacio y se preparen así para nuevos ciclos de funcionamiento en el universo tras una colisión o algún otro acontecimiento cósmico igualmente revivificador.
15:5.12 (171.7) 9. Esferas de colisión. En las regiones de cúmulos más densos no es raro que se produzcan colisiones. Esos reajustes astronómicos van acompañados de enormes cambios de energía y transmutaciones de materia. Las colisiones en las que intervienen soles muertos inducen de modo peculiar a crear fluctuaciones de energía muy extendidas. Los escombros de las colisiones constituyen con frecuencia núcleos materiales para la formación posterior de cuerpos planetarios aptos para ser habitados por mortales.
15:5.13 (172.1) 10. Mundos arquitectónicos. Son los mundos construidos según planes y especificaciones orientados a algún propósito especial como el caso de Salvington, la sede central de vuestro universo local, y de Uversa, la sede del gobierno de nuestro superuniverso.
15:5.14 (172.2) Hay muchas otras técnicas para hacer evolucionar soles y segregar planetas, pero los procedimientos anteriores esbozan los métodos por los que se traen a la existencia la inmensa mayoría de los sistemas estelares y familias planetarias. Acometer la descripción de las diferentes técnicas implicadas en las metamorfosis estelares y en la evolución de los planetas supondría exponer casi cien modos diferentes de formar soles y originar planetas. A medida que vuestros estudiosos de las estrellas escruten los cielos, observarán fenómenos que serán indicios de todos esos modos de evolución estelar, pero rara vez detectarán pruebas de la formación de las pequeñas acumulaciones no luminosas de materia que sirven como planetas habitados y son lo más importante de las inmensas creaciones materiales.
15:6.1 (172.3) Con independencia de su origen, las varias esferas del espacio se pueden clasificar en las siguientes divisiones principales:
15:6.2 (172.4) 1. Soles: las estrellas del espacio.
15:6.3 (172.5) 2. Islas oscuras del espacio.
15:6.4 (172.6) 3. Cuerpos espaciales menores: cometas, meteoros y planetesimales.
15:6.5 (172.7) 4. Planetas, incluidos los mundos habitados.
15:6.6 (172.8) 5. Esferas arquitectónicas: mundos hechos a medida.
15:6.7 (172.9) A excepción de las esferas arquitectónicas, todos los cuerpos del espacio han tenido un origen evolutivo en el sentido de que no han sido traídos a la existencia por un fíat de la Deidad; evolutivo en el sentido de que los actos creativos de Dios se han desplegado mediante una técnica de espacio-tiempo por la intervención de muchas de las inteligencias creadas y devenidas de la Deidad.
15:6.8 (172.10) Los soles. Son las estrellas del espacio en sus varias etapas de existencia. Algunos son sistemas del espacio que evolucionan en solitario. Otros son estrellas dobles, sistemas planetarios en proceso de contracción o de desaparición. Las estrellas del espacio existen en no menos de mil estados y etapas diferentes. Estáis familiarizados con los soles que emiten luz acompañada de calor, pero hay también soles que brillan sin calor.
15:6.9 (172.11) Los billones y billones de años que un sol normal seguirá emitiendo calor y luz ilustran bien la inmensa reserva de energía que contiene cada unidad de materia. La energía propiamente dicha almacenada en esas partículas invisibles de materia física es casi inimaginable. Y esta energía se hace casi enteramente disponible en forma de luz cuando es sometida a la enorme presión del calor y a las actividades de energía asociadas que prevalecen en el interior de los soles ardientes. Hay además otras condiciones que permiten a estos soles transformar y emitir gran parte de la energía del espacio que les llega por los circuitos establecidos del espacio. Muchas fases de la energía física y todas las formas de materia son atraídas hacia las dinamos solares y distribuidas posteriormente por ellas. De esta forma los soles, al actuar como estaciones automáticas de control del poder, sirven como aceleradores locales de la circulación de energía.
15:6.10 (172.12) El superuniverso de Orvonton es iluminado y calentado por más de diez billones de soles ardientes. Estos soles son las estrellas de vuestro sistema astronómico observable. Más de dos billones están demasiado lejos y son demasiado pequeños como para poder ser vistos desde Urantia. Pero en el universo maestro hay tantos soles como vasos de agua en los océanos de vuestro mundo.
15:6.11 (173.1) Las islas oscuras del espacio. Son soles muertos y otros grandes agregados de materia desprovistos de luz y calor. Las islas oscuras tienen a veces una masa enorme y ejercen una poderosa influencia en el equilibrio del universo y en la manipulación de la energía. La densidad de algunas de estas grandes masas es casi increíble. Y esta gran concentración de masa hace que estas islas oscuras funcionen como poderosos volantes de compensación que mantienen bajo control efectivo a los grandes sistemas vecinos. Mantienen el equilibrio de gravedad del poder en muchas constelaciones. Muchos sistemas físicos que de otro modo se precipitarían a su destrucción hacia los soles cercanos son mantenidos firmemente dentro del control de la gravedad de estas islas oscuras protectoras. Gracias a este funcionamiento podemos localizarlas con precisión. Hemos medido la fuerza de atracción de la gravedad de los cuerpos luminosos y podemos por lo tanto calcular con exactitud el tamaño y la posición de las islas oscuras del espacio que con tanta eficacia mantienen la estabilidad de un determinado sistema en su curso.
15:6.12 (173.2) Los cuerpos menores del espacio. Los meteoros y otras pequeñas partículas de materia que circulan y evolucionan en el espacio constituyen un agregado enorme de energía y sustancia material.
15:6.13 (173.3) Muchos cometas son la prole salvaje y no establecida de las ruedas madre solares y son sometidos gradualmente al control del sol central gobernante. Los cometas tienen también otros muchos orígenes. La cola de un cometa apunta en dirección contraria al cuerpo o sol que lo atrae debido a la reacción eléctrica de sus gases sumamente expandidos y debido también a la presión propiamente dicha de la luz y de otras energías que emanan del sol. Este fenómeno constituye una de las pruebas concluyentes de la realidad de la luz y de sus energías asociadas; demuestra que la luz tiene peso. La luz es una sustancia real, no simplemente ondas de un hipotético éter.
15:6.14 (173.4) Los planetas. Son los agregados más grandes de materia que siguen una órbita alrededor de un sol o de algún otro cuerpo del espacio. Su tamaño va desde los planetesimales hasta las enormes esferas gaseosas, líquidas o sólidas. Los mundos fríos que se han ido acumulando por la reunión de material flotante del espacio, cuando se encuentran en relación apropiada con un sol cercano, son los planetas ideales para albergar a habitantes inteligentes. Por regla general los soles muertos no son adecuados para la vida; suelen estar demasiado lejos de un sol vivo y ardiente y son además demasiado masivos; la gravedad que hay en su superficie es enorme.
15:6.15 (173.5) En vuestro superuniverso los planetas fríos habitables por seres de vuestro orden no llegan a uno entre cuarenta. Y por supuesto, ni los soles sobrecalentados ni los gélidos mundos periféricos son adecuados para albergar vida superior. En vuestro sistema solar solo tres planetas son adecuados en el presente para albergar vida. Por su tamaño, densidad y ubicación, Urantia es ideal como hábitat humano en muchos sentidos.
15:6.16 (173.6) Las leyes de comportamiento de la energía física son básicamente universales, pero las influencias locales tienen mucho que ver con las condiciones físicas que prevalecen en cada planeta y en los sistemas locales. Una variedad casi interminable de vida de criaturas y otras manifestaciones vivas caracteriza a los incontables mundos del espacio. Hay, sin embargo, ciertos puntos de similitud en un grupo de mundos asociados de un sistema dado, como también hay un patrón de vida inteligente para un universo. Hay relaciones físicas entre los sistemas planetarios que pertenecen al mismo circuito físico y que se siguen de cerca unos a otros en el giro sin fin alrededor del círculo de los universos.
15:7.1 (174.1) El gobierno de cada superuniverso preside desde cerca del centro de los universos evolutivos de su segmento de espacio y allí ocupa un mundo hecho a medida y poblado por personalidades acreditadas. Estos mundos sede son esferas arquitectónicas, cuerpos del espacio construidos específicamente para su propósito especial. Aunque comparten la luz de los soles cercanos, estas esferas se iluminan y calientan de forma independiente. Cada una tiene un sol que entrega luz sin calor, como los satélites del Paraíso, y cada una se abastece de calor mediante la circulación de ciertas corrientes de energía cercanas a la superficie de la esfera. Estos mundos sede pertenecen a uno de los sistemas más grandes situado cerca del centro astronómico de sus superuniversos respectivos.
15:7.2 (174.2) El tiempo está estandarizado en las sedes de los superuniversos. El día estándar del superuniverso de Orvonton es igual a casi treinta días del tiempo de Urantia, y el año de Orvonton es igual a cien días estándar. Este año de Uversa es el estándar en el séptimo superuniverso, y le faltan veintidós minutos para equivaler a tres mil días del tiempo de Urantia, es decir, alrededor de ocho y un quinto de vuestros años.
15:7.3 (174.3) Los mundos sede de los siete superuniversos comparten la naturaleza y la grandiosidad del Paraíso, su patrón central de perfección. En realidad todos los mundos sede son paradisiacos. Son en verdad moradas celestiales y van aumentando en tamaño material, belleza de morontia y gloria de espíritu desde Jerusem hasta la Isla central. Y todos los satélites de estos mundos sede son también esferas arquitectónicas.
15:7.4 (174.4) Los diversos mundos sede están provistos de todas las fases de la creación material y espiritual. Los seres materiales, morontiales y espirituales de todo tipo están en su casa en estos mundos de encuentro de los universos. A medida que las criaturas mortales ascienden en el universo y pasan de los ámbitos materiales a los espirituales, nunca pierden el aprecio ni el disfrute de sus niveles anteriores de existencia.
15:7.5 (174.5) Jerusem, la sede de vuestro sistema local de Satania, tiene sus siete mundos de cultura de transición, cada uno de los cuales está rodeado por siete satélites entre los que se encuentran los siete mundos mansión de detención en la morontia, la primera residencia posmortal del hombre. El término cielo tal como se ha utilizado en Urantia se ha referido a veces a estos siete mundos mansión; se denomina primer cielo al primer mundo mansión, y así sucesivamente hasta el séptimo.
15:7.6 (174.6) Edentia, la sede de vuestra constelación de Norlatiadek, tiene sus setenta satélites de cultura y formación socializadora donde residen los ascendentes después de haber terminado en Jerusem el régimen de movilización, unificación y realización de la personalidad.
15:7.7 (174.7) Salvington, la capital de Nebadon, vuestro universo local, está rodeada por diez grupos universitarios de cuarenta y nueve esferas cada uno. Ahí es espiritualizado el hombre después de haber sido socializado en la constelación.
15:7.8 (174.8) Umenor tercero, la sede de Ensa, vuestro sector menor, está rodeado por las siete esferas de los estudios físicos superiores de la vida ascendente.
15:7.9 (174.9) Umayor quinto, la sede de Splandon, vuestro sector mayor, está rodeado por las setenta esferas de la formación intelectual progresiva del superuniverso.
15:7.10 (175.1) Uversa, la sede de Orvonton, vuestro superuniverso, está rodeado directamente por las siete universidades superiores de formación espiritual avanzada para las criaturas ascendentes con voluntad. Cada uno de estos siete grupos de esferas maravillosas consta de setenta mundos especializados que contienen miles y miles de instituciones y organizaciones repletas dedicadas a la formación en el universo y la cultura del espíritu, donde los peregrinos del tiempo son reeducados y reexaminados en preparación para su largo vuelo a Havona. Los peregrinos del tiempo son recibidos siempre a su llegada en estos mundos asociados, pero cuando los graduados se marchan son siempre enviados directamente a Havona desde las orillas de Uversa.
15:7.11 (175.2) Uversa es la sede espiritual y administrativa de aproximadamente un billón de mundos habitados o habitables. La gloria, la grandiosidad y la perfección de la capital de Orvonton sobrepasan todas las maravillas de las creaciones del espacio-tiempo.
15:7.12 (175.3) Si todos los universos locales proyectados y sus partes integrantes estuvieran establecidos, habría algo menos de quinientos mil millones de mundos arquitectónicos en los siete superuniversos.
15:8.1 (175.4) Las esferas sede de los superuniversos están construidas de tal manera que pueden funcionar como eficientes reguladores de la energía-poder para sus diversos sectores y sirven como puntos focales para impulsar la energía hacia los universos locales que los integran. Ejercen una poderosa influencia sobre el equilibrio y el control de las energías físicas que circulan por el espacio organizado.
15:8.2 (175.5) Otras funciones reguladoras las realizan los centros del poder y los controladores físicos del superuniverso, entidades inteligentes vivas y semivivas expresamente constituidas para este propósito. Estos centros y controladores del poder son difíciles de entender. Los órdenes más bajos no son volitivos, no poseen voluntad, no eligen, sus funciones son muy inteligentes pero aparentemente automáticas e inherentes a su organización altamente especializada. Los centros del poder y los controladores físicos de los superuniversos asumen la dirección y el control parcial de los treinta sistemas de energía que componen el dominio gravita. Los circuitos de energía física administrados por los centros del poder de Uversa requieren algo más de 968 millones de años para completar la circunvalación del superuniverso.
15:8.3 (175.6) La energía en evolución tiene sustancia; tiene peso, aunque el peso es siempre relativo y depende de la velocidad de revolución, de la masa y de la antigravedad. La masa de la materia tiende a retardar la velocidad de la energía; y la velocidad de la energía, presente en todas partes, representa la dotación inicial de velocidad, menos el retardo producido por la masa encontrada en su tránsito, más la función reguladora de los controladores vivos de energía del superuniverso y la influencia física de cuerpos cercanos muy calientes o muy cargados.
15:8.4 (175.7) El plan universal de mantenimiento del equilibrio entre la materia y la energía exige el perpetuo hacerse y deshacerse de las unidades materiales menores. Los Directores del Poder del Universo tienen la capacidad de condensar y retener o de expandir y liberar cantidades variables de energía.
15:8.5 (175.8) Si la influencia retardadora durara lo suficiente, la gravedad terminaría por convertir toda la energía en materia de no ser por dos factores: primero, por las influencias antigravitatorias de los controladores de energía y segundo, porque la materia organizada tiende a desintegrarse bajo ciertas condiciones que se dan en las estrellas muy calientes y bajo ciertas condiciones peculiares del espacio cercano a los cuerpos fríos y sumamente energizados de materia condensada.
15:8.6 (176.1) Cuando la masa se agrupa en exceso y amenaza con desequilibrar la energía, con agotar los circuitos del poder físico, intervienen los controladores físicos a no ser que la tendencia propia de la gravedad a seguir materializando energía sea neutralizada por una colisión entre gigantes muertos del espacio, con lo que se disipan total e instantáneamente las acumulaciones de gravedad. En esos episodios de colisión masas enormes de materia se convierten repentinamente en la forma más rara de energía y comienza de nuevo la lucha por el equilibrio universal. A la larga los sistemas físicos más grandes se estabilizan, se asientan físicamente, y son incorporados a los circuitos equilibrados y establecidos de los superuniversos. Tras este suceso no volverá a haber colisiones ni otras catástrofes devastadoras en estos sistemas establecidos.
15:8.7 (176.2) Durante los periodos de energía excedentaria, hay alteraciones en el poder y fluctuaciones de calor acompañadas de manifestaciones eléctricas. Durante los periodos de energía deficitaria, aumenta la tendencia de la materia a agruparse, condensarse y descontrolarse en los circuitos más delicadamente equilibrados, con los resultantes ajustes por mareas o colisiones que restablecen rápidamente el equilibrio entre la energía circulante y la materia más literalmente estabilizada. Pronosticar además de entender el comportamiento probable de los soles ardientes y las islas oscuras del espacio es una de las tareas de los observadores celestiales de estrellas.
15:8.8 (176.3) Somos capaces de reconocer la mayoría de las leyes que gobiernan el equilibrio del universo y de predecir gran parte de lo que concierne a la estabilidad del universo. Nuestros pronósticos son fiables en la práctica, aunque tenemos que enfrentarnos siempre a ciertas fuerzas que no se ajustan plenamente a las leyes de control de la energía y de comportamiento de la materia que conocemos. La predictibilidad de todos los fenómenos físicos se va dificultando a medida que nos adentramos en los universos y nos alejamos del Paraíso. Al pasar más allá de las fronteras de la administración personal de los Regidores del Paraíso, afrontamos una incapacidad cada vez mayor de calcular según los criterios establecidos y la experiencia adquirida de las observaciones exclusivamente relacionadas con los fenómenos físicos de los sistemas astronómicos cercanos. Incluso en los mundos de los siete superuniversos vivimos inmersos entre acciones de fuerza y reacciones de energía que permean todos nuestros dominios y se extienden con equilibrio unificado por todas las regiones del espacio exterior.
15:8.9 (176.4) Cuanto más nos alejamos, más seguros estamos de encontrarnos con fenómenos variables e imprevisibles que son tan infaliblemente característicos de las presencias y actuaciones insondables de los Absolutos y las Deidades experienciales. Y estos fenómenos tienen que ser indicio de algún sobrecontrol universal de todas las cosas.
15:8.10 (176.5) En apariencia el superuniverso de Orvonton se está ahora descargando y parece que los universos exteriores se están cargando para actividades futuras sin precedentes. El universo central de Havona está eternamente estabilizado. La gravedad y la ausencia de calor (el frío) organizan y mantienen la materia unida; el calor y la antigravedad desbaratan la materia y disipan energía. Los directores vivos del poder y los organizadores vivos de la fuerza son el secreto del control especial y la dirección inteligente de la metamorfosis sin fin de hacer, deshacer y rehacer universos. Las nebulosas podrán dispersarse, los soles apagarse, los sistemas desaparecer y los planetas perecer, pero los universos no se agotan.
15:9.1 (176.6) Los circuitos universales del Paraíso permean de hecho los mundos de los siete superuniversos. Estos circuitos de presencia son: la gravedad de personalidad del Padre Universal, la gravedad espiritual del Hijo Eterno, la gravedad de mente del Actor Conjunto y la gravedad material de la Isla eterna.
15:9.2 (177.1) Además de los circuitos universales paradisiacos y además de las presencias y actuaciones de los Absolutos y las Deidades experienciales, solo funcionan dentro del nivel de espacio de los superuniversos dos divisiones de circuitos de energía o segregaciones del poder: los circuitos de los superuniversos y los circuitos de los universos locales.
15:9.3 (177.2) Los circuitos de los superuniversos:
15:9.4 (177.3) 1. El circuito unificador de inteligencia de uno de los siete Espíritus Maestros del Paraíso. Este circuito de mente cósmica está limitado a un solo superuniverso.
15:9.5 (177.4) 2. El circuito del servicio reflectante de los siete Espíritus Reflectantes de cada superuniverso.
15:9.6 (177.5) 3. Los circuitos secretos de los Monitores de Misterio, interasociados de alguna manera y encaminados a través de Divinington hacia el Padre Universal que está en el Paraíso.
15:9.7 (177.6) 4. El circuito de intercomunión del Hijo Eterno con sus Hijos del Paraíso.
15:9.8 (177.7) 5. La presencia instantánea del Espíritu Infinito.
15:9.9 (177.8) 6. Los comunicados del Paraíso, los informes de Havona para el espacio.
15:9.10 (177.9) 7. Los circuitos de energía de los centros del poder y de los controladores físicos.
15:9.11 (177.10) Los circuitos de los universos locales:
15:9.12 (177.11) 1. El espíritu de otorgamiento de los Hijos del Paraíso, el Confortador de los mundos de otorgamiento. El Espíritu de la Verdad, el espíritu de Miguel en Urantia.
15:9.13 (177.12) 2. El circuito de las Ministras Divinas, los Espíritus Madre de los universos locales, el Espíritu Santo de vuestro mundo.
15:9.14 (177.13) 3. El circuito del ministerio de inteligencia de un universo local, que incluye la presencia de los espíritus-mente adjutores con diversidad de funciones.
15:9.15 (177.14) Cuando en un universo local se desarrolla tal armonía espiritual que sus circuitos individuales y conjuntos llegan a no distinguirse de los del superuniverso, cuando prevalecen realmente esa identidad de funcionamiento y esa unicidad de ministerio, el universo local se incorpora inmediatamente a los circuitos asentados de luz y vida y adquiere en el acto el derecho a ser admitido en la confederación espiritual de la unión perfeccionada de la supercreación. Los requisitos de admisión en los consejos de los Ancianos de los Días como miembro de la confederación del superuniverso son los siguientes:
15:9.16 (177.15) 1. Estabilidad física. Las estrellas y los planetas de un universo local deben estar en equilibrio; los periodos de metamorfosis estelar inmediata deben haber concluido. El universo debe estar siguiendo una trayectoria clara; su órbita tiene que estar asentada de forma segura y definitiva.
15:9.17 (177.16) 2. Lealtad espiritual. Debe existir un estado de reconocimiento universal del Hijo Soberano de Dios que preside los asuntos de dicho universo local y de lealtad universal hacia él. Tiene que haberse establecido un estado de cooperación armoniosa entre los planetas individuales, los sistemas y las constelaciones de todo el universo local.
15:9.18 (177.17) En cuanto a vuestro universo local, ni siquiera se considera que forme parte del orden físicamente asentado del superuniverso, ni mucho menos que tenga la condición de miembro de la familia espiritual reconocida del supergobierno. Aunque Nebadon no tiene aún representación en Uversa, los que participamos en el gobierno del superuniverso somos enviados algunas veces a sus mundos en misiones especiales como esta que me ha traído a Urantia directamente desde Uversa. Prestamos toda la asistencia posible a vuestros directores y regidores en la solución de sus difíciles problemas; estamos deseosos de ver que vuestro universo se cualifica para su plena admisión en las creaciones asociadas de la familia del superuniverso.
15:10.1 (178.1) Las sedes de los superuniversos son los centros del alto gobierno espiritual de los dominios del espacio-tiempo. La rama ejecutiva del supergobierno, que tiene su origen en los Consejos de la Trinidad, está dirigida directamente por uno de los siete Espíritus Maestros con capacidad de supervisión suprema, seres que se sientan en escaños de autoridad paradisiaca y administran los superuniversos a través de los siete Ejecutivos Supremos emplazados en los siete mundos especiales del Espíritu Infinito, los satélites más exteriores del Paraíso.
15:10.2 (178.2) Las sedes de los superuniversos son los lugares donde moran los Espíritus Reflectantes y los Auxiliares Reflectantes de Imagen. Desde esta posición intermedia, estos seres maravillosos dirigen sus formidables operaciones de reflectividad y aportan su ministerio al universo central por encima y a los universos locales por debajo.
15:10.3 (178.3) Cada superuniverso está presidido por tres Ancianos de los Días, los jefes ejecutivos conjuntos del supergobierno. En su rama ejecutiva el personal de gobierno del superuniverso consta de siete grupos diferentes:
15:10.4 (178.4) 1. Ancianos de los Días.
15:10.5 (178.5) 2. Perfeccionadores de la Sabiduría.
15:10.6 (178.6) 3. Consejeros Divinos.
15:10.7 (178.7) 4. Censores Universales.
15:10.8 (178.8) 5. Mensajeros Poderosos.
15:10.9 (178.9) 6. Los Altos en Autoridad.
15:10.10 (178.10) 7. Los sin Nombre ni Número.
15:10.11 (178.11) A los tres Ancianos de los Días les asiste directamente un cuerpo de mil millones de Perfeccionadores de la Sabiduría que tiene asociados a tres mil millones de Consejeros Divinos. Mil millones de Censores Universales están adscritos a la administración de cada superuniverso. Estos tres grupos son Personalidades de igual rango de la Trinidad y tienen su origen de modo directo y divino en la Trinidad del Paraíso.
15:10.12 (178.12) Los tres órdenes restantes, los Mensajeros Poderosos, Los Altos en Autoridad y Los sin Nombre ni Número son mortales ascendentes glorificados. El primero de estos órdenes subió por el régimen ascendente y pasó por Havona en los días de Grandfanda. Tras alcanzar el Paraíso fueron incorporados al Cuerpo de la Finalización, abrazados por la Trinidad del Paraíso y asignados posteriormente al servicio elevado de los Ancianos de los Días. Como clase, estos tres órdenes se conocen como los Hijos Trinizados de Logro, y aunque de origen dual, están ahora al servicio de la Trinidad. Así fue ampliada la rama ejecutiva del gobierno del superuniverso para incluir a los hijos glorificados y perfeccionados de los mundos evolutivos.
15:10.13 (178.13) El consejo de iguales del superuniverso se compone de los siete grupos ejecutivos nombrados más arriba junto con los siguientes regidores de sectores y otros supervisores regionales:
15:10.14 (179.1) 1. Perfecciones de los Días, regidores de los sectores mayores de los superuniversos.
15:10.15 (179.2) 2. Recientes de los Días, directores de los sectores menores de los superuniversos.
15:10.16 (179.3) 3. Uniones de los Días, consejeros paradisiacos de los gobernantes de los universos locales.
15:10.17 (179.4) 4. Fieles de los Días, consejeros paradisiacos de los gobernantes Altísimos de los gobiernos de las constelaciones.
15:10.18 (179.5) 5. Los Maestros Hijos de la Trinidad que puedan estar casualmente de servicio en la sede de los superuniversos.
15:10.19 (179.6) 6. Los Eternos de los Días que puedan estar presentes en la sede del superuniverso.
15:10.20 (179.7) 7. Los siete Auxiliares Reflectantes de Imagen, portavoces de los siete Espíritus Reflectantes y a través de ellos representantes de los siete Espíritus Maestros del Paraíso.
15:10.21 (179.8) Los Auxiliares Reflectantes de Imagen actúan también como representantes de numerosos grupos de seres que influyen en los gobiernos de los superuniversos pero no están, en el presente y por varias razones, plenamente activos en sus capacidades individuales. Se incluyen en este grupo: la manifestación en evolución de la personalidad del Ser Supremo en los superuniversos, los Supervisores No Cualificados del Supremo, los Representantes Cualificados del Último, los reflectores de enlace innominados de Majeston y los representantes de espíritu superpersonales del Hijo Eterno.
15:10.22 (179.9) En los mundos sede de los superuniversos es posible encontrar casi en cualquier momento representantes de todos los grupos de seres creados. El trabajo de rutina de ministrar a los superuniversos lo realizan las poderosas seconafines y otros miembros de la vasta familia del Espíritu Infinito. En el trabajo de estos maravillosos centros de administración, control, ministerio y juicio ejecutivo de los superuniversos, las inteligencias de cada esfera de vida universal se entrelazan en el servicio eficaz, la administración sabia, el ministerio de amor y el juicio justo.
15:10.23 (179.10) Los superuniversos no mantienen ningún tipo de representación de embajadores; están completamente aislados entre sí. Solo saben de los asuntos mutuos a través del centro paradisiaco de intercambio de información que mantienen los siete Espíritus Maestros. Sus regidores trabajan en los consejos de sabiduría divina por el bienestar de sus propios superuniversos sin tener en cuenta lo que pueda estar ocurriendo en otras secciones de la creación universal. Este aislamiento de los superuniversos persistirá hasta el momento en que una factualización más completa de la personalidad y la soberanía del Ser Supremo experiencial en evolución consiga su coordinación.
15:11.1 (179.11) Es en mundos como Uversa donde los seres que representan la autocracia de la perfección y la democracia de la evolución se encuentran cara a cara. La rama ejecutiva del supergobierno se origina en los dominios de la perfección; la rama legislativa brota del florecimiento de los universos evolutivos.
15:11.2 (179.12) La asamblea deliberante del superuniverso está limitada al mundo sede central. Este consejo legislativo o consultivo consta de siete cámaras, y para cada una de ellas cada universo local admitido en los consejos del superuniverso elige un representante nativo. Estos representantes son elegidos por los altos consejos de dichos universos locales entre los peregrinos ascendentes graduados de Orvonton que siguen en Uversa y están acreditados para su transporte a Havona. El periodo medio de servicio es de unos cien años del tiempo estándar del superuniverso.
15:11.3 (180.1) No he sabido nunca de ningún desacuerdo entre los ejecutivos de Orvonton y la asamblea de Uversa. En la historia de nuestro superuniverso el cuerpo deliberante no ha aprobado nunca hasta ahora ninguna recomendación que la división ejecutiva del supergobierno haya dudado siquiera en llevar a cabo. Siempre han prevalecido la armonía y el acuerdo de trabajo más perfectos, y todo esto atestigua el hecho de que los seres evolutivos pueden alcanzar realmente las cumbres de la sabiduría perfeccionada que los cualifica para actuar en asociación con las personalidades de origen perfecto y naturaleza divina. La presencia de las asambleas deliberantes en las sedes de los superuniversos revela la sabiduría y anticipa el triunfo último del magno concepto evolutivo del Padre Universal y su Hijo Eterno.
15:12.1 (180.2) Cuando hablamos de las ramas ejecutiva y deliberante del gobierno de Uversa podríais razonar, por analogía con ciertas formas de gobierno civil de Urantia, que deberíamos tener una tercera rama o rama judicial. De hecho la tenemos, aunque no tiene personal propio. Nuestras cortes están constituidas como sigue. Dependiendo de la gravedad del caso preside un Anciano de los Días, un Perfeccionador de la Sabiduría o un Consejero Divino. Las pruebas a favor o en contra de un individuo, un planeta, un sistema, una constelación o un universo las presentan e interpretan los Censores. La defensa de los hijos del tiempo y de los planetas evolutivos la brindan los Mensajeros Poderosos, observadores oficiales del gobierno del superuniverso para los universos y sistemas locales. La actitud del gobierno más alto está representada por Los Altos en Autoridad. Y el veredicto lo formula generalmente una comisión de tamaño variable compuesta a partes iguales por Los sin Nombre ni Número y un grupo de personalidades comprensivas elegidas entre la asamblea deliberante.
15:12.2 (180.3) Las cortes de los Ancianos de los Días son los altos tribunales de revisión para enjuiciamiento espiritual de todos los universos componentes. Los Hijos Soberanos de los universos locales son supremos en sus propios dominios. Solo están sujetos al supergobierno en la medida en que sometan voluntariamente asuntos al consejo o fallo de los Ancianos de los Días, excepto en casos que impliquen la extinción de criaturas con voluntad. Los mandatos de enjuiciamiento se originan en los universos locales, pero las sentencias que implican la extinción de criaturas con voluntad se formulan siempre en la sede del superuniverso y se ejecutan desde allí. Los Hijos de los universos locales pueden decretar la supervivencia de un hombre mortal, pero solo los Ancianos de los Días pueden celebrar juicios ejecutivos sobre cuestiones de vida y muerte eterna.
15:12.3 (180.4) En todos los casos que no requieren proceso con presentación de pruebas, los Ancianos de los Días o sus colaboradores se encargan de las decisiones y sus resoluciones son siempre unánimes. Estamos hablando de los consejos de la perfección, y no hay desacuerdos ni opiniones minoritarias en las sentencias de estos tribunales supremos y superlativos.
15:12.4 (180.5) Con algunas raras excepciones, los supergobiernos ejercen su jurisdicción sobre todas las cosas y todos los seres de sus respectivos dominios. No hay apelación a las resoluciones y decisiones de las autoridades del superuniverso, pues representan las opiniones concordantes de los Ancianos de los Días y del Espíritu Maestro que, desde el Paraíso, preside los destinos del superuniverso en cuestión.
15:13.1 (181.1) Un sector mayor comprende más o menos la décima parte de un superuniverso y consta de cien sectores menores, diez mil universos locales, unos cien mil millones de mundos habitables. Estos sectores mayores están administrados por tres Perfecciones de los Días, Personalidades Supremas de la Trinidad.
15:13.2 (181.2) Las cortes de los Perfecciones de los Días están constituidas de forma muy semejante a las de los Ancianos de los Días, salvo que no juzgan espiritualmente a los mundos. La labor de estos gobiernos de los sectores mayores tiene que ver principalmente con el estatus intelectual de una extensa creación. Los sectores mayores detienen, fallan, administran justicia y tabulan, para dar cuenta a los tribunales de los Ancianos de los Días, sobre todos los asuntos de naturaleza rutinaria y administrativa que sean importantes para el superuniverso y no estén directamente relacionados con la administración espiritual de los mundos ni con el desarrollo de los planes de los Regidores del Paraíso para la ascensión de los mortales. El personal de gobierno de un sector mayor no es diferente del de un superuniverso.
15:13.3 (181.3) Así como los magníficos satélites de Uversa se ocupan de vuestra preparación espiritual final para Havona, los setenta satélites de Umayor quinto se dedican a vuestra formación y desarrollo intelectual en el superuniverso. Allí están reunidos los seres sabios procedentes de todo Orvonton que preparan incansablemente a los mortales del tiempo para que puedan seguir progresando hacia la carrera de la eternidad. La mayor parte de esta formación de los mortales ascendentes se lleva a cabo en los setenta mundos de estudio.
15:13.4 (181.4) Los gobiernos de los sectores menores están presididos por tres Recientes de los Días. Su administración se ocupa principalmente del control, la unificación y la estabilización física, y de la coordinación rutinaria de la administración de los universos locales que los componen. Cada sector menor abarca hasta cien universos locales, diez mil constelaciones, un millón de sistemas o alrededor de mil millones de mundos habitables.
15:13.5 (181.5) Los mundos sede de los sectores menores son el gran lugar de reunión de los Controladores Físicos Maestros. Estos mundos sede están rodeados por las siete esferas de instrucción que constituyen las escuelas de ingreso del superuniverso y son los centros de formación para el conocimiento físico y administrativo del universo de universos.
15:13.6 (181.6) Los administradores de los gobiernos de los sectores menores están bajo la jurisdicción directa de los regidores del sector mayor. Los Recientes de los Días reciben todos los informes de observaciones y coordinan todas las recomendaciones que llegan al superuniverso procedentes, por una parte, de los Uniones de los Días que están destacados como observadores de la Trinidad y consejeros en las esferas sede de los universos locales, y por otra, de los Fieles de los Días que están adscritos de forma similar a los consejos de los Altísimos en las sedes de las constelaciones. Todos estos informes se transmiten a los Perfecciones de los Días de los sectores mayores para ser pasados posteriormente a las cortes de los Ancianos de los Días. Y así, el régimen de la Trinidad se extiende desde las constelaciones de los universos locales hasta la sede del superuniverso. Las sedes de los sistemas locales no tienen representantes de la Trinidad.
15:14.1 (181.7) Hay siete propósitos principales que se están desplegando en la evolución de los siete superuniversos. Cada propósito principal de la evolución de los superuniversos encontrará su expresión más plena solo en uno de los siete superuniversos y, por lo tanto, cada superuniverso tiene una función especial y una naturaleza única.
15:14.2 (182.1) Orvonton, el séptimo superuniverso, al que pertenece vuestro universo local, es principalmente conocido por su inmenso y espléndido otorgamiento del ministerio de misericordia a los mortales de los mundos. Es renombrado por la manera en que prevalece una justicia atemperada por la misericordia y gobierna un poder condicionado por la paciencia a la vez que se hacen profusamente los sacrificios del tiempo para obtener la estabilización de la eternidad. Orvonton es una demostración de amor y misericordia en forma de universo.
15:14.3 (182.2) Sin embargo, es muy difícil describir nuestra concepción de la verdadera naturaleza del propósito evolutivo que se está desplegando en Orvonton, aunque podría sugerirse diciendo que sentimos que en esta supercreación los seis propósitos únicos de la evolución cósmica manifestados en las seis supercreaciones asociadas están siendo interasociados en un significado de la totalidad. Y por esta razón conjeturamos a veces que la personalización evolucionada y finalizada de Dios Supremo regirá, en el futuro remoto y desde Uversa, los siete superuniversos perfeccionados en toda la majestad experiencial de su poder soberano todopoderoso logrado entonces.
15:14.4 (182.3) Así como Orvonton es único en su naturaleza y diferenciado en su destino, también lo son cada uno de sus seis superuniversos asociados. Sin embargo, gran parte de lo que ocurre en Orvonton no os es revelado, y muchas de esas características no reveladas de la vida de Orvonton van a encontrar una expresión más completa en algún otro superuniverso. Los siete propósitos de la evolución de los superuniversos están operativos en los siete superuniversos, pero cada supercreación dará expresión más plena a uno solo de estos propósitos. Para que pudierais entender más sobre estos propósitos de los superuniversos, tendrían que ser reveladas muchas cosas que no entendéis, y aun así comprenderíais muy poco. Toda esta narración solo deja entrever fugazmente la inmensa creación de la que son parte vuestro mundo y vuestro sistema local.
15:14.5 (182.4) Vuestro mundo se llama Urantia y es el número 606 del grupo planetario, o sistema, de Satania. Este sistema tiene en el presente 619 mundos habitados, y más de doscientos planetas adicionales están evolucionando favorablemente hacia su conversión en mundos habitados en algún tiempo futuro.
15:14.6 (182.5) Satania tiene un mundo sede llamado Jerusem y es el sistema número veinticuatro de la constelación de Norlatiadek. Vuestra constelación, Norlatiadek, consta de cien sistemas locales y tiene un mundo sede llamado Edentia. Norlatiadek es la constelación número setenta del universo de Nebadon. El universo local de Nebadon consta de cien constelaciones y tiene una capital conocida como Salvington. El universo de Nebadon es el número ochenta y cuatro del sector menor de Ensa.
15:14.7 (182.6) El sector menor de Ensa consta de cien universos locales y tiene una capital llamada Umenor tercero. Este sector menor es el número tres del sector mayor de Splandon. Splandon consta de cien sectores menores y tiene un mundo sede llamado Umayor quinto. Es el quinto sector mayor del superuniverso de Orvonton, el séptimo segmento del gran universo. De esta forma podéis situar vuestro planeta en el esquema organizativo y administrativo del universo de universos.
15:14.8 (182.7) El número en el gran universo de Urantia, vuestro mundo, es el 5 342 482 337 666. Ese es el número de registro en Uversa y en el Paraíso, vuestro número en el catálogo de los mundos habitados. Conozco el número de registro de la esfera física, pero es de una magnitud tan extraordinaria que a efectos prácticos es poco relevante para la mente del mortal.
15:14.9 (183.1) Vuestro planeta es miembro de un cosmos inmenso. Pertenecéis a una familia casi infinita de mundos, pero vuestra esfera es administrada con la misma minuciosidad y cuidada con el mismo amor que si fuera el único mundo habitado que existe.
15:14.10 (183.2) [Presentado por un Censor Universal procedente de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 16
16:0.1 (184.1) LOS siete Espíritus Maestros del Paraíso son las personalidades primarias del Espíritu Infinito. En este séptuplo acto creativo de autoduplicación el Espíritu Infinito agotó las posibilidades asociativas inherentes matemáticamente a la existencia factual de las tres personas de la Deidad. Si hubiera sido posible generar un número mayor de Espíritus Maestros, habrían sido creados, pero hay exactamente siete posibilidades asociativas, y solo siete, inherentes a tres Deidades. Y esto explica por qué el universo opera en siete grandes divisiones y por qué el número siete es básicamente fundamental en su organización y administración.
16:0.2 (184.2) Los siete Espíritus Maestros tienen así su origen en las siete semejanzas siguientes y obtienen de ellas sus características individuales:
16:0.3 (184.3) 1. El Padre Universal.
16:0.4 (184.4) 2. El Hijo Eterno.
16:0.5 (184.5) 3. El Espíritu Infinito.
16:0.6 (184.6) 4. El Padre y el Hijo.
16:0.7 (184.7) 5. El Padre y el Espíritu
16:0.8 (184.8) 6. El Hijo y el Espíritu.
16:0.9 (184.9) 7. El Padre, el Hijo y el Espíritu.
16:0.10 (184.10) Sabemos muy poco sobre la actuación del Padre y el Hijo en la creación de los Espíritus Maestros. Aparentemente fueron traídos a la existencia por los actos personales del Espíritu Infinito, pero se nos ha instruido claramente que tanto el Padre como el Hijo participaron en su origen.
16:0.11 (184.11) En carácter y naturaleza de espíritu, estos siete Espíritus del Paraíso son como uno, pero en todos los demás aspectos de la identidad son muy diferentes, y los resultados de su actuación en los superuniversos son tales que se perciben de modo inconfundible las diferencias individuales de cada uno de ellos. Todos los planes posteriores de los siete segmentos del gran universo —e incluso de los segmentos correlativos del espacio exterior— han estado condicionados por la diversidad en lo que no es espiritual de estos siete Espíritus Maestros que ejercen su supervisión suprema y última.
16:0.12 (184.12) Los Espíritus Maestros tienen muchas funciones, pero en el momento presente su dominio particular es la supervisión central de los siete superuniversos. Cada Espíritu Maestro mantiene una enorme sede focal de fuerza que circula lentamente alrededor de la periferia del Paraíso, siempre en una posición opuesta a la del superuniverso de su supervisión directa y ubicada en el punto focal paradisiaco de control especializado del poder y distribución segmentaria de la energía de ese superuniverso. Las líneas divisorias radiales de cada uno de los superuniversos convergen de hecho en la sede paradisiaca del Espíritu Maestro que lo supervisa.
16:1.1 (185.1) El Creador Conjunto, el Espíritu Infinito, es necesario para completar la personalización trina de la Deidad indivisa. Esta personalización triple de la Deidad es inherentemente séptupla en su posibilidad de expresión individual y asociativa. Por ello, el plan posterior de crear universos habitados por seres inteligentes y potencialmente espirituales que expresaran debidamente al Padre, al Hijo y al Espíritu, hizo inevitable la personalización de los siete Espíritus Maestros. Hemos llegado a hablar de la personalización triple de la Deidad como la inevitabilidad absoluta y hemos llegado a considerar la aparición de los siete Espíritus Maestros como la inevitabilidad subabsoluta.
16:1.2 (185.2) Aunque los siete Espíritus Maestros no son precisamente expresión de la Deidad triple, sí son el retrato eterno de la Deidad séptupla, de las funciones activas y asociativas de las tres personas siempre existentes de la Deidad. Por estos siete Espíritus, en ellos y a través de ellos, el Padre Universal, el Hijo Eterno o el Espíritu Infinito, o cualquiera de sus asociaciones duales, tiene la posibilidad de obrar como tal. Cuando el Padre, el Hijo y el Espíritu actúan juntos pueden obrar a través del Espíritu Maestro número siete, y lo hacen, pero no como Trinidad. Los Espíritus Maestros representan uno a uno y colectivamente todas y cada una de las funciones posibles de la Deidad, una o varias, pero no las colectivas, no las de la Trinidad. El Espíritu Maestro número siete no es funcional personalmente con respecto a la Trinidad del Paraíso, y precisamente por eso puede obrar personalmente para el Ser Supremo.
16:1.3 (185.3) Pero cuando los siete Espíritus Maestros desocupan sus sedes individuales de poder personal y autoridad en el superuniverso y se reúnen alrededor del Actor Conjunto en la presencia trina de la Deidad del Paraíso, ahí y entonces representan colectivamente el poder, la sabiduría y la autoridad funcionales de la Deidad indivisa —la Trinidad— en y para los universos en evolución. Esta unión paradisiaca de la expresión primaria séptupla de la Deidad abarca de hecho, engloba literalmente, todos y cada uno de los atributos y actitudes de Supremacía y de Ultimidad de las tres Deidades eternas. A todos los efectos prácticos, los siete Espíritus Maestros engloban ahí y entonces el ámbito funcional del Supremo-Último en y para el universo maestro.
16:1.4 (185.4) Hasta donde podemos percibir, estos siete Espíritus están vinculados a las actividades divinas de las tres personas eternas de la Deidad. No detectamos ninguna prueba de vinculación directa a las presencias en funcionamiento de las tres fases eternas del Absoluto. Cuando se unen, los Espíritus Maestros representan a las Deidades del Paraíso en lo que se puede concebir a grandes rasgos como el dominio finito de acción. Este podría abarcar mucho de lo que es último, pero no de lo que es absoluto.
16:2.1 (185.5) De igual forma que el Hijo Eterno y Original es revelado a través del creciente número de las personas de los Hijos divinos, el Espíritu Infinito y Divino es revelado a través de los canales de los siete Espíritus Maestros y de sus grupos de espíritus colaboradores. En el centro de los centros el Espíritu Infinito es accesible, aunque no todos los que logran llegar al Paraíso son capaces de percibir inmediatamente su personalidad y su presencia diferenciada. En cambio todos los que logran llegar al universo central pueden ponerse inmediatamente en íntima comunión, y lo hacen, con uno de los siete Espíritus Maestros, con aquel que preside el superuniverso de donde proviene el peregrino del espacio recién llegado.
16:2.2 (186.1) El Padre del Paraíso habla al universo de universos solo a través de su Hijo, mientras que él y el Hijo actúan conjuntamente solo a través del Espíritu Infinito. Fuera del Paraíso y de Havona, el Espíritu Infinito habla solo por las voces de los siete Espíritus Maestros.
16:2.3 (186.2) El Espíritu Infinito ejerce una influencia como presencia personal dentro de los confines del sistema Paraíso-Havona; en todos los demás lugares su presencia personal de espíritu se ejerce por y a través de uno de los siete Espíritus Maestros. Por lo tanto, la presencia superuniversal de espíritu de la Tercera Fuente y Centro en cualquier mundo o en cualquier individuo está condicionada por la naturaleza única del Espíritu Maestro supervisor de ese segmento de la creación. A la inversa, las líneas conjuntas de fuerza de espíritu y de información de espíritu pasan hacia dentro hasta la Tercera Persona de la Deidad a través de los siete Espíritus Maestros.
16:2.4 (186.3) Los siete Espíritus Maestros están dotados colectivamente de los atributos supremo-últimos de la Tercera Fuente y Centro. Aunque cada uno de ellos participa individualmente de esta dotación, solo colectivamente desvelan los atributos de omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia. Ninguno de ellos puede obrar así universalmente; como individuos y en el ejercicio de estos poderes de supremacía y ultimidad, cada uno está personalmente limitado al superuniverso que supervisa de forma directa.
16:2.5 (186.4) Todo lo que se os ha dicho sobre la divinidad y la personalidad del Actor Conjunto se aplica plena e igualmente a los siete Espíritus Maestros, que tan eficazmente distribuyen el Espíritu Infinito a los siete segmentos del gran universo de acuerdo con su dotación divina y a la manera de sus naturalezas diferenciadas e individualmente únicas. Sería, pues, apropiado aplicar al grupo colectivo de los siete todos o cada uno de los nombres del Espíritu Infinito. Colectivamente son uno con el Creador Conjunto en todos los niveles subabsolutos.
16:3.1 (186.5) Los siete Espíritus Maestros son seres indescriptibles, aunque inconfundible y decididamente personales. Tienen nombres, pero elegimos presentarlos por su número. Como personalizaciones primarias del Espíritu Infinito, son similares, pero como expresiones primarias de las siete asociaciones posibles de la Deidad trina, son esencialmente diversos en naturaleza, y esta diversidad de naturaleza determina su conducción diferencial de los superuniversos. Estos siete Espíritus Maestros se pueden describir como sigue:
16:3.2 (186.6) Espíritu Maestro número uno. De una manera especial, este Espíritu es la representación directa del Padre del Paraíso. Es una manifestación peculiar y eficiente del poder, el amor y la sabiduría del Padre Universal. Es el compañero íntimo y consejero superno del jefe de los Monitores de Misterio, el ser que preside el colegio de los Ajustadores Personalizados en Divinington. En todas las relaciones de los siete Espíritus Maestros, es siempre el Espíritu Maestro número uno quien habla por el Padre Universal.
16:3.3 (186.7) Este Espíritu preside el primer superuniverso. Aunque manifiesta infaliblemente la naturaleza divina de una personalización primaria del Espíritu Infinito, parece asemejarse más especialmente al Padre Universal en carácter. Está en enlace personal permanente con los siete Espíritus Reflectantes de la sede del primer superuniverso.
16:3.4 (187.1) Espíritu Maestro número dos. Este Espíritu retrata adecuadamente la naturaleza incomparable y el carácter encantador del Hijo Eterno, el primogénito de toda la creación. Está en estrecha y permanente relación con todos los órdenes de Hijos de Dios en cualquier lugar del universo residencial donde se encuentren, bien como individuos o en cónclave jubiloso. En todas las asambleas de los siete Espíritus Maestros, habla siempre por el y en nombre del Hijo Eterno.
16:3.5 (187.2) Este Espíritu dirige los destinos del superuniverso número dos y rige este vasto dominio tal como lo haría el Hijo Eterno. Está en enlace permanente con los siete Espíritus Reflectantes situados en la capital del segundo superuniverso.
16:3.6 (187.3) Espíritu Maestro número tres. Esta personalidad Espíritu se parece especialmente al Espíritu Infinito y dirige los movimientos y el trabajo de muchas de las altas personalidades del Espíritu Infinito. Preside sus asambleas y está estrechamente relacionado con todas las personalidades que tienen su origen exclusivo en la Tercera Fuente y Centro. Cuando los siete Espíritus Maestros están en consejo, es el Espíritu Maestro número tres quien habla siempre por el Espíritu Infinito.
16:3.7 (187.4) Este Espíritu está a cargo del superuniverso número tres y administra los asuntos de este segmento tal como lo haría el Espíritu Infinito. Está en enlace permanente con los Espíritus Reflectantes de la sede del tercer superuniverso.
16:3.8 (187.5) Espíritu Maestro número cuatro. Al compartir las naturalezas combinadas del Padre y del Hijo, este Espíritu Maestro es la influencia determinante en cuanto a políticas y procedimientos del Padre-Hijo en los consejos de los siete Espíritus Maestros. Este Espíritu es el director jefe y consejero principal de los seres ascendentes que han llegado hasta el Espíritu Infinito y se han convertido así en candidatos para ver al Hijo y al Padre. Promueve al enorme grupo de personalidades que tienen su origen en el Padre y el Hijo. Cuando se hace necesario representar al Padre y al Hijo en la asociación de los siete Espíritus Maestros, es siempre el Espíritu Maestro número cuatro quien habla.
16:3.9 (187.6) Este Espíritu promueve el cuarto segmento del gran universo según su peculiar asociación de los atributos del Padre Universal y el Hijo Eterno. Está en enlace personal permanente con los Espíritus Reflectantes de la sede del cuarto superuniverso.
16:3.10 (187.7) Espíritu Maestro número cinco. Esta personalidad divina que combina de manera exquisita el carácter del Padre Universal y el Espíritu Infinito es el consejero del enorme grupo de seres conocidos como directores del poder, centros del poder y controladores físicos. Este Espíritu promueve también a todas las personalidades que tienen su origen en el Padre y el Actor Conjunto. En los consejos de los siete Espíritus Maestros, cuando está en cuestión la actitud del Padre-Espíritu, es siempre el Espíritu Maestro número cinco quien habla.
16:3.11 (187.8) Este Espíritu dirige el bienestar del quinto superuniverso de un modo que sugiere la acción conjunta del Padre Universal y el Espíritu Infinito. Está en enlace permanente con los Espíritus Reflectantes de la sede del quinto superuniverso.
16:3.12 (187.9) Espíritu Maestro número seis. Este ser divino parece retratar el carácter combinado del Hijo Eterno y el Espíritu Infinito. Siempre que las criaturas creadas conjuntamente por el Hijo y el Espíritu se reúnen en el universo central, es este Espíritu Maestro quien las aconseja. Y siempre que en los consejos de los siete Espíritus Maestros se hace necesario hablar conjuntamente por el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito, es el Espíritu Maestro número seis quien responde.
16:3.13 (188.1) Este Espíritu dirige los asuntos del sexto superuniverso tal como lo harían el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito. Está en enlace permanente con los Espíritus Reflectantes de la sede del sexto superuniverso.
16:3.14 (188.2) Espíritu Maestro número siete. El Espíritu que preside el séptimo superuniverso es un retrato excepcionalmente equilibrado del Padre Universal, el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito. El séptimo Espíritu, el consejero que promueve a todos los seres de origen trino, es también el consejero y director de todos los peregrinos ascendentes de Havona, esos seres humildes que han logrado llegar a las cortes de la gloria por el ministerio conjunto del Padre, el Hijo y el Espíritu.
16:3.15 (188.3) El séptimo Espíritu Maestro no representa orgánicamente a la Trinidad del Paraíso. Sin embargo, es un hecho conocido que su naturaleza personal y espiritual es el retrato del Actor Conjunto en las mismas proporciones de las tres personas infinitas cuya unión de Deidad es la Trinidad del Paraíso, y cuyo funcionamiento como tal es la fuente de la naturaleza personal y espiritual de Dios Supremo. De ahí que el séptimo Espíritu Maestro desvele una relación personal y orgánica con la persona de espíritu del Supremo en evolución. Por eso en los consejos de los Espíritus Maestros en lo alto, cuando se hace necesario depositar el voto por la actitud personal conjunta del Padre, el Hijo y el Espíritu o describir la actitud espiritual del Ser Supremo, es el Espíritu Maestro número siete quien actúa. Se convierte así de modo inherente en el cabeza que preside el consejo paradisiaco de los siete Espíritus Maestros.
16:3.16 (188.4) Ninguno de los siete Espíritus representa orgánicamente a la Trinidad del Paraíso, pero cuando se unen como Deidad séptupla, esta unión en sentido de deidad —no en sentido personal— equivale a un nivel funcional asociable con las funciones de la Trinidad. En este sentido el «Espíritu Séptuplo» es asociable funcionalmente con la Trinidad del Paraíso. Y también en este sentido, el Espíritu Maestro número siete habla a veces para confirmar las actitudes de la Trinidad o, más bien, actúa como portavoz de la actitud de la unión Espíritu-Séptuplo con respecto a la actitud de la unión Deidad-Triple, la actitud de la Trinidad del Paraíso.
16:3.17 (188.5) Las múltiples funciones del séptimo Espíritu Maestro van así desde retratar conjuntamente las naturalezas personales del Padre, el Hijo y el Espíritu, pasando por representar la actitud personal de Dios Supremo, hasta desvelar la actitud de deidad de la Trinidad del Paraíso. Y en ciertos aspectos, este Espíritu presidente expresa de modo similar las actitudes del Último y del Supremo-Último.
16:3.18 (188.6) Es el Espíritu Maestro número siete quien, en sus múltiples capacidades, apadrina personalmente el progreso de los candidatos a la ascensión desde los mundos del tiempo en sus esfuerzos por lograr la comprensión de la indivisa Deidad de la Supremacía. Esta comprensión implica captar la soberanía existencial de la Trinidad de la Supremacía y coordinarla con un concepto de la creciente soberanía experiencial del Ser Supremo de tal modo que permita a la criatura captar la unidad de la Supremacía. La comprensión por parte de la criatura de estos tres factores equivale a la comprensión en Havona de la realidad de la Trinidad y dota a los peregrinos del tiempo de la aptitud para llegar finalmente a penetrar en la Trinidad, para descubrir a las tres personas infinitas de la Deidad.
16:3.19 (188.7) La incapacidad de los peregrinos de Havona para encontrar plenamente a Dios Supremo es compensada por el séptimo Espíritu Maestro, cuya naturaleza trina revela de esta peculiar manera la persona de espíritu del Supremo. Durante la presente edad del universo en la que la persona del Supremo no es contactable, el Espíritu Maestro número siete actúa en lugar del Dios de las criaturas ascendentes en materia de relaciones personales. Él es el único alto ser de espíritu que todos los seres ascendentes reconocerán con seguridad, y hasta cierto punto comprenderán, cuando alcancen los centros de gloria.
16:3.20 (189.1) Este Espíritu Maestro está en enlace permanente con los Espíritus Reflectantes de Uversa, la sede del séptimo superuniverso, nuestro propio segmento de la creación. Su administración de Orvonton desvela la simetría maravillosa de la mezcla paritaria de las naturalezas divinas del Padre, el Hijo y el Espíritu.
16:4.1 (189.2) Los siete Espíritus Maestros son la representación plena del Espíritu Infinito para los universos evolutivos. Representan a la Tercera Fuente y Centro en las relaciones de energía, mente y espíritu. Aunque actúan como cabezas coordinadoras del control administrativo universal del Actor Conjunto, no olvidéis que tienen su origen en los actos creativos de las Deidades del Paraíso. Es literalmente cierto que estos siete Espíritus son la personalización del poder físico, la mente cósmica y la presencia espiritual de la Deidad trina, «los siete Espíritus de Dios enviados a todo el universo».
16:4.2 (189.3) Los Espíritus Maestros son únicos en el sentido de que actúan en todos los niveles de realidad del universo excepto en el absoluto. Son, por lo tanto, supervisores eficientes y perfectos de todas los aspectos de los asuntos administrativos a todos los niveles de actividad de los superuniversos. Es difícil para la mente mortal entender muchas cosas sobre los Espíritus Maestros por ser su trabajo tan sumamente especializado a la vez que abarcador, tan excepcionalmente material y tan exquisitamente espiritual al mismo tiempo. Estos polifacéticos creadores de la mente cósmica son los ancestros de los Directores del Poder del Universo y son, ellos mismos, directores supremos de la vasta y extensa creación de criaturas de espíritu.
16:4.3 (189.4) Los siete Espíritus Maestros son los creadores de los Directores del Poder del Universo y sus asociados, entidades que son indispensables para la organización, el control y la regulación de las energías físicas del gran universo. Y estos mismos Espíritus Maestros asisten de forma muy material a los Hijos Creadores en su trabajo de dar forma y organizar los universos locales.
16:4.4 (189.5) No somos capaces de encontrar ninguna conexión personal entre el trabajo en la energía cósmica de los Espíritus Maestros y las funciones para la fuerza del Absoluto No Cualificado. Todas las manifestaciones de la energía que están bajo la jurisdicción de los Espíritus Maestros se dirigen desde la periferia del Paraíso; no parecen estar asociadas de ninguna manera directa con los fenómenos de la fuerza identificados con la superficie baja del Paraíso.
16:4.5 (189.6) Es incuestionable que cuando nos encontramos con las actividades funcionales de los diversos Supervisores del Poder de la Morontia, tenemos ante nosotros ciertas actividades no reveladas de los Espíritus Maestros. ¿Quién si no estos ancestros tanto de los controladores físicos como de los ministradores del espíritu, podría habérselas ingeniado para combinar y asociar energías materiales y espirituales hasta producir una fase de la realidad del universo que antes no existía: la sustancia de morontia y la mente de morontia?
16:4.6 (189.7) Gran parte de la realidad de los mundos espirituales es del orden de la morontia, una fase de la realidad del universo totalmente desconocida en Urantia. La meta de la existencia de la personalidad es espiritual, pero las creaciones de la morontia se interponen siempre para salvar el abismo existente entre los ámbitos materiales de origen mortal y las esferas de los superuniversos de estatus espiritual progresivo. Es en este ámbito donde los Espíritus Maestros hacen su mayor contribución al plan de ascensión del hombre al Paraíso.
16:4.7 (190.1) Los siete Espíritus Maestros tienen representantes personales que actúan en todo el gran universo, pero poco o nada se ha revelado sobre ellos, ya que a una gran mayoría de estos seres subordinados no les concierne directamente el programa ascendente de progresión de los mortales en la senda de la perfección paradisiaca. La mayor parte de la actividad de los siete Espíritus Maestros permanece oculta al entendimiento humano porque no tiene ninguna relación directa con vuestro problema de ascenso al Paraíso.
16:4.8 (190.2) Aunque no podemos ofrecer pruebas concluyentes, sabemos con alta probabilidad que el Espíritu Maestro de Orvonton ejerce una influencia categórica sobre las siguientes esferas de actividad:
16:4.9 (190.3) 1. Los procedimientos de los Portadores de Vida de los universos locales para iniciar la vida.
16:4.10 (190.4) 2. Las activaciones de vida de los espíritus-mente adjutores otorgados a los mundos por el Espíritu Creativo de un universo local.
16:4.11 (190.5) 3. Las fluctuaciones de las manifestaciones de energía mostradas por las unidades de materia organizada que responden a la gravedad lineal.
16:4.12 (190.6) 4. El comportamiento de la energía emergente cuando, una vez liberada plenamente del control del Absoluto No Cualificado, se vuelve sensible a la influencia directa de la gravedad lineal y a las manipulaciones de los Directores del Poder del Universo y de sus asociados.
16:4.13 (190.7) 5. El otorgamiento del espíritu de ministerio del Espíritu Creativo de un universo local, conocido en Urantia como el Espíritu Santo.
16:4.14 (190.8) 6. El otorgamiento posterior del espíritu de los Hijos de otorgamiento, llamado en Urantia el Confortador o Espíritu de la Verdad.
16:4.15 (190.9) 7. El mecanismo de reflectividad de los universos locales y del superuniverso. Muchas características conectadas con este fenómeno extraordinario no se pueden explicar razonablemente ni entender racionalmente sin postular la actividad de los Espíritus Maestros en asociación con el Actor Conjunto y el Ser Supremo.
16:4.16 (190.10) Aunque no podamos comprender adecuadamente las múltiples obras de los siete Espíritus Maestros, estamos convencidos de que hay dos ámbitos en la vasta gama de actividades del universo con los que no están en absoluto relacionados: el otorgamiento y ministerio de los Ajustadores del Pensamiento y las inescrutables funciones del Absoluto No Cualificado.
16:5.1 (190.11) Cada segmento del gran universo, cada universo y cada mundo individual, disfruta de los beneficios del consejo y la sabiduría de los siete Espíritus Maestros en su conjunto, pero recibe el toque y la huella personal de uno solo. Y la naturaleza personal de cada Espíritu Maestro permea enteramente y condiciona de forma única su superuniverso.
16:5.2 (190.12) Mediante esta influencia personal de los siete Espíritus Maestros, cada criatura de cada uno de los órdenes de seres inteligentes, fuera del Paraíso y de Havona, lleva necesariamente el sello característico de individualidad indicativo de la naturaleza ancestral de uno de estos siete Espíritus del Paraíso. En lo que respecta a los siete superuniversos, cada criatura nativa, hombre o ángel, llevará para siempre este distintivo de identificación natal.
16:5.3 (191.1) Los siete Espíritus Maestros no invaden directamente las mentes materiales de las criaturas individuales de los mundos evolutivos del espacio. Los mortales de Urantia no experimentan la presencia personal de la influencia espíritu-mente del Espíritu Maestro de Orvonton. Si este Espíritu Maestro logra algún tipo de contacto con la mente mortal individual durante las edades evolutivas más tempranas de un mundo habitado, lo hace necesariamente a través del ministerio del Espíritu Creativo del universo local, la consorte y compañera del Hijo Creador de Dios que preside los destinos de cada creación local. Pero este mismo Espíritu Madre Creativo es, en naturaleza y carácter, muy parecido al Espíritu Maestro de Orvonton.
16:5.4 (191.2) El sello físico de un Espíritu Maestro es una parte del origen material del hombre. Toda la carrera en la morontia se vive bajo la influencia continuada de este mismo Espíritu Maestro. No es de extrañar que la posterior carrera en el espíritu de dicho mortal ascendente no llegue nunca a borrar del todo el sello característico de este mismo Espíritu supervisor. La impronta de un Espíritu Maestro es básica para la existencia misma de cada una de las etapas de ascensión del mortal anteriores a Havona.
16:5.5 (191.3) Las tendencias distintivas de la personalidad puestas de manifiesto en la experiencia de los mortales evolutivos en la vida, que son características de cada superuniverso y que expresan directamente la naturaleza del Espíritu Maestro dominante, no se borran nunca del todo, ni siquiera después de que dichos ascendentes hayan sido sometidos a la larga formación y a la disciplina unificadora con las que se encuentran en los mil millones de esferas educativas de Havona. Tampoco basta la intensa cultura paradisiaca posterior para desarraigar las marcas distintivas del origen en los superuniversos. Un mortal ascendente mostrará durante toda la eternidad rasgos indicativos del Espíritu que preside su superuniverso natal. Incluso en el Cuerpo de la Finalización, cuando se desea describir o llegar a una relación completa de Trinidad con la creación evolutiva, se reúne siempre a un grupo de siete finalitarios, uno de cada superuniverso.
16:6.1 (191.4) Los Espíritus Maestros son la fuente séptupla de la mente cósmica, el potencial intelectual del gran universo. Esta mente cósmica es una manifestación subabsoluta de la mente de la Tercera Fuente y Centro y, en cierta manera, está relacionada funcionalmente con la mente del Ser Supremo en evolución.
16:6.2 (191.5) En un mundo como Urantia, no encontramos influencia directa de los siete Espíritus Maestros en los asuntos de las razas humanas. Vivís bajo la influencia inmediata del Espíritu Creativo de Nebadon. Sin embargo, estos mismos Espíritus Maestros dominan las reacciones básicas de toda mente de criatura porque son las fuentes propiamente dichas de los potenciales intelectuales y espirituales que se han especializado en los universos locales para actuar en la vida de los individuos que habitan los mundos evolutivos del tiempo y el espacio.
16:6.3 (191.6) El hecho de la mente cósmica explica la afinidad existente entre diversos tipos de mentes humanas y sobrehumanas. No solo se atraen entre sí los espíritus afines, sino que las mentes afines son también muy fraternales y tienden a la cooperación mutua. Se ha observado algunas veces que las mentes humanas corren por canales de asombrosa similitud e inexplicable concordancia.
16:6.4 (191.7) En todas las asociaciones de personalidad de la mente cósmica existe una cualidad que podría denominarse la «respuesta a la realidad». Esta dotación cósmica universal de las criaturas con voluntad es lo que las salva de convertirse en víctimas indefensas de las asunciones apriorísticas implícitas de la ciencia, la filosofía y la religión. Esta sensibilidad a la realidad de la mente cósmica responde a ciertas fases de la realidad del mismo modo en que la materia-energía responde a la gravedad. Sería aún más correcto decir que estas realidades supramateriales responden así a la mente del cosmos.
16:6.5 (192.1) La mente cósmica responde (reconoce la respuesta) infaliblemente en tres niveles de realidad del universo. Estas respuestas son obvias para las mentes de razonamiento claro y de pensamiento profundo. Estos niveles de realidad son:
16:6.6 (192.2) 1. Causalidad: el dominio de realidad de los sentidos físicos, los ámbitos científicos de uniformidad lógica, la diferenciación de lo factual y lo no factual, las conclusiones reflexivas basadas en la respuesta cósmica. Es la forma matemática del discernimiento cósmico.
16:6.7 (192.3) 2. Deber: el dominio de realidad de la moralidad en el terreno filosófico, la arena de la razón, el reconocimiento del bien y del mal relativos. Es la forma crítica del discernimiento cósmico.
16:6.8 (192.4) 3. Adoración: el dominio espiritual de la realidad de la experiencia religiosa, la comprensión personal de la fraternidad divina, el reconocimiento de los valores de espíritu, la seguridad de la supervivencia eterna, la ascensión desde el estatus de siervos de Dios hasta la alegría y la libertad de los hijos de Dios. Es la visión interior más alta de la mente cósmica, la forma reverencial y adoradora del discernimiento cósmico.
16:6.9 (192.5) Estas percepciones científicas, morales y espirituales, estas respuestas cósmicas, son innatas a la mente cósmica, de la que están dotadas todas las criaturas con voluntad. La experiencia del vivir no deja nunca de desarrollar estas tres intuiciones cósmicas. Son los elementos constituyentes de la autoconsciencia del pensamiento reflexivo. Pero es triste constatar el escaso número de personas que disfrutan en Urantia del placer de cultivar estas cualidades del pensamiento cósmico valiente e independiente.
16:6.10 (192.6) En las dotaciones de mente de los universos locales, estas tres percepciones de la mente cósmica constituyen las asunciones a priori que hacen posible que el hombre funcione como una personalidad racional y autoconsciente en los ámbitos de la ciencia, la filosofía y la religión. Dicho de otra manera, el reconocimiento de la realidad de estas tres manifestaciones del Infinito se hace mediante una técnica cósmica de autorrevelación. La energía-materia se reconoce por la lógica matemática de los sentidos; la razón-mente conoce intuitivamente su deber moral; la fe-espíritu (la adoración) es la religión de la realidad de la experiencia espiritual. Estos tres factores básicos del pensamiento reflexivo pueden unificarse y coordinarse en el desarrollo de la personalidad o pueden volverse desproporcionados y prácticamente inconexos en sus funciones respectivas. Pero cuando se unifican producen un carácter fuerte fundamentado en la correlación de una ciencia factual, una filosofía moral y una auténtica experiencia religiosa. Y son estas tres intuiciones cósmicas las que dan validez objetiva, realidad, a la experiencia humana en y con las cosas, los significados y los valores.
16:6.11 (192.7) El propósito de la educación es desarrollar y agudizar estas dotaciones innatas de la mente humana; el de la civilización, expresarlas; el de la experiencia de vida, hacerlas realidad; el de la religión, ennoblecerlas; y el de la personalidad, unificarlas.
16:7.1 (192.8) La inteligencia por sí sola no puede explicar la naturaleza moral. La moralidad, la virtud, es propia de la personalidad humana. La intuición moral, la comprensión del deber, es un componente de la dotación humana de mente y está asociada a los otros elementos inalienables de la naturaleza humana: la curiosidad científica y la visión interior espiritual. La capacidad mental del hombre trasciende con mucho la de sus primos animales, pero es su naturaleza moral y religiosa la que lo distingue especialmente del mundo animal.
16:7.2 (193.1) La respuesta selectiva de un animal se limita al nivel motor del comportamiento. La supuesta visión interior de los animales superiores está en un nivel motor y aparece habitualmente solo después de experiencias motrices de prueba y error. El hombre es capaz de ejercer la visión interior científica, moral y espiritual antes de cualquier exploración o experimentación.
16:7.3 (193.2) Solo una personalidad puede saber lo que está haciendo antes de hacerlo; solo las personalidades poseen visión interior previa a la experiencia. Una personalidad puede mirar antes de saltar, y por eso puede aprender de mirar tanto como de saltar. Un animal impersonal usualmente solo aprende saltando.
16:7.4 (193.3) Como resultado de la experiencia, un animal llega a ser capaz de examinar las diferentes formas de alcanzar una meta y escoger un enfoque basado en la experiencia acumulada. Pero una personalidad puede además examinar la meta misma, juzgar cuál es su valor y si merece la pena. La inteligencia por sí sola puede discernir la mejor manera de alcanzar fines indiscriminados, pero un ser moral posee una visión interior que le permite discernir tanto entre los fines como entre los medios. Y un ser moral, al elegir la virtud, no deja de ser inteligente. Sabe lo que hace, por qué lo hace, hacia dónde va y cómo llegará.
16:7.5 (193.4) Cuando el hombre no consigue discernir los objetivos de sus luchas mortales, se encuentra actuando en el nivel animal de existencia. No ha conseguido aprovechar las ventajas superiores de esa agudeza material, ese discernimiento moral y esa visión interior espiritual que son parte integrante de su dotación de mente cósmica como ser personal.
16:7.6 (193.5) La virtud es rectitud, conformidad con el cosmos. Nombrar las virtudes no es definirlas, pero vivirlas es conocerlas. La virtud no es mero conocimiento ni tampoco sabiduría, sino más bien la realidad de una experiencia progresiva en el logro de los niveles ascendentes de consecución cósmica. En la vida diaria del hombre mortal, la virtud se hace realidad por la elección constante del bien en lugar del mal, y esta capacidad de elegir es la prueba de que se posee una naturaleza moral.
16:7.7 (193.6) La elección del hombre entre el bien y el mal está influida no solo por la agudeza de su naturaleza moral, sino también por influencias tales como la ignorancia, la inmadurez y la ilusión vana. En el ejercicio de la virtud interviene también cierto sentido de la proporción, porque se puede perpetrar un mal cuando se elige lo menor en lugar de lo mayor por tergiversación o por engaño. El arte de la valoración relativa o de la medida comparativa entra en la práctica de las virtudes del ámbito moral.
16:7.8 (193.7) La naturaleza moral del hombre estaría impotente sin el arte de la medida, sin el discernimiento incorporado a su capacidad de escudriñar los significados. Del mismo modo, la elección moral sería inútil sin esa visión interior cósmica que produce la consciencia de los valores espirituales. Desde el punto de vista de la inteligencia, el hombre asciende al nivel de ser moral porque está dotado de personalidad.
16:7.9 (193.8) No se puede hacer avanzar nunca la moralidad por la ley ni por la fuerza. Es un asunto personal y de libre albedrío, y debe propagarse por contacto contagioso de las personas que irradian moralidad con otras menos sensibles moralmente pero también deseosas en alguna medida de hacer la voluntad del Padre.
16:7.10 (193.9) Los actos morales son aquellas actuaciones humanas que están caracterizadas por la inteligencia más alta, dirigidas por un discernimiento selectivo tanto en la elección de los fines superiores como en la selección de los medios morales para alcanzar dichos fines. Una conducta así es virtuosa. La virtud suprema consiste, pues, en elegir de todo corazón hacer la voluntad del Padre del cielo.
16:8.1 (194.1) El Padre Universal otorga personalidad a los numerosos órdenes de seres que actúan en los diversos niveles de actualidad del universo. Los seres humanos de Urantia están dotados de personalidad del tipo mortal-finito que actúa en el nivel de los hijos de Dios ascendentes.
16:8.2 (194.2) Aunque difícilmente podemos definir la personalidad, podemos intentar exponer cómo entendemos los factores conocidos que van a componer el conjunto de energías materiales, mentales y espirituales cuya interasociación constituye el mecanismo en el cual, sobre el cual y con el cual el Padre Universal hace que la personalidad que él otorga funcione.
16:8.3 (194.3) La personalidad es una dotación única de naturaleza original cuya existencia es independiente del otorgamiento del Ajustador del Pensamiento y antecedente a él. Sin embargo, la presencia del Ajustador sí aumenta la manifestación cualitativa de la personalidad. Los Ajustadores del Pensamiento, cuando salen del Padre, son idénticos en naturaleza, pero la personalidad es diversa, original y exclusiva, y la manifestación de la personalidad está condicionada y limitada además por la naturaleza y las cualidades de las energías asociadas de naturaleza material, mental y espiritual que constituyen el vehículo orgánico de manifestación de la personalidad.
16:8.4 (194.4) Las personalidades pueden ser similares, pero nunca son iguales. Las personas de una determinada serie, tipo, orden o patrón pueden parecerse entre sí y se parecen, pero no son nunca idénticas. La personalidad es esa característica de un individuo que conocemos y que nos permite identificar a dicho ser en algún momento futuro con independencia de la naturaleza y el alcance de los cambios de forma, mente o estatus de espíritu. La personalidad es esa parte de todo individuo que nos permite reconocer e identificar con seguridad a esa persona como alguien a quien hemos conocido antes, por mucho que haya cambiado debido a la modificación del vehículo de expresión y manifestación de su personalidad.
16:8.5 (194.5) La personalidad de la criatura se distingue por dos fenómenos característicos que se manifiestan por sí mismos en el comportamiento reactivo del mortal: la autoconsciencia y el libre albedrío relativo asociado.
16:8.6 (194.6) La autoconsciencia consiste en el conocimiento intelectual de la actualidad de la personalidad; incluye la aptitud para reconocer la realidad de otras personalidades. Indica capacidad para experimentar individualmente en y con las realidades cósmicas, lo que equivale a alcanzar estatus de identidad en las relaciones de la personalidad en el universo. La autoconsciencia conlleva el reconocimiento de la actualidad de la ministración de mente y la comprensión de la independencia relativa del libre albedrío creativo y determinante.
16:8.7 (194.7) El libre albedrío relativo que caracteriza la autoconsciencia en la personalidad humana está involucrado en:
16:8.8 (194.8) 1. La decisión moral, la sabiduría más alta.
16:8.9 (194.9) 2. La elección espiritual, el discernimiento de la verdad.
16:8.10 (194.10) 3. El amor desinteresado, el servicio de hermandad.
16:8.11 (194.11) 4. La cooperación con propósito, la lealtad al grupo.
16:8.12 (194.12) 5. La visión interior cósmica, la comprensión de los significados del universo.
16:8.13 (194.13) 6. La dedicación de la personalidad, la entrega de todo corazón a hacer la voluntad del Padre.
16:8.14 (195.1) 7. La adoración, la búsqueda sincera de los valores divinos y el amor de todo corazón al divino Dador de Valores.
16:8.15 (195.2) Se puede considerar que el tipo de personalidad humana de Urantia funciona en un mecanismo físico que consiste en la modificación planetaria del tipo de organismo de Nebadon perteneciente al orden electroquímico de activación de la vida y dotado con el orden de Nebadon de la serie de Orvonton de mente cósmica del patrón reproductor parental. El otorgamiento del don divino de la personalidad a dicho mecanismo mortal dotado de mente le confiere la dignidad de la ciudadanía cósmica y permite que esa criatura mortal reaccione inmediatamente al reconocimiento constitutivo de las tres realidades de mente básicas del cosmos:
16:8.16 (195.3) 1. El reconocimiento matemático o lógico de la uniformidad de la causalidad física.
16:8.17 (195.4) 2. El reconocimiento razonado de la obligación de una conducta moral.
16:8.18 (195.5) 3. La captación mediante la fe de la adoración en comunión con la Deidad, asociada al servicio a la humanidad por amor.
16:8.19 (195.6) El funcionamiento pleno de esta dotación de personalidad es el comienzo de la comprensión del parentesco con la Deidad. Dicha yoidad, habitada por un fragmento prepersonal de Dios Padre, es de hecho y en verdad un hijo espiritual de Dios. Dicha criatura no solo desvela la capacidad de recibir el don de la presencia divina, sino que manifiesta además una respuesta reactiva al circuito de gravedad de personalidad del Padre del Paraíso de todas las personalidades.
16:9.1 (195.7) La criatura personal dotada de mente cósmica y habitada por un Ajustador posee capacidad innata para comprender y reconocer la realidad de la energía, la realidad de la mente y la realidad del espíritu. La criatura con voluntad está así preparada para percibir el hecho, la ley y el amor de Dios. Aparte de estos tres inalienables de la consciencia humana, toda experiencia humana es realmente subjetiva, excepto esa comprensión intuitiva de la validez que se adscribe a la unificación de estas tres respuestas de reconocimiento cósmico a la realidad del universo.
16:9.2 (195.8) El mortal que percibe a Dios es capaz de sentir el valor de unificación de estas tres cualidades cósmicas en la evolución del alma superviviente, la empresa suprema del hombre en el tabernáculo físico donde la mente moral colabora con el espíritu divino que mora en su interior para dualizar el alma inmortal. Desde sus primeros comienzos, el alma es real; tiene cualidades cósmicas de supervivencia.
16:9.3 (195.9) Si el hombre mortal no consigue sobrevivir a la muerte natural, los valores espirituales reales de su experiencia humana sobreviven como parte de la experiencia continuada del Ajustador del Pensamiento. Los valores de la personalidad de dicho no superviviente persisten como un factor de la personalidad del Ser Supremo en actualización. Estas cualidades de la personalidad que persisten están privadas de identidad, pero no de los valores experienciales acumulados durante la vida mortal en la carne. La supervivencia de la identidad depende de la supervivencia del alma inmortal con estatus de morontia y valor cada vez más divino. La identidad de la personalidad sobrevive en y mediante la supervivencia del alma.
16:9.4 (195.10) La autoconsciencia humana implica reconocer la realidad de yoes distintos al yo consciente e implica además que dicha consciencia es mutua, que el yo es conocido del mismo modo que conoce. Esto se muestra de una manera puramente humana en la vida social del hombre. Pero no podéis estar tan absolutamente seguros de la realidad de un semejante como lo podéis estar de la realidad de la presencia de Dios que vive dentro de vosotros. La consciencia social no es inalienable como lo es la consciencia de Dios; es un desarrollo cultural y depende del conocimiento, los símbolos y las contribuciones de las dotaciones constitutivas del hombre: la ciencia, la moralidad y la religión. Y estos dones cósmicos, socializados, constituyen la civilización.
16:9.5 (196.1) Las civilizaciones son inestables porque no son cósmicas; no son innatas en los individuos de las razas. Deben ser alimentadas con la contribución conjunta de los factores constitutivos del hombre: la ciencia, la moralidad y la religión. Las civilizaciones van y vienen, pero la ciencia, la moralidad y la religión sobreviven siempre al colapso.
16:9.6 (196.2) Jesús no solo hizo la revelación de Dios al hombre, sino que hizo también una nueva revelación del hombre a sí mismo y a los demás hombres. En la vida de Jesús veis lo mejor del hombre. El hombre se hace así tan maravillosamente real porque Jesús tenía tanto de Dios en su vida, y la comprensión (el reconocimiento) de Dios es inalienable y constitutiva en todos los hombres.
16:9.7 (196.3) Fuera del instinto parental, la generosidad no es totalmente natural; no se ama ni se las sirve socialmente a otras personas de forma natural. Se requiere la iluminación de la razón, la moralidad y el impulso de la religión, el conocimiento de Dios, para generar un orden social generoso y altruista. La consciencia del hombre de su propia personalidad, la autoconsciencia, depende también directamente de este mismo hecho de la consciencia innata de los demás, de esa capacidad innata de reconocer y captar la realidad de otras personalidades, desde las humanas hasta las divinas.
16:9.8 (196.4) La consciencia social generosa debe ser, en el fondo, una consciencia religiosa siempre que sea objetiva; de otra manera, es una abstracción filosófica puramente subjetiva y carente, por lo tanto, de amor. Solo el individuo conocedor de Dios puede amar a otra persona como se ama a sí mismo.
16:9.9 (196.5) La autoconsciencia es en esencia una consciencia comunitaria: Dios y hombre, Padre e hijo, Creador y criatura. En la autoconsciencia humana hay latentes e inherentes cuatro formas de captar la realidad del universo:
16:9.10 (196.6) 1. La búsqueda del conocimiento, la lógica de la ciencia.
16:9.11 (196.7) 2. La búsqueda de los valores morales, el sentido del deber.
16:9.12 (196.8) 3. La búsqueda de los valores espirituales, la experiencia religiosa.
16:9.13 (196.9) 4. La búsqueda de los valores de la personalidad, la capacidad para reconocer la realidad de Dios como personalidad y la comprensión concurrente de nuestra relación fraternal con personalidades compañeras.
16:9.14 (196.10) Os hacéis conscientes del hombre como vuestro hermano criatura porque ya sois conscientes de Dios como vuestro Padre Creador. La paternidad es la relación a partir de la cual llegamos al reconocimiento de la hermandad. Y la paternidad se convierte, o puede convertirse, en una realidad del universo para todas las criaturas morales porque el Padre mismo ha dotado de personalidad a todos estos seres y los ha encircuitado con el abrazo del circuito universal de personalidad. Adoramos a Dios, primero, porque él es, luego, porque él es en nosotros, y por último, porque nosotros somos en él.
16:9.15 (196.11) ¿Es extraño que la mente cósmica sea autoconsciente de su propia fuente, la mente infinita del Espíritu Infinito, y sea consciente al mismo tiempo de la realidad física de los inmensos universos, de la realidad espiritual del Hijo Eterno y de la realidad de la personalidad del Padre Universal?
16:9.16 (196.12) [Patrocinado por un Censor Universal procedente de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 17
17:0.1 (197.1) LOS siete grupos de Espíritus Supremos son los directores universales que coordinan la administración segmentada en siete del gran universo. Aunque todos están catalogados dentro de la familia funcional del Espíritu Infinito, los tres grupos siguientes se clasifican habitualmente como hijos de la Trinidad del Paraíso:
17:0.2 (197.2) 1. Los siete Espíritus Maestros.
17:0.3 (197.3) 2. Los siete Ejecutivos Supremos.
17:0.4 (197.4) 3. Los Espíritus Reflectantes.
17:0.5 (197.5) Los cuatro grupos restantes son traídos a la existencia por los actos creativos del Espíritu Infinito o por sus colaboradores con estatus creativo:
17:0.6 (197.6) 4. Los Auxiliares Reflectantes de Imagen.
17:0.7 (197.7) 5. Los siete Espíritus de los Circuitos.
17:0.8 (197.8) 6. Los Espíritus Creativos de los universos locales.
17:0.9 (197.9) 7. Los espíritus-mente adjutores.
17:0.10 (197.10) Estos siete órdenes se conocen en Uversa como los siete grupos de Espíritus Supremos. Su ámbito funcional se extiende desde la presencia personal de los siete Espíritus Maestros en la periferia de la Isla eterna, pasando por los siete satélites paradisiacos del Espíritu, los circuitos de Havona, los gobiernos de los superuniversos y la administración y supervisión de los universos locales, hasta llegar incluso al servicio humilde de los adjutores otorgados a los campos de la mente evolutiva de los mundos del tiempo y el espacio.
17:0.11 (197.11) Los siete Espíritus Maestros son los directores que coordinan este extenso campo administrativo. En algunos asuntos relativos a la regulación administrativa del poder físico organizado, de la energía de la mente y del ministerio impersonal del espíritu actúan personal y directamente, y en otros actúan a través de una amplia diversidad de colaboradores. En todos los asuntos de naturaleza ejecutiva —resoluciones, regulaciones, ajustes y decisiones administrativas— los Espíritus Maestros actúan en las personas de los siete Ejecutivos Supremos. En el universo central los Espíritus Maestros pueden actuar a través de los siete Espíritus de los Circuitos de Havona. En las sedes centrales de los siete superuniversos se revelan a través del canal de los Espíritus Reflectantes y actúan a través de las personas de los Ancianos de los Días, con quienes están en comunicación personal a través de los Auxiliares Reflectantes de Imagen.
17:0.12 (197.12) Los siete Espíritus Maestros no se ponen en contacto directa y personalmente con la administración del universo a un nivel inferior al de las cortes de los Ancianos de los Días. El Espíritu Maestro de Orvonton administra vuestro universo local como una parte de nuestro superuniverso, pero su función en relación con los seres nativos de Nebadon la desempeña directamente y la dirige personalmente el Espíritu Madre Creativo residente en Salvington, la sede de vuestro universo local.
17:1.1 (198.1) La sede ejecutiva de los Espíritus Maestros ocupa los siete satélites paradisiacos del Espíritu Infinito, que giran alrededor de la Isla central entre las esferas resplandecientes del Hijo Eterno y el circuito más interior de Havona. Estas esferas ejecutivas están bajo la dirección de los Ejecutivos Supremos, un grupo de siete que fueron trinizados por el Padre, el Hijo y el Espíritu según las especificaciones de los siete Espíritus Maestros para generar un tipo de seres que pudieran actuar como sus representantes universales.
17:1.2 (198.2) Los Espíritus Maestros mantienen contacto con las varias divisiones de los gobiernos de los superuniversos a través de estos Ejecutivos Supremos. Son ellos quienes determinan en gran medida las tendencias constitutivas básicas de los siete superuniversos. Son perfectos de manera uniforme y divina, pero poseen también diversidad de personalidades. No están encabezados por un presidente; cada vez que se reúnen, eligen a uno de ellos para presidir ese consejo conjunto. Viajan periódicamente al Paraíso para reunirse en consejo con los siete Espíritus Maestros.
17:1.3 (198.3) Los siete Ejecutivos Supremos actúan como coordinadores administrativos del gran universo. Se les podría calificar como la junta directiva de la creación posterior a Havona. No se ocupan de los asuntos internos del Paraíso, y dirigen sus limitadas esferas de actividad en Havona a través de los siete Espíritus de los Circuitos. Por lo demás, hay pocos límites al alcance de su supervisión. Se dedican a la dirección de las cosas físicas, intelectuales y espirituales; ven todo, oyen todo, sienten todo, incluso saben todo lo que sucede en los siete superuniversos y en Havona.
17:1.4 (198.4) Estos Ejecutivos Supremos no dan origen a políticas ni modifican procedimientos del universo; se ocupan de ejecutar los planes de la divinidad promulgados por los siete Espíritus Maestros. Tampoco interfieren en el gobierno de los Ancianos de los Días de los superuniversos ni en la soberanía de los Hijos Creadores de los universos locales. Son los ejecutivos coordinadores cuya función consiste en llevar a cabo las políticas conjuntas de todos los regidores debidamente constituidos del gran universo.
17:1.5 (198.5) Cada uno de los ejecutivos junto con las instalaciones de su esfera se dedican a la administración eficiente de un único superuniverso. El Ejecutivo Supremo número uno, que actúa en la esfera ejecutiva número uno, está enteramente ocupado en los asuntos del superuniverso número uno, y así sucesivamente hasta el Ejecutivo Supremo número siete, que trabaja en el séptimo satélite paradisiaco del Espíritu y dedica sus energías a la gestión del séptimo superuniverso. El nombre de esta séptima esfera es Orvonton, pues los satélites paradisiacos del Espíritu tienen los mismos nombres que sus correspondientes superuniversos. De hecho, a los superuniversos les pusieron los nombres de los satélites.
17:1.6 (198.6) En la esfera ejecutiva del séptimo superuniverso la cantidad de personal dedicado a mantener en orden los asuntos de Orvonton sobrepasa los límites de la comprensión humana y abarca prácticamente a todos los órdenes de inteligencias celestiales. Todos los servicios de los superuniversos de envío de personalidades (excepto los Espíritus Inspirados de la Trinidad y los Ajustadores del Pensamiento) pasan por uno de esos siete mundos ejecutivos en sus viajes por el universo hacia y desde el Paraíso, y ahí se mantienen los registros centrales de todas las personalidades creadas por la Tercera Fuente y Centro que actúan en los superuniversos. El sistema de archivos materiales, morontiales y espirituales de uno de estos mundos ejecutivos del Espíritu asombra incluso a un ser de mi orden.
17:1.7 (199.1) La mayor parte de los subordinados inmediatos de los Ejecutivos Supremos está compuesta por hijos trinizados de las personalidades del Paraíso-Havona y por la prole trinizada de los mortales glorificados que se han graduado en la formación multisecular del programa ascendente del tiempo y el espacio. El jefe del Consejo Supremo del Cuerpo de la Finalización del Paraíso es quien nombra a estos hijos trinizados para servir con los Ejecutivos Supremos.
17:1.8 (199.2) Cada Ejecutivo Supremo tiene dos gabinetes consultivos. Las hijas del Espíritu Infinito de la sede de cada superuniverso eligen de entre ellas representantes para servir durante un milenio en el gabinete consultivo primario de su Ejecutivo Supremo. Para todos los asuntos que afectan a los mortales ascendentes del tiempo, hay un gabinete secundario compuesto por mortales que han logrado llegar al Paraíso y por hijos trinizados de mortales glorificados; este cuerpo es elegido por los seres en perfeccionamiento y ascensión que moran transitoriamente en las siete sedes de los superuniversos. Los Ejecutivos Supremos nombran a todos los demás responsables de asuntos.
17:1.9 (199.3) En estos satélites paradisiacos del Espíritu se celebran grandes cónclaves cada cierto tiempo. Los hijos trinizados asignados a estos mundos, junto con los ascendentes que han logrado llegar al Paraíso, se congregan con las personalidades de espíritu de la Tercera Fuente y Centro para tratar sobre las luchas y triunfos de la carrera ascendente. Los Ejecutivos Supremos presiden siempre estas asambleas fraternales.
17:1.10 (199.4) Una vez por milenio paradisiaco los siete Ejecutivos Supremos dejan sus sedes de autoridad y van al Paraíso a celebrar su cónclave milenario de saludos y buenos deseos universales para las huestes inteligentes de la creación. Este acontecimiento memorable tiene lugar en presencia directa de Majeston, el jefe de todos los grupos de espíritus reflectantes. De este modo pueden comunicarse simultáneamente con todos sus compañeros del gran universo mediante el funcionamiento único de la reflectividad universal.
17:2.1 (199.5) Los Espíritus Reflectantes tienen su origen divino en la Trinidad. Estos seres únicos y algo misteriosos son cincuenta. Estas personalidades extraordinarias se crearon de siete en siete, y cada uno de estos episodios creativos se llevó a cabo mediante el enlace de la Trinidad del Paraíso con uno de los siete Espíritus Maestros.
17:2.2 (199.6) Esta operación de capital importancia, que ocurrió en los albores del tiempo, supone el esfuerzo inicial de las Personalidades Creadoras Supremas, representadas por los Espíritus Maestros, para actuar como cocreadoras con la Trinidad del Paraíso. Esta unión del poder creativo de los Creadores Supremos con los potenciales creativos de la Trinidad es la fuente misma de la actualidad del Ser Supremo. Por eso, cuando el ciclo de la creación reflectante terminó su curso, cuando cada uno de los siete Espíritus Maestros encontró una sincronía creativa perfecta con la Trinidad del Paraíso, cuando se personalizó el Espíritu Reflectante número cuarenta y nueve, se produjo una reacción nueva y de gran alcance en el Absoluto de Deidad que impartió nuevas prerrogativas de personalidad al Ser Supremo y culminó en la personalización de Majeston, el jefe de la reflectividad y centro en el Paraíso de todo el trabajo de los cuarenta y nueve Espíritus Reflectantes y sus colaboradores en todo el universo de universos.
17:2.3 (200.1) Majeston es una verdadera persona, el centro personal e infalible de los fenómenos de reflectividad de los siete superuniversos del tiempo y el espacio. Mantiene una sede permanente en el Paraíso cerca del centro de todas las cosas, en el punto de encuentro de los siete Espíritus Maestros. Se ocupa exclusivamente de la coordinación y el mantenimiento del servicio de reflectividad de la extensa creación; no está implicado de ninguna otra manera en la administración de los asuntos del universo.
17:2.4 (200.2) Majeston no está incluido en nuestro catálogo de personalidades paradisiacas porque es la única personalidad existente de la divinidad creada por el Ser Supremo en enlace funcional con el Absoluto de Deidad. Es una persona, pero se ocupa exclusivamente, y parece que de forma automática, de este único aspecto de la organización del universo. No actúa ahora a ningún título personal con relación a otros órdenes (no reflectantes) de personalidades del universo.
17:2.5 (200.3) La creación de Majeston señaló el primer acto creativo supremo del Ser Supremo. Esta voluntad de acción surgió de la volición del Ser Supremo, pero la prodigiosa reacción del Absoluto de Deidad no se conocía de antemano. Desde la aparición de Havona en la eternidad, el universo no había visto factualizarse de modo tan formidable una alineación de poder y una coordinación de actividades funcionales de espíritu tan extensa y gigantesca. La respuesta de la Deidad a las voluntades creativas del Ser Supremo y sus colaboradores sobrepasó enormemente el propósito intencionado de estos y excedió en mucho sus previsiones conceptuales.
17:2.6 (200.4) En edades futuras en las que el Supremo y el Último podrían alcanzar nuevos niveles de divinidad y ascender a nuevos dominios de funcionamiento de la personalidad, nos sobrecoge imaginar lo que dichas edades podrían presenciar en el ámbito de la deización de otros seres inesperados y nunca soñados que poseyeran poderes inimaginables de coordinación aumentada del universo. Pudiera parecer que no hay límite al potencial de respuesta del Absoluto de Deidad ante semejante unificación de relaciones entre la Deidad experiencial y la Trinidad existencial del Paraíso.
17:3.1 (200.5) Los cuarenta y nueve Espíritus Reflectantes tienen su origen en la Trinidad, pero cada uno de los siete episodios creativos que acompañaron su aparición produjo un tipo de ser semejante en su naturaleza a las características del Espíritu Maestro coancestral. Y así, reflejan de diversas maneras las naturalezas y los caracteres de las siete combinaciones posibles de asociación de las características de divinidad del Padre Universal, el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito. Por esta razón es necesario que haya siete de estos Espíritus Reflectantes en la sede de cada superuniverso. Se requiere uno de cada uno de los siete tipos para conseguir el reflejo perfecto de todos los aspectos de todas las posibles manifestaciones de las tres Deidades del Paraíso, dado que dichos fenómenos podrían ocurrir en cualquier parte de los siete superuniversos. En consecuencia, se asignó uno de cada tipo al servicio de cada uno de los superuniversos. Estos grupos de siete Espíritus Reflectantes diferentes mantienen sus sedes en las capitales de los superuniversos en el foco reflectante de cada dominio, que no es idéntico al punto de polaridad espiritual.
17:3.2 (200.6) Los Espíritus Reflectantes tienen nombre, pero estas designaciones no se revelan a los mundos del espacio. Pertenecen a la naturaleza y el carácter de estos seres y forman parte de uno de los siete misterios universales de las esferas secretas del Paraíso.
17:3.3 (201.1) El atributo de la reflectividad, fenómeno de los niveles de mente del Actor Conjunto, del Ser Supremo y de los Espíritus Maestros, es transmisible a todos los seres implicados en la ejecución de este vasto plan de información universal. Y aquí hay un gran misterio: ni los Espíritus Maestros ni las Deidades del Paraíso muestran individual ni colectivamente estos poderes de reflectividad universal del mismo orden tal como se manifiestan en esas cuarenta y nueve personalidades de enlace de Majeston, y sin embargo ellos son los creadores de todos esos seres maravillosamente dotados. La herencia divina desvela a veces en la criatura ciertos atributos que no son perceptibles en el Creador.
17:3.4 (201.2) Todo el personal del servicio de reflectividad, excepto Majeston y los Espíritus Reflectantes, son criaturas del Espíritu Infinito y de sus colaboradores y subordinados directos. Los Espíritus Reflectantes de cada superuniverso son los creadores de sus Auxiliares Reflectantes de Imagen, sus voces personales ante las cortes de los Ancianos de los Días.
17:3.5 (201.3) Los Espíritus Reflectantes no son meros agentes de transmisión, son además personalidades retentivas. Sus vástagos, las seconafines, también son personalidades retentivas o de registro. Todo lo que tenga verdadero valor espiritual se registra por duplicado, y una de las impresiones se conserva en la dotación personal de algún miembro de uno de los numerosos órdenes de personalidades secoráficas pertenecientes al cuantioso personal de los Espíritus Reflectantes.
17:3.6 (201.4) Los registros formales de los universos son transmitidos hacia arriba por y a través de los registradores angélicos, pero los verdaderos registros espirituales se recogen por reflectividad y se conservan en la mente de personalidades adecuadas e idóneas pertenecientes a la familia del Espíritu Infinito. Son los registros vivos en contraste con los registros formales y muertos del universo, y se conservan perfectamente en la mente viva de las personalidades registradoras del Espíritu Infinito.
17:3.7 (201.5) La organización de la reflectividad es también el mecanismo de recolección de noticias y de diseminación de decretos de toda la creación. Está en operación constante, en contraste con el funcionamiento periódico de los varios servicios de difusión.
17:3.8 (201.6) Todo lo importante que sucede en la sede de un universo local es reflejado inherentemente hacia la capital de su superuniverso. Y a la inversa, todo lo relevante para los universos locales es reflejado hacia las capitales de los universos locales desde la sede de su superuniverso. El servicio de reflectividad que va desde los universos del tiempo hacia los superuniversos parece que es automático o que opera solo, pero no es así. Todo él es muy personal e inteligente; su precisión es el resultado de una cooperación perfecta de las personalidades y, por lo tanto, no sería exacto atribuirla a las presencias y actuaciones impersonales de los Absolutos.
17:3.9 (201.7) Si bien los Ajustadores del Pensamiento no participan en el funcionamiento del sistema universal de reflectividad, tenemos todos los motivos para creer que todos los fragmentos del Padre están plenamente al corriente de estas operaciones y pueden hacer uso de su contenido.
17:3.10 (201.8) Durante la presente edad del universo, el alcance en el espacio del servicio de reflectividad exterior al Paraíso parece estar limitado por la periferia de los siete superuniversos. Por otra parte, la función de este servicio parece ser independiente del tiempo y el espacio. Da la impresión de ser independiente de todos los circuitos universales subabsolutos conocidos.
17:3.11 (201.9) En la sede de cada superuniverso la organización reflectante actúa como una unidad segregada; pero en ciertas ocasiones especiales las siete pueden actuar y actúan al unísono universal bajo la dirección de Majeston, como en el caso del jubileo que sigue al asentamiento de todo un universo local en luz y vida, y con ocasión de las salutaciones milenarias de los siete Ejecutivos Supremos.
17:4.1 (202.1) Los cuarenta y nueve Auxiliares Reflectantes de Imagen fueron creados por los Espíritus Reflectantes, y hay exactamente siete Auxiliares en la sede de cada superuniverso. El primer acto creativo de los siete Espíritus Reflectantes de Uversa fue dar origen a sus siete Auxiliares de Imagen, y cada Espíritu Reflectante creó a su propio Auxiliar. Los Auxiliares de Imagen son, en ciertos atributos y características, reproducciones perfectas de sus Espíritus Reflectantes Madre; son prácticamente duplicados, menos en el atributo de la reflectividad. Son verdaderas imágenes y funcionan constantemente como canal de comunicación entre los Espíritus Reflectantes y las autoridades de los superuniversos. Los Auxiliares de Imagen no son meros asistentes; son representaciones propiamente dichas de sus respectivos Espíritus ancestros; son imágenes, y son fieles a su nombre.
17:4.2 (202.2) Los propios Espíritus Reflectantes son verdaderas personalidades, aunque de un orden incomprensible para los seres materiales. Incluso en la esfera sede de un superuniverso, requieren la asistencia de sus Auxiliares de Imagen en toda relación personal con los Ancianos de los Días y sus asociados. En los contactos entre los Auxiliares de Imagen y los Ancianos de los Días a veces puede actuar aceptablemente un solo Auxiliar, pero en otras ocasiones son necesarios dos, tres, cuatro e incluso los siete para presentar de forma completa y adecuada la comunicación que se les ha encargado transmitir. Del mismo modo, los mensajes de los Auxiliares de Imagen son recibidos por uno, dos o los tres Ancianos de los Días según lo exija el contenido de la comunicación.
17:4.3 (202.3) Los Auxiliares de Imagen sirven por siempre al lado de sus Espíritus ancestrales y tienen a su disposición una multitud increíble de seconafines ayudantes. Los Auxiliares de Imagen no actúan directamente en conexión con los mundos de formación de los mortales ascendentes. Están estrechamente asociados al servicio de información del programa universal de progresión de los mortales, pero no entraréis en contacto personal con ellos cuando residáis en las escuelas de Uversa porque estos seres aparentemente personales están desprovistos de voluntad; no ejercen el poder de elegir. Son verdaderas imágenes que reflejan enteramente la personalidad y la mente de su Espíritu ancestro particular. Como clase, los mortales ascendentes no entran en contacto íntimo con la reflectividad. Siempre se interpondrá algún ser de naturaleza reflectante entre vosotros y el funcionamiento propiamente dicho del servicio.
17:5.1 (202.4) Los siete Espíritus de los Circuitos de Havona son la representación impersonal conjunta del Espíritu Infinito y de los siete Espíritus Maestros para los siete circuitos del universo central. Son los servidores de los Espíritus Maestros, de los que descienden colectivamente. Los Espíritus Maestros proporcionan una individualidad administrativa definida y diversificada a los siete superuniversos. A través de estos Espíritus uniformes de los Circuitos de Havona, están facultados para proporcionar al universo central una supervisión espiritual unificada, uniforme y coordinada.
17:5.2 (202.5) Cada uno de los siete Espíritus de los Circuitos está limitado a permear uno solo de los circuitos de Havona. No tienen relación directa con los regímenes de los Eternos de los Días, los regidores de los mundos individuales de Havona. Pero están en enlace con los siete Ejecutivos Supremos y se sincronizan con la presencia del Ser Supremo en el universo central. Su trabajo está totalmente confinado a Havona.
17:5.3 (203.1) Estos Espíritus de los Circuitos entran en contacto con los que pasan por Havona a través de su descendencia personal, las supernafines terciarias. Aunque los Espíritus de Circuito coexisten con los siete Espíritus Maestros, su función en la creación de las supernafines terciarias no logró gran relevancia hasta la llegada de los primeros peregrinos del tiempo al circuito exterior de Havona en los días de Grandfanda.
17:5.4 (203.2) A medida que avancéis de circuito en circuito en Havona, sabréis de los Espíritus de los Circuitos, pero no tendréis posibilidad de mantener una comunicación personal con ellos, aun cuando podréis disfrutar personalmente de su influencia espiritual y reconocer la presencia impersonal de esta influencia.
17:5.5 (203.3) Los Espíritus de Circuito se relacionan con los habitantes nativos de Havona de manera muy semejante a como se relacionan los Ajustadores del Pensamiento con las criaturas mortales que habitan los mundos de los universos evolutivos. Igual que los Ajustadores del Pensamiento, los Espíritus de Circuito son impersonales y se armonizan con la mente perfecta de los seres de Havona de manera muy semejante a como los espíritus impersonales del Padre universal moran en el interior de la mente finita de los hombres mortales. Pero los Espíritus de los Circuitos nunca llegan a ser parte permanente de las personalidades de Havona.
17:6.1 (203.4) Gran parte de lo relativo a la naturaleza y función de los Espíritus Creativos de los universos locales pertenece propiamente a la narrativa de su asociación con los Hijos Creadores en la organización y gestión de las creaciones locales; pero hay muchos aspectos de las experiencias anteriores al universo local de estos seres maravillosos que se pueden incluir en esta exposición sobre los siete grupos de Espíritus Supremos.
17:6.2 (203.5) Conocemos bien seis fases de la carrera del Espíritu Madre de un universo local, y especulamos mucho sobre la probabilidad de una séptima etapa de actividad. Estas diferentes etapas de existencia son:
17:6.3 (203.6) 1. La diferenciación paradisiaca inicial. Cuando un Hijo Creador es personalizado por la acción conjunta del Padre Universal y el Hijo Eterno, se produce simultáneamente en la persona del Espíritu Infinito lo que se conoce como la «reacción suprema de complemento». No comprendemos la naturaleza de esta reacción, pero entendemos que designa una modificación inherente de las posibilidades personalizables abarcadas dentro del potencial creativo del Creador Conjunto. El nacimiento de un Hijo Creador de igual rango señala el nacimiento dentro de la persona del Espíritu Infinito del potencial de la futura consorte de este Hijo del Paraíso en el universo local. No tenemos conocimiento de esta nueva identificación prepersonal de una entidad, pero sabemos que este hecho se inscribe en los registros paradisiacos de la carrera de ese Hijo Creador.
17:6.4 (203.7) 2. La formación preliminar como creadora. Durante el largo periodo de formación preliminar de un Hijo Miguel en la organización y administración de universos, su futura consorte experimenta un desarrollo adicional de su entidad y se hace grupalmente consciente de su destino. No lo sabemos, pero sospechamos que esta entidad grupalmente consciente toma conocimiento del espacio y comienza la formación preliminar requerida para la adquisición de las destrezas de espíritu necesarias para su futuro trabajo de colaboración con el Miguel complementario en la creación y administración de un universo.
17:6.5 (204.1) 3. La etapa de creación física. En el momento en que el Hijo Eterno confiere a un Hijo Miguel el encargo de creación, el Espíritu Maestro que dirige el superuniverso al que se destina este nuevo Hijo Creador expresa la «oración de identificación» en presencia del Espíritu Infinito; y por primera vez, la entidad del posterior Espíritu Creativo aparece diferenciada de la persona del Espíritu Infinito. Y al avanzar directamente hacia la persona del Espíritu Maestro peticionario, esta entidad deja inmediatamente de ser reconocible para nosotros y parece convertirse en parte de la persona de este Espíritu Maestro. El Espíritu Creativo recién identificado permanece con el Espíritu Maestro hasta el momento de la partida del Hijo Creador hacia la aventura del espacio, momento en el que el Espíritu Maestro confía el nuevo Espíritu consorte al cuidado del Hijo Creador, al tiempo que confiere al Espíritu consorte el encargo de fidelidad eterna y lealtad sin fin. Y ocurre entonces uno de los episodios más profundamente conmovedores que se dan en el Paraíso. El Padre Universal habla para reconocer la unión eterna del Hijo Creador y el Espíritu Creativo, y para confirmar el otorgamiento por el Espíritu Maestro con jurisdicción en el superuniverso de ciertos poderes conjuntos de administración.
17:6.6 (204.2) El Hijo Creador y el Espíritu Creativo, unidos por el Padre, parten entonces hacia su aventura de creación de un universo. Y trabajan juntos bajo esta forma de asociación durante todo el largo y arduo periodo de la organización material de su universo.
17:6.7 (204.3) 4. La era de creación de vida. Tras la declaración del Hijo Creador de su intención de crear vida, tienen lugar en el Paraíso las «ceremonias de personalización» en las que participan los siete Espíritus Maestros y que son experimentadas personalmente por el Espíritu Maestro supervisor. Esta es una contribución de la Deidad del Paraíso a la individualidad del Espíritu consorte del Hijo Creador y se hace manifiesta al universo en el fenómeno de la «erupción primaria» en la persona del Espíritu Infinito. Al tiempo que ocurre este fenómeno en el Paraíso, el Espíritu consorte del Hijo Creador, impersonal hasta ese momento, se convierte en una persona auténtica a todos los efectos prácticos. De ahí en adelante y para siempre, este mismo Espíritu Madre del universo local será considerado como una persona y mantendrá relaciones personales con las multitudes de personalidades de vida creada que vendrán a continuación.
17:6.8 (204.4) 5. Las edades posteriores al otorgamiento. Otro gran cambio ocurre en la carrera sin fin de un Espíritu Creativo cuando el Hijo Creador regresa a la sede del universo tras completar su séptimo otorgamiento y después de haber adquirido la soberanía plena del universo. Con tal ocasión, ante los administradores del universo reunidos, el Hijo Creador triunfante eleva a la cosoberanía al Espíritu Madre del Universo y reconoce a la consorte Espíritu como su igual.
17:6.9 (204.5) 6. Las edades de luz y vida. Con el establecimiento de la era de luz y vida, la cosoberana del universo local entra en la sexta fase de la carrera de un Espíritu Creativo. Pero no podemos describir la naturaleza de esta gran experiencia. Tales cosas pertenecen a una etapa futura de la evolución de Nebadon.
17:6.10 (204.6) 7. La carrera no revelada. Conocemos estas seis fases de la carrera del Espíritu Madre de un universo local. Es inevitable que nos preguntemos: ¿Hay una séptima carrera? Sabemos que cuando los finalitarios alcanzan lo que parece ser su destino final de ascensión mortal, hay constancia de que entran en la carrera de espíritus de sexta etapa. Conjeturamos que a los finalitarios todavía les espera otra carrera no revelada de misión en el universo. Parece lógico que consideremos igualmente que los Espíritus Madre de los Universos tengan también ante ellas alguna carrera no desvelada que constituiría su séptima fase de experiencia personal de servicio en el universo y cooperación leal con el orden de los Migueles Creadores.
17:7.1 (205.1) Estos espíritus adjutores son la dotación séptupla de mente del Espíritu Madre de un universo local a las criaturas vivas de la creación conjunta de un Hijo Creador y dicho Espíritu Creativo. Esta dotación se hace posible en el momento de la elevación del Espíritu al estatus en que tiene prerrogativas de personalidad. La narración de la naturaleza y el funcionamiento de los siete espíritus-mente adjutores pertenece más propiamente a la historia de vuestro universo local de Nebadon.
17:8.1 (205.2) Los siete grupos de Espíritus Supremos constituyen el núcleo de la familia funcional de la Tercera Fuente y Centro, a la vez como Espíritu Infinito y como Actor Conjunto. El dominio de los Espíritus Supremos se extiende desde la presencia de la Trinidad en el Paraíso hasta el funcionamiento de la mente del orden mortal-evolutivo en los planetas del espacio. Unifican así los niveles administrativos descendentes y coordinan las múltiples funciones del personal de estos. Ya sea un grupo de Espíritus Reflectantes en enlace con los Ancianos de los Días, un Espíritu Creativo que actúa en sintonía con un Hijo Miguel o los siete Espíritus Maestros encircuitados alrededor de la Trinidad del Paraíso, la actividad de los Espíritus Supremos aparece por todas partes en el universo central, los superuniversos y los universos locales. Actúan igual con las personalidades trinitarias del orden de los «Días» y con las personalidades paradisiacas del orden de los «Hijos».
17:8.2 (205.3) Junto con su Espíritu Madre Infinito, los grupos de Espíritus Supremos son los creadores directos de la vasta familia de criaturas de la Tercera Fuente y Centro. Todos los órdenes de los espíritus ministrantes surgen de esta asociación. Las supernafines primarias se originan en el Espíritu Infinito; los seres secundarios de este orden son creados por los Espíritus Maestros; las supernafines terciarias, por los Siete Espíritus de los Circuitos. Los Espíritus Reflectantes, colectivamente, son las madres-autoras de un maravilloso orden de huestes angélicas, las poderosas seconafines de los servicios de los superuniversos. Un Espíritu Creativo es la madre de los órdenes angélicos de una creación local. Estas ministras seráficas son originales de cada universo local, aunque están formadas según los patrones del universo central. Todos estos creadores de espíritus ministrantes son asistidos solo indirectamente desde el alojamiento central del Espíritu Infinito, la madre original y eterna de todas las ministras angélicas.
17:8.3 (205.4) Los siete grupos de Espíritus Supremos son los coordinadores de la creación habitada. La asociación de sus cabezas dirigentes, los siete Espíritus Maestros, parece coordinar las extensas actividades de Dios Séptuplo:
17:8.4 (205.5) 1. Colectivamente, los Espíritus Maestros son casi equivalentes al nivel de divinidad de la Trinidad de las Deidades del Paraíso.
17:8.5 (205.6) 2. Individualmente, agotan las posibilidades asociables primarias de la Deidad trina.
17:8.6 (206.1) 3. Como representantes diversificados del Actor Conjunto, son los depositarios de la soberanía de poder y mente-espíritu del Ser Supremo que él no ejerce aún personalmente.
17:8.7 (206.2) 4. A través de los Espíritus Reflectantes, sincronizan los gobiernos de los Ancianos de los Días en los superuniversos con Majeston, el centro paradisiaco de la reflectividad universal.
17:8.8 (206.3) 5. Al participar en la individualización de las Ministras Divinas de los universos locales, los Espíritus Maestros contribuyen al último nivel de Dios Séptuplo, la unión Hijo Creador-Espíritu Creativo de los universos locales.
17:8.9 (206.4) La unidad funcional inherente al Actor Conjunto se desvela a los universos en vías de evolución en los siete Espíritus Maestros, sus personalidades primarias. Pero en los superuniversos perfeccionados del futuro esta unidad será sin duda inseparable de la soberanía experiencial del Supremo.
17:8.10 (206.5) [Presentado por un Consejero Divino de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 18
18:0.1 (207.1) TODAS las personalidades supremas de la Trinidad son creadas para un servicio específico. Son concebidas por la divina Trinidad para cumplir ciertos deberes específicos y están cualificadas para servir con perfección técnica y dedicación definitiva. Hay siete órdenes de personalidades supremas de la Trinidad:
18:0.2 (207.2) 1. Secretos Trinizados de la Supremacía.
18:0.3 (207.3) 2. Eternos de los Días.
18:0.4 (207.4) 3. Ancianos de los Días.
18:0.5 (207.5) 4. Perfecciones de los Días.
18:0.6 (207.6) 5. Recientes de los Días.
18:0.7 (207.7) 6. Uniones de los Días.
18:0.8 (207.8) 7. Fieles de los Días.
18:0.9 (207.9) El número de estos seres dotados de perfección administrativa es fijo y final. Su creación es un acontecimiento pasado; ya no se personaliza ninguno más.
18:0.10 (207.10) Estas personalidades supremas de la Trinidad representan las políticas administrativas de la Trinidad del Paraíso en todo el gran universo. Representan la justicia y son el juicio ejecutivo de la Trinidad del Paraíso. Forman una línea interrelacionada de perfección administrativa que se extiende desde las esferas paradisiacas del Padre hasta los mundos sede de los universos locales y las capitales de las constelaciones que los componen.
18:0.11 (207.11) Todos los seres con origen en la Trinidad son creados con perfección paradisiaca en todos sus atributos divinos. Solo en el campo de la experiencia ha incrementado el paso del tiempo sus aptitudes para el servicio cósmico. Nunca hay ningún peligro de falta ni riesgo de rebelión en los seres con origen en la Trinidad. Son de la esencia de la divinidad y no es sabido que se hayan apartado nunca de la senda perfecta y divina de conducta de la personalidad.
18:1.1 (207.12) Hay siete mundos en el circuito más interior de los satélites paradisiacos, y cada uno de esos mundos ensalzados está presidido por un cuerpo de diez Secretos Trinizados de la Supremacía. No son creadores sino administradores supremos y últimos. La gestión de los asuntos de esas siete esferas fraternas está enteramente encomendada a este cuerpo de setenta directores supremos. Aunque esas siete esferas sagradas más cercanas al Paraíso están supervisadas por vástagos de la Trinidad, ese grupo de mundos es conocido universalmente como el circuito personal del Padre Universal.
18:1.2 (208.1) Los Secretos Trinizados de la Supremacía funcionan en grupos de diez como directores conjuntos de igual rango de sus respectivas esferas, pero actúan también individualmente en campos particulares de responsabilidad. El trabajo de cada uno de estos mundos especiales está dividido en siete departamentos principales, y uno de estos regidores de igual rango preside cada una de dichas divisiones de actividades especializadas. Los tres restantes actúan como representantes personales de la Deidad trina en relación con los otros siete, uno en representación del Padre, otro del Hijo y otro del Espíritu.
18:1.3 (208.2) A pesar de la indudable semejanza de clase que tipifica a los Secretos Trinizados de la Supremacía, estos desvelan también siete características de grupo distintas. Los diez directores supremos de los asuntos de Divinington reflejan el carácter y la naturaleza personales del Padre Universal, y lo mismo ocurre con cada una de estas siete esferas: cada grupo de diez se asemeja a la Deidad o a la asociación de Deidades que es característica de su dominio. Los diez directores que rigen Ascendington reflejan la naturaleza conjunta del Padre, el Hijo y el Espíritu.
18:1.4 (208.3) Muy poco puedo revelar sobre el trabajo de estas altas personalidades en los siete mundos sagrados del Padre, pues son realmente los Secretos de la Supremacía. No hay secretos arbitrarios asociados al acercamiento al Padre Universal, al Hijo Eterno o al Espíritu Infinito. Las Deidades son un libro abierto para todos los que logran la perfección divina, pero no se pueden alcanzar nunca plenamente todos los Secretos de la Supremacía. Nunca seremos capaces de penetrar por completo en los campos que contienen los secretos de personalidad de la asociación de la Deidad con la agrupación séptupla de los seres creados.
18:1.5 (208.4) Dado que el trabajo de estos directores supremos está relacionado con el contacto íntimo y personal que existe entre las Deidades y estas siete agrupaciones básicas de seres del universo cuando están domiciliados en esos siete mundos especiales o mientras actúan por todo el gran universo, debemos guardar un secreto sagrado sobre estas relaciones muy personales y estos contactos extraordinarios. Los Creadores del Paraíso respetan la santidad y la privacidad de la personalidad incluso en sus criaturas humildes. Y esto es verdad tanto para los individuos como para los distintos órdenes de personalidades.
18:1.6 (208.5) Incluso para seres de alto logro en el universo, esos mundos secretos siguen siendo siempre una prueba de lealtad. Nos es dado conocer plena y personalmente a los Dioses eternos, conocer sin reservas sus caracteres de divinidad y perfección, pero no se nos concede penetrar plenamente en todas las relaciones personales de los Regidores del Paraíso con todos sus seres criatura.
18:2.1 (208.6) Cada uno de los mil millones de mundos de Havona está dirigido por una Personalidad Suprema de la Trinidad. Estos regidores se conocen como los Eternos de los Días y su número asciende exactamente a mil millones, uno por cada una de las esferas de Havona. Son progenie de la Trinidad del Paraíso, pero igual que ocurre con los Secretos de la Supremacía, no existen registros sobre su origen. Estos dos grupos de padres omniscientes han regido desde siempre sus mundos excelsos del sistema Paraíso-Havona y actúan sin rotación ni reasignación.
18:2.2 (208.7) Los Eternos de los Días son visibles para todas las criaturas con voluntad que residen en sus dominios. Presiden los cónclaves planetarios regulares. Periódicamente y por rotación visitan las esferas sede de los siete superuniversos. Son parientes cercanos y los iguales divinos de los Ancianos de los Días que presiden los destinos de los siete supergobiernos. Cuando un Eterno de los Días se ausenta de su esfera, dirige su mundo un Maestro HIjo de la Trinidad.
18:2.3 (209.1) Salvo en lo que respecta a los órdenes de vida establecidos, como los nativos de Havona y otras criaturas vivas del universo central, los Eternos de los Días residentes han desarrollado sus respectivas esferas de total conformidad con sus propias ideas e ideales personales. Visitan mutuamente sus planetas pero no copian ni imitan; son siempre enteramente originales.
18:2.4 (209.2) La arquitectura, el embellecimiento natural, las estructuras de morontia y las creaciones de espíritu son exclusivas y únicas en cada esfera. Cada mundo es un lugar de belleza sempiterna y es totalmente distinto de cualquier otro mundo del universo central. Y cada uno de vosotros pasará un tiempo más o menos largo en cada una de estas esferas únicas y apasionantes en vuestro camino hacia dentro a través de Havona hasta Paraíso. En vuestro mundo es natural hablar del Paraíso como situado hacia arriba, pero sería más correcto referirse a la meta divina de ascensión como situada hacia dentro.
18:3.1 (209.3) Cuando los mortales del tiempo se gradúan en los mundos de formación que rodean la sede de un universo local y son promovidos a las esferas educativas de su superuniverso, han progresado en desarrollo espiritual hasta el punto de ser capaces de reconocer a los altos regidores y directores espirituales de estos dominios avanzados, incluso a los Ancianos de los Días, y de comunicarse con ellos.
18:3.2 (209.4) Todos los Ancianos de los Días son básicamente idénticos; desvelan el carácter conjunto y la naturaleza unificada de la Trinidad. Poseen individualidad y son diversos en personalidad, pero no se diferencian entre sí como los siete Espíritus Maestros. Ejercen la dirección uniforme de los siete superuniversos, que por lo demás son todos diferentes y cada uno de los cuales es una creación distinta, segregada y única. Los siete Espíritus Maestros son diferentes en naturaleza y atributos, pero los Ancianos de los Días, los regidores personales de los superuniversos, son todos vástagos uniformes y superperfectos de la Trinidad del Paraíso.
18:3.3 (209.5) Los siete Espíritus Maestros de lo alto determinan la naturaleza de sus respectivos superuniversos, pero los Ancianos de los Días dictan la administración de estos mismos superuniversos. Superponen la uniformidad administrativa a la diversidad creativa y aseguran la armonía del todo frente a las diferencias de creación subyacentes en las siete agrupaciones segmentarias del gran universo.
18:3.4 (209.6) Todos los Ancianos de los Días fueron trinizados al mismo tiempo. Representan el comienzo de los registros sobre la personalidad del universo de universos, de ahí su nombre: Ancianos de los Días. Cuando alcancéis el Paraíso y busquéis en los registros escritos del comienzo de las cosas, encontraréis que la primera anotación que aparece en la sección de la personalidad es el relato de la trinización de estos veintiún Ancianos de los Días.
18:3.5 (209.7) Estos altos seres gobiernan siempre en grupos de tres. Hay muchas fases de actividad en las que trabajan de forma individual y otras en las que pueden actuar en cualquier combinación de dos, pero en las esferas más altas de su administración tienen que actuar conjuntamente. No abandonan nunca personalmente sus mundos residenciales, pero es que además no tienen que hacerlo, pues estos mundos son los puntos focales en los superuniversos del extenso sistema de reflectividad.
18:3.6 (209.8) Las moradas personales de cada trío de Ancianos de los Días están ubicadas en el punto de polaridad espiritual de su esfera sede. Dicha esfera se divide en setenta sectores administrativos y tiene setenta capitales divisionales en las que los Ancianos de los Días residen de vez en cuando.
18:3.7 (210.1) En poder, ámbito de autoridad y alcance jurisdiccional, los Ancianos de los Días son los más fuertes y poderosos de todos los regidores directos de las creaciones del espacio-tiempo. En todo el vasto universo de universos, solo ellos están investidos con los altos poderes de juicio final ejecutivo en lo que concierne a la extinción eterna de las criaturas con voluntad. Y en los decretos finales del tribunal supremo de un superuniverso tienen que participar juntos los tres Ancianos de los Días.
18:3.8 (210.2) Aparte de las Deidades y sus colaboradores paradisiacos, los Ancianos de los Días son los regidores más perfectos, más polifacéticos y más divinamente dotados de toda existencia en el espacio-tiempo. Aparentemente son los regidores supremos de los superuniversos, pero no han ganado experiencialmente este derecho a regir; por eso están destinados a ser reemplazados en algún momento por el Ser Supremo, un soberano experiencial, para convertirse sin duda en sus lugartenientes.
18:3.9 (210.3) El Ser Supremo está consiguiendo la soberanía de los siete superuniversos mediante el servicio experiencial del mismo modo que un Hijo Creador gana experiencialmente la soberanía de su universo local. Pero durante la presente edad de evolución no terminada del Supremo, los Ancianos de los Días ejercen el sobrecontrol administrativo coordinado y perfecto de los universos en evolución del tiempo y el espacio. Y todos los decretos y resoluciones de los Ancianos de los Días se caracterizan por la sabiduría de la originalidad y la iniciativa de la individualidad.
18:4.1 (210.4) Hay exactamente doscientos diez Perfecciones de los Días, y presiden los gobiernos de los diez sectores mayores de cada superuniverso. Fueron trinizados para el trabajo particular de asistir a los directores de los superuniversos y rigen como los lugartenientes directos y personales de los Ancianos de los Días.
18:4.2 (210.5) Tres Perfecciones de los Días son asignados a la capital de cada sector mayor, pero a diferencia de los Ancianos de los Días, no es necesario que los tres estén presentes en todo momento. A veces uno de los tres puede ausentarse para conferenciar en persona con los Ancianos de los Días sobre el bienestar de su dominio.
18:4.3 (210.6) Estos regidores trinos de los sectores mayores son peculiarmente perfectos en el dominio de los detalles administrativos, de ahí su nombre: Perfecciones de los Días. Al dejar constancia de los nombres de estos seres del mundo espiritual, nos enfrentamos al problema de traducirlos a vuestra lengua, y en muchos casos es extremadamente difícil ofrecer una traducción satisfactoria. No nos gusta usar denominaciones arbitrarias que carecerían de sentido para vosotros. Por eso nos cuesta muchas veces elegir un nombre adecuado, que sea claro para vosotros y al mismo tiempo representativo de alguna manera del original.
18:4.4 (210.7) Los Perfecciones de los Días tienen adscritos a sus gobiernos un cuerpo moderadamente grande de Consejeros Divinos, Perfeccionadores de la Sabiduría y Censores Universales. Disponen de un número aún mayor de Mensajeros Poderosos, de Los Altos en Autoridad y de Los sin Nombre ni Número. Pero gran parte del trabajo de rutina de los asuntos del sector mayor lo llevan a cabo los Guardianes Celestiales y los Asistentes de los Altos Hijos. Estos dos grupos son seleccionados entre los vástagos trinizados bien de las personalidades del Paraíso-Havona o bien de finalitarios mortales glorificados. Algunos de los miembros de estos dos órdenes de seres trinizados por criaturas son retrinizados por las Deidades del Paraíso y enviados luego a asistir en la administración de los gobiernos de los superuniversos.
18:4.5 (211.1) La mayor parte de los Guardianes Celestiales y de los Asistentes de los Altos Hijos se asignan al servicio de los sectores mayores y menores, aunque los Custodios Trinizados (serafines e intermedios abrazados por la Trinidad) son los funcionarios de las cortes de las tres divisiones, y funcionan en los tribunales de los Ancianos de los Días, los Perfecciones de los Días y los Recientes de los Días. Se puede encontrar a los Embajadores Trinizados (mortales ascendentes abrazados por la Trinidad de naturaleza fusionada con el Hijo o con el Espíritu) en cualquier parte de un superuniverso, pero la mayoría está de servicio en los sectores menores.
18:4.6 (211.2) Antes de los tiempos del despliegue pleno del plan de gobierno de los siete superuniversos, prácticamente todos los administradores de las diversas divisiones de estos gobiernos, excepto los Ancianos de los Días, cumplieron un periodo de aprendizaje de duración variable bajo los Eternos de los Días en los varios mundos del perfecto universo de Havona. Los seres trinizados posteriormente pasaron también una temporada de formación bajo los Eternos de los Días antes de ser adscritos al servicio de los Ancianos de los Días, los Perfecciones de los Días y los Recientes de los Días. Todos ellos son administradores avezados, probados y experimentados.
18:4.7 (211.3) Veréis a los Perfecciones de los Días al poco tiempo de vuestra llegada a la sede de Splandon tras vuestra estancia en los mundos de vuestro sector menor, pues estos elevados regidores están estrechamente vinculados a los setenta mundos de formación superior de los sectores mayores para las criaturas ascendentes del tiempo. Los Perfecciones de los Días en persona reciben los compromisos colectivos de los graduados ascendentes de las escuelas de los sectores mayores.
18:4.8 (211.4) El trabajo de los peregrinos del tiempo en los mundos que rodean la sede de un sector mayor es principalmente de naturaleza intelectual, en contraste con el carácter más físico y material de la formación en las siete esferas educativas de un sector menor y con las tareas espirituales llevadas a cabo en los cuatrocientos noventa mundos universidad de la sede del superuniverso.
18:4.9 (211.5) Aunque solamente se os inscribe en el registro del sector mayor de Splandon, que abarca el universo local de vuestro origen, habréis de pasar por cada una de las diez divisiones principales de nuestro superuniverso. Veréis a los treinta Perfecciones de los Días de Orvonton antes de que alcancéis Uversa.
18:5.1 (211.6) Los Recientes de los Días son los directores supremos más jóvenes de los superuniversos; presiden los asuntos de los sectores menores en grupos de tres. En naturaleza, tienen el mismo rango que los Perfecciones de los Días, pero son de rango inferior en autoridad administrativa. Estas personalidades de la Trinidad personalmente gloriosas y divinamente eficientes son exactamente veintiún mil. Fueron creados simultáneamente, y pasaron juntos su formación en Havona bajo los Eternos de los Días.
18:5.2 (211.7) Los Recientes de los Días tienen un cuerpo de asociados y asistentes similar al de los Perfecciones de los Días. Además tienen asignadas cantidades enormes de seres celestiales de los varios órdenes de menor rango. En la administración de los sectores menores emplean a numerosos mortales ascendentes residentes y a mucho personal de las diversas colonias de cortesía y de los varios grupos que se originan en el Espíritu Infinito.
18:5.3 (211.8) Los gobiernos de los sectores menores se ocupan principal, aunque no exclusivamente, de los grandes problemas físicos de los superuniversos. Las esferas del sector menor son la sede de los Controladores Físicos Maestros. En esos mundos los mortales ascendentes llevan a cabo estudios y experimentos relacionados con el examen de las actividades del tercer orden de los Centros Supremos del Poder y de los siete órdenes de Controladores Físicos Maestros.
18:5.4 (212.1) Al estar tan dedicado el régimen de un sector menor a los problemas físicos, sus tres Recientes de los Días se encuentran pocas veces juntos en la esfera capital. Uno de ellos está casi siempre ausente, reunido con los Perfecciones de los Días de su sector mayor supervisor o representando a los Ancianos de los Días en los cónclaves paradisiacos de los altos seres con origen en la Trinidad. Se alternan con los Perfecciones de los Días para representar a los Ancianos de los Días en los consejos supremos del Paraíso. Mientras tanto otro Reciente de los Días puede estar haciendo una gira de inspección en los mundos sede de los universos locales que pertenecen a su jurisdicción. En cualquier caso, al menos uno de estos regidores está siempre de servicio en la sede del sector menor.
18:5.5 (212.2) Todos conoceréis alguna vez a los tres Recientes de los Días que están a cargo de Ensa, vuestro sector menor, puesto que debéis pasar por sus manos en vuestro viaje hacia dentro a los mundos de formación de los sectores mayores. En la ascensión a Uversa solo pasaréis por un grupo de esferas de formación de los sectores menores.
18:6.1 (212.3) Las personalidades de la Trinidad del orden de los «Días» no ejercen funciones administrativas por debajo del nivel de los gobiernos de los superuniversos. En los universos locales en vías de evolución solo actúan como consejeros y asesores. Los Uniones de los Días son un grupo de personalidades de enlace acreditadas por la Trinidad del Paraíso ante los regidores duales de los universos locales. Cada universo local organizado y habitado tiene asignado uno de estos consejeros paradisiacos que actúa como representante de la Trinidad, y en algunos aspectos del Padre Universal, ante la creación local.
18:6.2 (212.4) Existen setecientos mil de estos seres, aunque no todos han sido comisionados. El cuerpo de reserva de los Uniones de los Días funciona en el Paraíso como Consejo Supremo de Ajustes del Universo.
18:6.3 (212.5) Estos observadores de la Trinidad coordinan de manera especial las actividades administrativas de todas las ramas del gobierno universal, desde los universos locales, subiendo por los gobiernos de los sectores, hasta los superuniversos. De ahí su nombre: Uniones de los Días. La información que transmiten a sus superiores es triple: informan sobre los datos pertinentes de naturaleza física y semiintelectual a los Recientes de los Días de su sector menor; informan sobre los sucesos intelectuales y cuasiespirituales a los Perfecciones de los Días de su sector mayor; informan sobre los asuntos espirituales y semiparadisiacos a los Ancianos de los Días que están en la capital de su superuniverso.
18:6.4 (212.6) Puesto que son seres con origen en la Trinidad, tienen a su disposición todos los circuitos paradisiacos para intercomunicarse. De este modo están siempre en contacto entre sí y con todas las demás personalidades requeridas hasta llegar a los consejos supremos del Paraíso.
18:6.5 (212.7) Un Unión de los Días no está conectado orgánicamente con el gobierno del universo local al que está asignado. Aparte de sus deberes como observador, actúa solo a petición de las autoridades locales. Es miembro de oficio de todos los consejos primarios y de todos los cónclaves importantes de la creación local, pero no participa en el estudio técnico de los problemas administrativos.
18:6.6 (213.1) Cuando un universo local se asienta en luz y vida sus seres glorificados se asocian libremente con el Unión de los Días, que ejerce entonces funciones ampliadas en ese dominio de perfección evolutiva. Pero sigue siendo primariamente un embajador de la Trinidad y un consejero paradisiaco.
18:6.7 (213.2) Un universo local está regido directamente por un Hijo divino con origen dual en la Deidad, pero tiene constantemente a su lado a un hermano paradisiaco, una personalidad con origen en la Trinidad. En caso de ausencia temporal de un Hijo Creador de la sede de su universo local, las decisiones importantes de los regidores interinos se guían en gran medida por los consejos de su Unión de los Días.
18:7.1 (213.3) Estas altas personalidades con origen en la Trinidad son los asesores paradisiacos de los regidores de las cien constelaciones de cada universo local. Hay setenta millones de Fieles de los Días y, al igual que los Uniones de los Días, no todos están de servicio. Su cuerpo de reserva paradisiaco es la Comisión Asesora de Ética y Autogobierno Interuniversal. Los Fieles de los Días se turnan en su servicio conforme a las resoluciones del consejo supremo de su cuerpo de reserva.
18:7.2 (213.4) Todo lo que un Unión de los Días es para el Hijo Creador de un universo local, lo son los Fieles de los Días para los Hijos Vorondadek que gobiernan las constelaciones de esa creación local. Están supremamente dedicados y son divinamente fieles al bienestar de las constelaciones a las que están asignados, de ahí su nombre: Fieles de los Días. Actúan solo como consejeros; no participan nunca en actividades administrativas excepto por invitación de las autoridades de la constelación. Tampoco les concierne directamente el ministerio educativo a los peregrinos en ascensión de las esferas arquitectónicas de formación que rodean la sede de una constelación. Todo este tipo de asuntos está bajo la supervisión de los Hijos Vorondadek.
18:7.3 (213.5) Todos los Fieles de los Días que actúan en las constelaciones de un universo local están bajo la jurisdicción del Unión de los Días a quien informan directamente. No tienen un sistema extenso de intercomunicación, sino que se autolimitan por lo general a una interasociación dentro de los límites de un universo local. Cualquier Fiel de los Días de servicio en Nebadon puede comunicarse y se comunica con todos los de su orden que estén de servicio en este universo local.
18:7.4 (213.6) Al igual que el Unión de los Días en la sede de un universo, los Fieles de los Días mantienen en las capitales de las constelaciones sus residencias personales, separadas de las de los directores administrativos de dichos dominios. Sus moradas son realmente modestas en comparación con las de los regidores Vorondadek de las constelaciones.
18:7.5 (213.7) Los Fieles de los Días son el último eslabón de la larga cadena administrativo-asesora que se extiende desde las sagradas esferas del Padre Universal, cerca del centro de todas las cosas, hasta las divisiones primarias de los universos locales. El régimen de seres con origen en la Trinidad se detiene en las constelaciones; no hay asesores paradisiacos de este orden situados de forma permanente en sus sistemas componentes ni en los mundos habitados. Estas últimas unidades administrativas están bajo la entera jurisdicción de los seres nativos de los universos locales.
18:7.6 (213.8) [Presentado por un Consejero Divino de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 19
19:0.1 (214.1) ESTE grupo paradisiaco denominado los seres de igual rango con origen en la Trinidad abarca a los Maestros Hijos de la Trinidad —clasificados también entre los Hijos de Dios del Paraíso—, a tres grupos de altos administradores de los superuniversos y a la categoría algo impersonal de los Espíritus Inspirados de la Trinidad. Incluso los nativos de Havona pueden incluirse propiamente en esta clasificación de personalidades de la Trinidad junto con muchos otros grupos de seres residentes en el Paraíso. Los seres con origen en la Trinidad que se van a considerar en esta exposición son los siguientes:
19:0.2 (214.2) 1. Maestros Hijos de la Trinidad.
19:0.3 (214.3) 2. Perfeccionadores de la Sabiduría.
19:0.4 (214.4) 3. Consejeros Divinos.
19:0.5 (214.5) 4. Censores Universales.
19:0.6 (214.6) 5. Espíritus Inspirados de la Trinidad.
19:0.7 (214.7) 6. Nativos de Havona.
19:0.8 (214.8) 7. Ciudadanos del Paraíso.
19:0.9 (214.9) Salvo en el caso de los Maestros Hijos de la Trinidad y posiblemente de los Espíritus Inspirados de la Trinidad, el número de integrantes de estos grupos es definitivo. Su creación es un acontecimiento pasado y concluido.
19:1.1 (214.10) De todos los altos órdenes de personalidades celestiales que os han sido revelados, solo los Maestros Hijos de la Trinidad actúan en una doble capacidad. Por su origen de naturaleza trinitaria están casi enteramente dedicados en función a los servicios propios de la condición de hijo divino. Son los seres de enlace que salvan el abismo existente en el universo entre las personalidades con origen en la Trinidad y las de origen dual.
19:1.2 (214.11) Mientras que el número de Hijos Estacionarios de la Trinidad está completo, el de Maestros Hijos aumenta constantemente. No sé cuál será el número final de Maestros Hijos. Lo que sí puedo afirmar es que en el último informe periódico a Uversa figuraban en los archivos paradisiacos 21 001 624 821 de estos Hijos en servicio.
19:1.3 (214.12) Estos seres son el único grupo de Hijos de Dios con origen en la Trinidad del Paraíso que os ha sido revelado. Recorren el universo central y los superuniversos, y cada universo local tiene asignado un enorme contingente. Sirven también a los planetas individuales igual que los otros Hijos de Dios del Paraíso. Al no estar plenamente desarrollado el plan del gran universo, se mantienen en reserva en el Paraíso grandes cantidades de Maestros Hijos que se ofrecen voluntarios para labores de emergencia o servicios extraordinarios en todas las divisiones del gran universo, en los mundos solitarios del espacio, en los universos locales y los superuniversos, y en los mundos de Havona. Actúan también en el Paraíso, pero será más útil posponer su estudio detallado hasta que abordemos el de los Hijos de Dios del Paraíso.
19:1.4 (215.1) Sin embargo, cabe destacar a este respecto que los Maestros Hijos son las personalidades coordinadoras supremas con origen en la Trinidad. En un universo de universos tan extenso existe siempre el gran peligro de caer en el error del punto de vista circunscrito, en el mal inherente a una concepción segmentada tanto de la realidad como de la divinidad.
19:1.5 (215.2) Por ejemplo: la mente humana anhelaría normalmente acercarse a la filosofía cósmica descrita en estas revelaciones yendo de lo simple y finito a lo complejo e infinito, de los orígenes humanos a los destinos divinos. Pero ese camino no conduce a la sabiduría espiritual. Dicho procedimiento es el camino más fácil hacia cierta forma de conocimiento genético, que en el mejor de los casos solo puede revelar el origen del hombre pero que poco o nada revela sobre su destino divino.
19:1.6 (215.3) Incluso en el estudio de la evolución biológica del hombre en Urantia, hay serias objeciones al planteamiento exclusivamente histórico de su condición a día de hoy y de sus problemas presentes. La verdadera perspectiva de cualquier problema de la realidad —humano o divino, terrestre o cósmico— solo se puede obtener mediante el estudio y la correlación, en profundidad y sin prejuicios, de los tres aspectos de la realidad del universo: su origen, su historia y su destino. La comprensión correcta de estas tres realidades experienciales proporciona la base para valorar sabiamente la condición presente.
19:1.7 (215.4) Cuando la mente humana adopta el método filosófico de partir de lo más bajo para aproximarse a lo más alto, ya sea en biología o en teología, corre siempre el riesgo de cometer cuatro errores de razonamiento:
19:1.8 (215.5) 1. Puede perder totalmente de vista la meta evolutiva final y terminada tanto del logro personal como del destino cósmico.
19:1.9 (215.6) 2. Puede cometer el error filosófico supremo de simplificar en exceso la realidad cósmica evolutiva (experiencial), lo que lleva a distorsionar los hechos, tergiversar la verdad y malentender los destinos.
19:1.10 (215.7) 3. Estudiar la causalidad es examinar detenidamente la historia. Pero el conocimiento de cómo un ser se convierte en lo que es no proporciona necesariamente una comprensión inteligente de la condición presente y el verdadero carácter de dicho ser.
19:1.11 (215.8) 4. La historia por sí sola no consigue revelar adecuadamente el desarrollo futuro: el destino. Los orígenes finitos son útiles, pero solo las causas divinas revelan los efectos finales. Los fines eternos no se hacen visibles en los comienzos del tiempo. El presente solo se puede interpretar verdaderamente a la luz de la correlación del pasado y el futuro.
19:1.12 (215.9) En consecuencia, por estos motivos e incluso por otras razones, empleamos el método de acercarnos al hombre y sus problemas planetarios embarcándonos en un viaje en el espacio-tiempo que parte de la infinita, eterna y divina Fuente y Centro del Paraíso de toda realidad de personalidad y de toda existencia cósmica.
19:2.1 (215.10) Los Perfeccionadores de la Sabiduría son una creación especializada de la Trinidad del Paraíso diseñada para personificar la sabiduría de la divinidad en los superuniversos. Hay exactamente siete mil millones de estos seres en existencia, y se asignan mil millones a cada uno de los siete superuniversos.
19:2.2 (215.11) Del mismo modo que sus iguales, los Consejeros Divinos y los Censores Universales, los Perfeccionadores de la Sabiduría pasaron por la sabiduría del Paraíso, de Havona y de las esferas paradisiacas del Padre excepto Divinington. Tras estas experiencias los Perfeccionadores de la Sabiduría fueron asignados al servicio de los Ancianos de los Días de forma permanente. No sirven ni en el Paraíso ni en los mundos de los circuitos del Paraíso-Havona; están dedicados por completo a la administración de los gobiernos de los superuniversos.
19:2.3 (216.1) En todo lugar y momento en que actúa un Perfeccionador de la Sabiduría, ahí y entonces actúa la sabiduría divina. Hay actualidad de presencia y perfección de manifestación en los conocimientos y la sabiduría representados en las acciones de estas poderosas y majestuosas personalidades. Ellas no reflejan la sabiduría de la Trinidad del Paraíso; son esa sabiduría. Son las fuentes de la sabiduría para todos los maestros en la aplicación del conocimiento del universo; son las fuentes de criterio y los manantiales de percepción de la diferencia para las instituciones de enseñanza y de discernimiento en todos los universos.
19:2.4 (216.2) La sabiduría es de origen doble, pues proviene de la perfección de la visión divina inherente a los seres perfectos y de la experiencia personal adquirida por las criaturas evolutivas. Los Perfeccionadores de la Sabiduría son la sabiduría divina de la perfección paradisiaca de la visión de la Deidad. Sus compañeros administrativos de Uversa, los Mensajeros Poderosos, Los sin Nombre ni Número y Los Altos en Autoridad, cuando actúan juntos, son la sabiduría de la experiencia en el universo. Un ser divino puede tener la perfección del conocimiento divino. Un mortal evolutivo puede lograr algún día la perfección del conocimiento ascendente, pero ninguno de estos seres agota por sí solo los potenciales de toda la sabiduría posible. En consecuencia, cada vez que en la conducción de un superuniverso se desea conseguir el máximo de sabiduría administrativa, estos perfeccionadores de la sabiduría dotados de visión divina se asocian siempre con aquellas personalidades ascendentes que han alcanzado las altas responsabilidades de autoridad en el superuniverso a través de las tribulaciones experienciales de la progresión evolutiva.
19:2.5 (216.3) Los Perfeccionadores de la Sabiduría requerirán siempre este complemento de sabiduría experiencial para completar su sagacidad administrativa. Por otra parte, se ha postulado que los finalitarios del Paraíso podrían alcanzar un alto nivel de sabiduría no logrado hasta ahora después de ser investidos de la séptima etapa de existencia de espíritu en algún momento futuro. Si esta inferencia es correcta, estos seres perfeccionados de ascensión evolutiva se convertirían indudablemente en los administradores universales más eficaces que puedan conocerse nunca en toda la creación. Yo creo que ese es el alto destino de los finalitarios.
19:2.6 (216.4) La diversidad de talentos de los Perfeccionadores de la Sabiduría les permite participar en prácticamente todos los servicios celestiales de las criaturas ascendentes. Los Perfeccionadores de la Sabiduría y mi orden de personalidad, los Consejeros Divinos, junto con los Censores Universales, constituyen los órdenes más altos de seres que pueden realizar, y de hecho realizan, la labor de revelar la verdad a los planetas y a los sistemas individuales, ya sea en sus primeras épocas o cuando están asentados en luz y vida. De vez en cuando, todos nosotros nos ponemos en contacto con el servicio de los mortales ascendentes, desde los planetas de vida inicial hasta los universos locales y el superuniverso, particularmente en este último.
19:3.1 (216.5) Estos seres con origen en la Trinidad son el consejo de la Deidad para los dominios de los siete superuniversos. No son el reflejo del consejo divino de la Trinidad; son ese consejo. Hay veintiún mil millones de Consejeros en servicio, y se asignan tres mil millones a cada superuniverso.
19:3.2 (217.1) Los Consejeros Divinos son los compañeros e iguales de los Censores Universales y de los Perfeccionadores de la Sabiduría, a razón de uno a siete Consejeros asociados a cada una de estas últimas personalidades. Los tres órdenes participan en el gobierno de los Ancianos de los Días, incluyendo los sectores mayores y menores, en los universos locales y las constelaciones, y en los consejos de los soberanos de los sistemas locales.
19:3.3 (217.2) Actuamos a título individual, como hago yo al formular esta exposición, pero también lo hacemos como trío siempre que la ocasión lo requiere. Cuando actuamos con capacidad ejecutiva, se asocian siempre un Perfeccionador de la Sabiduría, un Censor Universal y de uno a siete Consejeros Divinos.
19:3.4 (217.3) Un Perfeccionador de la Sabiduría, siete Consejeros Divinos y un Censor Universal constituyen un tribunal de la divinidad de la Trinidad, el cuerpo consultivo itinerante más alto de los universos del tiempo y el espacio. Estos grupos de nueve son conocidos como tribunales o bien de determinación de los hechos o bien de revelación de la verdad y, cuando enjuician un problema y emiten una decisión, es como si un Anciano de los Días hubiera fallado el asunto, pues en todos los anales de los superuniversos sus veredictos no han sido revocados nunca por los Ancianos de los Días.
19:3.5 (217.4) Cuando actúan los tres Ancianos de los Días actúa la Trinidad del Paraíso. Cuando el tribunal de nueve llega a una decisión tras sus deliberaciones conjuntas, a todos los efectos prácticos han hablado los Ancianos de los Días. Y esta es la forma en que los Regidores del Paraíso se ponen en contacto personal, en los asuntos administrativos y en la reglamentación gubernamental, con los mundos, los sistemas y los universos individuales.
19:3.6 (217.5) Los Consejeros Divinos son la perfección del consejo divino de la Trinidad del Paraíso. Representamos, de hecho somos, el consejo de la perfección. Cuando nos complementa el consejo experiencial de nuestros colaboradores, los seres de ascenso evolutivo perfeccionados y abrazados por la Trinidad, nuestras conclusiones conjuntas no solo son completas sino plenas. Una vez que un Censor Universal se ha vinculado a nuestro consejo conjunto y lo ha enjuiciado, confirmado y promulgado, es muy probable que este se acerque al umbral de la totalidad universal. Tales veredictos representan la máxima aproximación posible a la actitud absoluta de la Deidad dentro de los límites en el espacio-tiempo de la situación implicada y del problema en cuestión.
19:3.7 (217.6) Siete Consejeros Divinos en enlace con un trío evolutivo trinizado —un Mensajero Poderoso, un Alto en Autoridad y un Sin Nombre ni Número— representan lo más cercano que puede darse en los superuniversos a la unión del punto de vista humano con la actitud divina a niveles casi paradisiacos de significados espirituales y valores de realidad. Esta estrecha aproximación de las actitudes cósmicas unidas de la criatura y el Creador solo es superada por los Hijos de otorgamiento del Paraíso, que, en todas las fases de la experiencia de la personalidad, son Dios y hombre.
19:4.1 (217.7) Hay exactamente ocho mil millones de Censores Universales en existencia. Estos seres únicos son el juicio de la Deidad. No se limitan a reflejar las decisiones de la perfección; son el juicio de la Trinidad del Paraíso. Incluso los Ancianos de los Días solo enjuician en asociación con los Censores Universales.
19:4.2 (217.8) Un Censor es destinado a cada uno de los mil millones de mundos del universo central y adscrito a la administración planetaria del Eterno de los Días residente. Ni los Perfeccionadores de la Sabiduría ni los Consejeros Divinos son adscritos así permanentemente a las administraciones de Havona, y tampoco terminamos de entender por qué se emplazan en el universo central Censores Universales. Sus actividades presentes no justifican su asignación a Havona, y por eso sospechamos que están ahí en previsión de las necesidades de alguna edad futura del universo en la que podría cambiar parcialmente la población de Havona.
19:4.3 (218.1) Mil millones de Censores son asignados a cada uno de los siete superuniversos. Tanto a título individual como en colaboración con los Perfeccionadores de la Sabiduría y con los Consejeros Divinos, operan en todas las divisiones de los siete superuniversos. Y así, los Censores actúan en todos los niveles del gran universo, desde los mundos perfectos de Havona hasta los consejos de los Soberanos de los Sistemas, y forman parte orgánica de todos los fallos dispensacionales para los mundos evolutivos.
19:4.4 (218.2) Siempre y donde está presente un Censor Universal, ahí y entonces está el juicio de la Deidad. Y puesto que los Censores ofrecen siempre sus veredictos en enlace con los Perfeccionadores de la Sabiduría y con los Consejeros Divinos, sus decisiones contienen la sabiduría, el consejo y el juicio unidos de la Trinidad del Paraíso. En este trío jurídico el Perfeccionador de la Sabiduría sería el «yo era», el Consejero Divino el «yo seré», pero el Censor Universal es siempre el «yo soy».
19:4.5 (218.3) Los Censores son personalidades totalizadoras en el universo. Una vez que mil testigos —o un millón— han prestado declaración, una vez que ha hablado la voz de la sabiduría y se ha registrado el consejo de la divinidad, una vez que se ha aportado el testimonio de la perfección ascendente, entonces actúa el Censor y se revela inmediatamente una totalización divina e infalible de todo lo que ha ocurrido. Y esta revelación representa la conclusión divina, lo esencial de una decisión final y perfecta. En consecuencia, cuando un Censor ha hablado nadie más puede hablar, pues el Censor ha descrito el total verdadero e inconfundible de todos los hechos anteriores. Cuando habla no hay apelación posible.
19:4.6 (218.4) Entiendo muy a fondo el funcionamiento de la mente de un Perfeccionador de la Sabiduría, pero no acabo de comprender cómo trabaja la mente enjuiciadora de un Censor Universal. Tengo la impresión de que los Censores formulan nuevos significados y dan origen a nuevos valores a partir de la asociación de los hechos, las verdades y las conclusiones que se les presentan en el transcurso de una investigación de los asuntos del universo. Parece probable que los Censores Universales sean capaces de extraer interpretaciones originales de la combinación de la visión perfecta del Creador y la experiencia perfeccionada de la criatura. De esta asociación de perfección paradisiaca y experiencia en el universo resulta indudablemente un nuevo valor en los niveles últimos.
19:4.7 (218.5) Pero no terminan aquí nuestras dificultades en cuanto al funcionamiento de la mente de los Censores Universales. Tras considerar debidamente todo lo que sabemos o conjeturamos sobre la actuación de los Censores en cualquier situación dada del universo, nos seguimos encontrando incapaces de predecir sus decisiones o de prever sus veredictos. Podemos determinar con gran exactitud el resultado probable de la asociación de la actitud del Creador con la experiencia de la criatura, pero esas conclusiones no son siempre previsiones exactas de las revelaciones del Censor. Parece probable que los Censores estén de alguna manera en enlace con el Absoluto de Deidad; de no ser así, somos incapaces de explicar muchas de sus decisiones y resoluciones.
19:4.8 (218.6) Los Perfeccionadores de la Sabiduría, los Consejeros Divinos y los Censores Universales, junto con los siete órdenes de Personalidades Supremas de la Trinidad constituyen los diez grupos denominados a veces Hijos Estacionarios de la Trinidad. Juntos componen el gran cuerpo de administradores, regidores, ejecutivos, asesores, consejeros y jueces de la Trinidad. Su número supera ligeramente los treinta y siete mil millones. Dos mil setenta millones están emplazados en el universo central y algo más de cinco mil millones en cada superuniverso.
19:4.9 (219.1) Es muy difícil describir los límites funcionales de los Hijos Estacionarios de la Trinidad. Sería inexacto afirmar que sus actos se limitan a lo finito, pues hay operaciones registradas en los superuniversos que indican lo contrario. Actúan en cualquier nivel de administración o de enjuiciamiento del universo en el que las condiciones del espacio-tiempo lo requieran y que tenga que ver con la evolución pasada, presente y futura del universo maestro.
19:5.1 (219.2) Voy a poder deciros muy poco con respecto a los Espíritus Inspirados de la Trinidad porque es uno de los pocos órdenes totalmente secretos de seres existentes. Y es secreto, sin duda, porque les resulta imposible revelarse plenamente incluso a aquellos de nosotros cuyo origen está tan cerca de la fuente que los creó. Llegan a la existencia mediante un acto de la Trinidad del Paraíso y pueden ser utilizados por una o dos de las Deidades, o por las tres. No sabemos si el número de estos Espíritus está completo o si aumenta constantemente, aunque nos inclinamos a creer que su número no se ha fijado.
19:5.2 (219.3) No entendemos plenamente ni la naturaleza ni la conducta de los Espíritus Inspirados. Podrían pertenecer a la categoría de los espíritus superpersonales. Parecen operar en todos los circuitos conocidos y actuar de forma casi independiente del tiempo y el espacio. Poco más sabemos sobre ellos, salvo que deducimos su carácter de la naturaleza de sus actividades, cuyos resultados observamos con certeza aquí y allá en los universos.
19:5.3 (219.4) Bajo ciertas condiciones estos Espíritus Inspirados pueden individualizarse lo suficiente como para ser reconocidos por seres con origen en la Trinidad. Yo los he visto, pero los órdenes más bajos de seres celestiales nunca podrían reconocer a ninguno de ellos. Por otra parte, en la conducción de los universos en vías de evolución se dan a veces determinadas circunstancias en las que cualquier ser con origen en la Trinidad puede emplear directamente a estos Espíritus para respaldar sus misiones. Sabemos por lo tanto que existen y que bajo ciertas condiciones podemos pedir y recibir su ayuda, incluso a veces reconocer su presencia. Pero no forman parte de la organización revelada de modo explícito y manifiesto como encargada de la conducción de los universos del espacio-tiempo antes de que dichas creaciones materiales se asienten en luz y vida. No tienen un lugar claramente reconocible ni en la organización ni en la administración presentes de los siete superuniversos en evolución. Son un secreto de la Trinidad del Paraíso.
19:5.4 (219.5) Los Melquisedec de Nebadon enseñan que los Espíritus Inspirados de la Trinidad están destinados, en algún momento del futuro eterno, a asumir las funciones de los Mensajeros Solitarios, cuyas filas están mermando de forma lenta pero segura a medida que son asignados como compañeros a ciertos tipos de hijos trinizados.
19:5.5 (219.6) Los Espíritus Inspirados son los espíritus solitarios del universo de universos. Como espíritus son muy semejantes a los Mensajeros Solitarios, excepto que estos últimos son personalidades bien diferenciadas. Obtenemos gran parte de nuestros conocimientos sobre los Espíritus Inspirados de los Mensajeros Solitarios, quienes detectan su cercanía en virtud de su sensibilidad inherente a la presencia de los Espíritus Inspirados, que funciona tan infaliblemente como una aguja imantada apunta a un polo magnético. Cuando un Mensajero Solitario está cerca de un Espíritu Inspirado de la Trinidad, es consciente de una indicación cualitativa de esa presencia divina y también de un registro cuantitativo muy preciso que le permite conocer la clasificación o el número de la presencia o presencias de estos Espíritus.
19:5.6 (220.1) Puedo añadir otro hecho interesante: cuando un Mensajero Solitario está en un planeta cuyos habitantes tienen en su interior Ajustadores del Pensamiento, como en Urantia, es consciente de una excitación cualitativa en su sensibilidad detectora de presencias de espíritu. En tales casos no hay excitación cuantitativa, solo una agitación cualitativa. Cuando está en un planeta al que no llegan Ajustadores, el contacto con los nativos no produce ninguna de estas reacciones. Esto sugiere que los Ajustadores del Pensamiento están relacionados o conectados de alguna manera con los Espíritus Inspirados de la Trinidad del Paraíso. Es posible que estén asociados de alguna forma en ciertos aspectos de su trabajo, aunque no lo sabemos realmente. Ambos se originan cerca del centro y fuente de todas las cosas, pero no son del mismo orden de seres. Los Ajustadores del Pensamiento surgen solo del Padre; los Espíritus Inspirados son progenie de la Trinidad del Paraíso.
19:5.7 (220.2) Los Espíritus Inspirados no pertenecen aparentemente al plan evolutivo de los planetas o universos individuales, y sin embargo parecen estar en casi todas partes. Ahora mismo, mientras estoy ocupado en formular esta exposición, la sensibilidad personal a la presencia de ese orden de Espíritus del Mensajero Solitario que me acompaña indica que está con nosotros en este instante, a no más de ocho metros, un espíritu del orden de los Inspirados y del tercer volumen de presencia de poder. El tercer volumen de presencia de poder nos sugiere la probabilidad de que tres Espíritus Inspirados estén actuando en enlace.
19:5.8 (220.3) De los más de doce órdenes de seres que me acompañan en este momento, el Mensajero Solitario es el único consciente de la presencia de esas misteriosas entidades de la Trinidad. Y además, aunque estamos informados así de la cercanía de esos Espíritus divinos, todos desconocemos por igual su misión. No sabemos realmente si son meros observadores interesados en nuestra actividad o si, de alguna manera desconocida para nosotros, contribuyen de hecho al éxito de nuestra empresa.
19:5.9 (220.4) Sabemos que los Maestros Hijos de la Trinidad están dedicados a la ilustración consciente de las criaturas del universo. Yo he llegado a la firme conclusión de que los Espíritus Inspirados de la Trinidad actúan también como maestros de los mundos mediante técnicas superconscientes. Estoy persuadido de que hay un vasto cuerpo de conocimiento espiritual esencial, una verdad indispensable para el alto logro espiritual, que no se puede recibir conscientemente; la autoconsciencia pondría en peligro efectivo la certeza de su recepción. Si este concepto es correcto, y todo mi orden de seres lo comparte, la misión de esos Espíritus Inspirados podría consistir en superar esta dificultad, en salvar esta brecha en el plan universal de ilustración moral y avance espiritual. Pensamos que estos dos tipos de maestros con origen en la Trinidad enlazan de alguna manera sus actividades, pero no lo sabemos realmente.
19:5.10 (220.5) En los mundos de formación de los superuniversos y en los circuitos eternos de Havona, he fraternizado con los mortales en perfeccionamiento —almas espiritualizadas ascendentes de los dominios evolutivos— pero ellos nunca han sido conscientes de los Espíritus Inspirados cuando alguna vez los poderes de detección de los Mensajeros Solitarios indicaban que estaban muy cerca de nosotros. He hablado sin reservas con todos los órdenes de los Hijos de Dios, altos y bajos, y ninguno de ellos es conscientes de las admoniciones de los Espíritus Inspirados de la Trinidad. Pueden examinar y examinan sus experiencias pasadas, y cuentan sucesos que son difíciles de explicar si no se tiene en cuenta la acción de estos espíritus. Pero a excepción de los Mensajeros Solitarios, y a veces de los seres con origen en la Trinidad, ningún miembro de la familia celestial ha sido nunca consciente de la cercanía de los Espíritus Inspirados.
19:5.11 (221.1) No creo que los Espíritus Inspirados de la Trinidad estén jugando al escondite conmigo. Es probable que estén intentando desvelarse ante mí tanto como yo comunicarme con ellos; nuestras dificultades y limitaciones deben ser mutuas e inherentes. Estoy convencido de que no hay secretos arbitrarios en el universo; por lo tanto, no cejaré nunca en mis esfuerzos por resolver el misterio del aislamiento de estos espíritus que pertenecen a mi orden de creación.
19:5.12 (221.2) Y a partir de todo esto, vosotros los mortales, que dais ahora vuestros primeros pasos en el viaje eterno, podéis ver bien que deberéis recorrer un largo camino antes de progresar mediante garantías «visuales» y «materiales». Durante mucho tiempo, tendréis que practicar la fe y depender de la revelación si esperáis progresar con rapidez y seguridad.
19:6.1 (221.3) Los nativos de Havona son creación directa de la Trinidad del Paraíso y su número escapa a la comprensión de vuestras mentes circunscritas. Tampoco son capaces los urantianos de concebir las dotes inherentes de criaturas tan divinamente perfectas como estas razas del universo eterno con origen en la Trinidad. Nunca podréis imaginar verdaderamente a estas gloriosas criaturas; tendréis que esperar a llegar a Havona, donde podréis saludarlas como a camaradas en el espíritu.
19:6.2 (221.4) Durante vuestra larga estancia en los mil millones de mundos de cultura de Havona, desarrollaréis una amistad eterna con estos seres magníficos. ¡Y cuán profunda es la amistad que crece entre la criatura personal más baja de los mundos del espacio y estos altos seres personales nativos de las esferas perfectas del universo central! Los mortales ascendentes, en su larga y amorosa asociación con los nativos de Havona, hacen muchas cosas para compensar el empobrecimiento espiritual de las primeras etapas de su progresión como mortales. Al mismo tiempo, a través de sus contactos con los peregrinos ascendentes, los havonitas obtienen una experiencia que les hace superar en no pequeña medida la desventaja experiencial de haber vivido siempre una vida de perfección divina. El beneficio tanto para los mortales ascendentes como para los nativos de Havona es grande y mutuo.
19:6.3 (221.5) Los nativos de Havona, como todas las demás personalidades con origen en la Trinidad, son proyectados en perfección divina y, como sucede con otras personalidades con origen en la Trinidad, el paso del tiempo puede aumentar sus reservas de dotes experienciales. Pero a diferencia de los Hijos Estacionarios de la Trinidad, los havonitas pueden evolucionar en estatus, pueden tener un destino futuro no revelado en la eternidad. Esto queda ilustrado por aquellos havonitas que factualizan por medio del servicio la capacidad de fusión con un fragmento no Ajustador del Padre y se cualifican así para ser miembros del Cuerpo de los Mortales de la Finalización. Y hay otros cuerpos de finalitarios abiertos a estos nativos del universo central.
19:6.4 (221.6) La evolución del estatus de los nativos de Havona ha dado lugar a muchas especulaciones en Uversa. Dado que por una parte se están incorporando lenta pero constantemente a los diversos Cuerpos de la Finalización del Paraíso y que por otra no se crean más, es evidente que va disminuyendo el número de nativos que queda en Havona. Las consecuencias últimas de estas operaciones no se nos han revelado, pero no creemos que Havona llegue nunca a vaciarse completamente de nativos. Hemos considerado la teoría de que los havonitas podrían dejar alguna vez de incorporarse a los cuerpos de finalitarios durante las edades de las creaciones sucesivas de los niveles del espacio exterior. También hemos considerado la posibilidad de que en esas edades posteriores del universo, el universo central esté poblado por un grupo mixto de seres residentes, una ciudadanía compuesta solo en parte por los nativos originales de Havona. No sabemos qué orden o tipo de criatura podría estar destinado así a tener estatus residencial en el Havona del futuro, pero hemos pensado en:
19:6.5 (222.1) 1. Los univitatia, que ahora son los ciudadanos permanentes de las constelaciones de los universos locales.
19:6.6 (222.2) 2. Futuros tipos de mortales que pudieran nacer en las esferas habitadas de los superuniversos durante el florecimiento de las edades de luz y vida.
19:6.7 (222.3) 3. La aristocracia espiritual de los que llegan desde los sucesivos universos exteriores.
19:6.8 (222.4) Sabemos que el Havona de la edad universal anterior era algo diferente al Havona de la edad presente. Nos parece bastante razonable asumir que estamos presenciando ahora los lentos cambios del universo central que anticipan las edades por venir. Una cosa es segura: el universo no es estático; solo Dios es inmutable.
19:7.1 (222.5) Residen en el Paraíso numerosos grupos de seres magníficos, los Ciudadanos del Paraíso. No se ocupan directamente del plan de perfeccionar a las criaturas ascendentes con voluntad y, por lo tanto, no se revelan plenamente a los mortales de Urantia. Hay más de tres mil órdenes de estas inteligencias elevadas, cuyo último grupo fue personalizado simultáneamente al mandato de la Trinidad que promulgaba el plan creativo de los siete superuniversos del tiempo y el espacio.
19:7.2 (222.6) Se designa a veces colectivamente a los Ciudadanos del Paraíso y a los nativos de Havona como personalidades del Paraíso-Havona.
19:7.3 (222.7) Con esto queda completa la relación de los seres traídos a la existencia por la Trinidad del Paraíso. Ninguno de ellos se ha descarriado jamás, y sin embargo todos están dotados de libre albedrío en el sentido más elevado.
19:7.4 (222.8) Los seres con origen en la Trinidad poseen prerrogativas de tránsito que los hacen independientes de personalidades de transporte tales como las serafines. Todos nosotros poseemos el poder de trasladarnos libre y rápidamente por el universo de universos. A excepción de los Espíritus Inspirados de la Trinidad, no podemos alcanzar la velocidad casi increíble de los Mensajeros Solitarios, pero somos capaces de utilizar el total de los medios de transporte del espacio de forma que podemos llegar a cualquier punto de un superuniverso desde su sede central en menos de un año del tiempo de Urantia. Yo tardé 109 días de vuestro tiempo en viajar de Uversa a Urantia.
19:7.5 (222.9) Estamos capacitados para intercomunicarnos instantáneamente por estas mismas vías. Todo nuestro orden de creación se encuentra en contacto con todos los individuos abarcados en cada una de las categorías de los hijos de la Trinidad del Paraíso, con la única excepción de los Espíritus Inspirados.
19:7.6 (222.10) [Presentado por un Consejero Divino de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 20
20:0.1 (223.1) SEGÚN sus funciones en el superuniverso de Orvonton, los Hijos de Dios se clasifican bajo tres encabezamientos generales:
20:0.2 (223.2) 1. Los Hijos de Dios descendentes.
20:0.3 (223.3) 2. Los Hijos de Dios ascendentes.
20:0.4 (223.4) 3. Los Hijos Trinizados de Dios.
20:0.5 (223.5) Los órdenes descendentes de filiación incluyen personalidades que son de creación directa y divina. Los hijos ascendentes, como son las criaturas mortales, consiguen este estatus mediante la participación experiencial en la técnica creativa conocida como evolución. Los Hijos Trinizados son un grupo de origen compuesto que incluye a todos los seres abrazados por la Trinidad del Paraíso aun cuando no tengan origen directo en la Trinidad.
20:1.1 (223.6) Todos los Hijos de Dios descendentes son de origen alto y divino. Se dedican al ministerio descendente de servir en los mundos y sistemas del tiempo y el espacio, donde facilitan el progreso de las criaturas humildes de origen evolutivo —los hijos de Dios ascendentes— en su ascenso al Paraíso. En esta exposición se describirán siete de los numerosos órdenes de Hijos descendentes. Los Hijos provenientes de las Deidades de la Isla central de Luz y Vida se llaman Hijos de Dios del Paraíso y abarcan los tres órdenes siguientes:
20:1.2 (223.7) 1. Hijos Creadores: los Migueles.
20:1.3 (223.8) 2. Hijos Magistrados: los Avonales.
20:1.4 (223.9) 3. Maestros Hijos de la Trinidad: los Daynales.
20:1.5 (223.10) Los otros cuatro órdenes de filiación descendente se conocen como los Hijos de Dios de los universos locales:
20:1.6 (223.11) 4. Hijos Melquisedec.
20:1.7 (223.12) 5. Hijos Vorondadek.
20:1.8 (223.13) 6. Hijos Lanonandek.
20:1.9 (223.14) 7. Portadores de Vida.
20:1.10 (223.15) Los Melquisedec son vástagos conjuntos del Hijo Creador de un universo local, el Espíritu Creativo y el Padre Melquisedec. Tanto los Vorondadek como los Lanonandek son traídos a la existencia por un Hijo Creador y su Espíritu Creativo compañero. Los Vorondadek son más conocidos como los Altísimos, los Padres de las Constelaciones; los Lanonandek como los Soberanos de los Sistemas y los Príncipes Planetarios. El orden triple de los Portadores de Vida es traído a la existencia por un Hijo Creador y el Espíritu Creativo en asociación con uno de los tres Ancianos de los Días del superuniverso de su jurisdicción. Pero la naturaleza y las actividades de estos Hijos de Dios de los universos locales están mejor descritas en los documentos que tratan de los asuntos de las creaciones locales.
20:1.11 (224.1) Los Hijos de Dios del Paraíso son de origen triple: los Hijos primarios o Creadores son traídos a la existencia por el Padre Universal y el Hijo Eterno; los Hijos secundarios o Hijos Magistrados son hijos del Hijo Eterno y el Espíritu Infinito; los Maestros Hijos de la Trinidad son vástagos del Padre, el Hijo y el Espíritu. Desde el punto de vista del servicio, la adoración y la súplica, los Hijos del Paraíso son como uno; su espíritu es uno y su trabajo es idéntico en calidad y compleción.
20:1.12 (224.2) Igual que los órdenes paradisiacos de los Días han demostrado ser administradores divinos, los órdenes de los Hijos del Paraíso se han revelado como ministradores divinos: creadores, servidores, otorgadores, jueces, maestros y reveladores de la verdad. Recorren el universo de universos desde las orillas de la Isla eterna hasta los mundos habitados del tiempo y el espacio y desempeñan múltiples servicios, no desvelados en estas narraciones, en el universo central y los superuniversos. Sus formas de organización varían según la naturaleza y el paradero de su servicio, pero en un universo local tanto los Hijos Magistrados como los Maestros Hijos sirven bajo la dirección del Hijo Creador que preside ese dominio.
20:1.13 (224.3) Los Hijos Creadores parecen poseer una dotación espiritual centrada en su persona que controlan y que pueden otorgar, como hizo vuestro propio Hijo Creador cuando derramó su espíritu sobre toda la carne mortal de Urantia. Cada Hijo Creador está dotado de este poder espiritual de atracción en su propio dominio; es personalmente consciente de todos los actos y emociones de todos los Hijos de Dios descendentes que sirven en sus dominios. Hay en esto un reflejo divino, un duplicado en los universos locales, de ese poder absoluto de atracción espiritual del Hijo Eterno que le permite extenderse hasta hacer y mantener contacto con todos sus Hijos del Paraíso dondequiera que estén en todo el universo de universos.
20:1.14 (224.4) Los Hijos Creadores del Paraíso no solo sirven como Hijos en sus ministerios descendentes de servicio y otorgamiento, sino que cuando han completado sus carreras de otorgamiento cada uno actúa como Padre del universo que él mismo ha creado, al tiempo que los demás Hijos de Dios prosiguen el servicio de otorgamiento y elevación espiritual planeado para conseguir que los planetas reconozcan voluntariamente uno a uno el gobierno amoroso del Padre Universal, reconocimiento que culmina en la consagración de la criatura a la voluntad del Padre del Paraíso y en la lealtad planetaria a la soberanía de su Hijo Creador en el universo.
20:1.15 (224.5) En un Hijo Creador séptuplo, Creador y criatura se combinan para siempre en una asociación comprensiva, compasiva y misericordiosa. Todo el orden de los Migueles, los Hijos Creadores, es tan único que el estudio de su naturaleza y sus actividades se reserva para el siguiente documento de esta serie, mientras que esta narración se centrará en los otros dos órdenes de filiación paradisiaca: los Hijos Magistrados y los Maestros Hijos de la Trinidad.
20:2.1 (224.6) Cada vez que un concepto original y absoluto del ser formulado por el Hijo Eterno se une con un ideal nuevo y divino de servicio de amor concebido por el Espíritu Infinito, se genera un Hijo de Dios nuevo y original, un Hijo Magistrado del Paraíso. Estos Hijos constituyen el orden de los Avonales en contraposición con el orden de los Migueles, los Hijos Creadores. Aunque no son creadores en el sentido personal, están estrechamente vinculados con los Migueles en toda su labor. Los Avonales son ministros y jueces planetarios, son los magistrados de los dominios del espacio-tiempo, de todas las razas, para todos los mundos y en todos los universos.
20:2.2 (225.1) Tenemos razones para pensar que el número total de Hijos Magistrados asciende a unos mil millones en el gran universo. Son un orden que se autogobierna, dirigido por su consejo supremo en el Paraíso que está compuesto por Avonales experimentados procedentes de los servicios de todos los universos. Pero cuando están asignados a un universo local y comisionados en él, sirven bajo la dirección del Hijo Creador de ese dominio.
20:2.3 (225.2) Los Avonales son los Hijos del Paraíso que sirven y se otorgan en los planetas individuales de los universos locales. Y puesto que cada Hijo Avonal tiene una personalidad exclusiva, puesto que no hay dos iguales, su trabajo es individualmente único en los mundos en los que residen, donde se encarnan frecuentemente a semejanza de carne mortal y nacen a veces de madres terrenales en los mundos evolutivos.
20:2.4 (225.3) Además de sus servicios en los niveles administrativos más altos, los Avonales tienen una función triple en los mundos habitados:
20:2.5 (225.4) 1. Acciones judiciales. Actúan en el cierre de las dispensaciones planetarias. Con el tiempo, se pueden ejecutar decenas —cientos— de estas misiones en cada mundo individual, y pueden volver innumerables veces al mismo mundo o a otros como terminadores de una dispensación, como liberadores de los supervivientes durmientes.
20:2.6 (225.5) 2. Misiones de magistrado. Se suele producir una visitación planetaria de este tipo antes de la llegada de un Hijo de otorgamiento. En esta misión el Avonal aparece como un adulto del mundo mediante un procedimiento de encarnación que no implica su nacimiento como mortal. Tras esta primera visita de magistrado ordinaria, los Avonales pueden servir repetidamente como magistrados en el mismo planeta tanto antes como después de la aparición del Hijo de otorgamiento. En esas misiones de magistrado adicionales el Avonal puede aparecer o no en forma material y visible, pero en ninguna de ellas nacerá en el mundo como bebé indefenso.
20:2.7 (225.6) 3. Misiones de otorgamiento. Todos los Hijos Avonales se otorgan al menos una vez a alguna raza mortal de algún mundo evolutivo. Las visitas judiciales son numerosas, las misiones de magistrado pueden ser plurales, pero en cada planeta no aparece más que un Hijo de otorgamiento. Los Avonales de otorgamiento nacen de mujer tal como Miguel de Nebadon se encarnó en Urantia.
20:2.8 (225.7) No hay límite al número de veces que los Hijos Avonales pueden servir en misiones de magistrado y de otorgamiento, aunque por regla general, después de pasar siete veces por esta experiencia se produce una suspensión a favor de los que han prestado menos veces este servicio. Estos Hijos con múltiples experiencias de otorgamiento son asignados entonces al alto consejo personal de un Hijo Creador y llegan así a participar en la administración de los asuntos del universo.
20:2.9 (225.8) En todo su trabajo para y en los mundos habitados, los Hijos Magistrados cuentan con la asistencia de dos órdenes de criaturas de los universos locales, los Melquisedec y los arcángeles, mientras que en las misiones de otorgamiento les acompañan además las Brillantes Estrellas Vespertinas, también originarias de las creaciones locales. En todos sus esfuerzos planetarios, los Hijos secundarios del Paraíso, los Avonales, son plenamente respaldados por la totalidad de poder y autoridad de un Hijo primario del Paraíso, el Hijo Creador del universo local en el que sirven. Su actuación en las esferas habitadas es tan eficaz y aceptable a todos los efectos como hubiera sido la de un Hijo Creador en esos mundos habitados por mortales.
20:3.1 (226.1) Los Avonales son conocidos como Hijos Magistrados porque son los altos magistrados de los dominios, los jueces de las dispensaciones sucesivas de los mundos del tiempo. Presiden el despertar de los supervivientes durmientes, enjuician el mundo, llevan a su término una dispensación de justicia suspendida, ejecutan los mandatos de una edad de misericordia de prueba, reasignan las tareas de la nueva dispensación a las criaturas del espacio con ministerio planetario y regresan a las sedes de su universo local después de terminar su misión.
20:3.2 (226.2) Cuando enjuician los destinos de una edad, los Avonales decretan el destino de las razas evolutivas, y aunque pueden dictar sentencias de extinción de la identidad de las criaturas personales, no ejecutan dichas condenas. Nadie más que las autoridades de un superuniverso puede ejecutar veredictos de esta naturaleza.
20:3.3 (226.3) La llegada de un Avonal del Paraíso a un mundo evolutivo con el propósito de terminar una dispensación y de inaugurar una nueva era de progresión planetaria no es necesariamente ni una misión de magistrado ni una misión de otorgamiento. Algunas misiones de magistrado y todas las de otorgamiento son encarnaciones; es decir, en ellas los Avonales sirven en un planeta de forma literalmente material. Sus otras visitas son «técnicas», en cuyo caso el Avonal no se encarna para el servicio planetario. Cuando un Hijo Magistrado va únicamente como juez dispensacional, llega al planeta como ser espiritual invisible para las criaturas materiales del mundo. Estas visitas específicas se producen repetidas veces en la larga historia de un mundo habitado.
20:3.4 (226.4) Los Hijos Avonales pueden actuar como jueces planetarios tanto antes de sus experiencias de magistrado como de otorgamiento. Sin embargo, en cualquiera de estas misiones el Hijo encarnado juzgará la edad planetaria que termina. Lo mismo hace un Hijo Creador cuando se encarna en una misión de otorgamiento a semejanza de carne mortal. Cuando un Hijo del Paraíso visita un mundo evolutivo y se hace como uno de sus habitantes, su presencia termina una dispensación y constituye un juicio del mundo.
20:4.1 (226.5) Antes de la aparición de un Hijo de otorgamiento en el planeta, un mundo habitado suele ser visitado por un Avonal del Paraíso en misión de magistrado. Si es la primera visitación de magistrado, el Avonal se encarna siempre como ser material. Aparece en el planeta de su misión como un varón de las razas mortales totalmente desarrollado, un ser enteramente visible para las criaturas mortales de su tiempo y generación y que está en contacto físico con ellas. Durante toda encarnación de magistrado, la conexión del Hijo Avonal con las fuerzas espirituales locales y universales es completa e ininterrumpida.
20:4.2 (226.6) Un planeta puede recibir muchas visitaciones de magistrados tanto antes como después de la aparición de un Hijo de otorgamiento. Puede ser visitado muchas veces por el mismo Avonal o por otros que actúan como jueces dispensacionales, pero esas misiones específicas de juicio no son ni de otorgamiento ni de magistrado, y en esos casos los Avonales no se encarnan nunca. Incluso cuando un planeta es bendecido repetidamente con misiones de magistrado, los Avonales no siempre se someten a la encarnación mortal. Y cuando sirven a semejanza de carne mortal aparecen siempre como seres adultos del mundo; no nacen de mujer.
20:4.3 (227.1) Cuando se encarnan en misiones de otorgamiento o en misiones de magistrado, los Hijos del Paraíso tienen Ajustadores experimentados, y esos Ajustadores son distintos en cada encarnación. Los Ajustadores que ocupan la mente de los Hijos de Dios encarnados no pueden esperar nunca conseguir la personalidad mediante la fusión con los seres divino-humanos en cuyo interior moran, pero a menudo son personalizados por un fíat del Padre Universal. Dichos Ajustadores forman el consejo supremo de dirección de Divinington para la administración, identificación y envío de los Monitores de Misterio a los mundos habitados. También reciben y acreditan a los Ajustadores en su regreso al «seno del Padre» tras la disolución por la muerte de su tabernáculo terrenal. Y así, los fieles Ajustadores de los jueces de los mundos se convierten en los jefes ensalzados de los seres de su clase.
20:4.4 (227.2) Urantia no ha alojado nunca a un Hijo Avonal en misión de magistrado. Si Urantia hubiera seguido el plan general de los mundos habitados, habría sido bendecido con una misión de magistrado en algún momento entre los días de Adán y el otorgamiento de Cristo Miguel. Pero la secuencia regular de los Hijos del Paraíso se alteró completamente en vuestro planeta cuando apareció vuestro Hijo Creador en su otorgamiento terminal hace mil novecientos años.
20:4.5 (227.3) Urantia aún puede ser visitado por un Avonal comisionado para encarnarse en misión de magistrado, pero respecto a la aparición futura de los Hijos del Paraíso, ni siquiera «los ángeles del cielo conocen el modo ni el momento de dichas visitaciones», pues el mundo de otorgamiento de un Miguel se convierte en pupilo individual y personal de un Hijo Maestro y, como tal, está sujeto por entero a sus propios planes y resoluciones. Esto se complica aún más en vuestro mundo por la promesa de Miguel de regresar. A pesar de los malentendidos sobre la estancia en Urantia de Miguel de Nebadon, una cosa es auténtica sin lugar a dudas: su promesa de volver a vuestro mundo. Ante esta perspectiva solo el tiempo puede revelar el orden futuro de las visitaciones de los Hijos de Dios del Paraíso a Urantia.
20:5.1 (227.4) El Hijo Eterno es el Verbo eterno de Dios. El Hijo Eterno es la expresión perfecta del «primer» pensamiento absoluto e infinito de su Padre eterno. Cuando un duplicado personal o extensión divina de este Hijo Original empieza una misión de otorgamiento de encarnación como mortal, se vuelve literalmente cierto que el divino «Verbo se hace carne» y que el Verbo habita así entre los seres humildes de origen animal.
20:5.2 (227.5) En Urantia existe la creencia muy difundida de que el propósito del otorgamiento de un Hijo es influir de alguna manera en la actitud del Padre Universal. Pero vuestro esclarecimiento debería indicaros que esto no es verdad. Los otorgamientos de los Hijos Avonales y Migueles son una parte necesaria del proceso experiencial planeado para convertir a estos Hijos en magistrados y regidores compasivos y dignos de confianza para los pueblos y los planetas del tiempo y el espacio. La carrera de otorgamiento séptuplo es la meta suprema de todos los Hijos Creadores del Paraíso. Y todos los Hijos Magistrados están motivados por ese mismo espíritu de servicio que caracteriza tan abundantemente a los Hijos Creadores primarios y al Hijo Eterno del Paraíso.
20:5.3 (227.6) Es necesario que algún orden de Hijo del Paraíso se otorgue en cada mundo habitado por mortales para hacer posible que los Ajustadores del Pensamiento moren en la mente de todos los seres humanos normales de esa esfera, pues los Ajustadores no van a todos los seres humanos auténticos hasta que el Espíritu de la Verdad se ha derramado sobre toda la carne. Y el envío del Espíritu de la Verdad depende del regreso a la sede del universo de un Hijo del Paraíso que ha cumplido con éxito una misión de otorgamiento como mortal en un mundo en evolución.
20:5.4 (228.1) En el transcurso de la larga historia de un planeta habitado tendrán lugar muchos juicios dispensacionales y podrá darse más de una misión de magistrado, pero lo normal es que un Hijo de otorgamiento solo sirva una vez en la esfera. Solo se requiere que cada mundo habitado tenga un Hijo de otorgamiento que haya ido a vivir una vida mortal plena, desde el nacimiento hasta la muerte. Tarde o temprano y sea cual sea su estatus espiritual, todos los mundos habitados por mortales están destinados a alojar a un Hijo Magistrado en misión de otorgamiento, excepto el único planeta de cada universo local en el que un Hijo Creador elige hacer su otorgamiento como mortal.
20:5.5 (228.2) A medida que vais entendiendo más sobre los Hijos de otorgamiento, captáis por qué suscita Urantia tanto interés en la historia de Nebadon. Vuestro pequeño e insignificante planeta le importa al universo local simplemente porque es el mundo hogar de Jesús de Nazaret como mortal. Fue el escenario del otorgamiento final y triunfante de vuestro Hijo Creador, la arena en la que Miguel ganó la soberanía personal suprema del universo de Nebadon.
20:5.6 (228.3) En la sede de su universo local y especialmente después de consumar su propio otorgamiento como mortal, un Hijo Creador dedica gran parte de su tiempo a aconsejar e instruir al colegio de Hijos asociados, los Hijos Magistrados y otros. Con amor y dedicación, con tierna misericordia y afectuosa consideración, estos Hijos Magistrados se otorgan a los mundos del espacio. Y estos servicios planetarios no son en ningún modo inferiores a los otorgamientos de los Migueles como mortales. Es verdad que vuestro Hijo Creador eligió como mundo de su aventura final de experiencia como criatura uno que había sufrido notables desventuras. Pero ningún planeta podría encontrarse nunca en condiciones que exigieran el otorgamiento de un Hijo Creador para su rehabilitación espiritual. Cualquier Hijo del grupo de otorgamiento hubiera sido igual de suficiente, pues en todo su trabajo en los mundos de un universo local los Hijos Magistrados son tan divinamente eficaces y plenamente sabios como lo habría sido su hermano paradisiaco, el Hijo Creador.
20:5.7 (228.4) Aunque la posibilidad de desastre acompaña siempre a estos Hijos del Paraíso durante sus encarnaciones de otorgamiento, aún estoy por ver el registro de un solo fracaso o incumplimiento de un Hijo Magistrado o de un Hijo Creador en una misión de otorgamiento. Ambos tienen un origen demasiado cercano a la perfección absoluta como para fallar. Asumen el riesgo ciertamente, se hacen realmente semejantes a las criaturas mortales de carne y hueso y obtienen de ese modo la experiencia única de la criatura, pero hasta donde alcanzan mis observaciones siempre tienen éxito. No dejan nunca de conseguir la meta de la misión de otorgamiento. La historia de sus otorgamientos y servicios planetarios en todo Nebadon constituye el capítulo más noble y fascinante de la historia de vuestro universo local.
20:6.1 (228.5) El método por el que un Hijo del Paraíso se prepara para la encarnación mortal como Hijo de otorgamiento, por el que entra en el seno de su madre en el planeta de otorgamiento, es un misterio universal, y cualquier intento de descubrir el funcionamiento de esta técnica de Sonarington está abocado a un fracaso seguro. Dejad que el conocimiento sublime de la vida mortal de Jesús de Nazaret penetre en vuestras almas, pero no malgastéis ningún pensamiento en especulaciones inútiles sobre cómo se efectuó esta misteriosa encarnación de Miguel de Nebadon. Regocijémonos todos en el conocimiento y la seguridad de que tales consecuciones son posibles para la naturaleza divina y no perdamos el tiempo en vanas conjeturas sobre la técnica empleada por la sabiduría divina para producir esos fenómenos.
20:6.2 (229.1) En una misión de otorgamiento como mortal un Hijo del Paraíso nace siempre de mujer y crece como un niño varón del planeta, como lo hizo Jesús en Urantia. Todos estos Hijos de servicio supremo pasan por la infancia y la juventud hasta la edad adulta exactamente igual que un ser humano. En todos los aspectos se hacen como los mortales de la raza en la que nacen. Hacen peticiones al Padre como los hijos de los planetas en los que sirven. Desde un punto de vista material estos hijos divino-humanos viven vidas normales con una única excepción: no engendran descendencia en los mundos donde residen. Es una restricción universal impuesta a todos los órdenes de los Hijos de otorgamiento del Paraíso.
20:6.3 (229.2) Igual que Jesús trabajó en vuestro mundo como el hijo de un carpintero, otros Hijos del Paraíso trabajan en distintas ocupaciones en sus planetas de otorgamiento. Es difícil encontrar una profesión que no haya sido ejercida por un Hijo del Paraíso en el curso de su otorgamiento en alguno de los planetas evolutivos del tiempo.
20:6.4 (229.3) Cuando un Hijo de otorgamiento ha llegado a dominar la experiencia de vivir la vida mortal, cuando ha conseguido la perfecta sintonía con el Ajustador que mora en su interior, empieza la parte de su misión planetaria planeada para iluminar la mente e inspirar el alma de sus hermanos en la carne. Como maestros, estos hijos se dedican exclusivamente al esclarecimiento espiritual de las razas mortales de los mundos donde residen.
20:6.5 (229.4) Las carreras de otorgamiento como mortales de los Migueles y de los Avonales, si bien comparables en la mayoría de sus aspectos, no son idénticas del todo. Un Hijo Magistrado no proclama nunca: «todo aquel que ha visto al Hijo ha visto al Padre» como hizo vuestro Hijo Creador cuando estuvo encarnado en Urantia. En cambio un Avonal otorgado sí declara: «todo aquel que me ha visto ha visto al Hijo Eterno de Dios». Los Hijos Magistrados no descienden directamente del Padre universal ni se encarnan sometidos a la voluntad del Padre. Se otorgan siempre como Hijos del Paraíso sujetos a la voluntad del Hijo Eterno del Paraíso.
20:6.6 (229.5) Aunque los Hijos de otorgamiento, Creadores o Magistrados, entran en los portales de la muerte, reaparecen al tercer día. Pero no debéis pensar que afrontan siempre el trágico final padecido por el Hijo Creador que residió en vuestro mundo hace mil novecientos años. La experiencia extraordinaria e inusualmente cruel por la que pasó Jesús de Nazaret ha hecho que Urantia sea conocido localmente como «el mundo de la cruz». No es necesario que se trate de forma tan inhumana a un Hijo de Dios. La inmensa mayoría de los planetas les ha dispensado un recibimiento más considerado y les ha permitido acabar sus carreras mortales, terminar la edad, juzgar a los supervivientes durmientes e inaugurar una nueva dispensación sin imponerles una muerte violenta. Un Hijo de otorgamiento debe someterse a la muerte, debe pasar por la totalidad de la experiencia misma de los mortales del planeta, pero no es requisito del plan divino que esa muerte sea violenta o inusual.
20:6.7 (229.6) Cuando los Hijos de otorgamiento no reciben una muerte violenta renuncian voluntariamente a su vida y pasan por los portales de la muerte, no para satisfacer las demandas de una «justicia severa» o de la «ira divina», sino para completar el otorgamiento, «para apurar el cáliz» de la carrera de encarnación y de experiencia personal en todo lo que constituye la vida de una criatura tal como se vive en los planetas donde existen mortales. El otorgamiento es una necesidad planetaria y del universo, y la muerte física no es más que una parte necesaria de la misión de otorgamiento.
20:6.8 (230.1) Una vez terminada su encarnación como mortal, el Avonal que ha realizado el servicio se dirige al Paraíso, es aceptado por el Padre Universal, regresa al universo local en el que está destinado y recibe el reconocimiento del Hijo Creador. Acto seguido, el Avonal de otorgamiento y el Hijo Creador envían su Espíritu de la Verdad conjunto a actuar en el corazón de las razas mortales que moran en el mundo de otorgamiento. En las edades de un universo local anteriores a la soberanía, es el espíritu conjunto de ambos Hijos puesto en obra por el Espíritu Creativo. Difiere algo del Espíritu de la Verdad que caracteriza las edades del universo local que siguen al séptimo otorgamiento de un Miguel.
20:6.9 (230.2) Al término del otorgamiento final de un Hijo Creador, el Espíritu de la Verdad, enviado previamente a todos los mundos del universo local donde se ha otorgado un Avonal, cambia de naturaleza y se convierte más literalmente en el espíritu del Miguel soberano. Este fenómeno concurre con la liberación del Espíritu de la Verdad que servirá en el planeta donde el Miguel se ha otorgado como mortal. A partir de entonces cada mundo honrado por un otorgamiento de magistrado recibirá del Hijo Creador séptuplo, en asociación con el Hijo Magistrado, el mismo espíritu confortador que habría recibido si el propio Soberano del universo local se hubiera encarnado personalmente como su Hijo de otorgamiento.
20:7.1 (230.3) Estos Hijos del Paraíso sumamente personales y sumamente espirituales son traídos a la existencia por la Trinidad del Paraíso. Son conocidos en Havona como el orden de los Daynales. En Orvonton están registrados como Maestros Hijos de la Trinidad, llamados así por su ascendencia. En Salvington se les denomina a veces los Hijos Espirituales del Paraíso.
20:7.2 (230.4) El número de Maestros Hijos aumenta constantemente. En el último censo universal difundido se contabilizaron algo más de veintiún mil millones de estos Hijos de la Trinidad que actúan en el universo central y en los superuniversos, sin contar las reservas del Paraíso compuestas por más de un tercio de todos los Maestros Hijos de la Trinidad que existen.
20:7.3 (230.5) El orden Daynal de filiación no es una parte orgánica de las administraciones de los universos locales ni de los superuniversos. Sus miembros no son ni creadores ni rescatadores, tampoco son jueces ni regidores. No están tan involucrados en la administración del universo como en el esclarecimiento moral y el desarrollo espiritual. Son los educadores universales y están dedicados al despertar espiritual y a la guía moral de todos los mundos. Su ministerio está íntimamente interrelacionado con el de las personalidades del Espíritu Infinito y estrechamente vinculado a la ascensión al Paraíso de los seres criatura.
20:7.4 (230.6) Estos Hijos de la Trinidad comparten las naturalezas conjuntas de las tres Deidades del Paraíso, pero en Havona parecen reflejar más la naturaleza del Padre Universal. En los superuniversos parecen retratar la naturaleza del Hijo Eterno, mientras que en las creaciones locales parecen mostrar el carácter del Espíritu Infinito. En todos los universos son la personificación del servicio y la prudencia de la sabiduría.
20:7.5 (230.7) A diferencia de sus hermanos paradisiacos los Migueles y los Avonales, los Maestros Hijos de la Trinidad no reciben formación preliminar en el universo central. Son enviados directamente a las sedes de los superuniversos y comisionados desde allí para servir en algún universo local. En su ministerio hacia esos dominios evolutivos utilizan la influencia espiritual combinada de un Hijo Creador y de los Hijos Magistrados asociados, pues los Daynales en y por sí mismos no poseen poder de atracción espiritual.
20:8.1 (231.1) Los Hijos Espirituales del Paraíso son seres únicos con origen en la Trinidad y son las únicas criaturas de la Trinidad que están tan completamente vinculadas a la conducción de los universos de origen dual. Están dedicados afectuosamente al ministerio educativo de las criaturas mortales y de los órdenes más bajos de seres espirituales. Empiezan su tarea en los sistemas locales y, conforme a sus logros y experiencia, van avanzando hacia dentro, pasando por el servicio en las constelaciones, hasta el trabajo más alto de la creación local. Tras certificarse pueden convertirse en embajadores espirituales que representan a los universos locales donde han servido.
20:8.2 (231.2) Desconozco el número exacto de Maestros Hijos que hay en Nebadon; son muchos miles. Muchos de los cabezas de departamento de las escuelas Melquisedec pertenecen a este orden, mientras que el personal conjunto de la Universidad regularmente constituida de Salvington abarca a más de cien mil, e incluye a estos Hijos. Gran número de ellos están emplazados en los varios mundos de formación en la morontia, aunque no solo se ocupan del avance espiritual e intelectual de las criaturas mortales; les concierne igualmente la instrucción de los seres seráficos y de otros nativos de las creaciones locales. Muchos de sus asistentes son seleccionados de entre los seres trinizados por criaturas.
20:8.3 (231.3) Los Maestros Hijos componen el cuerpo docente que organiza todos los exámenes y dirige todas las pruebas de calificación y certificación para todas las fases de menor rango del servicio del universo, desde los deberes de los centinelas de puestos avanzados hasta los de los estudiosos de las estrellas. Dirigen un curso multisecular de formación que va desde los cursos planetarios hasta la alta Facultad de la Sabiduría ubicada en Salvington. Todos los que llevan a término estas aventuras de sabiduría y verdad, sean mortales ascendentes o querubines con aspiraciones, reciben testimonio de reconocimiento por su logro y sus esfuerzos.
20:8.4 (231.4) En todos los universos todos los Hijos de Dios están en deuda con estos Maestros Hijos de la Trinidad siempre fieles y universalmente eficientes. Son los maestros eminentes de todas las personalidades de espíritu, incluso los maestros probados y verdaderos de los propios Hijos de Dios. Pero apenas puedo informaros sobre los interminables detalles de las funciones y deberes de los Maestros Hijos. El vasto campo de actividades de la filiación Daynal se entenderá mejor en Urantia cuando estéis más avanzados en inteligencia y haya terminado el aislamiento espiritual de vuestro planeta.
20:9.1 (231.5) Cuando el progreso de los acontecimientos en un mundo evolutivo indica que se dan las circunstancias para iniciar una edad espiritual, los Maestros Hijos de la Trinidad se ofrecen siempre voluntarios para ese servicio. No estáis familiarizados con este orden de filiación porque Urantia no ha experimentado nunca una edad espiritual, un milenio de esclarecimiento cósmico. Pero los Maestros Hijos, incluso ahora, visitan vuestro mundo con el propósito de formular planes relativos a su proyectada estancia en vuestra esfera. Se espera su aparición en Urantia cuando sus habitantes hayan logrado una liberación relativa de las ataduras de la animalidad y de las cadenas del materialismo.
20:9.2 (231.6) Los Maestros Hijos de la Trinidad no tienen nada que ver con la terminación de las dispensaciones planetarias. Ni juzgan a los muertos ni trasladan a los vivos, pero en cada misión planetaria están acompañados por un Hijo Magistrado encargado de esas tareas. Los Maestros Hijos se dedican por completo a los inicios de una edad espiritual, a los albores de la era de las realidades espirituales en un planeta evolutivo. Hacen reales los equivalentes espirituales del conocimiento material y la sabiduría temporal.
20:9.3 (232.1) Los Maestros Hijos suelen permanecer en los planetas que visitan durante mil años del tiempo planetario. Un Maestro Hijo preside el reinado milenario planetario y es asistido por setenta compañeros de su orden. Los Daynales no se encarnan ni se materializan de ninguna otra manera para ser visibles a los seres mortales. Por eso el contacto con el mundo que visitan se mantiene a través de las actividades de las Brillantes Estrellas Vespertinas, personalidades del universo local que están vinculadas a los Maestros Hijos de la Trinidad.
20:9.4 (232.2) Los Daynales pueden regresar muchas veces a un mundo habitado, y después de su misión final el planeta accederá al estatus estable de una esfera de luz y vida, la meta evolutiva de todos los mundos habitados por mortales en la presente edad del universo. El Cuerpo de los Mortales de la Finalización tiene mucho que ver con las esferas asentadas en luz y vida, y sus actividades planetarias están relacionadas con las de los Maestros Hijos. En efecto, todo el orden de filiación Daynal está íntimamente conectado con todas las fases de las actividades finalitarias en las creaciones evolutivas del tiempo y el espacio.
20:9.5 (232.3) Los Maestros Hijos de la Trinidad parecen estar tan completamente identificados con el régimen de progresión de los mortales a través de las primeras etapas de la ascensión evolutiva que a menudo nos vemos inducidos a especular sobre su posible colaboración con los finalitarios en la carrera no desvelada de los universos futuros. Observamos que los administradores de los superuniversos son en parte personalidades con origen en la Trinidad y en parte criaturas evolutivas ascendentes abrazadas por la Trinidad. Creemos firmemente que los Maestros Hijos y los finalitarios se dedican ahora a adquirir la experiencia de colaboración en el tiempo que pudiera ser su formación preliminar para una colaboración estrecha en algún destino futuro no revelado. En Uversa creemos que cuando los superuniversos se asienten finalmente en luz y vida, estos Maestros Hijos del Paraíso, que se habrán familiarizado tan a fondo con los problemas de los mundos evolutivos y habrán colaborado durante tanto tiempo con la carrera de los mortales evolutivos, serán transferidos probablemente a una posición de colaboración eterna con el Cuerpo de la Finalización del Paraíso.
20:10.1 (232.4) Todos los Hijos de Dios del Paraíso son divinos en origen y naturaleza. El trabajo de cada Hijo del Paraíso en beneficio de cada mundo es exactamente como si el Hijo que realiza el servicio fuera el primer y único Hijo de Dios.
20:10.2 (232.5) Los Hijos del Paraíso son la ofrenda divina de las naturalezas en acción de las tres personas de la Deidad a los dominios del tiempo y el espacio. Los Hijos Creadores, los Hijos Magistrados y los Maestros Hijos son los dones de las Deidades eternas a los hijos de los hombres y a todas las demás criaturas del universo con potencial de ascensión. Estos Hijos de Dios son los ministradores divinos que se dedican sin descanso a la tarea de ayudar a las criaturas del tiempo a alcanzar la alta meta espiritual de la eternidad.
20:10.3 (232.6) En los Hijos Creadores, el amor del Padre Universal se mezcla con la misericordia del Hijo Eterno y se desvela a los universos locales en el poder creativo, el ministerio de amor y la soberanía comprensiva de los Migueles. En los Hijos Magistrados, la misericordia del Hijo Eterno unida al ministerio del Espíritu Infinito se revela a los dominios evolutivos en las carreras de estos Avonales que juzgan, sirven y se otorgan. En los Maestros Hijos de la Trinidad, el amor, la misericordia y el ministerio de las tres Deidades del Paraíso se coordinan en los más altos niveles de valor del espacio-tiempo y se entregan a los universos como verdad viva, bondad divina y belleza espiritual verdadera.
20:10.4 (233.1) En los universos locales estos órdenes de filiación colaboran para llevar la revelación de las Deidades del Paraíso a las criaturas del espacio. Como Padre de un universo local, un Hijo Creador retrata el carácter infinito del Padre Universal. Como Hijos misericordiosos de otorgamiento, los Avonales revelan la naturaleza incomparable del Hijo Eterno de compasión infinita. Como verdaderos maestros de las personalidades ascendentes, los Hijos Daynales de la Trinidad desvelan la personalidad de maestro del Espíritu Infinito. Con su cooperación divinamente perfecta, los Migueles, los Avonales y los Daynales contribuyen a la actualización y a la revelación de la personalidad y la soberanía de Dios Supremo en y para los universos del espacio-tiempo. Con la armonía de sus actividades trinas, estos Hijos de Dios del Paraíso actúan siempre en la vanguardia de las personalidades de la Deidad y siguen la expansión sin fin de la divinidad de la Primera Gran Fuente y Centro desde la Isla sempiterna del Paraíso hacia las profundidades desconocidas del espacio.
20:10.5 (233.2) [Presentado por un Perfeccionador de la Sabiduría de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 21
21:0.1 (234.1) LOS Hijos Creadores son los hacedores y regidores de los universos locales del tiempo y el espacio. Estos creadores y soberanos de los universos son de origen dual y personifican las características de Dios Padre y Dios Hijo. Pero cada Hijo Creador es diferente de todos los demás, cada uno es único en naturaleza y en personalidad, cada uno es el «Hijo unigénito» del ideal perfecto de deidad que lo originó.
21:0.2 (234.2) En la obra inmensa de organizar, hacer evolucionar y perfeccionar un universo local, estos altos Hijos cuentan siempre con la aprobación sustentadora del Padre Universal. La relación de los Hijos Creadores con su Padre del Paraíso es enternecedora e inigualable. Sin ninguna duda, el afecto profundo de los padres Deidad por su progenie divina es la fuente de ese amor hermoso y casi divino que incluso los padres mortales sienten por sus hijos.
21:0.3 (234.3) Estos Hijos primarios del Paraíso son personalizados como Migueles. Cuando salen del Paraíso para fundar sus universos se les conoce como Migueles Creadores. Cuando se asientan en la autoridad suprema son llamados Migueles Maestros. A veces nos referimos al soberano de vuestro universo de Nebadon como Cristo Miguel. Reinan siempre y para siempre según el «orden de Miguel», por ser esa la denominación del primer Hijo de su orden y de su naturaleza.
21:0.4 (234.4) El Miguel original o primogénito no ha experimentado nunca la encarnación como ser material, pero pasó siete veces por la experiencia de ascenso de la criatura espiritual en los siete circuitos de Havona y fue progresando desde las esferas exteriores hasta el circuito más interior de la creación central. El orden de Miguel conoce el gran universo de un extremo a otro; no existe ninguna experiencia esencial de ninguno de los hijos del tiempo y el espacio en la que los Migueles no hayan participado personalmente. Comparten de hecho no solo la naturaleza divina sino también vuestra naturaleza, es decir, todas las naturalezas desde la más alta hasta la más baja.
21:0.5 (234.5) El Miguel original ostenta la presidencia de los Hijos primarios del Paraíso cuando se reúnen a conferenciar en el centro de todas las cosas. No hace mucho, registramos en Uversa la difusión universal de un cónclave extraordinario celebrado en la Isla eterna que reunió a ciento cincuenta mil Hijos Creadores en presencia de sus padres para deliberar sobre el progreso de la unificación y estabilización del universo de universos. Fue este un grupo selecto de Migueles Soberanos, Hijos de otorgamiento séptuplo.
21:1.1 (234.6) Cuando la plenitud de la ideación espiritual absoluta del Hijo Eterno se encuentra con la plenitud del concepto absoluto de personalidad del Padre Universal, cuando se logra final y plenamente esa unión creativa, cuando se produce esa identidad absoluta de espíritu y esa unicidad infinita del concepto de la personalidad, ahí y entonces, sin pérdida alguna de personalidad ni de prerrogativas para ninguna de las dos Deidades infinitas, destella a la existencia como ser totalmente desarrollado un Hijo Creador nuevo y original, el Hijo unigénito del ideal perfecto y la idea poderosa cuya unión da origen a esta nueva personalidad creadora dotada de poder y perfección.
21:1.2 (235.1) Cada Hijo Creador es el vástago unigénito y uniengendrable de la unión perfecta de los conceptos originales de las dos mentes infinitas y eternas y perfectas de los Creadores siempre existentes del universo de universos. No podrá haber nunca otro Hijo como ese, porque cada Hijo Creador es la expresión y la personificación no cualificadas pero acabadas y finales de todas y cada una de las fases de cada característica de cada posibilidad de cada realidad divina que podría nunca, en toda la eternidad, encontrarse en, expresarse por, o evolucionar de esos potenciales creativos divinos que se unieron para traer a ese Hijo Miguel a la existencia. Cada Hijo Creador es el absoluto de los conceptos unidos de deidad que constituyen su origen divino.
21:1.3 (235.2) En principio, la naturaleza divina de estos Hijos Creadores proviene por igual de los atributos de ambos padres paradisiacos. Todos comparten la plenitud de la naturaleza divina del Padre Universal y las prerrogativas creativas del Hijo Eterno, pero al observar la puesta en práctica de las funciones de los Migueles en los universos percibimos diferencias patentes. Algunos Hijos Creadores parecen ser más como Dios Padre, otros más como Dios Hijo. Por ejemplo, la tendencia de la administración en el universo de Nebadon sugiere que su Hijo Creador y regidor se parece más en naturaleza y carácter al Hijo Madre Eterno. Conviene añadir que algunos universos están presididos por Migueles del Paraíso que parecen asemejarse por igual a Dios Padre y a Dios Hijo. Y estas observaciones no implican crítica alguna, son simplemente la constatación de un hecho.
21:1.4 (235.3) No conozco el número exacto de Hijos Creadores que existen, pero tengo buenas razones para creer que hay más de setecientos mil. Ahora bien, sabemos que hay exactamente setecientos mil Uniones de los Días y que no se van a crear más. Observamos también que los planes establecidos para la presente edad del universo parecen indicar que se va a emplazar un Unión de los Días en cada universo local como embajador consejero de la Trinidad. Observamos por otra parte que el número de Hijos Creadores crece constantemente y excede ya el número estacionario de los Uniones de los Días. Pero no se nos ha informado nunca sobre el destino de los Migueles que sobrepasan los setecientos mil.
21:2.1 (235.4) Los Hijos del Paraíso del orden primario son los diseñadores, creadores, constructores y administradores de sus respectivos dominios, los universos locales del tiempo y el espacio, las unidades creativas básicas de los siete superuniversos evolutivos. A un Hijo Creador se le permite elegir el emplazamiento espacial de su actividad cósmica futura, pero antes de poder empezar siquiera la organización física de su universo debe pasar un largo periodo de observación dedicado al estudio de los esfuerzos de sus hermanos mayores en varias creaciones ubicadas en el superuniverso en el que proyecta actuar. Y antes de todo esto el Hijo Miguel habrá completado su larga experiencia única de observación en el Paraíso y de formación en Havona.
21:2.2 (235.5) Cuando un Hijo Creador sale del Paraíso para embarcarse en la aventura de hacer un universo, para convertirse en el cabeza —prácticamente el Dios— del universo local que él mismo va a organizar, se ve a sí mismo por primera vez en contacto íntimo con la Tercera Fuente y Centro y dependiente de ella en muchos aspectos. El Espíritu Infinito, aunque mora con el Padre y con el Hijo en el centro de todas las cosas, está destinado a obrar como ayudante propiamente dicho y efectivo de cada Hijo Creador. Por eso cada Hijo Creador está acompañado por una Hija Creativa del Espíritu Infinito, el ser que está destinado a convertirse en la Ministra Divina, el Espíritu Madre del nuevo universo local.
21:2.3 (236.1) Con ocasión de la partida de un Hijo Miguel, sus prerrogativas creadoras se liberan para siempre de las Fuentes y Centros del Paraíso y quedan sujetas solo a ciertas limitaciones inherentes a la preexistencia de estas Fuentes y Centros y a ciertos otros poderes y presencias antecedentes. Entre estas limitaciones a las prerrogativas creadoras, por otra parte todopoderosas, del Padre de un universo local, están las siguientes:
21:2.4 (236.2) 1. La materia-energía está dominada por el Espíritu Infinito. Antes de que puedan crearse nuevas formas de cosas, grandes o pequeñas, antes de que pueda intentarse ninguna nueva transformación de la materia-energía, un Hijo Creador debe obtener el consentimiento y la cooperación activa del Espíritu Infinito.
21:2.5 (236.3) 2. Los tipos y diseños de las criaturas están controlados por el Hijo Eterno. Antes de que un Hijo Creador pueda dedicarse a la creación de ningún tipo nuevo de ser, de ningún diseño nuevo de criatura, debe obtener el consentimiento del Hijo Madre Original y Eterno.
21:2.6 (236.4) 3. La personalidad está diseñada y es otorgada por el Padre Universal.
21:2.7 (236.5) Los tipos y patrones de la mente están determinados por los factores precriatura del ser. Después de asociarse estos para constituir una criatura (personal u otra), la mente es dotación de la Tercera Fuente y Centro, la fuente universal del ministerio de mente para todos los seres que están por debajo del nivel de los Creadores del Paraíso.
21:2.8 (236.6) El control de los diseños y de los tipos de espíritu depende del nivel de su manifestación. En último término, el diseño espiritual está controlado por la Trinidad o por las dotaciones de espíritu anteriores a la Trinidad de las personalidades de la Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu.
21:2.9 (236.7) Cuando ese Hijo perfecto y divino ha tomado posesión del emplazamiento espacial del universo que ha elegido, cuando se han resuelto los problemas iniciales de materialización del universo y del equilibrio general, cuando ha formado una unión de trabajo eficaz y cooperativa con la Hija del Espíritu Infinito complementaria, este Hijo de Universo y este Espíritu de Universo inician el enlace que está destinado a dar origen a las innumerables huestes de sus hijos del universo local. En conexión con este acontecimiento, el Espíritu Creativo, focalización del Espíritu Infinito del Paraíso, cambia de naturaleza y adquiere las cualidades personales de Espíritu Madre de un universo local.
21:2.10 (236.8) A pesar de que todos los Hijos Creadores son semejantes de manera divina a sus padres paradisiacos, ninguno se parece exactamente a otro; cada uno es único, diverso, exclusivo y original tanto en naturaleza como en personalidad. Y puesto que son los arquitectos y hacedores de los planes de vida de sus universos respectivos, esta misma diversidad asegura que sus dominios sean también diversos en todas las formas y fases de existencia viva proveniente del Miguel, ya creadas en ellos o de evolución posterior. En consecuencia, los órdenes de criaturas nativas de los universos locales son muy variados. No hay dos de estos universos administrados o habitados por seres nativos de origen dual que sean idénticos en todos los aspectos. Dentro de cualquier superuniverso, la mitad de sus atributos inherentes son muy parecidos porque provienen de los Espíritus Creativos uniformes; la otra mitad varía porque provienen de los Hijos Creadores diversificados. Sin embargo, esta diversidad no caracteriza a las criaturas que tienen origen exclusivo en el Espíritu Creativo ni a los seres importados que son nativos del universo central o de los superuniversos.
21:2.11 (237.1) Cuando un Hijo Miguel está ausente de su universo, su gobierno está dirigido por el ser nativo primogénito, la Radiante Estrella Matutina, el jefe ejecutivo del universo local. En esos momentos el asesoramiento y consejo del Unión de los Días tiene un valor inestimable. Durante estas ausencias un Hijo Creador puede conferir al Espíritu Madre compañero el sobrecontrol de su presencia espiritual en los mundos habitados y en el corazón de sus hijos mortales. Y el Espíritu Madre de un universo local permanece siempre en su sede desde donde extiende sus cuidados protectores y su ministerio espiritual hasta las zonas más lejanas de ese dominio evolutivo.
21:2.12 (237.2) En una creación material establecida no es necesaria la presencia personal de un Hijo Creador en su universo local para el buen funcionamiento de las cosas. Estos Hijos pueden viajar al Paraíso, y aun así sus universos seguirán desplazándose a través del espacio. Pueden dejar de lado sus líneas de poder para encarnarse como hijos del tiempo, y aun así sus dominios seguirán girando alrededor de sus centros respectivos. Ninguna organización material es independiente de la sujeción de la gravedad absoluta del Paraíso ni del sobrecontrol cósmico inherente a la presencia en el espacio del Absoluto No Cualificado.
21:3.1 (237.3) A un Hijo Creador se le da el ámbito de un universo por consentimiento de la Trinidad del Paraíso y con la confirmación del Espíritu Maestro supervisor del superuniverso en cuestión. Esta acción constituye un título de posesión física, un arrendamiento cósmico. Pero la elevación de un Hijo Miguel desde esta etapa de regencia inicial y autolimitada hasta la supremacía experiencial de la soberanía ganada por él mismo llega como resultado de sus propias experiencias personales en la labor de creación de un universo y de otorgamiento encarnado. Hasta que logra la soberanía ganada mediante otorgamientos, rige como representante del Padre Universal.
21:3.2 (237.4) Un Hijo Creador podría hacer valer la plena soberanía sobre su creación personal en cualquier momento, pero elige sabiamente no hacerlo. Si antes de pasar por los otorgamientos como criatura asumiera una soberanía suprema no ganada, las personalidades paradisiacas residentes en su universo local se retirarían. Pero esto no ha sucedido nunca en ninguna de las creaciones del tiempo y el espacio.
21:3.3 (237.5) El hecho de tener la condición de creador implica la soberanía plena, pero los Migueles eligen ganarla experiencialmente, y conservan así la cooperación plena de todas las personalidades paradisiacas adscritas a la administración del universo local. No conocemos a ningún Miguel que haya actuado nunca de otra manera, aunque todos ellos podrían hacerlo. Son en verdad Hijos con libre albedrío.
21:3.4 (237.6) La soberanía de un Hijo Creador en un universo local pasa por seis, quizás siete, etapas de manifestación experiencial. Estas aparecen en el orden siguiente:
21:3.5 (237.7) 1. Soberanía inicial como representante: la autoridad provisional solitaria que ejerce un Hijo Creador antes de que el Espíritu Creativo compañero adquiera las cualidades de la personalidad.
21:3.6 (237.8) 2. Soberanía conjunta como representante: el gobierno conjunto del par paradisiaco tras la consecución de la personalidad por el Espíritu Madre del Universo.
21:3.7 (238.1) 3. Soberanía en aumento como representante: la autoridad creciente de un Hijo Creador durante el periodo de sus siete otorgamientos como criatura.
21:3.8 (238.2) 4. Soberanía suprema: la autoridad asentada que sigue a la compleción del séptimo otorgamiento. En Nebadon la soberanía suprema data de la compleción del otorgamiento de Miguel en Urantia. Ha existido un poco más de mil novecientos años de vuestro tiempo planetario.
21:3.9 (238.3) 5. Soberanía suprema en aumento: la relación avanzada que surge del asentamiento en luz y vida de una mayoría de los dominios de las criaturas. Esta etapa pertenece al futuro aún no conseguido de vuestro universo local.
21:3.10 (238.4) 6. Soberanía trinitaria: ejercida tras el asentamiento de todo el universo local en luz y vida.
21:3.11 (238.5) 7. Soberanía no revelada: las relaciones desconocidas de una edad futura del universo.
21:3.12 (238.6) Al aceptar como representante la soberanía inicial de un universo local proyectado, un Miguel Creador presta ante la Trinidad el juramento de no asumir la soberanía suprema hasta que los siete otorgamientos como criatura no hayan sido consumados y certificados por los gobernantes del superuniverso. Pero si un Hijo Miguel no pudiera hacer valer a voluntad esa soberanía no ganada, no tendría sentido prestar el juramento de no hacerlo.
21:3.13 (238.7) Incluso en las edades anteriores a los otorgamientos, un Hijo Creador rige su dominio de modo casi supremo cuando no hay disensión en ninguna de sus partes. Si la soberanía no fuera desafiada nunca, la limitación de la regencia no se pondría de manifiesto. La soberanía ejercida por un Hijo Creador antes de los otorgamientos en un universo sin rebelión no es mayor que en un universo con rebelión, pero en el primer caso las limitaciones de la soberanía no son patentes y en el segundo sí.
21:3.14 (238.8) Si en algún momento se desafía, ataca o pone en peligro la autoridad o la administración de un Hijo Creador, este se ha comprometido eternamente a sostener, proteger, defender y, si fuera necesario, recuperar su creación personal. A estos Hijos solo les pueden molestar o acosar las criaturas que ellos mismos han hecho o seres más altos que ellos mismos han elegido. Se podría inferir que no es probable que «seres más altos» con origen en niveles superiores al de un universo local molesten a un Hijo Creador, y es cierto. Pero podrían si así lo eligieran. La virtud es volitiva en la personalidad; la rectitud no es automática en las criaturas con libre albedrío.
21:3.15 (238.9) Antes de completar la carrera de otorgamientos un Hijo Creador gobierna con ciertas limitaciones autoimpuestas de soberanía, pero tras finalizar su servicio de otorgamientos gobierna en virtud de su experiencia vivida bajo la forma y la semejanza de sus múltiples criaturas. Cuando un Creador ha residido siete veces entre sus criaturas, cuando finaliza la carrera de otorgamientos, es asentado supremamente en la autoridad del universo. Se ha convertido en un Hijo Maestro, un gobernante soberano y supremo.
21:3.16 (238.10) El proceso de conseguir la soberanía suprema de un universo local implica los siete pasos experienciales siguientes:
21:3.17 (238.11) 1. Adentrarse experiencialmente en siete niveles de existencia de criatura mediante la técnica del otorgamiento encarnado a semejanza misma de las criaturas del nivel en cuestión.
21:3.18 (238.12) 2. Consagrarse experiencialmente a cada fase de la voluntad séptupla de la Deidad del Paraíso tal como se personifica en los siete Espíritus Maestros.
21:3.19 (239.1) 3. Atravesar cada una de las siete experiencias en los niveles de criatura y ejecutar simultáneamente una de las siete consagraciones a la voluntad de la Deidad del Paraíso.
21:3.20 (239.2) 4. En cada nivel de criatura, describir experiencialmente la cima de la vida de criatura a la Deidad del Paraíso y a todas las inteligencias del universo.
21:3.21 (239.3) 5. En cada nivel de criatura, revelar experiencialmente una fase de la voluntad séptupla de la Deidad al nivel en el que se hace el otorgamiento y a todo el universo.
21:3.22 (239.4) 6. Unificar experiencialmente la experiencia séptupla de criatura con la experiencia séptupla de consagrarse a la revelación de la naturaleza y la voluntad de la Deidad.
21:3.23 (239.5) 7. Conseguir una relación nueva y más alta con el Ser Supremo. La repercusión de la totalidad de esta experiencia de Creador-criatura aumenta la realidad de Dios Supremo en los superuniversos y la soberanía del Supremo Todopoderoso en el espacio-tiempo. Y factualiza además la soberanía suprema de un Miguel del Paraíso en el universo local.
21:3.24 (239.6) Al resolver la cuestión de la soberanía de un universo local, el Hijo Creador no solo demuestra su propia idoneidad para gobernar, sino que revela además la naturaleza y describe la actitud séptupla de las Deidades del Paraíso. La comprensión finita y la apreciación de la primacía del Padre por las criaturas es parte de la aventura de un Hijo Creador cuando se digna asumir la forma y las experiencias de sus criaturas. Estos Hijos primarios del Paraíso son los reveladores reales de la naturaleza amorosa y la autoridad benefactora del Padre, del mismo Padre que, en asociación con el Hijo y el Espíritu, es la cabeza universal de todo poder, personalidad y gobierno en todos los dominios universales.
21:4.1 (239.7) Hay siete grupos de Hijos Creadores de otorgamiento y están clasificados así según el número de veces que se han otorgado a las criaturas de sus dominios. Parten de la experiencia inicial y van pasando por cinco esferas adicionales de otorgamientos progresivos hasta que alcanzan el episodio séptimo y final de la experiencia Creador-criatura.
21:4.2 (239.8) Los otorgamientos de los Avonales son siempre a semejanza de carne mortal, pero los siete otorgamientos de un Hijo Creador implican su aparición en siete niveles de existencia de criatura y conciernen a la revelación de las siete expresiones primarias de la voluntad y la naturaleza de la Deidad. Todos los Hijos Creadores sin excepción pasan por este darse siete veces a los hijos que han creado antes de asumir la jurisdicción asentada y suprema del universo de su propia creación.
21:4.3 (239.9) Aunque estos siete otorgamientos varían en los diferentes sectores y universos, llevan siempre consigo la aventura de otorgamiento como mortal. En el otorgamiento final un Hijo Creador aparece como miembro de una de las razas mortales superiores de algún mundo habitado, habitualmente como miembro del grupo racial que contiene el mayor legado hereditario de la estirpe adánica importada previamente para elevar el estatus físico de los pueblos de origen animal. En su carrera séptupla como Hijo de otorgamiento, un Miguel del Paraíso solo nace una vez de mujer tal como consta en vuestro relato sobre el bebé de Belén. Solo una vez vive y muere como miembro del orden más bajo de criaturas evolutivas con voluntad.
21:4.4 (239.10) Después de cada uno de sus otorgamientos, un Hijo Creador se dirige a «la derecha del Padre» para obtener allí la aceptación del otorgamiento por parte del Padre y recibir instrucciones preparatorias para el siguiente episodio de servicio universal. Tras el otorgamiento séptimo y final, un Hijo Creador recibe del Padre Universal la suprema autoridad y jurisdicción sobre su universo.
21:4.5 (240.1) Hay constancia de que el último Hijo divino que apareció en vuestro planeta fue un Hijo Creador del Paraíso que había completado seis fases de su carrera de otorgamientos. Por consiguiente, cuando abandonó el dominio consciente de la vida encarnada en Urantia pudo decir y dijo con verdad: «Se ha terminado». Literalmente había terminado. Su muerte en Urantia completó su carrera de otorgamientos; fue el último paso en el cumplimiento del juramento sagrado de un Hijo Creador del Paraíso. Y cuando han adquirido esta experiencia, dichos Hijos son soberanos supremos de su universo. Ya no rigen como representantes del Padre sino en su propio nombre y derecho como «Rey de Reyes y Señor de Señores». Con ciertas excepciones ya expuestas, estos Hijos de otorgamiento séptuplo son supremos sin restricciones en los universos donde moran. En cuanto a su universo local, se legó a este Hijo Maestro triunfante y entronizado «todo el poder del cielo y de la tierra».
21:4.6 (240.2) Tras completar sus carreras de otorgamientos, los Hijos Creadores son tenidos en cuenta como un orden separado, los Hijos Maestros séptuplos. Los Hijos Maestros son idénticos a los Hijos Creadores en su persona, pero se han sometido a una experiencia de otorgamientos tan única que suelen ser considerados como un orden distinto. Cuando un Creador se digna llevar a cabo un otorgamiento está destinado a producirse un cambio real y permanente. Es verdad que el Hijo de otorgamiento sigue siendo nada menos que un Creador, pero ha añadido a su naturaleza la experiencia de una criatura y eso lo saca para siempre del nivel divino de Hijo Creador y lo eleva al plano experiencial de Hijo Maestro, alguien que se ha ganado plenamente el derecho a regir un universo y administrar sus mundos. Tales seres personifican todo lo que se puede obtener del linaje divino y abarcan todo lo que puede provenir de una experiencia de criatura perfeccionada. ¡¿Por qué tendría que lamentarse el hombre de su origen humilde y de su forzosa carrera evolutiva cuando los Dioses mismos tienen que pasar por una experiencia equivalente antes de ser considerados experiencialmente dignos y competentes para regir plena y definitivamente sus dominios del universo?!
21:5.1 (240.3) El poder de un Miguel Maestro es ilimitado porque proviene de la vinculación experimentada con la Trinidad del Paraíso, es incuestionable porque proviene de su experiencia de hecho en su condición de criatura sometida a esa autoridad. La naturaleza de la soberanía de un Hijo Creador séptuplo es suprema porque:
21:5.2 (240.4) 1. Abarca el punto de vista séptuplo de la Deidad del Paraíso.
21:5.3 (240.5) 2. Personifica una actitud séptupla de las criaturas del espacio-tiempo.
21:5.4 (240.6) 3. Sintetiza perfectamente la actitud paradisiaca y el punto de vista de la criatura.
21:5.5 (240.7) Esta soberanía experiencial incluye así toda la divinidad de Dios Séptuplo que culmina en el Ser Supremo. Y la soberanía personal de un Hijo séptuplo es como la soberanía futura del Ser Supremo que estará completo en su día. Dicha soberanía abarca de hecho el contenido más pleno posible de poder y autoridad de la Trinidad del Paraíso manifestable dentro de los límites correspondientes del espacio-tiempo.
21:5.6 (240.8) Con la consecución de la soberanía suprema sobre el universo local, un Hijo Miguel deja de tener el poder y la oportunidad de crear tipos enteramente nuevos de seres criaturas durante la presente edad del universo. Pero la pérdida del poder de un Hijo Maestro de originar órdenes enteramente nuevos de seres no interfiere en modo alguno con su tarea de elaboración de la vida ya establecida y en proceso de desarrollo; este vasto programa de evolución del universo continúa sin interrupción ni restricciones. La adquisición por un Hijo Maestro de la soberanía suprema implica la responsabilidad de dedicarse personalmente a fomentar y administrar lo que ya ha sido diseñado y creado, y lo que será producido posteriormente por aquellos que han sido diseñados y creados de esta forma. Con el tiempo se puede desarrollar una evolución casi sin fin de seres diversos, pero a partir de este momento, ningún patrón o tipo enteramente nuevo de criatura inteligente tendrá origen directo en un Hijo Maestro. Este es el primer paso, el comienzo, de una administración asentada en cualquier universo local.
21:5.7 (241.1) La elevación de un Hijo de otorgamiento séptuplo a la soberanía indiscutida de su universo significa el principio del fin de largos siglos de incertidumbre y confusión relativa. Tras este acontecimiento, aquello que no pueda espiritualizarse en algún momento será finalmente desorganizado y aquello que no pueda coordinarse en algún momento con la realidad cósmica será finalmente destruido. Cuando las disposiciones de una paciencia indecible y una misericordia sin fin se hayan agotado en su esfuerzo por ganarse la lealtad y la devoción de todas las criaturas con voluntad de los mundos, prevalecerán la justicia y la rectitud. Aquello que la misericordia no pueda rehabilitar acabará siendo aniquilado por la justicia.
21:5.8 (241.2) Una vez que han sido instalados como gobernantes soberanos, los Migueles Maestros son supremos en sus propios universos locales. Las pocas limitaciones a su gobierno son las inherentes a la preexistencia cósmica de ciertas fuerzas y personalidades. Por lo demás, estos Hijos Maestros son supremos en autoridad, responsabilidad y poder administrativo en sus respectivos universos. Como Creadores y Dioses, son supremos en prácticamente todas las cosas. No hay penetración más allá de su sabiduría en lo que respecta al funcionamiento de un universo dado.
21:5.9 (241.3) Tras su elevación a la soberanía asentada de un universo local, un Miguel del Paraíso tiene pleno control sobre todos los demás Hijos de Dios que actúan en su dominio y puede gobernar libremente según su concepto de las necesidades de sus mundos. Un Hijo Maestro puede variar a voluntad el orden del enjuiciamiento espiritual y del ajuste evolutivo de los planetas habitados. Estos Hijos elaboran y ejecutan los planes de su propia elección en todo lo referente a las necesidades planetarias especiales, de modo particular en lo que respecta a los mundos donde han residido como criaturas y aún más en lo que concierne al mundo del otorgamiento final, el planeta de su encarnación a semejanza de carne mortal.
21:5.10 (241.4) Los Hijos Maestros parecen estar en comunicación perfecta con sus mundos de otorgamiento, no solo con los mundos donde residieron personalmente sino con todos los mundos en los que se ha otorgado un Hijo Magistrado. Este contacto se mantiene por su propia presencia espiritual, el Espíritu de la Verdad, que tienen la facultad de «derramar sobre toda carne». Estos Hijos Maestros mantienen también una conexión ininterrumpida con el Hijo Madre Eterno que está en el centro de todas las cosas. Su alcance de simpatía se extiende desde el Padre Universal en las alturas hasta las razas humildes de vida planetaria en los mundos del tiempo.
21:6.1 (241.5) Nadie puede atreverse a hablar con autoridad final ni de la naturaleza ni del destino de los Soberanos Maestros séptuplos de los universos locales, aunque todos especulamos mucho sobre estas materias. Se nos enseña, y así lo creemos, que cada Miguel del Paraíso es el absoluto de los conceptos de deidad dual en los que tuvo su origen y personifica por consiguiente fases propiamente dichas de la infinitud del Padre Universal y del Hijo Eterno. Los Migueles tienen que ser parciales en relación con la infinitud total, aunque son probablemente absolutos en relación con la parte de la infinitud que está involucrada en su origen. Pero al observar su trabajo en la presente edad del universo no detectamos ninguna acción que sea más que finita; cualquier capacidad suprafinita que se pueda conjeturar debe de estar autocontenida y aún no revelada.
21:6.2 (242.1) La compleción de las carreras de otorgamiento como criaturas y la elevación a la soberanía suprema de un universo tienen que significar la liberación completa de las capacidades de acción finita de un Miguel acompañada por la aparición de una capacidad de servicio más que finito. A este respecto observamos efectivamente que estos Hijos Maestros quedan restringidos en cuanto a la generación de nuevos tipos de seres criatura, una restricción que la liberación de sus potenciales suprafinitos hace sin duda necesaria.
21:6.3 (242.2) Es muy probable que estos poderes creadores no desvelados permanezcan autocontenidos durante toda la presente edad del universo. Pero creemos que en algún momento del futuro distante, en los universos del espacio exterior ahora en movilización, el enlace entre un Hijo Maestro séptuplo y un Espíritu Creativo de séptima etapa podría alcanzar niveles absonitos de servicio acompañados por la aparición de nuevas cosas, significados y valores en niveles trascendentales de importancia última en el universo.
21:6.4 (242.3) Igual que la Deidad del Supremo se está actualizando en virtud del servicio experiencial, los Hijos Creadores están logrando la realización personal de los potenciales de divinidad paradisiaca que están encerrados en sus naturalezas insondables. Estando en Urantia Cristo Miguel dijo una vez: «Yo soy el camino, la verdad y la vida». Y creemos que en la eternidad los Migueles están destinados literalmente a ser «el camino, la verdad y la vida» y harán resplandecer en todo momento para todas las personalidades del universo la senda que conduce desde la divinidad suprema, pasando por la absonidad última, hasta la condición final y eterna de deidad.
21:6.5 (242.4) [Presentado por un Perfeccionador de la Sabiduría de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 22
22:0.1 (243.1) TRES grupos de seres son llamados Hijos de Dios. Además de los órdenes de filiación descendentes y ascendentes, hay un tercer grupo conocido como los Hijos Trinizados de Dios. El orden trinizado de filiación está subdividido en tres divisiones primarias según los orígenes de sus muchos tipos de personalidades, reveladas y no reveladas. Estas divisiones primarias son:
22:0.2 (243.2) 1. Hijos trinizados por la Deidad.
22:0.3 (243.3) 2. Hijos abrazados por la Trinidad.
22:0.4 (243.4) 3. Hijos trinizados por criaturas.
22:0.5 (243.5) Con independencia de su origen, todos los Hijos Trinizados de Dios tienen en común la experiencia de trinización, bien como parte de su origen o bien como una experiencia de abrazo de la Trinidad lograda posteriormente. Los Hijos trinizados por la Deidad no se revelan en estas narraciones. Esta exposición se limitará, pues, a describir a los dos grupos restantes, y en particular a los hijos de Dios abrazados por la Trinidad.
22:1.1 (243.6) Todos los hijos abrazados por la Trinidad son originalmente de origen dual o de origen único, pero tras el abrazo de la Trinidad se dedican para siempre al servicio y a las tareas de la Trinidad. Este cuerpo, tal como se revela y se organiza para el servicio a los superuniversos, abarca siete órdenes de personalidades:
22:1.2 (243.7) 1. Mensajeros Poderosos.
22:1.3 (243.8) 2. Los Altos en Autoridad.
22:1.4 (243.9) 3. Los sin Nombre ni Número.
22:1.5 (243.10) 4. Custodios Trinizados.
22:1.6 (243.11) 5. Embajadores Trinizados.
22:1.7 (243.12) 6. Guardianes Celestiales.
22:1.8 (243.13) 7. Asistentes de los Altos Hijos.
22:1.9 (243.14) Estos siete grupos de personalidades se clasifican además, según su origen, naturaleza y función, en tres divisiones principales: los Hijos Trinizados de Logro, los Hijos Trinizados de Selección y los Hijos Trinizados de Perfección.
22:1.10 (244.1) Los Hijos Trinizados de Logro —los Mensajeros Poderosos, Los Altos en Autoridad y Los sin Nombre ni Número— son todos mortales ascendentes fusionados con el Ajustador que han logrado llegar al Paraíso y al Cuerpo de la Finalización. Pero no son finalitarios; cuando han sido abrazados por la Trinidad, sus nombres se borran de la lista de los finalitarios. Los nuevos hijos de este orden pasan por cursos específicos de formación relativamente cortos en los planetas sede de circuito de los circuitos de Havona bajo la dirección de los Eternos de los Días. A partir de entonces son asignados al servicio de los Ancianos de los Días en los siete superuniversos.
22:1.11 (244.2) Los Hijos Trinizados de Selección abarcan a los Custodios Trinizados y a los Embajadores Trinizados. Son reclutados entre ciertas serafines evolutivas y ciertas criaturas intermedias trasladadas que han atravesado Havona y han logrado llegar al Paraíso, así como entre ciertos mortales fusionados con el Espíritu o con el Hijo que han ascendido igualmente a la Isla central de Luz y Vida. Tras ser abrazados por la Trinidad del Paraíso y después de una breve formación en Havona, los Hijos Trinizados de Selección son asignados a las cortes de los Ancianos de los Días.
22:1.12 (244.3) Los Hijos Trinizados de Perfección. Los Guardianes Celestiales y sus iguales en rango, los Asistentes de los Altos Hijos, componen un grupo único de personalidades dos veces trinizadas. Son los hijos trinizados por criaturas procedentes de personalidades del Paraíso-Havona o de mortales ascendentes perfeccionados que se han distinguido durante mucho tiempo en el Cuerpo de la Finalización. Algunos de esos hijos trinizados por criaturas, después de su servicio con los Ejecutivos Supremos de los siete Espíritus Maestros y después de servir bajo los Maestros Hijos de la Trinidad, son retrinizados (abrazados) por la Trinidad del Paraíso y luego comisionados a las cortes de los Ancianos de los Días como Guardianes Celestiales y Asistentes de los Altos Hijos. Los Hijos Trinizados de Perfección son destinados directamente al servicio de los superuniversos sin ninguna formación adicional.
22:1.13 (244.4) Nuestros compañeros con origen en la Trinidad —los Perfeccionadores de la Sabiduría, los Consejeros Divinos y los Censores Universales— tienen número fijo, pero los hijos abrazados por la Trinidad están en constante aumento. Los siete órdenes de hijos abrazados por la Trinidad son comisionados como miembros de uno de los siete gobiernos de los superuniversos, y el número de los que hay en servicio en cada superuniverso es exactamente el mismo; ni uno de ellos se ha perdido jamás. Los seres abrazados por la Trinidad no se han descarriado jamás; puede que alguna vez tropiecen temporalmente, pero ninguno de ellos ha sido declarado nunca culpable de desacato a los gobiernos de los superuniversos. Los Hijos de Logro y los Hijos de Selección no han fallado jamás en el servicio de Orvonton, en cambio los Hijos Trinizados de Perfección han errado algunas veces en su juicio y han provocado con ello alguna confusión transitoria.
22:1.14 (244.5) Bajo la dirección de los Ancianos de los Días, los siete órdenes funcionan en gran medida como grupos autogobernados. El ámbito de su servicio es extenso; los Hijos Trinizados de Perfección no salen del superuniverso al que están asignados, pero sus compañeros trinizados recorren el gran universo y viajan desde los mundos evolutivos del tiempo y el espacio hasta la Isla eterna del Paraíso. Pueden actuar en cualquiera de los superuniversos, pero lo hacen siempre como miembros del supergobierno al que fueron designados originalmente.
22:1.15 (244.6) Parece que los Hijos abrazados por la Trinidad han sido asignados al servicio de los siete superuniversos de forma permanente. Esta misión tendrá sin duda la duración de la presente edad del universo, pero no se nos ha dicho nunca que vaya a ser eterna.
22:2.1 (245.1) Los Mensajeros Poderosos pertenecen al grupo ascendente de los Hijos Trinizados. Constituyen una clase de mortales perfeccionados que han sido puestos a prueba en rebeliones o han demostrado su lealtad personal de algún otro modo; todos han pasado por alguna prueba terminante de fidelidad al universo. En algún momento de su ascenso al Paraíso se mantuvieron firmes y leales frente a la deslealtad de sus superiores, y algunos actuaron activa y lealmente en el lugar de esos líderes desleales.
22:2.2 (245.2) Con semejantes antecedentes personales de fidelidad y dedicación, estos mortales ascendentes pasan por Havona con la corriente de los peregrinos del tiempo, logran llegar al Paraíso, se gradúan allí y son incorporados al Cuerpo de la Finalización. Acto seguido, son trinizados en el abrazo secreto de la Trinidad del Paraíso y luego comisionados como colaboradores de los Ancianos de los Días en la administración de los gobiernos de los siete superuniversos.
22:2.3 (245.3) Todo mortal ascendente que haya conocido la insurrección por experiencia y actuado con lealtad ante la rebelión está destinado a convertirse finalmente en un Mensajero Poderoso al servicio del superuniverso. También lo está toda criatura ascendente que logre evitar de modo efectivo los trastornos ocasionados por el error, el mal o el pecado, pues la acción planeada para impedir una rebelión o para alcanzar tipos más altos de lealtad en una crisis del universo se considera aun más valiosa que la lealtad ante la rebelión en sí.
22:2.4 (245.4) Los Mensajeros Poderosos más antiguos fueron elegidos de entre los mortales ascendentes del tiempo y el espacio que había en los primeros grupos llegados al Paraíso, muchos de los cuales habían atravesado Havona en los tiempos de Grandfanda. Pero la primera trinización de Mensajeros Poderosos no se efectuó hasta que hubo representantes de cada uno de los siete superuniversos en el cuerpo de candidatos. Y el último grupo de este orden que se cualificó en el Paraíso contenía peregrinos ascendentes del universo local de Nebadon.
22:2.5 (245.5) Los Mensajeros Poderosos son abrazados por la Trinidad del Paraíso en promociones de setecientos mil, y se asignan cien mil a cada superuniverso. Casi un billón de Mensajeros Poderosos están comisionados en Uversa, y hay muchas razones para creer que el número que sirve en cada uno de los siete superuniversos es exactamente el mismo.
22:2.6 (245.6) Yo soy un Mensajero Poderoso, y puede que a los urantianos les interese saber que el compañero y colaborador de mi experiencia como mortal triunfó también en la gran prueba y que, aunque hemos estado separados muchas veces y durante largos periodos en el multisecular ascenso hacia el interior a Havona, fuimos abrazados en el mismo grupo de setecientos mil y estuvimos en estrecha y amorosa unión durante nuestro tiempo de paso por Vicegerington. Finalmente fuimos comisionados y asignados juntos a Uversa de Orvonton, y a menudo se nos envía como compañeros a misiones que requieren el trabajo de dos Mensajeros.
22:2.7 (245.7) Los Mensajeros Poderosos, como todos los demás hijos abrazados por la Trinidad, se asignan a todas las fases de las actividades de los superuniversos. Mantienen una conexión constante con sus sedes a través del servicio de reflectividad de los superuniversos. Los Mensajeros Poderosos sirven en todos los sectores de un superuniverso y a menudo ejecutan misiones en los universos locales e incluso en los mundos individuales, como hago yo en esta ocasión.
22:2.8 (245.8) Los Mensajeros Poderosos actúan en los tribunales de los superuniversos como defensores tanto de los individuos como de los planetas cuando comparecen para ser juzgados; también asisten a los Perfecciones de los Días en la dirección de los asuntos de los sectores mayores. Su función principal como grupo es la de observadores de los superuniversos. Están emplazados en los varios mundos sede y en determinados planetas de importancia como observadores oficiales de los Ancianos de los Días. Cuando tienen esta asignación sirven también como asesores de las autoridades que dirigen los asuntos de la esfera donde están. Los Mensajeros toman parte activa en todas las fases del programa ascendente de progresión de los mortales. Con sus compañeros de origen mortal, mantienen a los supergobiernos en contacto estrecho y personal con el estatus y el progreso de los planes de los Hijos de Dios descendentes.
22:2.9 (246.1) Los Mensajeros Poderosos son plenamente conscientes de toda su carrera ascendente, y por eso son ministradores tan útiles y compasivos, mensajeros comprensivos, cuando sirven en cualquier mundo del espacio y a cualquier criatura del tiempo. En cuanto seáis liberados de la carne os comunicaréis con nosotros libremente y nos entenderemos, pues procedemos de todas las razas de todos los mundos evolutivos del espacio, es decir, de las razas de mortales en cuyo interior moran y con los que posteriormente se fusionan los Ajustadores del Pensamiento.
22:3.1 (246.2) Todos Los Altos en Autoridad, el segundo grupo de los Hijos Trinizados de Logro, son seres de origen mortal fusionados con el Ajustador. Son los mortales perfeccionados que han destacado por sus aptitudes administrativas y han mostrado un genio ejecutivo extraordinario a lo largo de sus largas carreras ascendentes. Son la flor y nata de la aptitud para gobernar procedente de los mortales supervivientes del espacio.
22:3.2 (246.3) En cada enlace con la Trinidad se trinizan setenta mil de Los Altos en Autoridad. Aunque el universo local de Nebadon es una creación relativamente joven, tiene representantes en una promoción de este orden trinizada recientemente. Hay ahora comisionados en Orvonton más de diez mil millones de estos competentes administradores. Como todos los órdenes diferenciados de seres celestiales, mantienen su propia sede central en Uversa, y como los demás hijos abrazados por la Trinidad, sus reservas en Uversa actúan como cuerpo director central de su orden en Orvonton.
22:3.3 (246.4) Los Altos en Autoridad son administradores sin limitaciones. Son los ejecutivos siempre eficientes y presentes en todas partes de los Ancianos de los Días. Sirven en cualquier esfera, en cualquier mundo habitado y en cualquier fase de actividad de cualquiera de los siete superuniversos.
22:3.4 (246.5) Estos seres brillantes, dotados de una magnífica sabiduría administrativa y una habilidad ejecutiva excepcional, asumen la presentación de la causa de la justicia en nombre de los tribunales de los superuniversos; fomentan el cumplimiento de la justicia y la rectificación de las faltas de adaptación en los universos evolutivos. Por lo tanto, si en vuestro ascenso por los mundos y las esferas de la progresión cósmica establecida para vosotros se os cita alguna vez por errores de juicio, es muy poco probable que sufráis una injusticia ya que vuestros acusadores serán criaturas que fueron ascendentes en su día y que han vivido personalmente cada paso de la carrera que habéis atravesado y estáis atravesando.
22:4.1 (246.6) Los sin Nombre ni Número constituyen el tercer y último grupo de los Hijos Trinizados de Logro. Son almas ascendentes que han desarrollado una capacidad de adorar que supera la de todos los hijos e hijas de las razas evolutivas de los mundos del tiempo y el espacio. Han adquirido un concepto espiritual del propósito eterno del Padre Universal que trasciende comparativamente la comprensión de las criaturas evolutivas con nombre o número; por eso se les denomina Los sin Nombre ni Número. Traducido más estrictamente, su nombre sería «Los que están por encima de Nombre y de Número».
22:4.2 (247.1) Este orden de hijos es abrazado por la Trinidad del Paraíso en grupos de siete mil. Hay registrados en Uversa más de cien millones de estos hijos comisionados en Orvonton.
22:4.3 (247.2) Dado que Los sin Nombre ni Número son las mentes espirituales superiores de las razas supervivientes, están especialmente cualificados para enjuiciar y opinar cuando conviene disponer de un punto de vista espiritual y cuando la experiencia en la carrera ascendente es esencial para una adecuada comprensión de las cuestiones involucradas en el problema que se juzga. Son los jurados supremos de Orvonton. Un sistema de jurado mal administrado puede ser una especie de parodia de la justicia en algunos mundos, pero en Uversa y en sus tribunales anexos empleamos como jueces y jurados al tipo más alto de mentalidad espiritual evolucionada. Enjuiciar es la función más alta de cualquier gobierno, y aquellos a quienes se confía la tarea de pronunciar veredictos deben ser escogidos entre los tipos más altos y más nobles de los individuos más experimentados y comprensivos.
22:4.4 (247.3) La selección de candidatos para las promociones de trinización de los Mensajeros Poderosos, Los Altos en Autoridad y Los sin Nombre ni Número es inherente y automática. Las técnicas selectivas del Paraíso no son arbitrarias en ningún sentido. La experiencia personal y los valores espirituales determinan quiénes formarán parte de los Hijos Trinizados de Logro. Dichos seres son iguales en autoridad y uniformes en estatus administrativo, pero todos poseen individualidad y caracteres diversos; no son seres estandarizados. Todos tienen características diferentes según las diferencias de sus carreras ascendentes.
22:4.5 (247.4) Además de estas cualificaciones experienciales, los Hijos Trinizados de Logro han sido trinizados en el abrazo divino de las Deidades del Paraíso. Por consiguiente actúan como asociados de igual rango de los Hijos Estacionarios de la Trinidad, ya que el abrazo de la Trinidad parece expulsar fuera de la corriente del tiempo futuro muchos de los potenciales no realizados de los seres criatura. Pero esto solo es verdad en lo que concierne a la presente edad del universo.
22:4.6 (247.5) Este grupo de hijos está principal, aunque no enteramente, dedicado a los servicios de la carrera ascendente de los mortales del espacio-tiempo. Si alguna vez se duda del punto de vista de una criatura mortal, la cuestión se resuelve apelando a una comisión ascendente compuesta por un Mensajero Poderoso, un Alto en Autoridad y un Sin Nombre ni Número.
22:4.7 (247.6) Vosotros mismos, los mortales que leéis este mensaje, podéis ascender al Paraíso, lograr el abrazo de la Trinidad y, en remotas edades futuras, ser adscritos al servicio de los Ancianos de los Días en uno de los siete superuniversos y ser asignados alguna vez a ampliar la revelación de la verdad en algún planeta habitado en vías de evolución, como estoy haciendo yo ahora en Urantia.
22:5.1 (247.7) Los Custodios Trinizados son Hijos Trinizados de Selección. No solo vuestras razas y otros mortales con valor de supervivencia atraviesan Havona, logran llegar al Paraíso y se encuentran a veces destinados al servicio de un superuniverso con los Hijos Estacionarios de la Trinidad, sino que también vuestras fieles guardianas seráficas y vuestros compañeros intermedios igualmente fieles pueden convertirse en candidatos al mismo reconocimiento de la Trinidad y al mismo magnífico destino de la personalidad.
22:5.2 (248.1) Los Custodios Trinizados son serafines ascendentes y criaturas intermedias trasladadas que pasaron por Havona y lograron llegar al Paraíso y al Cuerpo de la Finalización. Posteriormente fueron abrazados por la Trinidad del Paraíso y asignados al servicio de los Ancianos de los Días.
22:5.3 (248.2) A los candidatos para el abrazo de la Trinidad entre las serafines ascendentes se les concede este reconocimiento por su valiente cooperación con algún ascendente mortal que logró llegar al Cuerpo de la Finalización y fue posteriormente trinizado. La propia guardiana seráfica de mi carrera mortal pasó por todo conmigo, fue trinizada posteriormente y está ahora adscrita al gobierno de Uversa como Custodio Trinizado.
22:5.4 (248.3) Y lo mismo sucede con las criaturas intermedias. Muchas son trasladadas y consiguen alcanzar el Paraíso. Junto con las serafines y por las mismas razones, son abrazadas por la Trinidad y comisionadas como Custodios en los superuniversos.
22:5.5 (248.4) La Trinidad del Paraíso abraza a los Custodios Trinizados en grupos de setenta mil, y se asigna un séptimo de cada grupo a un superuniverso. Hay ahora de servicio en Orvonton poco más de diez millones de estos altos custodios dignos de confianza. Sirven en Uversa y en las esferas sede mayores y menores. Están asistidos en sus labores por un cuerpo de varios miles de millones de seconafines y otras personalidades competentes del superuniverso.
22:5.6 (248.5) Los Custodios Trinizados empiezan sus carreras como custodios y continúan como tales en los asuntos de los supergobiernos. En cierto modo son funcionarios de los gobiernos de sus superuniversos, pero no tratan con individuos como hacen los Guardianes Celestiales. Los Custodios Trinizados administran asuntos de grupo y fomentan proyectos colectivos. Son los custodios de los registros, los planes y las instituciones; actúan como fideicomisarios de empresas, grupos de personalidades, proyectos ascendentes, planes de la morontia, proyecciones para el universo y otras innumerables iniciativas.
22:6.1 (248.6) Los Embajadores Trinizados son el segundo orden de Hijos Trinizados de Selección, y al igual que sus compañeros los Custodios, son reclutados entre dos tipos de criaturas ascendentes. No todos los mortales ascendentes se fusionan con el Ajustador, o sea con el Padre; algunos se fusionan con el Espíritu, otros con el Hijo. Algunos de estos mortales fusionados con el Espíritu o con el Hijo alcanzan Havona y logran llegar al Paraíso. Entre estos ascendentes del Paraíso se seleccionan candidatos para el abrazo con la Trinidad que son trinizados cada cierto tiempo en promociones de siete mil. Luego son comisionados en los superuniversos como Embajadores Trinizados de los Ancianos de los Días. Hay casi quinientos millones registrados en Uversa.
22:6.2 (248.7) Los Embajadores Trinizados son seleccionados para el abrazo con la Trinidad siguiendo los consejos de sus maestros de Havona. Representan las mentes superiores de sus grupos respectivos y son, por lo tanto, los mejor cualificados para ayudar a los regidores de los superuniversos a comprender y administrar los intereses de los mundos de donde proceden los mortales fusionados con el Espíritu. Los Embajadores fusionados con el Hijo son de gran ayuda cuando nos enfrentamos con problemas relativos al orden de personalidad de los fusionados con el Hijo.
22:6.3 (248.8) Los Embajadores Trinizados son los emisarios de los Ancianos de los Días para todo tipo de propósitos y en todo tipo de mundos o universos dentro del superuniverso al que están asignados. Prestan servicios particulares e importantes en las sedes de los sectores menores y desempeñan las innumerables misiones diversas de un superuniverso. Son el cuerpo de emergencia o de reserva de los Hijos Trinizados de los supergobiernos y están por lo tanto disponibles para una gran variedad de deberes. Participan en miles y miles de tareas relacionadas con los asuntos del superuniverso que son imposibles de describir a las mentes humanas puesto que nada de lo que acontece en Urantia tiene ninguna analogía con esas actividades.
22:7.1 (249.1) No puedo desvelar plenamente a la mente material la experiencia de la suprema actuación creativa de los seres espirituales perfectos y perfeccionados —el acto de trinización—. Las técnicas de trinización están entre los secretos de Vicegerington y de Solitarington y no son revelables ni comprensibles para nadie salvo para los que han pasado por estas experiencias únicas. Por lo tanto, está más allá de las posibilidades de cualquier ser describir con éxito a la mente humana la naturaleza y el sentido de esta extraordinaria operación.
22:7.2 (249.2) Aparte de las Deidades, solo las personalidades del Paraíso-Havona y ciertos miembros de cada uno de los cuerpos de finalitarios participan en trinizaciones. Bajo condiciones especializadas de perfección paradisiaca, estos seres magníficos pueden embarcarse en la aventura única de identidad-concepto y logran muchas veces dar origen a un nuevo ser, un hijo trinizado por criaturas.
22:7.3 (249.3) Las criaturas glorificadas que llevan a cabo estas aventuras de trinización solo pueden participar en una de tales experiencias, en cambio las Deidades del Paraíso parecen no tener límite en la ejecución continuada de episodios de trinización. La Deidad parece estar limitada únicamente en un aspecto: solo puede haber un Espíritu Original e Infinito, solo un ejecutivo infinito de la voluntad unida del Padre-Hijo.
22:7.4 (249.4) Los mortales finalitarios ascendentes fusionados con el Ajustador que han alcanzado ciertos niveles de cultura paradisiaca y de desarrollo espiritual están entre los que pueden intentar trinizar a un ser criatura. Cuando las compañías de finalitarios mortales están emplazadas en el Paraíso se les concede un receso cada milenio del tiempo de Havona. Esos finalitarios pueden elegir pasar este periodo libre de obligaciones de siete maneras diferentes, y una de ellas es intentar, en asociación con algún compañero finalitario o con alguna personalidad del Paraíso-Havona, llevar a cabo la trinización de una criatura.
22:7.5 (249.5) Si dos finalitarios mortales se presentan ante los Arquitectos del Universo Maestro y demuestran que han elegido de forma independiente trinizar un concepto idéntico, los Arquitectos están autorizados, según su propio criterio, a promulgar mandatos que permitan a estos ascendentes mortales glorificados prolongar su receso y retirarse durante un tiempo al sector de trinización de los Ciudadanos del Paraíso. Si al final de este retiro asignado informan que han elegido individual y conjuntamente hacer el esfuerzo paradisiaco de espiritualizar, idealizar y actualizar un concepto seleccionado y original que no haya sido trinizado hasta entonces, el Espíritu Maestro Número Siete emite órdenes para autorizar esa extraordinaria empresa.
22:7.6 (249.6) Estas aventuras requieren a veces periodos de tiempo increíblemente largos; parece pasar toda una edad hasta que esos antiguos mortales —y a veces personalidades del Paraíso-Havona— fieles y perseverantes alcanzan por fin su objetivo, consiguen realmente traer a la existencia de hecho su concepto elegido de verdad universal. Pero estas dedicadas parejas no siempre tienen éxito; muchas veces fracasan, y eso sin que se pueda descubrir ningún error por su parte. Los candidatos a la trinización que así fracasan son admitidos en un grupo especial de finalitarios designados como seres que han hecho el esfuerzo supremo y soportado la desilusión suprema. Cuando las Deidades del Paraíso se unen para trinizar siempre lo consiguen, pero no ocurre lo mismo con un par de criaturas homogéneas, el intento de unión de dos miembros del mismo orden de seres.
22:7.7 (250.1) Cuando los Dioses trinizan a un ser nuevo y original, los padres divinos no cambian en potencial de deidad. Sin embargo, cuando criaturas ensalzadas protagonizan un episodio creativo de esta naturaleza, uno de los individuos contrayentes y participantes sufre una modificación única de personalidad. Los dos ancestros de un hijo trinizado por criaturas se hacen, en cierto sentido, espiritualmente uno. Creemos que este estatus de biunificación de ciertos aspectos espirituales de la personalidad prevalecerá probablemente hasta el momento en que el Ser Supremo haya alcanzado la plena y completa manifestación de la personalidad en el gran universo.
22:7.8 (250.2) Esta unión espiritual funcional de los dos ancestros ocurre simultáneamente con la aparición de un nuevo hijo trinizado por criaturas; los dos padres trinizadores se hacen uno en el nivel funcional último. Ningún ser creado del universo puede explicar plenamente este fenómeno asombroso; es una experiencia casi divina. Cuando el Padre y el Hijo se unieron para eternizar al Espíritu Infinito, se hicieron inmediatamente uno al cumplirse su propósito y desde entonces han sido uno. Y aunque la unión de trinización de dos criaturas tiene la categoría del alcance infinito de la unión perfecta de Deidad del Padre Universal y el Hijo Eterno, las repercusiones de la trinización por criaturas no son de naturaleza eterna; terminarán cuando se complete la factualización de las Deidades experienciales.
22:7.9 (250.3) Aunque estos padres de hijos trinizados por criaturas se hacen uno en sus misiones en el universo, siguen siendo considerados como dos personalidades en la composición y en las listas del Cuerpo de la Finalización y de los Arquitectos del Universo Maestro. Durante la edad del universo en curso todos los padres unidos por trinización son inseparables en misiones y actuación; donde va uno va el otro, lo que hace uno lo hace el otro. Si la biunificación parental afecta a un finalitario mortal (o de otro tipo) y a una personalidad del Paraíso-Havona, los seres parentales unidos no se integran ni con los habitantes del Paraíso, ni con los habitantes de Havona ni con los finalitarios. Estas uniones mixtas se reúnen en un cuerpo especial formado por seres similares. Y en todas las uniones de trinización, mixtas o no, los seres parentales son conscientes el uno del otro y pueden comunicarse entre sí; juntos pueden realizar funciones que ninguno de los dos podría haber cumplido anteriormente.
22:7.10 (250.4) Los siete Espíritus Maestros tienen autoridad para sancionar la unión de trinización entre finalitarios y personalidades del Paraíso-Havona, y estos enlaces mixtos siempre consiguen su objetivo. Los magníficos hijos trinizados por criaturas que de ellos resultan representan conceptos ajenos a la comprensión tanto de las criaturas eternas del Paraíso como de las criaturas temporales del espacio, de ahí que se conviertan en pupilos de los Arquitectos del Universo Maestro. Estos hijos trinizados del destino personifican ideas, ideales y experiencia que parecen pertenecer a una edad futura del universo y no tienen, por lo tanto, valor práctico inmediato ni para las administraciones de los superuniversos ni para la administración del universo central. Todos estos hijos únicos de los hijos del tiempo y los ciudadanos de la eternidad se mantienen en reserva en Vicegerington donde se dedican al estudio de los conceptos del tiempo y las realidades de la eternidad en un sector especial de la esfera ocupado por los colegios secretos del cuerpo de los Hijos Creadores.
22:7.11 (251.1) El Ser Supremo es la unificación de tres fases de la realidad de Deidad: Dios Supremo, la unificación espiritual de ciertos aspectos finitos de la Trinidad del Paraíso; el Supremo Todopoderoso, la unificación de poder de los Creadores del gran universo; y la Mente Suprema, la contribución individual de la Tercera Fuente y Centro y sus iguales a la realidad del Ser Supremo. En sus aventuras de trinización las espléndidas criaturas del universo central y el Paraíso participan en una exploración triple de la Deidad del Supremo que da origen a tres órdenes de hijos trinizados por criaturas:
22:7.12 (251.2) 1. Hijos trinizados por ascendentes. En sus esfuerzos creativos, los finalitarios intentan trinizar ciertas realidades conceptuales del Supremo Todopoderoso que han adquirido experiencialmente en su ascensión hacia el Paraíso a través del tiempo y el espacio.
22:7.13 (251.3) 2. Hijos trinizados por seres del Paraíso-Havona. Los esfuerzos creativos de los Ciudadanos del Paraíso y los havonitas dan como resultado la trinización de ciertos altos aspectos espirituales del Ser Supremo que han adquirido experiencialmente en un marco supersupremo que raya con el Último y con el Eterno.
22:7.14 (251.4) 3. Hijos trinizados del destino. Pero cuando un finalitario y un nativo del Paraíso-Havona trinizan juntos una nueva criatura, este esfuerzo conjunto repercute en ciertas fases de la Mente Suprema-Última. Los hijos trinizados por criaturas que de ellos resultan son supracreados; representan actualidades de la Deidad Suprema-Última que no han sido logradas experiencialmente de otra manera y que, por lo tanto, entran automáticamente en la competencia de los Arquitectos del Universo Maestro, los custodios de las cosas que trascienden los límites creativos de la presente edad universal. Los hijos trinizados del destino personifican ciertos aspectos de la función no revelada del Supremo-Último en el universo maestro. No sabemos gran cosa sobre estos hijos conjuntos del tiempo y la eternidad, pero sabemos mucho más que lo que nos está permitido revelar.
22:8.1 (251.5) Además de los hijos trinizados por criaturas considerados en esta narración, hay muchos órdenes no revelados de seres trinizados por criaturas: la progenie diversa de los múltiples enlaces de los siete cuerpos de finalitarios con las personalidades del Paraíso-Havona. Todos estos seres trinizados por criaturas, revelados y no revelados, son dotados de personalidad por el Padre Universal.
22:8.2 (251.6) Cuando los nuevos hijos trinizados por ascendentes y trinizados por seres del Paraíso-Havona son jóvenes y sin formación, se les suele enviar a pasar largos periodos de servicio en las siete esferas paradisiacas del Espíritu Infinito donde sirven bajo la tutela de los siete Ejecutivos Supremos. Posteriormente pueden ser adoptados por los Maestros Hijos de la Trinidad para recibir una formación adicional en los universos locales.
22:8.3 (251.7) Estos hijos adoptados con origen en criaturas altas y glorificadas son aprendices, ayudantes estudiantes de los Maestros Hijos, y en lo que respecta a su clasificación suelen ser incluidos temporalmente en el recuento de estos Hijos. Pueden ejecutar y ejecutan muchas nobles y abnegadas misiones en favor de los dominios donde han elegido servir.
22:8.4 (251.8) Los Maestros Hijos que están en los universos locales pueden proponer a sus pupilos trinizados por criaturas para el abrazo de la Trinidad del Paraíso. Al emerger de este abrazo como Hijos Trinizados de Perfección, entran al servicio de los Ancianos de los Días en los siete superuniversos, pues ese es el presente destino conocido de este grupo único de seres doblemente trinizados.
22:8.5 (252.1) No todos los hijos trinizados por criaturas son abrazados por la Trinidad; muchos se convierten en colaboradores y embajadores de los siete Espíritus Maestros del Paraíso, de los Espíritus Reflectantes de los superuniversos y de los Espíritus Madre de las creaciones locales. Otros pueden aceptar misiones especiales en la Isla eterna. Y otros incluso pueden unirse a servicios especiales en los mundos secretos del Padre y en las esferas paradisiacas del Espíritu. Finalmente, muchos consiguen entrar en el cuerpo conjunto de los Hijos Trinizados del circuito interior de Havona.
22:8.6 (252.2) A excepción de los Hijos Trinizados de Perfección y de los que se están reuniendo en Vicegerington, el destino supremo de todos los hijos trinizados por criaturas parece ser el de ingresar en el Cuerpo de Finalitarios Trinizados, uno de los siete Cuerpos de la Finalización del Paraíso.
22:9.1 (252.3) Los hijos trinizados por criaturas son abrazados por la Trinidad del Paraíso en promociones de siete mil. Estos vástagos trinizados de humanos perfeccionados y personalidades del Paraíso-Havona son abrazados igualmente por las Deidades, pero se asignan a los superuniversos conforme a los consejos de sus antiguos instructores, los Maestros Hijos de la Trinidad. Los de servicio más aceptable son nombrados Asistentes de los Altos Hijos; los de actuación menos distinguida son designados Guardianes Celestiales.
22:9.2 (252.4) Cuando estos seres únicos han sido abrazados por la Trinidad, se convierten en complementos valiosos de los gobiernos de los superuniversos. Están versados en los asuntos de la carrera ascendente, no por ascensión personal sino como resultado de su servicio con los Maestros Hijos de la Trinidad en los mundos del espacio.
22:9.3 (252.5) Casi mil millones de Guardianes Celestiales han sido comisionados en Orvonton. Están asignados principalmente a las administraciones de los Perfecciones de los Días de las sedes de los sectores mayores y son asistidos eficazmente por un cuerpo de mortales ascendentes fusionados con el Hijo.
22:9.4 (252.6) Los Guardianes Celestiales son los funcionarios de las cortes de los Ancianos de los Días que actúan como mensajeros judiciales y como portadores de las citaciones y decisiones de los varios tribunales de los gobiernos de los superuniversos. Son los agentes de los Ancianos de los Días encargados de los arrestos. Salen de Uversa para traer de vuelta a los seres cuya presencia se requiere ante los jueces del superuniverso; ejecutan los mandatos de detención de cualquier personalidad del superuniverso. Acompañan también a los mortales fusionados con el Espíritu de los universos locales cuando se requiere su presencia en Uversa por cualquier motivo.
22:9.5 (252.7) Los Guardianes Celestiales y sus compañeros, los Asistentes de los Altos Hijos, no han sido habitados nunca por Ajustadores. Tampoco se fusionan con el Espíritu ni con el Hijo. Sin embargo, el abrazo de la Trinidad del Paraíso compensa el estatus no fusionado de los Hijos Trinizados de Perfección. El abrazo de la Trinidad puede actuar únicamente sobre la idea que está personificada en un hijo trinizado por criaturas sin cambiar ninguna otra cosa en el hijo abrazado, pero esta limitación solo se produce cuando se planea así.
22:9.6 (252.8) Estos hijos doblemente trinizados son seres maravillosos, pero no son ni tan polifacéticos ni tan dignos de confianza como sus compañeros ascendentes. Carecen de la enorme y profunda experiencia personal que el resto de los hijos que pertenecen a este grupo ha adquirido en su escalar hacia la gloria desde los oscuros dominios del espacio. Nosotros, los de la carrera ascendente, los amamos y hacemos todo lo que podemos para compensar sus deficiencias, pero nos hacen sentirnos siempre agradecidos por nuestro origen humilde y nuestra capacidad de experiencia. Su buena voluntad para reconocer y aceptar sus deficiencias en las realidades experimentables de la ascensión universal es de una belleza trascendente y a veces de un patetismo muy conmovedor.
22:9.7 (253.1) A diferencia de otros hijos abrazados por la Trinidad, los Hijos Trinizados de Perfección están limitados porque su capacidad experiencial está inhibida en el espacio-tiempo. A pesar de su larga formación con los Ejecutivos Supremos y con los Maestros Hijos, son deficientes en experiencia, y si este no fuera el caso, la saturación experiencial impediría que los dejaran en reserva para adquirir experiencia en una edad futura del universo. No hay sencillamente nada en toda la existencia universal que pueda sustituir a la experiencia personal propiamente dicha, y estos hijos trinizados por criaturas se mantienen en reserva para actuar experiencialmente en alguna época futura del universo.
22:9.8 (253.2) He visto muchas veces en los mundos mansión a estos dignos funcionarios de las altas cortes del superuniverso mirar con tanto deseo y nostalgia incluso a los recién llegados de los mundos evolutivos del espacio que no puedo evitar darme cuenta de que estos poseedores de la trinización no experiencial envidian realmente a sus hermanos supuestamente menos afortunados que remontan la senda universal por los escalones de la experiencia autentica y el vivir propiamente dicho. A pesar de sus impedimentos y limitaciones, son un cuerpo de trabajadores maravillosamente útil y siempre dispuesto a la hora de ejecutar los complejos planes administrativos de los gobiernos de los superuniversos.
22:10.1 (253.3) Los Asistentes de los Altos Hijos son el grupo superior de los hijos trinizados y vueltos a trinizar de los seres ascendentes glorificados del Cuerpo de los Mortales de la Finalización y sus compañeros eternos, las personalidades del Paraíso-Havona. Son asignados al servicio de los superuniversos y trabajan como auxiliares personales de los altos hijos de los gobiernos de los Ancianos de los Días. Se podrían considerar adecuadamente como secretarios privados. A veces actúan como empleados en comisiones especiales y otras asociaciones de grupo de los altos hijos. Están al servicio de los Perfeccionadores de la Sabiduría, los Consejeros Divinos, los Censores Universales, los Mensajeros Poderosos, Los Altos en Autoridad y Los sin Nombre ni Número.
22:10.2 (253.4) Si al hablar de los Guardianes Celestiales he parecido llamar la atención sobre los impedimentos y limitaciones de estos hijos doblemente trinizados, dejad que ahora, con toda justicia, llame la atención sobre su gran punto fuerte, el atributo que les hace tan valiosos para nosotros. Estos seres deben su existencia misma al hecho de ser la personificación de un concepto único y supremo. Son la encarnación en forma de personalidad de alguna idea divina, de algún ideal universal como no había sido concebido, expresado o trinizado antes. Y han sido abrazados posteriormente por la Trinidad, de modo que manifiestan y encarnan de hecho la sabiduría misma de la Trinidad divina en lo que concierne a la idea-ideal de su existencia como personalidad. En la medida en que ese concepto particular es revelable a los universos, estas personalidades personifican todo lo que cualquier inteligencia de criatura o de Creador pueda concebir, expresar o ilustrar. Son esa idea personificada.
22:10.3 (253.5) ¿No podéis ver que tales concentraciones vivas de un único concepto supremo de realidad del universo pueden prestar un servicio incalculable a aquellos a quienes se ha encomendado la administración de los superuniversos?
22:10.4 (254.1) No hace mucho tiempo se me pidió que encabezara una comisión de seis —uno de cada uno de los altos hijos— encargada de estudiar tres problemas relacionados con un grupo de universos nuevos de la zona del sur de Orvonton. Me volví plenamente consciente del valor de los Asistentes de los Altos Hijos cuando hice un requerimiento al jefe de su orden en Uversa para que asignara temporalmente a dichos secretarios a mi comisión. La primera de nuestras ideas estaba representada por un Asistente de los Altos Hijos en Uversa que fue adscrito en el acto a nuestro grupo. Nuestro segundo problema estaba personificado por un Asistente de los Altos Hijos asignado al superuniverso número tres. Obtuvimos mucha ayuda de esta fuente a través del centro de intercambio de información del universo central para la coordinación y diseminación de conocimientos esenciales, pero nada comparable con la ayuda que supuso la presencia de hecho de una personalidad que es un concepto trinizado por criaturas en supremacía y trinizado por la Deidad en carácter final. En cuanto a nuestro tercer problema, los registros del Paraíso desvelaron que la idea en cuestión no había sido nunca trinizada por criaturas.
22:10.5 (254.2) Los Asistentes de los Altos Hijos son personalizaciones únicas y originales de conceptos extraordinarios e ideales formidables, y como tales, son capaces de aportar algunas veces una iluminación indecible a nuestras deliberaciones. Cuando me encuentro destacado en alguna tarea remota en los universos del espacio, pensad en la ayuda que significa para mí tener la suerte de poder contar en mi misión con un Asistente de los Altos Hijos que es la plenitud del concepto divino en cuanto al problema mismo que he sido enviado a acometer y resolver. Y esta experiencia la he tenido muchas veces. La única dificultad de este plan es que ningún superuniverso puede tener una tirada completa de estas ideas trinizadas; solo recibimos un séptimo de estos seres. Así que aproximadamente solo una vez de cada siete disfrutamos de la compañía personal de estos seres aunque conste en los registros que la idea ha sido trinizada.
22:10.6 (254.3) Podríamos utilizar con gran provecho cantidades mucho mayores de estos seres en Uversa. Por su valor para las administraciones de los superuniversos, animamos de todas las formas posibles a los peregrinos del espacio, y también a los residentes del Paraíso, a que intenten la trinización después de haberse aportado mutuamente las realidades experienciales que son esenciales para llevar a cabo estas aventuras creativas.
22:10.7 (254.4) Tenemos ahora en nuestro superuniverso alrededor de un millón y cuarto de Asistentes de los Altos Hijos que sirven tanto en los sectores mayores como en los menores y actúan también en Uversa. Nos acompañan muy a menudo en nuestras misiones a los universos remotos. Los Asistentes de los Altos Hijos no están asignados a ningún Hijo ni a ninguna comisión de forma permanente. Están circulando sin cesar y sirven allí donde la idea o el ideal que ellos son pueda promover mejor los designios eternos de la Trinidad del Paraíso en cuyos hijos se han convertido.
22:10.8 (254.5) Son conmovedoramente afectuosos, magníficamente leales, exquisitamente inteligentes, supremamente sabios —en lo que respecta a una sola idea— y extraordinariamente humildes. Aunque pueden impartir todo el saber del universo en cuanto a su única idea o ideal, da casi pena ver cómo buscan conocimiento e información en muchos otros temas, incluso entre los mortales ascendentes.
22:10.9 (254.6) Y esta es la narración del origen, la naturaleza y las funciones de algunos de los llamados Hijos Trinizados de Dios, en particular de los que han pasado por el abrazo divino de la Trinidad del Paraíso y han sido luego asignados al servicio de los superuniversos para ofrecer allí su cooperación sabia y comprensiva a los administradores de los Ancianos de los Días en su incansable esfuerzo por facilitar el progreso hacia dentro de los mortales ascendentes del tiempo en dirección a su destino inmediato en Havona y a su meta final en el Paraíso.
22:10.10 (255.1) [Narrado por un Mensajero Poderoso del cuerpo revelador de Orvonton.]
El libro de Urantia
Documento 23
23:0.1 (256.1) LOS MENSAJEROS Solitarios son el contingente personal y universal del Creador Conjunto; son el orden primero y más antiguo de las personalidades más altas del Espíritu Infinito. Representan la acción creativa inicial del Espíritu Infinito que actúa en solitario con el propósito de traer a la existencia espíritus solitarios con personalidad. Ni el Padre ni el Hijo participaron directamente en esta formidable espiritualización.
23:0.2 (256.2) Estos mensajeros de espíritu fueron personalizados en un único episodio creativo y su número es estacionario. Aunque me acompaña en esta misión uno de esos seres extraordinarios, no sé cuántas de estas personalidades existen en el universo de universos. Solo puedo saber cada cierto tiempo por los registros cuántos actúan en ese momento dentro de la jurisdicción de nuestro superuniverso. Según el último informe de Uversa había entonces casi 7690 billones de Mensajeros Solitarios operando dentro de los límites de Orvonton, y sospecho que esta cifra es bastante inferior a la séptima parte de su número total.
23:1.1 (256.3) Inmediatamente después de la creación de los siete Espíritus de los Circuitos de Havona, el Espíritu Infinito trajo a la existencia al vasto cuerpo de Mensajeros Solitarios. No hay ninguna parte de la creación universal que preexista a los Mensajeros Solitarios excepto el Paraíso y los circuitos de Havona; han actuado en todo el gran universo casi desde la eternidad. Son fundamentales para la técnica divina del Espíritu Infinito de autorrevelarse a las extensas creaciones del tiempo y el espacio y entrar en contacto personal con ellas.
23:1.2 (256.4) A pesar de que estos mensajeros existen desde tiempos cercanos a la eternidad, todos son conscientes del comienzo de su yoidad. Tienen consciencia del tiempo y son la primera creación del Espíritu Infinito que posee esa consciencia del tiempo. Son las primeras criaturas nacidas del Espíritu Infinito que se personalizaron en el tiempo y se espiritualizaron en el espacio.
23:1.3 (256.5) Estos espíritus solitarios surgieron en los albores del tiempo como seres de espíritu plenamente desarrollados y perfectamente dotados. Son todos iguales, y no hay clases ni subdivisiones fundamentadas en sus diferencias personales. Sus clasificaciones están enteramente basadas en el tipo de trabajo al que son asignados de tiempo en tiempo.
23:1.4 (256.6) Los mortales comienzan como seres casi materiales en los mundos del espacio y ascienden hacia dentro en dirección a los Grandes Centros. Estos espíritus solitarios comienzan en el centro de todas las cosas y ansían ser asignados a las creaciones remotas, incluso a los mundos individuales de los universos locales más exteriores y aún más allá.
23:1.5 (256.7) Aunque denominados Mensajeros Solitarios, no son espíritus que sienten soledad, pues les gusta realmente trabajar solos. Son los únicos seres de toda la creación que pueden disfrutar, y disfrutan, de una existencia solitaria, si bien es cierto que disfrutan también con la compañía de los escasos órdenes de inteligencias del universo con los que pueden fraternizar.
23:1.6 (257.1) Los Mensajeros Solitarios no están aislados en su servicio; están constantemente en contacto con el abundante intelecto de toda la creación ya que son capaces de «conectarse» a todas las transmisiones de los mundos donde residen. Pueden intercomunicarse también con los miembros de su propio cuerpo inmediato, los seres que hacen el mismo tipo de trabajo en el mismo superuniverso. Podrían comunicarse con otros de los suyos, pero el consejo de los siete Espíritus Maestros les ha indicado que no lo hagan, y son un grupo leal; no desobedecen ni incumplen. No hay constancia de que un Mensajero Solitario haya caído jamás en las tinieblas.
23:1.7 (257.2) Los Mensajeros Solitarios, igual que los Directores del Poder del Universo, figuran entre los poquísimos tipos de seres que actúan en todos los dominios y están exentos de ser arrestados o detenidos por los tribunales del tiempo y el espacio. No pueden ser citados para comparecer ante nadie excepto ante los siete Espíritus Maestros, pero en todos los anales del universo maestro jamás ha sido convocado este consejo paradisiaco para juzgar el caso de un Mensajero Solitario.
23:1.8 (257.3) Estos mensajeros que ejercen su actividad en solitario son un grupo de seres creados procedentes de la Tercera Fuente y Centro dignos de confianza, independientes, polifacéticos, enteramente espirituales y muy compasivos. Actúan por autoridad del Espíritu Infinito residente en la Isla central del Paraíso y tal como está personalizado en las esferas sede de los universos locales. Son partícipes permanentes del circuito directo que emana del Espíritu Infinito, incluso cuando actúan en las creaciones locales bajo la influencia directa de los Espíritus Madre de los universos locales.
23:1.9 (257.4) Hay una razón técnica por la que estos Mensajeros Solitarios deben viajar y trabajar solos. Durante cortos periodos de tiempo y cuando están estacionarios, pueden colaborar en un grupo, pero al reunirse de esta forma quedan totalmente desconectados del respaldo y la dirección de su circuito paradisiaco; se encuentran completamente aislados. Si cuando están en tránsito o actuando en los circuitos del espacio y en las corrientes del tiempo, hay dos o más seres de este orden próximos entre sí, queda interrumpido el enlace de ambos o de todos con las fuerzas circulantes más altas. Sufren un «cortocircuito», como lo describiríais con vuestros símbolos ilustrativos. Por consiguiente, poseen un poder inherente de alarma automática, una señal de aviso, que les informa infaliblemente de conflictos inminentes y les mantiene siempre lo bastante apartados como para que no haya interferencias con su actuación correcta y eficaz. Poseen también poderes inherentes y automáticos que detectan e indican la proximidad tanto de los Espíritus Inspirados de la Trinidad como de los divinos Ajustadores del Pensamiento.
23:1.10 (257.5) Estos mensajeros no poseen el poder de extender o reproducir la personalidad, pero no hay prácticamente ningún trabajo en los universos que no puedan acometer y al que no puedan aportar algo útil y esencial. Son, en especial, los grandes ahorradores de tiempo para los que están involucrados en la administración de los asuntos de los universos; y nos asisten a todos, desde los más altos hasta los más bajos.
23:2.1 (257.6) Los Mensajeros Solitarios no están adscritos permanentemente a ningún individuo o grupo de personalidades celestiales. Actúan siempre por asignación, y durante dicho servicio trabajan bajo la supervisión directa de los que dirigen los dominios a los que han sido adscritos. Entre ellos no tienen ni organización ni gobierno de ningún tipo; son Mensajeros Solitarios.
23:2.2 (258.1) El Espíritu Infinito asigna a los Mensajeros Solitarios a las siete divisiones de servicio siguientes:
23:2.3 (258.2) 1. Mensajeros de la Trinidad del Paraíso.
23:2.4 (258.3) 2. Mensajeros de los circuitos de Havona.
23:2.5 (258.4) 3. Mensajeros de los superuniversos.
23:2.6 (258.5) 4. Mensajeros de los universos locales.
23:2.7 (258.6) 5. Exploradores en misión no dirigida.
23:2.8 (258.7) 6. Embajadores y emisarios en misión especial.
23:2.9 (258.8) 7. Reveladores de la verdad.
23:2.10 (258.9) Estos mensajeros de espíritu son intercambiables en todos los sentidos entre un tipo de servicio y otro, y esos traslados ocurren constantemente. No hay órdenes separados de Mensajeros Solitarios; son parecidos espiritualmente e iguales en todos los sentidos. Aunque normalmente se les designa por su número, el Espíritu Infinito los conoce por sus nombres personales. Para el resto de nosotros, son conocidos por el nombre o número que designa su misión en curso.
23:2.11 (258.10) 1. Mensajeros de la Trinidad del Paraíso. No estoy autorizado a revelar gran cosa sobre el trabajo del grupo de mensajeros asignados a la Trinidad. Son los servidores leales y secretos de las Deidades, y cuando están encargados de mensajes especiales relacionados con políticas no reveladas y con la conducta futura de los Dioses, no se ha sabido nunca que divulgaran un secreto ni traicionaran la confianza depositada en su orden. Si mencionamos esto en este contexto no es para jactarnos de su perfección, sino para señalar que las Deidades pueden crear, y crean, seres perfectos.
23:2.12 (258.11) La confusión y las perturbaciones existentes en Urantia no significan que a los Regidores del Paraíso les falte interés ni capacidad para gestionar los asuntos de otro modo. Los Creadores poseen pleno poder para hacer de Urantia un verdadero paraíso, pero un edén así no contribuiría a desarrollar los caracteres fuertes, nobles y experimentados que los Dioses están forjando con toda seguridad en vuestro mundo entre los yunques de la necesidad y los martillos de la angustia. Vuestras ansiedades y penas, vuestras pruebas y decepciones son tan parte del plan divino en vuestra esfera como lo son la perfección exquisita y la adaptación infinita de todas las cosas a su propósito supremo en los mundos del universo central y perfecto.
23:2.13 (258.12) 2. Mensajeros de los circuitos de Havona. A lo largo de toda la carrera ascendente iréis siendo cada vez más capaces de detectar, de manera vaga pero creciente, la presencia de los Mensajeros Solitarios, aunque no los reconoceréis inequívocamente hasta que alcancéis Havona. Los primeros mensajeros que veréis cara a cara serán los de los circuitos de Havona.
23:2.14 (258.13) Los Mensajeros Solitarios disfrutan de relaciones especiales con los nativos de los mundos de Havona. Estos mensajeros tan desaventajados funcionalmente cuando se vinculan entre sí pueden tener y tienen una comunión muy estrecha y personal con los nativos de Havona. Pero es totalmente imposible transmitir a la mente humana las satisfacciones supremas que resultan del contacto de la mente de estos seres divinamente perfectos con el espíritu de esas personalidades casi trascendentes.
23:2.15 (259.1) 3. Mensajeros de los superuniversos. Los Ancianos de los Días, esas personalidades con origen en la Trinidad que presiden los destinos de los siete superuniversos, esos tríos con poder divino y sabiduría administrativa, están abundantemente provistos de Mensajeros Solitarios. Los regidores trinos de un superuniverso solo pueden comunicarse directa y personalmente con los regidores de otro a través este orden de mensajeros. Los Mensajeros Solitarios son el único tipo disponible de inteligencia de espíritu —aparte, quizás, de los Espíritus Inspirados de la Trinidad— que puede ser enviado directamente de la sede de un superuniverso a la sede de otro. Todas las demás personalidades tienen que pasar por Havona y los mundos ejecutivos de los Espíritus Maestros en estos desplazamientos.
23:2.16 (259.2) Hay ciertos tipos de información que no se pueden obtener ni por medio de los Mensajeros por Gravedad ni por reflectividad ni por difusión. Y cuando los Ancianos de los Días quieren conocer esas cosas con certeza tienen que enviar a un Mensajero Solitario a la fuente del conocimiento. Mucho antes de la presencia de vida en Urantia, el mensajero que me acompaña ahora fue asignado a una misión en el universo central desde Uversa; durante casi un millón de años faltó a todos los pases de lista de Orvonton, pero regresó a su debido tiempo con la información deseada.
23:2.17 (259.3) El servicio de los Mensajeros Solitarios en los superuniversos no tiene limitaciones. Pueden actuar como ejecutores de los altos tribunales o como recolectores de información para el bien del dominio. De todas las supercreaciones, donde más les gusta servir es en Orvonton porque ahí las necesidades son mayores y se multiplican enormemente las oportunidades de hacer esfuerzos heroicos. En los dominios más necesitados todos disfrutamos de la satisfacción de una función más plena.
23:2.18 (259.4) 4. Mensajeros de los universos locales. En los servicios de un universo local la actuación de los Mensajeros Solitarios no tiene límite. Son los fieles reveladores de los motivos e intenciones del Espíritu Madre del universo local, aunque están bajo la jurisdicción plena del Hijo Maestro reinante. Y esto es cierto para todos los mensajeros que operan en un universo local, tanto si viajan saliendo directamente de la sede del universo como si actúan temporalmente en enlace con los Padres de las Constelaciones, los Soberanos de los Sistemas o los Príncipes Planetarios. Antes de la concentración de todo poder en las manos del Hijo Creador en el momento de su elevación como regidor soberano de su universo, estos mensajeros de los universos locales actúan bajo la dirección general de los Ancianos de los Días y son directamente responsables ante su representante residente, el Unión de los Días.
23:2.19 (259.5) 5. Exploradores en misión no dirigida. Cuando el cuerpo de reserva de los Mensajeros Solitarios se vuelve demasiado numeroso, uno de los siete Directores Supremos del Poder hace un llamamiento de voluntarios para explorar. Y nunca faltan voluntarios porque les encanta ser enviados como exploradores libres y sin restricciones, experimentar la emoción de encontrar los núcleos en vías de organización de nuevos mundos y universos.
23:2.20 (259.6) Salen a investigar las pistas proporcionadas por los contempladores del espacio de los dominios. Es indudable que las Deidades del Paraíso conocen la existencia de esos sistemas no descubiertos de energía del espacio aunque nunca divulgan este tipo de información. Si los Mensajeros Solitarios no exploraran y localizaran esos nuevos centros de energía recién organizados, tales fenómenos seguirían pasando desapercibidos durante mucho tiempo incluso para las inteligencias de los dominios adyacentes. Los Mensajeros Solitarios, como clase, son sumamente sensibles a la gravedad y por ello pueden detectar a veces la presencia probable de planetas oscuros muy pequeños, precisamente los mundos que se adaptan mejor a los experimentos de vida.
23:2.21 (260.1) Estos mensajeros exploradores en misión no dirigida patrullan el universo maestro. Están constantemente en expediciones de exploración en las regiones desconocidas de todo el espacio exterior. Gran parte de la información que poseemos sobre lo que acontece en los dominios del espacio exterior se la debemos a las exploraciones de los Mensajeros Solitarios, ya que a menudo estudian y trabajan con los astrónomos celestiales.
23:2.22 (260.2) 6. Embajadores y emisarios en misión especial. Los universos locales situados dentro de un mismo superuniverso intercambian habitualmente embajadores elegidos entre sus órdenes nativos de filiación. Pero para evitar retrasos, muchas veces se pide a los Mensajeros Solitarios que vayan como embajadores de una creación local a otra para representar e interpretar a un dominio ante otro. Por ejemplo: cuando se descubre un dominio habitado recientemente puede estar tan remoto en el espacio que pasará mucho tiempo hasta que llegue a ese universo lejano un embajador enserafinado. Un ser enserafinado no puede sobrepasar de ninguna manera la velocidad de 899 370 kilómetros de Urantia en un segundo de vuestro tiempo. Las estrellas masivas, las contracorrientes y los desvíos, así como las tangentes de atracción, tienden todos ellos a reducir dicha velocidad, de manera que la media de un viaje largo será de unos 885 000 kilómetros por segundo.
23:2.23 (260.3) Cuando resulta que se requerirán cientos de años para que un embajador nativo llegue a un universo local muy distante, se suele pedir a un Mensajero Solitario que se dirija allí de inmediato para actuar como embajador interino. Los Mensajeros Solitarios pueden llegar en un plazo muy breve, no independientemente del tiempo y el espacio como lo hacen los Mensajeros por Gravedad, pero casi. Sirven también en otras circunstancias como emisarios en misión especial.
23:2.24 (260.4) 7. Reveladores de la verdad. Los Mensajeros Solitarios consideran las misiones para revelar la verdad como el deber más alto de su orden. Y actúan de tiempo en tiempo en este cometido desde los superuniversos hasta los planetas individuales del espacio. Son adscritos con frecuencia a las comisiones que se envían para ampliar la revelación de la verdad a los mundos y sistemas.
23:3.1 (260.5) Los Mensajeros Solitarios son el tipo más alto de personalidad perfecta y de toda confianza disponible en todos los ámbitos para la transmisión rápida de mensajes importantes y urgentes cuando no es conveniente utilizar ni el servicio de difusión ni el mecanismo de la reflectividad. Sirven en una variedad sin fin de misiones y ayudan a los seres materiales y espirituales de los mundos, sobre todo cuando entra en juego el elemento tiempo. De todos los órdenes asignados a los servicios de los dominios de los superuniversos, son los seres personalizados más altos y más polifacéticos que pueden estar tan cerca de desafiar al tiempo y al espacio.
23:3.2 (260.6) El universo está bien provisto de espíritus que utilizan la gravedad a efectos de tránsito; pueden ir a cualquier lado en cualquier momento —al instante— pero no son personas. Hay otros seres que se desplazan por gravedad y son personales, como los Mensajeros por Gravedad y los Registradores Trascendentales, pero no están a disposición de los administradores de los superuniversos o de los universos locales. Los mundos rebosan de ángeles y hombres y de otros seres muy personales, pero están obstaculizados por el tiempo y el espacio: el límite de velocidad para la mayoría de los seres no enserafinados es de 299 790 kilómetros de vuestro mundo por segundo de vuestro tiempo. Las criaturas intermedias y algunas otras pueden alcanzar y alcanzan a menudo una velocidad doble —599 580 kilómetros por segundo— mientras que las serafines y otros pueden atravesar el espacio a una velocidad triple, aproximadamente 899 370 kilómetros por segundo. Sin embargo, aparte de los Mensajeros Solitarios no existen personalidades mensajeras o de tránsito que circulen entre las velocidades instantáneas de los atravesadores por gravedad y las velocidades relativamente lentas de las serafines.
23:3.3 (261.1) Por eso, a los Mensajeros Solitarios se les utiliza generalmente para envíos y servicios en aquellas situaciones en las que la personalidad es esencial para el éxito de la misión y en las que se desea evitar la pérdida de tiempo que supondría enviar a cualquier otro tipo de mensajero personal fácilmente disponible. Son los únicos seres incuestionablemente personalizados que se pueden sincronizar con las corrientes universales combinadas del gran universo. Su velocidad al atravesar el espacio es variable y depende de las interferencias de una gran variedad de factores, pero tal como consta en los registros, en el viaje para cumplir esta misión el mensajero que me acompaña se desplazó a una velocidad de 1 354 458 740 000 kilómetros por segundo de vuestro tiempo.
23:3.4 (261.2) Soy totalmente incapaz de explicar a la mente de tipo material cómo puede un espíritu ser una persona real y al mismo tiempo atravesar el espacio a esas velocidades prodigiosas. De hecho, estos mismos Mensajeros Solitarios van y vienen de Urantia a esas velocidades incomprensibles, y si no fuera por ello, toda la organización de la administración universal se vería privada de una parte muy importante de su elemento personal.
23:3.5 (261.3) Los Mensajeros Solitarios son capaces de actuar como líneas de comunicación de emergencia en todas las regiones remotas del espacio, en aquellos ámbitos no abarcados dentro los circuitos establecidos del gran universo. Resulta que un mensajero, cuando actúa así, puede transmitir un mensaje o enviar un impulso a través del espacio a otro mensajero situado a unos cien años luz de distancia, según el modo de calcular las distancias estelares de los astrónomos de Urantia.
23:3.6 (261.4) De las miríadas de seres que cooperan con nosotros en la conducción de los asuntos del superuniverso, ninguno es más importante en utilidad práctica y en ayudarnos a ahorrar tiempo. En los universos del espacio tenemos que contar con los impedimentos del tiempo; de ahí el gran servicio de los Mensajeros Solitarios, que por sus prerrogativas personales de comunicación son en cierto modo independientes del espacio, y casi independientes del tiempo por su enorme velocidad de tránsito.
23:3.7 (261.5) No sé cómo explicar a los mortales de Urantia que los Mensajeros Solitarios pueden no tener forma y sin embargo poseer personalidades reales y definidas. Aunque no tienen la forma que se asociaría naturalmente con la personalidad, sí poseen una presencia de espíritu que es perceptible por todos los tipos más altos de seres de espíritu. Los Mensajeros Solitarios son la única clase de seres que parecen poseer casi todas las ventajas de un espíritu sin forma unidas a todas las prerrogativas de una personalidad totalmente desarrollada. Son verdaderas personas, y sin embargo están dotadas de casi todos los atributos de una manifestación impersonal de espíritu.
23:3.8 (261.6) En los siete superuniversos, normalmente —aunque no siempre—, todo lo que tiende a aumentar el grado de liberación de una criatura de los impedimentos del tiempo y el espacio reduce proporcionalmente sus prerrogativas de personalidad. Los Mensajeros Solitarios son una excepción a esta ley general. En sus actividades, no tienen restricción alguna para utilizar todas y cada una de las vías ilimitadas de expresión espiritual, servicio divino, ministerio personal y comunicación cósmica. Si pudierais ver a estos seres extraordinarios a la luz de mi experiencia en la administración del universo, comprenderíais lo difícil que sería coordinar los asuntos de los superuniversos si no fuera por su polifacética cooperación.
23:3.9 (262.1) Por mucho que se amplíe el universo no es probable que se creen más Mensajeros Solitarios. A medida que crecen los universos, el mayor trabajo de administración debe ser soportado progresivamente por otros tipos de ministradores del espíritu y por los seres que tienen origen en esas nuevas creaciones, como las criaturas de los Hijos Soberanos y los Espíritus Madre de los universos locales.
23:4.1 (262.2) Los Mensajeros Solitarios parecen ser coordinadores de la personalidad para todos los tipos de seres de espíritu. Su ministerio ayuda a hacer que todas las personalidades del extenso mundo espiritual sean afines. Contribuyen mucho al desarrollo, en todos los seres de espíritu, de una consciencia de identidad de grupo. Cada tipo de ser de espíritu está servido por grupos especiales de Mensajeros Solitarios que fomentan la capacidad de dichos seres para comprender a todos los demás tipos y órdenes, por disímiles que sean, y fraternizar con ellos.
23:4.2 (262.3) Los Mensajeros Solitarios demuestran una capacidad tan asombrosa para coordinar a todos los tipos y órdenes de personalidades finitas —incluso para tomar contacto con el régimen absonito de los sobrecontroladores del universo maestro— que algunos de nosotros sostenemos que la creación de estos mensajeros por parte del Espíritu Infinito está relacionada de alguna manera con la dotación de la Mente Supremo-Última que hace el Actor Conjunto.
23:4.3 (262.4) Cuando un finalitario y un Ciudadano del Paraíso cooperan en la trinización de un «hijo del tiempo y la eternidad» —una operación en la que están involucrados los potenciales de mente no revelados del Supremo-Último— y cuando esta personalidad no clasificada es enviada a Vicegerington, se asigna siempre a un Mensajero Solitario (una conjeturada repercusión en la personalidad del otorgamiento de dicha mente de deidad) como compañero guardián de dicho hijo trinizado por criaturas. Este mensajero acompaña al nuevo hijo del destino al mundo al que ha sido asignado y no se marcha de Vicegerington nunca más. Cuando queda así adscrito al destino de un hijo del tiempo y la eternidad, el Mensajero Solitario es transferido para siempre a la supervisión exclusiva de los Arquitectos del Universo Maestro. Desconocemos cuál puede ser el futuro de una vinculación tan extraordinaria. Estas asociaciones de personalidades únicas llevan reuniéndose en Vicegerington durante largas edades, pero ni una sola de estas parejas ha salido jamás de allí.
23:4.4 (262.5) El número de los Mensajeros Solitarios es estacionario, pero la trinización de los hijos del destino es aparentemente ilimitada. Dado que cada hijo trinizado del destino tiene asignado a un Mensajero Solitario, nos parece que en algún momento del futuro remoto la provisión de mensajeros se agotará. ¿Quién continuará su trabajo en el gran universo? ¿Será su servicio asumido por algún nuevo desarrollo que se produzca entre los Espíritus Inspirados de la Trinidad? ¿Va a estar el gran universo en algún periodo remoto administrado más directamente por seres con origen en la Trinidad mientras que las criaturas de origen simple y dual se trasladarán a los dominios del espacio exterior? Si los mensajeros regresan a su servicio anterior, ¿les acompañarán estos hijos del destino? ¿Cesarán las trinizaciones entre finalitarios y habitantes del Paraíso-Havona cuando se haya agotado la provisión de Mensajeros Solitarios, asignados como compañeros guardianes de estos hijos del destino? ¿Van a ser concentrados todos nuestros eficientes Mensajeros Solitarios en Vicegerington? ¿Van a estar estas extraordinarias personalidades de espíritu eternamente vinculadas a esos hijos trinizados de destino no revelado? ¿Qué relevancia debe darse al hecho de que estas parejas que se van reuniendo en Vicegerington estén bajo la dirección exclusiva de esos poderosos seres de misterio, los Arquitectos del Universo Maestro? Nos hacemos estas y otras muchas preguntas semejantes, y se las preguntamos a muchos otros órdenes de seres celestiales, pero no conocemos las respuestas.
23:4.5 (263.1) Esta operación, junto con muchos acontecimientos similares en la administración del universo, indican claramente que el personal del gran universo, incluso el de Havona y el Paraíso, está experimentando una reorganización indudablemente cierta en relación y coordinación con las vastas evoluciones de energía que están teniendo lugar ahora en todos los dominios del espacio exterior.
23:4.6 (263.2) Nos inclinamos a creer que el futuro eterno presenciará fenómenos de evolución en el universo que trascenderán con mucho todo lo que ha experimentado el pasado eterno. Y al igual que deberíais hacer vosotros, esperamos esas aventuras prodigiosas con vivo entusiasmo y creciente expectación.
23:4.7 (263.3) [Presentado por un Consejero Divino de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 24
24:0.1 (264.1) EN UVERSA clasificamos a todas las personalidades y entidades del Creador Conjunto en tres grandes divisiones: las personalidades más altas del Espíritu Infinito, las huestes de mensajeros del espacio y los espíritus ministrantes del tiempo. Son los seres de espíritu dedicados a enseñar y ministrar a las criaturas con voluntad del programa ascendente de progresión de los mortales.
24:0.2 (264.2) Las personalidades más altas del Espíritu Infinito mencionadas en estas narraciones actúan en todo el gran universo en siete divisiones:
24:0.3 (264.3) 1. Mensajeros Solitarios.
24:0.4 (264.4) 2. Supervisores de Circuitos del Universo.
24:0.5 (264.5) 3. Directores del Censo.
24:0.6 (264.6) 4. Auxiliares Personales del Espíritu Infinito.
24:0.7 (264.7) 5. Inspectores Asociados.
24:0.8 (264.8) 6. Centinelas Asignados.
24:0.9 (264.9) 7. Guías de los Graduados.
24:0.10 (264.10) Los Mensajeros Solitarios, los Supervisores de Circuitos, los Directores del Censo y los Auxiliares Personales se caracterizan por poseer enormes dotaciones de antigravedad. Los Mensajeros Solitarios no tienen sede general conocida; deambulan por el universo de universos. Los Supervisores de Circuitos del Universo y los Directores del Censo mantienen sus sedes en las capitales de los superuniversos. Los Auxiliares Personales del Espíritu Infinito están emplazados en la Isla central de Luz. Los Inspectores Asociados y los Centinelas Asignados están emplazados respectivamente en las capitales de los universos locales y en las capitales de los sistemas que los componen. Los Guías de los Graduados residen en el universo de Havona y actúan en todos sus mil millones de mundos. La mayor parte de estas personalidades más altas tienen puestos en los universos locales, pero no están adscritas orgánicamente a la administración de los dominios evolutivos.
24:0.11 (264.11) De las siete clases que componen este grupo, solo los Mensajeros Solitarios y quizá los Auxiliares Personales recorren el universo de universos. A los Mensajeros Solitarios se les puede encontrar del Paraíso hacia fuera, pasando por los circuitos de Havona hasta las capitales de los superuniversos, y desde allí en todos los sectores y universos locales con sus subdivisiones, e incluso en los mundos habitados. Aunque los Mensajeros Solitarios pertenecen a las personalidades más altas del Espíritu Infinito, su origen, naturaleza y servicio se han tratado en el documento anterior.
24:1.1 (265.1) Puede dar la impresión de que las vastas corrientes de poder del espacio y los circuitos de energía del espíritu actúan automáticamente; puede parecer que funcionan sin obstáculo ni impedimento, pero no es así. Todos esos formidables sistemas de energía están bajo control; están sometidos a una supervisión inteligente. Los Supervisores de Circuitos del Universo se encargan, no de los ámbitos de la energía puramente física o material —terreno que corresponde a los Directores del Poder del Universo—, sino de los circuitos de energía espiritual relativa y de aquellos circuitos modificados que son esenciales para el mantenimiento tanto de los seres espirituales muy desarrollados como del tipo de criaturas inteligentes de morontia o de transición. Los supervisores no originan los circuitos de energía y superesencia de la divinidad, pero tienen que ver en general con todos los circuitos más altos de espíritu del tiempo y la eternidad y con todos los circuitos relativos de espíritu relacionados con la administración de las partes componentes del gran universo. Dirigen y manejan todos esos circuitos de energía de espíritu exteriores a la Isla del Paraíso.
24:1.2 (265.2) Los Supervisores de Circuitos del Universo son creación exclusiva del Espíritu Infinito y actúan únicamente como agentes del Actor Conjunto. Están personalizados para el servicio en los cuatro órdenes siguientes:
24:1.3 (265.3) 1. Supervisores Supremos de Circuitos.
24:1.4 (265.4) 2. Supervisores Asociados de Circuitos.
24:1.5 (265.5) 3. Supervisores Secundarios de Circuitos.
24:1.6 (265.6) 4. Supervisores Terciarios de Circuitos.
24:1.7 (265.7) El número de supervisores supremos de Havona y de supervisores asociados de los siete superuniversos está completo; no se crean más seres de estos órdenes. Los supervisores supremos son siete y están emplazados en los mundos piloto de los siete circuitos de Havona. Los circuitos de los siete superuniversos están a cargo de un maravilloso grupo de siete supervisores asociados con sede en las siete esferas paradisiacas del Espíritu Infinito, los mundos de los siete Ejecutivos Supremos. Desde allí supervisan y dirigen los circuitos de los superuniversos del espacio.
24:1.8 (265.8) En esas esferas paradisiacas del Espíritu, los siete supervisores asociados de circuitos y el primer orden de Centros Supremos del Poder establecen un enlace que, bajo la dirección de los Ejecutivos Supremos, da como resultado la coordinación subparadisiaca de todos los circuitos materiales y espirituales que se reparten a los siete superuniversos.
24:1.9 (265.9) En los mundos sede de cada superuniverso están emplazados los supervisores secundarios encargados de los universos locales del tiempo y el espacio. Los sectores mayores y menores son divisiones administrativas de los supergobiernos pero no están involucrados en estos asuntos de supervisión de la energía de espíritu. No sé cuántos supervisores secundarios de circuitos hay en el gran universo, pero en Uversa hay 84 691 de estos seres. Los supervisores secundarios están siendo creados constantemente; aparecen cada cierto tiempo en grupos de setenta en los mundos de los Ejecutivos Supremos. Los obtenemos a petición nuestra cuando nos disponemos a establecer circuitos separados de energía de espíritu y de poder de enlace en los universos de nuestra jurisdicción que empiezan a evolucionar.
24:1.10 (265.10) Un supervisor terciario de circuitos actúa en el mundo sede de cada universo local. Este orden, al igual que los supervisores secundarios, está en creación continua y se crean en grupos de setecientos. Son destinados a los universos locales por los Ancianos de los Días.
24:1.11 (266.1) Los Supervisores de Circuitos son creados para sus tareas específicas y sirven eternamente en los grupos a los que fueron asignados en origen. No rotan en el servicio, y en consecuencia hacen un estudio multisecular de los problemas encontrados en los dominios donde fueron destinados originalmente. Por ejemplo, el supervisor terciario de circuitos número 572 842 ha actuado en Salvington desde el principio de la concepción de vuestro universo local y es miembro del equipo personal de Miguel de Nebadon.
24:1.12 (266.2) Tanto si actúan en los universos locales como en universos más altos, los supervisores de circuitos dirigen todo lo relativo al uso de los circuitos apropiados para la transmisión de todos los mensajes de espíritu y para el tránsito de todas las personalidades. En su trabajo de supervisión de circuitos, estos seres competentes utilizan todos los agentes, fuerzas y personalidades del universo de universos. Emplean a las «altas personalidades de espíritu de control de circuitos» no reveladas y reciben la ayuda experta de numerosos equipos formados por personalidades del Espíritu Infinito. Ellos son los que aislarían a un mundo evolutivo si su Príncipe Planetario se rebelara contra el Padre Universal y el Hijo que lo representa. Son capaces de excluir a cualquier mundo de ciertos circuitos del universo del orden espiritual más alto, pero no pueden anular las corrientes materiales de los directores del poder.
24:1.13 (266.3) Los Supervisores de Circuitos del Universo tienen una relación con los circuitos de espíritu bastante parecida a la de los Directores del Poder del Universo con los circuitos materiales. Los dos órdenes son complementarios, y juntos aseguran la vigilancia de todos los circuitos de espíritu y todos los circuitos materiales que son controlables y manipulables por criaturas.
24:1.14 (266.4) Los supervisores de circuitos ejercen cierta vigilancia sobre los circuitos de mente que están vinculados al espíritu del mismo modo que los directores del poder tienen cierta jurisdicción sobre los aspectos de la mente que están vinculados a la energía física: la mente mecánica. En general, las funciones de cada uno de estos órdenes se expanden al enlazarse con el otro, pero los circuitos de mente pura no están sometidos a la supervisión de ninguno de los dos. Los dos órdenes tampoco tienen el mismo rango; en todas sus múltiples labores, los Supervisores de Circuitos del Universo están sometidos a los siete Directores Supremos del Poder y a sus subordinados.
24:1.15 (266.5) Aunque dentro de sus respectivos órdenes los supervisores de circuitos son enteramente semejantes, todos son individuos bien diferenciados. Son seres verdaderamente personales, pero poseen un tipo de personalidad diferente a la otorgada por el Padre que no se encuentra en ningún otro tipo de criatura en toda la existencia universal.
24:1.16 (266.6) En vuestro viaje hacia dentro en dirección al Paraíso los reconoceréis y conoceréis, pero no tendréis relaciones personales con ellos. Son supervisores de circuitos y cumplen estricta y eficazmente su cometido. Solo tratan con las personalidades y entidades que vigilan las actividades relacionadas con los circuitos sujetos a su supervisión.
24:2.1 (266.7) A pesar de que la mente cósmica de la Inteligencia Universal tiene conocimiento de la presencia y el paradero de todas las criaturas pensantes, existe en el universo de universos un método independiente de llevar la cuenta de todas las criaturas con voluntad.
24:2.2 (266.8) Los Directores del Censo son una creación especial y terminada del Espíritu Infinito y su número nos es desconocido. Son creados de tal modo que pueden mantener una perfecta sincronía con la técnica de reflectividad de los superuniversos al tiempo que son personalmente sensibles y receptivos a la voluntad inteligente. Mediante una técnica no del todo comprendida, estos directores son inmediatamente conscientes del nacimiento de la voluntad en cualquier lugar del gran universo. Por lo tanto están siempre capacitados para darnos el número, la naturaleza y el paradero de todas las criaturas con voluntad en cualquier parte de la creación central y de los siete superuniversos. Pero no actúan en el Paraíso; allí no son necesarios. En el Paraíso el conocimiento es inherente; las Deidades conocen todas las cosas.
24:2.3 (267.1) Siete Directores del Censo operan en Havona, emplazado cada uno en el mundo piloto de cada circuito de Havona. Excepto estos siete y las reservas del orden existentes en los mundos paradisiacos del Espíritu, todos los Directores del Censo actúan bajo la jurisdicción de los Ancianos de los Días.
24:2.4 (267.2) Un Director del Censo ocupa la presidencia en la sede de cada superuniverso, y bajo el mando de este director jefe hay miles y miles, uno en la capital de cada universo local. Todas las personalidades de este orden son iguales, excepto las que están en los mundos piloto de Havona y los siete jefes de los superuniversos.
24:2.5 (267.3) En el séptimo superuniverso hay cien mil Directores del Censo. Y este número lo componen únicamente los que son asignables a los universos locales. No está incluido el equipo personal de Usatia, el jefe en el superuniverso de todos los directores de Orvonton. Usatia, como los otros jefes de superuniversos, no está sintonizado directamente para registrar la voluntad inteligente. Solo está sintonizado con sus subordinados estacionados en los universos de Orvonton. De este modo actúa como magnífica personalidad totalizadora de los informes que llegan desde las capitales de las creaciones locales.
24:2.6 (267.4) Los registradores oficiales de Uversa asientan cada cierto tiempo en sus registros el estatus del superuniverso tal como lo indican las inscripciones de y en la personalidad de Usatia. Dichos datos del censo son autóctonos de los superuniversos; estos informes no se transmiten ni a Havona ni al Paraíso.
24:2.7 (267.5) Los Directores del Censo se ocupan de los seres humanos —así como de otras criaturas con voluntad— solo hasta el punto de registrar el hecho del funcionamiento de la voluntad. No se ocupan de los registros de tu vida ni de tus actos; no son en ningún sentido personalidades registradoras. El Director del Censo de Nebadon, el número 81 412 de Orvonton emplazado ahora en Salvington, es en este mismo momento personalmente consciente y conocedor de tu presencia viva aquí en Urantia. Y proporcionará los registros que confirmen tu muerte en el momento en que ceses de actuar como criatura con voluntad.
24:2.8 (267.6) Los Directores del Censo registran la existencia de una nueva criatura con voluntad cuando se realiza el primer acto de la voluntad; indican la muerte de una criatura con voluntad cuando tiene lugar el último acto de la voluntad. La aparición parcial de voluntad que se observa en las reacciones de ciertos animales superiores no pertenece al ámbito de los Directores del Censo. Únicamente llevan la cuenta de las auténticas criaturas con voluntad y solo son receptivos al funcionamiento de la voluntad. No sabemos exactamente cómo registran el funcionamiento de la voluntad.
24:2.9 (267.7) Estos seres siempre han sido, y siempre serán, Directores del Censo. Serían relativamente inútiles en cualquier otra división de la labor del universo. Pero son infalibles en su función; nunca fallan ni tampoco falsifican. Y a pesar de sus maravillosos poderes y sus increíbles prerrogativas, son personas; tienen una presencia y una forma de espíritu reconocibles.
24:3.1 (268.1) No tenemos ningún conocimiento auténtico sobre el momento ni el modo en que fueron creados los Auxiliares Personales. Deben de ser legión, pero no hay constancia de ello en Uversa. A partir de deducciones conservadoras basadas en lo que conocemos de su trabajo, me aventuro a estimar que su número supera ampliamente los varios billones. A nuestro modo de ver, el Espíritu Infinito no tiene ninguna limitación numérica en la creación de estos Auxiliares Personales.
24:3.2 (268.2) Los Auxiliares Personales del Espíritu Infinito existen para asistir exclusivamente a la presencia paradisiaca de la Tercera Persona de la Deidad. Aunque adscritos directamente al Espíritu Infinito y ubicados en el Paraíso, van y vienen como relámpagos hasta las regiones más alejadas de la creación. Estos Auxiliares Personales pueden aparecer en toda la extensión de los circuitos del Creador Conjunto con el propósito de ejecutar los mandatos del Espíritu Infinito. Atraviesan el espacio de forma muy semejante a la de los Mensajeros Solitarios, pero no son personas en el mismo sentido que los mensajeros.
24:3.3 (268.3) Los Auxiliares Personales son todos iguales e idénticos; no muestran ninguna diferenciación en su individualidad. Aunque el Actor Conjunto los ve como verdaderas personalidades, es difícil para los demás considerarlos como personas reales; no manifiestan una presencia de espíritu a otros seres de espíritu. Los seres de origen en el Paraíso son siempre conscientes de la proximidad de estos Auxiliares; pero nosotros no reconocemos una presencia de personalidad. Es indudable que esa ausencia de forma de presencia los hace aún más útiles para la Tercera Persona de la Deidad.
24:3.4 (268.4) De todos los órdenes revelados de seres de espíritu que tienen su origen en el Espíritu Infinito, los Auxiliares Personales son prácticamente los únicos que no encontraréis en vuestra ascensión hacia dentro hacia el Paraíso.
24:4.1 (268.5) Los siete Ejecutivos Supremos están en las siete esferas paradisiacas del Espíritu Infinito y actúan colectivamente como consejo administrativo de superdirectores para los siete superuniversos. Los Inspectores Asociados son la encarnación personal de la autoridad de los Ejecutivos Supremos para los universos locales del tiempo y el espacio. Estos altos observadores de los asuntos de las creaciones locales son descendencia conjunta del Espíritu Infinito y los siete Espíritus Maestros del Paraíso. En tiempos cercanos a la eternidad se personalizaron setecientos mil, y su cuerpo de reserva mora en el Paraíso.
24:4.2 (268.6) Los Inspectores Asociados trabajan bajo la supervisión directa de los siete Ejecutivos Supremos y son sus poderosos representantes personales ante los universos locales del tiempo y el espacio. Un inspector está emplazado en la esfera sede de cada creación local en estrecha asociación con el Unión de los Días residente.
24:4.3 (268.7) Los Inspectores Asociados solo reciben informes y recomendaciones de sus subordinados, los Centinelas Asignados estacionados en las capitales de los sistemas locales de mundos habitados, y solo informan a su superior inmediato, el Ejecutivo Supremo del superuniverso correspondiente.
24:5.1 (268.8) Los Centinelas Asignados son personalidades coordinadoras y representantes de enlace de los siete Ejecutivos Supremos. Fueron personalizados en el Paraíso por el Espíritu Infinito, y fueron creados para el propósito específico de su misión. Su número es estacionario y hay exactamente siete mil millones en existencia.
24:5.2 (269.1) Al igual que un Inspector Asociado representa a los siete Ejecutivos Supremos ante todo un universo local, en cada uno de los diez mil sistemas de esa creación local hay un Centinela Asignado que actúa como representante directo del lejano y supremo consejo de sobrecontrol de los asuntos de los siete superuniversos. Los centinelas de servicio en los gobiernos de los sistemas locales de Orvonton actúan bajo la autoridad directa del Ejecutivo Supremo Número Siete, el coordinador del séptimo superuniverso. Pero en su organización administrativa todos los centinelas comisionados en un universo local están subordinados al Inspector Asociado que está emplazado en la sede del universo.
24:5.3 (269.2) Dentro de una creación local los Centinelas Asignados rotan en el servicio y son trasladados de sistema en sistema. El cambio suele hacerse cada milenio del tiempo del universo local. Están entre las personalidades de más alto rango emplazadas en la capital de un sistema, pero no participan nunca en las deliberaciones sobre los asuntos del sistema. En los sistemas locales sirven como jefes de oficio de los veinticuatro administradores naturales procedentes de los mundos evolutivos, pero aparte de eso los mortales ascendentes tienen poco contacto con ellos. Los centinelas se ocupan casi exclusivamente de mantener perfectamente informado al Inspector Asociado de su universo en todos los asuntos relacionados con la situación y el bienestar de los sistemas donde están destinados.
24:5.4 (269.3) Los Centinelas Asignados y los Inspectores Asociados no informan a los Ejecutivos Supremos a través de la sede de un superuniverso. Son responsables únicamente ante el Ejecutivo Supremo del superuniverso en cuestión; sus actividades están bien diferenciadas de la administración de los Ancianos de los Días.
24:5.5 (269.4) Los Ejecutivos Supremos, los Inspectores Asociados y los Centinelas Asignados, junto con las omniafines y una multitud de personalidades no reveladas, constituyen un sistema eficaz, directo y centralizado, aunque muy extenso, de coordinación consultiva y administrativa para todo el gran universo de cosas y seres.
24:6.1 (269.5) Los Guías de los Graduados, como grupo, patrocinan y dirigen la alta universidad de instrucción técnica y formación espiritual que es tan esencial para que el mortal alcance la meta de las edades: Dios, descanso y luego la eternidad de un servicio perfeccionado. Estos seres sumamente personales toman su nombre de la naturaleza y el propósito de su trabajo. Se dedican exclusivamente a las tareas de guiar a los graduados mortales de los superuniversos del tiempo a través del curso de instrucción y formación de Havona que tiene por objeto preparar a los peregrinos ascendentes para su admisión en el Paraíso y el Cuerpo de la Finalización.
24:6.2 (269.6) No me está prohibido intentar explicaros el trabajo de estos Guías de los Graduados, pero es tan ultraespiritual que me encuentro incapaz de presentar a la mente material una idea adecuada de sus múltiples actividades. En los mundos mansión, cuando se haya ampliado el alcance de vuestra visión y estéis liberados de las trabas de las comparaciones materiales, podréis empezar a comprender el significado de esas realidades que «el ojo no puede ver ni el oído oír, ni la mente humana ha sido nunca capaz de concebir», e incluso de esas cosas que «Dios ha preparado para aquellos que aman tales verdades eternas». No siempre estaréis tan limitados en el alcance de vuestra visión y vuestra comprensión espiritual.
24:6.3 (270.1) Los Guías de los Graduados se dedican a pilotar a los peregrinos del tiempo a través de los siete circuitos de los mundos de Havona. El guía que os salude a vuestra llegada al mundo de recepción del circuito exterior de Havona permanecerá con vosotros durante toda vuestra carrera en los circuitos celestiales. Aunque os relacionaréis con incontables personalidades durante vuestra estancia en mil millones de mundos, vuestro Guía de los Graduados os seguirá hasta el fin de vuestra progresión en Havona y presenciará vuestra entrada en el sueño terminal del tiempo, el sueño del tránsito de eternidad hacia la meta del Paraíso, donde seréis recibidos al despertar por la Acompañante del Paraíso asignada a daros la bienvenida y quizás a permanecer con vosotros hasta que seáis iniciados como miembros del Cuerpo de los Mortales de la Finalización.
24:6.4 (270.2) El número de Guías de los Graduados escapa a la comprensión de la mente humana, y siguen apareciendo más. Su origen tiene algo de misterioso. No han existido desde la eternidad; aparecen misteriosamente a medida que se necesitan. No hay constancia de ningún Guía de los Graduados en ninguno de los mundos del universo central hasta aquel lejanísimo día en que el primer peregrino mortal del tiempo se abrió camino hasta el cinturón exterior de la creación central. En cuanto llegó al mundo piloto del circuito exterior, fue recibido amistosamente por Malvorian, el primero de los Guías de los Graduados y ahora jefe de su consejo supremo y director de su vasta organización educativa.
24:6.5 (270.3) En los archivos paradisiacos de Havona, en la sección denominada «Guías de los Graduados» aparece esta anotación inicial:
24:6.6 (270.4) «Y Malvorian, el primero de este orden, saludó e instruyó al peregrino descubridor de Havona y le condujo desde los circuitos exteriores de experiencia inicial, paso a paso y circuito a circuito, hasta que se encontró en presencia misma de la Fuente y Destino de toda personalidad, y posteriormente cruzó el umbral de la eternidad hacia el Paraíso.»
24:6.7 (270.5) En ese remoto momento yo estaba adscrito al servicio de los Ancianos de los Días de Uversa, y todos nos regocijamos ante la seguridad de que los peregrinos de nuestro superuniverso llegarían finalmente a Havona. Durante largas edades se nos había enseñado que las criaturas evolutivas del espacio alcanzarían el Paraíso, y la mayor emoción de todos los tiempos recorrió las cortes celestiales cuando el primer peregrino logró por fin llegar.
24:6.8 (270.6) El nombre de este peregrino descubridor de Havona es Grandfanda, y procedía del planeta 341 del sistema 84 de la constelación 62 del universo local 1131 situado en el superuniverso número uno. Su llegada fue la señal para establecer el servicio de difusión del universo de universos. Hasta ese momento, solo habían estado operativas las difusiones de los superuniversos y de los universos locales, pero el anuncio de la llegada de Grandfanda a los portales de Havona marcó la inauguración de los «informes de gloria para el espacio», llamados así porque la primera emisión al universo informó de la llegada a Havona del primer ser evolutivo que había logrado alcanzar la meta de la existencia ascendente.
24:6.9 (270.7) Los Guías de los Graduados no salen nunca de los mundos de Havona; están dedicados al servicio de los peregrinos graduados del tiempo y el espacio. Y algún día os encontraréis cara a cara con estos nobles seres si no rechazáis el plan cierto y perfectamente diseñado para llevar a cabo vuestra supervivencia y vuestra ascensión.
24:7.1 (270.8) Aunque la evolución no es propia del universo central, creemos que los Guías de los Graduados son los miembros perfeccionados o más experimentados de otro orden de criaturas del universo central, los Servitales de Havona. Los Guías de los Graduados muestran tal amplitud de compasión y tal capacidad para comprender a las criaturas ascendentes, que estamos convencidos de que han adquirido esa cultura sirviendo efectivamente en los dominios de los superuniversos como Servitales de Havona de ministerio universal. De no ser así, ¿cómo podríamos explicar la desaparición continua de los servitales más antiguos o más experimentados?
24:7.2 (271.1) Un servital pasará mucho tiempo destinado en un superuniverso fuera de Havona, y tras haber participado previamente en muchas misiones semejantes, volverá a su hogar, se le concederá el privilegio del «contacto personal» con el Resplandor Central del Paraíso, será abrazado por las Personas Luminosas y desaparecerá del reconocimiento de sus compañeros espirituales para no reaparecer nunca más entre los de su clase.
24:7.3 (271.2) A su vuelta del servicio en los superuniversos, un Servital de Havona puede disfrutar de numerosos abrazos divinos y emerger de ellos simplemente como servital ensalzado. Recibir el abrazo luminoso no significa necesariamente que el servital deba convertirse en Guía de los Graduados, aunque casi la cuarta parte de los que alcanzan el abrazo divino no regresan nunca al servicio de los mundos.
24:7.4 (271.3) En los altos archivos figura una serie de anotaciones como esta:
24:7.5 (271.4) «Y el servital número 842 842 682 846 782 de Havona, de nombre Sudna, vino del servicio en el superuniverso, fue recibido en el Paraíso, conoció al Padre, entró en el abrazo divino y ya no es».
24:7.6 (271.5) Cuando en los archivos aparece una anotación como esta, la carrera de dicho servital se cierra. Pero solo tres momentos después (un poco menos de tres días de vuestro tiempo) aparece «espontáneamente» un Guía de los Graduados recién nacido en el circuito exterior del universo de Havona. Y el número de Guías de los Graduados, con una ligera diferencia debida sin duda a los que están en transición, es exactamente igual al número de los servitales desaparecidos.
24:7.7 (271.6) Hay otra razón más para suponer que los Guías de los Graduados son Servitales de Havona evolucionados, y es la tendencia infalible de estos guías y sus servitales asociados a relacionarse entre sí de manera extraordinaria. La forma en que estos órdenes supuestamente separados de seres se entienden y simpatizan es totalmente inexplicable. Su entrega mutua inspira y reconforta a todo el que la percibe.
24:7.8 (271.7) Los siete Espíritus Maestros y los siete Directores Supremos del Poder asociados son los depositarios personales respectivos del potencial de mente y el potencial de poder del Ser Supremo que aún no han sido ejercidos por él personalmente. Y cuando estos asociados paradisiacos colaboran para crear a los Servitales de Havona, estos últimos se encuentran implicados inherentemente en ciertas fases de la Supremacía. Por lo tanto los Servitales de Havona son, en actualidad, un reflejo en el perfecto universo central de ciertas potencialidades evolutivas de los dominios del espacio-tiempo, y todo esto se desvela cuando un servital experimenta su transformación y recreación. Creemos que esta transformación se produce en respuesta a la voluntad del Espíritu Infinito que actúa indudablemente en nombre del Supremo. Los Guías de los Graduados no son creados por el Ser Supremo, pero todos conjeturamos que la Deidad experiencial está involucrada de alguna manera en las operaciones que traen a estos seres a la existencia.
24:7.9 (271.8) El Havona que atraviesan ahora los mortales ascendentes difiere en muchos aspectos del universo central tal como era antes de los tiempos de Grandfanda. La llegada de mortales ascendentes a los circuitos de Havona suscitó cambios radicales en la organización de la creación central y divina, modificaciones iniciadas indudablemente por el Ser Supremo —el Dios de las criaturas evolutivas— en respuesta a la llegada del primero de sus hijos experienciales procedente de los siete superuniversos. La aparición de los Guías de los Graduados, junto con la creación de las supernafines terciarias, son indicio de esas actuaciones de Dios Supremo.
24:7.10 (272.1) [Presentado por un Consejero Divino de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 25
25:0.1 (273.1) LAS huestes de mensajeros del espacio están clasificadas en un punto intermedio dentro de la familia del Espíritu Infinito. Estos seres polifacéticos actúan como eslabones de conexión entre las personalidades más altas y los espíritus ministrantes. Las huestes de mensajeros abarcan los siguientes órdenes de seres celestiales:
25:0.2 (273.2) 1. Servitales de Havona.
25:0.3 (273.3) 2. Conciliadores Universales.
25:0.4 (273.4) 3. Asesores Técnicos.
25:0.5 (273.5) 4. Custodios de los Registros del Paraíso.
25:0.6 (273.6) 5. Registradoras Celestiales.
25:0.7 (273.7) 6. Acompañantes de la Morontia.
25:0.8 (273.8) 7. Acompañantes del Paraíso.
25:0.9 (273.9) Solo tres de los siete grupos enumerados —los servitales, los conciliadores y las Acompañantes de la Morontia— son creados como tales. Los otros cuatro representan niveles de logro de los órdenes angélicos. Según su naturaleza inherente y el estatus que hayan alcanzado, las huestes de mensajeros sirven de formas diversas en el universo de universos, pero siempre bajo la dirección de los que rigen los mundos donde están destinados.
25:1.1 (273.10) Aunque denominados servitales, estas «criaturas intermedias» del universo central no son sirvientes en ningún sentido inferior de la palabra. En el mundo espiritual, no hay trabajo de baja categoría, todo servicio es sagrado y estimulante; tampoco los órdenes más altos de seres miran con menosprecio a los órdenes más bajos de existencia.
25:1.2 (273.11) Los Servitales de Havona son la obra creativa conjunta de los siete Espíritus Maestros y sus asociados, los siete Directores Supremos del Poder. Esta colaboración creativa es la que más se acerca a ser el patrón de la larga lista de reproducciones de orden dual que acontecen en los universos evolutivos y se extienden desde la creación de una Radiante Estrella Matutina por la unión de Hijo Creador y Espíritu Creativo, hasta la procreación sexual propia de mundos como Urantia.
25:1.3 (273.12) El número de servitales es enorme y se siguen creando continuamente. Aparecen en grupos de mil en el tercer momento que sigue a la reunión de los Espíritus Maestros y los Directores Supremos del Poder en su área conjunta situada en el sector más septentrional del Paraíso. Cada cuarto servital creado es de tipo más físico que los demás, es decir, setecientos cincuenta de cada mil son aparentemente conformes al tipo de espíritu, pero doscientos cincuenta son de naturaleza semifísica. Estas criaturas cuartas son en cierto modo del orden de los seres materiales (materiales en el sentido de Havona) y se parecen más a los directores físicos del poder que a los Espíritus Maestros.
25:1.4 (274.1) En las relaciones entre personalidades, lo espiritual domina sobre lo material, aunque ahora en Urantia no lo parezca. En la creación de los Servitales de Havona, prevalece la ley de la dominación del espíritu; la proporción establecida es de tres seres espirituales por uno semifísico.
25:1.5 (274.2) Los servitales recién creados y los Guías de los Graduados recién aparecidos pasan todos ellos por cursos de formación impartidos permanentemente por los guías más antiguos en cada uno de los siete circuitos de Havona. Los Servitales se asignan luego a las actividades a las que están mejor adaptados, y puesto que son de dos tipos —espirituales y semifísicos— hay pocos límites a la variedad de tareas que estos seres polifacéticos pueden llevar a cabo. Los grupos más altos o de espíritu son asignados selectivamente al servicio del Padre, del Hijo y del Espíritu, y al trabajo de los siete Espíritus Maestros. Cada cierto tiempo son enviados en grandes grupos a servir en los mundos de estudio que rodean las esferas sede de los siete superuniversos, los mundos dedicados a la formación final y la cultura espiritual de las almas ascendentes del tiempo que se están preparando para avanzar a los circuitos de Havona. Tanto los servitales de espíritu como sus compañeros más físicos son nombrados también asistentes y asociados de los Guías de los Graduados para ayudar e instruir a los diversos órdenes de criaturas ascendentes que han alcanzado Havona y buscan llegar al Paraíso.
25:1.6 (274.3) Los Servitales de Havona y los Guías de los Graduados manifiestan una dedicación trascendente a su trabajo y un afecto conmovedor entre sí, un afecto que, aunque espiritual, solo podríais comprender comparándolo con el fenómeno del amor humano. Hay un patetismo divino cuando se separan los servitales de los guías, como ocurre tan a menudo cuando los servitales son destinados a misiones más allá de los límites del universo central; pero parten con alegría, no con pena. En los seres espirituales, la alegre satisfacción de cumplir con el alto deber es la emoción que lo eclipsa todo. No puede haber pena ante la consciencia del deber divino cumplido con fidelidad. Y cuando el alma ascendente del hombre esté frente al Juez Supremo, la decisión de importancia eterna no estará determinada por éxitos materiales ni logros cuantitativos. Este es el veredicto que resuena en las altas cortes: «Bien hecho, servidor bueno y fiel; has sido fiel en algunas cosas esenciales; serás hecho regidor de las realidades del universo».
25:1.7 (274.4) En el servicio a los superuniversos los Servitales de Havona son asignados siempre al ámbito presidido por el Espíritu Maestro a quien más se parecen en prerrogativas de espíritu generales y especiales. Sirven solo en los mundos educativos que rodean las capitales de los siete superuniversos, y el último informe de Uversa indica que casi 138 mil millones de servitales ejercían su ministerio en sus 490 satélites. Se dedican a una variedad sin fin de actividades relacionadas con el trabajo de esos mundos educativos que componen las superuniversidades del superuniverso de Orvonton. Allí son vuestros compañeros. Han descendido desde el paso siguiente de vuestra carrera para estudiaros y motivaros con la realidad y la certeza de que os graduaréis finalmente en los universos del tiempo para pasar a los dominios de la eternidad. Mediante estos contactos los servitales adquieren una experiencia preliminar de ministerio a las criaturas ascendentes del tiempo que les será de gran utilidad en su trabajo posterior en los circuitos de Havona, bien como asociados de los Guías de los Graduados o como Guías de los Graduados ellos mismos en calidad de servitales trasladados.
25:2.1 (275.1) Por cada Servital de Havona creado, siete Conciliadores Universales son traídos a la existencia, uno en cada superuniverso. Esta actuación creativa implica una determinada técnica en los superuniversos de respuesta reflectante a operaciones que tienen lugar en el Paraíso.
25:2.2 (275.2) En los mundos sede de los siete superuniversos actúan los siete reflejos de los siete Espíritus Maestros. Es difícil describir la naturaleza de estos Espíritus Reflectantes a las mentes materiales. Son verdaderas personalidades, y sin embargo cada miembro del grupo de un superuniverso refleja perfectamente solo a uno de los siete Espíritus Maestros. Cada vez que los Espíritus Maestros colaboran con los directores del poder con el propósito de crear un grupo de Servitales de Havona, hay una focalización simultánea sobre uno de los Espíritus Reflectantes de cada uno de los grupos de un superuniverso y aparecen en el acto y totalmente desarrollados un número igual de Conciliadores Universales en los mundos sede de las supercreaciones. Si en la creación de los servitales tomara la iniciativa el Espíritu Maestro número siete, únicamente los Espíritus Reflectantes del orden séptimo gestarían conciliadores; y concurrentemente a la creación de mil servitales del tipo de Orvonton, aparecerían en la capital de cada superuniverso mil conciliadores del orden séptimo. De estos episodios, que reflejan la naturaleza séptuple de los Espíritus Maestros, surgen los siete órdenes creados de conciliadores que sirven en cada superuniverso.
25:2.3 (275.3) Los Conciliadores con estatus preparadisiaco, al estar restringidos a sus segmentos de creación nativos, no sirven de forma intercambiable entre superuniversos. El cuerpo de cada superuniverso, que abarca un séptimo de cada orden creado, pasa por lo tanto un tiempo muy largo bajo la influencia de uno de los Espíritus Maestros con exclusión de los otros, porque aunque los siete se reflejan en las capitales de los superuniversos, solo uno domina en cada supercreación.
25:2.4 (275.4) De hecho, cada una de las siete supercreaciones está permeada por aquel Espíritu Maestro que preside sus destinos. Cada superuniverso se convierte así en un gigantesco espejo que refleja la naturaleza y el carácter del Espíritu Maestro supervisor, y todo esto se prolonga además en cada universo local subsidiario mediante la presencia y la función de los Espíritus Madre Creativos. El efecto de un entorno así sobre el crecimiento evolutivo es tan profundo que, en sus carreras postsuperuniversales, los conciliadores manifiestan colectivamente cuarenta y nueve puntos de vista experienciales, o percepciones, cada uno angular —por lo tanto incompleto— pero todos se compensan mutuamente y juntos tienden a abarcar el círculo de la Supremacía.
25:2.5 (275.5) En cada superuniverso, los Conciliadores Universales se encuentran segregados en grupos de cuatro por algún fenómeno extraño e innato, y continúan su servicio asociados de este modo. En cada grupo, tres son personalidades de espíritu y uno es un ser semimaterial como las criaturas cuartas de los servitales. Este cuarteto constituye una comisión conciliadora compuesta como sigue:
25:2.6 (275.6) 1. El juez-árbitro. Designado unánimemente por los otros tres como el más competente y mejor cualificado para actuar como cabeza judicial del grupo.
25:2.7 (275.7) 2. El defensor de espíritu. Nombrado por el juez-árbitro para presentar pruebas y salvaguardar los derechos de todas las personalidades implicadas en cualquier asunto asignado a la comisión conciliadora para su enjuiciamiento.
25:2.8 (276.1) 3. El ejecutor divino. El conciliador cualificado por su naturaleza intrínseca para ponerse en contacto con los seres materiales de los mundos y ejecutar las decisiones de la comisión. Los ejecutores divinos, al ser criaturas cuartas —seres cuasi materiales—, son casi, aunque no del todo, visibles para la visión limitada de las razas mortales.
25:2.9 (276.2) 4. El registrador. El miembro restante de la comisión se convierte automáticamente en el registrador, el secretario del tribunal. Se encarga de que todos los registros estén adecuadamente preparados para los archivos del superuniverso y para los registros del universo local. Si la comisión está sirviendo en un mundo evolutivo, se prepara un tercer informe con ayuda del ejecutor para los registros físicos del gobierno del sistema con jurisdicción competente.
25:2.10 (276.3) Una comisión en sesión funciona como un grupo de tres, puesto que el defensor se desvincula durante el proceso de enjuiciamiento y participa en la formulación del veredicto solo al concluir la vista. De ahí que estas comisiones se llamen a veces tríos de árbitros.
25:2.11 (276.4) Los conciliadores son de gran valor para el buen funcionamiento del universo de universos. Atraviesan el espacio a la velocidad seráfica triple para servir como tribunales ambulantes de los mundos, comisiones dedicadas al enjuiciamiento rápido de las dificultades menores. Si no fuera por estas comisiones móviles y sumamente imparciales, los tribunales de las esferas estarían desbordados sin remedio por los malentendidos menores de los mundos.
25:2.12 (276.5) Estos tríos de árbitros no se pronuncian sobre asuntos de importancia eterna. El alma, la perspectiva eterna de las criaturas del tiempo, nunca es puesta en peligro por los actos de estos tríos. Los Conciliadores no abordan cuestiones que vayan más allá de la existencia temporal y el bienestar cósmico de las criaturas del tiempo. Pero una vez que una comisión ha aceptado la jurisdicción sobre un problema, sus resoluciones son finales y siempre unánimes. La decisión del juez-árbitro no tiene apelación posible.
25:3.1 (276.6) Los conciliadores mantienen su sede de grupo en la capital de su superuniverso, donde se encuentra su cuerpo primario de reserva. Sus reservas secundarias están emplazadas en las capitales de los universos locales. Los comisionados más jóvenes y menos experimentados empiezan su servicio en los mundos más bajos, mundos como Urantia, y cuando han madurado en experiencia son ascendidos a enjuiciar problemas mayores.
25:3.2 (276.7) El orden de los conciliadores es totalmente digno de confianza; ninguno se ha descarriado jamás. Aunque no infalibles en sabiduría y juicio, su fiabilidad es incuestionable y su fidelidad inquebrantable. Tienen su origen en la sede de un superuniverso y a ella acaban volviendo tras ascender por los siguientes niveles de servicio en el universo:
25:3.3 (276.8) 1. Conciliadores para los mundos. Cuando las personalidades supervisoras de los mundos individuales se encuentran perplejas, y hasta bloqueadas, respecto al procedimiento correcto a seguir en una situación dada, y si el caso no tiene la suficiente importancia como para llevarlo a los tribunales del mundo regularmente constituidos, una comisión conciliadora se pondrá inmediatamente en funcionamiento en cuanto reciba la petición de dos personalidades, una de cada una de las partes en conflicto.
25:3.4 (277.1) Una vez que dichas dificultades administrativas y jurisdiccionales han sido puestas en manos de los conciliadores para que las estudien y enjuicien, estos son supremos en autoridad. Pero no formularán ninguna decisión hasta que se hayan escuchado todos los testimonios, y su autoridad para convocar a testigos de todas partes sin excepción es absolutamente ilimitada. Y aunque sus decisiones son inapelables, en algunos casos se puede llegar a un punto en el que la comisión cierre sus archivos, deje de emitir opiniones y transfiera toda la cuestión a tribunales más altos del dominio.
25:3.5 (277.2) Las decisiones de los comisionados quedan recogidas en los registros planetarios y, si es necesario, el ejecutor divino las pone en práctica. Su poder es muy grande y el ámbito de sus actividades en un mundo habitado es muy amplio. Los ejecutores divinos son maestros en dirigir lo que es hacia lo que debería ser. Unas veces su trabajo está visiblemente encaminado al bienestar del planeta, pero otras veces sus actos en los mundos del tiempo y el espacio son difíciles de explicar. Aunque no desafían la ley natural ni los usos vigentes del planeta en la ejecución de las sentencias, muchas veces llevan a cabo sus extrañas acciones y aplican los mandatos de los conciliadores conforme a leyes más altas de administración de los sistemas.
25:3.6 (277.3) 2. Conciliadores para las sedes de los sistemas. Tras su servicio en los mundos evolutivos, estas comisiones de cuatro son ascendidas a la sede de un sistema. Ahí tienen mucho trabajo, y demuestran ser amigos comprensivos de hombres, ángeles y otros seres de espíritu. Los tríos de árbitros no se ocupan tanto de diferencias personales como de disputas de grupos y de malentendidos que surgen entre distintos órdenes de criaturas; y es que en la sede de un sistema viven seres espirituales y materiales junto con tipos combinados, como los Hijos Materiales.
25:3.7 (277.4) En el momento en que los Creadores traen a la existencia a individuos que evolucionan y tienen la capacidad de elegir, se produce una desviación del funcionamiento armonioso de la perfección divina. Es seguro que surgirán malentendidos y habrá que tomar medidas para ajustar equitativamente esas honradas diferencias de puntos de vista. No olvidemos que los omniscientes y todopoderosos Creadores podrían haber hecho los universos locales tan perfectos como Havona. En el universo central no hacen falta comisiones conciliadoras. Pero los Creadores, en su infinita sabiduría, no eligieron hacerlo así. Y aunque han producido universos llenos de diferencias y colmados de dificultades, han proporcionado igualmente los mecanismos y los medios necesarios para componer esas diferencias y armonizar toda esa aparente confusión.
25:3.8 (277.5) 3. Conciliadores de las constelaciones. Tras su servicio en los sistemas, los Conciliadores son ascendidos a enjuiciar los problemas de una constelación, donde se encargan de resolver las dificultades menores que surgen entre sus cien sistemas de mundos habitados. No muchos de los problemas que se presentan en las sedes de la constelación caen bajo su jurisdicción, pero se mantienen ocupados yendo de sistema en sistema para reunir pruebas y preparar declaraciones preliminares. Si la disputa es legítima, si las dificultades surgen de diferencias sinceras de opinión y de una honrada diversidad de puntos de vista, por pocas que sean las personas involucradas, por muy trivial que parezca el malentendido, siempre se puede hacer que una comisión conciliadora se pronuncie sobre el fondo de la controversia.
25:3.9 (277.6) 4. Conciliadores para los universos locales. En este trabajo más amplio de un universo, los comisionados son de gran ayuda tanto para los Melquisedec como para los Hijos Magistrados, y también para los regidores de la constelación y para la multitud de personalidades que se ocupan de coordinar y administrar las cien constelaciones. Los diferentes órdenes de serafines y otros residentes de las esferas sede de un universo local también se valen de la ayuda y las decisiones de los tríos de árbitros.
25:3.10 (278.1) Es casi imposible explicar la naturaleza de las diferencias que pueden surgir en los asuntos pormenorizados de un sistema, una constelación o un universo. Se producen dificultades, pero son muy diferentes de los pleitos y tribulaciones insignificantes de la existencia material tal como se vive en los mundos evolutivos.
25:3.11 (278.2) 5. Conciliadores para los sectores menores de un superuniverso. Tras los problemas de los universos locales, los comisionados son ascendidos al estudio de las cuestiones que surgen en los sectores menores de su superuniverso. Cuanto más ascienden hacia dentro desde los planetas individuales, menos son los deberes materiales del ejecutor divino. Va asumiendo gradualmente un nuevo papel de intérprete de la justicia y la misericordia, al tiempo que —por ser cuasi material— mantiene al conjunto de la comisión en contacto comprensivo con los aspectos materiales de sus investigaciones.
25:3.12 (278.3) 6. Conciliadores para los sectores mayores de un superuniverso. El carácter del trabajo de los comisionados sigue cambiando a medida que avanzan. Hay cada vez menos malentendidos que enjuiciar y cada vez más fenómenos misteriosos que explicar e interpretar. De etapa en etapa evolucionan desde árbitros de diferencias a explicadores de misterios: jueces que evolucionan hacia maestros interpretativos. En su día fueron árbitros de los que, por ignorancia, permitieron que surgieran dificultades y malentendidos, pero ahora se están convirtiendo en instructores de quienes son lo bastante inteligentes y tolerantes como para evitar las disparidades de la mente y las guerras de opinión. Cuanto más elevada es la educación de una criatura, más respeto tiene por el conocimiento, la experiencia y las opiniones de los demás.
25:3.13 (278.4) 7. Conciliadores para el superuniverso. Aquí los conciliadores se hacen iguales en rango: cuatro maestros-árbitros compenetrados entre sí y perfectamente coordinados. El ejecutor divino es despojado del poder punitivo y se convierte en la voz física del trío espiritual. Para entonces estos consejeros y maestros se han familiarizado con la mayor parte de los problemas y dificultades propios de la conducción de los asuntos de los superuniversos y se han vuelto expertos en ellos. Se convierten así en asesores maravillosos y maestros sabios de los peregrinos ascendentes que se encuentran residiendo en las esferas educativas que rodean los mundos sede de los superuniversos.
25:3.14 (278.5) Todos los conciliadores sirven bajo la supervisión general de los Ancianos de los Días y bajo la dirección directa de los Auxiliares de Imagen hasta el momento de ser ascendidos al Paraíso. Durante su estancia en el Paraíso, están bajo las órdenes del Espíritu Maestro que preside el superuniverso en el que se originaron.
25:3.15 (278.6) Los registros de los superuniversos no enumeran a los conciliadores que han pasado más allá de su jurisdicción, y esas comisiones están muy dispersas por todo el gran universo. El último informe registral de Uversa cifra el número de comisiones que actúan en Orvonton en casi dieciocho billones, más de setenta billones de individuos. Pero estos son solo una parte muy pequeña de la multitud de conciliadores que se han creado en Orvonton; su número es de una magnitud mucho mayor y es equivalente al número total de Servitales de Havona, habida cuenta de los transmutados en Guías de los Graduados.
25:3.16 (278.7) A medida que aumenta su número, los conciliadores de los superuniversos son trasladados cada cierto tiempo al consejo de perfección del Paraíso del que emergen posteriormente como el cuerpo coordinador que el Espíritu Infinito ha hecho evolucionar para el universo de universos, un grupo maravilloso de seres que crece constantemente en número y eficacia. Por ascenso experiencial y formación paradisiaca han adquirido una comprensión única de la realidad emergente del Ser Supremo y deambulan por el universo de universos en misiones especiales.
25:3.17 (279.1) Los miembros de una comisión conciliadora no se separan nunca. Los cuatro sirven juntos como grupo para siempre tal como se vincularon en origen. Incluso en su servicio glorificado siguen actuando como cuartetos de experiencia cósmica acumulada y sabiduría experiencial perfeccionada. Están eternamente asociados como personificación de la justicia suprema del tiempo y el espacio.
25:4.1 (279.2) Estas mentes legales y técnicas del mundo del espíritu no fueron creadas como tales. El Espíritu Infinito eligió entre las primeras supernafines y omniafines a un millón de las mentes más metódicas como núcleo de este grupo inmenso y polifacético. Y desde esos tiempos tan lejanos, se ha exigido siempre a todos los que aspiran a convertirse en Asesores Técnicos una experiencia efectiva en la aplicación de las leyes de la perfección a los planes de la creación evolutiva.
25:4.2 (279.3) Los Asesores Técnicos son reclutados de entre los siguientes órdenes de personalidades:
25:4.3 (279.4) 1. Las supernafines
25:4.4 (279.5) 2. Las seconafines
25:4.5 (279.6) 3. Las terciafines
25:4.6 (279.7) 4. Las omniafines
25:4.7 (279.8) 5. Las serafines
25:4.8 (279.9) 6. Ciertos tipos de mortales ascendentes
25:4.9 (279.10) 7. Ciertos tipos de intermedios ascendentes.
25:4.10 (279.11) En el momento presente, sin contar a los mortales y a los intermedios, adscritos todos ellos de forma transitoria, el número de Asesores Técnicos que están registrados en Uversa y actúan en Orvonton es algo superior a los sesenta y un billones.
25:4.11 (279.12) Aunque los Asesores Técnicos actúan con frecuencia de manera individual, están organizados para el servicio y mantienen sedes comunes en las esferas donde están destinados en grupos de siete. En cada grupo, al menos cinco deben tener estatus permanente, mientras que dos pueden estar vinculados temporalmente. Los mortales ascendentes y las criaturas intermedias ascendentes sirven en estas comisiones asesoras mientras prosiguen su ascenso al Paraíso, pero no se incorporan a los cursos regulares de formación de los Asesores Técnicos ni se convierten nunca en miembros permanentes de este orden.
25:4.12 (279.13) Los mortales y los intermedios que sirven transitoriamente con los asesores son seleccionados para este trabajo por su pericia en el concepto de la ley universal y la justicia suprema. A medida que viajáis hacia vuestra meta paradisiaca y vais adquiriendo cada vez más conocimientos y mayor destreza, se os ofrece continuamente la oportunidad de compartir con otros la sabiduría y la experiencia que ya habéis acumulado. A lo largo de vuestro camino hacia Havona ejercéis el papel de maestro-alumno. Os abriréis camino por los niveles ascendentes de esta vasta universidad experiencial transmitiendo a aquellos que están justo por debajo de vosotros los conocimientos recién adquiridos en vuestra carrera progresiva. En el régimen universal no se considerará que os habéis hecho poseedores de conocimiento y verdad hasta que demostréis vuestra capacidad y buena disposición para transmitir a otros ese conocimiento y esa verdad.
25:4.13 (280.1) Tras un largo periodo de formación y experiencia efectiva, cualquiera de los espíritus ministrantes con estatus superior al de querubín es susceptible de ser nombrado Asesor Técnico de forma permanente. Todos los candidatos ingresan voluntariamente en este orden de servicio, pero una vez que han asumido esta responsabilidad, no pueden renunciar a ella. Solo los Ancianos de los Días pueden trasladar a estos asesores a otras actividades.
25:4.14 (280.2) La formación de los Asesores Técnicos, iniciada en las facultades Melquisedec de los universos locales, continúa hasta las cortes de los Ancianos de los Días. Tras esta formación en un superuniverso pasan a las «escuelas de los siete círculos» ubicadas en los mundos piloto de los circuitos de Havona. Después de los mundos piloto son admitidos en la «Facultad de Ética de la Ley y de Técnica de la Supremacía», la escuela de formación paradisiaca para el perfeccionamiento de los Asesores Técnicos.
25:4.15 (280.3) Estos asesores son algo más que expertos legales; son estudiosos y maestros del derecho aplicado, las leyes del universo aplicadas a la vida y el destino de todos los que habitan los vastos dominios de la extensa creación. Con el paso del tiempo se convierten en las bibliotecas jurídicas vivas del tiempo y el espacio, y evitan problemas sin fin y retrasos innecesarios al instruir a las personalidades del tiempo respecto a las formas y modos de proceder más aceptables para los regidores de la eternidad. Son capaces de aconsejar a los trabajadores del espacio para que puedan obrar en armonía con los requisitos del Paraíso. Son los maestros de todas las criaturas en lo relativo a la técnica de los Creadores.
25:4.16 (280.4) Esta biblioteca viva del derecho aplicado no podría ser creada; estos seres deben evolucionar mediante experiencia de hecho. Las Deidades infinitas son existenciales, lo que compensa su falta de experiencia; lo saben todo incluso antes de experimentarlo, pero no transmiten este conocimiento no experiencial a sus criaturas subordinadas.
25:4.17 (280.5) Los Asesores Técnicos se dedican a la labor de evitar retrasos, facilitar el progreso y aconsejar sobre la consecución de algo. Siempre hay una manera mejor y correcta de hacer las cosas; siempre está la técnica de la perfección, un método divino, y estos asesores saben cómo llevarnos a todos a descubrir esa mejor manera.
25:4.18 (280.6) Estos seres sabios y prácticos en grado sumo están siempre estrechamente vinculados al servicio y al trabajo de los Censores Universales. Los Melquisedec están provistos de un cuerpo formado. Los regidores de los sistemas, las constelaciones, los universos y los sectores de los superuniversos disponen todos ellos de un gran número de estas mentes de referencia técnica o legal del mundo espiritual. Un grupo especial actúa como consejero legal para los Portadores de Vida y asesora a estos Hijos sobre el grado de desviación permisible respecto al orden establecido de propagación de la vida, además de instruirlos sobre sus prerrogativas y su libertad de acción. Son los asesores de todas las clases de seres sobre los usos y métodos adecuados para todas las operaciones del mundo del espíritu. Pero no tratan directa y personalmente con las criaturas materiales de los planetas.
25:4.19 (280.7) Además de aconsejar sobre los usos legales, los Asesores Técnicos se dedican también a interpretar con eficiencia todas las leyes —físicas, mentales y espirituales— que conciernen a los seres criatura. Están a la disposición de los Conciliadores Universales y de todos los que deseen conocer la verdad de la ley, es decir, saber cómo se puede esperar que reaccione la Supremacía de la Deidad ante una situación dada que contenga factores de un orden físico, mental y espiritual establecido. Intentan incluso dilucidar la técnica del Último.
25:4.20 (281.1) Los Asesores Técnicos son seres seleccionados y probados; no he sabido nunca que ninguno de ellos se haya descarriado. No consta en los archivos de Uversa que hayan sido juzgados nunca por desacato a las leyes divinas que tan efectivamente interpretan y tan elocuentemente exponen. No hay límite conocido al campo de su servicio ni tampoco se ha puesto ninguno a su progreso. Continúan como asesores hasta los portales mismos del Paraíso. Todo el universo de la ley y la experiencia les está abierto.
25:5.1 (281.2) De entre las supernafines terciarias de Havona se elige a algunas de las registradoras jefe más antiguas como Custodios de Registros, como conservadoras de los archivos formales de la Isla de Luz, archivos que se contraponen a los registros vivos guardados en la mente de las depositarias del conocimiento, denominadas a veces la «biblioteca viva del Paraíso».
25:5.2 (281.3) Las ángeles registradoras de los planetas habitados son la fuente de todos los registros individuales. Otros registradores cumplen su cometido en todos los universos, tanto en lo que se refiere a los registros formales como a los registros vivos. Desde Urantia hasta el Paraíso se dan ambos tipos de registros: en un universo local hay más registros escritos y menos vivos; en el Paraíso, más registros vivos y menos formales; en Uversa se dan ambos tipos por igual.
25:5.3 (281.4) Todo suceso significativo en la creación organizada y habitada es objeto de registro. Mientras que los acontecimientos que solo tienen relevancia local se registran solo localmente, los de relevancia más amplia se tratan en consecuencia. Desde los planetas, los sistemas y las constelaciones de Nebadon, todo lo que tiene importancia para el universo se anota en Salvington, y desde esas capitales de los universos, estos episodios se elevan a registros más altos donde se recogen los asuntos de los sectores y de los supergobiernos. El Paraíso tiene también un resumen pertinente de los datos de los superuniversos y de Havona, y este relato histórico y acumulativo del universo de universos está bajo la custodia de estas ensalzadas supernafines terciarias.
25:5.4 (281.5) Aunque algunos de estos seres han sido enviados a los superuniversos para servir como Jefes de Registros y dirigir las actividades de las Registradoras Celestiales, ninguno de ellos ha sido transferido nunca de la lista permanente de su orden.
25:6.1 (281.6) Son las registradoras que realizan todas las anotaciones por duplicado; hacen un registro original de espíritu y un duplicado semimaterial, lo que se podría llamar una copia al carbón. Pueden hacerlo gracias a su peculiar capacidad de manipular simultáneamente tanto la energía espiritual como la material. Las Registradoras Celestiales no son creadas como tales; son serafines ascendentes de los universos locales. Son recibidas, clasificadas y asignadas a sus esferas de trabajo por los consejos de Jefes de Registros de las sedes de los siete superuniversos. En ellas están ubicadas también las escuelas de formación de las Registradoras Celestiales. La escuela de Uversa está dirigida por los Perfeccionadores de la Sabiduría y los Consejeros Divinos.
25:6.2 (281.7) A medida que las registradoras progresan en su servicio en el universo, continúan con su sistema de registro dual, lo que hace que sus archivos sean siempre accesibles a toda clase de seres, desde los de orden material hasta los altos espíritus de luz. En vuestra experiencia de transición, a medida que ascendáis desde este mundo material, siempre tendréis la posibilidad de consultar los registros de la historia y las tradiciones de la esfera correspondiente a vuestro estatus y de familiarizaros con ellas.
25:6.3 (282.1) Las registradoras son un cuerpo probado y comprobado. No he sabido nunca de la defección de una Registradora Celestial, y no se ha descubierto nunca una falsificación en sus registros. Están sujetas a una inspección dual, pues sus registros son examinados por sus eminentes compañeros de Uversa y por los Mensajeros Poderosos, que certifican la exactitud de los duplicados cuasi físicos de los registros originales de espíritu.
25:6.4 (282.2) El número de registradoras en avance emplazados en las esferas subordinadas de registro de los universos de Orvonton asciende a billones y billones, pero las de estatus logrado de Uversa son apenas ocho millones. Estas registradoras superiores o graduadas son las que en los superuniversos custodian y expiden los registros garantizados del tiempo y el espacio. Su sede permanente está en las moradas circulares que rodean el área de registros de Uversa. No dejan nunca la custodia de estos registros a otros. Pueden ausentarse individualmente, pero nunca muchas a la vez.
25:6.5 (282.3) Como ocurre con las supernafines que se han convertido en Custodios de Registros, el cuerpo de las Registradoras Celestiales es una asignación permanente. Una vez incorporadas a estos servicios, las serafines y supernafines seguirán siendo Registradoras Celestiales y Custodios de Registros respectivamente hasta el día de la administración nueva y modificada correspondiente a la personalización plena de Dios Supremo.
25:6.6 (282.4) En Uversa, estas Registradoras Celestiales de alto rango pueden mostrar los registros de todo lo que ha tenido importancia cósmica en todo Orvonton desde los remotos tiempos de la llegada de los Ancianos de los Días, mientras que en la Isla eterna, los Custodios de Registros guardan archivos de ese ámbito que dan fe de las operaciones realizadas en el Paraíso desde los tiempos de la personificación del Espíritu Infinito.
25:7.1 (282.5) Estas hijas de los Espíritus Madre de los universos locales son las amigas y colaboradoras de todos los que viven la vida ascendente de la morontia. No son indispensables para el trabajo real de progresión como criatura de un ascendente ni tampoco sustituyen en ningún sentido el trabajo de las guardianas seráficas que acompañan frecuentemente a sus allegados mortales en el viaje al Paraíso. Las Acompañantes de la Morontia son simplemente amables anfitrionas de aquellos que acaban de iniciar su largo ascenso hacia dentro. Son también expertas patrocinadoras del juego y están hábilmente asistidas en esta tarea por los directores de la reversión.
25:7.2 (282.6) Aunque tendréis que desempeñar tareas serias y cada vez más difíciles en los mundos de formación en la morontia de Nebadon, se os proporcionarán siempre temporadas regulares de descanso y reversión. En todo el viaje al Paraíso, siempre habrá tiempo para el descanso y el juego del espíritu; y en la carrera de luz y vida siempre hay tiempo para la adoración y para nuevos logros.
25:7.3 (282.7) Estas Acompañantes de la Morontia son unas amigas tan cordiales que, cuando dejéis finalmente la última fase de la experiencia en la morontia y os preparéis para embarcaros en la aventura de espíritu en el superuniverso, lamentaréis de verdad que estas amables criaturas no puedan acompañaros, pero sirven exclusivamente en los universos locales. En todas las etapas de la carrera ascendente, todas las personalidades con las que podáis establecer contacto serán amables y cordiales, pero no encontraréis otro grupo tan entregado a la amistad y al compañerismo hasta que conozcáis a las Acompañantes del Paraíso.
25:7.4 (283.1) El trabajo de las Acompañantes de la Morontia se describe más a fondo en las narraciones que tratan de los asuntos de vuestro universo local.
25:8.1 (283.2) Las Acompañantes del Paraíso son un grupo combinado o compuesto seleccionado de entre las las serafines, las seconafines, las supernafines y las omniafines. Aunque sirven durante un periodo de tiempo que consideraríais extraordinariamente largo, no tienen estatus permanente. Al término de esta misión retoman por regla general (pero no siempre) las funciones que realizaban cuando fueron convocadas para el servicio del Paraíso.
25:8.2 (283.3) Los miembros de las huestes angélicas son propuestos para este servicio por los Espíritus Madre de los universos locales, por los Espíritus Reflectantes de los superuniversos y por Majeston del Paraíso. Son convocadas a la Isla central y comisionadas como Acompañantes del Paraíso por uno de los siete Espíritus Maestros. Aparte del estatus permanente en el Paraíso, este servicio temporal de acompañamiento en el Paraíso es el honor más alto que se pueda conceder jamás a un espíritu ministrante.
25:8.3 (283.4) Estas ángeles seleccionadas se dedican al servicio de compañía y son asignadas como acompañantes a los seres de cualquier clase que pudieran estar solos en el Paraíso, principalmente a los mortales ascendentes, pero también a todo el que esté solo en la Isla central. Las Acompañantes del Paraíso no tienen nada especial que hacer a favor de aquellos con quienes fraternizan, son simples acompañantes. Casi todos los demás seres que vosotros los mortales encontraréis durante vuestra estancia en el Paraíso —aparte de vuestros compañeros de peregrinación— tendrán algo concreto que hacer con vosotros o por vosotros, pero estas ángeles tienen la única misión de estar con vosotros y comunicarse con vosotros como acompañantes de vuestra personalidad. A menudo son asistidas en su ministerio por los amables y brillantes Ciudadanos del Paraíso.
25:8.4 (283.5) Los mortales provienen de razas que son muy sociables. Los Creadores saben bien que «no es bueno que el hombre esté solo» y, en consecuencia, se ha previsto compañía, incluso en el Paraíso.
25:8.5 (283.6) Si tú, como mortal ascendente, alcanzaras el Paraíso junto a la persona compañera o íntimamente allegada de tu carrera terrenal, o diera la casualidad de que tu guardiana seráfica del destino llegara contigo o te estuviera esperando, no se te asignaría una acompañante permanente. Pero si llegas solo, una acompañante te dará con toda seguridad la bienvenida cuando despiertes del sueño terminal del tiempo en la Isla de Luz. Y aunque se sepa que estarás acompañado por alguien vinculado a ti durante la ascensión, se te asignarán acompañantes temporales para darte la bienvenida en las orillas eternas y escoltarte hasta el lugar reservado para recibiros a ti y a tus allegados. Puedes tener la seguridad de que serás acogido con cariño cuando experimentes la resurrección para la eternidad en las orillas sempiternas del Paraíso.
25:8.6 (283.7) Las acompañantes de acogida son asignadas durante los días terminales de la estancia del ascendente en el último circuito de Havona, y examinan cuidadosamente el expediente del origen del mortal, así como los acontecimientos de su afanoso ascenso por los mundos del espacio y los círculos de Havona. Cuando reciben a los mortales del tiempo a su llegada, están ya muy versadas en las carreras de estos peregrinos y demuestran ser compañeras fascinantes y comprensivas desde el primer momento.
25:8.7 (283.8) Durante tu estancia prefinalitaria en el Paraíso, si por alguna razón debieras ser separado temporalmente de tu allegado de la carrera ascendente —mortal o seráfico— se te asignaría en el acto una Acompañante del Paraíso para que te aconseje y acompañe. Una vez asignada a un mortal ascendente que reside en solitario en el Paraíso, la acompañante permanece con esta persona hasta que se reúne con sus allegados ascendentes o bien es incorporada debidamente al Cuerpo de la Finalización.
25:8.8 (284.1) Las Acompañantes del Paraíso son asignadas por orden de lista de espera, pero un ascendente nunca es puesto a cargo de una acompañante de naturaleza diferente a la de su tipo de superuniverso. Si llegara hoy un mortal de Urantia al Paraíso, se le asignaría la primera acompañante de la lista de espera que fuera originaria de Orvonton o de la naturaleza del séptimo Espíritu Maestro. Por este motivo las omniafines no prestan servicio con las criaturas ascendentes de los siete superuniversos.
25:8.9 (284.2) Las Acompañantes del Paraíso realizan muchos servicios adicionales: si un mortal ascendente alcanzara solo el universo central y fracasara en alguna fase de la aventura de la Deidad al atravesar Havona, sería devuelto en su momento a los universos del tiempo y se haría una llamada inmediata a las reservas de las Acompañantes del Paraíso. Una acompañante de este orden sería asignada para seguir al peregrino derrotado, consolarlo, animarlo y permanecer con él hasta que volviera al universo central para reanudar el ascenso al Paraíso.
25:8.10 (284.3) Si un peregrino ascendente fracasara en la aventura de la Deidad mientras atraviesa Havona en compañía de una serafín ascendente, la ángel guardiana de la carrera mortal, esta elegiría acompañar a su compañero mortal. Estas serafines se ofrecen siempre voluntarias y se les permite acompañar a sus camaradas mortales de tantos años de vuelta al servicio del tiempo y el espacio.
25:8.11 (284.4) En cambio esto no ocurre en el caso de dos ascendentes mortales estrechamente vinculados: si uno logra a Dios mientras que el otro fracasa temporalmente, el individuo afortunado elige invariablemente volver a las creaciones evolutivas con el decepcionado, pero no le está permitido. En lugar de eso se hace una llamada a las reservas de las Acompañantes del Paraíso y se selecciona a una de las voluntarias para acompañar al peregrino decepcionado. Un Ciudadano del Paraíso voluntario se vincula luego con el mortal victorioso, que se queda en la Isla central esperando el regreso a Havona de su camarada derrotado y se dedica mientras tanto a enseñar en ciertas escuelas paradisiacas donde expone la valerosa historia del ascenso evolutivo.
25:8.12 (284.5) [Patrocinado por un Alto en Autoridad de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 26
26:0.1 (285.1) LAS SUPERNAFINES son los espíritus ministrantes del Paraíso y del universo central; son el orden más alto del grupo más bajo de hijas del Espíritu Infinito: las huestes angélicas. La presencia de estos espíritus ministrantes se extiende desde en la Isla del Paraíso hasta los mundos del tiempo y el espacio. Ninguna parte importante de la creación organizada y habitada carece de sus servicios.
26:1.1 (285.2) Las ángeles son las compañeras ministrantes de espíritu de las criaturas con voluntad evolutivas y ascendentes de todo el espacio; son también las colegas y compañeras de trabajo de las huestes más altas de personalidades divinas de las esferas. Las ángeles de todos los órdenes son personalidades bien diferenciadas e individualizadas. Todas ellas aprecian mucho el ministerio de los directores de la reversión. Junto con las huestes de mensajeros del espacio, los espíritus ministrantes disfrutan de temporadas de descanso y de cambio. Poseen naturalezas muy sociables y una capacidad asociativa muy superior a la de los seres humanos.
26:1.2 (285.3) Los espíritus ministrantes del gran universo se clasifican como sigue:
26:1.3 (285.4) 1. Supernafines.
26:1.4 (285.5) 2. Seconafines.
26:1.5 (285.6) 3. Terciafines.
26:1.6 (285.7) 4. Omniafines.
26:1.7 (285.8) 5. Serafines.
26:1.8 (285.9) 6. Querubines y sanobines.
26:1.9 (285.10) 7. Criaturas intermedias.
26:1.10 (285.11) Los miembros individuales de los órdenes angélicos no tienen un estatus personal estacionario en el universo. Las ángeles de ciertos órdenes pueden convertirse en Acompañantes del Paraíso durante una temporada; algunas se convierten en Registradoras Celestiales; otras ascienden a la categoría de Asesores Técnicos. Algunas de las querubines pueden aspirar al estatus y el destino seráfico, mientras que las serafines evolutivas pueden conseguir los niveles espirituales de los Hijos de Dios ascendentes.
26:1.11 (285.12) Los siete órdenes de espíritus ministrantes, tal como se revelan, se han agrupado para su presentación según sus funciones más importantes para las criaturas ascendentes:
26:1.12 (285.13) 1. Los espíritus ministrantes del universo central. Los tres órdenes de supernafines sirven en el sistema Paraíso-Havona. Las supernafines primarias o del Paraíso son creadas por el Espíritu Infinito. Los órdenes secundario y terciario que sirven en Havona descienden de los Espíritus Maestros y de los Espíritus de los Circuitos respectivamente.
26:1.13 (286.1) 2. Los espíritus ministrantes de los superuniversos: las seconafines, las terciafines y las omniafines. Las seconafines, hijas de los Espíritus Reflectantes, sirven de modo diverso en los siete superuniversos. Las terciafines, que tienen su origen en el Espíritu Infinito, se dedican en último término al servicio de enlace entre los Hijos Creadores y los Ancianos de los Días. Las omniafines son creadas de forma concertada por el Espíritu Infinito y los Siete Ejecutivos Supremos y son las servidoras exclusivas de estos últimos. El análisis de estos tres órdenes será objeto de una exposición posterior de esta serie.
26:1.14 (286.2) 3. Los espíritus ministrantes de los universos locales abarcan a las serafines y a sus asistentas, las querubines. Con estos vástagos del Espíritu Madre de un universo es con quien los mortales ascendentes tienen su contacto inicial. Las criaturas intermedias, nativas de los mundos habitados, no pertenecen propiamente a los órdenes angélicos, aunque a menudo se las agrupa funcionalmente con los espíritus ministrantes. Su historia, junto con una información sobre las serafines y las querubines, se expone en los documentos que tratan sobre los asuntos de vuestro universo local.
26:1.15 (286.3) Todos los órdenes de las huestes angélicas están dedicados a los diversos servicios de los universos y ministran de una manera u otra a órdenes más altos de seres celestiales; pero los empleados en gran número en la promoción del plan ascendente de perfección progresiva de los hijos del tiempo son las supernafines, las seconafines y las serafines. Con sus actuaciones en el universo central, los superuniversos y los universos locales, forman la cadena ininterrumpida de ministradoras del espíritu establecida por el Espíritu Infinito para ayudar y guiar a todos los que buscan alcanzar al Padre Universal a través del Hijo Eterno.
26:1.16 (286.4) Las supernafines están limitadas en «polaridad de espíritu» solo en lo que respecta a una fase de acción: la relacionada con el Padre Universal. Pueden trabajar individualmente excepto cuando emplean directamente los circuitos exclusivos del Padre. Cuando están recibiendo poder por ministerio directo del Padre, las supernafines deben asociarse voluntariamente en parejas para poder actuar. Las seconafines tienen la misma limitación y además deben trabajar en parejas para sincronizarse con los circuitos del Hijo Eterno. Las serafines pueden trabajar individualmente como personalidades diferenciadas y localizadas, pero solo son capaces de encircuitarse cuando están polarizadas en parejas de enlace. Cuando estos seres de espíritu se asocian en parejas se dice que uno es complementario del otro. Las relaciones complementarias pueden ser pasajeras, no son necesariamente de naturaleza permanente.
26:1.17 (286.5) Estas brillantes criaturas de luz se sustentan directamente con el consumo de la energía espiritual de los circuitos primarios del universo. Los mortales de Urantia deben obtener energía-luz a través de la encarnación vegetativa, pero las huestes angélicas se encircuitan; «tienen un alimento que no conocéis». Toman también las enseñanzas circulantes de los maravillosos Maestros Hijos de la Trinidad; reciben conocimientos y consumen sabiduría de forma muy parecida a su técnica de asimilación de las energías de vida.
26:2.1 (286.6) Las supernafines atienden eficazmente a todos los tipos de seres que residen en el Paraíso y en el universo central. Estas ángeles excelsas son creadas en tres órdenes principales: primario, secundario y terciario.
26:2.2 (287.1) Las supernafines primarias son vástagos exclusivos del Creador Conjunto. Distribuyen su ministerio de forma casi igual entre ciertos grupos de Ciudadanos del Paraíso y el cuerpo en constante aumento de los peregrinos ascendentes. Estas ángeles de la Isla Eterna fomentan con gran eficacia la formación esencial de ambos grupos de moradores del Paraíso. Aportan muchas cosas que son útiles para el entendimiento mutuo de estos dos órdenes únicos de criaturas del universo: uno del tipo más alto de criatura divina y perfecta con voluntad, y el otro, la evolución perfeccionada del tipo más bajo de criatura con voluntad de todo el universo de universos.
26:2.3 (287.2) El trabajo de las supernafines primarias es tan único y característico que tendrá consideración aparte en la narración siguiente.
26:2.4 (287.3) Las supernafines secundarias son las directoras de los asuntos de los seres ascendentes en los siete circuitos de Havona. Se encargan igualmente de ministrar en la formación educativa de numerosos órdenes de Ciudadanos del Paraíso que residen durante largos periodos en los circuitos de los mundos de la creación central, pero no podemos tratar este aspecto de su servicio.
26:2.5 (287.4) Estas ángeles excelsas son de siete tipos, cada uno con origen en uno de los siete Espíritus Maestros y de naturaleza conforme a ese modelo. Colectivamente, los siete Espíritus Maestros crean muchos grupos diferentes de seres y entidades únicos, y los miembros individuales de cada orden son relativamente uniformes en su naturaleza. Pero cuando estos mismos siete Espíritus crean individualmente, los órdenes resultantes son siempre séptuplos en su naturaleza; las hijas de cada Espíritu Maestro comparten la naturaleza de su creador y son por lo tanto distintas de las otras. Este es el origen de las supernafines secundarias, y las ángeles de los siete tipos creados actúan en todos los canales de actividad abiertos al conjunto de su orden, principalmente en los siete circuitos del universo central y divino.
26:2.6 (287.5) Cada uno de los siete circuitos planetarios de Havona está bajo la supervisión directa de uno de los siete Espíritus de los Circuitos, que son ellos mismos creación colectiva —y por lo tanto uniforme— de los siete Espíritus Maestros. Aunque comparten la naturaleza de la Tercera Fuente y Centro, estos siete Espíritus secundarios de Havona no fueron parte del universo patrón original. Entraron en funciones después de la creación original (eterna), pero mucho antes de los tiempos de Grandfanda. Aparecieron sin duda como respuesta creativa de los Espíritus Maestros al propósito emergente del Ser Supremo, y fueron descubiertos ejerciendo sus funciones cuando se organizó el gran universo. El Espíritu Infinito y todos sus colaboradores creativos, como coordinadores universales, parecen estar ampliamente dotados de la capacidad de dar respuestas creativas adecuadas a los desarrollos simultáneos que se producen en las Deidades experienciales y en los universos en evolución.
26:2.7 (287.6) Las supernafines terciarias tienen su origen en estos siete Espíritus de los Circuitos. El Espíritu Infinito ha conferido a cada uno de ellos el poder de crear, en los círculos separados de Havona, un número suficiente de altas ministras superáficas del orden terciario para satisfacer las necesidades del universo central. Mientras que los Espíritus de Circuito generaron relativamente pocas de estas ministradoras angélicas antes de la llegada a Havona de los peregrinos del tiempo, los siete Espíritus Maestros ni siquiera iniciaron la creación de supernafines secundarias hasta el aterrizaje de Grandfanda. Al ser el más antiguo de los dos órdenes, las supernafines terciarias se considerarán en primer lugar.
26:3.1 (288.1) Estas servidoras de los siete Espíritus Maestros son las especialistas angélicas de los diversos circuitos de Havona y su ministerio se extiende tanto a los peregrinos ascendentes del tiempo como a los peregrinos descendentes de la eternidad. En los mil millones de mundos de estudio de la perfecta creación central, vuestras compañeras superáficas de todos los órdenes serán plenamente visibles para vosotros. Todos seréis allí, en el sentido más alto, seres fraternales y comprensivos en mutuo contacto y mutua simpatía. También reconoceréis plenamente a los peregrinos descendentes y fraternizaréis con ellos de manera exquisita. Estos Ciudadanos del Paraíso atraviesan esos círculos de dentro hacia fuera, entran en Havona por el mundo piloto del primer circuito y siguen hacia fuera hasta el séptimo.
26:3.2 (288.2) Los peregrinos ascendentes de los siete superuniversos pasan por Havona en dirección opuesta; entran por el mundo piloto del séptimo circuito y siguen hacia dentro. No se ha establecido límite de tiempo al progreso de las criaturas ascendentes de mundo en mundo y de circuito en circuito, igual que no se asigna arbitrariamente un periodo fijo de tiempo para residir en los mundos de la morontia. Por otra parte, mientras que los individuos adecuadamente desarrollados pueden estar exentos de residir en uno o más de los mundos de formación del universo local, ningún peregrino puede evitar pasar por los siete circuitos de espiritualización progresiva de Havona.
26:3.3 (288.3) El cuerpo de las supernafines terciarias, que está asignado principalmente al servicio de los peregrinos del tiempo, se clasifica como sigue:
26:3.4 (288.4) 1. Las supervisoras de la armonía. Parece evidente que, incluso en el perfecto Havona, se requiere algún tipo de influencia coordinadora para mantener el sistema y asegurar la armonía de todo el trabajo de preparación de los peregrinos del tiempo para sus logros posteriores en el Paraíso. Esa es la misión real de las supervisoras de la armonía: hacer que todo funcione sin complicaciones ni retrasos. Originarias del primer circuito, sirven en todo Havona, y su presencia en los circuitos implica que nada puede salir mal. Por su gran capacidad para coordinar diversas actividades que involucren a personalidades de diferentes órdenes —incluso de múltiples niveles— estas supernafines pueden siempre prestar asistencia donde y cuando sea necesaria. Contribuyen enormemente al entendimiento mutuo entre los peregrinos del tiempo y los peregrinos de la eternidad.
26:3.5 (288.5) 2. Las registradoras jefe. Estas ángeles son creadas en el segundo circuito pero actúan en cualquier parte del universo central. Registran por triplicado, pues hacen registros para los archivos literales de Havona, para los archivos espirituales de su orden y para los registros formales del Paraíso. Además transmiten automáticamente las operaciones con valor de verdadero conocimiento a las bibliotecas vivas del Paraíso, las depositarias del conocimiento del orden primario de las supernafines.
26:3.6 (288.6) 3. Las difusoras. Las Hijas del tercer Espíritu de Circuito actúan en todo Havona, aunque su emplazamiento oficial está ubicado en el planeta número setenta del círculo más exterior. Estas consumadas especialistas reciben y emiten las difusiones de la creación central y dirigen los informes del espacio de todos los fenómenos de Deidad del Paraíso. Pueden manejar todos los circuitos básicos del espacio.
26:3.7 (288.7) 4. Las mensajeras. Tienen su origen en el circuito número cuatro. Recorren el sistema Paraíso-Havona como portadoras de todos los mensajes que requieren transmisión personal. Sirven a sus semejantes, a las personalidades celestiales, a los peregrinos del Paraíso e incluso a las almas ascendentes del tiempo.
26:3.8 (289.1) 5. Las coordinadoras de información. Estas supernafines terciarias, hijas del quinto Espíritu de Circuito, son siempre las promotoras sabias y comprensivas de la asociación fraternal entre los peregrinos ascendentes y los descendentes. Ministran a todos los habitantes de Havona, especialmente a los ascendentes, a los que mantienen al día respecto a los asuntos del universo de universos. En virtud de sus contactos personales con las difusoras y con las reflectoras, estos «periódicos vivos» de Havona conocen instantáneamente toda la información que pasa por los vastos circuitos de noticias del universo central. Captan la información por el método gráfico de Havona, que les permite asimilar automáticamente en una hora del tiempo de Urantia tanta información como vuestra técnica telegráfica más rápida sería capaz de registrar en mil años.
26:3.9 (289.2) 6. Las personalidades de transporte. Estos seres, originarios del circuito número seis, actúan normalmente a partir del planeta número cuarenta del circuito más exterior. Son ellas las que se llevan a los candidatos decepcionados que fracasan transitoriamente en la aventura de la Deidad. Están siempre dispuestas a servir a todos los que tienen que ir y venir en el servicio de Havona, y no son atravesadoras del espacio.
26:3.10 (289.3) 7. El cuerpo de reserva. Las fluctuaciones del trabajo con los seres ascendentes, los peregrinos al Paraíso, y con otros órdenes de seres que residen en Havona hacen necesario mantener estas reservas de supernafines en el mundo piloto del séptimo círculo, donde tienen su origen. Son creadas sin un propósito especial y están capacitadas para asumir servicios en los aspectos menos exigentes de cualquiera de los deberes de sus compañeras superáficas del orden terciario.
26:4.1 (289.4) Las supernafines secundarias son ministras de los siete circuitos planetarios del universo central. Una parte se dedica al servicio de los peregrinos del tiempo, y la mitad de todo el orden está asignada a la formación de los peregrinos del Paraíso de la eternidad. Estos Ciudadanos del Paraíso también son atendidos en su peregrinar a través de los circuitos de Havona por voluntarios del Cuerpo Finalitario de Mortales, una disposición que perdura desde que se completó el primer grupo de finalitarios.
26:4.2 (289.5) Según su asignación periódica al ministerio de los peregrinos ascendentes, las supernafines secundarias trabajan en los siete grupos siguientes:
26:4.3 (289.6) 1. Ayudantes de los peregrinos.
26:4.4 (289.7) 2. Guías de la supremacía.
26:4.5 (289.8) 3. Guías de la Trinidad.
26:4.6 (289.9) 4. Descubridoras del Hijo.
26:4.7 (289.10) 5. Guías del Padre.
26:4.8 (289.11) 6. Consejeras y asesoras.
26:4.9 (289.12) 7. Complementadoras del descanso.
26:4.10 (289.13) Cada uno de estos grupos de trabajo contiene ángeles de los siete tipos creados, y todo peregrino del espacio tiene siempre tutoras que son supernafines secundarias originarias del Espíritu Maestro que preside el superuniverso natal del peregrino. Cuando vosotros, los mortales de Urantia, logréis llegar a Havona seréis guiados sin duda por supernafines cuya naturaleza creada —igual que vuestra propia naturaleza evolucionada— procede del Espíritu Maestro de Orvonton. Y puesto que vuestras tutoras descienden del Espíritu Maestro de vuestro propio superuniverso, están especialmente cualificadas para comprenderos, consolaros y asistiros en todos vuestros esfuerzos por lograr la perfección paradisiaca.
26:4.11 (290.1) Los peregrinos del tiempo son transportados más allá de los cuerpos oscuros de gravedad de Havona hasta el circuito planetario exterior por las personalidades de transporte del orden primario de las seconafines que operan desde las sedes de los siete superuniversos. Aunque no todas, la mayoría de las serafines que sirven en los planetas y universos locales y han sido acreditadas para ascender al Paraíso se separarán de sus compañeros mortales antes del largo vuelo a Havona e iniciarán inmediatamente una larga e intensa formación para la elevada misión de conseguir, como serafines, la perfección de la existencia y la supremacía del servicio. Y esto lo hacen con la esperanza de volver a reunirse con los peregrinos del tiempo, de ser contadas entre los que siguen para siempre el curso de los mortales que han alcanzado al Padre Universal y han recibido su nombramiento para el servicio no revelado del Cuerpo de la Finalización.
26:4.12 (290.2) El peregrino aterriza en el planeta de recepción de Havona, el mundo piloto del séptimo circuito, con una sola dotación de perfección, la perfección de propósito. El Padre Universal ha decretado: «Sed perfectos como yo soy perfecto». Ese es el asombroso mandato-invitación difundido a los hijos finitos de los mundos del espacio. La promulgación de esa orden ha puesto en movimiento a toda la creación en el esfuerzo cooperativo de los seres celestiales para asistir a que se produzca el cumplimiento y la realización de ese formidable mandato de la Primera Gran Fuente y Centro.
26:4.13 (290.3) Cuando gracias al ministerio de las multitudes de ayudantes del plan universal de supervivencia sois depositados finalmente en el mundo de recepción de Havona, llegáis con un solo tipo de perfección: la perfección de propósito. Vuestro propósito ha sido plenamente demostrado y vuestra fe ha sido probada. Se sabe que estáis a prueba de decepciones. Ni siquiera el fracaso en percibir al Padre Universal puede debilitar la fe ni perturbar seriamente la confianza de un mortal ascendente que ha pasado por la experiencia que todos deben atravesar para alcanzar las esferas perfectas de Havona. Para cuando lleguéis a Havona vuestra sinceridad se habrá hecho sublime. La perfección de propósito y la divinidad de deseo, junto con la firmeza de vuestra fe, habrán garantizado vuestra entrada en las moradas estables de la eternidad. Vuestra liberación de las incertidumbres del tiempo será plena y completa. Y entonces aparecerán ante vosotros los problemas de Havona y las inmensidades del Paraíso, para los que fuisteis tan largamente preparados durante las épocas experienciales del tiempo en los mundos escuela del espacio.
26:4.14 (290.4) La fe ha conquistado para el peregrino ascendente una perfección de propósito que deja entrar a los hijos del tiempo por los portales de la eternidad. Las ayudantes de los peregrinos deben acometer ahora la tarea de desarrollar esa perfección de entendimiento y esa técnica de comprensión que son tan indispensables para la perfección paradisiaca de la personalidad.
26:4.15 (290.5) La capacidad de comprender es el pasaporte del mortal al Paraíso. La buena disposición para creer es la llave de Havona. La aceptación de la filiación, la cooperación con el Ajustador que mora en el interior, es el precio de la supervivencia evolutiva.
26:5.1 (291.1) El primero de los siete grupos de supernafines secundarias con el que os encontraréis es el de las ayudantes de los peregrinos, esos seres de comprensión rápida y amplia simpatía que reciben a los ascendentes del espacio en los mundos estabilizados y la organización asentada del universo central tras su largo viaje. En ese mismo momento empieza el trabajo de estas altas ministras en favor de los peregrinos del Paraíso de la eternidad, el primero de los cuales llegó al mundo piloto del circuito interior de Havona al mismo tiempo que Grandfanda aterrizaba en el mundo piloto del circuito exterior. En aquellos tiempos remotos los peregrinos procedentes del Paraíso y los peregrinos del tiempo se encontraron por primera vez en el mundo de recepción del circuito número cuatro.
26:5.2 (291.2) Estas ayudantes de los peregrinos que actúan en el séptimo círculo de los mundos de Havona llevan a cabo su trabajo para los mortales ascendentes en tres divisiones principales: primera, la comprensión suprema de la Trinidad del Paraíso; segunda, la captación espiritual de la asociación Padre-Hijo; y tercera, el reconocimiento intelectual del Espíritu Infinito. Cada una de estas fases de instrucción se divide en siete ramas de doce divisiones menores de setenta grupos secundarios, y cada una de estas setenta agrupaciones secundarias de instrucción se presenta en mil clasificaciones. En los círculos posteriores se proporciona una instrucción más detallada, pero las ayudantes de los peregrinos les enseñan un resumen de cada requisito paradisiaco.
26:5.3 (291.3) Este es pues el curso primario o elemental al que se enfrentan los peregrinos del espacio, largos viajeros de fe probada. Pero mucho antes de alcanzar Havona, estos hijos ascendentes del tiempo han aprendido a festejar la incertidumbre, a alimentarse de decepciones, a entusiasmarse ante el fracaso aparente, a crecerse en las dificultades, a mostrar un valor indomable frente a la inmensidad y a ejercer una fe invencible cuando se enfrentan al desafío de lo inexplicable. Desde hace mucho, el grito de guerra de estos peregrinos es: «En unión con Dios, nada —absolutamente nada— es imposible».
26:5.4 (291.4) En cada uno de los círculos de Havona hay un requisito determinado para los peregrinos del tiempo y, aunque cada peregrino continúa bajo la tutela de supernafines adaptadas por su naturaleza a ayudar a ese tipo concreto de criatura ascendente, el curso que se ha de superar es bastante uniforme para todos los ascendentes que alcanzan el universo central. Este curso de consecución es cuantitativo, cualitativo y experiencial; intelectual, espiritual y supremo.
26:5.5 (291.5) El tiempo tiene poca importancia en los círculos de Havona. Influye hasta cierto punto en las posibilidades de avance, pero el logro es la prueba final y suprema. En el momento mismo en que vuestra compañera superáfica considere que estáis capacitados para pasar hacia dentro al siguiente círculo, seréis llevados ante los doce adjutores del séptimo Espíritu de Circuito. Ahí os harán pasar las pruebas de ese círculo determinadas por vuestro superuniverso de origen y por vuestro sistema de nacimiento. El logro de divinidad de este círculo tiene lugar en el mundo piloto y consiste en el reconocimiento y la comprensión espiritual del Espíritu Maestro del superuniverso del peregrino ascendente.
26:5.6 (291.6) Una vez terminado el trabajo del círculo exterior de Havona y superado el curso impartido, las ayudantes de los peregrinos llevan a los que tienen a su cargo al mundo piloto del siguiente círculo y los confían al cuidado de las guías de la supremacía. Las ayudantes de los peregrinos se quedan siempre con ellos durante una temporada para contribuir a que el traslado sea agradable y provechoso a la vez.
26:6.1 (292.1) Cuando se trasladan del séptimo al sexto círculo y se ponen bajo la supervisión directa de las guías de la supremacía, los ascendentes del espacio se denominan «graduados espirituales». Estas guías no deben confundirse con los Guías de los Graduados —pertenecientes a las personalidades más altas del Espíritu Infinito— que, junto con sus compañeros servitales, aportan su ministerio en todos los circuitos de Havona tanto a los peregrinos ascendentes como a los descendentes. Las guías de la supremacía solo actúan en el sexto círculo del universo central.
26:6.2 (292.2) Es en este círculo donde los ascendentes consiguen una nueva comprensión de la Divinidad Suprema. A lo largo de sus largas carreras en los universos evolutivos, los peregrinos del tiempo han ido experimentando una consciencia creciente de la realidad de un sobrecontrol todopoderoso de las creaciones del espacio-tiempo. Aquí, en este circuito de Havona, se acercan a su encuentro con la fuente de la unidad del espacio-tiempo en el universo central: la realidad espiritual de Dios Supremo.
26:6.3 (292.3) No sé muy bien cómo explicar lo que ocurre en este círculo. No hay ninguna presencia personalizada de la Supremacía que sea perceptible para los ascendentes. En ciertos aspectos, unas nuevas relaciones con el séptimo Espíritu Maestro compensan esta imposibilidad de ponerse en contacto con el Ser Supremo. Pero independientemente de nuestra incapacidad para captar la técnica, cada criatura ascendente parece experimentar un crecimiento transformador, una nueva integración de la consciencia, una nueva espiritualización del propósito, una nueva sensibilidad hacia la divinidad, que no se pueden explicar satisfactoriamente sin suponer la actividad no revelada del Ser Supremo. Para aquellos de nosotros que hemos observado estas misteriosas operaciones parece como si Dios Supremo estuviera otorgando afectuosamente a sus hijos experienciales, hasta los límites mismos de su capacidad experiencial, el aumento de comprensión intelectual, visión interior espiritual y alcance de la personalidad que tanto necesitarán en todos sus esfuerzos por penetrar en el nivel de divinidad de la Trinidad de la Supremacía para lograr a las Deidades eternas y existenciales del Paraíso.
26:6.4 (292.4) Cuando las guías de la supremacía consideran que sus alumnos están maduros para avanzar, los llevan ante la comisión de los setenta, un grupo mixto que actúa como examinador en el mundo piloto del circuito número seis. Después de demostrar ante esta comisión una comprensión satisfactoria del Ser Supremo y de la Trinidad de la Supremacía, los peregrinos son declarados aptos para ser trasladados al quinto circuito.
26:7.1 (292.5) Las guías de la Trinidad son las incansables ministras del quinto círculo de formación havonita de los peregrinos del tiempo y el espacio en su avanzar. Los graduados espirituales se denominan aquí «candidatos para la aventura de la Deidad» puesto que es en este círculo, y bajo la dirección de las guías de la Trinidad, donde los peregrinos reciben instrucción avanzada sobre la Trinidad divina como preparación para su intento de conseguir el reconocimiento de la personalidad del Espíritu Infinito. Y ahí descubren los peregrinos ascendentes lo que significa el verdadero estudio y el auténtico esfuerzo mental cuando empiezan a apreciar la naturaleza del empeño espiritual aún más riguroso y mucho más arduo que se requerirá para satisfacer las exigencias de la alta meta establecida para ellos en los mundos de este circuito.
26:7.2 (292.6) Las guías de la Trinidad son sumamente fieles y eficientes, y cada peregrino recibe la atención indivisa y disfruta del afecto total de una supernafín secundaria perteneciente a este orden. Un peregrino del tiempo no encontraría nunca a la primera persona alcanzable de la Trinidad del Paraíso si no fuera por la ayuda y la asistencia de estas guías y de otros muchos seres espirituales dedicados a instruir a los seres ascendentes sobre la naturaleza y la técnica de la aventura de la Deidad que se avecina.
26:7.3 (293.1) Tras completar el curso de formación en este circuito, las guías de la Trinidad llevan a sus alumnos a su mundo piloto y los presentan ante una de las muchas comisiones trinas que funcionan como examinadoras y certificadoras de los candidatos para la aventura de la Deidad. Estas comisiones están compuestas por un miembro de los finalitarios, una de las directoras de conducta del orden de las supernafines primarias y por un Mensajero Solitario del espacio o un Hijo Trinizado del Paraíso.
26:7.4 (293.2) Cuando un alma ascendente parte efectivamente hacia el Paraíso solo la acompaña el trío de tránsito: la compañera superáfica del círculo, el Guía de los Graduados y el inseparable compañero servital de este último. Estas excursiones desde los círculos de Havona al Paraíso son viajes de prueba; los ascendentes no tienen aún el estatus paradisiaco. No consiguen el estatus residencial en el Paraíso hasta que han pasado por el descanso terminal del tiempo después de haber logrado al Padre Universal y recibido la autorización definitiva de paso por los circuitos de Havona. No comparten la «esencia de la divinidad» y el «espíritu de la supremacía» hasta después del descanso divino, y es entonces cuando empiezan realmente a actuar en el círculo de la eternidad y en presencia de la Trinidad.
26:7.5 (293.3) No se pide al trío de tránsito que acompaña al ascendente que le ayude a localizar la presencia geográfica de la luminosidad espiritual de la Trinidad, sino que ofrezca al peregrino toda la asistencia posible en su difícil tarea de reconocer, percibir y comprender suficientemente al Espíritu Infinito como para que esto constituya un reconocimiento de su personalidad. En el Paraíso cualquier peregrino ascendente puede percibir la presencia geográfica o posicional de la Trinidad; una gran mayoría es capaz de entrar en contacto con la realidad intelectual de las Deidades, especialmente de la Tercera Persona, pero no todos pueden reconocer o ni siquiera comprender parcialmente la realidad de la presencia espiritual del Padre y del Hijo. Y es aún más difícil lograr siquiera un mínimo de comprensión espiritual del Padre Universal.
26:7.6 (293.4) Hay muy pocos fracasos en la consumación de la búsqueda del Espíritu Infinito, y cuando los ascendentes que tienen a su cargo han triunfado en esta fase de la aventura de la Deidad, las guías de la Trinidad se preparan para transferirlos al ministerio de las descubridoras del Hijo, en el cuarto círculo de Havona.
26:8.1 (293.5) El cuarto circuito de Havona se denomina a veces el «circuito de los Hijos». Desde los mundos de este circuito los peregrinos ascendentes van al Paraíso para iniciarse en la comprensión del Hijo Eterno, mientras que en los mundos de este circuito los peregrinos descendentes consiguen una nueva comprensión de la naturaleza y la misión de los Hijos Creadores del tiempo y el espacio. Hay siete mundos en este circuito en los que el cuerpo de reserva de los Migueles del Paraíso mantiene escuelas especiales de servicio para el ministerio mutuo tanto de los peregrinos ascendentes como de los descendentes. Y es en esos mundos de los Hijos Miguel donde los peregrinos del tiempo y los peregrinos de la eternidad llegan a comprenderse de verdad por primera vez. En muchos aspectos las experiencias de este circuito son las más fascinantes de toda la estancia en Havona.
26:8.2 (294.1) Las descubridoras del Hijo son las ministras superáficas de los mortales ascendentes del cuarto circuito. Además del trabajo general de preparar a sus candidatos para que comprendan las relaciones del Hijo Eterno con la Trinidad, estas descubridoras del Hijo deben instruir tan plenamente a los que tienen a su cargo como para lograr su triunfo total en tres aspectos: primero, en la adecuada comprensión espiritual del Hijo; segundo, en el reconocimiento satisfactorio de la personalidad del Hijo; y tercero, en la correcta diferenciación del Hijo de la personalidad del Espíritu Infinito.
26:8.3 (294.2) Una vez logrado el Espíritu Infinito, no hay más exámenes. Las pruebas de los círculos interiores son las actuaciones de los candidatos peregrinos cuando están envueltos en el abrazo de las Deidades. El avance está determinado únicamente por la espiritualidad del individuo, y nadie salvo los Dioses se atreve a juzgar si la posee. En caso de fracaso no se dan nunca razones, ni tampoco se censura ni critica nunca ni a los propios candidatos ni a sus diversos tutores y guías. En el Paraíso la decepción nunca se considera derrota; el aplazamiento nunca es visto como una desgracia; nunca se confunden los fracasos aparentes del tiempo con los retrasos significativos de la eternidad.
26:8.4 (294.3) Son pocos los peregrinos que experimentan el retraso de un aparente fracaso en la aventura de la Deidad. Casi todos logran al Espíritu Infinito, aunque ocasionalmente algún peregrino del superuniverso número uno no lo consigue al primer intento. Los peregrinos que logran al Espíritu raramente fracasan en descubrir al Hijo. Casi todos los que fracasan en la primera aventura provienen de los superuniversos tres y cinco. La gran mayoría de los que fracasan en la primera aventura para lograr al Padre, después de descubrir tanto al Espíritu como al Hijo, provienen del superuniverso número seis, aunque algunos de los procedentes de los números dos y tres tampoco tienen éxito. Todo esto parece indicar con claridad que hay buenas razones suficientes para estos aparentes fracasos; en realidad son simplemente retrasos inevitables.
26:8.5 (294.4) Los candidatos fallidos a la aventura de la Deidad se ponen bajo la jurisdicción de las jefas de asignación, un grupo de supernafines primarias, y son devueltos al trabajo en los dominios del espacio por un periodo de al menos un milenio. No vuelven nunca a su superuniverso de nacimiento, sino siempre a la supercreación más conveniente para la nueva formación preparatoria de su segunda aventura de la Deidad. Terminado este servicio, vuelven por iniciativa propia al círculo exterior de Havona, se les escolta inmediatamente al círculo donde se interrumpió su carrera y reanudan en el acto su preparación para la aventura de la Deidad. Las supernafines secundarias consiguen siempre guiar con éxito a los ascendentes que tienen a su cargo en el segundo intento. Las mismas ministras superáficas y otros guías atienden siempre a estos candidatos durante su segunda aventura.
26:9.1 (294.5) Cuando el alma peregrina alcanza el tercer círculo de Havona entra bajo la tutela de las guías del Padre, las más antiguas, competentes y experimentadas de las ministras superáficas. En los mundos de este circuito las guías del Padre mantienen escuelas de sabiduría y facultades de técnica en las que todos los seres que habitan el universo central sirven como maestros. No se descuida nada que pueda beneficiar a la criatura del tiempo en la aventura trascendental de logro de la eternidad.
26:9.2 (294.6) Lograr al Padre Universal es el pasaporte a la eternidad a pesar de los circuitos que quedan por atravesar. Por eso supone un gran acontecimiento para el mundo piloto del círculo número tres cuando el trío de tránsito anuncia que la última aventura del tiempo está a punto de comenzar, que otra criatura del espacio busca entrar en el Paraíso por los portales de la eternidad.
26:9.3 (295.1) La prueba del tiempo está casi superada, la carrera hacia la eternidad casi terminada. Los días de incertidumbre llegan a su fin; la tentación de la duda se desvanece; el mandato de ser perfecto se ha obedecido. Desde el fondo mismo de la existencia inteligente, la criatura del tiempo de personalidad material ha ascendido por las esferas evolutivas del espacio. Con ello ha probado la viabilidad del plan de ascensión y ha demostrado para siempre la justicia y la rectitud de la orden del Padre Universal a sus humildes criaturas de los mundos: «Sed perfectos como yo soy perfecto».
26:9.4 (295.2) Paso a paso, vida a vida, mundo a mundo, se ha dominado la carrera ascendente, se ha alcanzado la meta de la Deidad. La supervivencia está completa en su perfección y la perfección está repleta en la supremacía de la divinidad. El tiempo se pierde en la eternidad; el espacio queda sumergido en identidad y armonía adoradora con el Padre Universal. Las difusiones de Havona destellan informes de gloria hacia el espacio con la buena nueva de que, en verdad, las criaturas diligentes de naturaleza animal y origen material se han convertido real y eternamente, a través de la ascensión evolutiva, en los hijos perfeccionados de Dios.
26:10.1 (295.3) Las consejeras y asesoras superáficas del segundo círculo son las instructoras de los hijos del tiempo en lo que respecta a la carrera de la eternidad. Alcanzar el Paraíso conlleva responsabilidades de un orden nuevo y más alto, y la estancia en el segundo círculo proporciona abundantes oportunidades de recibir los provechosos consejos de estas fieles supernafines.
26:10.2 (295.4) Los que no tienen éxito en el primer intento por lograr la Deidad son adelantados directamente desde el círculo donde fracasaron hasta el segundo círculo antes de ser devueltos al servicio de los superuniversos. De esta forma las consejeras y asesoras sirven también como consejeras y consoladoras de los peregrinos decepcionados. Acaban de sufrir su mayor decepción, que solo difiere en magnitud de la larga lista de experiencias de este tipo sobre las que ascendieron, como por una escala, del caos a la gloria. Son los que han apurado el cáliz experiencial hasta las heces, y he observado que regresan temporalmente al servicio de los superuniversos para atender con el máximo afecto a los hijos del tiempo en sus decepciones temporales.
26:10.3 (295.5) Después de una larga estancia en el circuito número dos, los candidatos fallidos son examinados por un consejo de perfección que se establece en el mundo piloto de este círculo y se certifica que han pasado la prueba de Havona. Esto les otorga, en cuanto a su estatus no espiritual, la misma posición en los universos del tiempo que si hubieran tenido éxito en la aventura de la Deidad. La actitud de estos candidatos era totalmente aceptable; su fracaso se debió a alguna fase del proceso de acercamiento o a algún aspecto de su historia experiencial.
26:10.4 (295.6) Son llevados entonces por las consejeras del círculo ante las jefas de asignación que están en el Paraíso y remitidos al servicio del tiempo en los mundos del espacio; y parten con gozo y alegría a retomar sus tareas de tiempos y edades anteriores. Más adelante volverán al círculo donde se llevaron su mayor decepción para intentar de nuevo la aventura de la Deidad.
26:10.5 (296.1) Para los peregrinos triunfantes el estímulo de la incertidumbre evolutiva se acaba en el segundo circuito, pero la aventura de la misión eterna aún no ha comenzado. Y aunque la estancia en este círculo es totalmente placentera y muy provechosa, le falta algo del entusiasmo expectante de los círculos anteriores. Muchos son los peregrinos que en ese momento vuelven la vista con alegre envidia hacia la larguísima lucha pasada, y desearían realmente poder regresar de alguna forma a los mundos del tiempo y volver a empezarlo todo, igual que vosotros los mortales, al acercaros a la edad avanzada, recordáis a veces las luchas de la juventud y de los primeros años y desearíais sinceramente poder vivir vuestra vida una vez más.
26:10.6 (296.2) Pero ahora tienen por delante la travesía del círculo más interior. Poco después terminará el último sueño de tránsito y empezará la nueva aventura de la carrera eterna. Las consejeras y asesoras del segundo círculo empiezan a preparar a los ascendentes que tienen a su cargo para este gran descanso final, el sueño inevitable que media siempre entre las etapas que marcan época en la carrera ascendente.
26:10.7 (296.3) Cuando los peregrinos ascendentes que han alcanzado al Padre Universal completan la experiencia del segundo círculo, las Guías de los Graduados que siempre los acompañan emiten la orden de su admisión en el círculo final. Estas guías los conducen personalmente hasta el círculo interior y los ponen allí bajo la custodia de las complementadoras del descanso, el último de los órdenes de supernafines secundarias asignados al ministerio de los peregrinos del tiempo en los circuitos de los mundos de Havona.
26:11.1 (296.4) Gran parte del tiempo que pasan los ascendentes en el último circuito se dedica a seguir estudiando los problemas inminentes de su residencia en el Paraíso. Una inmensa y diversa multitud de seres, la mayoría no revelados, reside de forma permanente o transitoria en este anillo interior de los mundos de Havona. La mezcla de estos múltiples tipos proporciona a las complementadoras superáficas del descanso un ambiente rico en situaciones que utilizan eficazmente para promover la educación de los peregrinos ascendentes, sobre todo en lo relativo a los problemas de adaptación a los muchos grupos de seres que pronto han de encontrar en el Paraíso.
26:11.2 (296.5) Entre los que moran en este círculo interior están los hijos trinizados por criaturas. Las supernafines primarias y secundarias son las encargadas habituales de custodiar el cuerpo conjunto de estos hijos que incluye la descendencia trinizada de los finalitarios mortales y la progenie similar de los Ciudadanos del Paraíso. Algunos de estos hijos han sido abrazados por la Trinidad y comisionados en los supergobiernos, otros tienen asignaciones diversas, pero la gran mayoría están siendo reunidos en el cuerpo conjunto que está en los mundos perfectos del círculo interior de Havona. Allí, bajo la supervisión de las supernafines, están siendo preparados para algún trabajo futuro por un cuerpo especial y sin nombre de altos Ciudadanos del Paraíso que fueron los primeros asistentes ejecutivos de los Eternos de los Días antes de los tiempos de Grandfanda. Hay muchas razones para suponer que estos dos grupos excepcionales de seres trinizados trabajarán juntos en un futuro distante, y una de las principales es su destino común en las reservas del Cuerpo de los Finalitarios Trinizados del Paraíso.
26:11.3 (296.6) En este circuito más interior, los peregrinos ascendentes y descendentes fraternizan entre sí y con los hijos trinizados por criaturas. Igual que sus padres, estos hijos obtienen grandes beneficios de su interrelación, y es misión especial de las supernafines facilitar y asegurar la confraternización entre los hijos trinizados de los finalitarios mortales y los hijos trinizados de los Ciudadanos del Paraíso. Las complementadoras superáficas del descanso no están tan interesadas en su formación como en promover su entendimiento y asociación con los diversos grupos.
26:11.4 (297.1) Los mortales han recibido la orden paradisiaca: «Sed perfectos como vuestro Padre del Paraíso es perfecto». Las supernafines supervisoras no dejan nunca de proclamar a estos hijos trinizados del cuerpo conjunto: «Sed comprensivos con vuestros hermanos ascendentes igual que los Hijos Creadores del Paraíso los conocen y los aman».
26:11.5 (297.2) La criatura mortal debe encontrar a Dios. El Hijo Creador no para nunca hasta encontrar al hombre, la criatura más baja con voluntad. Más allá de toda duda, los Hijos Creadores y sus hijos mortales se están preparando para un futuro y desconocido servicio en el universo. Ambos atraviesan toda la gama del universo experiencial, y así se educan y forman para su misión eterna. En todos los universos está ocurriendo esta mezcla única de lo humano y lo divino, la combinación de criatura y Creador. Los mortales irreflexivos han considerado la manifestación de la misericordia y la ternura divinas, sobre todo hacia los débiles y necesitados, como indicativa de un Dios antropomorfo. ¡Qué error! Tendrían que considerar más bien las manifestaciones de misericordia y de paciencia por parte de los seres humanos como prueba de que el hombre mortal está habitado por el espíritu del Dios vivo y de que la criatura está, a fin de cuentas, motivada por la divinidad.
26:11.6 (297.3) Hacia el final de su estancia en el primer círculo, los peregrinos ascendentes se encuentran por primera vez con las facilitadoras del descanso del orden primario de las supernafines. Son las ángeles del Paraíso que salen a recibir a los que están en el umbral de la eternidad y a completar su preparación para el sueño de transición de la última resurrección. No eres realmente un hijo del Paraíso hasta que has atravesado el círculo interior y has experimentado la resurrección de la eternidad tras el sueño terminal del tiempo. Los peregrinos perfeccionados comienzan este descanso, se quedan dormidos, en el primer círculo de Havona pero despiertan en las orillas del Paraíso. De todos los que ascienden a la Isla eterna, solo los que llegan de este modo son hijos de la eternidad; los demás van como visitantes, como invitados sin estatus residencial.
26:11.7 (297.4) Y ahora, en la culminación de la carrera en Havona, cuando vosotros los mortales os dormís en el mundo piloto del círculo interior, no vais solos a vuestro descanso como hicisteis en los mundos de vuestro origen cuando cerrasteis los ojos en el sueño natural de la muerte del mortal, ni tampoco como hicisteis cuando entrasteis en el largo trance de tránsito preparatorio para el viaje a Havona. Ahora, cuando os preparáis para el descanso del logro, se coloca a vuestro lado vuestra compañera del primer círculo, la majestuosa complementadora del descanso, que os acompaña desde hace tanto tiempo y ahora se prepara para sumarse al descanso como una con vosotros, como la garantía de Havona de que vuestra transición está completa y esperáis únicamente los toques finales de la perfección.
26:11.8 (297.5) Vuestra primera transición fue en verdad muerte, la segunda, un sueño ideal, y ahora la tercera metamorfosis es verdadero descanso, la relajación de las edades.
26:11.9 (297.6) [Presentado por un Perfeccionador de la Sabiduría de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 27
27:0.1 (298.1) LAS SUPERNAFINES primarias son las servidoras supernas de las Deidades de la Isla eterna del Paraíso. No se ha conocido nunca que se desviaran de las sendas de luz y rectitud. Sus listas están completas; desde la eternidad no se ha perdido ni una sola de las integrantes de esta hueste magnífica. Estas altas supernafines son seres perfectos, supremos en perfección, pero no son absonitos ni tampoco son absolutos. Al ser de la esencia de la perfección, estas hijas del Espíritu Infinito trabajan de manera intercambiable y a voluntad en todas las fases de sus múltiples deberes. No suelen actuar mucho fuera del Paraíso, aunque sí participan en las diversas asambleas milenarias y reuniones de grupo del universo central. Salen también como mensajeras especiales de las Deidades y son muchas las que ascienden para convertirse en Asesoras Técnicas.
27:0.2 (298.2) Las supernafines primarias son asignadas también al mando de las huestes seráficas que ministran en los mundos aislados por motivos de rebelión. Cuando un Hijo del Paraíso se otorga en uno de esos mundos, completa su misión, asciende al Padre Universal, es aceptado y regresa como libertador acreditado de ese mundo aislado, las jefas de asignación designan siempre a una supernafín primaria para que asuma el mando de los espíritus ministrantes que están de servicio en la esfera recién recuperada. Las supernafines que efectúan este servicio especial rotan periódicamente. En Urantia, la presente «jefa de las serafines» es la segunda de este orden que está de servicio desde los tiempos del otorgamiento de Cristo Miguel.
27:0.3 (298.3) Las supernafines primarias llevan desde la eternidad sirviendo en la Isla de Luz y saliendo en misiones de liderazgo a los mundos del espacio, pero la clasificación operativa que ahora tienen solo se estableció a partir de la llegada al Paraíso de los peregrinos del tiempo procedentes de Havona. Estas ángeles excelsas ministran ahora principalmente en los siete órdenes de servicio siguientes:
27:0.4 (298.4) 1. Conductoras de la adoración.
27:0.5 (298.5) 2. Maestras de la filosofía.
27:0.6 (298.6) 3. Depositarias del conocimiento.
27:0.7 (298.7) 4. Directoras de conducta.
27:0.8 (298.8) 5. Intérpretes de la ética.
27:0.9 (298.9) 6. Jefas de asignación.
27:0.10 (298.10) 7. Facilitadoras del descanso.
27:0.11 (298.11) Los peregrinos ascendentes no entran bajo la influencia directa de estas supernafines hasta que logran de hecho la residencia en el Paraíso y pasan entonces por una experiencia de formación bajo la dirección de estas ángeles en orden inverso al de la lista anterior. Es decir, empezáis vuestra carrera paradisiaca bajo la tutela de las facilitadoras del descanso y tras sucesivas temporadas con los órdenes intermedios, termináis este periodo de formación con las conductoras de la adoración. Con eso quedáis preparados para iniciar la carrera sin fin de un finalitario.
27:1.1 (299.1) Las facilitadoras del descanso son las inspectoras del Paraíso que salen de la Isla central hacia el circuito interior de Havona para colaborar allí con sus colegas, las complementadoras del descanso del orden secundario de las supernafines. El elemento esencial para disfrutar del Paraíso es el descanso, el descanso divino, y estas facilitadoras del descanso son las instructoras finales que preparan a los peregrinos del tiempo para su primera toma de contacto con la eternidad. Comienzan su trabajo en el círculo final de logro del universo central y lo continúan cuando el peregrino se despierta del último sueño de transición, el adormecimiento que hace pasar a una criatura del espacio al dominio de lo eterno.
27:1.2 (299.2) El descanso es de naturaleza séptupla: está el descanso del sueño y del juego en los órdenes más bajos de vida, el del descubrimiento en seres más altos y el de la adoración en los tipos más altos de personalidades de espíritu. Está también el descanso normal del consumo de energía, cuando los seres se recargan de energía física o espiritual. Y luego está el sueño del tránsito, el adormecimiento inconsciente cuando se está enserafinado al pasar de una esfera a otra. Enteramente diferente a todos ellos es el sueño profundo de la metamorfosis, el descanso de la transición de una etapa del ser a otra, de una vida a otra, de un estado de existencia a otro, el sueño que acompaña siempre a la transición de un estatus en el universo a otro, en contraste con la evolución por las distintas etapas de cualquier estatus.
27:1.3 (299.3) Pero el último sueño metamórfico es algo más que esos adormecimientos previos de transición que han marcado el logro de las sucesivas etapas de la carrera ascendente. Gracias a él las criaturas del tiempo y el espacio atraviesan los márgenes interiores de lo temporal y lo espacial para lograr el estatus residencial en las moradas sin tiempo ni espacio del Paraíso. Las facilitadoras y las complementadoras del descanso son tan esenciales para esta metamorfosis del trascender como lo son las serafines y sus asociados para la supervivencia de la criatura mortal tras la muerte.
27:1.4 (299.4) Os sumís en el descanso en el circuito final de Havona y sois resucitados para la eternidad en el Paraíso. Y cuando allí os repersonalizáis espiritualmente, reconocéis inmediatamente que la facilitadora del descanso que os da la bienvenida a las orillas eternas es la misma supernafín primaria que os indujo al sueño final en el circuito más interior de Havona. Entonces recordaréis vuestro último gran esfuerzo de fe cuando os disponíais una vez más a poner el cuidado de vuestra identidad en manos del Padre Universal.
27:1.5 (299.5) Habéis disfrutado el último descanso del tiempo; habéis experimentado el último sueño de transición; os despertáis ahora a la vida sempiterna en las orillas de la morada eterna. «Y no habrá más sueños. La presencia de Dios y de su Hijo está ante vosotros y sois eternamente sus servidores; habéis visto su rostro y su nombre es vuestro espíritu. Allí ya no habrá noche; y no necesitan ninguna luz del sol, pues la Gran Fuente y Centro les da luz; vivirán por siempre jamás. Y enjugará Dios toda lágrima de sus ojos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado.»
27:2.1 (300.1) Este es el grupo designado de tiempo en tiempo por la jefa de las supernafines, «el patrón de ángel original», para presidir la organización de los tres órdenes de estas ángeles: primario, secundario y terciario. Las supernafines, como cuerpo, se gobiernan y reglamentan totalmente a sí mismas excepto en las funciones de su jefa mutua, la primera ángel del Paraíso, que preside siempre sobre todas estas personalidades de espíritu.
27:2.2 (300.2) Las ángeles de asignación tienen mucha relación con los residentes mortales glorificados del Paraíso antes de ser admitidos en el Cuerpo de la Finalización. El estudio y la instrucción no son las ocupaciones exclusivas de los que llegan al Paraíso; el servicio desempeña también un papel esencial en las experiencias educativas prefinalitarias del Paraíso. Y he observado que cuando los mortales ascendentes tienen periodos de ocio, muestran cierta predilección por fraternizar con el cuerpo de reserva de las jefas superáficas de asignación.
27:2.3 (300.3) Cuando vosotros, los mortales ascendentes, alcanzáis el Paraíso vuestras relaciones sociales implican mucho más que el contacto con una multitud de seres ensalzados y divinos, y con una multitud familiar de compañeros mortales glorificados. Tenéis que fraternizar también con más de tres mil órdenes diferentes de Ciudadanos del Paraíso, con los diversos grupos de Trascendentales y con muchos otros tipos de habitantes permanentes o transitorios del Paraíso que no han sido revelados en Urantia. Después de un contacto sostenido con esos poderosos intelectos del Paraíso, es muy grato charlar con los tipos de mente angélicos; a los mortales del tiempo les recuerdan a las serafines con quienes tuvieron un contacto tan prolongado y una vinculación tan reconfortante.
27:3.1 (300.4) Cuanto más se asciende en la escala de la vida, más atención se debe prestar a la ética del universo. La consciencia ética es simplemente el reconocimiento por parte de un individuo de los derechos inherentes a la existencia de todos y cada uno de los demás individuos. Pero la ética espiritual trasciende con mucho el concepto del mortal, e incluso el de la morontia, de las relaciones personales y de grupo.
27:3.2 (300.5) La ética ha sido debidamente enseñada y adecuadamente aprendida por los peregrinos del tiempo en su largo ascenso a las glorias del Paraíso. A medida que esta carrera de ascensión hacia dentro se ha ido desplegando desde sus mundos de nacimiento del espacio, los ascendentes han ido añadiendo un grupo tras otro a su círculo cada vez mayor de compañeros del universo, y cada nuevo grupo de colegas añade un nivel más de ética que hay que reconocer y acatar. Y así, para cuando los mortales de ascensión alcanzan el Paraíso, necesitan realmente a alguien que les proporcione consejo útil y amistoso en materia de interpretaciones éticas. No necesitan que les enseñen ética, pero sí necesitan que les interpreten adecuadamente lo que tan trabajosamente han aprendido a medida que se enfrentan a la tarea extraordinaria de entrar en contacto con tantas cosas nuevas.
27:3.3 (300.6) La asistencia de las intérpretes de la ética es inestimable para los que llegan al Paraíso, pues los ayudan a adaptarse a los numerosos grupos de seres majestuosos durante el periodo lleno de acontecimientos que va desde el logro del estatus residencial hasta la iniciación formal en el Cuerpo de Finalitarios Mortales. Los peregrinos ascendentes han conocido ya a muchos de los numerosos tipos de Ciudadanos del Paraíso en los siete circuitos de Havona. Los mortales glorificados han disfrutado también del contacto íntimo con los hijos trinizados por criaturas del cuerpo conjunto en el circuito interior de Havona, donde estos seres reciben gran parte de su educación. Y en los otros circuitos los peregrinos ascendentes han conocido a muchos residentes no revelados del sistema Paraíso-Havona que siguen allí una formación grupal como preparación para las misiones no reveladas del futuro.
27:3.4 (301.1) Todos estos compañerismos celestiales son invariablemente mutuos. Como mortales ascendentes no solo obtenéis beneficios de estos sucesivos compañeros del universo y de tantos órdenes de colaboradores cada vez más divinos, sino que impartís también a cada uno de estos seres fraternales algo de vuestra propia personalidad y experiencia, lo que hace que cada uno de ellos sea diferente y mejor para siempre por haber estado vinculado a un mortal ascendente de los mundos evolutivos del tiempo y el espacio.
27:4.1 (301.2) Una vez instruidos plenamente en la ética de las relaciones paradisiacas —que no son ni formalidades sin sentido ni dictados impuestos por castas artificiales, sino más bien convenciones inherentes— para los mortales ascendentes son muy útiles los consejos de las directoras superáficas de conducta que instruyen a los nuevos miembros de la sociedad paradisiaca en los usos de la conducta perfecta de los altos seres que residen en la Isla central de Luz y Vida.
27:4.2 (301.3) La armonía es la tónica del universo central, y un orden perceptible prevalece en el Paraíso. Una conducta apropiada es esencial para progresar por el camino del conocimiento, a través de la filosofía, hasta las alturas espirituales de la adoración espontánea. Existe una técnica divina de acercamiento a la Divinidad, pero los peregrinos tienen que esperar a llegar al Paraíso para adquirirla. El espíritu de esta técnica se ha impartido en los círculos de Havona, pero los toques finales de la formación de los peregrinos del tiempo solo se pueden aplicar cuando hayan alcanzanzado efectivamente la Isla de Luz.
27:4.3 (301.4) Toda la conducta paradisiaca es enteramente espontánea, natural y libre en todos los sentidos. Con todo, hay una forma apropiada y perfecta de hacer las cosas en la Isla eterna, y las directoras de conducta están siempre al lado de estos «extraños de puertas adentro» para instruirlos y guiar sus pasos de modo que se sientan perfectamente a gusto y evitarles al mismo tiempo la confusión y la incertidumbre que serían inevitables de otro modo. Solo con una organización de este tipo se podían evitar confusiones interminables, y la confusión no aparece nunca en el Paraíso.
27:4.4 (301.5) Estas directoras de conducta sirven realmente como maestras y guías glorificadas. Se dedican principalmente a enseñar a los nuevos residentes mortales todo lo relacionado con la serie casi interminable de situaciones nuevas y usos desconocidos. A pesar de la larga preparación y el largo viaje, el Paraíso sigue siendo indescriptiblemente extraño e inesperadamente nuevo para los que logran finalmente el estatus residencial.
27:5.1 (301.6) Las depositarias superáficas del conocimiento son las más altas «epístolas vivas», conocidas y leídas por todos los que moran en el Paraíso. Son los registros divinos de la verdad, los libros vivos del conocimiento verdadero. Habéis oído hablar de anotaciones en el «libro de la vida». Las depositarias del conocimiento son precisamente esos libros vivos, registros de perfección impresos en tablillas eternas de vida divina y seguridad suprema. Son en realidad bibliotecas vivas y automáticas. Los hechos de los universos son inherentes a estas supernafines primarias y están registrados efectivamente en estas ángeles. Y es también inherentemente imposible que una falsedad consiga alojarse en la mente de estas depositarias perfectas y repletas de la verdad de la eternidad y de la información del tiempo.
27:5.2 (302.1) Estas depositarias dirigen cursos informales de instrucción para los residentes de la Isla Eterna, pero su función principal es de consulta y comprobación. Cualquier residente en el Paraíso puede tener a su lado a voluntad al depositario vivo del hecho o la verdad particular que desee conocer. En el extremo norte de la Isla, se encuentran las descubridoras vivas del conocimiento, que designarán a la directora del grupo que guarda la información buscada, y aparecerán en el acto los seres brillantes que son la cosa misma que deseáis conocer. Ya no tendréis que seguir buscando esclarecimiento ensimismados en el estudio; ahora tomáis contacto con la información viva cara a cara. Obtenéis así el conocimiento supremo directamente de los seres vivos que son sus custodios finales.
27:5.3 (302.2) Cuando localicéis a la supernafín que es exactamente aquello que deseáis comprobar, tendréis a vuestra disposición todos los hechos conocidos de todos los universos, pues estas depositarias del conocimiento son el resumen final y vivo de la vasta red de ángeles registradoras que va desde las serafines y seconafines de los universos locales y los superuniversos hasta las registradoras jefe de las supernafines terciarias de Havona. Y esta acumulación viva de conocimiento es distinta de los registros formales del Paraíso, que son el resumen acumulativo de la historia universal.
27:5.4 (302.3) La sabiduría de la verdad se origina en la divinidad del universo central, pero el conocimiento, el conocimiento experiencial, comienza en gran medida en los dominios del tiempo y el espacio, de ahí la necesidad de mantener en los superuniversos las extensas organizaciones de serafines y supernafines registradoras patrocinadas por las Registradoras Celestiales.
27:5.5 (302.4) Estas supernafines primarias que poseen de modo inherente el conocimiento universal son también responsables de su organización y clasificación. Al constituirse a sí mismas en bibliotecas vivas de consulta del universo de universos, han clasificado el conocimiento en siete grandes órdenes, cada uno de los cuales tiene aproximadamente un millón de subdivisiones. La facilidad con la que los residentes del Paraíso pueden consultar este vasto depósito de conocimientos se debe exclusivamente a los esfuerzos sabios y voluntarios de las depositarias del conocimiento. Las depositarias son también las maestras eminentes del universo central que distribuyen profusamente sus tesoros vivos a todos los seres de cualquiera de los circuitos de Havona y son utilizadas amplia aunque indirectamente por las cortes de los Ancianos de los Días. Pero esta biblioteca viva que está a disposición del universo central y los superuniversos no es accesible a las creaciones locales. En los universos locales los beneficios del conocimiento paradisiaco se obtienen solo de forma indirecta y por reflectividad.
27:6.1 (302.5) Próxima a la suprema satisfacción de la adoración se sitúa la euforia de la filosofía. Por mucho que avancéis y por muy alto que escaléis siempre quedarán mil misterios que solo se puede intentar resolver empleando la filosofía.
27:6.2 (302.6) A las filósofas maestras del Paraíso les encanta guiar la mente de sus habitantes, tanto nativos como ascendentes, en la estimulante tarea de intentar solucionar los problemas del universo. Estas maestras superáficas de la filosofía son las «sabias del cielo», los seres de sabiduría que hacen uso de la verdad del conocimiento y de los hechos de la experiencia en sus esfuerzos por dominar lo desconocido. Con ellas el conocimiento alcanza la verdad, y la experiencia asciende hasta la sabiduría. En el Paraíso las personalidades ascendentes del espacio experimentan las cumbres del ser: tienen conocimiento, conocen la verdad, pueden filosofar —pensar en la verdad—, pueden incluso tratar de abarcar los conceptos del Último e intentar captar las técnicas de los Absolutos.
27:6.3 (303.1) En el extremo sur del vasto dominio del Paraíso las maestras de la filosofía imparten cursos avanzados en las setenta divisiones funcionales de la sabiduría. En ellos disertan sobre los planes y los propósitos de la Infinitud y procuran coordinar las experiencias y componer el conocimiento de todos los que tienen acceso a su sabiduría. Han desarrollado actitudes muy especializadas hacia distintos problemas del universo, pero siempre hay un acuerdo uniforme en sus conclusiones finales.
27:6.4 (303.2) Estas filósofas del Paraíso utilizan todos los métodos posibles de instrucción, incluyendo la técnica gráfica superior de Havona y ciertos métodos paradisiacos de comunicar información. Todas estas técnicas superiores de impartir conocimiento y transmitir ideas escapan por completo a la capacidad de comprensión incluso de la mente humana más desarrollada. Una hora de instrucción en el Paraíso sería equivalente a diez mil años de los métodos de memorización de palabras de Urantia. No podéis captar tales técnicas de comunicación y no hay absolutamente nada comparable en la experiencia del mortal, nada a lo que se puedan parecer.
27:6.5 (303.3) Las maestras de la filosofía disfrutan de manera suprema impartiendo su interpretación del universo de universos a los seres que han ascendido desde los mundos del espacio. Y aunque la filosofía no puede ser nunca tan firme en sus conclusiones como los hechos del conocimiento y las verdades de la experiencia, cuando hayáis escuchado a estas supernafines primarias disertar sobre los problemas no resueltos de la eternidad y las actuaciones de los Absolutos, sentiréis una satisfacción cierta y duradera respecto a estas cuestiones no dominadas.
27:6.6 (303.4) Estas actividades intelectuales del Paraíso no se difunden; la filosofía de la perfección solo está a disposición de los que están presentes personalmente. Las creaciones circundantes solo tienen conocimiento de esas enseñanzas a través de los que han pasado por esta experiencia y han llevado posteriormente esta sabiduría a los universos del espacio.
27:7.1 (303.5) La adoración es el privilegio más alto y el primer deber de todas las inteligencias creadas. La adoración es el acto consciente y jubiloso de reconocer y admitir la verdad y el hecho de las relaciones íntimas y personales de los Creadores con sus criaturas. La calidad de la adoración está determinada por la profundidad de la percepción de la criatura, y a medida que su conocimiento del carácter infinito de los Dioses progresa, el acto de adoración va abarcando cada vez más la totalidad hasta que logra finalmente la gloria del deleite experiencial más alto y el placer más exquisito conocido por los seres creados.
27:7.2 (303.6) Aunque la Isla del Paraíso contiene ciertos lugares de adoración, es más bien un vasto santuario de servicio divino. La adoración es la pasión primera y dominante de todos los que escalan hasta sus gozosas orillas, es el estallido espontáneo de los seres que han aprendido lo suficiente de Dios como para lograr llegar a su presencia. De círculo en círculo durante el viaje hacia dentro a través de Havona, la adoración es una pasión creciente hasta que en el Paraíso se hace necesario dirigir y controlar su expresión.
27:7.3 (304.1) Los arrebatos de adoración suprema y alabanza espiritual que se disfrutan en el Paraíso de forma periódica, espontánea, grupal y otras manifestaciones especiales se producen bajo el liderazgo un cuerpo especial de supernafines primarias. Bajo la dirección de estas conductoras de la adoración, este homenaje logra el objetivo del placer supremo de la criatura y alcanza las alturas de la perfección en la autoexpresión sublime y el disfrute personal. Todas las supernafines primarias ansían ser conductoras de la adoración y todos los seres ascendentes se quedarían disfrutando para siempre de la adoración si no fuera porque las jefas de asignación dispersan periódicamente estas reuniones. Pero no se pide nunca a un ser ascendente que emprenda las tareas del servicio eterno sin haber logrado antes satisfacción plena en la adoración.
27:7.4 (304.2) La labor de las conductoras de la adoración consiste en enseñar a las criaturas ascendentes a adorar de manera que puedan obtener esa satisfacción de la autoexpresión y sean capaces al mismo tiempo de prestar atención a las actividades esenciales del régimen paradisiaco. Sin mejorar en la técnica de adoración, el mortal medio que alcanza el Paraíso necesitaría cientos de años para expresar plena y satisfactoriamente sus emociones de agradecimiento inteligente y de gratitud ascendente. Las conductoras de la adoración abren vías de expresión nuevas y hasta ese momento desconocidas para que esos maravillosos hijos de las entrañas del espacio y de las tribulaciones del tiempo puedan obtener la satisfacción plena de la adoración en mucho menos tiempo.
27:7.5 (304.3) Todas las artes de todos los seres del universo entero que son capaces de intensificar y exaltar las aptitudes de autoexpresión y transmisión del agradecimiento se emplean al máximo en la adoración de las Deidades del Paraíso. La adoración es la alegría mayor de la existencia paradisiaca; es el juego reconfortante del Paraíso. Lo que el juego hace por vuestras mentes hastiadas en la tierra lo hará la adoración por vuestras almas perfeccionadas en el Paraíso. El modo de adoración del Paraíso sobrepasa por completo la comprensión del mortal, pero podéis empezar a apreciar su espíritu incluso aquí abajo en Urantia, pues los espíritus de los Dioses moran ya en vosotros, están alrededor de vosotros y os inspiran la adoración verdadera.
27:7.6 (304.4) En el Paraíso hay lugares y momentos establecidos para adorar, pero no son adecuados para dar cabida al desbordamiento creciente de las emociones espirituales de la inteligencia en aumento y del reconocimiento expansivo de la divinidad que se produce en los brillantes seres que han ascendido experiencialmente a la Isla eterna. Desde los tiempos de Grandfanda, las supernafines no han sido nunca capaces de dar cabida completa al espíritu de adoración en el Paraíso. Hay siempre un exceso de deseo de adorar con relación a la preparación para ello. Y esto es porque las personalidades de perfección inherente no pueden apreciar nunca del todo las formidables reacciones de las emociones espirituales de seres que se han ido abriendo camino hacia arriba lenta y laboriosamente hasta la gloria del Paraíso desde las profundidades de la oscuridad espiritual de los mundos más bajos del tiempo y el espacio. Cuando estas ángeles y estos mortales del tiempo alcanzan la presencia de los Poderes del Paraíso se manifiesta la expresión de las emociones acumuladas de las edades, un espectáculo que asombra a las ángeles del Paraíso y produce la alegría suprema de la satisfacción divina en las Deidades del Paraíso.
27:7.7 (304.5) A veces todo el Paraíso queda sumido en una marea dominante de expresión espiritual y adoradora. Ocurre con frecuencia que las conductoras de la adoración no pueden controlar estos fenómenos hasta que aparece la triple fluctuación de la luz de la morada de la Deidad, que significa que el corazón divino de los Dioses está plena y enteramente satisfecho por la adoración sincera de los residentes en el Paraíso, los ciudadanos perfectos de la gloria y las criaturas ascendentes del tiempo. ¡Qué triunfo de la técnica! ¡Cómo fructifican el plan y el propósito eterno de los Dioses cuando el amor inteligente del hijo criatura da plena satisfacción al amor infinito del Padre Creador!
27:7.8 (305.1) Después de lograr la suprema satisfacción de la adoración plena, estáis cualificados para ser admitidos en el Cuerpo de la Finalización. La carrera ascendente casi ha terminado y se prepara la celebración del séptimo jubileo. El primer jubileo marcó el acuerdo del mortal con el Ajustador del Pensamiento cuando se selló el propósito de sobrevivir; el segundo fue el despertar en la vida de la morontia; el tercero fue la fusión con el Ajustador del Pensamiento; el cuarto fue el despertar en Havona; el quinto celebró el descubrimiento del Padre Universal; y el sexto aconteció al despertar en el Paraíso tras el adormecimiento final de tránsito del tiempo. El séptimo jubileo marca la entrada en el cuerpo de los finalitarios mortales y el inicio del servicio en la eternidad. El logro por un finalitario de la séptima etapa de realización en el espíritu señalará probablemente la celebración del primero de los jubileos de la eternidad.
27:7.9 (305.2) Y así termina la historia de las supernafines del Paraíso, el orden más alto de todos los espíritus ministrantes, los seres que os acompañan siempre como clase universal desde el mundo de vuestro origen hasta que sois despedidos finalmente por las conductoras de la adoración cuando prestáis a la Trinidad el juramento de la eternidad y os incorporáis al Cuerpo de los Mortales de la Finalización.
27:7.10 (305.3) El servicio sin fin de la Trinidad del Paraíso está a punto de empezar. Y ahora el finalitario se encuentra frente a frente con el desafío de Dios Último.
27:7.11 (305.4) [Presentado por un Perfeccionador de la Sabiduría de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 28
28:0.1 (306.1) ASÍ COMO las supernafines son las huestes angélicas del universo central y las serafines las de los universos locales, las seconafines son los espíritus ministrantes de los superuniversos. Estas hijas de los Espíritus Reflectantes son mucho más parecidas a las supernafines que a las serafines en grado de divinidad y en potencial de supremacía. No sirven solas en las supercreaciones, y las operaciones patrocinadas por sus compañeros no revelados son tan numerosas como fascinantes.
28:0.2 (306.2) Tal como se presentan en estas narraciones, los espíritus ministrantes de los superuniversos abarcan los tres órdenes siguientes:
28:0.3 (306.3) 1. Las seconafines.
28:0.4 (306.4) 2. Las terciafines.
28:0.5 (306.5) 3. Las omniafines.
28:0.6 (306.6) Puesto que los dos últimos órdenes no se ocupan directamente del programa ascendente de progresión de los mortales, se tratarán brevemente antes de considerar más extensamente a las seconafines. Estrictamente hablando, ni las terciafines ni las omniafines son espíritus ministrantes de los superuniversos, aunque sirven como ministradoras del espíritu en esos dominios.
28:1.1 (306.7) Estas ángeles excelsas están registradas en las sedes centrales de los superuniversos, y a pesar de servir en las creaciones locales, en teoría son residentes de estas capitales de los superuniversos ya que no son nativas de los universos locales. Las terciafines son hijas del Espíritu Infinito y son personalizadas en el Paraíso en grupos de mil. Estos seres sublimes de originalidad divina y variedad de talentos casi suprema son el don del Espíritu Infinito a los Hijos Creadores de Dios.
28:1.2 (306.8) Cuando un Hijo Miguel se separa del régimen parental del Paraíso y se prepara para partir hacia la aventura del espacio en los universos, el Espíritu Infinito da nacimiento a un grupo de mil de estos espíritus acompañantes. Y estas majestuosas terciafines acompañan a este Hijo Creador cuando se embarca en la aventura de organizar un universo.
28:1.3 (306.9) Durante los primeros tiempos de construcción de un universo, estas mil terciafines son el único equipo personal del Hijo Creador. Adquieren una considerable experiencia como asistentes del Hijo durante esas edades agitadas de ensamblado del universo y otras manipulaciones astronómicas. Sirven junto al Hijo Creador hasta el día de la personalización de la Radiante Estrella Matutina, el primogénito de un universo local. Acto seguido, la dimisión formal de las terciafines es presentada y aceptada. Y con la aparición de los órdenes iniciales de vida angélica nativa, se retiran del servicio activo en el universo local y se convierten en ministras de enlace entre el Hijo Creador al que estuvieron adscritas anteriormente y los Ancianos de los Días del superuniverso en cuestión.
28:2.1 (307.1) Las omniafines son creadas por el Espíritu Infinito en enlace con los siete Ejecutivos Supremos, y son las servidoras y mensajeras exclusivas de estos mismos Ejecutivos Supremos. Las omniafines están destinadas al gran universo, y en Orvonton la sede de este cuerpo se encuentra en la zona norte de Uversa, donde residen como colonia especial de cortesía. No están registradas en Uversa ni adscritas a nuestra administración. Tampoco se ocupan directamente del programa ascendente de progresión de los mortales.
28:2.2 (307.2) Las omniafines se dedican por completo a la vigilancia de los superuniversos con vistas a la coordinación administrativa desde el punto de vista de los siete Ejecutivos Supremos. Nuestra colonia de omniafines de Uversa solo obedece e informa al Ejecutivo Supremo de Orvonton, ubicado en la esfera ejecutiva conjunta número siete del anillo exterior de los satélites paradisiacos.
28:3.1 (307.3) Las huestes secoráficas provienen de los siete Espíritus Reflectantes asignados a la sede de cada superuniverso. Existe una técnica precisa de respuesta paradisiaca asociada a la creación de estas ángeles en grupos de siete. En cada grupo de siete hay siempre una seconafín primaria, tres secundarias y tres terciarias; se personalizan siempre en esta proporción exacta. Cuando se crean siete de estas seconafines, una de ellas, la primaria, queda adscrita al servicio de los Ancianos de los Días. Las tres ángeles secundarias se vinculan a los tres grupos de administradores de los supergobiernos de origen paradisiaco: los Consejeros Divinos, los Perfeccionadores de la Sabiduría y los Censores Universales. Las tres ángeles terciarias son adscritas a los asociados trinizados ascendentes de los regidores del superuniverso: los Mensajeros Poderosos, Los Altos en Autoridad y Los sin Nombre ni Número.
28:3.2 (307.4) Estas seconafines de los superuniversos son la progenie de los Espíritus Reflectantes y, por consiguiente, la reflectividad es inherente a su naturaleza. Responden por reflectividad a todas y cada una de las fases de cada criatura originada en la Tercera Fuente y Centro y en los Hijos Creadores del Paraíso, pero no reflejan de modo directo las cosas y entidades, personales u otras, cuyo origen exclusivo sea la Primera Fuente y Centro. Tenemos muchas pruebas de la actualidad de los circuitos universales de información del Espíritu Infinito, pero aunque no tuviéramos ninguna otra prueba, las actuaciones reflectantes de las seconafines serían perfectamente suficientes para demostrar la realidad de la presencia universal de la mente infinita del Actor Conjunto.
28:4.1 (307.5) Las seconafines primarias, asignadas a los Ancianos de los Días, son espejos vivos al servicio de estos regidores trinos. Pensad en lo que significa para la organización de un superuniverso el poder volverse, por así decirlo, hacia un espejo vivo y ver y escuchar en él con exactitud las respuestas de otro ser situado a mil o cien mil años luz de distancia, y hacer todo esto de modo instantáneo e infalible. Los registros son esenciales para la conducción de los universos, las difusiones son útiles, el trabajo de los Mensajeros Solitarios y otros mensajeros es muy práctico, pero los Ancianos de los Días desde su posición a medio camino entre los mundos habitados y el Paraíso —entre el hombre y Dios— pueden mirar instantáneamente a ambos lados, escuchar a ambos lados y conocer ambos lados.
28:4.2 (308.1) Esta capacidad de escuchar y ver, por así decirlo, todas las cosas, solo pueden hacerla realidad en los superuniversos de manera perfecta los Ancianos de los Días, y únicamente en sus respectivos mundos sede. E incluso ahí hay limitaciones: desde Uversa, dicha comunicación se limita a los mundos y universos de Orvonton, y aunque no está operativa entre los superuniversos, esta misma técnica reflectante mantiene a cada uno de ellos en estrecho contacto con el universo central y con el Paraíso. Los siete supergobiernos, aunque segregados entre sí, reflejan así perfectamente la autoridad de arriba y comprenden y conocen perfectamente las necesidades de abajo.
28:4.3 (308.2) Las seconafines primarias tienden a inclinarse por su naturaleza inherente hacia siete tipos de servicio, y como corresponde, las que pertenecen a la primera serie de este orden están dotadas de tal manera que interpretan de modo inherente la mente del Espíritu a los Ancianos de los Días:
28:4.4 (308.3) 1. La Voz del Actor Conjunto. En cada superuniverso, la primera seconafín primaria y cada séptima de este orden creada posteriormente muestran un alto grado de adaptabilidad para entender la mente del Espíritu Infinito e interpretarla a los Ancianos de los Días y a sus colaboradores de los supergobiernos. Esto es de gran valor en las sedes de los superuniversos, pues a diferencia de las creaciones locales con sus Ministras Divinas, la sede de un supergobierno no tiene una personalización especializada del Espíritu Infinito. De ahí que estas voces secoráficas sean las que más cerca están de ser las representantes personales de la Tercera Fuente y Centro en esas esferas capitales. Es verdad que los siete Espíritus Reflectantes están allí, pero estas madres de las huestes secoráficas no reflejan de forma tan exacta y automática al Actor Conjunto como a los siete Espíritus Maestros.
28:4.5 (308.4) 2. La Voz de los siete Espíritus Maestros. La segunda seconafín primaria y cada séptima creada a partir de ella tienden a retratar las naturalezas y las reacciones colectivas de los siete Espíritus Maestros. Aunque cada Espíritu Maestro está ya representado en la capital de un superuniverso por uno de los siete Espíritus Reflectantes asignados a él, esta representación es individual, no colectiva. Colectivamente solo están presentes por reflectividad. Por eso los Espíritus Maestros aprecian tanto los servicios de estas ángeles sumamente personales pertenecientes a la segunda serie de las seconafines primarias que están tan capacitadas para representarlos ante los Ancianos de los Días.
28:4.6 (308.5) 3. La Voz de los Hijos Creadores. El Espíritu Infinito tiene que haber tenido algo que ver con la creación o la capacitación de los Hijos del Paraíso del orden de Miguel, pues la tercera seconafín primaria y cada séptima consecutiva a partir de ella poseen el notable talento de ser reflejar la mente de estos Hijos Creadores. Si los Ancianos de los Días quieren conocer —conocer realmente— la actitud de Miguel de Nebadon sobre algún asunto bajo consideración, no necesitan llamarlo por las líneas del espacio. Solo tienen que llamar a la Jefa de las Voces de Nebadon quien, atendiendo a su petición, les presentará a la seconafín que corresponde a Miguel según el registro. Al momento, los Ancianos de los Días percibirán allí mismo la voz del Hijo Maestro de Nebadon.
28:4.7 (309.1) Ningún otro orden de filiación es así de «reflejable» y ningún otro orden de ángeles puede actuar así. No entendemos plenamente cómo se lleva a cabo esto, y dudo mucho que los propios Hijos Creadores lo comprendan del todo. Pero sabemos con certeza que funciona, y sabemos también que funciona infaliblemente de forma aceptable porque en toda la historia de Uversa las voces secoráficas no se han equivocado nunca en sus presentaciones.
28:4.8 (309.2) Estáis empezando a ver aquí una pequeña parte del modo en que la divinidad abarca el espacio del tiempo y domina el tiempo del espacio. Empezáis a vislumbrar fugazmente la técnica del ciclo de la eternidad, que diverge por el momento para ayudar a los hijos del tiempo en sus tareas de dominar los difíciles obstáculos del espacio. Y estos fenómenos son adicionales a la técnica universal establecida de los Espíritus Reflectantes.
28:4.9 (309.3) Aunque privados aparentemente de la presencia personal de los Espíritus Maestros por arriba y de los Hijos Creadores por abajo, los Ancianos de los Días tienen a sus órdenes seres vivos que están en sintonía con mecanismos cósmicos dotados de perfección reflectante y precisión última, por medio de los cuales pueden contemplar la presencia reflejada de todos los seres ensalzados cuya presencia personal se les niega. Por y a través de estos medios y de otros desconocidos para vosotros, Dios está potencialmente presente en las sedes de los superuniversos.
28:4.10 (309.4) Los Ancianos de los Días deducen perfectamente la voluntad del Padre al cotejar el destello de la voz del Espíritu que viene de arriba con el destello de las voces de los Migueles que viene de abajo. De esa forma pueden calcular con seguridad infalible la voluntad del Padre respecto a los asuntos administrativos de los universos locales. Pero para deducir la voluntad de uno de los Dioses a partir del conocimiento de los otros dos, los tres Ancianos de los Días tienen que actuar juntos; dos no serían capaces de obtener la respuesta. Por esta razón y aunque no hubiera otras, los superuniversos están siempre presididos por tres Ancianos de los Días y no por uno, ni siquiera por dos.
28:4.11 (309.5) 4. La Voz de las huestes angélicas. La cuarta seconafín primaria y cada séptima consecutiva resultan ser ángeles peculiarmente receptivas a los sentimientos de todos los órdenes de ángeles, incluyendo a las supernafines por arriba y a las serafines por abajo. Así, la actitud de cualquier ángel directora o supervisora está inmediatamente disponible para ser considerada en cualquier consejo de los Ancianos de los Días. No pasa ni un solo día en vuestro mundo sin que la jefa de las serafines de Urantia sea consciente del fenómeno de la transferencia reflectante, de que se recurre a ella desde Uversa para algún propósito; pero a menos que algún Mensajero Solitario la prevenga, queda totalmente ignorante de lo que se busca y de cómo se obtiene. Estos espíritus ministrantes del tiempo proporcionan constantemente este tipo de testimonio inconsciente, y por lo tanto libre de prejuicios, sobre una serie sin fin de asuntos que ocupan la atención y requieren el consejo de los Ancianos de los Días y sus colaboradores.
28:4.12 (309.6) 5. Receptoras de difusiones. Hay una clase especial de mensajes de difusión que solo son recibidos por estas seconafines primarias. Aunque no son las difusoras regulares de Uversa, trabajan en enlace con las ángeles de las voces reflectantes con objeto de sincronizar la visión reflectante de los Ancianos de los Días con ciertos mensajes concretos que llegan por los circuitos establecidos de comunicación del universo. Las receptoras de difusiones son de la serie quinta, la quinta seconafín primaria en ser creada y cada séptima a partir de ella.
28:4.13 (310.1) 6. Personalidades de transporte. Son las seconafines que transportan a los peregrinos del tiempo desde los mundos sede de los superuniversos hasta el círculo exterior de Havona. Constituyen el cuerpo de transporte de los superuniversos que opera hacia dentro hasta el Paraíso y hacia fuera hasta los mundos de sus sectores respectivos. Este cuerpo está compuesto por la sexta seconafín primaria y cada séptima creada posteriormente.
28:4.14 (310.2) 7. El cuerpo de reserva. Un grupo muy grande de seconafines, las pertenecientes a la serie séptima de las primarias, se mantiene en reserva para servicios no clasificados y misiones de emergencia de los mundos. Al no estar muy especializadas, pueden actuar bastante bien en cualquiera de las capacidades de sus diversas colegas, pero este trabajo especializado solo lo asumen en casos de emergencia. Su tarea habitual consiste en atender a los deberes generales de un superuniverso que no son competencia de las ángeles con misión específica.
28:5.1 (310.3) Las seconafines del orden secundario no son menos reflectantes que sus compañeras primarias. En el caso de las seconafines, la clasificación en primarias, secundarias y terciarias no supone ninguna diferenciación de estatus ni de función; denota simplemente órdenes de procedimiento. Los tres grupos muestran cualidades idénticas en sus actividades.
28:5.2 (310.4) Los siete tipos reflectantes de seconafines secundarias están asignados como sigue al servicio de los colaboradores de igual rango de los Ancianos de los Días con origen en la Trinidad:
28:5.3 (310.5) A los Perfeccionadores de la Sabiduría: las Voces de la Sabiduría, las Almas de la Filosofía y las Uniones de Almas.
28:5.4 (310.6) A los Consejeros Divinos: los Corazones de Consejo, las Alegrías de la Existencia y las Satisfacciones del Servicio.
28:5.5 (310.7) A los Censores Universales: las Conocedoras de Espíritus.
28:5.6 (310.8) Igual que el orden primario, este grupo es creado en series, es decir, la primogénita fue una Voz de la Sabiduría y la séptima a partir de ella fue similar; y así sucesivamente con los otros seis tipos de estas ángeles reflectantes.
28:5.7 (310.9) 1. La Voz de la Sabiduría. Algunas de estas seconafines están en enlace perpetuo con las bibliotecas vivas del Paraíso, las depositarias del conocimiento del orden de las supernafines primarias. En el servicio reflectante especializado, las Voces de la Sabiduría son concentraciones y focalizaciones vivas, al día, plenas y absolutamente fidedignas de la sabiduría coordinada del universo de universos. Para el volumen casi infinito de información que circula por los circuitos maestros de los superuniversos, estos magníficos seres son tan reflectantes y selectivos, tan sensibles, que son capaces de segregar y recibir la esencia de la sabiduría y de transmitir infaliblemente estas joyas de la actividad mental a sus superiores, los Perfeccionadores de la Sabiduría. Y actúan de tal modo que los Perfeccionadores de la Sabiduría no solo oyen las expresiones originales de esta sabiduría, sino que ven además por reflectividad a los seres mismos, de origen alto o humilde, que les dieron voz.
28:5.8 (310.10) Está escrito: «Si un hombre carece de sabiduría, que pregunte». Cuando en Uversa se hace necesario llegar a decisiones de sabiduría en las situaciones desconcertantes de los complejos asuntos de gobierno del superuniverso, cuando se requiere tanto sabiduría de la perfección como sabiduría práctica, los Perfeccionadores de la Sabiduría convocan a un gran número de Voces de la Sabiduría y, con la consumada destreza de su orden, de tal modo sintonizan a estos receptores vivos de la sabiduría contenida en las mentes y circulante por el universo de universos y fijan su dirección que al poco tiempo emana de estas voces secoráficas una corriente de la sabiduría de la divinidad procedente del universo de arriba y un torrente de sabiduría práctica procedente de las mentes más altas de los universos de abajo.
28:5.9 (311.1) Si hubiera confusión a la hora de armonizar estas dos versiones de la sabiduría, se llama inmediatamente a los Consejeros Divinos, que deciden en el acto la combinación correcta de los procedimientos. Si hubiera alguna duda sobre la autenticidad de algo que viene de mundos donde se ha impuesto la rebelión, se llama a los Censores que, con sus Conocedoras de Espíritus, son capaces de dictaminar de inmediato «qué tipo de espíritu» movió al asesor. De esta forma, la sabiduría de las edades y el intelecto del momento están siempre presentes para los Ancianos de los Días como un libro abierto ante su mirada benefactora.
28:5.10 (311.2) Apenas podéis comprender lo que todo esto supone para los que son responsables de la conducción de los gobiernos de los superuniversos. La inmensidad y la globalidad de estas operaciones sobrepasan por completo la concepción finita. Cuando estéis, como he estado yo repetidamente, en las cámaras especiales de recepción del templo de la sabiduría de Uversa y veáis funcionar todo esto, os sentiréis movidos a la adoración por la perfección de la complejidad y por la seguridad del funcionamiento de las comunicaciones interplanetarias de los universos. Rendiréis homenaje a la divina bondad y sabiduría de los Dioses, que hacen planes y tan magníficamente los ejecutan. Y estas cosas suceden en verdad tal como yo las he descrito.
28:5.11 (311.3) 2. El Alma de la Filosofía. Estas maestras maravillosas están adscritas también a los Perfeccionadores de la Sabiduría, y cuando su dirección no está establecida de otra manera, permanecen en sincronía focal con las maestras de la filosofía del Paraíso. Imaginad que os ponéis, por así decirlo, ante un inmenso espejo vivo, pero que en lugar de contemplar la imagen de vuestro yo material y finito, percibís un reflejo de la sabiduría de la divinidad y de la filosofía del Paraíso. Y si llega a ser deseable «encarnar» esta filosofía de perfección, diluirla de tal modo que se vuelva aplicable y asimilable en la práctica para las gentes humildes de los mundos más bajos, estos espejos vivos solo tienen que volver el rostro hacia abajo para reflejar las normas y necesidades de otro mundo o de otro universo.
28:5.12 (311.4) Mediante estas mismas técnicas los Perfeccionadores de la Sabiduría adaptan sus decisiones y recomendaciones a las necesidades reales y al estatus efectivo de los pueblos y los mundos que están bajo su consideración, y actúan siempre de común acuerdo con los Consejeros Divinos y con los Censores Universales. Pero la repleción sublime de estas operaciones sobrepasa incluso mi capacidad de comprensión.
28:5.13 (311.5) 3. La Unión de Almas. Estas reflectoras del estatus y los ideales de las relaciones éticas completan el personal trino adscrito a los Perfeccionadores de la Sabiduría. De todos los problemas del universo que requieren ejercitar la sabiduría consumada de la experiencia y la adaptabilidad, ninguno es más importante que los que surgen de las relaciones y asociaciones entre seres inteligentes. Tanto en las relaciones humanas de comercio y negocios, de amistad y matrimonio, como en los enlaces de las huestes angélicas, surgen continuamente pequeñas fricciones, malentendidos menores demasiado triviales para atraer la atención de los conciliadores, pero suficientemente molestos y perturbadores como para alterar la buena marcha del universo si se permite que proliferen y persistan. Por ello, los Perfeccionadores de la Sabiduría ponen a disposición de todo un superuniverso la sabia experiencia de su orden como «aceite de reconciliación». En todo este trabajo estos sabios de los superuniversos son eficazmente secundados por sus asociadas reflectantes, las Uniones de Almas, que proporcionan información al día respecto al estatus del universo al tiempo que muestran la mejor solución de estos dificultosos problemas según el ideal paradisiaco. Cuando no se fija su dirección hacia otro lugar específico, estas seconafines permanecen en enlace reflectante con las intérpretes de la ética que están en el Paraíso.
28:5.14 (312.1) Estas son las ángeles que fomentan y promueven el trabajo en equipo en todo Orvonton. Una de las lecciones más importantes que debéis aprender durante vuestra carrera como mortales es el trabajo en equipo. Las esferas de perfección están tripuladas por aquellos que han dominado este arte de trabajar con otros seres. Hay pocas tareas en el universo para el servidor solitario. Cuanto más alto ascendáis, más solos os sentiréis cuando estéis temporalmente sin la compañía de vuestros semejantes.
28:5.15 (312.2) 4. El Corazón de Consejo. Es el primer grupo de estos genios reflectantes que se pone bajo la supervisión de los Consejeros Divinos. Las seconafines de este tipo están en posesión de los hechos del espacio, pues captan estos datos de forma selectiva en los circuitos del tiempo. Reflejan de manera especial a las coordinadoras superáficas de información, pero reflejan también selectivamente los consejos de todos los seres de todos los estados, altos y bajos. Siempre que se recurre al asesoramiento de los Consejeros Divinos para cuestiones o decisiones importantes, estos solicitan de inmediato un conjunto de Corazones de Consejo y enseguida se dicta una resolución que combina efectivamente la sabiduría y las recomendaciones coordinadas de las mentes más competentes de todo el superuniverso. Y todo ello ha sido censurado y revisado a la luz del consejo de las altas mentes de Havona e incluso del Paraíso.
28:5.16 (312.3) 5. La Alegría de la Existencia. Estos seres están sintonizados por naturaleza de modo reflectante con las supervisoras superáficas de la armonía por arriba y con ciertas serafines por abajo, pero es difícil explicar qué hacen realmente las integrantes de este interesante grupo. Sus actividades principales están dirigidas a promover reacciones de alegría entre los diversos órdenes de huestes angélicas y las criaturas con voluntad más bajas. Los Consejeros Divinos a los que están adscritas rara vez las utilizan para encontrar específicamente la alegría. De una manera más general y en colaboración con los directores de la reversión, actúan como centros de intercambio de alegría buscando aumentar las reacciones de placer de los mundos mientras intentan mejorar el gusto por el humor, desarrollar un superhumor entre mortales y ángeles. Se esfuerzan por demostrar que hay una alegría inherente a la existencia de libre albedrío con independencia de todas las influencias externas. Y tienen razón, aunque encuentran grandes dificultades para inculcar esta verdad en la mente de los hombres primitivos. Las personalidades espirituales más altas y las ángeles responden con más rapidez a estos esfuerzos educativos.
28:5.17 (312.4) 6. La Satisfacción del Servicio. Estas ángeles reflejan fielmente la actitud de las directoras de conducta del Paraíso y, con una actuación muy parecida a las Alegrías de la Existencia, se esfuerzan por mejorar el valor del servicio y aumentar las satisfacciones que proporciona. Han hecho mucho por esclarecer las recompensas aplazadas inherentes al servicio desinteresado, el servicio para la expansión del reino de la verdad.
28:5.18 (312.5) Los Consejeros Divinos a los que están adscritas las utilizan para reflejar de un mundo a otro los beneficios que se derivan del servicio espiritual, y al valerse de las actuaciones de los mejores para inspirar y animar a los mediocres, estas seconafines contribuyen inmensamente a la calidad del servicio abnegado de los superuniversos. Aprovechan eficazmente el espíritu competitivo fraternal haciendo circular en cada mundo información sobre lo que hacen los demás, particularmente los mejores. Se promueve así una sana y estimulante rivalidad incluso entre las huestes seráficas.
28:5.19 (313.1) 7. La Conocedora de Espíritus. Existe una vinculación especial entre las consejeras y asesoras del segundo círculo de Havona y estas ángeles reflectantes. Son las únicas seconafines adscritas a los Censores Universales, pero son probablemente las más excepcionalmente especializadas de todas sus compañeras. Sea cual sea la fuente o el canal de información, por escasas que sean las pruebas aportadas, cuando se someten a su escrutinio reflectante, estas conocedoras nos informarán en el acto del motivo verdadero, el propósito efectivo y la naturaleza real de su origen. Me maravilla el magnífico funcionamiento de estas ángeles que tan infaliblemente reflejan el auténtico carácter moral y espiritual de cualquier individuo sobre el que concentran su atención.
28:5.20 (313.2) Las Conocedoras de Espíritus llevan a cabo estos intrincados servicios en virtud de su «visión interior espiritual» inherente, si se me permite utilizar esta expresión para intentar transmitir a la mente humana la idea de que estas ángeles reflectantes actúan así de manera intuitiva, inherente e infalible. Cuando los Censores Universales contemplan la información presentada se encuentran frente a frente con el alma desnuda del individuo reflejado, y esta misma fidelidad y perfección del retrato explica en parte por qué los censores pueden actuar siempre con tanta justicia como jueces equitativos. Las conocedoras acompañan siempre a los Censores en cualquier misión fuera de Uversa y son exactamente igual de eficaces en los universos como en su sede de Uversa.
28:5.21 (313.3) Os aseguro que todas estas operaciones del mundo del espíritu son reales, que tienen lugar de acuerdo con los usos establecidos y en armonía con las leyes inmutables de los dominios universales. Los seres de cada nuevo orden creado, justo después de recibir el aliento de vida, son reflejados instantáneamente en lo alto; un retrato vivo de la naturaleza y el potencial de la criatura es proyectado hasta la sede del superuniverso. Y así, por medio de las conocedoras, los Censores tienen plena información sobre «qué clase de espíritu» exactamente ha nacido en los mundos del espacio.
28:5.22 (313.4) Lo mismo ocurre con el hombre mortal: el Espíritu Madre de Salvington os conoce plenamente, pues el Espíritu Santo de vuestro mundo «examina todas las cosas» y todo lo que el Espíritu divino sabe de vosotros está disponible inmediatamente en cuanto las conocedoras secoráficas reflejan con el Espíritu lo que el Espíritu conoce de vosotros. Cabe señalar, sin embargo, que el conocimiento y los planes de los fragmentos del Padre no son reflejables. Las conocedoras pueden reflejar y reflejan la presencia de los Ajustadores (y los Censores dictaminan que son divinos), pero no pueden descifrar el contenido de la mente de los Monitores de Misterio.
28:6.1 (313.5) De la misma manera que sus compañeras, estas ángeles son creadas en series y en siete tipos reflectantes, pero estos tipos no se asignan individualmente a los distintos servicios de los administradores de los superuniversos. Todas las seconafines terciarias se asignan colectivamente a los Hijos Trinizados de Logro, y estos hijos ascendentes las usan de forma intercambiable; es decir, los Mensajeros Poderosos pueden utilizar y utilizan a cualquiera de los tipos terciarios, y lo mismo hacen sus iguales en rango, Los Altos en Autoridad y Los sin Nombre ni Número. Estos siete tipos de seconafines terciarias son:
28:6.2 (314.1) 1. La Relevancia de los Orígenes. Los Hijos Trinizados ascendentes del gobierno de un superuniverso tienen a su cargo la responsabilidad de todos los asuntos derivados del origen de cualquier individuo, raza o mundo; y la relevancia del origen es la cuestión primordial en todos nuestros planes para el avance cósmico de las criaturas vivas de ese mundo. Todas las relaciones y la aplicación de la ética surgen a partir de los hechos fundamentales del origen. El origen es la base de la reacción relacional de los Dioses. El Actor Conjunto siempre «toma nota del hombre, de la manera en que nació».
28:6.3 (314.2) En los seres descendentes más altos, el origen es simplemente un hecho verificable; pero en los seres ascendentes, incluyendo los órdenes más bajos de ángeles, la naturaleza y las circunstancias del origen no están siempre tan claras, aunque tienen la misma importancia vital prácticamente a cada paso de los asuntos del universo. De ahí el valor de tener a nuestra disposición a una serie de seconafines reflectantes que pueden retratar instantáneamente todo lo que se requiera sobre la génesis de cualquier ser, tanto en el universo central como en todo el dominio de un superuniverso.
28:6.4 (314.3) Las Relevancias de los Orígenes son las genealogías vivas y de acceso rápido de la inmensa multitud de seres —hombres, ángeles y otros— que habitan los siete superuniversos. Están siempre dispuestas a proporcionar a sus superiores un cálculo al día, completo y fidedigno de los factores ancestrales y del estatus real corriente de cualquier individuo en cualquier mundo de sus respectivos superuniversos; y su cómputo de los hechos poseídos está siempre al minuto.
28:6.5 (314.4) 2. La Memoria de la Misericordia. Son los registros vivos propiamente dichos, plenos y completos, de la misericordia que se ha extendido a los individuos y las razas mediante las tiernas ministraciones de los mediadores del Espíritu Infinito en su misión de adaptar la justicia de la rectitud al estatus de los mundos, tal como se desvela en los retratos de las Relevancias de los Orígenes. La Memoria de la Misericordia desvela la deuda moral de los hijos de la misericordia —su pasivo espiritual— que se ha de asentar frente al activo de la provisión de salvación establecida por los Hijos de Dios. Al revelar la misericordia preexistente del Padre, los Hijos de Dios establecen el crédito necesario para asegurar la supervivencia de todos. Y entonces, de acuerdo con las conclusiones de las Relevancias de los Orígenes, se establece un crédito de misericordia para la supervivencia de cada criatura racional, un crédito de proporciones generosas y de gracia suficiente como para asegurar la supervivencia de toda alma que desee realmente la ciudadanía divina.
28:6.6 (314.5) La Memoria de la Misericordia es un balance de comprobación vivo, el estado corriente de vuestra cuenta con las fuerzas sobrenaturales de los mundos. Son los registros vivos de la ministración de misericordia que se leen en el testimonio de las cortes de Uversa cuando se somete a fallo el derecho de cada individuo a una vida sin fin, cuando «se disponen los tronos y se sientan los Ancianos de los Días. Se emiten las difusiones de Uversa y salen de delante de ellos; miles y miles ministran para ellos, y diez mil veces diez mil están delante de ellos. El juicio está preparado y los libros se abren». Y los libros que se abren en ocasión tan importante son los registros vivos de las seconafines terciarias de los superuniversos. Los registros formales están en los archivos para corroborar, si fuera necesario, el testimonio de las Memorias de la Misericordia.
28:6.7 (314.6) La Memoria de la Misericordia debe mostrar que el crédito de salvación establecido por los Hijos de Dios ha sido satisfecho plena y fielmente con el ministerio de amor de las pacientes personalidades de la Tercera Fuente y Centro. Pero cuando la misericordia se agota, cuando su «memoria» atestigua este agotamiento, la justicia prevalece y la rectitud decreta. Pues la misericordia no se debe imponer a aquellos que la desprecian; la misericordia no es un regalo para ser pisoteado por los rebeldes empedernidos del tiempo. No obstante, y aunque la misericordia es otorgada como bien tan precioso y de tan alto valor, si sois sinceros de propósito y honrados de corazón, vuestro crédito individual estará siempre muy por encima de vuestra capacidad de agotar la reserva.
28:6.8 (315.1) Las reflectoras de la misericordia con sus asociadas terciarias se dedican a numerosos ministerios para los superuniversos que incluyen la enseñanza a las criaturas ascendentes. Entre otras muchas cosas, las Relevancias de los Orígenes enseñan a estos ascendentes cómo aplicar la ética del espíritu, y tras esta formación las Memorias de la Misericordia les enseñan cómo ser verdaderamente misericordiosos. Aunque las técnicas de espíritu del ministerio de la misericordia sobrepasan vuestros conceptos, deberíais entender incluso ahora que la misericordia es una cualidad del crecimiento. Deberíais daros cuenta de que hay una gran recompensa de satisfacción personal en ser primero justo, después equitativo, luego paciente y luego bondadoso. Y sobre ese fundamento, si lo elegís y lo tenéis en vuestro corazón, podéis dar luego el siguiente paso y mostrar realmente misericordia; pero no podéis manifestar misericordia en y por sí misma. Es necesario recorrer estos pasos, de lo contrario no puede haber auténtica misericordia. Podrá haber patrocinio, condescendencia o caridad —incluso compasión— pero no misericordia. La verdadera misericordia solo llega como la hermosa culminación de estos complementos que preceden a la comprensión de grupo, la apreciación mutua, el compañerismo fraternal, la comunión espiritual y la armonía divina.
28:6.9 (315.2) 3. La Importancia del Tiempo. El tiempo es la única dotación universal de todas las criaturas con voluntad; es el «talento» que ha sido confiado a todos los seres inteligentes. Todos vosotros tenéis tiempo para asegurar vuestra supervivencia; y el tiempo solo se desaprovecha fatalmente cuando se echa a perder por negligencia, cuando no lo empleáis de forma que os asegure la supervivencia de vuestra alma. El fracaso en sacarle el máximo partido posible al tiempo de cada uno no impone castigos fatales, solo retrasa al peregrino del tiempo en su viaje de ascensión. Si se gana la supervivencia todas las demás pérdidas se pueden recuperar.
28:6.10 (315.3) En la asignación de responsabilidades, el consejo de las Importancias del Tiempo es inestimable. El tiempo es un factor vital en todo lo que está a este lado de Havona y del Paraíso. En el juicio final ante los Ancianos de los Días, el tiempo es un elemento de prueba. Las Importancias del Tiempo deben prestar siempre testimonio para demostrar que cada demandado ha tenido tiempo más que suficiente para tomar decisiones y llegar a una elección.
28:6.11 (315.4) Estas evaluadoras del tiempo son también el secreto de la profecía. Describen el factor tiempo que se requerirá para llevar a cabo cualquier empresa, y son tan fiables en su función de indicadoras como lo son los frandalanks y los chronoldeks de otros órdenes vivos. Los Dioses prevén, y por lo tanto conocen de antemano. Pero las autoridades ascendentes de los universos del tiempo deben consultar a las Importancias del Tiempo para poder pronosticar los acontecimientos del futuro.
28:6.12 (315.5) Os encontraréis por primera vez con estos seres en los mundos mansión, y allí os instruirán en el uso provechoso de eso que llamáis «tiempo», tanto en su empleo positivo, el trabajo, como en su utilización negativa, el descanso. Ambos usos del tiempo son importantes.
28:6.13 (315.6) 4. La Solemnidad de la Confianza. La confianza es la prueba crucial de las criaturas con voluntad. La confiabilidad es la verdadera medida del autodominio, del carácter. Estas seconafines cumplen con un doble propósito en el funcionamiento de los superuniversos: describen a todas las criaturas con voluntad el sentido de obligación, el carácter sagrado y la solemnidad de la confianza; al mismo tiempo, reflejan infaliblemente a las autoridades gobernantes la confiabilidad exacta de cualquier candidato a ser depositario de confianza o a recibir responsabilidades.
28:6.14 (316.1) En Urantia intentáis grotescamente leer el carácter y valorar las aptitudes específicas, pero en Uversa hacemos estas cosas a la perfección. Estas seconafines pesan la confiabilidad en balanzas vivas de evaluación infalible del carácter, y una vez que os han mirado, nosotros solo tenemos que mirarlas a ellas para conocer las limitaciones de vuestra aptitud para cumplir con una responsabilidad, ejecutar un encargo y llevar a cabo misiones. Vuestro activo de confiabilidad figura claramente junto a vuestro pasivo de posibles faltas o traiciones.
28:6.15 (316.2) El plan de vuestros superiores es haceros avanzar con deberes cada vez mayores al ritmo y en la medida en que el desarrollo de vuestro carácter os permita asumir airosamente esas responsabilidades añadidas, pero sobrecargar al individuo solo lo expone al desastre y acarrea decepciones. El error de asignar prematuramente responsabilidades a hombres o ángeles se puede evitar utilizando el ministerio de estas estimadoras infalibles de la capacidad para el deber de los individuos del tiempo y el espacio. Estas seconafines acompañan siempre a Los Altos en Autoridad, y dichos ejecutivos no hacen nunca asignaciones hasta que sus candidatos no hayan sido pesados en las balanzas secoráficas y declarados «no deficientes».
28:6.16 (316.3) 5. La Santidad del Servicio. El privilegio del servicio sigue inmediatamente al descubrimiento de la confiabilidad. Nada se puede interponer entre vosotros y la oportunidad de un servicio acrecentado excepto vuestra propia falta de confiabilidad, vuestra falta de capacidad para apreciar la solemnidad de la confianza.
28:6.17 (316.4) El servicio —el servicio con propósito, no la esclavitud— produce la satisfacción más alta y expresa la dignidad más divina. El servicio —más servicio, servicio acrecentado, servicio difícil, servicio aventurado y al final, servicio divino y perfecto— es la meta del tiempo y el destino del espacio. Pero los ciclos de juego del tiempo alternarán siempre con los ciclos de servicio del progreso. Y después del servicio del tiempo sigue el superservicio de la eternidad. Durante el juego del tiempo deberíais imaginar el trabajo de la eternidad, igual que durante el servicio de la eternidad rememoraréis el juego del tiempo.
28:6.18 (316.5) La economía universal se basa en consumir y producir. En toda la carrera eterna, no encontraréis nunca monotonía por inacción ni estancamiento de la personalidad. El progreso se hace posible gracias al movimiento inherente, el avance surge de la capacidad divina para la acción, y el logro nace de la aventura imaginativa. Pero inherente a esta capacidad de logro está la responsabilidad de la ética, la necesidad de reconocer que el mundo y el universo están llenos de una multitud de tipos diferentes de seres. Toda esta magnífica creación, incluido tú mismo, no se hizo solo para ti. Este no es un universo egocéntrico. Los Dioses han decretado: «Es más bienaventurado dar que recibir», y dijo vuestro Hijo Maestro: «Quien quiera ser el más grande entre vosotros, que sea el servidor de todos».
28:6.19 (316.6) La naturaleza real de cualquier servicio —prestado por hombre o por ángel— se revela plenamente en las caras de estas indicadoras secoráficas del servicio, las Santidades del Servicio. El análisis pleno de los motivos verdaderos y de los ocultos queda expuesto con toda claridad. Estas ángeles son en verdad lectoras de la mente, escrutadoras del corazón y reveladoras del alma en el universo. Los mortales pueden emplear palabras para ocultar sus pensamientos, pero estas altas seconafines ponen al descubierto los motivos profundos del corazón humano y de la mente angélica.
28:6.20 (317.1) 6 y 7. El Secreto de la Grandeza y el Alma de la Bondad. Una vez que los peregrinos ascendentes han despertado a la importancia del tiempo, queda preparado el camino para que reconozcan la solemnidad de la confianza y aprecien la santidad del servicio. Estos son los elementos morales de la grandeza, pero hay también secretos de la grandeza. Cuando se hacen las pruebas espirituales de grandeza, no se ignoran los elementos morales, pero la medida real de la grandeza planetaria es la calidad de la generosidad mostrada en el trabajo desinteresado por el bienestar de los propios semejantes terrenales, en particular por los seres dignos que están necesitados y angustiados. Y en un mundo como Urantia el autocontrol es la manifestación de la grandeza. Un gran hombre no es el que «toma una ciudad» o «derriba una nación», sino «el que contiene su propia lengua».
28:6.21 (317.2) Grandeza es sinónimo de divinidad. Dios es supremamente grande y bueno. La grandeza y la bondad son inseparables. Se han unificado para siempre en Dios. Esta verdad se ilustra literal y sorprendentemente en la interdependencia reflectante del Secreto de la Grandeza y el Alma de la Bondad, pues ninguna de las dos puede actuar sin la otra. Cuando reflejan otras cualidades de la divinidad, las seconafines de los superuniversos pueden actuar y actúan solas, pero las estimaciones reflectantes de la grandeza y de la bondad parecen ser inseparables. De ahí que en cualquier mundo, en cualquier universo, estas reflectoras de la grandeza y de la bondad tengan que trabajar juntas y mostrar siempre un informe doble y mutuamente dependiente de cada ser que focalizan. La grandeza no se puede estimar sin conocer su contenido de bondad, mientras que la bondad no se puede representar sin mostrar su grandeza inherente y divina.
28:6.22 (317.3) La estimación de la grandeza varía de esfera en esfera. Ser grande es ser semejante a Dios. Y puesto que la calidad de la grandeza está enteramente determinada por su contenido de bondad, se deduce que, incluso en vuestro estado humano presente, si podéis a través de la gracia haceros buenos, os estáis con ello haciendo grandes. Cuanto más firmemente contempléis y con más insistencia busquéis los conceptos de la bondad divina, más ciertamente creceréis en grandeza, en la verdadera magnitud de un auténtico carácter de supervivencia.
28:7.1 (317.4) Las seconafines tienen su origen y su sede central en las capitales de los superuniversos, pero recorren con sus compañeras de enlace desde las orillas del Paraíso hasta los mundos evolutivos del espacio. Sirven como valiosas asistentes de los miembros de las asambleas deliberantes de los supergobiernos y son de gran ayuda para las colonias de cortesía de Uversa: los estudiosos de las estrellas, los turistas milenarios, los observadores celestiales y muchos otros, entre ellos los seres ascendentes en espera de ser transportados a Havona. Los Ancianos de los Días se complacen en designar a algunas de las seconafines primarias para atender a las criaturas ascendentes domiciliadas en los cuatrocientos noventa mundos de estudio que rodean Uversa, donde sirven también como maestras muchas que pertenecen a los órdenes secundario y terciario. Estos satélites de Uversa son las escuelas de finalización de los universos del tiempo e imparten el curso preparatorio para la universidad de siete circuitos de Havona.
28:7.2 (317.5) De los tres órdenes de seconafines, el grupo terciario adscrito a las autoridades ascendentes es el que más ampliamente ministra a las criaturas ascendentes del tiempo. Las encontraréis algunas veces poco después de salir de Urantia, aunque no utilizaréis del todo sus servicios hasta que lleguéis a los mundos de permanencia de Orvonton. Disfrutaréis de su compañía cuando las conozcáis bien durante vuestra estancia en los mundos escuela de Uversa.
28:7.3 (318.1) Estas seconafines terciarias son las ahorradoras de tiempo, acortadoras de espacio, detectoras de errores, maestras fieles y postes indicadores sempiternos —signos vivos de la garantía divina— colocados por misericordia en las encrucijadas del tiempo para guiar en ellas los pasos de los angustiados peregrinos en los momentos de gran perplejidad e incertidumbre espiritual. Mucho antes de alcanzar los portales de la perfección empezaréis a tener acceso a las herramientas de la divinidad y a tomar contacto con las técnicas de la Deidad. Desde el momento en que lleguéis al mundo mansión inicial hasta que cerréis los ojos en el sueño de Havona preparatorio para vuestro tránsito al Paraíso, aprovecharéis cada vez más la ayuda de emergencia de estos seres maravillosos, que reflejan de manera tan plena y abundante el conocimiento seguro y la sabiduría cierta de los peregrinos salvos y dignos de confianza que os han precedido en el largo viaje hasta los portales de la perfección.
28:7.4 (318.2) En Urantia se nos niega el privilegio pleno de utilizar a estas ángeles del orden reflectante. Visitan con frecuencia vuestro mundo acompañando a personalidades destinadas aquí, pero no pueden actuar libremente. Esta esfera sigue estando en cuarentena espiritual parcial y algunos de los circuitos esenciales para sus servicios no están aquí en el momento presente. Cuando vuestro mundo vuelva a ser restituido a sus correspondientes circuitos reflectantes, gran parte del trabajo de comunicación interplanetaria e interuniversal se simplificará y acelerará enormemente. Para los trabajadores celestiales que están en Urantia esta restricción funcional de sus colaboradoras reflectantes supone muchas dificultades. Sin embargo, seguimos llevando a cabo alegremente nuestros asuntos con los medios disponibles a pesar de que se nos ha privado localmente de muchos de los servicios de estos seres maravillosos, los espejos vivos del espacio y los proyectores de presencia del tiempo.
28:7.5 (318.3) [Patrocinado por un Mensajero Poderoso de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 29
29:0.1 (319.1) DE TODAS las personalidades del universo involucradas en la regulación de los asuntos interplanetarios e interuniversales, los directores del poder y sus asociados son los menos comprendidos en Urantia. Vuestras razas conocen desde hace mucho la existencia de ángeles y otros órdenes similares de seres celestiales, pero se ha impartido siempre poca información sobre los controladores y reguladores del dominio físico. Incluso ahora solo estoy autorizado a dar a conocer plenamente el último de los tres grupos siguientes de seres vivos relacionados con el control de la fuerza y la regulación de la energía en el universo maestro:
29:0.2 (319.2) 1. Organizadores Maestros Devenidos Primarios de la Fuerza.
29:0.3 (319.3) 2. Organizadores Maestros Trascendentales Asociados de la Fuerza.
29:0.4 (319.4) 3. Directores del Poder del Universo.
29:0.5 (319.5) Aunque considero imposible describir la individualidad de los diversos grupos de directores, centros y controladores del poder del universo, espero poder explicar algo sobre el ámbito de sus actividades. Son un grupo único de seres vivos relacionados con la regulación inteligente de la energía en todo el gran universo. Incluyendo a los directores supremos, comprenden las siguientes divisiones principales:
29:0.6 (319.6) 1. Los siete Directores Supremos del Poder.
29:0.7 (319.7) 2. Los Centros Supremos del Poder.
29:0.8 (319.8) 3. Los Controladores Físicos Maestros.
29:0.9 (319.9) 4. Los Supervisores del Poder de la Morontia.
29:0.10 (319.10) Los Directores y los Centros Supremos del Poder han existido desde tiempos cercanos a la eternidad y, que nosotros sepamos, no se han creado más seres de estos órdenes. Los siete Directores Supremos fueron personalizados por los siete Espíritus Maestros y luego colaboraron con sus progenitores en la generación de más de diez mil millones de asociados. Antes de los días de los directores del poder, los circuitos de energía del espacio exteriores al universo central estaban bajo la supervisión inteligente de los Organizadores Maestros de la Fuerza del Paraíso.
29:0.11 (319.11) Vuestro conocimiento de las criaturas materiales os da al menos una noción por contraste de los seres espirituales, pero es muy difícil que la mente mortal imagine a los directores del poder. En el programa de progresión ascendente hacia niveles más altos de la existencia no tenéis ninguna relación directa ni con los directores supremos ni con los centros del poder. Trataréis con los controladores físicos en contadas ocasiones y cuando lleguéis a los mundos mansión trabajaréis abundantemente con los supervisores del poder de la morontia. Estos Supervisores del Poder de la Morontia actúan tan exclusivamente en el régimen de la morontia de las creaciones locales que nos parece preferible describir sus actividades en la sección que trata del universo local.
29:1.1 (320.1) Los siete Directores Supremos del Poder son los reguladores de la energía física del gran universo. Su creación por los siete Espíritus Maestros es el primer caso registrado de progenie semimaterial procedente de una ascendencia puramente de espíritu. Cuando los siete Espíritus Maestros crean individualmente, engendran personalidades altamente espirituales del orden angélico; cuando crean colectivamente, a veces dan origen a estos altos tipos de seres semimateriales. Pero incluso estos seres cuasi físicos serían invisibles para la visión limitada de los mortales de Urantia.
29:1.2 (320.2) Los Directores Supremos del Poder son siete y son idénticos en aspecto y función. Nadie puede distinguirlos entre sí salvo el Espíritu Maestro al que cada uno de ellos está directamente vinculado con plena subordinación funcional. Cada uno de los Espíritus Maestros está así en unión eterna con uno de sus vástagos colectivos. El mismo director está siempre vinculado al mismo Espíritu, y esta colaboración da lugar a una asociación única de energías físicas y espirituales entre un ser semifísico y una personalidad de espíritu.
29:1.3 (320.3) Los siete Directores Supremos del Poder están emplazados en el Paraíso periférico, donde sus presencias en lento circular indican el paradero de las sedes focales de fuerza de los Espíritus Maestros. Estos directores del poder actúan individualmente en la regulación de la energía-poder de los superuniversos, pero colectivamente en la administración de la creación central. Operan desde el Paraíso, pero se mantienen como centros efectivos del poder en todas las divisiones del gran universo.
29:1.4 (320.4) Estos poderosos seres son los ancestros físicos de la inmensa multitud de centros del poder y, a través de ellos, de los controladores físicos dispersos por los siete superuniversos. Estos organismos subordinados de control físico son básicamente uniformes, idénticos excepto por la tonalidad diferencial que tiene el cuerpo de cada superuniverso. Para cambiar de superuniverso de servicio, solo tendrían que regresar al Paraíso para mudar de tonalidad. La creación física es fundamentalmente uniforme en su administración.
29:2.1 (320.5) Los siete Directores Supremos del Poder no pueden reproducirse individualmente, pero colectivamente y en colaboración con los siete Espíritus Maestros, pueden reproducir —crear— otros seres semejantes a ellos y así lo hacen. Este es el origen de los Centros Supremos del Poder del gran universo que actúan en los siete grupos siguientes:
29:2.2 (320.6) 1. Supervisores Supremos de Centros.
29:2.3 (320.7) 2. Centros de Havona.
29:2.4 (320.8) 3. Centros de los superuniversos.
29:2.5 (320.9) 4. Centros de los universos locales.
29:2.6 (320.10) 5. Centros de las constelaciones.
29:2.7 (320.11) 6. Centros de los sistemas.
29:2.8 (320.12) 7. Centros no clasificados.
29:2.9 (321.1) Estos centros del poder, junto con los Directores Supremos del Poder, son seres con una gran libertad de voluntad y acción. Todos están dotados de personalidad de la Tercera Fuente y muestran una incuestionable capacidad volitiva de alto orden. Estos centros directivos del sistema del poder del universo poseen una dotación de inteligencia exquisita. Son el intelecto del sistema del poder del gran universo y el secreto de la técnica del control por la mente de toda la inmensa red de extensas funciones de los Controladores Físicos Maestros y de los Supervisores del Poder de la Morontia.
29:2.10 (321.2) 1. Supervisores Supremos de Centros. Estos siete colaboradores de igual rango de los Directores Supremos del Poder son los reguladores de los circuitos maestros de energía del gran universo. Cada supervisor de centros tiene su sede en uno de los mundos especiales de los siete Ejecutivos Supremos y trabaja en estrecha vinculación con estos coordinadores de los asuntos generales del universo.
29:2.11 (321.3) Los Directores Supremos del Poder y los Supervisores Supremos de Centros actúan tanto de manera individual como conjunta en lo que concierne a todos los fenómenos cósmicos que están por debajo de los niveles de la «energía de gravedad». Cuando actúan de consuno, estos catorce seres son para el poder del universo lo que los siete Ejecutivos Supremos son para los asuntos generales del universo y los siete Espíritus Maestros para la mente cósmica.
29:2.12 (321.4) 2. Centros de Havona. Antes de la creación de los universos del tiempo y el espacio no era necesario que hubiera centros del poder en Havona, pero a partir de aquellos tiempos remotos han estado actuando un millón de centros en la creación central, cada uno con la supervisión de mil mundos de Havona a su cargo. En el universo divino hay un control perfecto de la energía, una condición que no existe en ningún otro lugar. La perfección en la regulación de la energía es la meta última de todos los centros del poder y de los controladores físicos del espacio.
29:2.13 (321.5) 3. Centros de los superuniversos. Mil centros del poder del tercer orden ocupan un área enorme en la esfera capital de cada uno de los siete superuniversos. Tres corrientes de energía primaria con diez segregaciones cada una entran en estos centros del poder, mientras que siete circuitos del poder especializados y bien dirigidos aunque imperfectamente controlados salen de su sede de acción unida. Esta es la organización electrónica del poder del universo.
29:2.14 (321.6) Toda la energía está en el circuito del ciclo paradisiaco, pero los Directores del Poder del Universo dirigen las energía-fuerzas del Paraíso bajo tal como las encuentran modificadas en las funciones espaciales del universo central y de los superuniversos. Convierten esas energías y las dirigen hacia canales de aplicación útil y constructiva. Hay una diferencia entre la energía de Havona y las energías de los superuniversos. La carga de poder de un superuniverso consta de tres fases de energía con diez segregaciones cada una. Esta triple carga de energía se extiende por todo el espacio del gran universo; es como un vasto océano de energía en movimiento que inunda y baña la totalidad de cada una de las siete supercreaciones.
29:2.15 (321.7) La organización electrónica del poder del universo funciona en siete fases y revela una respuesta variable a la gravedad local o lineal. Este circuito séptuplo procede de los centros del poder de los superuniversos y permea cada supercreación. Estas corrientes especializadas del tiempo y el espacio son movimientos de energía precisos y localizados, iniciados y dirigidos hacia propósitos específicos, de forma muy parecida al funcionamiento de la corriente del Golfo como fenómeno circunscrito en medio del océano Atlántico.
29:2.16 (321.8) 4. Centros de los universos locales. Cien centros del poder del orden cuarto están emplazados en la sede de cada universo local. Su función consiste en reducir o modificar de otro modo los siete circuitos del poder que emanan de la sede del superuniverso para adecuarlos a los servicios de las constelaciones y los sistemas. Las catástrofes astronómicas locales del espacio solo tienen interés pasajero para estos centros del poder dedicados fundamentalmente al envío ordenado de energía efectiva a las constelaciones y sistemas subsidiarios. Son de gran ayuda para los Hijos Creadores durante los últimos tiempos de organización del universo y de movilización de la energía. Estos centros son capaces de proporcionar carriles reforzados de energía útiles para la comunicación interplanetaria entre puntos habitados importantes. Ese carril o línea de energía, llamado también a veces camino de energía, es un circuito directo de energía que va de un centro del poder a otro centro del poder o de un controlador físico a otro. Es una corriente individualizada del poder que contrasta con los movimientos libres en el espacio de la energía no diferenciada.
29:2.17 (322.1) 5. Centros de las constelaciones. Diez de estos centros vivos del poder están emplazados en cada una de las constelaciones, donde actúan como proyectores de energía hacia los cien sistemas locales tributarios. De estos seres salen las líneas de poder para la comunicación y el transporte, y para el suministro de energía a aquellas criaturas vivas que dependen de determinadas formas de energía física para el mantenimiento de la vida. Pero ni los centros del poder ni sus controladores físicos subordinados se ocupan de ninguna otra manera de la vida como organización funcional.
29:2.18 (322.2) 6. Centros de los sistemas. Un Centro Supremo del Poder está asignado permanentemente a cada sistema local. Estos centros de los sistemas envían los circuitos del poder a los mundos habitados del tiempo y el espacio. Además de coordinar las actividades de los controladores físicos subordinados aseguran la distribución satisfactoria del poder en el sistema local. El repetidor del circuito que hay entre los planetas depende de la perfecta coordinación de ciertas energías materiales y de la regulación eficiente del poder físico.
29:2.19 (322.3) 7. Centros no clasificados. Son los centros que actúan en situaciones locales especiales, pero no en los planetas habitados. Los mundos individuales están a cargo de los Controladores Físicos Maestros y reciben las líneas encircuitadas del poder enviadas por el centro del poder de su sistema. Solo aquellas esferas cuyas relaciones de energía son sumamente extraordinarias tienen centros del poder del orden séptimo que actúan como volantes de compensación del universo o reguladores de la energía. En todas sus fases de actividad, estos centros del poder son enteramente iguales a los que actúan en las unidades más altas de control, pero los cuerpos del espacio que albergan este tipo de organización viva del poder no llegan a uno entre un millón.
29:3.1 (322.4) Los Centros Supremos del Poder distribuidos por todos los superuniversos, con sus asociados y subordinados, ascienden a más de diez mil millones. Y todos están en perfecta sincronía y conexión total con sus progenitores paradisiacos, los siete Directores Supremos del Poder. El control del poder del gran universo se ha confiado así al cuidado y la dirección de los siete Espíritus Maestros, los creadores de los siete Directores Supremos del Poder.
29:3.2 (322.5) Los Directores Supremos del Poder y todos sus asociados, asistentes y subordinados están eximidos para siempre de detención o interferencia por parte de todos los tribunales de todo el espacio. Tampoco están sujetos a la dirección administrativa del gobierno de los Ancianos de los Días en los superuniversos ni a la administración de los Hijos Creadores en los universos locales.
29:3.3 (323.1) Estos centros y directores del poder son traídos a la existencia por los hijos del Espíritu Infinito. No guardan relación con la administración de los Hijos de Dios, aunque se asocian a los Hijos Creadores durante las épocas tardías de la organización material de un universo. Pero los centros del poder están de alguna manera estrechamente vinculados al sobrecontrol cósmico del Ser Supremo.
29:3.4 (323.2) Los centros del poder y los controladores físicos no pasan por ninguna formación. Todos ellos son creados perfectos y su acción es inherentemente perfecta. Tampoco pasan de una función a otra, y sirven siempre en su asignación original. No existe evolución entre sus miembros, y esto es cierto para las siete divisiones de ambos órdenes.
29:3.5 (323.3) Al no tener un pasado ascendente que rememorar, los centros del poder y los controladores físicos no juegan nunca; son totalmente serios y eficientes en todas sus acciones. Siempre están de servicio; no hay ninguna previsión en el plan universal de interrumpir las líneas físicas de energía. Estos seres no pueden abandonar nunca, ni siquiera por una fracción de segundo, la supervisión directa de los circuitos de energía del tiempo y el espacio.
29:3.6 (323.4) Los directores, centros y controladores del poder no tienen que ver con nada en toda la creación, excepto con el poder, la energía material o semifísica. No la originan, pero sí la modifican, manipulan y fijan su dirección. Tampoco tienen absolutamente nada que ver con la gravedad física, excepto para resistir a su poder de atracción. Su relación con la gravedad es totalmente negativa.
29:3.7 (323.5) Los centros del poder utilizan inmensos mecanismos y coordinaciones de orden material en conexión con los mecanismos vivos de las varias concentraciones segregadas de energía. Cada centro individual del poder está constituido por exactamente un millón de unidades de control funcional, y estas unidades modificadoras de la energía no son estacionarias como lo son los órganos vitales del cuerpo físico del hombre; estos «órganos vitales» de regulación del poder son móviles y verdaderamente caleidoscópicos en sus posibilidades de asociación.
29:3.8 (323.6) Soy totalmente incapaz de explicaros la manera en que estos seres vivos abarcan la manipulación y la regulación de los circuitos maestros de la energía del universo. Si intentara informaros más sobre el tamaño y la función de estos gigantescos centros del poder casi perfectamente eficaces solo conseguiría confundiros aún más y desanimaros. Son al mismo tiempo vivos y «personales», pero están más allá de vuestra comprensión.
29:3.9 (323.7) Fuera de Havona los Centros Supremos del Poder actúan solo en esferas especialmente construidas (arquitectónicas) o en cuerpos espaciales constituidos de otra manera adecuada. Los mundos arquitectónicos se construyen de modo que los centros vivos del poder puedan actuar como conmutadores selectivos para fijar la dirección, modificar y concentrar las energías del espacio a medida que estas se vierten sobre esas esferas. No podrían actuar así en un sol ni en un planeta evolutivo normal. Ciertos grupos se ocupan también de la calefacción y otras necesidades materiales de estos mundos sede especiales. Y aunque esté más allá del alcance del conocimiento urantiano, puedo indicar que estos órdenes de personalidades vivas del poder tienen mucho que ver con la distribución de la luz que brilla sin calor. No producen este fenómeno, pero se dedican a diseminarlo y a fijar su dirección.
29:3.10 (323.8) Los centros del poder y sus controladores subordinados están asignados al funcionamiento de todas las energías físicas del espacio organizado. Trabajan con las tres corrientes básicas de diez energías cada una. Esa es la carga de energía del espacio organizado; y el espacio organizado es su ámbito. Los Directores del Poder del Universo no tienen absolutamente nada que ver con las enormes acciones de fuerza que se están produciendo ahora fuera de los límites presentes de los siete superuniversos.
29:3.11 (324.1) Los centros y los controladores del poder solo ejercen un control perfecto sobre siete de las diez formas de energía contenidas en cada corriente básica del universo. Las formas que escapan parcial o totalmente a su control representan probablemente los ámbitos impredecibles de las manifestaciones de energía dominadas por el Absoluto No Cualificado. Si ejercen alguna influencia sobre las fuerzas primordiales de este Absoluto, no tenemos conocimiento de esas funciones, aunque hay alguna pequeña prueba que justificaría la opinión de que algunos controladores físicos reaccionan a veces automáticamente a ciertos impulsos del Absoluto Universal.
29:3.12 (324.2) Estos mecanismos vivos del poder no se relacionan conscientemente con el sobrecontrol de la energía ejercido por el Absoluto No Cualificado en el universo maestro, pero suponemos que todo su programa casi perfecto de fijación de la dirección del poder está subordinado de alguna manera desconocida a esa presencia de supergravedad. En cualquier situación local de la energía, los centros y los controladores ejercen una supremacía casi total, pero son siempre conscientes de la presencia de la superenergía y de la actuación no reconocible del Absoluto No Cualificado.
29:4.1 (324.3) Estos seres son los subordinados móviles de los Centros Supremos del Poder. Los controladores físicos están dotados de tal capacidad de metamorfosis de su individualidad que pueden autotransportarse en una notable variedad de formas diferentes y son capaces de atravesar el espacio local a velocidades cercanas a las de los Mensajeros Solitarios. Pero igual que todos los demás atravesadores del espacio, necesitan asistencia tanto de sus semejantes como de ciertos seres de otros tipos para vencer la acción de la gravedad y la resistencia de la inercia cuando parten de una esfera material.
29:4.2 (324.4) Los Controladores Físicos Maestros sirven en todo el gran universo. Están gobernados directamente desde el Paraíso por los siete Directores Supremos del Poder hasta las sedes de los superuniversos. A partir de ahí están dirigidos y distribuidos por el Consejo del Equilibrio, los altos comisionados del poder seleccionados entre el personal de los Organizadores Maestros Asociados de la Fuerza y enviados por los siete Espíritus Maestros. Estos altos comisionados están facultados para interpretar las lecturas y los registros de los frandalanks maestros, esos instrumentos vivos que indican la presión del poder y la carga de energía de todo un superuniverso.
29:4.3 (324.5) Mientras que la presencia de las Deidades del Paraíso circunda el gran universo y se extiende alrededor del círculo de la eternidad, la influencia de cada uno de los siete Espíritus Maestros se limita a un solo superuniverso. Existe una segregación clara de la energía y una separación de los circuitos del poder entre cada una de las siete supercreaciones; de ahí que deban prevalecer y prevalezcan métodos individualizados de control.
29:4.4 (324.6) Los Controladores Físicos Maestros son los vástagos directos de los Centros Supremos del Poder, y entre ellos se cuentan los tipos siguientes:
29:4.5 (324.7) 1. Directores asociados del poder.
29:4.6 (324.8) 2. Controladores mecánicos.
29:4.7 (324.9) 3. Transformadores de energía.
29:4.8 (325.1) 4. Transmisores de energía.
29:4.9 (325.2) 5. Asociadores primarios.
29:4.10 (325.3) 6. Disociadores secundarios.
29:4.11 (325.4) 7. Frandalanks y chronoldeks.
29:4.12 (325.5) No todos los miembros de estos órdenes son personas en el sentido de poseer poderes individuales de elección. En particular, los cuatro últimos parecen ser totalmente automáticos y mecánicos en su respuesta a los impulsos de sus superiores y en sus reacciones a las condiciones de la energía existentes. Pero aunque dicha respuesta parezca totalmente mecánica, no lo es; pueden parecer autómatas, pero todos ellos manifiestan la función diferencial de la inteligencia.
29:4.13 (325.6) La personalidad no es necesariamente concomitante con la mente. La mente puede pensar incluso cuando está privada de todo poder de elegir, como ocurre en muchos de los tipos más bajos de animales y en algunos de estos controladores físicos de menor rango. Muchos de estos reguladores más automáticos del poder físico no son personas en ningún sentido del término. No están dotados de voluntad ni de independencia de decisión, y están completamente supeditados a la perfección mecánica de su diseño para las tareas que les han adjudicado. Sin embargo, todos ellos son seres muy inteligentes.
29:4.14 (325.7) Los controladores físicos se ocupan principalmente del ajuste de energías básicas no descubiertas en Urantia. Estas energías desconocidas son muy esenciales para el sistema interplanetario de transporte y para ciertas técnicas de comunicación. Cuando tendemos líneas de energía con el propósito de transmitir equivalentes del sonido o de extender la visión, los controladores físicos vivos y sus asociados utilizan estas formas no descubiertas de energía. Estas mismas energías son utilizadas también en algunas ocasiones por las criaturas intermedias en su trabajo de rutina.
29:4.15 (325.8) 1. Directores asociados del poder. A estos seres maravillosamente eficientes se les ha encomendado la asignación y el envío de todos los órdenes de Controladores Físicos Maestros según las necesidades siempre variables del estatus de la energía en cambio permanente de los universos. Las amplias reservas de controladores físicos se mantienen en los mundos sede de los sectores menores, y desde estos puntos de concentración los directores asociados del poder los envían periódicamente a las sedes de los universos, constelaciones y sistemas, y a los planetas individuales. En estas asignaciones los controladores físicos están sometidos provisionalmente a las órdenes de los ejecutores divinos de las comisiones conciliadoras, pero en todo lo demás son responsables únicamente ante sus directores asociados y ante los Centros Supremos del Poder.
29:4.16 (325.9) Tres millones de directores asociados del poder están asignados a cada uno de los sectores menores de Orvonton, de modo que el cupo del superuniverso asciende a un total de tres mil millones de estos seres asombrosamente polifacéticos. Sus propias reservas se mantienen en esos mismos mundos de los sectores menores, donde sirven también como instructores de todos los que estudian las ciencias de las técnicas de control y transmutación inteligente de la energía.
29:4.17 (325.10) Estos directores alternan periodos de servicio ejecutivo en los sectores menores con periodos iguales de servicio de inspección en los dominios del espacio. Al menos un inspector en funciones está siempre presente en cada sistema local, con sede en la esfera capital de dicho sistema. Los inspectores mantienen todo el inmenso agregado de energía viva en armoniosa sincronía.
29:4.18 (325.11) 2. Controladores mecánicos. Estos seres extraordinariamente móviles y polifacéticos son los asistentes de los directores asociados del poder. Hay billones y billones de ellos comisionados en Ensa, vuestro sector menor. Se llaman controladores mecánicos porque están totalmente dominados por sus superiores, enteramente supeditados a la voluntad de los directores asociados del poder. Sin embargo son muy inteligentes de por sí, y aunque su trabajo sea de naturaleza práctica y mecánica, lo ejecutan con destreza.
29:4.19 (326.1) De todos los Controladores Físicos Maestros asignados a los mundos habitados, los controladores mecánicos son, de lejos, los más poderosos. Poseen una dotación viva de antigravedad superior a la de todos los demás seres, y cada controlador tiene una resistencia a la gravedad solo igualada por la de enormes esferas girando a velocidades formidables. Diez de estos controladores están emplazados ahora en Urantia, y una de sus actividades planetarias más importantes es facilitar la salida de los transportes seráficos. Para esta función, los diez controladores mecánicos actúan al unísono, mientras que una batería de mil transmisores de energía proporciona el impulso inicial para la salida seráfica.
29:4.20 (326.2) Los controladores mecánicos están capacitados para fijar la dirección del flujo de energía y facilitar su concentración en las corrientes o circuitos especializados. Estos poderosos seres tienen mucho que ver con la segregación, fijación de la dirección e intensificación de las energías físicas y con la igualación de las presiones de los circuitos interplanetarios. Son expertos en la manipulación de veintiuna de las treinta energías físicas del espacio que constituyen la carga de poder de un superuniverso. Son también capaces de llevar a cabo gran parte de la gestión y el control de seis de las nueve formas más sutiles de energía física. Al situar a estos controladores en la relación técnica apropiada entre sí y con algunos centros del poder, los directores asociados del poder pueden realizar cambios increíbles en el ajuste del poder y el control de la energía.
29:4.21 (326.3) Los Controladores Físicos Maestros actúan frecuentemente en baterías de cientos, miles e incluso millones, y a base de variar sus posiciones y formaciones, son capaces de controlar la energía tanto de forma colectiva como individual. Según van cambiando los requisitos pueden aumentar y acelerar el volumen y el movimiento de la energía o bien detener, condensar y retrasar las corrientes de energía. Influyen en las transformaciones de la energía y del poder un poco como los llamados agentes catalizadores intensifican las reacciones químicas. Actúan por aptitud inherente y en cooperación con los Centros Supremos del Poder.
29:4.22 (326.4) 3. Transformadores de energía. El número de estos seres que hay en un superuniverso es increíble. Hay casi un millón solo en Satania, y el cupo habitual es de cien por cada mundo habitado.
29:4.23 (326.5) Los transformadores de energía son creación conjunta de los siete Directores Supremos del Poder y los siete Supervisores de Centros. Están entre los órdenes más personales de controladores físicos, y salvo en los casos en que un director asociado del poder se encuentre presente en un mundo habitado, los transformadores son los que están al mando. Son los inspectores planetarios de todos los transportes seráficos de salida. Ninguna clase de vida celestial puede hacer uso de los órdenes menos personales de los controladores físicos si no es mediante enlace con los órdenes más personales de los directores asociados y de los transformadores de energía.
29:4.24 (326.6) Estos transformadores son conmutadores vivos poderosos y eficaces, capaces de situarse a favor o en contra de una disposición o dirección dada del poder. Son también expertos en aislar a los planetas de las potentes corrientes de energía que pasan entre gigantescos vecinos planetarios y estelares. Sus atributos de transmutación de la energía los hacen sumamente útiles en la importante tarea de mantener la proporción universal de energía, o equilibrio del poder. En ciertos momentos, parecen consumir o almacenar energía; en otros, dan la impresión de exudar o liberar energía. Los transformadores son capaces de aumentar o disminuir el potencial de «acumulador» de las energías vivas y muertas de sus respectivos dominios. Pero solo manejan energías físicas y semimateriales, no actúan directamente en el dominio de la vida, ni tampoco cambian las formas de los seres vivos.
29:4.25 (327.1) En algunos aspectos, los transformadores de energía son las más notables y misteriosas de todas las criaturas vivas semimateriales. De alguna manera desconocida, físicamente diferenciados, y con solo variar sus relaciones de enlace, pueden ejercer una profunda influencia sobre la energía que pasa a través de sus presencias asociadas. El estatus de los dominios físicos parece sufrir una transformación bajo su experta manipulación. Pueden cambiar y cambian la forma física de las energías del espacio. Con ayuda de sus compañeros controladores, son capaces de cambiar efectivamente la forma y el potencial de veintisiete de las treinta energías físicas de la carga de poder de los superuniversos. El hecho de que tres de estas energías estén fuera de su control prueba que no son mediadores del Absoluto No Cualificado.
29:4.26 (327.2) Los cuatro grupos restantes de Controladores Físicos Maestros no son personas bajo ninguna definición aceptable del término. Estos transmisores, asociadores, disociadores y frandalanks son completamente automáticos en sus reacciones; sin embargo, son inteligentes en todos los sentidos. Estamos enormemente limitados en nuestro conocimiento de estas entidades maravillosas porque no podemos comunicarnos con ellas. Parecen entender el lenguaje del mundo, pero no pueden comunicarse con nosotros. Dan la impresión de ser perfectamente capaces de recibir nuestras comunicaciones, pero totalmente incapaces de responder.
29:4.27 (327.3) 4. Transmisores de energía. Estos seres actúan principal, aunque no enteramente, en funciones interplanetarias. Son maravillosos expedidores de la energía tal como se manifiesta en los mundos individuales.
29:4.28 (327.4) Cuando hay que desviar energía hacia un nuevo circuito, los transmisores se despliegan en línea a lo largo del camino de energía deseado y, en virtud de sus atributos únicos de atracción de la energía, pueden inducir efectivamente un incremento del flujo de energía en la dirección deseada. Hacen esto de modo tan literal como ciertos circuitos metálicos fijan la dirección del flujo de ciertas formas de energía eléctrica, y son los superconductores vivos para más de la mitad de las treinta formas de energía física.
29:4.29 (327.5) Los transmisores poseen la habilidad de formar enlaces efectivos para rehabilitar las corrientes debilitadas de energía especializada que pasan de un planeta a otro y de una estación a otra en un planeta individual. Pueden detectar corrientes demasiado débiles para ser reconocidas por cualquier otro tipo de ser vivo y pueden reforzar esas energías de forma que el mensaje que las acompaña se vuelva perfectamente inteligible. Sus servicios son inestimables para los receptores de difusiones.
29:4.30 (327.6) Los transmisores de energía pueden actuar respecto a todas las formas de percepción comunicable. Pueden hacer «visible» una escena distante y «audible» un sonido distante. Proporcionan las líneas de comunicación de emergencia de los sistemas locales y de los planetas individuales. Prácticamente todas las criaturas tienen que utilizar estos servicios para comunicarse por fuera de los circuitos regularmente establecidos.
29:4.31 (327.7) Estos seres, junto con los transformadores de energía, son indispensables para mantener la existencia mortal en los mundos cuya atmósfera está empobrecida, y son parte integrante de la técnica de vida en los planetas no respiradores.
29:4.32 (328.1) 5. Asociadores primarios. Estas interesantes e inestimables entidades son conservadores y custodios magistrales de la energía. De forma parecida a como almacena una planta la luz solar, estos organismos vivos almacenan energía en los periodos en que se manifiesta de forma excedentaria. Trabajan a una escala gigantesca y convierten las energías del espacio en un estado físico desconocido en Urantia. Son también capaces de llevar adelante estas transformaciones hasta el punto de producir algunas de las unidades primitivas de la existencia material. Estos seres actúan simplemente con su presencia. No se agotan ni desgastan de ninguna manera en el ejercicio de su función; actúan como agentes catalizadores vivos.
29:4.33 (328.2) En los periodos de manifestación deficitaria, están facultados para liberar esas energías acumuladas. Pero vuestro conocimiento de la energía y de la materia no es lo bastante avanzado como para poder explicaros la técnica de este aspecto de su trabajo. Trabajan siempre incansablemente y de conformidad con la ley universal, manejando y manipulando átomos, electrones y ultimatones de forma parecida a como vosotros maniobráis los caracteres de imprenta ajustables para hacer que los mismos símbolos alfabéticos cuenten historias totalmente diferentes.
29:4.34 (328.3) Los asociadores son el primer grupo con vida que aparece en una esfera material en organización, y pueden actuar a temperaturas físicas que vosotros consideraríais totalmente incompatibles con la existencia de seres vivos. Representan un orden de vida que está simplemente más allá del alcance de la imaginación humana. Los disociadores, junto con sus colaboradores, son las más serviles de todas las criaturas inteligentes.
29:4.35 (328.4) 6. Disociadores secundarios. Comparados con los asociadores primarios, estos seres enormemente dotados de antigravedad son los trabajadores inversos. No puede haber ningún peligro de que se agoten las formas especiales o modificadas de la energía física en los mundos locales ni en los sistemas locales, porque estas organizaciones vivas están dotadas con el poder único de hacer evolucionar cantidades ilimitadas de energía. Se ocupan principalmente de la evolución de una forma de energía apenas conocida en Urantia a partir de una forma de materia que es aún menos reconocida. Son en verdad los alquimistas del espacio y los hacedores de prodigios del tiempo. Pero en todos los prodigios que hacen, nunca transgreden los mandatos de la Supremacía Cósmica.
29:4.36 (328.5) 7. Los frandalanks. Estos seres son creación conjunta de los tres órdenes de seres de control de la energía: los organizadores primarios y secundarios de la fuerza y los directores del poder. Los frandalanks son los más numerosos de todos los Controladores Físicos Maestros; el número de los que actúan solo en Satania sobrepasa vuestro concepto numérico. Están emplazados en todos los mundos habitados y siempre adscritos a los órdenes más altos de los controladores físicos. Actúan de forma intercambiable en el universo central y los superuniversos y en los dominios del espacio exterior.
29:4.37 (328.6) Los frandalanks son creados en treinta divisiones, una para cada forma de fuerza básica del universo, y actúan exclusivamente como indicadores vivos y automáticos de presencia, presión y velocidad. Estos barómetros vivos se dedican exclusivamente a registrar de modo automático y sin errores el estatus de todas las formas de energía-fuerza. Son para el universo físico lo que el vasto mecanismo de reflectividad es para el universo de la mente. Los frandalanks que registran el tiempo además de la presencia cuantitativa y cualitativa de la energía se llaman chronoldeks.
29:4.38 (328.7) Reconozco que los frandalanks son inteligentes, pero no puedo clasificarlos más que como máquinas vivas. Para ayudaros a comprender a estos mecanismos vivos solo puedo compararlos con vuestros propios artilugios mecánicos que funcionan con precisión y exactitud casi semejantes a la inteligencia. Así pues, si queréis concebir a estos seres, haced uso de vuestra imaginación hasta el extremo de reconocer que en el gran universo tenemos de hecho mecanismos (entidades) inteligentes y vivos que pueden realizar tareas más intrincadas, basadas en cómputos más maravillosos, con exactitud aún más exquisita, e incluso llegar a la ultimidad de la precisión.
29:5.1 (329.1) Los organizadores de la fuerza residen en el Paraíso pero actúan en todo el universo maestro y más especialmente en los dominios del espacio no organizado. Estos seres extraordinarios no son ni creadores ni criaturas y constituyen dos grandes divisiones de servicio:
29:5.2 (329.2) 1. Organizadores Maestros Devenidos Primarios de la Fuerza.
29:5.3 (329.3) 2. Organizadores Maestros Trascendentales Asociados de la Fuerza.
29:5.4 (329.4) Estos dos poderosos órdenes de manipuladores de la fuerza primordial trabajan exclusivamente bajo la supervisión de los Arquitectos del Universo Maestro, y en el momento presente no actúan mucho dentro de los límites del gran universo.
29:5.5 (329.5) Los Organizadores Maestros Primarios de la Fuerza son los manipuladores de las fuerzas-espacio primordiales o básicas del Absoluto No Cualificado; son creadores de nebulosas. Son los activadores vivos de los ciclones de energía del espacio y los primeros que organizan y establecen la dirección de esas gigantescas manifestaciones. Estos organizadores de la fuerza transmutan la fuerza primordial (preenergía que no responde a la gravedad directa del Paraíso) en energía primaria o energía poderosa, energía que se transmuta al pasar del control exclusivo del Absoluto No Cualificado al control de gravedad de la Isla del Paraíso. Les suceden inmediatamente los organizadores asociados de la fuerza, que continúan el proceso de transmutación de energía desde la etapa primaria a la etapa secundaria o de energía-gravedad.
29:5.6 (329.6) Una vez terminados los planes de creación de un universo local, este cumplimiento queda señalado por la llegada de un Hijo Creador, y los Organizadores Maestros Asociados de la Fuerza dejan paso a los órdenes de los directores del poder que actúan en el superuniverso de su jurisdicción astronómica. Pero en ausencia de dichos planes, los organizadores asociados de la fuerza siguen indefinidamente a cargo de esas creaciones materiales tal como operan ahora en el espacio exterior.
29:5.7 (329.7) Los Organizadores Maestros de la Fuerza pueden ejercer su actividad a temperaturas y bajo condiciones físicas que serían intolerables incluso para los polifacéticos centros del poder y controladores físicos de Orvonton. Los otros únicos tipos de seres revelados capaces de actuar en esos dominios del espacio exterior son los Mensajeros Solitarios y los Espíritus Inspirados de la Trinidad.
29:5.8 (329.8) [Patrocinado por un Censor Universal que actúa por la autoridad de los Ancianos de los Días de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 30
30:0.1 (330.1) LAS personalidades y entidades no personales que actúan ahora en el Paraíso y en el gran universo constituyen un número casi ilimitado de seres vivos. Solo el número de órdenes y tipos principales haría tambalearse a la imaginación humana, por no hablar de sus incontables subtipos y variaciones. Conviene sin embargo aportar alguna información sobre dos clasificaciones básicas de seres vivos: un esbozo de la clasificación paradisiaca y un resumen del registro de Uversa de personalidades.
30:0.2 (330.2) No es posible formular clasificaciones exhaustivas y enteramente coherentes de las personalidades del gran universo porque no todos sus grupos han sido revelados. Se necesitarían muchos más documentos para contener la revelación adicional requerida para clasificar sistemáticamente todos los grupos. Esa expansión conceptual sería poco deseable porque privaría a los mortales pensantes de los próximos mil años de ese estímulo a la especulación creativa que proporcionan estos conceptos parcialmente revelados. Es mejor que el hombre no reciba una revelación excesiva; eso ahoga la imaginación.
30:1.1 (330.3) Los seres vivos se clasifican en el Paraíso según su relación inherente y lograda con las Deidades del Paraíso. En las grandes reuniones del universo central y de los superuniversos, los asistentes suelen ser agrupados según su origen: los de origen trino, o que han logrado la Trinidad, los de origen dual y los de origen único. Es difícil explicar la clasificación paradisiaca de los seres vivos a la mente mortal, pero estamos autorizados a exponer lo siguiente:
30:1.2 (330.4) I. SERES DE ORIGEN TRINO. Seres creados por las tres Deidades del Paraíso, ya sea como tales o como Trinidad, junto con el Cuerpo Trinizado. Esta designación se refiere a todos los grupos de seres trinizados revelados y no revelados.
30:1.3 (330.5) A. Los Espíritus Supremos.
30:1.4 (330.6) 1. Los siete Espíritus Maestros.
30:1.5 (330.7) 2. Los siete Ejecutivos Supremos.
30:1.6 (330.8) 3. Los siete órdenes de Espíritus Reflectantes.
30:1.7 (330.9) B. Los Hijos Estacionarios de la Trinidad.
30:1.8 (330.10) 1. Secretos Trinizados de la Supremacía.
30:1.9 (330.11) 2. Eternos de los Días.
30:1.10 (330.12) 3. Ancianos de los Días.
30:1.11 (330.13) 4. Perfecciones de los Días.
30:1.12 (331.1) 5. Recientes de los Días.
30:1.13 (331.2) 6. Uniones de los Días.
30:1.14 (331.3) 7. Fieles de los Días.
30:1.15 (331.4) 8. Perfeccionadores de la Sabiduría.
30:1.16 (331.5) 9. Consejeros Divinos.
30:1.17 (331.6) 10. Censores Universales.
30:1.18 (331.7) C. Seres con origen en la Trinidad y seres trinizados.
30:1.19 (331.8) 1. Maestros Hijos de la Trinidad.
30:1.20 (331.9) 2. Espíritus Inspirados de la Trinidad
30:1.21 (331.10) 3. Nativos de Havona.
30:1.22 (331.11) 4. Ciudadanos del Paraíso.
30:1.23 (331.12) 5. Seres no revelados con origen en la Trinidad.
30:1.24 (331.13) 6. Seres no revelados trinizados por la Deidad.
30:1.25 (331.14) 7. Hijos Trinizados de Logro.
30:1.26 (331.15) 8. Hijos Trinizados de Selección.
30:1.27 (331.16) 9. Hijos Trinizados de Perfección.
30:1.28 (331.17) 10. Hijos trinizados por criaturas.
30:1.29 (331.18) II. SERES CON ORIGEN DUAL. Seres con origen en dos de las Deidades del Paraíso o creados de otro modo por dos seres que sean descendientes directos o indirectos de las Deidades del Paraíso.
30:1.30 (331.19) A. Los órdenes descendentes.
30:1.31 (331.20) 1. Hijos Creadores.
30:1.32 (331.21) 2. Hijos Magistrados.
30:1.33 (331.22) 3. Radiantes Estrellas Matutinas.
30:1.34 (331.23) 4. Padres Melquisedec.
30:1.35 (331.24) 5. Los Melquisedec.
30:1.36 (331.25) 6. Los Vorondadek.
30:1.37 (331.26) 7. Los Lanonandek.
30:1.38 (331.27) 8. Brillantes Estrellas Vespertinas.
30:1.39 (331.28) 9. Arcángeles.
30:1.40 (331.29) 10. Portadores de Vida.
30:1.41 (331.30) 11. Auxiliares no revelados del universo.
30:1.42 (331.31) 12. Hijos de Dios no revelados.
30:1.43 (331.32) B. Los órdenes estacionarios.
30:1.44 (331.33) 1. Abandonters.
30:1.45 (331.34) 2. Susatias.
30:1.46 (331.35) 3. Univitatias.
30:1.47 (331.36) 4. Spirongas.
30:1.48 (331.37) 5. Seres no revelados de origen dual.
30:1.49 (331.38) C. Los órdenes ascendentes.
30:1.50 (331.39) 1. Mortales fusionados con el Ajustador.
30:1.51 (331.40) 2. Mortales fusionados con el Hijo.
30:1.52 (331.41) 3. Mortales fusionados con el Espíritu.
30:1.53 (331.42) 4. Intermedios trasladados.
30:1.54 (331.43) 5. Ascendentes no revelados.
30:1.55 (332.1) III. SERES CON ORIGEN ÚNICO. Seres con origen en una de las Deidades del Paraíso o creados de otro modo por un ser que sea descendiente directo o indirecto de las Deidades del Paraíso.
30:1.56 (332.2) A. Los Espíritus Supremos.
30:1.57 (332.3) 1. Mensajeros por Gravedad.
30:1.58 (332.4) 2. Los siete Espíritus de los Circuitos de Havona.
30:1.59 (332.5) 3. Los adjutores duodécuplos de los circuitos de Havona.
30:1.60 (332.6) 4. Los Auxiliares Reflectantes de Imagen.
30:1.61 (332.7) 5. Los Espíritus Madre de los Universos.
30:1.62 (332.8) 6. Los espíritus-mente adjutores séptuplos.
30:1.63 (332.9) 7. Seres no revelados con origen en la Deidad.
30:1.64 (332.10) B. Los órdenes ascendentes.
30:1.65 (332.11) 1. Ajustadores Personalizados.
30:1.66 (332.12) 2. Hijos Materiales ascendentes.
30:1.67 (332.13) 3. Serafines evolutivas.
30:1.68 (332.14) 4. Querubines evolutivas.
30:1.69 (332.15) 5. Ascendentes no revelados.
30:1.70 (332.16) C. La familia del Espíritu Infinito.
30:1.71 (332.17) 1. Mensajeros Solitarios.
30:1.72 (332.18) 2. Supervisores de Circuitos del Universo.
30:1.73 (332.19) 3. Directores del Censo.
30:1.74 (332.20) 4. Auxiliares Personales del Espíritu Infinito.
30:1.75 (332.21) 5. Inspectores Asociados.
30:1.76 (332.22) 6. Centinelas Asignados.
30:1.77 (332.23) 7. Guías de los Graduados.
30:1.78 (332.24) 8. Servitales de Havona.
30:1.79 (332.25) 9. Conciliadores Universales.
30:1.80 (332.26) 10. Acompañantes de la Morontia.
30:1.81 (332.27) 11. Supernafines.
30:1.82 (332.28) 12. Seconafines.
30:1.83 (332.29) 13. Terciafines.
30:1.84 (332.30) 14. Omniafines.
30:1.85 (332.31) 15. Serafines.
30:1.86 (332.32) 16. Querubines y sanobines.
30:1.87 (332.33) 17. Seres no revelados con origen en el Espíritu.
30:1.88 (332.34) 18. Los siete Directores Supremos del Poder.
30:1.89 (332.35) 19. Los Centros Supremos del Poder.
30:1.90 (332.36) 20. Controladores Físicos Maestros.
30:1.91 (332.37) 21. Supervisores del Poder de la Morontia.
30:1.92 (332.38) IV. SERES TRASCENDENTALES DEVENIDOS. Existe en el Paraíso una inmensa multitud de seres trascendentales cuyo origen no suele ser revelado a los universos del tiempo y el espacio hasta que están asentados en luz y vida. Estos Trascendentales no son ni creadores ni criaturas; son hijos devenidos de divinidad, ultimidad y eternidad. Estos «devenidos» no son ni finitos ni infinitos, son absonitos; y la absonidad no es ni infinitud ni absolutidad.
30:1.93 (333.1) Estos no creadores no creados son siempre leales a la Trinidad del Paraíso y obedecen al Último. Existen en cuatro niveles últimos de actividad de la personalidad y actúan en los siete niveles de lo absonito en doce grandes divisiones que constan de mil grupos principales de trabajo de siete clases cada uno. Estos seres devenidos abarcan los órdenes siguientes:
30:1.94 (333.2) 1. Los Arquitectos del Universo Maestro.
30:1.95 (333.3) 2. Registradores Trascendentales.
30:1.96 (333.4) 3. Otros Trascendentales.
30:1.97 (333.5) 4. Organizadores Maestros Devenidos Primarios de la Fuerza.
30:1.98 (333.6) 5. Organizadores Maestros Trascendentales Asociados de la Fuerza.
30:1.99 (333.7) Dios, como superpersona, hace devenir. Dios, como persona, crea. Dios, como prepersona, fragmenta. Y un fragmento de sí mismo, el Ajustador, es quien hace evolucionar el alma espiritual en la mente material y mortal conforme a la elección de libre albedrío de la personalidad otorgada a dicha criatura mortal por el acto parental de Dios como Padre.
30:1.100 (333.8) V. ENTIDADES FRAGMENTADAS DE LA DEIDAD. Este orden de existencia viva, originado en el Padre Universal, tiene su mejor representación en los Ajustadores del Pensamiento, aunque estas entidades no son de ningún modo las únicas fragmentaciones de la realidad prepersonal de la Primera Fuente y Centro. Las funciones de los fragmentos distintos a los Ajustadores son múltiples y poco conocidas. La fusión con un Ajustador o con otro de dichos fragmentos convierte a la criatura en un ser fusionado con el Padre.
30:1.101 (333.9) Las fragmentaciones del espíritu premente de la Tercera Fuente y Centro, aunque no son comparables con los fragmentos del Padre, deben quedar registradas aquí. Hay diferencias considerables entre estas entidades y los Ajustadores. No moran como tales en Spiritington ni atraviesan como tales los circuitos de gravedad de mente; tampoco moran en criaturas mortales durante la vida en la carne. No son prepersonales en el mismo sentido que los Ajustadores, pero dichos fragmentos de espíritu premente se otorgan a ciertos mortales supervivientes, y la fusión con ellos los convierte en mortales fusionados con el Espíritu, en contraposición a los mortales fusionados con el Ajustador.
30:1.102 (333.10) Aún más difícil de describir es el espíritu individualizado de un Hijo Creador, cuya unión con una criatura la convierte en mortal fusionado con el Hijo. Y existen además otras fragmentaciones de la Deidad.
30:1.103 (333.11) VI. SERES SUPERPERSONALES. Hay una inmensa multitud de seres distintos a los personales que tienen origen divino y prestan servicios múltiples en el universo de universos. Algunos de estos seres residen en los mundos paradisiacos del Hijo; otros, como los representantes superpersonales del Hijo Eterno, se encuentran en otros lugares. La mayoría de ellos no se mencionan en estas narraciones y sería completamente inútil intentar describirlos a criaturas personales.
30:1.104 (333.12) VII. ÓRDENES NO CLASIFICADOS Y NO REVELADOS. En la presente edad del universo no sería posible incluir a todos los seres, personales o de otro tipo, dentro de las clasificaciones que corresponden a la presente edad del universo, y tampoco han sido reveladas todas esas categorías en estas narraciones. Por eso se han dejado muchos órdenes fuera de estas listas. Considerad los siguientes:
30:1.105 (333.13) El Consumador del Destino del Universo.
30:1.106 (333.14) Los Representantes Cualificados del Último.
30:1.107 (334.1) Los Supervisores No Cualificados del Supremo.
30:1.108 (334.2) Los agentes creativos no revelados de los Ancianos de los Días.
30:1.109 (334.3) Majeston del Paraíso.
30:1.110 (334.4) Los enlaces reflectores innominados de Majeston.
30:1.111 (334.5) Los órdenes midsonitas de los universos locales.
30:1.112 (334.6) El hecho de reunir a estos órdenes en una misma lista solo significa que ninguno de ellos aparece en la clasificación paradisiaca tal como está aquí revelada. Estos son los pocos no clasificados, y aún os falta por conocer a los muchos no revelados.
30:1.113 (334.7) Hay espíritus: entidades de espíritu, presencias de espíritu, espíritus personales, espíritus prepersonales, espíritus superpersonales, existencias de espíritu, personalidades de espíritu, pero ni el lenguaje del mortal ni el intelecto del mortal son adecuados. Podemos, sin embargo, afirmar que no hay personalidades de «mente pura»; ninguna entidad tiene personalidad a menos que esté dotada de ella por Dios que es espíritu. Toda entidad de mente que no esté asociada a la energía espiritual o física no es una personalidad. Pero en el mismo sentido en que hay personalidades de espíritu que tienen mente, hay personalidades de mente que tienen espíritu. Majeston y sus asociados son ejemplos bastante buenos de seres dominados por la mente, pero hay ejemplos mejores de este tipo de personalidad desconocidos para vosotros. Hay incluso órdenes completos no revelados de esas personalidades de mente, pero están siempre vinculadas al espíritu. Existen otras criaturas no reveladas que podrían calificarse como personalidades de energía mental y física. Este tipo de ser no responde a la gravedad de espíritu, pero es sin embargo una verdadera personalidad, está dentro del circuito del Padre.
30:1.114 (334.8) Estos documentos ni siquiera empiezan a agotar —no podrían— la historia de las criaturas, los creadores, los que hacen devenir y los seres vivos existentes de otro modo, que viven y adoran y sirven en los universos pululantes del tiempo y en el universo central de la eternidad. Vosotros los mortales sois personas, por eso podemos describiros seres que están personalizados, pero ¿cómo se os podría explicar qué es un ser absonizado?
30:2.1 (334.9) La familia divina de seres vivos se registra en Uversa en siete grandes divisiones:
30:2.2 (334.10) 1. Las Deidades del Paraíso.
30:2.3 (334.11) 2. Los Espíritus Supremos.
30:2.4 (334.12) 3. Los seres con origen en la Trinidad.
30:2.5 (334.13) 4. Los Hijos de Dios.
30:2.6 (334.14) 5. Las personalidades del Espíritu Infinito.
30:2.7 (334.15) 6. Los Directores del Poder del Universo.
30:2.8 (334.16) 7. El cuerpo de ciudadanos permanentes.
30:2.9 (334.17) Estos grupos de criaturas con voluntad se dividen en numerosas clases y subdivisiones menores. Pero al presentar esta clasificación de las personalidades del gran universo, nuestro objetivo principal es describir los órdenes de seres inteligentes que han sido revelados en estas narraciones y con la mayoría de los cuales se encontrarán los mortales del tiempo en la experiencia ascendente de su escalada progresiva al Paraíso. En las listas siguientes no se mencionan los numerosos órdenes de seres del universo que llevan a cabo su trabajo fuera del programa de ascensión de los mortales.
30:2.10 (335.1) I. LAS DEIDADES DEL PARAÍSO.
30:2.11 (335.2) 1. El Padre Universal.
30:2.12 (335.3) 2. El Hijo Eterno.
30:2.13 (335.4) 3. El Espíritu Infinito.
30:2.14 (335.5) II. LOS ESPÍRITUS SUPREMOS.
30:2.15 (335.6) 1. Los siete Espíritus Maestros.
30:2.16 (335.7) 2. Los siete Ejecutivos Supremos.
30:2.17 (335.8) 3. Los siete grupos de Espíritus Reflectantes.
30:2.18 (335.9) 4. Los Auxiliares Reflectantes de Imagen.
30:2.19 (335.10) 5. Los siete Espíritus de los Circuitos.
30:2.20 (335.11) 6. Los Espíritus Creativos de los Universos Locales.
30:2.21 (335.12) 7. Los espíritus-mente adjutores.
30:2.22 (335.13) III. LOS SERES CON ORIGEN EN LA TRINIDAD.
30:2.23 (335.14) 1. Secretos Trinizados de la Supremacía.
30:2.24 (335.15) 2. Eternos de los Días.
30:2.25 (335.16) 3. Ancianos de los Días.
30:2.26 (335.17) 4. Perfecciones de los Días.
30:2.27 (335.18) 5. Recientes de los Días.
30:2.28 (335.19) 6. Uniones de los Días.
30:2.29 (335.20) 7. Fieles de los Días.
30:2.30 (335.21) 8. Maestros Hijos de la Trinidad.
30:2.31 (335.22) 9. Perfeccionadores de la Sabiduría.
30:2.32 (335.23) 10. Consejeros Divinos.
30:2.33 (335.24) 11. Censores Universales.
30:2.34 (335.25) 12. Espíritus Inspirados de la Trinidad.
30:2.35 (335.26) 13. Nativos de Havona.
30:2.36 (335.27) 14. Ciudadanos del Paraíso.
30:2.37 (335.28) IV. LOS HIJOS DE DIOS.
30:2.38 (335.29) A. Hijos descendentes.
30:2.39 (335.30) 1. Hijos Creadores: Migueles.
30:2.40 (335.31) 2. Hijos Magistrados: Avonales.
30:2.41 (335.32) 3. Maestros Hijos de la Trinidad: Daynales.
30:2.42 (335.33) 4. Hijos Melquisedec.
30:2.43 (335.34) 5. Hijos Vorondadek.
30:2.44 (335.35) 6. Hijos Lanonandek.
30:2.45 (335.36) 7. Hijos Portadores de Vida.
30:2.46 (335.37) B. Hijos ascendentes.
30:2.47 (335.38) 1. Mortales fusionados con el Padre.
30:2.48 (335.39) 2. Mortales fusionados con el Hijo.
30:2.49 (335.40) 3. Mortales fusionados con el Espíritu.
30:2.50 (335.41) 4. Serafines evolutivas.
30:2.51 (335.42) 5. Hijos Materiales ascendentes.
30:2.52 (335.43) 6. Intermedios trasladados.
30:2.53 (335.44) 7. Ajustadores Personalizados.
30:2.54 (336.1) C. Hijos Trinizados.
30:2.55 (336.2) 1. Mensajeros Poderosos.
30:2.56 (336.3) 2. Los Altos en Autoridad.
30:2.57 (336.4) 3. Los sin Nombre ni Número.
30:2.58 (336.5) 4. Custodios Trinizados.
30:2.59 (336.6) 5. Embajadores Trinizados.
30:2.60 (336.7) 6. Guardianes Celestiales.
30:2.61 (336.8) 7. Asistentes de los Altos Hijos.
30:2.62 (336.9) 8. Hijos trinizados por ascendentes.
30:2.63 (336.10) 9. Hijos trinizados por seres del Paraíso-Havona.
30:2.64 (336.11) 10. Hijos trinizados del destino.
30:2.65 (336.12) V. PERSONALIDADES DEL ESPÍRITU INFINITO.
30:2.66 (336.13) A. Personalidades más altas del Espíritu Infinito.
30:2.67 (336.14) 1. Mensajeros Solitarios.
30:2.68 (336.15) 2. Supervisores de Circuitos del Universo.
30:2.69 (336.16) 3. Directores del Censo.
30:2.70 (336.17) 4. Auxiliares Personales del Espíritu Infinito.
30:2.71 (336.18) 5. Inspectores Asociados.
30:2.72 (336.19) 6. Centinelas Asignados.
30:2.73 (336.20) 7. Guías de los Graduados.
30:2.74 (336.21) B. Las huestes de mensajeros del espacio.
30:2.75 (336.22) 1. Servitales de Havona.
30:2.76 (336.23) 2. Conciliadores Universales.
30:2.77 (336.24) 3. Asesores Técnicos.
30:2.78 (336.25) 4. Custodios de los Registros del Paraíso.
30:2.79 (336.26) 5. Registradoras Celestiales.
30:2.80 (336.27) 6. Acompañantes de la Morontia.
30:2.81 (336.28) 7. Acompañantes del Paraíso.
30:2.82 (336.29) C. Los espíritus ministrantes.
30:2.83 (336.30) 1. Supernafines.
30:2.84 (336.31) 2. Seconafines.
30:2.85 (336.32) 3. Terciafines.
30:2.86 (336.33) 4. Omniafines.
30:2.87 (336.34) 5. Serafines.
30:2.88 (336.35) 6. Querubines y sanobines.
30:2.89 (336.36) 7. Intermedios.
30:2.90 (336.37) VI. LOS DIRECTORES DEL PODER DEL UNIVERSO.
30:2.91 (336.38) A. Los siete Directores Supremos del Poder.
30:2.92 (336.39) B. Centros Supremos del Poder.
30:2.93 (336.40) 1. Supervisores Supremos de Centros.
30:2.94 (336.41) 2. Centros de Havona.
30:2.95 (336.42) 3. Centros de los superuniversos.
30:2.96 (336.43) 4. Centros de los universos locales.
30:2.97 (336.44) 5. Centros de las constelaciones.
30:2.98 (336.45) 6. Centros de los sistemas.
30:2.99 (336.46) 7. Centros no clasificados.
30:2.100 (337.1) C. Controladores Físicos Maestros.
30:2.101 (337.2) 1. Directores asociados del poder.
30:2.102 (337.3) 2. Controladores mecánicos.
30:2.103 (337.4) 3. Transformadores de energía.
30:2.104 (337.5) 4. Transmisores de energía.
30:2.105 (337.6) 5. Asociadores primarios.
30:2.106 (337.7) 6. Disociadores secundarios.
30:2.107 (337.8) 7. Frandalanks y chronoldeks.
30:2.108 (337.9) D. Supervisoras del Poder de la Morontia.
30:2.109 (337.10) 1. Reguladoras de circuitos.
30:2.110 (337.11) 2. Coordinadoras de sistemas.
30:2.111 (337.12) 3. Guardianas planetarias.
30:2.112 (337.13) 4. Controladoras conjuntas.
30:2.113 (337.14) 5. Estabilizadoras de enlaces.
30:2.114 (337.15) 6. Clasificadoras selectivas.
30:2.115 (337.16) 7. Registradoras asociadas.
30:2.116 (337.17) VII. EL CUERPO DE CIUDADANOS PERMANENTES.
30:2.117 (337.18) 1. Los intermedios planetarios.
30:2.118 (337.19) 2. Los hijos adánicos de los sistemas.
30:2.119 (337.20) 3. Los univitatia de las constelaciones.
30:2.120 (337.21) 4. Los susatia de los universos locales.
30:2.121 (337.22) 5. Los mortales fusionados con el Espíritu de los universos locales
30:2.122 (337.23) 6. Los abandonters de los superuniversos.
30:2.123 (337.24) 7. Los mortales de los superuniversos fusionados con el Hijo.
30:2.124 (337.25) 8. Los nativos de Havona.
30:2.125 (337.26) 9. Los nativos de las esferas paradisiacas del Espíritu.
30:2.126 (337.27) 10. Los nativos de las esferas paradisiacas del Padre.
30:2.127 (337.28) 11. Los ciudadanos creados del Paraíso.
30:2.128 (337.29) 12. Los mortales fusionados con el Ajustador ciudadanos del Paraíso.
30:2.129 (337.30) Esta es la clasificación funcional de las personalidades de los universos tal como están registradas en el mundo sede de Uversa.
30:2.130 (337.31) GRUPOS COMPUESTOS DE PERSONALIDADES. En Uversa hay registros de otros muchos grupos de seres inteligentes, seres que están también estrechamente relacionados con la organización y administración del gran universo. Figuran entre estos órdenes los tres grupos compuestos de personalidades que vienen a continuación:
30:2.131 (337.32) A. El Cuerpo de la Finalización del Paraíso.
30:2.132 (337.33) 1. El Cuerpo de Finalitarios Mortales.
30:2.133 (337.34) 2. El Cuerpo de Finalitarios del Paraíso.
30:2.134 (337.35) 3. El Cuerpo de Finalitarios Trinizados.
30:2.135 (337.36) 4. El Cuerpo de Finalitarios Trinizados Conjuntos.
30:2.136 (337.37) 5. El Cuerpo de Finalitarios de Havona.
30:2.137 (337.38) 6. El Cuerpo de Finalitarios Trascendentales.
30:2.138 (337.39) 7. El Cuerpo de Hijos del Destino No revelados.
30:2.139 (337.40) El Cuerpo de los Mortales de la Finalización se trata en el documento siguiente y último de esta serie.
30:2.140 (338.1) B. Los Auxiliares del Universo.
30:2.141 (338.2) 1. Radiantes Estrellas Matutinas.
30:2.142 (338.3) 2. Brillantes Estrellas Vespertinas.
30:2.143 (338.4) 3. Arcángeles.
30:2.144 (338.5) 4. Asistentes Altísimos.
30:2.145 (338.6) 5. Altos Comisionados.
30:2.146 (338.7) 6. Supervisores Celestiales.
30:2.147 (338.8) 7. Maestras de los Mundos Mansión.
30:2.148 (338.9) Todos los mundos sede, tanto de los universos locales como de los superuniversos, cuentan con la presencia de seres encargados de misiones específicas para los Hijos Creadores, los regidores de los universos locales. En Uversa acogemos a estos Auxiliares del Universo, pero no tenemos jurisdicción sobre ellos. Estos emisarios realizan su trabajo y llevan a cabo sus observaciones bajo la autoridad de los Hijos Creadores. Sus actividades se describen con más detalle en la narración dedicada a vuestro universo local.
30:2.149 (338.10) C. Las siete colonias de cortesía.
30:2.150 (338.11) 1. Estudiosos de las estrellas.
30:2.151 (338.12) 2. Artesanos celestiales.
30:2.152 (338.13) 3. Directores de la reversión.
30:2.153 (338.14) 4. Instructores de las facultades de ampliación.
30:2.154 (338.15) 5. Los diversos cuerpos de reserva.
30:2.155 (338.16) 6. Visitantes estudiantes.
30:2.156 (338.17) 7. Peregrinos ascendentes.
30:2.157 (338.18) Estos siete grupos de seres se encontrarán organizados y gobernados de esta manera en todos los mundos sede, desde los sistemas locales hasta las capitales de los superuniversos, especialmente en estas últimas. Las capitales de los siete superuniversos son los lugares de encuentro de casi todas las clases y órdenes de seres inteligentes. En ellas se puede observar y estudiar a criaturas con voluntad de todas las fases de existencia, sin contar con los numerosos grupos de habitantes del Paraíso-Havona.
30:3.1 (338.19) Las siete colonias de cortesía residen en las esferas arquitectónicas durante periodos más o menos prolongados mientras se ocupan de promover sus misiones y de llevar a cabo sus tareas especiales. Su trabajo se puede describir como sigue:
30:3.2 (338.20) 1. Los estudiosos de las estrellas, los astrónomos celestiales, eligen trabajar en esferas como Uversa porque estos mundos construidos especialmente son excepcionalmente favorables para sus observaciones y cálculos. Uversa reúne condiciones favorables para el trabajo de esta colonia, no solo por su ubicación central, sino también porque no hay soles gigantescos cercanos, vivos o muertos, que perturben las corrientes de energía. Estos estudiosos no están conectados orgánicamente en modo alguno con los asuntos del superuniverso; son simples invitados.
30:3.3 (338.21) La colonia astronómica de Uversa contiene individuos que provienen de muchos dominios cercanos, del universo central e incluso de Norlatiadek. Cualquier ser de cualquier mundo de cualquier sistema de cualquier universo puede convertirse en estudioso de las estrellas, puede aspirar a formar parte de algún cuerpo de astrónomos celestiales. Los únicos requisitos son una vida continuada y un conocimiento suficiente de los mundos del espacio, especialmente de sus leyes físicas de evolución y control. A los estudiosos de las estrellas no se les exige que sirvan eternamente en este cuerpo, pero ninguno de los admitidos en este grupo puede retirarse antes de un milenio del tiempo de Uversa.
30:3.4 (339.1) La colonia de observadores de estrellas de Uversa asciende ahora a más de un millón. Estos astrónomos van y vienen, aunque algunos se quedan durante periodos relativamente largos. Utilizan una multitud de instrumentos mecánicos y aparatos físicos para efectuar su trabajo y reciben también mucha ayuda de los Mensajeros Solitarios y otros exploradores de espíritu. En su trabajo de estudio de las estrellas y de inspección del espacio, estos astrónomos celestiales hacen uso constante de los transformadores y transmisores vivos de energía así como de las personalidades reflectantes. Estudian todas las formas y fases de los materiales del espacio y de las manifestaciones de la energía, y están tan interesados en la función de la fuerza como en los fenómenos estelares. Nada escapa a su escrutinio en todo el espacio.
30:3.5 (339.2) Se pueden encontrar colonias similares de astrónomos en los mundos sede de los sectores del superuniverso, así como en las capitales arquitectónicas de los universos locales y de sus subdivisiones administrativas. Excepto en el Paraíso, el conocimiento no es inherente; entender el universo físico depende en gran medida de la observación y la investigación.
30:3.6 (339.3) 2. Los artesanos celestiales sirven en la totalidad de los siete superuniversos. Los mortales ascendentes tienen su primer contacto con estos grupos en la carrera de la morontia del universo local. Se tratará más a fondo sobre estos artesanos en ese contexto.
30:3.7 (339.4) 3. Los directores de la reversión son los promotores del esparcimiento y el humor, de la reversión a los recuerdos del pasado. Prestan un gran servicio en el funcionamiento práctico del programa ascendente de progresión de los mortales, sobre todo durante las primeras fases de transición en la morontia y de experiencia en el espíritu. Su historia pertenece a la narración de la carrera de los mortales en el universo local.
30:3.8 (339.5) 4. Los instructores de las facultades de ampliación. En la carrera ascendente cada mundo residencial mantiene siempre un sólido cuerpo docente en el mundo que está justo por debajo, una especie de escuela preparatoria para los residentes que están progresando en esa esfera; esta es una fase del programa ascendente para hacer avanzar a los peregrinos del tiempo. Estas escuelas, sus métodos de instrucción y sus exámenes son totalmente distintos de todo lo que intentáis llevar a cabo en Urantia.
30:3.9 (339.6) Todo el plan ascendente de progresión de los mortales se caracteriza por la práctica de impartir a otros seres las nuevas verdades y experiencias desde el momento en que se han adquirido. Os abrís camino por la larga escuela de logro del Paraíso sirviendo como maestros de los alumnos que están justo detrás de vosotros en la escala de progresión.
30:3.10 (339.7) 5. Los diversos cuerpos de reserva. En Uversa se movilizan como colonia de cuerpos de reserva grandes reservas de seres que no están bajo nuestra supervisión directa. Hay setenta divisiones primarias de estas colonias en Uversa, y tener el privilegio de pasar una temporada con estas extraordinarias personalidades constituye una verdadera educación liberal. En Salvington y en otras capitales de universos se mantienen reservas generales similares. Son enviadas al servicio activo a requerimiento de sus respectivos directores de grupo.
30:3.11 (339.8) 6. Los visitantes estudiantes. Un caudal constante de visitantes celestiales procedentes de todo el universo fluye hacia los diversos mundos sede. Como individuos o como promociones, estos varios tipos de seres acuden a nosotros en calidad de observadores, alumnos de intercambio y ayudantes estudiantes. Hay en Uversa en el momento presente más de mil millones de personas en esta colonia de cortesía. Algunos de estos visitantes pueden quedarse un día, otros pueden permanecer un año, todo depende de la naturaleza de su misión. Esta colonia contiene representantes de casi todas las clases de seres del universo, excepto personalidades creadoras y mortales de la morontia.
30:3.12 (340.1) Los mortales de la morontia son visitantes estudiantes solo dentro de los confines de su universo local de origen. Pueden hacer visitas en calidad de superuniversales solo después de haber alcanzado el estatus de espíritu. Al menos la mitad de nuestra colonia de visitantes está compuesta por «viajeros en escala», seres de camino a algún otro sitio que se detienen brevemente a visitar la capital de Orvonton. Estas personalidades pueden estar realizando una misión en el universo o pueden estar disfrutando de un periodo de ocio libre de misiones. El privilegio del viaje y la observación intrauniversal es parte de la carrera de todos los seres ascendentes. El deseo humano de viajar y observar nuevos pueblos y nuevos mundos quedará plenamente satisfecho durante la larga escalada al Paraíso llena de acontecimientos a través del universo local, el superuniverso y el universo central.
30:3.13 (340.2) 7. Los peregrinos ascendentes. Cuando los peregrinos ascendentes son destinados a diversos servicios relacionados con su progresión hacia el Paraíso, se les domicilia como colonia de cortesía en las distintas esferas sede. Estos grupos se autogobiernan en gran medida mientras actúan aquí y allá en todo un superuniverso. Son una colonia en cambio permanente que abarca a todos los órdenes de mortales evolutivos y sus compañeros ascendentes.
30:4.1 (340.3) Los mortales supervivientes del tiempo y el espacio se denominan peregrinos ascendentes cuando están acreditados para el ascenso progresivo al Paraíso, pero estas criaturas evolutivas ocupan un lugar tan importante en estas narraciones que deseamos presentar aquí una sinopsis de las siete etapas de la carrera ascendente en el universo como sigue:
30:4.2 (340.4) 1. Mortales planetarios.
30:4.3 (340.5) 2. Supervivientes durmientes.
30:4.4 (340.6) 3. Estudiantes de los mundos mansión.
30:4.5 (340.7) 4. Progresores de la morontia.
30:4.6 (340.8) 5. Pupilos de los superuniversos.
30:4.7 (340.9) 6. Peregrinos de Havona.
30:4.8 (340.10) 7. Llegados al Paraíso.
30:4.9 (340.11) La narración que sigue presenta la carrera en el universo de un mortal en cuyo interior mora un Ajustador. Los mortales fusionados con el Hijo o con el Espíritu comparten partes de esta carrera, pero hemos elegido contar esta historia tal como atañe a los mortales fusionados con el Ajustador, pues ese es el destino que pueden esperar todas las razas humanas de Urantia.
30:4.10 (340.12) 1. Mortales planetarios. Mortales son todos los seres evolutivos de origen animal con potencial ascendente. En su origen, naturaleza y destino, estos varios grupos y tipos de seres humanos no son enteramente diferentes a los pueblos de Urantia. Las razas humanas de cada mundo reciben el mismo ministerio de los Hijos de Dios y disfrutan de la presencia de los espíritus ministrantes del tiempo. Después de la muerte natural, todos los tipos de ascendentes fraternizan como una única familia de la morontia en los mundos mansión.
30:4.11 (341.1) 2. Supervivientes durmientes. Todos los mortales con estatus de supervivientes y que están bajo la custodia de las guardianas personales del destino, pasan por los portales de la muerte natural y, en el tercer periodo, se personalizan en los mundos mansión. Aquellos seres acreditados que no han sido capaces, por cualquier razón, de alcanzar el nivel de dominio de la inteligencia y de dotación de espiritualidad que les daría derecho a guardianas personales, no pueden ir de este modo directa e inmediatamente a los mundos mansión. Estas almas supervivientes deben descansar en un sueño inconsciente hasta el día del juicio de una nueva época, de una nueva dispensación, de la venida de un Hijo de Dios para pasar lista a la edad y enjuiciar al mundo, y esta es la práctica general en todo Nebadon. Se dijo de Cristo Miguel que, cuando ascendió a las alturas al final de su trabajo en la tierra, «condujo a una gran multitud de cautivos». Y estos cautivos eran los supervivientes durmientes desde los días de Adán hasta el día de la resurrección del Maestro en Urantia.
30:4.12 (341.2) El paso del tiempo no tiene ninguna importancia para los mortales dormidos; están totalmente inconscientes y ajenos a la duración de su descanso. En el momento del reensamblaje de la personalidad al final de una edad, los que han dormido cinco mil años no reaccionan de forma diferente a los que han descansado cinco días. Aparte de este retraso en el tiempo, estos supervivientes pasan por el régimen de ascensión de forma idéntica a los que evitan el sueño más o menos largo de la muerte.
30:4.13 (341.3) En el trabajo de los universos locales, estas promociones dispensacionales de peregrinos de los mundos son utilizadas para actividades de grupo en la morontia. La movilización de grupos tan enormes tiene una gran ventaja; así se les mantiene juntos durante largos periodos de servicio efectivo.
30:4.14 (341.4) 3. Estudiantes de los mundos mansión. Todos los mortales supervivientes que se despiertan en los mundos mansión pertenecen a esta clase.
30:4.15 (341.5) El cuerpo físico de carne mortal no forma parte del reensamblaje del superviviente durmiente; el cuerpo físico ha regresado al polvo. La serafín asignada patrocina el nuevo cuerpo, la forma de morontia, como nuevo vehículo de vida para el alma inmortal y para que more en su interior el Ajustador que ha regresado. El Ajustador es el custodio de la transcripción de espíritu de la mente del superviviente durmiente. La serafín asignada es la cuidadora de la identidad superviviente —el alma inmortal— hasta donde haya evolucionado. Y cuando los dos, el Ajustador y la serafín, vuelven a unir los elementos de la personalidad confiados a su cargo, el nuevo individuo constituye la resurrección de la antigua personalidad, la supervivencia de la identidad de morontia en evolución del alma. Esta reasociación de alma y Ajustador se llama con toda propiedad resurrección, un reensamblaje de los factores de la personalidad; pero ni siquiera así se explica por completo la reaparición de la personalidad superviviente. Aunque probablemente no entendáis nunca el hecho de esta inexplicable operación, conoceréis algún día su verdad por experiencia si no rechazáis el plan de supervivencia de los mortales.
30:4.16 (341.6) El plan de detener inicialmente a los mortales en siete mundos de formación progresiva es casi universal en Orvonton. En cada sistema local de aproximadamente mil planetas habitados hay siete mundos mansión, generalmente satélites o subsatélites de la capital del sistema. Son los mundos que reciben a la mayoría de los mortales ascendentes.
30:4.17 (341.7) A veces, todos los mundos de formación en los que residen mortales se llaman «mansiones» del universo, y fue a esas esferas a las que Jesús aludió cuando dijo: «En la casa de mi Padre hay muchas mansiones». A partir de ahí, dentro de un grupo dado de esferas como los mundos mansión, los ascendentes progresarán individualmente de una esfera a otra y de una fase de vida a otra, pero avanzarán siempre de una etapa de estudio en el universo a otra formando promociones.
30:4.18 (342.1) 4. Progresores de la morontia. Cuando, desde los mundos mansión hacia arriba, los mortales pasan por las esferas del sistema, la constelación y el universo, son clasificados como progresores de la morontia; están atravesando las esferas de transición de la ascensión del mortal. A medida que los mortales ascendentes progresan de los mundos más bajos de la morontia a los más altos, sirven en incontables misiones en colaboración con sus maestros y en compañía de sus hermanos mayores más avanzados.
30:4.19 (342.2) La progresión en la morontia está relacionada con el avance continuo del intelecto, del espíritu y de la forma de la personalidad. Los supervivientes siguen siendo seres de tres naturalezas. Durante toda su experiencia en la morontia son pupilos del universo local. El régimen del superuniverso no entrará en vigor hasta que empiece su carrera como espíritus.
30:4.20 (342.3) Los mortales adquieren identidad real de espíritu justo antes de salir de la sede del universo local para ir hacia los mundos de recepción de los sectores menores del superuniverso. El paso de la etapa final de la morontia al estatus primero o más bajo de espíritu no es más que una pequeña transición. La mente, la personalidad y el carácter no cambian con este avance; solo se modifica la forma. Pero la forma de espíritu es tan real como el cuerpo de morontia, y es igual de perceptible.
30:4.21 (342.4) Antes de salir de sus universos locales nativos hacia los mundos de recepción del superuniverso, los mortales del tiempo reciben su confirmación como espíritus de manos del Hijo Creador y el Espíritu Madre del universo local. A partir de ese punto el estatus del mortal ascendente queda asentado para siempre. No se ha sabido nunca que los pupilos de los superuniversos se hayan descarriado. Las serafines ascendentes también son ascendidas en su categoría angélica a su salida de los universos locales.
30:4.22 (342.5) 5. Pupilos de los superuniversos. Todos los ascendentes que llegan a los mundos de formación de los superuniversos se convierten en pupilos de los Ancianos de los Días. Han atravesado la vida de la morontia del universo local y ya son espíritus acreditados. Como espíritus jóvenes empiezan la ascensión en el sistema de formación y cultura del superuniverso, que se extiende desde las esferas de recepción de su sector menor, pasando por los mundos de estudio de los diez sectores mayores, hasta las esferas culturales más altas de la sede del superuniverso.
30:4.23 (342.6) Hay tres órdenes de espíritus estudiantes según residan en los mundos de progresión en el espíritu de la sede del sector menor, de los sectores mayores o del superuniverso. Igual que los ascendentes en la morontia estudiaron y trabajaron en los mundos del universo local, los ascendentes en el espíritu siguen asimilando nuevos mundos mientras practican el transmitir a otros lo que han bebido de las fuentes experienciales de la sabiduría. Pero ir a la escuela como ser de espíritu en la carrera en el superuniverso es muy diferente a nada que haya podido entrar nunca en el campo imaginativo de la mente material del hombre.
30:4.24 (342.7) Antes de dejar el superuniverso para ir a Havona, estos espíritus ascendentes reciben un curso de gestión del superuniverso igual de exhaustivo que el de supervisión del universo local que recibieron durante su experiencia en la morontia. Antes de llegar a Havona, los mortales de espíritu tienen como principal objeto de estudio, aunque no como ocupación exclusiva, el dominio de la administración del universo local y del superuniverso. El motivo de toda esta experiencia no está aún del todo claro, pero esta formación es sin lugar a dudas acertada y necesaria con vistas a su posible destino futuro como miembros del Cuerpo de la Finalización.
30:4.25 (342.8) El régimen del superuniverso no es el mismo para todos los mortales ascendentes. Reciben la misma educación general, pero hay grupos y promociones especiales que realizan cursos especiales de instrucción y pasan por cursos específicos de formación.
30:4.26 (343.1) 6. Peregrinos de Havona. Cuando el desarrollo en el espíritu es completo, aunque no repleto, el mortal superviviente se prepara para el largo vuelo a Havona, el puerto de los espíritus evolutivos. En la tierra eras una criatura de carne y hueso. En tu paso por el universo local eras un ser de morontia. En tu paso por el superuniverso eras un espíritu en evolución. Con tu llegada a los mundos de recepción de Havona empieza en realidad y en serio tu educación espiritual. Tu aparición final en el Paraíso será como espíritu perfeccionado.
30:4.27 (343.2) El viaje desde la sede del superuniverso hasta las esferas de recepción de Havona se hace siempre a solas. En adelante ya no habrá más instrucción en promociones o en grupos. Se ha terminado tu formación técnica y administrativa de los mundos evolutivos del tiempo y el espacio. Empieza ahora tu educación personal, tu formación espiritual individual. De principio a fin, a lo largo de todo Havona, la instrucción es personal y de naturaleza triple: intelectual, espiritual y experiencial.
30:4.28 (343.3) El primer acto de tu carrera en Havona será reconocer a tu seconafín de transporte y agradecerle el largo y seguro viaje. Luego serás presentado a los seres que patrocinarán tus primeras actividades en Havona. A continuación irás a registrar tu llegada y a preparar tu mensaje de acción de gracias y adoración que será enviado al Hijo Creador de tu universo local, el Padre del universo que hizo posible tu carrera de filiación. Una vez concluidas las formalidades de la llegada a Havona, se te concede un largo periodo de asueto para observar libremente y tener la oportunidad de buscar a tus amigos, compañeros y colaboradores de la larga experiencia de ascensión. También puedes consultar las difusiones para averiguar cuáles de tus compañeros peregrinos han partido hacia Havona desde tu salida de Uversa.
30:4.29 (343.4) El hecho de tu llegada a los mundos de recepción de Havona será debidamente transmitido a la sede de tu universo local y comunicado personalmente a tu guardiana seráfica dondequiera que se encuentre.
30:4.30 (343.5) Los mortales ascendentes han sido formados a fondo en los asuntos de los mundos evolutivos del espacio. Ahora empiezan su largo y provechoso contacto con las esferas creadas de la perfección. ¡Qué buena preparación para algún futuro trabajo les proporciona esta experiencia combinada, única y extraordinaria! Pero no puedo hablaros de Havona; tenéis que ver esos mundos para poder apreciar su gloria o comprender su grandiosidad.
30:4.31 (343.6) 7. Llegados al Paraíso. Al alcanzar el Paraíso con estatus residencial empiezas el curso progresivo de divinidad y absonidad. Tu residencia en el Paraíso significa que has encontrado a Dios y que vas a ser incorporado al Cuerpo de los Mortales de la Finalización. De todas las criaturas del gran universo, solo los que están fusionados con el Padre son incorporados al Cuerpo de los Mortales de la Finalización. Solo estos individuos prestan juramento de finalitario. Otros seres de perfección paradisiaca o que han logrado llegar al Paraíso pueden adscribirse temporalmente a este cuerpo de la finalización, pero no son asignados eternamente a la misión desconocida y no revelada de esta multitud creciente de veteranos evolutivos y perfeccionados del tiempo y el espacio.
30:4.32 (343.7) A los llegados al Paraíso se les concede un periodo de libertad, después del cual empiezan sus relaciones con los siete grupos de las supernafines primarias. Cuando han terminado su curso con las conductoras de la adoración, se denominan graduados del Paraíso y entonces, como finalitarios, son asignados a servicios de observación y cooperación hasta los confines de la extensa creación. Hasta ahora, no parece haber ninguna ocupación específica o establecida para el Cuerpo de Finalitarios Mortales, aunque cumplen muchas funciones en los mundos asentados en luz y vida.
30:4.33 (344.1) Aunque no hubiera un destino futuro o no revelado para el Cuerpo de los Mortales de la Finalización, la presente misión de estos seres ascendentes sería ya perfectamente adecuada y gloriosa. Su destino presente justifica por completo el plan universal de ascenso evolutivo. Pero las edades futuras de la evolución de las esferas del espacio exterior ampliarán sin duda más, e iluminarán divinamente con más plenitud, la sabiduría y la amorosa bondad de los Dioses en la ejecución de su plan divino de supervivencia humana y de ascenso de los mortales.
30:4.34 (344.2) Esta narración, junto con lo que os ha sido revelado y con lo que podáis adquirir relacionado con la instrucción sobre vuestro propio mundo, esboza a grandes rasgos la carrera de un mortal ascendente. La historia varía considerablemente en los diferentes superuniversos, pero este relato os permite entrever el plan promedio de progresión de los mortales tal como está en vigor en el universo local de Nebadon y en el séptimo segmento del gran universo, el superuniverso de Orvonton.
30:4.35 (344.3) [Patrocinado por un Mensajero Poderoso procedente de Uversa.]
El libro de Urantia
Documento 31
31:0.1 (345.1) EL Cuerpo de Finalitarios Mortales es el destino conocido en el presente de los mortales ascendentes del tiempo fusionados con un Ajustador. Pero hay otros grupos que se asignan también a este colectivo. El cuerpo finalitario primario está compuesto como sigue:
31:0.2 (345.2) 1. Nativos de Havona.
31:0.3 (345.3) 2. Mensajeros por Gravedad.
31:0.4 (345.4) 3. Mortales glorificados.
31:0.5 (345.5) 4. Serafines adoptadas.
31:0.6 (345.6) 5. Hijos Materiales glorificados.
31:0.7 (345.7) 6. Criaturas intermedias glorificadas.
31:0.8 (345.8) Estos seis grupos de seres glorificados componen este cuerpo único de destino eterno. Creemos conocer su trabajo futuro pero no estamos seguros. Aunque el Cuerpo de la Finalización Mortal se está movilizando en el Paraíso, y aunque ministran hoy tan ampliamente a los universos del espacio y administran los mundos asentados en luz y vida, parece que su destino futuro estará en los universos del espacio exterior que se están organizando ahora. Al menos eso es lo que se conjetura en Uversa.
31:0.9 (345.9) El cuerpo se organiza con arreglo a las asociaciones de trabajo de los mundos del espacio y de conformidad con la experiencia asociativa adquirida en el transcurso de la larga e intensa carrera ascendente. Todas las criaturas ascendentes admitidas en este cuerpo son recibidas en igualdad, pero esta ensalzada igualdad en modo alguno anula la individualidad ni destruye la identidad personal. Al comunicarnos con un finalitario podemos discernir inmediatamente si se trata de un ascendente mortal, un nativo de Havona, una serafín adoptada, una criatura intermedia o un Hijo Material.
31:0.10 (345.10) Durante la presente edad del universo los finalitarios vuelven a los universos del tiempo para servir en ellos. Son destinados a trabajar sucesivamente en los diferentes superuniversos, pero nunca en su superuniverso nativo hasta después de haber servido en las otras seis supercreaciones. Así pueden adquirir el concepto séptuplo del Ser Supremo.
31:0.11 (345.11) Una o más compañías de finalitarios mortales están de servicio constante en Urantia. No hay ámbito de servicio en el universo al que no estén destinados. Ejercen su actividad en todo el universo con periodos iguales y alternos de obligación asignada y de servicio libre.
31:0.12 (345.12) No tenemos ni idea de la naturaleza de la organización futura de este grupo extraordinario, pero los finalitarios son ahora un cuerpo enteramente autogobernado. Eligen a sus propios líderes y directores permanentes, periódicos y de asignación. Ninguna influencia exterior puede llegar nunca a afectar sus políticas y solo prestan su juramento de lealtad a la Trinidad del Paraíso.
31:0.13 (346.1) Los finalitarios mantienen sus propias sedes en el Paraíso, en los superuniversos, en los universos locales y en todas las capitales divisionales. Forman un orden aparte de creación evolutiva. Aunque no los dirigimos ni controlamos directamente, son absolutamente leales y cooperan siempre con todos nuestros planes. Son en verdad el conjunto creciente de almas probadas y sinceras del tiempo y el espacio —la sal evolutiva del universo— y están a prueba del mal y afianzadas contra el pecado para siempre.
31:1.1 (346.2) Muchos de los nativos de Havona que sirven como maestros en las escuelas de formación de peregrinos del universo central llegan a encariñarse mucho con los mortales ascendentes y a interesarse aún más por el trabajo y el destino del Cuerpo de Finalitarios Mortales en el futuro. En la sede administrativa del cuerpo en el Paraíso, se mantiene un registro de inscripción de voluntarios de Havona presidido por el adjunto de Grandfanda. A día de hoy hay millones y millones de nativos de Havona en esta lista de espera. Estos seres perfectos creados de forma directa y divina son de gran ayuda para el Cuerpo de los Mortales de la Finalización, y su utilidad será sin duda aún mayor en el lejano futuro. Proporcionan el punto de vista de quien ha nacido en la perfección y la repleción divina. Los finalitarios abarcan así las dos fases de la existencia experiencial: la perfecta y la perfeccionada.
31:1.2 (346.3) Los nativos de Havona deben lograr cierto desarrollo experiencial en enlace con los seres evolutivos para adquirir la capacidad de recibir el otorgamiento de un fragmento del espíritu del Padre Universal. El Cuerpo de Finalitarios Mortales tiene como miembros permanentes solo a aquellos seres que se han fusionado con el espíritu de la Primera Fuente y Centro o que, como los Mensajeros por Gravedad, llevan incorporado de modo innato este espíritu de Dios Padre.
31:1.3 (346.4) Los habitantes del universo central son recibidos en el cuerpo en la proporción de uno a mil (una compañía de finalitarios). El cuerpo está organizado para el servicio temporal en compañías de mil, 997 criaturas ascendentes, por un nativo de Havona y un Mensajero por Gravedad. Los finalitarios se movilizan así en compañías, pero el juramento de la finalización se toma individualmente. Es un juramento de implicaciones profundas y de importancia eterna. El nativo de Havona presta el mismo juramento y queda adscrito para siempre al cuerpo.
31:1.4 (346.5) Los reclutados en Havona siguen a la compañía a la que fueron asignados; dondequiera que vaya el grupo, van ellos. Y deberíais ver el entusiasmo que ponen en su nuevo trabajo de finalitarios. La posibilidad de alcanzar el Cuerpo de la Finalización es una de las emociones espléndidas de Havona; la posibilidad de convertirse en finalitario es una de las aventuras supremas de estas razas perfectas.
31:1.5 (346.6) Los nativos de Havona son recibidos también, en la misma proporción, en el Cuerpo de Finalitarios Trinizados Conjuntos de Vicegerington y en el Cuerpo de Finalitarios Trascendentales del Paraíso. Los ciudadanos de Havona consideran estos tres destinos, junto con su posible admisión en el Cuerpo de Finalitarios de Havona, como las metas supremas de sus elevadas carreras.
31:2.1 (346.7) En todo momento y lugar en que los Mensajeros por Gravedad ejercen su función los finalitarios están al mando. Todos los Mensajeros por Gravedad están bajo la jurisdicción exclusiva de Grandfanda, y solo son asignados al Cuerpo primario de la Finalización. Son inestimables para los finalitarios ya en el momento presente y su utilidad será total en el futuro eterno. Ningún otro grupo de criaturas inteligentes posee un cuerpo de mensajeros personalizados como este, capaz de trascender el tiempo y el espacio. Los tipos similares de mensajeros-registradores adscritos a otros cuerpos de finalitarios no están personalizados, están absonizados.
31:2.2 (347.1) Los Mensajeros por Gravedad proceden de Divinington y son Ajustadores modificados y personalizados, pero nadie en nuestro grupo de Uversa intentará explicar la naturaleza de ninguno de estos mensajeros. Sabemos que son seres muy personales, divinos, inteligentes y conmovedoramente comprensivos, pero no comprendemos su técnica intemporal de atravesar el espacio. Parecen estar capacitados para utilizar todas y cada una de las energías y circuitos, e incluso la gravedad. Los finalitarios del cuerpo de los mortales no pueden desafiar al tiempo y al espacio, pero tienen vinculadas a ellos y bajo su mando a unas personalidades de espíritu casi infinitas que sí pueden. Nos atrevemos a llamar personalidades a los Mensajeros por Gravedad, pero son en realidad seres de superespíritu, personalidades sin límites ni fronteras. Comparados con los Mensajeros Solitarios, pertenecen a un orden de personalidad totalmente distinto.
31:2.3 (347.2) Los Mensajeros por Gravedad pueden estar adscritos a una compañía de finalitarios en número ilimitado, pero solo un mensajero, el jefe de sus iguales, es incorporado al Cuerpo de los Mortales de la Finalización. Sin embargo, este jefe tiene asignado un equipo permanente de 999 mensajeros y, según las circunstancias lo requieran, puede recurrir a las reservas del orden para obtener asistentes en número ilimitado.
31:2.4 (347.3) Entre los Mensajeros por Gravedad y los finalitarios mortales glorificados se llega a crear un afecto profundo y conmovedor. Tienen mucho en común: unos son la personalización directa de un fragmento del Padre Universal; los otros, una personalidad de criatura que existe en el alma inmortal superviviente fusionada con un fragmento del mismo Padre Universal, el espíritu Ajustador del Pensamiento.
31:3.1 (347.4) Los mortales ascendentes fusionados con el Ajustador componen el grueso del Cuerpo primario de la Finalización. Junto con las serafines adoptadas y glorificadas, suman por lo general 990 en cada compañía de finalitarios. La proporción de mortales y ángeles varía de un grupo a otro, aunque los mortales son mucho más numerosos que las serafines. Los nativos de Havona, los Hijos Materiales glorificados, las criaturas intermedias glorificadas, los Mensajeros por Gravedad y el miembro desconocido que falta, forman solo el uno por ciento del cuerpo. Cada compañía de mil finalitarios solo tiene sitio para diez de estas personalidades no mortales ni seráficas.
31:3.2 (347.5) Nosotros, los de Uversa, desconocemos el «destino en la finalización» de los mortales ascendentes del tiempo. En el momento presente residen en el Paraíso y sirven temporalmente en el Cuerpo de Luz y Vida, pero un curso de formación ascendente tan formidable y una disciplina en el universo tan prolongada tienen que estar destinados a cualificarlos para pruebas de confianza aún mayores y servicios de responsabilidad aún más sublimes.
31:3.3 (347.6) A pesar de que estos mortales ascendentes han logrado llegar al Paraíso, han sido incorporados al Cuerpo de la Finalización y han sido enviados de vuelta en gran número para participar en la conducción de los universos locales y asistir en la administración de los asuntos de los superuniversos, frente a este destino aparente, subsiste el hecho significativo de que solo constan como espíritus de sexta etapa. Es indudable que queda un paso más en la carrera del Cuerpo de los Mortales de la Finalización. Desconocemos la naturaleza de ese paso, pero tenemos conocimiento de tres hechos que señalamos aquí:
31:3.4 (348.1) 1. Sabemos por los registros que los mortales son espíritus del primer orden durante su estancia en los sectores menores, y que ascienden al segundo orden cuando son trasladados a los sectores mayores y al tercero cuando avanzan a los mundos centrales de formación del superuniverso. Los mortales se vuelven cuartanos o espíritus graduados después de alcanzar el sexto círculo de Havona y se convierten en espíritus del orden quinto cuando encuentran al Padre Universal. Posteriormente alcanzan la sexta etapa de la existencia de espíritu al prestar el juramento que los incorpora para siempre a la misión eterna del Cuerpo de la Finalización Mortal.
31:3.5 (348.2) Observamos que la clasificación o designación de los espíritus está determinada por su progreso efectivo de un ámbito de servicio en el universo a otro ámbito de servicio en el universo, o de un universo a otro universo, y suponemos que el otorgamiento del rango de espíritus séptimos al Cuerpo de los Mortales de la Finalización será simultáneo a su ascenso a la misión eterna de servicio en esferas hasta ahora no registradas ni reveladas y concomitante con su logro de Dios Supremo. Pero aparte de estas audaces conjeturas, en realidad no sabemos más que vosotros sobre todo esto; nuestro conocimiento de la carrera de los mortales no va más allá de su presente destino paradisiaco.
31:3.6 (348.3) 2. Los mortales finalitarios han cumplido plenamente el mandato de las edades: «Sed perfectos»; han ascendido por el sendero universal de logro mortal, han encontrado a Dios y han sido debidamente admitidos en el Cuerpo de la Finalización. Estos seres han logrado el límite presente de progresión en el espíritu, pero no el carácter final en su estatus último de espíritu. Han conseguido el límite presente de perfección de la criatura, pero no el carácter final en el servicio de la criatura. Han experimentado la plenitud de la adoración a la Deidad, pero no el carácter final en el logro experiencial de la Deidad.
31:3.7 (348.4) 3. Los mortales glorificados del Cuerpo de la Finalización del Paraíso son seres ascendentes que están en posesión del conocimiento experiencial de cada paso de la actualidad y de la filosofía de vida más plena posible de la existencia inteligente. Durante las edades de su ascenso desde los mundos materiales más bajos hasta las alturas espirituales del Paraíso, estas criaturas supervivientes han sido instruidas hasta los límites de su capacidad sobre todos los detalles de todos los principios divinos de la administración, no solo justa y eficiente sino también misericordiosa y paciente, de toda la creación universal del tiempo y el espacio.
31:3.8 (348.5) Consideramos que los seres humanos tienen derecho a compartir nuestras opiniones y que podéis especular libremente con nosotros sobre el misterio del destino último del Cuerpo de la Finalización del Paraíso. Nos parece evidente que las misiones presentes de las criaturas evolutivas perfeccionadas enlazan con la naturaleza de los cursos de posgrado de comprensión del universo y administración de los superuniversos. Y todos nos preguntamos: «¿Por qué están tan interesados los Dioses en formar tan a fondo a los mortales supervivientes en las técnicas de gestión del universo?»
31:4.1 (348.6) A muchas de las fieles guardianas seráficas de los mortales se les permite recorrer la carrera ascendente con sus pupilos humanos, y muchas de estas ángeles guardianas, después de fusionarse con el Padre, se unen a sus sujetos para prestar con ellos el juramento finalitario de la eternidad y aceptar para siempre el destino de sus compañeros mortales. Las ángeles que pasan por la experiencia ascendente de los seres mortales pueden compartir el destino de la naturaleza humana; pueden ser incorporadas del mismo modo y eternamente a este Cuerpo de la Finalización. Numerosas serafines adoptadas y glorificadas están adscritas a los diversos cuerpos de finalitarios no mortales.
31:5.1 (349.1) Hay una disposición en los universos del tiempo y el espacio por la cual los ciudadanos adánicos de los sistemas locales, cuando tardan mucho en recibir una misión planetaria, pueden presentar una petición para ser liberados del estatus de ciudadanos permanentes. Si se les concede, se unen a los peregrinos ascendentes en las capitales de los universos y desde allí siguen adelante hacia el Paraíso y el Cuerpo de la Finalización.
31:5.2 (349.2) Cuando un mundo evolutivo avanzado alcanza las últimas eras de la edad de luz y vida, los Hijos Materiales, el Adán y la Eva Planetarios, pueden elegir humanizarse, recibir Ajustadores y embarcarse en la carrera evolutiva de ascenso en el universo que conduce al Cuerpo de Finalitarios Mortales. Algunos de estos Hijos Materiales fracasan parcialmente o fallan técnicamente en su misión de aceleradores biológicos, como le ocurrió a Adán en Urantia. Entonces se ven obligados a tomar el curso natural de los pueblos del mundo, recibir Ajustadores, pasar por la muerte y progresar en la fe por el régimen ascendente para alcanzar posteriormente el Paraíso y el Cuerpo de la Finalización.
31:5.3 (349.3) Las compañías de finalitarios que cuentan con estos Hijos Materiales no son muchas. Su presencia aporta al grupo un gran potencial de alto servicio, y son elegidos invariablemente como sus líderes. Si ambos integrantes de la pareja edénica están adscritos al mismo grupo, se les suele permitir actuar de manera conjunta, como una sola personalidad. Estas parejas ascendentes tienen mucho más éxito en la aventura de trinización que los mortales ascendentes.
31:6.1 (349.4) En muchos planetas se originan grandes cantidades de criaturas intermedias, pero rara vez se quedan en su mundo nativo después de que este se haya asentado en luz y vida. En ese momento o poco después son liberados de su estatus de ciudadanos permanentes y comienzan la ascensión al Paraíso pasando por los mundos de la morontia, el superuniverso y Havona en compañía de los mortales del tiempo y el espacio.
31:6.2 (349.5) Las criaturas intermedias de los distintos universos son muy diferentes en origen y naturaleza, pero todas están destinadas a uno u otro de los Cuerpos de la Finalización del Paraíso. Todos los intermedios secundarios terminan por fusionarse con Ajustadores y son incorporados al cuerpo de los mortales. Muchas compañías de finalitarios tienen a uno de estos seres glorificados en su grupo.
31:7.1 (349.6) En el momento presente cada compañía de finalitarios se compone de 999 personalidades con estatus juramentado que son sus miembros permanentes. El lugar vacante lo ocupa el jefe de los Evangelistas de la Luz adscritos a la compañía y asignados para una única misión. Pero estos seres solo son miembros transitorios del cuerpo.
31:7.2 (349.7) Toda personalidad celestial asignada al servicio de un cuerpo de finalitarios se denomina Evangelista de la Luz. Estos seres no prestan el juramento de finalitarios, y aunque están sujetos a la organización del cuerpo, no están adscritos a él de forma permanente. Este grupo puede abarcar a Mensajeros Solitarios, supernafines, seconafines, Ciudadanos del Paraíso o sus vástagos trinizados: cualquier ser que se requiera para llevar a cabo una misión finalitaria transitoria. No sabemos si estos seres quedarán o no adscritos a la misión eterna del cuerpo. Al término de su asignación estos Evangelistas de la Luz recuperan su estatus anterior.
31:7.3 (350.1) En el Cuerpo de los Mortales de la Finalización, tal como está constituido ahora, hay exactamente seis clases de miembros permanentes. Como es natural, los finalitarios especulan mucho sobre la identidad de sus futuros camaradas, pero hay poco acuerdo entre ellos.
31:7.4 (350.2) Nosotros, los de Uversa, conjeturamos a menudo sobre la identidad del séptimo grupo de finalitarios. Barajamos muchas ideas, entre ellas la posible asignación de algunos cuerpos de los numerosos grupos trinizados que se están acumulando en el Paraíso, en Vicegerington y en el circuito interior de Havona. Se especula incluso que se podría permitir al Cuerpo de la Finalización trinizar a muchos de sus asistentes en el trabajo de administración del universo en el caso de que fueran destinados al servicio de universos que están ahora en proceso de formación.
31:7.5 (350.3) Uno de nosotros opina que este puesto vacante en el cuerpo será ocupado por algún tipo de ser originario del nuevo universo en el que servirán en el futuro; otro se inclina a creer que este lugar lo ocupará algún tipo de personalidad paradisiaca aún no creada, devenida o trinizada. Pero lo más probable es que tengamos que esperar a que los finalitarios entren en su séptima etapa de logro como espíritus para saberlo realmente.
31:8.1 (350.4) Parte de la experiencia de un mortal perfeccionado como finalitario en el Paraíso consiste en el esfuerzo por conseguir comprender la naturaleza y la función de los más de mil grupos de superciudadanos trascendentales del Paraíso, seres devenidos con atributos absonitos. A la hora de relacionarse con estas superpersonalidades, los ascendentes finalitarios reciben mucha ayuda y consejos muy útiles de numerosos órdenes de ministradores trascendentales cuya tarea consiste en presentar a los finalitarios evolucionados a sus nuevos hermanos paradisiacos. Todo el orden de los Trascendentales vive en una amplia zona destinada exclusivamente para ellos en la parte oeste del Paraíso.
31:8.2 (350.5) Al hablar de los Trascendentales nos vemos restringidos no solo por las limitaciones de la comprensión humana, sino también por los términos del mandato que regula estas revelaciones sobre las personalidades del Paraíso. Estos seres no están relacionados en modo alguno con el ascenso de los mortales a Havona. La inmensa multitud de Trascendentales del Paraíso no tiene nada que ver con los asuntos ni de Havona ni de los siete superuniversos. Solo se dedican a la superadministración de los asuntos del universo maestro.
31:8.3 (350.6) Tú, que eres una criatura, puedes concebir a un Creador, pero difícilmente podrás comprender que existe un conjunto enorme y diversificado de seres inteligentes que no son ni Creadores ni criaturas. Estos Trascendentales no crean seres ni fueron creados jamás. Al hablar de su origen y para evitar introducir un término nuevo —una designación arbitraria y sin sentido—, nos parece preferible decir que los Trascendentales simplemente devienen. El Absoluto de Deidad bien podría haber estado involucrado en su origen y podría estar implicado en su destino, pero estos seres únicos no están dominados ahora por el Absoluto de Deidad. Están sometidos a Dios Último, y su presente estancia en el Paraíso está supervisada y dirigida en todos los aspectos por la Trinidad.
31:8.4 (351.1) Aunque todos los mortales que logran llegar al Paraíso fraternizan a menudo con los Trascendentales, como lo hacen con los Ciudadanos del Paraíso, resulta que el primer contacto serio del hombre con un Trascendental se produce en el momento memorable en el que, como miembro de un nuevo grupo de finalitarios, el ascendente mortal se presenta en el círculo de recepción de los finalitarios donde el jefe de los Trascendentales y presidente de los Arquitectos del Universo Maestro le toma su juramento eterno a la Trinidad.
31:9.1 (351.2) Los Arquitectos del Universo Maestro son el cuerpo de gobierno de los Trascendentales del Paraíso. Este cuerpo de gobierno se compone de 28 011 personalidades de mente maestra, espíritu excelente y carácter absonito superno. El dignatario que preside este magnífico grupo, el Arquitecto Maestro más antiguo, es el coordinador jefe de todas las inteligencias paradisiacas por debajo del nivel de Deidad.
31:9.2 (351.3) La proscripción decimosexta del mandato que autoriza estas narraciones dice: «Si se considera oportuno, se podrá desvelar la existencia de los Arquitectos del Universo Maestro y sus compañeros, pero no se debe revelar plenamente ni su origen ni su naturaleza ni su destino». Sin embargo, podemos informaros de que estos Arquitectos Maestros existen en siete niveles de lo absonito. Estos siete grupos se clasifican como sigue:
31:9.3 (351.4) 1. El nivel del Paraíso. Solo el Arquitecto más antiguo o primer devenido actúa en este nivel más alto de lo absonito. Esta personalidad última —ni Creador ni criatura— devino en los albores de la eternidad y actúa ahora como el coordinador excelso del Paraíso y sus veintiún mundos de actividades relacionadas.
31:9.4 (351.5) 2. El nivel de Havona. En el segundo devenir de Arquitectos se originaron tres planificadores maestros y administradores absonitos que se han dedicado siempre a la coordinación de los mil millones de esferas perfectas del universo central. La tradición del Paraíso mantiene que estos tres Arquitectos, con el consejo del Arquitecto predevenido más antiguo, contribuyeron a la planificación de Havona, aunque no lo sabemos realmente.
31:9.5 (351.6) 3. El nivel de los superuniversos. El tercer nivel absonito abarca a los siete Arquitectos Maestros de los siete superuniversos, que ahora y como grupo pasan casi el mismo tiempo en compañía de los siete Espíritus Maestros en el Paraíso y de los siete Ejecutivos Supremos en los siete mundos especiales del Espíritu Infinito. Son los supercoordinadores del gran universo.
31:9.6 (351.7) 4. El nivel primario de espacio. Este grupo cuenta con setenta Arquitectos, y conjeturamos que se ocupan de los planes últimos del primer universo del espacio exterior que está ahora en vías de movilización más allá de las fronteras de los siete superuniversos del presente.
31:9.7 (351.8) 5. El nivel secundario de espacio. Este quinto cuerpo de Arquitectos se compone de 490 miembros, y conjeturamos de nuevo que deben de ocuparse del segundo universo del espacio exterior, donde nuestros físicos han detectado ya claras movilizaciones de energía.
31:9.8 (352.1) 6. El nivel terciario de espacio. Este sexto grupo de Arquitectos Maestros lo componen 3430 miembros, y deducimos igualmente que podrían estar ocupados en los gigantescos planes del tercer universo del espacio exterior.
31:9.9 (352.2) 7. El nivel cuartano de espacio. Este cuerpo, el último y el más numeroso, se compone de 24 010 Arquitectos Maestros, y si nuestras conjeturas anteriores son válidas, debe de estar relacionado con el cuarto y último de los universos del espacio exterior que aumentan de tamaño sin cesar.
31:9.10 (352.3) Estos siete grupos de Arquitectos Maestros suman un total de 28 011 planificadores de universos. Según una tradición existente en el Paraíso, en la remota eternidad se intentó que deviniera el Arquitecto Maestro número 28 012, pero este ser no consiguió absonizarse y su personalidad fue incautada por el Absoluto Universal. Es posible que la serie ascendente de los Arquitectos Maestros alcanzara el límite de la absonidad en el Arquitecto número 28 011 y que el intento número 28 012 se encontrara con el nivel matemático de la presencia del Absoluto. En otras palabras, que en el nivel 28 012 del devenir la cualidad de absonidad fuera equivalente al nivel de lo Universal y alcanzara el valor del Absoluto.
31:9.11 (352.4) En su organización funcional los tres Arquitectos supervisores de Havona actúan como asistentes asociados del único Arquitecto del Paraíso. Los siete Arquitectos de los superuniversos actúan como iguales en rango de los tres supervisores de Havona. Los setenta planificadores de los universos del nivel primario de espacio exterior sirven en el momento presente como asistentes adjuntos de los siete Arquitectos de los siete superuniversos.
31:9.12 (352.5) Los Arquitectos del Universo Maestro tienen a su disposición numerosos grupos de asistentes y ayudantes, entre ellos dos órdenes inmensos de organizadores de la fuerza: los devenidos primarios y los trascendentales asociados. Estos Organizadores Maestros de la Fuerza no deben confundirse con los directores del poder, que están relacionados con el gran universo.
31:9.13 (352.6) Todos los seres engendrados de la unión de los hijos del tiempo con los hijos de la eternidad, como son los vástagos trinizados de finalitarios y Ciudadanos del Paraíso, se convierten en pupilos de los Arquitectos Maestros. Pero de todas las demás criaturas o entidades reveladas que ejercen su función en los universos organizados del presente, solo los Mensajeros Solitarios y los Espíritus Inspirados de la Trinidad guardan alguna relación orgánica con los Trascendentales y los Arquitectos del Universo Maestro.
31:9.14 (352.7) Los Arquitectos Maestros aportan su aprobación técnica a la asignación de los Hijos Creadores a sus emplazamientos en el espacio para que organicen los universos locales. Existe una vinculación muy estrecha entre los Arquitectos Maestros y los Hijos Creadores del Paraíso, y aunque esta relación está sin revelar, habéis sido informados de la vinculación de los Arquitectos y los Creadores Supremos del gran universo en la relación de la primera Trinidad experiencial. Estos dos grupos, junto con el Ser Supremo experiencial en evolución, constituyen la Trinidad Última de valores trascendentales y significados del universo maestro.
31:10.1 (352.8) El Arquitecto Maestro más antiguo tiene la supervisión de los siete Cuerpos de la Finalización, a saber:
31:10.2 (352.9) 1. El Cuerpo de Finalitarios Mortales.
31:10.3 (352.10) 2. El Cuerpo de Finalitarios del Paraíso.
31:10.4 (352.11) 3. El Cuerpo de Finalitarios Trinizados.
31:10.5 (353.1) 4. El Cuerpo de Finalitarios Trinizados Conjuntos.
31:10.6 (353.2) 5. El Cuerpo de Finalitarios de Havona.
31:10.7 (353.3) 6. El Cuerpo de Finalitarios Trascendentales.
31:10.8 (353.4) 7. El Cuerpo de Hijos del Destino No Revelados.
31:10.9 (353.5) Cada uno de estos cuerpos del destino tiene un presidente, y los siete constituyen el Consejo Supremo del Destino, que está en el Paraíso. Durante la presente edad del universo, Grandfanda es el jefe de este cuerpo supremo que realiza misiones en el universo para los hijos de destino último.
31:10.10 (353.6) La reunión de estos siete cuerpos de finalitarios significa la movilización en la realidad de potenciales, personalidades, mentes, espíritus, absonismos y actualidades experienciales que posiblemente trasciendan incluso las funciones futuras del Ser Supremo en el universo maestro. Estos siete cuerpos de finalitarios representan probablemente la actividad presente de la Trinidad Última, dedicada a reunir las fuerzas de lo finito y lo absonito como preparación para desarrollos inconcebibles en los universos del espacio exterior. Nada semejante a esta movilización se ha producido desde aquellos tiempos cercanos de la eternidad en que la Trinidad del Paraíso movilizó de forma similar a las personalidades existentes entonces del Paraíso y de Havona y las designó como administradoras y regidoras de los siete superuniversos proyectados del tiempo y el espacio. Los siete cuerpos de finalitarios representan la respuesta de divinidad del gran universo a las necesidades futuras de los potenciales no desarrollados de actividades futuro-eternas en los universos exteriores.
31:10.11 (353.7) Nos aventuramos a pronosticar futuros universos exteriores más grandes de mundos habitados, nuevas esferas pobladas con nuevos órdenes de seres excelentes y únicos, un universo material sublime en su ultimidad, una vasta creación a la que solo faltará un detalle importante: la presencia de una experiencia finita efectiva en la vida universal de existencia ascendente. Ese universo nacerá con una enorme desventaja experiencial: la privación de participar en la evolución del Supremo Todopoderoso. Todos esos universos exteriores disfrutarán del ministerio inigualable y el sobrecontrol superno del Ser Supremo, pero el hecho mismo de esta presencia activa excluye la participación de dichos universos en la actualización de la Deidad Suprema.
31:10.12 (353.8) Durante la presente edad del universo, las personalidades que evolucionan en el gran universo sufren muchas dificultades debidas a la actualización incompleta de la soberanía de Dios Supremo, pero todos estamos compartiendo la experiencia única de su evolución. Evolucionamos en él y él evoluciona en nosotros. En algún momento del futuro eterno, la evolución de la Deidad Suprema se convertirá en un hecho consumado de la historia del universo, y la oportunidad de participar en esta maravillosa experiencia habrá desaparecido del escenario de acción cósmica.
31:10.13 (353.9) Pero aquellos de nosotros que hayan adquirido esta experiencia única durante la juventud del universo la atesorarán durante toda la eternidad futura. Y muchos de nosotros especulamos que la misión de las reservas crecientes de mortales ascendentes y perfeccionados del Cuerpo de la Finalización, en colaboración con los otros seis cuerpos que se están reclutando de forma similar, podría consistir en administrar esos universos exteriores en un esfuerzo por compensar sus deficiencias experienciales debidas al hecho de no haber participado en la evolución del Ser Supremo en el espacio-tiempo.
31:10.14 (353.10) Estas deficiencias son inevitables en todos los niveles de existencia en el universo. Durante la presente edad del universo, los que pertenecemos a los niveles más altos de existencia espiritual bajamos a administrar los universos evolutivos y a ministrar a los mortales ascendentes. De este modo nos esforzamos por remediar sus deficiencias en cuanto a las realidades de la experiencia espiritual más alta.
31:10.15 (354.1) Y aunque en realidad no sabemos nada de los planes de los Arquitectos del Universo Maestro respecto a estas creaciones exteriores, estamos seguros de tres cosas:
31:10.16 (354.2) 1. En los dominios del espacio exterior existe un sistema vasto y nuevo de universos que se está organizando gradualmente. De hecho, vuestros telescopios ya alcanzan a ver nuevos órdenes de creaciones físicas, círculos enormes y gigantescos de universos y universos que pululan mucho más allá de los límites presentes de las creaciones pobladas y organizadas. En el momento presente, estas creaciones exteriores son enteramente físicas y parecen estar deshabitadas y desprovistas de administración por criaturas.
31:10.17 (354.3) 2. Desde edades inmemoriales continúa en el Paraíso la movilización inexplicada y totalmente misteriosa de seres perfeccionados y ascendentes del tiempo y el espacio en asociación con los otros seis cuerpos de finalitarios.
31:10.18 (354.4) 3. En concomitancia con estas operaciones, la Persona Suprema de la Deidad se está cargando de poder como soberano todopoderoso de las supercreaciones.
31:10.19 (354.5) A la vista de este desarrollo trino que abarca a criaturas, universos y a la Deidad, ¿es de extrañar que presagiemos que algo nuevo y no revelado se acerca a su culminación en el universo maestro? ¿No es natural que asociemos esta movilización y organización multisecular de universos físicos a escala desconocida hasta ahora, así como la emergencia de la personalidad del Ser Supremo, con el asombroso programa de elevación de los mortales del tiempo a la perfección divina y con su posterior movilización en el Paraíso en el Cuerpo de la Finalización? Una designación y un destino envueltos en el misterio del universo. Todo Uversa está cada vez más convencido de que los Cuerpos de la Finalización que se están reuniendo están destinados a algún servicio futuro en los universos del espacio exterior, donde ya somos capaces de identificar la formación de al menos setenta mil agregados de materia cada uno de los cuales es más grande que cualquiera de los superuniversos del presente.
31:10.20 (354.6) Los mortales evolutivos nacen en los planetas del espacio, pasan por los mundos de la morontia, ascienden a los universos del espíritu, atraviesan las esferas de Havona, encuentran a Dios, alcanzan el Paraíso y son incorporados al Cuerpo primario de la Finalización para esperar en él la próxima misión de servicio en el universo. Hay otros seis cuerpos de la finalización en proceso de agrupamiento, pero Grandfanda, el primer ascendente mortal, preside como jefe paradisiaco todos los órdenes de finalitarios. Ante este espectáculo sublime todos exclamamos: ¡Qué glorioso destino para los hijos del tiempo de origen animal, los hijos materiales del espacio!
31:10.21 (354.7) [Patrocinado conjuntamente por un Consejero Divino y Uno sin Nombre ni Número, autorizados a proceder así por los Ancianos de los Días de Uversa.]
* * * * *
31:10.22 (354.8) Estos treinta y un documentos que describen la naturaleza de la Deidad, la realidad del Paraíso, la organización y el funcionamiento del universo central y de los superuniversos, las personalidades del gran universo y el alto destino de los mortales evolutivos fueron patrocinados, formulados y puestos en inglés por una alta comisión compuesta por veinticuatro administradores de Orvonton atendiendo a un mandato dictado por los Ancianos de los Días de Uversa con el encargo de hacerlo en Urantia, el planeta 606 de Satania en Norlatiadek de Nebadon, el año 1934 d. C.