El libro de Urantia en el Parlamento de las Religiones del Mundo

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Richard Jernigan

De Richard Jernigan, fideicomisario asociado, Texas (Estados Unidos)

Más de nueve mil participantes inscritos asistieron al Parlamento de las Religiones del Mundo, que se celebró del 15 al 19 de octubre de 2015 en Salt Lake City (Utah).

Este acontecimiento, que se celebra aproximadamente cada cinco años, es un encuentro internacional de personas religiosas que representan una multiplicidad de tradiciones religiosas y sistemas de creencias.

Por momentos fue abrumador. Es un lugar en el que pude asumir con certeza que todos los que asistieron estaban siguiendo un camino espiritual. Es una sensación extraordinaria, algo como despertarse en la otra vida, y todos están en un gran crisol de múltiples experiencias espirituales y religiosas, que están poniendo en orden y conectando.

El primer Parlamento se celebró en Chicago en 1893. El segundo Parlamento se celebró cien años después en Chicago, en 1993. Desde entonces, el Parlamento se ha celebrado cada cinco o seis años en diferentes países. Los lectores de El libro de Urantia han asistido y promocionado el texto en todos los Parlamentos desde el celebrado en 1993 en Chicago.

Para este Parlamento, las tres organizaciones principales, la Asociación Urantia Internacional (AUI), la Urantia Book Fellowship y la Fundación Urantia acordaron compartir conjuntamente un stand para promocionar El libro de Urantia.

Presentar esta voz única en el Parlamento fue difícil a veces para las tres organizaciones. Cada grupo opera con filosofías, propósitos y sensibilidades ligeramente diferentes. Al frente de esta tarea estaba Cristina Seaborn, en representación de la Fellowship, y James Woodward, de la AUI. Joanne Strobel y yo nos alternamos como representantes de la Fundación. Concretar el cartel y su mensaje, ponerse de acuerdo en los materiales promocionales, decidir qué versión del libro se iba a exponer y muchos otros asuntos se debatieron y acordaron a lo largo de varios meses. Al final, cada artículo promocional tenía las direcciones web de las tres organizaciones y el centro de atención era inequívocamente el libro, no las organizaciones. Un cartel de casi dos metros y medio de alto tenía el nombre del libro en letras grandes, la imagen sencilla de la mano de un niño que intenta alcanzar una mano adulta tendida desde arriba y el mensaje “El amor es la relación más grande en el mundo” 143:6.4 (1615.5)

Como las tres organizaciones iban juntas con una sola voz, otros tres stands fomentaron las enseñanzas del libro. Los YaYas (Jóvenes y jóvenes adultos), apoyados por la Fellowship, patrocinaron un stand de Unidad Espiritual para promover el diálogo interreligioso. Ben Bowler y Pato Banton presentaron el stand 1God.com, y Tom Choquette y Susan Cook patrocinaron su stand “Amaré”. Cada stand añadió riqueza a la presencia de El libro de Urantia en el Parlamento, y los anfitriones enviaron a numerosos individuos interesados al stand de El libro de Urantia para adquirir el texto o para obtener más información.

Nuestro stand estaba en una esquina de un área visible y muy transitada. Prácticamente todos los que recorrían el área de expositores pasaban por allí, y venía mucha gente preguntando al stand. Vendimos o regalamos 120 libros y cientos de postales y panfletos. No faltó gente que atendiera el stand, pues aproximadamente 120 lectores de El libro de Urantia se inscribieron y asistieron al acontecimiento.

Nuestra misión conjunta fue escuchar las historias y antecedentes de los asistentes y hacerles conscientes del libro. No fue una misión de proselitismo sino una campaña de toma de conciencia para dar a conocer que el libro está disponible.

Además de los stands, hubo seis talleres dirigidos por lectores de El libro de Urantia. Los presentadores enviaron solicitudes con casi un año de antelación; un comité del Parlamento aprobaba o rechazaba las solicitudes, y se eligieron más de seiscientos talleres. Angie Thurston dio una charla sobre “Implicar a los no afiliados a ninguna religión en la Harvard Divinity School y movilizar a los líderes interreligiosos”. Tom Choquette y Susan Cook presentaron “Amaré: dar un toque al poder interior”. Meredith y David Tenney ofrecieron “Explorar los patrones divinos de asociación varón/hembra”. Stevie Shaefer trató sobre “Construir la empatía interreligiosa y entre credos”. Gard Jameson dirigió una mesa redonda, “El Jesús no tradicional sobre guerra, violencia e injusticia”. Jeffrey Wattles presentó “A la búsqueda de la paz mundial: cómo intercede la filosofía entre la religión y la política”.

El tema del Parlamento era “Reclamar el corazón de la humanidad”. El tono del acontecimiento se estableció con su enfoque en problemas sociales críticos: el cambio climático y el cuidado de la creación; la desigualdad económica y el consumo derrochador; y la guerra, la violencia y el discurso del odio.

Los asistentes al Parlamento tendían a ser individuos con una alta tolerancia para interactuar con un intenso cruzamiento de caminos y sistemas de creencias – un entorno amigable para El libro de Urantia. Pero en una escala más amplia, el Parlamento no representaba del todo las religiones del mundo. Las tradiciones religiosas conservadoras tendieron a permanecer al margen. La línea principal del cristianismo estaba infrarrepresentada. Los judíos reformados y conservadores asistieron, pero los judíos ortodoxos parecían estar ausentes. La excepción fue la presencia significativa de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Las ciudades se ofrecen a organizar el Parlamento de manera muy parecida a como se ofrecen a organizar los Juegos Olímpicos. Al estar en Salt Lake City, los mormones desempeñaron un papel destacado a lo largo de los cinco días.

En general, hubo un empuje decidido de centro izquierda del discurso, lo que significó que a veces hubiera cierto tono de “predicación al coro” y falta de debate vigoroso. Para un acontecimiento de este alcance, se habría profundizado más el diálogo interreligioso con un rango más amplio de puntos de vista y se habría aportado mayor relevancia a los propósitos del Parlamento.

Muchos pensadores destacados en el mundo de la religión y de las causas sociales hablaron en las charlas plenarias de este acontecimiento, entre los que estuvieron la Dra. Karen Armstrong, Brian McLaren, la Dra. Jane Goodall, Michael Beckwith, Marianne Williamson y muchos otros. Estaba prevista la presencia del Dalai Lama pero canceló su asistencia debido a problemas de salud.

Personalmente, encontré un gran placer en interactuar con múltiples caminos espirituales. Los sijs proporcionaron diariamente a todos los asistentes un almuerzo vegetariano de calidad de gourmet. Se llama langar, y es un servicio gratuito que proporcionan diariamente en sus países respectivos a todas las personas, sin tener en cuenta su clase social. Para demostrar la igualdad espiritual de todos en esta comida, los invitados se quitan los zapatos, se cubren la cabeza y se sientan en el suelo al estilo de la comunidad a medida que los asistentes les sirven (y sirven y sirven). Asistí a la sesión plenaria de mujeres del viernes por la mañana, que me inspiró a asistir a talleres y donde conocí a la activista social sij Valarie Kaur y a la abuela india americana Mary Lyons. Recibí una mancha de indios americanos que mantenían un fuego sagrado fuera del centro de convenciones y conocí y hablé con una sacerdotisa católica (sí, lo han leído bien).

Hace meses, en una reunión con miembros de la Asociación Urantia de los Estados Unidos (UAUS) para tratar sobre el Parlamento, el presidente de la AUI, Chris Wood, comentó que “la gente no asiste al Parlamento de las Religiones del Mundo para obtener una nueva religión”. Su declaración resonó dentro de mí a lo largo de nuestros preparativos y mientras asistí al Parlamento. La gente asistía por múltiples razones, pero podemos asumir que todos los asistentes tenían su camino definido.

Nuestra presencia en el Parlamento fue una oportunidad de ser parte del diálogo, darnos a conocer y dar nuestro apoyo a una comunidad mayor de personas religiosas.

Una hora antes de irme para tomar mi avión de vuelta, un pequeño grupo de músicos de folk tocaron en uno de los escenarios principales rodeados por un grupo de cincuenta participantes que se movían lentamente en círculo alrededor de ellos. Pareció ser algo espontáneo después del concierto. En medio estaba uno de los ancianos mormones, en traje y corbata negros, que cantaba con entusiasmo y participaba en el grupo. Destacó, y esta era el tipo de conducta que había esperado observar en el Parlamento: personas religiosas que raramente tienen la oportunidad de interactuar y que estarían típicamente en desacuerdo entre ellos, reclamando el corazón de su humanidad – aunque solo fuera por un momento.

Lectores de El libro de Urantia en el Parlamento de las Religiones del Mundo. (Foto de Steve Rohrbach.)

Lectores de El libro de Urantia en el Parlamento de las Religiones del Mundo.

Foto de Steve Rohrbach.

James Woodward, Richard Jernigan y Guy Perron en el stand del Parlamento
James Woodward, Richard Jernigan y Guy Perron en el stand del Parlamento

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